Transcurría la noche mientras me encontraba en brazos de mi protector, me entere que él se vio en la obligación de contarle Carlisle, Eleazar, y Tanya sobre que mi padres  Charlie y René, a Tanya solo se le conto que ello y nada más con respecto, yo entendí que era necesario no me gustaban que supieran mis cosas pero Edward hizo lo correcto. La noche paso sin previo aviso, sentí como sus brazos se habían aferrados a mi, yo tenia la mirada extraviada, mis pensamientos se hallaban confusos y mis sentimientos aun mas, no imagine que esto podía pasarme, que era lo que me estaba pasando, era tan maravilloso y dulce que no tenia las palabras precisas para describir lo que realmente esta pasando, de pronto la voz de Edward interrumpió mis cavilaciones

-     Dentro de poco se preguntaran en donde estoy

-     Ya tienes que irte- dije con tristeza

-     Si al menos que… noten del por que paro aquí…entonces tendríamos que…

-     Entendí, anda ve antes que comiencen a movilizarse por toda la casa y note vean

De pronto Edward me dio un beso, esta vez fue corto, pero con la misma intensidad que la del primero, yo nuevamente me quede avergonzada no sabía como reaccionar, me sonrió y musito:

-     Estaré por aquí en la tarde

-     Porque a donde iras? –musite intrigada

-     Hacer algunas cosas que de seguro Carlisle me pedirá- musito sonriente

-     Oh- dije con tristeza

-     Entonces nos vemos en la tarde- me sonrió

-     Ahí estaré

Me dio un beso en la frente, en un solo movimiento se dirigió hacia la puerta,  y antes de irse se volteo y musito:

-     Trata de no meterte en problemas con…

-     Solo si es que ella no se mete conmigo primero

Él se fue de inmediato mientras yo me dirigí hacia mi ropero a cambiarme de ropa haciendo descansar mi escudo. Me anime en colocarme unos pantalones jeans, una blusa de color verde oscuro con manga corta y unas zapatillas que me resultaban muy cómodas, me arregle en un saz, y espere a que todos salieran para poder dirigirme a la sala sin embargo musitaron de pronto escuche unas voces, me acerque a la puerta para saber de quien se trataban

-     Esme, buenos días

-     Buenos días para ti también Alice…

-     Esme disculpa que sea tan directa pero has visto esa química que tiene Bella y Edward?

-     Shhh!!! Abaja la voz alguien podría escuchar

-     Esta bien, esta bien, es que esto es algo que nunca pensé

-     Y crees que yo si?...

-     Edward nunca se había enamorado de nadie, si me entiendes?

Me quede boca abierta cuando escuche lo que dijo, el nunca había… amado a…nadie, no puede evitar susurrarlo.

-     A nadie y lo que ella haya hecho en el, es sorprendente- intervino Esme

Se fueron comentando sobre el tema, el secreto de Edward me había desencajo un poco, yo era su primer amor, me sentía privilegiada pero a la vez me sentía mal porque aun seguía pensando que no merecía alguien como yo. El sonido del silencio inundo la habitación, al parecer esto no me lo esperaba. Tome mi libro y sin pensar en nada más, baje las escaleras para buscar un lugar tranquilo ya que tenía planeado leer unas cuantas paginas, ya iba a irme sin embargo decidí avisarle a Esme, me asome a la cocina a ver si la encontraba, sin embargo no se hallaba ahí, me fui a la sala pero me encontré con Rosalie y Emmett, estaban viendo la televisión, escuche de pronto unas risitas que provenían del segundo piso, yo subí observe que Esme y Alice estaban acomodando algunas ropas, me iba acercar sino fuera por el leve ruido que se origino al extremo del corredor y al me acerque sigilosamente en mi mente repasaba quien estaba en la casa, la puerta estaba entre abierta y cuando mire, mis ojos se abrieron, era Tanya estaba…no puede ser, estaba usando mi collar que me dio los Vulturis…pero…pero como rayos lo tiene  se suponía que Edward lo tenia en su habitación, de seguro ella entro y lo vio, esto es imperdonable hare que me lo de vuelva en estos momentos,  de pronto pensé ,espera Bella, toma aire, ella no puede saber que eres una Vulturis, rayos, ahora que hacer, me di vuelta entre en la habitación donde estaba Alice junto con Esme, las mire, rápidamente musite lo que ocurría yo le pedí su teléfono a Alice, busque el numero de Edward y lo llame, no espere mucho ya que contesto:

-     Alice no te preocupes ya compre lo que…

-     No soy Alice

-     ¿Bella?, ¿que…

-     Tanya tiene mi collar que me dieron los Vulturis

-     Que dices?

