AMOR POR CONTRATO (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 01/05/2013
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 65
Comentarios: 270
Visitas: 229449
Capítulos: 27

Edward Cullen es un joven y exitoso empresario reconocido internacionalmente, proveniente de una de las más importantes familias de Londres, por una desilusión amorosa se mudó a Los Ángeles y pese a ser un mujeriego empedernido lleva una vida muy solitaria hasta que se cruce en su camino Isabella Swan.

Pese a haber tenido una vida difícil la hermosa joven es alegre y carismática pero no confía en los hombres, ambos se conocen en una accidentada situación y se involucraran en un enredado acuerdo para que ella finja ser su novia ante su familia durante un par semanas. ¿Lograrán ambos superar sus temores y disfrutar su amor plenamente?....

 

Los personajes de esta historia son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

 

Los invito además a leer mi otra historia (Dando clic en el título del fic)

"CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18) (Finalizado)"

 

Además los invito a pasar por mi nueva historia

"SIEMPRE TUYA (+18) (En Proceso)"

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Capítulo 9: Sentimientos

Hola chicas aquí estoy con un nuevo capi esperando que les guste. Quiero dar las gracias todas mis lectoras,  gracias chicas por su apoyo CINTY, TIKACULLEN, MAYAMASENCULLEN, GINNADECULLEN, CIBEL, MONICA_SWAN38, FABIANA, EC07, CARITO CULLEN SWAN, BIBI_CULLEN_SWAN_1D, gracias a todas por la paciencia, por sus votos y comentarios los cuales son muy importantes para mí, gracias también a mi marido HANSVULTURI_ 85 porque con todos los problemas que tengo me volvería loca sin él. Las invito además a pasar por mi otro fic CORAZON IMPREDECIBLE (+18) y para las que se animen me encantaría conocer su opinión. No las canso más y aquí les dejo el capi, disfrutenlo….

 

 

Aun un adormilada y con los ojos cerrados me pregunté en donde me encontraba y solo tarde dos segundos en recordar donde me encontraba y la maravillosa noche que había pasado con Edward.

Todo había sido perfecto el había hecho de mi primera vez algo realmente especial, cada beso, cada caricia con solo recordar lo que había pasado la noche anterior lograba estremecerme y ahora ya no me quedaba la menor duda de que lo amaba, él había entrado en mi corazón y lo amaba con locura la pregunta era ¿Llegaría él a amarme algún día? Prefería no pensar demasiado en esa respuesta y optaba por imaginar que me amaba igual que yo a él y disfrutar de esa hermosa fantasía.

Abrí los ojos para encontrarme con los brillantes rayos del sol invadiendo la habitación de Edward que con la brillante luz de la mañana lucía aun más impresionante y al girar mi rostro hacia los enormes cristales que daban hacia la terraza recordé la primera vez que vine a su casa y él había dicho que su habitación tenía la mejor vista de toda la casa y definitivamente tenía razón.

La impresionante habitación solo se veía opacada por la maravillosa vista del océano bañado por el sol, definitivamente la habitación y la maravillosa vista hacía del lugar algo surrealista, envolví mi cuerpo desnudo en la sabana y caminé hasta las puertas de la terraza para admirar mejor la maravillosa vista.

– Definitivamente la vista ha mejorado de forma impresionante esta mañana – dijo Edward a mis espaldas usando solamente el pantalón de su pijama y con el cabello húmedo pues al parecer ya se había duchado y yo me apresuré a acomodar la sábana que había acomodado descuidadamente a mí alrededor y que dejaba descubierta gran parte de mi espalda, aunque cubrirme era algo estúpido después de lo ocurrido anoche.

– Buenos días – susurré deslumbrada por su enorme sonrisa sosteniendo una charola con lo que parecía nuestro desayuno.

– Buenos días – contestó aun sonriendo y se detuvo a darme un corto beso en los labios antes de poner la charola en la mesa que había en la terraza.

Desayunamos en un silencio cómodo en medio de miradas tiernas y sonrisas coquetas aunque con algo de prisa pues el avión estaba programado para las 9 de la mañana y teníamos poco tiempo.

