ALAS PROHIBIDAS

PROLOGO.

“El Bien. El Mal son solo palabras, Arriane. ¿Quién puede confiar en ellos, de todos modos?”

“Cómo… ¿Cómo puedo amarte ahora?”, Arriane susurró.

“Fácil…”, dijo Tess con tristeza: “…no puedes”.

FALLEN IN LOVE DE LAUREN KATE.

-No pueden hacer eso, no se los permito. Es una orden. –dije con determinación.

-Tú ya no gobiernas sobre nosotros Bella –me dijo desafiante.

-Aun así Sam tengo más poder que todos ustedes reunidos, y por lo mismo no pueden pasar sobre mí –ahora los desafié yo.

-No solo nosotros estamos en contra de ti Bella todo nuestro pueblo te reniega por no dejar hacer lo que más nos conviene –lo dijo en un tono muy serio.

-¿Pero hacer lo que más nos conviene a nosotros para perjudicar a otros? Eso no es justo para ellos, les quitaremos su hogar, y no les basta con eso si no que quieren matarlos.

-Es la supervivencia del más fuerte –me contesto Paul, el segundo al mando después de Sam.

-¿Les gustaría que a alguien más de otra dimensión llegara y les quitara lo que tenemos? –Les pregunte para que reflexionaran –Como por ejemplo ese bárbaro de que tanto hemos oído hablar el tal Edward. Él es más poderoso que ustedes –aunque no les quería echar en cara que yo  era más poderosa que todos ellos. Mis poderes y los de Edward era muy parecidos nunca nos habíamos enfrentado en batalla así que no sabíamos quien pudiera ganar.

-Jajaja –comenzaron a reírse todos – ¿Vez lo que pasa cuando te interesas más por otros asuntos que los negocios? Hemos hecho una alianza con Edward. Él nunca nos atacara –me quede sorprendida por lo que dijo Sam.

-Así que son cobardes y no piensan atacar a sus iguales –salió irritada mi voz –pero a los indefensos humanos si los atacaran.

-No somos los culpables de que ellos vivan en una burbuja de supuesta seguridad–dijo Paul apenas conteniendo sus alas que eran grises en un tono casi llegando al negro.

Nosotros éramos muy parecidos a los humanos a excepción de algo: teníamos Alas. Nuestras alas, cuando se extendía parecían a lo que los humanos pintaban como las alas de los ángeles. Las mías eran de color plata brillaban como si tuvieran miles de estrellas en todas las partes de mis alas. Nadie tenía un color parecido al mío todos eran de color mate, solo los de la realeza como yo y mi padre teníamos ese color.

-Calma tú tono de voz conmigo Paul sabes el daño que te puede llegar a causar, tú no eres nada comparado conmigo –ahora si me salía lo que no quería decir, pero ya me estaban sacando de mis casillas.

-Tú padre Charlie estaría muy decepcionado de ti Bella –eso fue un golpe bajo incluso para Sam, sabía que mi padre estaba muerto.

Pero no deje que se notara en mi voz –Lastima que ya está muerto Sam ya que eras su favorito, pero créeme que para mí eres igual de egoísta que todos. Acostúmbrate yo estoy al mando de todos ustedes ahora.

-Eso no es cierto Bella desde hoy quedas destituida como princesa Estor y de esta dimensión quedas expulsada.

-No puedes hacerme esto mi padre era el rey y por ende soy yo la princesa y puedo destruirlos a todos ustedes –me estaba saliendo lo malvada que podría ser si yo quisiera.

-Inténtalo –me desafío Paul.

-¿Me estas retando tú Paul? –reí incrédula.

-Claro que no Isabella. Edward lo hará.

Y así comenzó mi destino.