-     Si al parecer entro a tu cuarto o donde sea que lo tenias, me imagino que lo vio y se lo quedo…Edward te dije que tuvieras cuidado…ahora esto se puede complicar

-     Ahora mismo voy para allá

-     Pues ven con un plan para que te lo devuelva, no quiero regresar y ver que sigue con mi collar…ya suficiente estoy poniendo de mi parte para no ir y arrebatárselo

-     Cuando regreses?, espera, Bella a donde iras?

-     A tomar un poco de aire

-     Bella…

-     Luego nos vemos

Corte la llamada, las dos me miraron, con preocupación y musite:

-     Me voy por un rato

-     Hija espera no te vallas…- me dijo Esme

-     Estaré bien…prometo no alejarme mucho…además quiero tener un rato a solas

-     Esme, ella volverá pronto…no demores- dijo Alice

-     Ok- musite

Salí de la habitación,  corrí hacia el bosque hasta más no poder, busque el árbol más alto, me tomó unos cuantos minutos encontrarlo, no dude más y lo trepe. Me senté en la última rama de este, me sentía tan cómoda pero aun no olvidaba el enojo. Hacía un buen tiempo que no tenía un tiempo para mi era algo único. Al terminar algunas cuantas páginas decidí disfrutar un poco del paisaje, me puse a pensar un poco de todo lo que me había pasado, desearía quedarme aquí para siempre, alejada de todo y de todos comenzar algo nuevo junto con Edward pero el tan solo pensarlo era de por si algo egoísta. Esto que sentía me traía felicidad sin embargo se encontraba ligada a la triste y no había la forma de como desligarlos, si tan solo hubiera una esperanza para nosotros dos no dudaría en seguirla…sin embargo aun estoy a la espera que haya una solución para esto.

Respire un poco del aire puro pero eso no ayudaba a despejarme, así que decidí estirar las piernas deje mi libro allí, volvería por él cuando me calmara, luego comencé de nuevo a saltar de rama en rama, de vez en cuando arrancaba algunas raíces, y las estrechaba con fuerza, luego corría de nuevo, sin nada que me haga detenerme hasta que un aroma me hizo parar súbitamente, era inconfundible percibir el olor de la sangre humana.

No pude evitarlo, entro por mi nariz, acumulándose en mi garganta sentí la ponzoña en todo mis labios, me acerque hacia la dirección sin pensarlo, vi que eran dos personas, estaban casando sin embargo uno de ellos, se lastimo el brazo y por eso sangraba nada serio, hace mucho tiempo que no olía la sangre humana de esa forma, sacudí mi cabeza, y retrocedí o mejor dicho hui, como si pudiera huir de lo que soy, después de andar por una hora, subí hasta la copa de un árbol me pare en la rama, y vi la hermosa vista que tenia, era magnifica, limpie mis pulmones, desapareció el aroma de la sangre que estaba en mi cuerpo incluyendo la ponzoña, bueno no podía darme este lujo todo el tiempo, no puedo permitirme cometer el mismo error otra vez.

Cerré mis ojos fuertemente y volví a respirar, ya estaba lista tendría que ser mas cuidadosa, decidí bajar pero antes case un par des siervos, y luego detecte a un grupo de humanos, genial cuantas personas el día de hoy han querido salir a explorar el bosque… esta vez evite respirar, acercándome mas y mas, identifique un grupo de hombres, que bien era un campamento, musite en susurros, entre mas personas haya podre acostumbrarme mas rápido al aroma para cuando Edward quiera llevarme de improviso a la ciudad, respirando con cautela poco a poco hice que el olor entrara en mis pulmones, era delicioso no podía negarlo, pero me sentía mas fuerte, de todas maneras la ponzoña estaba en mis labios y supe que era momento de irse, salí del lugar mientras me sentía victoriosa, sé que gane la batalla pero no la guerra pero voy llendo bien así que no quise desanimaba.

Mientras corría respiraba para olvidar todos los aromas que se hallaban en mi y lo conseguí, me fui hasta el árbol donde deje mi libro finalmente, me puse en camino nuevamente hasta que percibí que alguien me seguía, cambie de dirección, fuera quien fuera no pensaba llevarlo a la casa de los Cullen,  de repente llego a mi un aroma un poco inusual se trataba de otro vampiro, me detuve en un área despejada, di una vuelta entera mirando entre los arboles pero nada, y para cuando termine, una sonrisa se había formado en mi rostro, no podía creer lo que veía, yo enarque una ceja y musite:

-     ¿Que haces aquí Edward? ¿Como me hallaste?

-     Alice

-     Pensé que llegarías en la tarde

De repente deje de hablar cuando el otro vampiro apareció, que rayos hace el aquí?, pensé