*******

Nos encontrábamos ya dentro del lujoso y moderno avión privado de Edward cuando el capitán dio el aviso de abrochar los cinturones pues estábamos a punto de despegar.

No quería ser paranoica pero aunque Edward se había comportado de forma habitual y extremadamente cariñoso después de haber hecho el amor anoche, tenía la sensación de que por momentos estaba pensativo y mi lado pesimista se manifestó enseguida haciéndome pensar que estaba arrepentido por lo que habíamos hecho pero decidí ignorar aquellos pensamientos y darle tiempo después de todo eso era lo que el me había pedio en un inicio, ya me diría lo que le ocurría cuando estuviera listo.

Edward paso gran parte de viaje trabajando y yo imité a Jacob quien leía un libro sobre casos del FBI sin resolver y saqué mi viejo ejemplar de cumbres borrascosas perdiendome en la historia, pero de vez en cuando sentía la mirada de Edward y cuando levantaba la mirada lo veía lanzándome miradas lascivas por encima de su laptop y de vez en cuando interrumpía su trabajo para cruzar unas cuantas palabras conmigo.

– Arriba dormilona – susurro Edward besando suavemente mi sien.

– Lo siento me quede dormida – dije estirándome aun adormecida.

– No tienes por que disculparte fue un largo vuelo – dijo sonriendo – abrocha tu cinturón estamos a punto de aterrizar.

Por suerte el aterrizaje fue muy suave y calmado.

Después de las largas horas de vuelo el avión aterrizó a las 4:30 de la mañana hora de Londres y apenas salimos había un Audi SUV color negro esperándonos y su conductor abrió la puerta y bajó rápidamente, en cuanto lo vi lo reconocí era el padre de Edward.

– Edward hijo que gusto verte – dijo con los brazos abiertos y Edward correspondió a su abrazo mientras yo me quedaba parada junto a Jacob con los nervios de punta.

– Respira – me susurró Jacob amablemente y entonces me di cuenta que estaba conteniendo el aliento.

– Jacob que gusto volver a verte – dijo Carlisle amablemente.

– Hola Carlisle – contestó Jacob con la misma emoción.

– Y quien está hermosa jovencita? – dijo dirigiéndose a mi y de inmediato Edward se paró a mi lado y me acercó a él abrazándome por la cintura.

– Papá te presento a mi novia, Isabella Swan – dijo Edward mirándome a los ojos con tal adoración que me derritió el alma.

– Mucho gusto señor Cullen – dije extendiendo mi mano hacía el pero fui tomada por sorpresa cuando al igual que a Edward me abrazó.

– Nada de señor solo Carlisle por favor, a demás ya casi eres parte de la familia Isabella – dijo sonriendo.

– Gracias Carlisle y por favor solo Bella – dije sintiendo el sonrojo en mis mejillas mientras Edward sonreía por mi expresión.

Jacob se acomodó en el asiento del copiloto al ver que Edward se deslizaba conmigo en el asiento trasero colocando su brazo en mis hombros y tomó con su mano libre mi mano.

– Relájate, todo va a estar bien – susurró en mi oído.

– Para ti es muy fácil decirlo – susurré en respuesta.

En menos de lo que creí llegamos a la mansión de campo de los Cullen rodeada por altos y gruesos muros de piedra, nos detuvimos frente a un gran portón negro Carlisle sacó la mano y digitó un código y de inmediato la puertas se abrieron para darnos la imponente mansión color beige  rodeada por una enorme área verde.

Cuando estacionamos frente a la casa me estremecí al ver la gran comitiva que empezaba a salir por la puerta pensé a ser aun demasiado temprano.

– Edward – gritaron todos a coro.

Todos estaban allí y aun en pijamas aquella familia parecía sacada de un comercial de ropa de cama Esme, Alice, Jasper, Vanessa, Emmet y Rosalie quienes estaban pasando unos días allí pues en realidad tenían un apartamento en Belgravia uno de los mas exclusivos barrios residenciales de Londres en el mismo edifico también los padres de Edward tenían un apartamento ya que el edificio les pertenecía.

