AMOR POR CONTRATO (+18)

Autor: Isabella_256
Género: Romance
Fecha Creación: 01/05/2013
Fecha Actualización: 18/12/2015
Finalizado: SI
Votos: 65
Comentarios: 270
Visitas: 229422
Capítulos: 27

Edward Cullen es un joven y exitoso empresario reconocido internacionalmente, proveniente de una de las más importantes familias de Londres, por una desilusión amorosa se mudó a Los Ángeles y pese a ser un mujeriego empedernido lleva una vida muy solitaria hasta que se cruce en su camino Isabella Swan.

Pese a haber tenido una vida difícil la hermosa joven es alegre y carismática pero no confía en los hombres, ambos se conocen en una accidentada situación y se involucraran en un enredado acuerdo para que ella finja ser su novia ante su familia durante un par semanas. ¿Lograrán ambos superar sus temores y disfrutar su amor plenamente?....

 

Los personajes de esta historia son propiedad de Stephanie Meyer pero la historia es escrita por mi y es producto de mi loca imaginación por favor no publicar en esta página o en cualquier otra sin mi autorización.

 

Los invito además a leer mi otra historia (Dando clic en el título del fic)

"CORAZÓN IMPREDECIBLE (+18) (Finalizado)"

 

Además los invito a pasar por mi nueva historia

"SIEMPRE TUYA (+18) (En Proceso)"

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Capítulo 27: EPÍLOGO

¡Hola chicas!… ya lo se me deben querer matar pero aquí estoy y al fin les traigo el epilogo de esta hermosa historia que he escrito con tanto cariño para mis amadas lectoras. Gracias por sus comentarios EMI20, GINNADECULLEN, ALEXANDRAGREYDECULLEN, DANIELAC, MILDRILARA y sobre todo a mi esposo HANSVULTURY_85 que siempre me apoya en casa, al final del capi y los agradecimientos les dejo el prefacio de mi nueva historia “SIEMPRE TUYA” así que no se lo pierdan. No las canso más y aquí les dejo el capi DISFRUTENLO…

 

 

Al abrir los ojos lo primero que hice fue estirar mis brazos, cada parte de mi cuerpo se sentía deliciosamente tensa debido a la actividad física del último par de días y sobre todo de anoche.

Sentía mis mejillas arder al recordar la noche del jueves, después del baile privado en la despedida de soltero de Edward y el muy satisfactorio final del mismo todos sus temores habían quedado en el olvido y ambos éramos insaciables había sido demasiado tiempo de abstinencia y nos encontrábamos ansiosos por disfrutar del otro pero era difícil en una casa llena de gente ante la obsesiva planeación de Alice que revoloteaba a mi alrededor todo el tiempo.

La noche anterior se suponía que Edward y yo no debíamos dormir en la misma habitación, idea que a ambos nos parecía ridícula después de todo lo que hemos pasado y sobre todo por el hecho de que estaba embarazada pero para Alice y Esme parecía muy importante.

Para Esme la razón era meramente superstición, ella pensaba que era de mala suerte que el novio y la novia se vieran antes de la boda, parecía ser algo importante para ella y a pesar de las protestas de Edward lo convencí de que aceptáramos.

El interés de Alice más bien tenía que ver con la obsesión por obtener la perfección en esta boda y eso incluía que la novia durmiera bien y estuviera con la piel completamente tersa y sin rastro de ojeras, así que conocedora de nuestra reciente “época de sequía” quería que Edward mantuviera sus manos lejos de mí pero eso no impidió que se colara a mi habitación a media noche e hiciéramos el amor hasta estar completamente satisfechos y agotados.

Instintivamente estiré mi brazo hacia su lado de la cama para encontrarme con sabanas frías y una almohada vacía y sonreí al recordar que Edward había salido de nuestra habitación al amanecer para dejar que su madre y hermana creyeran que habían ganado.

Miré el reloj sobre la mesita de noche y me sorprendí al ver que eran casi las 11, el sábado había llegado y con él el día de mi boda, era casi un milagro que Alice no haya venido a despertarme ya hace mucho. Tome mi bata, me dirigí al baño y al salir escuche unos suaves toques en la puerta.

– Adelante – dije pensando que ya era extraño que Alice no estuviera apresurándome pero a quien vi aparecer fue a Rose.

