Ya eran las 8:00 de la noche, y me encontraba con la típica capa negra caminando por el bosque, hasta llegar al castillo donde me esperaban Aro, Cayo y Marcus, me apresure en entrar para no hacerlos esperar, me tomo solo dos segundos el cruzar la puerta, Cayo y Marcus estaban sentados mientras Aro se encontraba parado en su típico sitio, el me miro de pies a cabeza y musito:

- Querida Isabella, tan puntual como siempre- dijo formando una sonrisa

- Para que me necesitas ahora- dije un poco fastidiada

- Guau creo que alguien esta de mal humor esta noche

- No tienes a nadie más a quien molestar Demetri

- Huy que paso con la pacifica de Ma...-No pudo terminar el nombre ya que en un solo movimiento mi mano sujeto su cuello y lo empuje contra la pared y muy sombría le dije:

- No vuelvas a llamarme Marie-luego solté un leve gruñido, a lo que Demetri no se quedo atrás y me empujo a unos dos metros pero con siempre caí de concluyas y cuando Demetri, venia con gran velocidad hacia a mí, Aro musito:

- Basta Demetri

- Niños infantiles- dijo una voz que provenía de mis espaldas, yo me pare y dije:

- Pensé que estabas de casería Jane

- Tu misma lo has dicho Bella estaba, pero volví antes de lo que pensé, pero bueno vallamos al punto, para que estamos reunido los tres?

- Pues, ahy algunos neófitos rondando y bueno necesito que ustedes tres se encarguen de guiarlos hasta aquí para darles una bienvenida-musito Aro

- Cuantos son?- pregunte

- Cinco, sean cuidadosos

- Esta bien, los traeremos-musito Jane

Sin nada mas que decir nos fuimos, rápidamente salimos del lugar, en cuestión de segundos captamos su aroma, solo estaban a unas cuantas calles de aquí, corrimos rápidamente, y nos detuvimos frente a un callejón, Demetri se adelanto primero y dijo:

- Son míos- cuando dio algunos pasos, se detuvo, y empezó tensar los puños, hasta que ya no pudo mas, se arrodillo y comenzó a retorcerse de dolor y Jane musito:

- Aro nos encomendó esta tarea a los tres, no solo a ti Demetri

- Ya basta Jane- dije mirándola, pero ella no despegaba los ojos de Demetri hasta que utilice mi don envolviendo con un escudo personal a Demetri, este dejo de retorcerse, Jane me miro rápidamente y musito:

- Por que siempre tienes que hacer eso

- Por que a Aro no le gusta que demoremos

Ella despego su mirada de mi miro hacia delante y musito:

- Esta bien, entonces vallamos

Jane camino hacia la oscuridad, yo le seguí los pasos, y Demetri en un susurro me dijo:

- No necesito ayuda de nadie

- Entonces trata de no meterte en problemas

Me coloque hacia la derecha de Jane y Demetri hacia la izquierda, y solo nos detuvimos cuando vimos a los cinco neófitos, que estaban peleándose entre si, solo basto una mirada electrizante de Jane para que todos se quedaran sumergidos en el dolor, pasaron dos segundos y Jane desvió su mirada hacia mí y dijo:

- Llego tu turno, Isabella

Me moví sigilosamente, y mientras los neófitos estaban aturdidos, los junte rápidamente, después Demetri a cómodo todo el desorden que hicieron, yo los tome a dos de ellos por la cintura y los coloque en mis hombros, Demetri cogió a los últimos tres y retronamos al castillo. Ya estando frente a Cayo, Aro y Marcus, soltamos a los recién nacidos, los colocamos en forma de fila, y Aro musito:

- Buen trabajo, ahora pueden retirarse con excepción de Demetri y Alec

Todos asentimos y salimos, yo fui la primera en retirarme hasta que escuche la voz de Heydi que me llamaba:

- Isabella, Isabella

Me voltio hacia ella y le dije:

- Que pasa Heydi?

- Es cierto que te peleaste con Demetri?