Gracias a Dios todos lucían igual que en las fotografías y a nadie se le había ocurrido cambiar de look, todos sonreían cálidamente, después de los abrazos para con Edward y Jacob la atención se centró en mi y Edward me atrajo a su cuerpo aferrándome por la cintura.

– Familia les presento a Isabella Swan, mi novia – dijo Edward con cierta nota de petulancia y de inmediato me vi inmersa en un mar de saludos y abrazos.

Una vez adentro vi la exquisita decoración de la casa y pude ver el talento y el buen gusto que poseía la madre de Edward a la hora de decorar.

– Vengan chicos los llevaré a su habitación para que descansen un poco antes del desayuno – dijo Esme encaminándose hacia las escaleras.

Edward tomó mi mano y todos la seguimos hasta la planta superior.

– Esta es tu habitación Jacob ponte cómodo y tu mi cielo  tu habitación está igual que siempre no se ha movido nada – dijo Esme sonriéndole con ternura a su hijo y nos acompañó hasta la puerta de la habitación de Edward que quedaba al final del pasillo.

– Descansen chicos y una vez más bienvenida a la familia Bella –dijo amablemente.

– Gracias señora Cullen.

– Ah ah ah – dijo Esme reprobatoriamente.

– Gracias Esme – dije rectificando de inmediato.

– Debes estar exhausta – dijo Edward conduciéndome al interior de la habitación.

– Ven aquí – dijo y me ayudo a quitarme la chaqueta y los zapatos – descansemos un poco.

Ambos nos acomodamos en la cama y Edward me abrazó por la espalda atrayéndome a su cuerpo, estaba exhausta y pronto caí en un sueño profundo.

 

***********

Me desperté aun envuelta en el calido abrigo que me ofrecían los brazos de Edward y de repente oí que llamaban a la puerta, rápidamente me zafé de su agarre, Edward también lo había escuchado pero continuó dormilado en la cama.

– Hola Bella – dijo Alice tras la puerta impecablemente vestida y arreglada completamente diferente a su look de la mañana.

– Hola Alice – contesté sonriéndole.

– Lamento despertarlos pero el desayuno estará listo dentro de poco y mamá me envió a llamarlos.

– De acuerdo Alice bajaremos en seguida – dije y cerré la puerta.

Fui hasta el baño mientras Edward aun se estiraba en la cama, me lave los dientes cepille mi cabello y me metí en la ducha.

Mientras me duchaba pensaba en que Edward no había venido tras de mi a la ducha aun cuando ya estaba despierto y escucho a Alice, de inmediato mi temor se acrecentó ¿Acaso se había arrepentido de haber hecho el amor conmigo? ¿O acaso para él solo había sido sexo y no quería que me hiciera falsas ilusiones?

No, no podía ser tan pesimista talvez solo estaba un poco asustado por el hecho de que las cosas hayan sido un poco apresuradas y necesitaba algo de tiempo, de seguro era eso.

Salí de la ducha y me envolví en una bata sintiéndome tranquila de mi conclusión y el estaba junto a la puerta y me sonrió dulcemente y en ese momento mis miedos se disiparon.

– Descansaste – dijo acariciando mi mejilla.

– Si ¿Y tu? – le pregunté.

– Por supuesto, la compañía no pudo ser mejor – y juntó sus labios con los míos en un casto beso – no tardaré - susurró.

Con mejor ánimo busqué en mi maleta y opté por un conjunto de lencería blanco, unos jeans, una blusa blanca de mangas cortas, chaqueta café, botas del mismo color y coloque todas las prendas sobre la cama.

Me apresuré en vestirme antes de que Edward saliera de la ducha pero no fui lo suficientemente rápida pues apenas había terminado de ponerme mi ropa interior cuando él salió de la ducha envuelto en una toalla con el pecho descubierto y su cabello húmedo y desordenado, su mirada recorrió descaradamente mi cuerpo a medio vestir y se acercó a mi lentamente.

