Dulce y Violento (Terminado)

Autor: magui_vulturi
Género: + 18
Fecha Creación: 14/07/2011
Fecha Actualización: 25/09/2011
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 33
Visitas: 34607
Capítulos: 16

Perdonen es que no se como hacer el resumen haci que lean el prologo y hay mas o menos descrive la historia! XD

no sean duras es mi primer fic!! XD


Ninguno de los personajes aqui descritos me pertenece, todos son de Stephenie Meyer. No ahgo este fic con animos de lucro ni gano nada con ello, solo el reconociemiento de todos aquellos que lo leen. No me acuseis de nada, por favor!


Espero que les guste y comenten!

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Capítulo 2: Primer dia

Una vez escuché el coche de Phil salir de nuestro garaje, recogí mis libros y los coloqué sobre la mesa. Las lágrimas caían una tras otra por mi rostro, llevándose todo rastro de maquillaje...odiaba con todo mi ser a ese hombre al que debería llamar padre. Me encerré en el cuarto de baño y me lavé el rostro, esperé unos segundos a que mis ojos dejasen de llorar y volví a maquillarme. El moretón en mi mejilla era muy notable y me dolía al tocarlo, así que lo oculté lo mejor que pude. Cuando terminé de arreglarme bajé de nuevo y tomé mis cosas dispuesta a marcharme.

El día en Forks estaba nublado, como era de esperarse, pero hoy no iba a llover hasta la noche. Phil había prometido comprarme un coche para que fuera al instituto, y aunque no me gustara reconocer o aceptar un regalo de su parte, el coche me hacia mucha ilusión. Me lo prometió por mi cumpleaños 16, que seria dentro de un mes.

Teniendo el coche y acercándome más cada año a la mayoría de edad, seria mas sencillo marcharme a una universidad lejana. Solo debía preocuparme por mantener mis promedios perfectos para ser aceptada en el mejor ,y de ser posible, el mas lejano lugar de este mundo. Quizás una beca en el extranjero, México, España, Inglaterra...yo que sé. Tengo años estudiando idiomas y puedo vivir en cualquier parte. Lamentablemente tengo que vivir aquí y con él.

Llevaba la mochila al hombro, y en las manos mi celular, en el que iba escuchando música. Caminaba rumbo al Instituto de Forks, hoy era mi primer día en clases, a pesar de llevar una semana en Forks aun no conocía a nadie. Nunca antes había visto el colegio, pero según tenia entendido estaba por la carretera, al igual que el resto de establecimientos importantes. Todo en el pueblo era de un color verde, el olor a flores y plantas era embriagador y reconfortante, estaba completamente encantada con la vista.

Mis pasos son lentos, pero seguros. Siempre he sido una chica muy torpe, en especial desde la muerte de mamá. Desde pequeña he estudiado numerosas actividades adicionales a la formación básica: ballet, canto, danza, piano y guitarra; además, de los idiomas. Empecé a tomar más clases una vez pasó lo de Renée, al principio lo hacia porque alguna vez ella deseó verme realizar esas actividades y era mi modo de mostrarle cuanto la amaba. Después lo empecé a hacer para no estar en casa mucho tiempo, mantenerme alejada de Phil siempre ha sido mi prioridad. Al salir de la escuela siempre salgo con compañeras de clase o me quedo en la biblioteca o el parque a leer un rato; Phil lo entiende, sabe que estoy en una etapa difícil donde necesito una madre, pero lo que él desconoce es que no me aparto por ello, sino por él.

Pasados unos minutos por fin llego a la escuela. El estacionamiento está lleno de coches con varios años encima, solo uno es nuevo –un flamante volvo plateado- y destaca entre el resto. Igual como voy a destacar yo cuando camine por los pasillos.

Llego a la oficina principal y pido mi horario. Lo repaso varias veces y luego lo guardo en la mochila, este será un día largo, y como no conozco a nadie..tendré que pasar la tarde en la biblioteca.

Mi primera clase es Literatura, una de mis favoritas. Entro y me presento al profesor, un hombre de buen ver y algo intelectual, pero no puedo juzgar a simple vista...con el error en Phil ha sido suficiente. Yo no confío en los hombres, todos son iguales, siempre piensan en sexo y solo en sexo.

Tomo mi lugar y todos me observan, me hago la desentendida y reviso la lista de lecturas asignadas, suelto un bufido...como si no hubiera leído mil veces cada uno de esos libros. Cumbres Borrascosas, Orgullo y Prejuicio, Sentido y Sensibilidad, Romeo y Julieta..¿qué pasa aquí, acaso no hay mas libros en el mundo?