- Si, por que?-dije seria

- Por que Alec no le gusto nada esto y dijo que hablaría con el

- Que haga lo que quiera-dije volteándome y caminando hacia mi habitación

- Sabes que Alec siente algo por ti Isabella

- Dile a alguien que le interese, Heydi- dije sin voltearme

- Cuando Aro acabe, iremos de caza vendrás?-pregunto gritándome

- No gracias- musite volteando la esquina- Ya fui de caza hace una hora

Me moví un poco mas rápido hacia mi habitación, cerré la puerta cuando entre, me eche en el sofá que tenia, puse un poco de música en una pequeña radio que tenia, sin embargo quería un poco de aire fresco, así que cogí la radio y salí por la ventana, mi caída fue perfecta me coloque la capucha y salí rápidamente del castillo, me escabullí entre los arboles hasta llegar a un lugar donde se encontraba llano, me tire en el pasto, prendí la radio y escuchando la música me distraje, cerré mis ojos para que disfrutara mejor mis momentos a solas, hasta que por la radio mencionaron, algo que no pensé que mencionarían:

- "Buenas noches queridos amigos como están?, gracias por acompañarnos esta noche que están especial, ya que homenajearemos a un hombre que ha resuelto casos y salvando muchas vidas a su paso, hasta que se retiro hace algunos años al no poder resolver el caso mas importante de su vida, la desaparición de su hija, si todos sabemos que ese hombre es el oficial de policías Charlie Swan, que vive en Forks Estados Unidos, que es un hombre ejemplar, sin embargo su vida no es del todo feliz ya que pasado 15 años desde la desaparición de su hija Isabella Marie Swan, aun no pierde las esperanzas de encontrarla, es una lastima que este buen oficial que ah ayudado a muchas personas no sea del todo feliz, bueno la siguiente canción es a pedido de su esposa la señora René, así que espero lo disfruten..."

Abrí los ojos rápidamente y me senté, a mi mente llego algunas imágenes que pensé que ya había olvidado, pero me equivoque, recordé esa noche, en que me convertí en esto, y que por ser como ahora soy tuve que separarme de mis padres, mis amigos y de lo que en esencia era yo, si pudiera llorar, mis lagrimas ya hubieran salido a flote, los extrañaba y mucho, y todo por que me fui por ese callejón, cogí una roca que estaba a mi costado y con fuerza, lo arrogue frente a un árbol, este por el impacto se remeció un poco, me encontraba furiosa, empecé a comenzar a tirar todas las piedras que se encontraban en mi camino, me sentía muy exaltada conmigo misma ya que ahora era la "adoración" de los famosos vulturis, al menos el andar con ellos tenia un respeto por parte de otros vampiros que pensaban que era débil, cuando era todo lo contrario era muy fuerte, hábil, astuta, y tenia un don único, lo poderes mentales no funcionaban conmigo, definitivamente toda una joyita, pero de que me servía todo eso si no tenia felicidad, alegrías este mundo están frio como mi piel, y tan duro como mi cuerpo, de pronto escuche un sonido que provenía por los arbustos, deslice mis labios, y gruñí levemente, luego musite en forma amenazadora:

- Quien sea que este ahí salga, ahora

- Tranquila Isabella, solo soy yo

- Que haces aquí Alec

- Pues quería saber como estabas

- Estoy bien ahora vete

- Hey relájate, vine para decirte que puse en su lugar Demetri

- No esperes un gracias por que uno nadie te lo pidió, y dos se defenderme sola

De pronto Alec, se acerco hacia mi y trato de cogerme la mejilla sin embargo supe de su intención, lo esquive, le cogí la muñeca y musite:

- Ni se te ocurra intentarlo

- Esta bien como tu digas Isabella

Le solté la mano yo me gire hacia la radio, la cogí con furia y Alec dijo:

- Por que andas tan malhumorada?

- Eso no te incumbe

- No será por que justo en estas fechas te encontré, por las calles sin tener a ningún lugar en donde quedarte?

- Recuerdo ese día como si fuera ayer- le dije con fastidio mientras comencé a correr hacia el castillo, pero Alec no se equivocaba , estaba molesta por que hoy era el día en que me uní a ellos, a los vulturis, en breve estuve en el palacio, no mire a nadie subí a mi habitación, abrí la puerta y la cherre, me eche en el sofá y sin poder evitarlo, recordé el día en que Alec me encontró y me convertí en unos de ellos, de pronto alguien entro en mi habitación diciendo:

- Lo hiciste de nuevo, Isabella

- Hacer que Renata?

- Tu sabes a que me refiero no tentes a tu suerte Isabella

- Eso te mando a decirme Aro?- dije haciendo una mueca

- No, exactamente, más bien me mando a llamarte por que te tiene una misión para ti

- Genial -me levante un poco molesta y baje las escaleras para reunirme con los demás, ahora que estará pasando dije en mi mente.