Colocó su mano en mi mejilla y juntó nuestros labios en un beso lento pero profundo al cual yo respondí inmediatamente, sus brazos se deslizaron por mi cuerpo presionándome más contra el suyo mientras su lengua barría mi boca cambiando la naturaleza del beso.

Suavemente me hizo retroceder hasta recostarme con delicadeza en la cama y se acomodó sobre mí, continuó besando mi mejilla, siguió deslizando sus labios hasta alcanzar mi cuello hasta llegar al inicio de mis pechos, podía sentir su erección contra mi muslo, engancho su dedo índice en la copa de mi brazier y descubrió uno de mis senos y tomando el pezón entre sus labios empezó a succionar suavemente arrancando un gemido de mi garganta y entonces... el encanto se rompió.

– Chicos tía Esme los está esperando – dijo la voz de Vanessa del otro lado de la puerta, pude escuchar como soltaba una risita y de inmediato sentí el calor subir por mi cuello hasta mis mejillas.

– Enseguida vamos Neisse – gritó Edward sonriendo por mi expresión.

Nos vestimos tratando de ser rápidos en nuestro arreglo, Edward se opuso unos jeans y una camisa blanca con la que se veía divino para luego bajar tomados de la mano.

– Oh mírenlos… se ven tan lindos – exclamó Esme en cuanto entramos al hermoso comedor decorado con grandes cortinas rojas y paredescolor azul grisáceo y un mueble con espejo en la pared de la cabecera.

– Hacen una linda pareja – secundaron Alice y Rosalie mientras Vanessa solo sonreía y me pareció que lo hacía mirando a Jacob.

Y de inmediato empezaron una ronda de preguntas sobre como y donde nos conocimos afortunadamente mientras estábamos en el avión le había contado a Edward la versión que Angela había divulgado aun temiendo a que se disgustara, pero por el contrario a Edward le pareció una excelente historia e incluso dijo que merecía un bono por ello, así que nos apegamos a ese argumento y en cuanto a nuestras preferencias gracias a nuestras pláticas nocturnas las conocíamos a la perfección.

– Espero que hayas traído algo lindo para la recepción que daremos esta tarde para celebrar que al fin todos estamos juntos será fabuloso la haremos en el jardín, claro que si no encontraremos algo para que uses – dijo Alice sonriendo amablemente.

– No creo que sea necesario pero te agradecería si me ayudaras a escoger algo de entre lo que traje – le dije a Alice ya que Edward me había hablado del excelente gusto que tenía su hermana.

– Claro que si, además organicé algo sencillo solo la familia y unos cuantos amigos para celebrar que todos estamos juntos – dijo emocionada.

– Seguro que solo unos cuantos amigos?– preguntó Edward.

– Bueno casi todos nuestros amigos – contestó Alice.

El desayuno trascurrió sin incidentes pero pude confirmar mis sospechas a Vanessa le gustaba Jacob y cada vez que ella estaba distraida él la miraba como si fuera el espectáculo más interesante del mundo, en cuanto todos terminaron Alice decidió que era hora de ocuparnos de nuestros vestidos para la fiesta pues ya nos quedaban pocas horas.

 

**********

Para cuando los invitados empezaron a llegar ya todas estábamos listas en la habitación de Alice quien había escogido para mi un vestido beige corto de un solo tirante, ligeramente ajustado, con una cinta ancha color crema bajo el busto que según Alice lo resaltaba favorablemente y arreglo mi cabello dejándolo suelto, colocó un broche plateado en un costado me onduló las puntas Desde la ventana de la habitación de Alice pude ver a Edward su hermano y Jacob hablando con los invitados y me quedé con la boca abierta viéndolo con su traje gris hecho a medida y sin corbata pues era una fiesta bastante informal si se consideraba el estilo de vida de los Cullen.

– Se ve muy guapo verdad – dijo Esme en voz baja junto a mí y yo solo asentí sonriendo.

Mi rostro empezó a arder en ese momento de seguro me había descubierto viendo a su hijo con la boca abierta.