– Buenos días – dijo cerrando la puerta detrás de ella.

– Hola Rose – dije sonriéndole – pensé que sería Alice enojada porque me quede dormida.

– Debió haber venido hace casi dos horas pero la convencí de dejarte dormir un poco más porque después de la visita de Edward anoche pensé que estarías cansada – dijo subiendo y bajando las cejas al puro estilo de su esposo.

– ¿Qué? – pregunté fingiendo no saber de lo que hablaba.

– No tienes que fingir conmigo nos estamos quedando en la habitación de al lado y vi entrar a Edward anoche, además ustedes no son muy silenciosos que digamos – dijo soltando una risita y estoy segura de que mi rostro era de un rojo brillante.

– Pero tranquila que no le diré ni a Alice ni a Esme, intentaron lo mismo conmigo y Emmet la noche anterior a nuestra boda pero tampoco tuvieron éxito – pero lo que más me preocupaba era su esposo y sus bromas – y no te preocupes que ya soborné a Emmet adecuadamente así que no dirá nada – dijo sonriendo pícaramente.

– Gracias Rose – dije soltando el aire que no había dado cuenta a que estaba conteniendo.

– No hay de qué pero ahora debes apresurarte porque en cualquier momento entrará Sue con el desayuno ya que le dije a Alice que me ocuparía de que estuvieras lista en una hora para para que el estilista y la maquiladora hagan lo suyo.

– De acuerdo… ¿Dónde está Alice?

– Ya la conoces, está ocupándose de todo personalmente y debo reconocer que todo está quedando precioso puedes verlo por ti misma – dijo señalando el balcón.

Y cuando salí al balcón mi mandíbula casi se desencajo al ver la transformación que había ocurrido en la playa.

El sitio destinado a la ceremonia con las sillas alineadas cubiertas de satén blanco con un listón azul alrededor y hay una hermosa pérgola blanca colmada de flores al final del ya instalado corredor lleno de cientos de flores.

El área destinada para la recepción no se quedaba atrás cada detalle tenía impreso el toque personal de Alice, los hermosos arreglos florales alternados con preciosos centros de mesa de cristal con velas flotantes y una zona lounge con cojines en el piso para que los invitados se relajen y la decoración con telas le daba a todo un toque etéreo al moverse con la brisa del mar.

Mis ojos se llenaron de lágrimas admirando tanta belleza, pese a que siempre enfatizamos que queríamos una boda íntima y relajada Alice y Esme se las habían arreglado para respetar nuestros deseos y llevar nuestra idea a otro nivel.

– Es hermoso verdad – dijo Rose detrás de mí.

– Es todo lo que soñé y mucho más – dije limpiando mis lágrimas.

Después del desayuno que apenas pude apreciar porque mi estómago estaba hecho nudos por los nervios y tomar una ducha llegaron el estilista y la maquilladora.

Luego de una mascarilla capilar, una facial, un recorte de puntas capas de maquillaje y de casi dormirme mientras trabajaban en mi…

– Quedaste preciosa – anunció Esme entrando en la habitación envuelta en un hermoso vestido color turquesa que le daba a su piel un aspecto maravilloso.

– Gracias Esme pero tu estas impresionante – dije observando a mi muy elegante suegra.

– ¡Oh tonterías cariño! – exclamo.

– Hoy nadie se preocupara de mi todas las miradas van estar sobre ti, serás la envidia de todas las solteras – añadió y no me quedaba ninguna duda de que aquello era más que cierto.

A veces era molesto que todas las mujeres babearan por tu futuro esposo y aunque en el fondo aun temía volver a encontrarme con alguna loca como Irina, me sentía segura del amor de Edward y eso mantenía mis temores a raya.

– ¿Llegue a tiempo para el vestido? – dijo mi madre irrumpiendo en la habitación.

– Claro que si – se apresuró a decir Esme.

– Mamá estas impresionante – dije al verla tan arreglada usando el vestido que Esme había comprado para ella.

– Gracias cariño pero eres tú la que importa hoy y estas preciosa mi amor – dijo con lágrimas en los ojos.

Esme saco la gran bolsa que contenía mi vestido de novia que hasta ahora había sido un secreto casi para todos y para ese entonces Angela, Alice, Rosalie y Nessie que serían mis damas de honor ya estaban en la habitación.

