Dulce y Violento (Terminado)

Autor: magui_vulturi
Género: + 18
Fecha Creación: 14/07/2011
Fecha Actualización: 25/09/2011
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 33
Visitas: 34605
Capítulos: 16

Perdonen es que no se como hacer el resumen haci que lean el prologo y hay mas o menos descrive la historia! XD

no sean duras es mi primer fic!! XD


Ninguno de los personajes aqui descritos me pertenece, todos son de Stephenie Meyer. No ahgo este fic con animos de lucro ni gano nada con ello, solo el reconociemiento de todos aquellos que lo leen. No me acuseis de nada, por favor!


Espero que les guste y comenten!

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Capítulo 11: Piezas

 

Estábamos en la habitación de Alice. Rosalie se sentó a mi lado en la cama, Esme ocupó una silla frente al tocador y Alice se sentó con las piernas cruzadas en el frío piso, aunque estuve segura que no sentiría lo helado como yo de estar en su lugar. La delicada mano de la Hale soltó la mía después de estar unos momentos sentadas en silencio.

Todas miraban en direcciones diferentes, y sus labios vibraban levemente. Conversaban a una velocidad impresionante, y lo que sea que estuvieran diciendo, no debía escucharlo...aún. No me molestaba en absoluto que no me tomaran en cuenta en ese momento, de hecho, se los agradecía enormemente, pues podía dejar a mi mente vagar entre nubes otro rato más.

No me di cuenta cuando el silencio se hizo presente, creo que me encontraba en otro mundo. Cuando regresé a la realidad, Alice estaba con su rostro a escasos centímetros del mío y una mano sobre mi hombro, agitándome un poco. Parpadeé confusa un par de veces, antes de sonreírle y asegurarle que estaba bien.

Realmente podía llegar a ser insistente si se lo proponía.

-Supimos lo de tu casa, Bella.- dijo despacio la duendecilla, intentando ocultar su ira en cada susurro dulce. Negué con la cabeza, lentamente.

-No fue nada, de verdad.- sus ojos buscaron los míos con ternura, era como una hermana menor a la que hay que cuidar. Aunque en su condición, dudo que necesiten a una "niñera". –He pasado por eso antes.- No quise que mi voz sonara tan triste, pero así fue.

-¿Antes?- preguntó preocupada Esme. Sus manos estaban juntas y descansaban sobre su regazo. Sus ojos solo mostraban cariño, me hacía sentir cohibida.

-Ya lo he dicho, no suelo caerle bien a la gente.- mi tono era amargo, aunque la gente que me rodeaba era lo que menos me importaba. –Mis compañeras se dejan llevar por comentarios...y luego se vienen los desastres.-

-Lo siento.-murmuró Esme y solo pude sonreírle.

Las horas pasaron volando, los chicos habían salido –por orden de Carlisle- de la casa, quedándonos solo las chicas. La conversación que mantuvimos no fue nada del otro mundo: escuela, familia, parejas y sobretodo...yo. Era como un psicoanálisis o algo similar. Las preguntas iban tan rápido que debía contestar lo primero que me pasaba por la cabeza, donde puse cuidado fue en hablar de Phil, como siempre.

Las escuchaba conversar animadamente sobre cualquier cosa, pero no prestaba más atención de la necesaria. Mi mente intentaba averiguar por qué Rosalie Hale me atraía de esa forma, por qué siempre necesitaba verla para sentirme tranquila...como si ella fuera parte de mí. ¿Qué podíamos tener en común una atractiva vampiresa y una inútil humana? ¿Cuál era su historia y por qué me empeñaba tanto en descubrirla?

-¿Creen en la reencarnación?- pregunté de la nada, captando la atención de todas ellas. Sentí mis mejillas calientes cuando tres pares de ojos dorados se clavaron en mí. –Olvídenlo.- comencé a hojear una de las revistas sobre la cama.

