Cuando nos alejábamos de la casa, volví a colocar mi escudo cubriéndonos. Mire a Edward y musite de forma casual:

-     Alice es muy amable conmigo

-     Ella no es rencorosa…como otra persona…

-     Si lo dices por Rosalie pues esta en su derecho…total tan amable no lo eh sido ya que yo era…como decían… así… la antisocial no?

-     Como es que…estuviste escuchando?

-     Soy vampira no lo olvides

-     Lo siento por eso, a Emmett le gusta hacer bromas a veces, aunque en ocasiones se les pase la mano… no lo hace de mala intención…así es él

-     No lo excuses…además mi apodo no esta nada mal, es mas en ocasiones me hacia reír…la antisocial…original…ya se me ocurrirá algo a mi…y a todo esto a donde vamos?

-     Al centro comercial de Seattle…Alice pensó que si irías conmigo te ibas a sentir mas comoda

Me que petrificada en mi asiento, Edward se dio cuenta y musito

-     Veo que no es de tu agrado

-     La verdad no

-     Pensé que mi compañía te resultaba más que agradable

-     No seas ridículo, claro que no es por eso

-     Entonces?

-     Me estas llevando a una lugar donde abundan humanos y yo no…

-     Tranquila…yo sé que lo harás bien

-     Edward yo no estoy acostumbrada a estar rodeada de ellos, los evitado por mucho tiempo y así estoy muy bien- dije mientras me cruzaba las manos

-     Te ves linda cuando te pones renegoncita

De mis labios salió una sonrisa cuando escuche lo que me dijo sin embargo no cambiaba de opinión

-     Aun sigues pensando que es mala idea no?

-     Así es acaso a ti no te incomoda?

De sus dientes salió una pequeña risa

-     De que te ries?

-     Bella todos estudiamos en el instituto- dijo Edward

-     Que?!!!!- dije incrédula

-     Es para que no sospechen de nosotros

-     Ustedes estudian?

-     Si

-     Carlisle y Esme los obligan?

-     No claro que no, solo que todos saben que Carlisle tiene familia y que nosotros somos sus hijos adoptivos

-     Y como buenos hijos que son se comportan como todos los adolescentes humanos?, van a la escuela, hacemos la tarea, baten records en todos los cursos y deportes y así pasan desapercibidos…es una broma verdad?

-     Pues no…aunque suena una locura…no lo es- dijo riendose

-     Ustedes son únicos, no he conocido a ningún vampiro en todo este tiempo que estudie o que haga cosas de humanos, y menos que convivan tanto tiempo cerca

-     Nosotros lo hacemos desde hace tres años

-     Es asombroso- musite aun con la sorpresa

Llegamos a la velocidad de un rayo a Seattle, fuimos al estacionamiento, aparcaron el auto, todos bajaron, yo me quede sentada en mi lugar. Mi protector se sacó el cinturón, salió rápido del auto cerrando su puerta, se dirigió hacia mí la mía, la abrió y musito:

-     Es hora de entrar

-     Si es solo que…- dije poniéndome nerviosa

-     Sé que no dañaras a nadie así que no te inquieta por ello

-     Pensé que no podías leer mi mente

-     Y no puedo…pero tu ojos son como un libro abierto para mi

Yo aún me encontraba dudosa hasta que Edward me ofreció la mano para bajar del auto, yo lo mire y me arme de valor, le cogí la mano y volví a sentir esa sensación tan mágica, él me sonrió y musito:

-     Trata de no respirar

-     De acuerdo

-     Y avísame cuando ya no puedas soportar mas

-     Está bien lo hare

Salí del auto y no llevaba la capa, para no llamar la atención, caminamos a paso de humano. Era fácil evitar no respirar pero no escuchar los latidos era algo que no se podía evadir con sencillez, pensaba mientras entraba a la tienda. Nos dirigimos hacia el segundo piso, trataba de no mirar a las personas para que no vieran mis ojos color escarlata y no llamar la atención aunque sino no lo hacía mis ojos lo hacia mi ropa.

Cuando llegamos a la sección de ropa para mujeres que estaba en el cuarto piso, Edward inmediatamente me miro y musito:

-     Escoge lo que quieras

-     Como pretendes que lo haga si yo no sé nada de estas cosas

-     De acuerdo yo te ayudo

Note como escogía rápidamente diferentes prendas y mientras lo hacía las chicas de a lado lo quedaban mirando, él debes en cuando se reía, de pronto escuche que una chica musita en susurros a su amiga

-     Pero lindo es, esta que le escoge la ropa y zapatos…yo quisiera un igualito

De repente Edward vino y me entrego una cantidad de ropa, zapatos y musito:

-     No tendré el gusto de Alice pero creo que esto te vendrá bien

-     OK

-     Ahora ve al probador

Me dirigí rápidamente al probador vi como Edward se alejaba para buscar cualquier otro y en el instante en el que caminaba hacia el probador vi un vestido azul, era corto, era hermoso,  yo no estaba acostumbrada a utilizar esos tipos de vestidos eran demasiados elegantes y no estaba dispuesta a usar eso yo o si?

Lo mira rápido y lo cogí, me probé lo que Edward me había traído era unas blusa, pantalones, polos y zapatos con taco y otros que eran zapatillas. Vi que era una buena cantidad de ropa así que me probé todos tan rápido como pude luego vi el vestido que vi al final solo me lo coloque encima y me gustó así que ese me compraría le daban juego con los zapatos que me había conseguido mi protector, además de seguro los Cullen se vestirían así. De pronto paso una hora y yo necesitaba oxigenarme un poco, pude tratar de ignorar los latidos que provenían de todas partes, pero retumbaban en mi cabeza un poco fuerte, volviéndose una situación incómoda para mí, sabía que ya estaba extralimitándome y eso no era bueno, salí del probador y mire por todos lados no lo veía a Edward, hasta que escucho una voz

-     Amor?