Esme abrió la cremallera de la bolsa y un jadeo escapo de los labios de todas al sacar el vestido.

Y es que mi vestido era un sueño hecho realidad, era hermoso, cómodo y elegante una mezcla que rara vez se logra obtener con éxito, con la ayuda de mi madre y Esme me puse el vestido y terminé de arreglarme.

– ¡Oh por Dios! – exclamó Alice.

– El diseñador hizo un excelente trabajo fusionando nuestras ideas te ves preciosa – añadió Alice girando a mi alrededor revisando mi peinado y maquillaje ya que todo en mi imagen el día de hoy había sido pensado por ella.

– Y ahora – dijo tirando de mi mano hasta situarme frente al espejo – esto fue una petición de Edward, hizo que le prometiera que me aseguraría de que te dieras cuenta de lo hermosa que seguramente estarías hoy.

Me quede mirando fijamente a la mujer frente al espejo y tuve que controlarme parpadeando repetidamente para disipar las lágrimas.

Yo jamás soñé con encontrar el amor, una boda y con todo lo que esta implica, después de la convivencia con mi padre ni siquiera estaba segura de querer casarme un día.

Pero aquí estaba contemplado mi reflejo con mi corazón a punto de estallar de la emoción con el vestido de novia más hermoso jamás imaginado.

El satén contra mi piel se sentía maravilloso y la brisa que entraba por la ventana lo hacía fluir de manera que parecía que estaba flotando.

El vestido era de satén blanco se ajustaba perfectamente a mi cuerpo y se ensanchaba en la cintura, con hermosos breteles decorados con diminuta pedrería, mi cabello estaba recogido en un moño bajo con mechones ondulados escapando, dándome un aire de sofisticación que jamás pensé lograr y el maquillaje que un principio pensé podría ser demasiado lucía natural y entonaba perfectamente con el vestido.

– Bueno la hora llegó – dijo Alice abriendo la puerta para que nuestras madres fueran a tomar su lugar. Sentía mis piernas temblar no sabía cómo haría para no caer por las escaleras, incluso estaba reconsiderando mi decisión de caminar sola hasta el altar solo para tener alguien a quien aferrarme en caso de tropezar, estaba tan nerviosa, odiaba ser el centro de atención e irremediablemente hoy lo sería.

Logré bajar las escaleras y llegar hasta la playa sin ningún incidente y allí estaba Edward de pie al final del corredor sonriéndome y mirándome como si fuera su más grande tesoro.

Al ver a la forma en que miraba y me sonreía de inmediato mi pulso se calmó y lo único que quería era llegar hasta él.

Las chicas tomaron su lugar y yo finalmente llegué hasta Edward correspondiendo su brillante sonrisa.

Lucía guapísimo con su esmoquin y el viento alborotando su cabello mientras el sol le arrancaba destellos y la pérgola de flores junto con el mar a sus espaldas hacían que luciera como un sueño del que tenía miedo de despertar.

– Estás preciosa – susurro cuando tomo mi mano y deposito un beso en ella antes de ofrecerme su brazo.

Las hermosas palabras del ministro durante la ceremonia eran solo como una melodía de fondo haciendo perfecto nuestro momento, aún más cuando llego el momento de los votos y ambos los dijimos sin aparta la mirada del otro.

La emoción fue tal que no pude evitar que lagrimas rodaran por mi rostro cuando terminé de decir mis votos.

– No me canso de decirte lo hermosa que luces – dijo Edward en mi oído mientras nos deslizábamos por la pista de baile.

– Me alegro de que te guste porque él diseño fue idea de Alice, yo solo pedí algo sencillo – dije feliz de que el vestido le hubiera gustado.

– Y esa es una de las cosas que más me gustan de ti, tu sencillez tu manera de ser, ese corazón tan puro que se robó el mío – dijo pegando su frente a la mía.

– Soy tan afortunado – añadió.

– Te amo – susurré. – No más que yo señora Cullen – respondió sonriendo y unió nuestros labios.

 

7 años después

La vida era perfecta ahora, pese a los años que habían transcurrido, los muchos tropiezos y pruebas que nuestro amor había tenido que pasar en los últimos años y que tal vez algún día les contaré ahora todo era perfecto.