– No tienes porque apenarte me alegro que estés tan enamorada de él puedo verlo en tus ojos, la forma en que lo miras – dijo sonriendo – y la forma en la que él te mira a ti, tengo que agradecerte este cambio, junto a ti es diferente… más feliz puedo ver cuanto te ama, solo puedo decirte bienvenida a la familia – añadió Esme y besó mi mejilla.

– Gracias Esme – dije sinceramente.

Deseaba con todo mi corazón que Esme tuviera razón sobre los sentimientos de su hijo pero sabía que no era así, talvez algún día pero no debía hacerme ilusiones, por lo pronto viviría intensamente el tiempo que lo nuestro durara.

Al traspasar la puerta hacia el jardín pude ver a Edward de espaldas a mi pero giró de inmediato cuando Jacob me miró y me señaló con su barbilla, tuve el placer de ver como los ojos de Edward recorrieron todo mi cuerpo y se apresuró hacia mi sin despegar su mirada de mi.

– Luces realmente hermosa – dijo aferrándose con su brazo a mi cintura.

– Gracias.

– Mi hermana hizo un buen trabajo contigo tendré que agradecérselo más tarde – dijo cerca de mi oído.

– Hola Jacob – dije en voz baja apenada por haberlo ignorado.

– Hola señorita Swan – dijo respetuosamente.

– Por favor Jacob solo Bella.

– De acuerdo Bella – dijo sonriendo.

– Edward – dijo una voz masculina a nuestras espaldas y al girarnos había un joven rubio, de ojos azules, ligeramente más bajo que Edward y aproximadamente de la misma edad.

– Mike – dijo Edward con sequedad.

– Como estás? – preguntó Mike mientras se daban un tenso apretón de manos.

– Mas que bien – dijo Edward mientras sentía su brazo tensarse alrededor de mi cintura – te presento a mi novia Isabella Swan.

– Mucho gusto Mike Newton – dijo tendiéndome su mano.

– Mucho gusto Isabella Swan – dije educadamente aunque lo único que quería era saber porque Edward se comportaba así.

– Si nos disculpas Mike hay muchas personas a las que deseo saludar – se disculpó Edward rápidamente con él.

Quise preguntar el porque de su antipatía hacia Mike pero no tuve tiempo pues fuimos abordados por muchísimos conocidos de Edward a los que me presentó con orgullo y de buen agrado.

Edward y yo nos encontrábamos compartiendo una copa de champagne con Jacob y Vanessa cuando vi a Alice prácticamente corriendo hacia nosotros en sus altos tacones plateados la verdad es que no entendía como lo lograba.

– Lo siento hermanito, pero necesito que me prestes a tu novia un momento – y sin esperar su respuesta tomo mi brazo y literalmente me arrastró.

– Nessie – dijo para que también nos siguiera dirigiéndonos hacia la casa.

– Rose tu también – dijo cuando pasamos junto a Rosalie quien se encontraba cerca de la entrada platicando con Emmet y Carlisle.

– A donde vamos? – pregunté ya en el interior de la casa.

– A mi habitación – contestó Alice – hay algo desagradable de lo que debemos ocuparnos – añadió y mi corazón empezó a latir desbocado ¿Acaso Alice lo sabía todo?

– Me van a decir de una vez por todas que ocurre – dije en cuanto entramos a la habitación de Alice y el semblante de Alice se volvió más serio pero Rosalie y Vanessa no parecían intrigadas de manera que ellas sabían de que se trataba.

– Primero que nada sientate frente al espejo necesitamos retocar tu peinado y maquillaje – automáticamente obedecí.

– Bella Edward te ha hablado de su exnovia? – preguntó Alice y yo respiré profundo, era eso sobre lo que quería hablar.

– La que lo plantó un día antes de la boda? – pregunté pretendiendo parecer inocente.

– Exacto… veo que Edward te lo ha contado todo – dijo Rosalie sonriendo.

– No me extraña se nota que mi hermano está muy enamorado de ti – dijo Alice.

– Si se ven hermosos juntos – añadió Vanessa y yo solo podía permitirme fantasear que lo que ellas percibían era cierto.