-Si creo.- respondió Esme, esperando obtener algo de mi parte. –Pienso que mi vida pasada fue algo complicada, a veces tengo sueños sobre aquel entonces. Me veo con un pequeño bebé en brazos, mi primer y único hijo, y me veo perdiéndolo. También me veo saltar de un risco, esperando la muerte y luego todo se vuelve oscuro. Cuando abro los ojos, tengo una nueva familia.- era triste escuchar eso, pero entendía de lo que hablaba.

Intentaba hacerme sentir cómoda con el nuevo tema que yo misma había sacado a colación, contándome su vida humana de forma breve, creyendo que lo interpretaría como ella lo dijo...como un sueño solamente. Una pequeña sonrisa se extendió por mi rostro y ella soltó un pequeño suspiro cuando Rosalie apartó su mirada acusadora de ella.

-Dicen que la vida pasada es la opuesta a nuestra vida presente.- los ojos de Alice mostraban mucha curiosidad y emoción, como si todo fuera nuevo para ella. -¿Qué hay de ti, Alice?- pregunté al notar lo mucho que deseaba ser la siguiente.

-Yo también tengo sueños.- dijo en un susurro. –Me veo encerrada en una habitación oscura, con paredes de esponja...-una pequeña risita escapa de sus labios al pronunciar eso. –estoy sola, y de repente todo se oscurece...luego me veo libre, vagando por las calles oscuras de una extraña ciudad. De repente estoy en otro lugar, y hay un chico frente a mí. Su mano toma la mía y juntos buscamos un nuevo hogar...y luego nos veo aquí..con nuestra familia.-

-Ese chico...¿es Jasper, cierto?- ella asiente entre risas. De seguro la historia era muy linda. -¿Qué hay de ti, Rosalie, puedes contarme algo?-

-Primero tu, Bella.- su suave voz me deja en shock. ¿Mi historia? ¿Qué podía decir? Lo opuesto a...

-En mis sueños no hay luz ni oscuridad, ni siquiera frío o calor. No hay nada. Cuando sueño, floto entre niebla. No es negro ni blanco, es un punto muerto, un gris apagado.- me miran intentando descubrir lo que digo. –Creo en la otra vida, pero también creo que ésta es la primera que vivo.-

Se creyeron la mentira, después de todo...mis sueños si son esos.

-Me veo como una chica vanidosa, viviendo en los años de 1900.-dice Rosalie con cierta precaución. –Anhelando los lujos que hoy poseo, y el novio que tengo. Esperando casarme y ser una mujer de sociedad, con una enorme casa, grandes jardines verdes y muchos pequeños hermosos corriendo a mi alrededor. Un beso en la mejilla por las tardes, y un abrazo al despertar.- Yo la miraba con cierta tristeza, aunque lo peor aún estaba por venir. Esme y Alice se habían marchado a sus habitaciones ya, intentando darnos un poco de privacidad a ambas. –Veo al hombre perfecto...-remarca con sarcasmo. –Él puede darme lo que deseo, y luego llueven rosas rojas. Un anillo de compromiso y muchos bailes...luego solo hay dolor cuando nos encontramos en la calle, nosotros dos y sus amigos ebrios.- en mi interior sabía lo que se venía.

-Te hace daño, Rose.- dije con pesar, y ella me miró con los ojos abiertos como platos. –Él y sus amigos te..humillan...-ella entiende lo que eso significa y asiente. –Sientes el frío de la noche y ves la blanca nieve caer, pero el dolor no te permite pensar en nada y solo deseas que la muerte llegue rápido. Que todo termine...-no me había percatado que gruesas lágrimas empapaban mis mejillas. –Pero no lo hace...luego todo se oscurece...y cierras los ojos presa del infierno. Cuando los abres otra vez, eres tu de nuevo, pero tu vida ya no es igual. Porque has perdido la vida que tenías, ahora puedes ser feliz...-acostada sobre la cama, cerré los ojos mientras decía esas palabras, y aunque estaba mojando la almohada, no fui consciente de nada hasta que mi mente quedó en blanco y me sumergí en el gris de mis sueños.