Miraba a mi familia jugando feliz en la playa, para mí era un deleite ver a mi pequeña saltado alrededor de su padre cada vez que encontraba una concha o algo que atraía su atención en la arena y a nuestro pequeño riendo sobre sus hombros.

Verlos felices a ellos y a su padre era lo que más feliz me hacía en esta vida y al ver como la mirada de Edward encontraba la mía y allí estaban sus ojos llenos de adoración que cada vez que se centraban en mi afirmaban su amor mientras yo los observaba jugar y reír sentada en la arena.

Hoy nuestros hijos estaban más eufóricos que nunca porque mañana viajaríamos a visitar a sus abuelos en Londres y pasaríamos allí la fiestas navideñas como lo hacíamos cada año, ellos adoraban estar allí acompañados por su primos y siempre terminaban al borde de las lágrimas cuando teníamos que volver a casa.

Dado a que ni mi madre ni Phil tenían parientes cercanos con quienes pasaran estas fiestas se unían a nosotros cada año de manera que la familia entera, incluyendo a Nessie, Jacob y su pequeño Taylor de 3 años se unía en estas fiestas y siempre resultaban perfectas.

Edward dejo a nuestros hijos jugando en la orilla no sin antes advertirles que tuvieran cuidado.

Dios nos había bendecido con dos hijos hermosos y sanos, nuestra pequeña Lizzy de 6 años y nuestro pequeño Anthony de 4 que al igual que nuestra hermosa hija había llegado de forma inesperada pero la noticia de que nuestro segundo hijo estaba en camino solo había llegado a acrecentar nuestra felicidad.

Edward se acercó hasta mí sin apartar su mirada de la mía ni un solo instante y se sentó junto a mí en la arena abriendo sus brazos para mí, me recosté en su pecho aspirando su aroma que me resultaba tan embriagador como el primer día.

– Me has hecho tan feliz – susurró.

– No más de lo que tú a mí – dije dándole un corto beso en los labios.

– Amo verte feliz y sé que te gusta mucho estar aquí – dijo Edward y sabía lo que iba a decir antes de que lo dijera.

– Sé que temes a que yo no sea feliz con la decisión que tomamos, temes que solo lo haga por ti pero también fue mi decisión y soy muy feliz con ella debes creerme.

Sus brazos se sentían como mi hogar y mientras el olisqueaba mi cabello a la vez que repartía besos por mis sienes y mejillas susurrando cuanto me amaba podía sentir la felicidad completa, tenía el hombre que amaba a mi lado y unos maravillosos hijos que amaba con todo el corazón y oír sus risas mientras formaban un castillo torcido de arena hacía que mi corazón se hinchara de amor por ellos.

 

**********

Cerré con cuidado la puerta de la habitación de la habitación de Anthony mientras veía a Edward salir de la habitación de Lizzy y él me sonrió.

Amábamos a nuestros hijos pero su energía no tenía fin así que siempre era un alivio cuando se dormían, además mañana sería un largo día todos volaríamos a Londres a pasar las fiestas navideñas, así que tendría que levantarme temprano porque aun habían muchas cosas por revisar.

Edward llego hasta mí y me tomó en sus brazos sin hacer el menor ruido envolviendo mis piernas en su cintura, devorando mis labios hasta que llegamos a nuestra habitación y me dejo sobre la cama cubriendo mi cuerpo con el suyo, comenzando a dejar besos húmedos a lo largo de mi cuello.

– Te deseo tanto – susurró en mi oído provocando que la piel se me pusiera de gallina.

– También yo – dije entre jadeos.

Esta era otra de las cosas que amábamos de que nuestros hijos se durmieran, disfrutar de nuestro tiempo juntos, aun nos deseábamos como el primer día y hoy particularmente lo deseaba después de nuestros besos apasionados en la mañana que fueron interrumpidos cuando nuestros hijos despertaron.

Nos giró dejándome a horcajadas sobre él desatando rápidamente mi bata de seda color marfil para luego quitar mi pequeño camisón a juego escrutando cada parte de mi cuerpo con su intensa mirada.

Se sentó quedando cara a cara conmigo, sus manos acariciaron mis pechos mientras nuestros labios se devoraban.