– Pero en fin, se suponía que la perra de Jessica no vendría pero seguramente se enteró de que Edward y tú estarían aquí y decidió venir a lanzar algo de su veneno – dijo Rosalie.

– Y por eso estás aquí, porque debes lucir maravillosa y eclipsarla por completo – dijo Alice y comenzó con su tarea.

– Será mejor que bajemos Edward está muy impaciente creo que ya viene para acá – dijo Vanessa observando por el ventanal.

– De acuerdo ya estamos listas, bajemos – dijo Alice.

– Oh, oh… zorra a las doce en punto – dijo Vanessa y todas corrimos hacia el ventanal.

Al asomarnos vimos a Edward justo frente a nosotras caminando hacia la casa y una mujer delgada, de cabello castaño claro, con un vestido corto color verde menta, varios metro detrás de él apresurando su paso para alcanzarlo.

– Ahora vamos a bajar nos dispersaremos y tu harás como si ella no importara porque así es, vamos – dijo Alice, tiró de mi brazo y salimos.

Efectivamente las chicas se dispersaron y yo me dirigí hacia donde Edward hablaba con Jessica, ella le sonreía coquetamente y pese a que Edward lucía serio y algo incómodo la sangre me hervía al verlos juntos pero una figura masculina bloqueó mi campo de visión.

– Hola Isabella – dijo Mike Newton.

– Hola – respondí intentando ser educada.

– Espero que te la estés pasando bien porque se nota que Edward la está pasando muy bien – dijo maliciosamente mientras volteaba hacia donde se encontraban Jessica y Edward.

– Ambos la estamos pasando muy bien – respondí ignorando su comentario malintencionado.

– Quieres ir por una copa? – preguntó Mike.

– No muchas gracias – me apresuré a responder.

– Vamos serán solo unos minutos – insistió.

– Creo que mi novia dijo que no – dijo Edward con la hostilidad marcando su aterciopelada voz.

– Tranquilo Cullen solo le hacía compañía a tu novia mientras tu estabas ocupado con Jessica – dijo levantando las manos.

– Pues en tal caso gracias pero déjame aclararte que yo jamás estoy ocupado para ella – dijo en el mismo tono gélido y sin más me tomó por la cintura aunque podía sentir la tensión en los músculos de su brazo.

Me llevó al interior de la casa y nos dirigió hasta el final de un corredor y abrió la puerta para descubrir el lujoso estudio de Carlisle que era parecido al de Edward pero mucho más amplio y con más libros, entramos buscando intimidad pese a que la casa se encontraba desierta pues todos se encontraban en el jardín disfrutando de la fiesta.

– Me puedes decir que hacías con ese idiota? – soltó de repente entramos en el estudio.

– Que? – pregunté sorprendida.

–Ya me oíste que hacías hablando con ese idiota? – insistió y no pude evitar que la ira me invadiera por sus acusaciones.

– Acabo de verte en un agradable reencuentro con tu ex y tu me acusas de coquetear con Mike cuando intentaba librarme de él – le dije de forma acusatoria.

– Con que ahora es Mike – chasqueó.

– Para esto querías que viniera? Para comportarte de esa manera y demostrar que solo soy una adquisición – pregunté en un susurro.

– Aun no me has contestado ¿acaso te gusta? – casi gritó ignorandome.

No podía creer este fuera el mismo hombre que me había hecho el amor tan dulcemente, no podía creer que se estuviera comportando de esa manera después de lo que paso con su ex entendía que fuera desconfiado pero no permitiría que me tratara de esa manera.

– Porque te comportas de esa manera? O a caso te diste cuenta de que aun amas a Jessica y estás buscando una maldita escusa para deshacerte de mí, porque si es así solo debes decirlo – dije al borde de las lágrimas.

– No cambies de tema además sabes muy bien que no se trata de eso – gritó pasandose la mano por el cabello repetidamente.

– Si te vas a comportar como un maldito clon de mi padre yo me largo – dije y me giré para salir del estudio pero su mano se aferro a mi muñeca y me impidió avanzar.