Al fin entendía mi parecido con Rosalie. Ella había atravesado lo mismo que yo una noche antes de su transformación, y aunque ahora me sentía frágil ante ella, no importaba nada, porque las tres se habían abierto ante mí. Sin importarles lo que el resto pensara o lo molesto que sus chicos se pusieran, habían sido sinceras, pensando que yo no entendía la realidad de sus explicaciones.

Pero en eso estaba su error, yo tenía un conocimiento del que ellas no estaban enteradas. Yo sabía lo que realmente representan en este mundo, estoy al tanto de su identidad vampirica, y lo descubrirán más adelante. Porque no importa lo que sean, para mí siempre serán las personas más amables que he conocido...y nada podrá cambiar eso.

Cuando abro los ojos por la mañana, no estoy en la misma cama, ahora me encuentro en la cama de Edward. Estoy sola, pero a los minutos alguien toca a la puerta y por ella pasa una sonriente Alice, seguida por un serio Jasper. Una atmósfera un tanto pesada se siente en la casa, por obra de Jasper claro, pero por culpa de su servidora que por curiosa obligó a todas a contar su historia.

Esme me recibe con una gran sonrisa, feliz de verme con ánimos suficientes para quedarme un poco más. Desayuno tranquilamente en casa de los Cullen, pues al ser la última en levantarme, todos dicen la excusa de "ya hemos desayunado", aunque se que no es verdad.

La escuela pasa inadvertida, pues no tengo cabeza para pensar en nada que no sea lo que he escuchado la noche anterior. Rosalie Hale vivió una experiencia horrible...y ahora es tan...Rosalie. Tan decidida, tan firme, tan hermosa...es todo lo que yo no puedo ser. Superó su humillación, aceptó una nueva vida...y encontró la felicidad que tanto anhelaba...aunque no del mismo modo que lo deseaba al ser humana.

Vuelvo a casa de los Cullen al salir de clases, teniendo como pretexto un trabajo de biología con Edward. Una tarde calmada, donde terminamos los deberes y vemos algunas películas. Una tarde en familia, libre de preocupaciones y cualquier problema adolescente. Es fácil pasar el tiempo con ellos, pues no sientes las horas en compañía de la gente que quieres. Porque eso es precisamente lo que pasa.

Yo quiero a los Cullen como a mi propia familia, esa familia que nunca he podido tener. Tengo a Carlisle como la imagen que nunca pude conocer en Charlie; y Esme es la madre que perdí de pequeña. Alice es la hermanita menor y escandalosa que siempre desee y Emmett el hermano mayor que siempre te molesta. Jasper es el hermano que pone orden y no te mete en problemas con papá, y Rosalie es la hermana mayor que te ayuda con consejos cuando vas a salir de casa. Y Edward...

A él no puedo verlo como un hermano o un familiar cercano. Puedo verlo como el mejor amigo, el que siempre está ahí para secar tus lágrimas y jugar contigo. Y luego lo veo como el chico que me gusta, la persona más importante para mí en el mundo. Para finalmente verlo como el primer novio, la primera cita y el primer beso...

Me despido de ellos con un extraño sentimiento de deja vú, como si esta sensación la hubiera experimentado en alguna otra ocasión.

Dicen que la calma siempre viene antes de la tormenta, y solo puedo pensar que es verdad cuando regreso a casa y veo el coche de Phil estacionado en la entrada, la puerta entreabierta y una maleta al pie de las escaleras indican que él ha vuelto.

Siento el estómago revuelto y muchas nauseas. La cabeza me da vueltas y a trompicones subo las escaleras para encontrarme con mi peor pesadilla, pero eso no es todo lo que encuentro al llegar a su cuarto.

Esto es algo que no esperaba, y sé que no podré sacármelo de la cabeza en un buen tiempo.

¿Qué demonios...?

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comenten! besosos!

magui_vulturi

 

Capítulo 10: Reflexiones Capítulo 12: Venganza

 
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