Sus labios se deslizaron por mi cuello hasta llegar a mis senos, succionando con fuerza, alternando su tortura de uno al otro mientras yo me aferraba a su cabello y disfruta entre gemidos de sus caricias.

Nuestro deseo llego a tal punto que sus manos fueron hasta mi intimidad y desgarró las delicadas bragas de encaje para luego entrar en mi de un solo golpe y tuve que morder mi labio para ahogar un grito de placer.

Ambos nos movíamos rápidamente en busca de placer mientras mi pecho y el suyo se rozaba aumentando nuestro deseo mientras él me presionaba más contra él hasta que finalmente nuestro orgasmo llego al mismo tiempo y tuvimos que ahogar nuestros gemidos en los labios de otro.

Edward cayó de espaldas en la cama llevándome aun aferrada su pecho con sus brazos rodeándome, mientras ambos esperábamos que nuestra respiración errática y el pulso acelerado se calmaran.

Luego de vestirnos porque cuando nuestros hijos tenían pesadillas en medio de la noche venían a nuestra cama, nos cubrió a ambos con las con las sabanas y tras un corto beso en los labios ambos nos abandonamos a la inconciencia en los brazos del otro.

 

**************

– Mis niños – dijo Esme extendiendo sus brazos.

– Abuela – gritaron mis hijos y el pequeño Taylor corriendo hasta sus brazos.

– No puedo creer que hayan crecido tanto – dijo al borde de las lágrimas.

– Mamá solo han pasado 3 meses desde que los viste – dijo Edward poniendo los ojos en blanco.

– Los niños crecen muy rápido hijo, ya deja de contradecirme y vengan aquí a darle un abrazo a tu madre – dijo extendiendo sus brazos para nosotros.

Luego de los respectivos saludos a toda la familia mis hijos fueron al encuentro de sus primos, ya que Alice y Jasper habían tenido una hermosa niña con pasión por la moda igual que su madre a sus cortos 5 años y esperaban a su próximo bebé que llegaría dentro de un par de meses, Emmet y Rose tenían a su pequeño Kellan de 5 y a su hermosa Nikky de 4.

– ¿Es que acaso Alice al fin logró que te pasaras al lado oscuro? – protestó Edward descargando nuestras maletas con la ayuda de Phil, Carlisle y Jacob que se encargaron del equipaje de todos.

– Te oí – dijo Alice – además si Bella me hubiera hecho caso de todo lo que le aconseje empacar por video chat tendrías al menos 3 maletas más.

– Amor vamos a estar aquí hasta el 6 de enero además los regalos de navidad para los niños y el resto de la familia ocuparon mucho espacio – me defendí.

– ¿O preferías que los compráramos aquí bajo las amables indicaciones y sugerencias de Alice llevándonos a recorrer cada tienda de Londres? – pregunté enarcando una ceja.

– Por supuesto que no cariño tienes razón – dijo Edward con horror al recordar las últimas fiestas navideñas en que Alice nos había convencido de comprar los obsequios navideños aquí en Londres.

– Eres la mejor cariño – dijo dándome un corto beso en los labios.

Luego de arreglar a nuestros hijos los dejamos bajar a jugar bajo el cuidado de sus padres mientras nosotras como era ya costumbre cuando estábamos juntas nos arreglábamos en la habitación de Alice.

– Luces preciosa, me encanta como ese color resalta tu piel – dijo Edward al verme bajar por las escaleras examinando detenidamente mi vestido coctel color zafiro.

– Gracias – susurré.

– Luces tan hermosa que desearía no tener que esperar hasta después de la cena.

– ¿Esperar para qué? – pregunté.

– Es una sorpresa – dijo sonriendo.

– Genial, también tengo una para ti.

– En serio – dijo con sus ojos brillando de curiosidad.

– Si y espero que te guste porque será tu regalo de navidad.

– Si viene de ti de seguro lo amare – dijo con su seductora sonrisa ladeada.

Todos pasamos un rato muy agradable, y la cena navideña que habíamos preparado entre todas estuvo deliciosa y los postres fueron el deleite de los niños.

Mis hijos corrían felices por toda la casa con sus primos, amaban estar aquí, mi madre y mi suegra siempre se han llevado muy bien y al verlas riendo juntas me hacían pensar que la decisión que habíamos tomado era la correcta y que el panorama para nuestro futuro solo mejoraba cada vez más.