– No te vayas, te necesito conmigo – dijo suavizando su tono de voz y su cuerpo atrapó el mió contra la puerta.

– Porque que me quieres aquí? – grité en su cara.

– Porque te amo – dijo con los dientes apretados.

– Que? – dije en un susurro.

– Te amo – dijo sosteniendo mi rostro entre sus manos con su mirada clavada en la mia.

– ¿Es que acaso no lo has notado? Te amo y no soporto la idea de que puedas estar en los brazos de otro hombre… Te amo – continuó mirándome, suplicando por una respuesta.

– Yo también te amo – dije y una lágrima traicionera se deslizó por mi mejilla.

El exhaló todo el aire que había estado reteniendo y limpió delicadamente con una caricia de su dedo índice la lágrima para luego tirar de mi rostro hasta unir nuestros labios besándolos suavemente.

Nuestras labios se movían de forma sincronizada suavemente hasta que su lengua acaricio mis labios y yo le concedí acceso a mi boca y entonces nos perdimos en las sensaciones.

Sus labios se movían hambrientos sobre los míos y yo correspondía a sus besos apasionados, su cuerpo se presionó aun más contra el mío haciéndome sentir su tremenda erección contra mi cadera mientras aferraba mis manos a su sedoso cabello.

Una de sus manos viajó hasta mis pechos acariciándolos por encima de mi vestido mientras la otra tomaba mi pierna y la sostenía en su cintura, abandono mis pechos para alargar su mano y ponerle seguro a la puerta, su cuerpo se frotaba contra el mío haciéndome gemir fuertemente por la proximidad de nuestros sexos.

Algo en mi gemido lo hizo perder el control pues con un sensual gruñido me levanto entre sus brazos hasta dejarme sentada en el borde del escritorio, llevó sus manos hasta el cierre de mi vestido y lo bajo para luego deslizar rápidamente la parte superior de mi vestido y se deshizo rápidamente de mi brazier lanzándolo al piso para luego devorar mis pechos apasionadamente.

Deslicé su saco por sus hombros hasta dejarlo caer al piso y con mis temblorosos dedos desabroché los botones de su camisa dejando su pecho al descubierto y me incliné para besarlo pasando mi lengua por su suave y cálida piel y tuve la satisfacción de oírlo gemir por mis caricias.

Sus manos se perdieron bajo la parte de mi vestido que aun llevaba puesta acariciando la parte interior de mis muslos, gemimos a la par cuando el introdujo dos de sus dedos en mi húmedo centro.

– Te necesito – dije entre jadeos.

– No tanto como yo a ti – respondió y quitó habilmente mis bragas.

Mis manos volaron a la cintura de su pantalón luchando desesperadamente por deshacerme de su cinturón, el vio mi estado y se hizo cargo de mi tarea liberando su pronunciada erección.

– Eres tan hermosa – susurró.

Se hundió rápidamente en mi haciéndome arquear la espalda lo que provocó que la penetración sea más profunda haciéndome gemir tan fuerte que casi fue un grito mientras envolvía mis piernas alrededor de su cintura para atraerlo más a mi.

Teníamos suerte de que no hubiera nadie cerca pues nuestros gemidos resonaban en la gran habitación.

– Oh por Dios eres tan cálida Bella – dijo y aceleró el ritmo de sus embestidas.

Con cada estocada el fuego en mi vientre se acrecentaba hasta que explote en sus brazos rindiéndome al placer que mi cuerpo experimentaba y pocos segundos después el encontraba también su liberación.

– Te amo Isabella Swan – susurro cerca de mis labios aun con la respiración acelerada.

Yo no pude hacer más que cerrar los ojos y sonreír mientras saboreaba sus palabras embriagandome en ellas.

 

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Bueno chicas espero que les haya gustado el capi y espero con ansias sus votos y sugerencias sobre el curso de la historia. Intentaré actualizar los más pronto posible mientras tanto espero que la pasen bien. Besitos…

Capítulo 8: Noche de Tormenta Capítulo 10: Insidentes

 
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