El resto de las clases pasan sin inconvenientes. Me paso la mayor parte del tiempo ignorando a chicos que se acercan a hablar conmigo y a todos aquellos que se ofrecen a acompañarme a la siguiente clase. Algo tedioso. Las chicas me ignoran por la aparente atención que recibo, así que durante el almuerzo no voy a la cafetería, a pesar de ser necesario, debido a que después de la marcha de Phil regresé todo mi desayuno al imaginar lo que había preparado para esta noche.

Cuando la campana suena me levanto de mi lugar apurada. Según el horario mi siguiente y última clase es Español, como si no lo hablara ya...esto es una tortura, siento como si estuviera haciendo la escuela por segunda vez.

-Hola, tu debes ser Isabella Swan. Soy Mike Newton. Bienvenida a Forks.- la voz de un chico me sacó de mis pensamientos, era atractivo, con el cabello rubio y ojos azules. Su voz era amable y se notaba el interés por la novedad del colegio, era uno de esos chicos que se creen la gran cosa..bah..

-Hola y gracias- sin decir nada más, salí de ese lugar con prisa.

Iba prácticamente corriendo por los pasillos, pero al doblar en uno choqué con algo, o mas bien alguien. Cerré los ojos esperando el impacto, pero no ocurrió nada; alguien me había tomado por la cintura y ahora estaba pegada a un frío y duro pecho, mire hacia arriba y me quede boquiabierta. Un chico de cabello castaño cobrizo y unos profundos ojos dorados me miraba divertido, a su lado estaba una chica bajita de cabello negro y ojos también dorados, ella me miraba alegremente.

Soltó mi cuerpo y me alejé unos pasos de ellos completamente roja por la vergüenza. No me gustaba demostrar mi torpeza y menos que alguien me tocara, aunque fuera para salvarme de un golpe. Un pequeño dolor –donde antes estuvo el brazo del joven- me hizo reprimir un grito, reacción que no pasó desapercibida para ambos.

-¿Te encuentras bien?- la suave y melodiosa voz de la muchacha me hizo levantar la vista hacia ella, en su rostro se notaba la preocupación; mientras que su compañero solo me observaba atentamente.

-Si, estoy bien. Gracias por evitarme la caída, y perdón por chocar con vosotros, pero llevaba prisa y bueno...- me abracé la cintura al sentir otro malestar, esto no podía ser cierto...¿cómo había olvidado los moretones en la cadera y la cintura? Con el golpe de la mañana y el choque de este momento me sentí molida. Los ojos se me comenzaron a cerrar y tuve que hacer un gran esfuerzo por mantenerme despierta. Pero al final terminé perdida entre la oscuridad...


Reaccioné por el aroma a alcohol que me quemaba la nariz. Abrí los ojos lentamente y me vi rodeada por siete personas, el chico y la chica con los que había chocado en el pasillo y los otros, totales desconocidos. Me senté con cuidado en el sillón donde antes estaba acostada, y los observé a todos atentamente.

-¿Te encuentras bien, cielo?-el tono maternal que empleaba aquella mujer hizo que las lágrimas se agolparan en mis ojos, implorando salir. Una logró correr por mi mejilla, pero fue rápidamente limpiada por la misma persona que la había ocasionado. Era una mujer muy hermosa, su rostro en forma de corazón estaba enmarcado por el cabello color caramelo, sus ojos eran dorados y su mirada estaba cargada de ternura.

-Creo que ya esta mejor- la voz de un hombre me hizo girarme. Era un hombre realmente atractivo, su piel era pálida y tenia unas leves ojeras amoratadas marcadas bajo los ojos –igual que el resto de los presentes-, era rubio y de ojos dorados, parecía una estrella de cine o un modelo, pero según su aspecto se notaba que era un doctor.

Junto con ellos estaban otro chico: alto, rubio, ojos dorados, piel pálida, ojeras, musculoso y atractivo; otro muchacho: mas musculoso que el anterior, ojos dorados, piel y ojeras igual a los demás, cabello rizado y oscuro; la otra era una chica: curvas marcadas, cabello rubio, ojeras, piel y ojos como el resto; todos igual de guapos. Y por un momento me sentí insignificante.

-Mi nombre es Carlisle Cullen-dijo el doctor.- Y ellos son mi esposa Esme- señaló a la mujer que me había hablado con anterioridad. –Y ellos nuestros hijos adoptivos: Alice-la de la escuela-, Rosalie –la rubia-, Jasper –el rubio-, Emmett –el más grande, y él es Edward-el chico con el que choqué.

-Hola. Soy Isabella Swan y no entiendo que hago aquí...-las risas fueron generales y no pude menos que ponerme roja.