Cuando ya nos disponíamos a abrir los regalos Edward me tomo de la mano y me sonrió, de esa manera supe que era hora de hacer nuestro anunció.

– Familia tenemos un anunció que hacerles – dijo atrayendo la atención de los presentes.

– Mi hermosa esposa y yo hemos tomado una decisión – dijo atrayéndome por la cintura – van a tenernos en casa mucho más seguido.

– En serio hijo nos van a visitar más seguido – dijo Esme con los ojos brillando de emoción.

– Tan seguido que nos tendrás aquí para almorzar cada domingo – dije y pude ver su rostro marcado por la confusión y la incredulidad.

– Nos mudaremos a Londres – anunció Edward al fin sacándola de su confusión.

– ¿En serio? – preguntó sin poder creerlo y ambos asentimos.

– Oh mis amores – dijo abrasándonos a ambos.

– Pero cariño ahora te sentirás más sola en Los Angeles – dijo dirigiéndose a Nessie.

– Pues la verdad es que no lo creo tía – dijo Nessie – porque viviendo a un par de cuadras de Rose de seguro que llegamos para almorzar juntos los domingos.

– ¿Y no creerás que se pueden robar a mi única hija y deshacerse de nosotros verdad? – interrumpió mi madre que también había aceptado mudarse con nosotros.

– Edward me ayudo a conseguir empleo como entrenador del equipo de básquet de una secundaria – explicó Phil.

Jacob y Nessie también se mudarían ya que el padre de Jacob vivía desde hace mucho con Rachel la hermana de Jacob que ahora era la señora de Mark Andrews y esperaban a su primer hijo en cuestión de semanas.

Edward expandiría la empresa a Londres y además él y Jacob se habían embarcado en un nuevo proyecto una empresa de seguridad privada en la cual él y Jacob serían socios.

Esme estaba aún en estado de shock y Carlisle la miraba expectante porque todos pensamos que se desmallaría dela emoción.

– ¿Es en serio? – volvió a preguntar con las lágrimas rodando por su rostro.

– Tan en serio que la propiedad de los Hamilton que colinda con la de ustedes ya es nuestras y nos mudaremos a fines de enero así que… ¡Feliz Navidad! – le dije a modo de respuesta y fue entonces cuando empezó a sonreír y abrazar a todos llenándonos de preguntas.

– ¿En serio vamos a vivir aquí mami? – preguntó mi pequeña seguida por su hermano.

– Si mis amores – dije agachándome a su altura – vamos a vivir aquí en Londres muy cerca de los abuelos.

– ¿Y mi abu Renne también? – preguntó mi pequeño Anthony.

– Dentro de la propiedad que compramos hay una hermosa casa de huéspedes en la que la abuela Renne y el abuelo Phil vivirán – les expliqué.

– ¿Y nuestros primos podrán venir a jugar todos los días? – preguntó mi pequeña con los ojos brillando de emoción.

– Tal vez no todos los días pero si se verán todos los días porque asistirán la misma escuela – les dije y de inmediato los gritos de emoción y los planes de los niños comenzaron a estallar.

Cuando la euforia por las nuevas noticias se apaciguó decidimos que era momento de abrir los regalos y mi corazón empezó a latir desbocado cuando llego mi turno de darle mi regalo a Edward y luciendo el bellísimo collar que el cavaba de colocar en mi cuello le entregué la pequeña caja plateada atada con un listón azul.

Edward la tomó y desató el listón para luego fruncir el ceño cuando la abrió y pasó de la confusión, a la conmoción y finalmente a la alegría, sus ojos se clavaron en los míos.

– Feliz Navidad – susurré ante la mirada confundida de todos los presentes que se preguntaban que estaba ocurriendo hasta que Edward saco la prueba de embarazo que me había practicado la semana pasada.

– Voy a ser papá otra vez – gritó y corrió hasta mí envolviéndome en sus brazos y fue entonces cuando todos comprendieron y empezaron a rodearnos abrazándonos y felicitándonos, inclusos nuestros hijos se pusieron felices al saber que pronto tendrían un nuevo hermanito.

– Bueno mis niños creo que ha sido suficiente por hoy – dijo Esme tomando a mis hijos de las manos cuando empezaron a frotar sus ojos y bostezar, los demás al ver la hora también empezaron a llevar a sus respectivos hijos a la cama.