Yo voltee de inmediato y vi a mi protector que se encontraba paradito frente de mí

-     Que paso?

-     Ya me los probé todos y me quedan bien

-     Te gustaron?

-     Si

De pronto se acercó una chica que trabaja allí

-     Señor se llevará todo esto?

-     Si, por favor quisiera canjearlos en caja

-     Claro señor por aquí por favor

Ambos nos fuimos hacia la caja que felizmente estaba vacia, al llegar miraba con impaciencia a todos lados como si buscara una salida, escuche como Edward firmaba el boucher de su tarjeta de crédito con la cual había comprado la ropa. Y de pronto no lo resistí más, me aleje sin que se diera cuenta poco a poco y cuando yo no me vio, me fui hacia el ascensor pero demoraba mucho, así que me dirigí hacia la puerta de emergencia, lo más fastidioso era que tenía que hacerlo a paso de humano, cuando abrí la puerta entro un poco de aire y decidí respirar, era aire puro y fresco llene mis pulmones de ellos y me sentí más cómoda pero no para regresar de nuevo, baje las escaleras para despejarme un poco, jamás había contenido el aire por tanto tiempo así que decidí mejor esperar hasta que pudiera volver a contener el aire, sin darme cuenta ya me encontraba en el primer piso abrí una puerta más, vi que estaba en el estacionamiento aun el aire era fresco y adoraba eso, camine un poco y cuando voltee hacia la izquierda, mis ojos se abrieron de par, inmediatamente retrocedí mis pasos y me escondí en la esquina, puse mi espalda contra la pared junto con las palmas de mis manos, cerré mis ojos y con ella detuve mi respiración, me concentre y escuche:

-     Veo que compraste muchas cosas René

-     Estas veinte bolsas no son nada a comparación de un chico que tiene varías cosas que le compraba a su novia, puedes creerlo Charlie

-     Guau, todo lo que hace el amor de seguro que asalto un banco…averiguare…-dijo Charlie en son de broma-

-     Ya deja de burlarte y ayúdame a colocar estas bolsas en la parte de atrás

-     Segura que no te has gastado el dinero que era para todo el mes

-     Siempre exagerando Charlie Swan

Escuche como los pasos de mi madre se dirigían hacia el copiloto, Charlie abrió la puerta para entrar sin embargo como era de costumbre se le cayeron las llaves pero demasiado cerca mi dirección, yo no sabía que hacer me quede hecha una estatua, el comenzó  aproximarse, dio un suspiro, se agacho para tomar las llaves, y de repente sentí como alguien me jalo con rapidez, cuando abrí mis ojos, note que estaba en un pequeñito cuarto con cosas de limpieza, y que frente mío estaba Edward, el me miro, yo me quede en silencio y se escuchó de pronto a René musitar

-     Charlie que pasa?

-     Nada

-     Entonces que haces ahí parado…anda vámonos

-     Si allá voy

El corrió hacia el auto, lo encendió y se marcharon, yo salí de mi escondite, y me dirigí hacia donde se hallaban solo hace dos segundos, vi cómo se alejaban, Edward se colocaba a mi costado, y musite:

-     Si no llegabas a tiempo y me hubieran visto yo no sé que hubiera dicho ni cómo explicarles…

-     Tranquila amor, al menos ellos se encuentran bien, se ven felices y sobre todo siguen juntos

-     Por eso sigo aquí…cada día que pasó en esta vida inmortal es una larga melancolía pero al pensar en ellos todo es diferente, me lleno de fuerza y continuo como para compensarles después de irme de su lado y solo por su propio bien

-     Como todos en algún momento lo hicimos- escuche en su voz un poco de tristeza también pero de pronto musito:

-     Porque no me dijiste nada?... me puse como loco me moví rápido entre los humanos y seguí tu aroma felizmente no notaron algo extraño

-     Lo siento amor… no quería preocuparte…solo vine a…

-     Tomar un poco de aire…lo sé

-     Ya no te enojes…no lo volveré hacer-dije mientras mis ojos lo miraban tiernamente, él sonrió y dijo

-     Yo también puedo deslumbrar

Me dio un beso tierno y musito:

-     No estoy molesto, solo me preocupado por ti

No quería sentirlo molesto, así decidí dar el primer paso, me acerque a él y lo bese, el me correspondió con un poco de asombro pero a la vez con felicidad y para cuando me aleje el musito:

-     Es increíble lo que tus besos pueden hacer en mi

-     Eso significa que ya no estas molesto?

-     En lo absoluto, jamás podría estar molesto contigo, jamás, te quiero Bella

-     Yo también te quiero Edward- me abrazó y musite- espera y la ropa

-     Están en la recepción le dije que lo dejaran allí para poder buscarte

-     Oh ya veo…entonces ya vámonos

-     Está bien- me dio un beso en la frente

Y nos fuimos a recoger las cosas pero esta vez la transacción fue más rápida. Teníamos, varias bolsas en la mano, no recordaba a verme probado tanta ropa, lo colocamos dentro de la maleta del auto. Edward me abrió la puerta del copiloto yo entre, y mientras se dirigía hacia la puerta del copiloto le quite la seguridad a su puerta al entrar el me agradeció el gesto y arrancó el auto. Edward traía una mano puesta en el volante y la otra estaba entrelazada con la mía y así nos fuimos a la casa.