-Te desmayaste en la escuela, cariño. Edward y Alice te trajeron a casa y acabas de despertar hace un momento- la suave voz de Esme me dejo helada, ¿cómo que me había desmayado?

-¿Es muy tarde?-la pregunta salió veloz de mis labios a la vez que buscaba desesperadamente mi celular en el bolso.

-Son las tres, Isabella-me respondió la pequeña Alice. Las 3:00 pm., mis clases acababan a las dos, si me había desmayado antes de Español...llevaba dos horas en esa casa, siendo observada por desconocidos...

-Quédate a comer con nosotros hoy, cielo. No creo que a tus padres les moleste.-la esposa del doctor me habló de nuevo, y como era de esperarse, las palabras escarbaron en la herida. Ahora si quería llorar de verdad.

-¿Crees que a tus padres les moleste que te quedes con tu nueva amiga?- ¿amiga? Me quedé sin palabras y sin argumentos ante eso, podía volver a casa con Phil ahora o quedarme con esa agradable muchacha y su familia un rato más...aunque fuera irracional. Tomé mi teléfono y marqué el celular de Phil.

-¿Hola, Phil?...si, soy yo...bien, gracias...si...¿no te importa que me quede hoy en casa de una compañera a comer?...esta bien...nos vemos en un rato más...yo, no creo que sea buena idea...se que ya lo discutimos pero...esta bien...hasta pronto...adiós- me molestaba notablemente tener que pedirle permiso a mi tutor para todo, en especial cuando me daba consejos como: "Aléjate de los chicos, Bella."" Las apariencias engañan." ¿Quién era él para darme ese consejo? Él era un infeliz que solo me desgracia la vida...y para colmo, como yo cumpliré 16 pronto y él tiene sus tendencias afectivas hacia mí, debo presentarlo ante mis amigos como mi novio. Phil es joven, tiene alrededor de 24 años, es increíble que siendo tan joven se casara con mi madre que le llevaba por lo menos 7 años...aunque tengo entendido que el dinero tuvo que ver...

-¿Qué dijo tu padre, puedes quedarte?- Alice realmente era una persona agradable, pero sus palabras me herían demasiado.

-No era mi padre, era mi novio.-la voz se me quebró ante esa palabra, siempre pasaba eso cuando mentía. –Mi padre murió cuando yo tenia tres años y mi madre cuando cumplí once.- todos me miraron comprendiendo ahora mis reacciones ante el tono de Esme y las preguntas de Alice.

-Lo siento, no quería incomodarte- Esme me miraba arrepentida y no pude menos que sonreír.

-¿Vives sola?-preguntó Alice con la curiosidad brillando en sus ojos.

-En realidad, no. Phil y yo vivimos juntos desde hace algunos años-

-¿Que edad tiene tu novio?- la indiscreta pregunta venía del tal Emmett...

-24, nos llevamos 8 años...es mi tutor, el se encarga de mi...- al menos eso era verdad.

Nos sentamos todos a comer. Esme era una cocinera excelente y se notaba todo el cariño que ponía en la comida para sus hijos. Una vez terminamos, aunque ninguno de nosotros comió mucho, regresamos a la sala. Entonces me permití observar un hermoso piano en el salón, una sonrisita se formó en mis labios. Tenia mucho sin tocar el piano, en realidad desde la muerte de mamá.

-¿Tocas?-la pregunta era del que menos esperaba, Edward. Pegué un pequeño salto cuando escuché su aterciopelada voz, pues estaba tan absorta en mis recuerdos que no me había dado cuenta que estaba embobada y que solo estábamos él y yo en la sala.

-Solía hacerlo, pero lo deje cuando pasó lo de mamá, ella adoraba escucharme...Phil no tiene interés en ello- sin ser conciente acariciaba con una mano el piano al hablar de mi madre, y apretaba la otra en un puño al mencionar a Phil, él lo notó, así que hice una jugada rápida. -Ya es tarde y debo irme, tengo planes con mi novio y no quiero molestarlos mas- nuevamente esa palabra salía falsa de mis labios. Jamás aprendería a mentir.

-Te llevo a casa, estamos un poco lejos del pueblo y se hace tarde...-

-No-me miró sorprendido, así que intenté arreglarlo. –Gracias, pero no. Adoro caminar y Phil es muy celoso...yo, es mejor de este modo.-sonreí falsamente y él no pareció convencido.

Me despedí de todos una vez bajaron y prometí visitarlos otro día por voluntad propia y no por factores inesperados. Eran una familia muy agradable. Luego salí de la casa y comencé a caminar hacia la mía, con deseos de perderme en el bosque y no salir nunca más.

 

Capítulo 1: Prologo Capítulo 3: Oscuridad

 
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