– No es necesario Esme lo haré yo – dije poniéndome de pie.

– Claro que no cariño, déjame disfrutarlos – dijo guiñándole un ojo a Edward – vamos mis pequeños la abuela los llevará a la cama y les leerá un cuento.

Así que después de besar a mis hijos y desearles dulces sueños se fueron tomados de las manos abuela.

– Es hora de tu sorpresa – susurró Edward en mi oído abrazándome por la espalda llevándome hasta la salida donde uno de mis abrigos me esperaba y el jeep de Emmet estacionado en la entrada, caminamos hasta él y me ayudo a subir.

Cuando vi el rumbo que tomábamos empecé a imaginar a donde nos dirigíamos y mis sospechas se materializaron cuando Edward se estacionó.

– Señora Cullen me regalaría una noche de su encantadora compañía en el mismo lugar en el que acepó ser mi esposa – dijo con su sonrisa radiante.

– Por supuesto que sí señor Cullen – dije y él se bajó rápidamente y rodeó el auto para abrir mi puerta y en lugar de ayudarme a bajar del monstruoso vehículo de Emmet me tomó en brazos.

Abrió la puerta y la cabaña estaba impecable, el lugar estaba decorado igual que la noche que me había pedido que nos casáramos.

– Pensé que sería ideal celebrar aquí el comienzo de nuestra nueva vida aquí pero ahora hay más de un razón para celebrar – dijo dando un puntapié en la puerta para cerrarla para luego colocarme con suavidad en el piso y para mi sorpresa cayo de rodillas y besó mi vientre.

– No sabes cuanta felicidad me has dado – dijo acariciándome mis piernas dejando que sus manos vagaran bajo mi vestido – jamás supe lo que era el verdadero amor hasta que te conocí.

– Soy yo la que debe agradecer todo lo que me has dado – dije acariciando su cabello.

– Yo estaba demasiado herida y llena de inseguridades, jamás pensé que llegaría a conocer el amor, tú me sanaste y me enseñaste lo que era el amor, me enseñaste a confiar, me has dado una vida llena de felicidad y hermosos detalles, me has dado dos hijos maravillosos y ahora otro pequeño que crece en mi interior – concluí con mi respiración cada vez más agitada por sus carias.

– Tienes razón – dijo subiendo mi vestido hasta dejar mi vientre descubierto – aquí dentro crece nuestro bebé – añadió repartiendo besos sobre mi piel y su cálido aliento sumado a mis hormonas fuera de control me estaban volviendo loca.

– Y no sabes cuánto me excita saberlo – dijo poniéndose de pie arrastrado mi vestido con su manos hasta sacarlo por mi cabeza.

Me besó lentamente pero de forma profunda, su lengua luchando con la mía mientras me llevaba a la cama.

Esa noche hicimos el amor lentamente, sin prisas, disfrutando en varias ocasiones de cada centímetro del cuerpo del otro, aferrándome a sus brazos cada vez que explotaba de placer.

Acurrucada con mi cabeza en el pecho de Edward rodeándolo con mis brazos mientras disfrutaba de aroma, su calidez y el tranquilizante latido de su corazón, aun no podía creer lo fácil que estaba resultando dejarlo todo atrás y comenzar una nueva vida con la familia que me acogió con los brazos abiertos sin conocerme.

Me dolía un poco separarme de Angie pero el saber que a ella y a Ben les iba de maravilla me hacía sentir mejor, sobre todo ahora que ella tenía un cargo ejecutivo en la empresa ya que Edward confiaba mucho en ella y Ben también había sido promovido en su trabajo y podrían darle a su pequeño hijo una hermosa vida, además la vería cuando viajáramos por trabajo.

Definitivamente habíamos tomado la decisión correcta, mis hijos amaban estar aquí adoraban pasar tiempo con sus primos y sus consentidores abuelos y la casa que Edward y yo habíamos comprado era preciosa.

Una bellísima propiedad de 5 hectáreas que colindaba con la de sus padres, mis hijos serían muy felices con todo ese espacio para jugar.

Después de pasar mi primer año en la compañía mi jefa decidió abrir su propia empresa de marketing y había empezado a adiestrarme para que me hiciera cargo de su puesto, así que hace cerca de 5 años que soy yo la encargada de las relaciones públicas de Cullen Corporation.

Cuando nuestro segundo hijo nació Edward habilitó una oficina en casa para mí, así que en su mayoría manejo todo desde casa, solo voy un par de horas al día a la oficina y por las fotos y videos que nos había enviado la decoradora de mi nueva oficina y la casa en general estaban quedando según nuestras especificaciones.

Sue había decidido venir con nosotros a Londres, Claire y Quil junto con su pequeña hija se quedarían a cargo de nuestra casa en Los Angeles pues Edward y yo habíamos decidido conservarla pues un par de veces al año tendríamos que volver por asuntos de la empresa, además era un lugar demasiado hermoso y lleno de buenos recuerdos como para deshacerse de él.

– Segura que no extrañaras el clima soleado de California – dijo Edward jugueteando con un mechón de mi cabello – sé muy bien que el frío y la lluvia no te gustan demasiado, incluso te traen malos recuerdos.

– Hace mucho tiempo que deje atrás los fantasmas del pasado, así que mi percepción del clima ya no es la que solía ser, extrañaré la casa y nuestras tardes en la playa, pero siempre podemos visitarla en vacaciones, además hace mucho que descubrí que mi hogar esta entre tus brazos – dije antes de devorar sus labios con pasión, agradecida con Dios por haberme dado más felicidad de la que jamás habría podido imaginar.

 

FIN

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Hola chicas espero que les haya gustado el final de esta historia, para mí ha sido todo un honor que me acompañaran en este viaje, que me tuviera paciencia en las situaciones difíciles y a veces dolorosas que este año me trajo.

Muchas veces me obsequiaban sus palabras de apoyo y aliento en el momento justo, millón gracias por eso y sobre todo quiero darle gracias a mi maravilloso esposo HANSVULTURI_85 que siempre me alienta y me apoya en todo, te amo mi cielo tú y nuestro hijo son lo mejor que me ha pasado, me has ayudado a superar todos los momentos dolorosos de mi pasado, mi presente y espero que también mi futuro.

Millón gracias a todas la lectoras a las silenciosa y a las chicas que siempre me dejaron sus comentarios KIMBERLYCULLEN, LIDYETH CULLEN, SPCULLEN, SOPHIE, ALE74, ESAROCI23, ASTRIDCANALES, HANSVULTURY_85, CIBEL, TIKACULLEN, BIBI_CULLEN_SWAN_1D, FABIANA, MEIRYCULLENBLACK, MONICA_SWAN38, ROMINA127, ANDREALICE, CARITO CULLEN SWAN, DARYANNY CULLEN, DELMARY, KEIT, LOVE EDWARD, SORA, JESIFLEXER, MAYAMASENCULLEN, NN, JR25232, NYSS96, HINDYRACULLEN, CINTY, ANÓNIMO, YUSALE, ANÓNIMOCULLEN, 5AMANECER2601, BELLSWARD, GINNI, CA.CULLEN, GLORIACULLEN, GABSRC, JANETHA, ALISS CULLEN, ANGELESFRAGOSO, EC07, INGRIDCULLEN, MONI CULLEN, NOE, JUD!*, BERIU, JULIETTE, TWILIGTH, MICHELLCULLEN, LYN DE PATTINSON, JENISWAN23, MCLLANOS, JUDITH, EMI20, GINNADECULLEN, ALEXANDRAGREYCULLEN, DANIELAC, MILDRILARA, espero seguir contando con su apoyo en esta nueva historia “SIEMRE TUYA” de la cual les dejo el prefacio a continuación (ya está disponible en la pagina de nuevos).

 

SIEMPRE TUYA (+18)

Las reglas eran simples sin apellidos, sin direcciones ni datos personales, cuando el mes finalizara también lo haría su relación, pues el destino de Isabella estaba sellado y pronto su vida se convertiría en un infierno.

Ella no contaba con que su corazón cayera presa de Edward pero sin importar sus fuertes sentimientos debe dejarlo atrás y aunque gracias a ese amor logra encontrar las fuerzas para luchar por desgracia no puede encontrar a Edward.

¿Qué sucederá cuando 5 años después se encuentren y Edward sepa que es padre?

 

 

 

 

Capítulo 26: Síndrome de Abstinencia

 
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