Nunca había ido a casa de Edward, pero he de suponer que debe de ser una mansión. Tampoco nunca he visto a los tíos de los hermanos Cullen, pero me imaginaba que deben de ser unos amargados si nunca tuvieron hijos, con mayor razón me sentía nerviosa ante la perspectiva del recibimiento por su parte. Gran parte del trayecto la hicimos en un silencio muy cómodo, pero mi novio al ser un perceptivo noto mi nerviosismo, así que no me quedo otra opción que decirle sobre mis miedos

- y ¿si no aceptan que sea tu novia?, ¿y si creen que soy muy poco para ti?, y si no les gusto? – con cada pregunta el pánico en mi voz iba creciendo

- amor – me tomo la mano – por favor no pienses eso, ellos te querrán como yo y mis hermanas te queremos – su sonrisa traviesa cada vez causaba mas estragos en mi – bueno en realidad, nadie te puede amar mas que yo

-Pero… - me silencio con uno de sus dedos en mis labios

-Bella, tienes que calmarte, nada malo pasara, ya veras que todo va bien – con eso me desarmo por completo, dejándome sin algún tipo de argumento para debatir

Íbamos por la carretera saliendo de Forks, cuando doblo por una calzada de tierra, a los pocos minutos logré divisar una casa, perdón, una casa es quedarse corto. Era una mansión preciosa, su fachada era de color blanco, con ventanales enormes tanto en el primer como en el tercer piso y un balcón en el segundo piso, era hermosa. Mi novio

Me ayudó a salir del auto, subimos por un porche decorado delicadamente con rosas de diversos colores. Al subir las escaleras, por ir tan atenta a cada cosa de la enorme casa, tropecé con la última escala, cosa muy típica en mi desde que tengo memoria, pero desde que conocí a Edward esta se ha visto empeorada, por estar mas atenta a mi novio que a donde piso, él siempre esta ahí para evitar que mi lindo rostro se estampe en el suelo. Después de mirarme tan dulcemente tras mi pequeño tropiezo, tomó mi mano y abrió la puerta de su casa.

Decir que su casa era hermosa, era el insulto mas grande que podría llegar a decir alguien, era e s p e c t a c u l a r en una sola palabra. Era un equilibrio justo entre lo rustico y lo mas sofisticado, a tal punto que resultaba muy acogedor. Las tonalidades de los muebles se complementaban de manera exacta al color de las paredes, de un blanco muy luminoso; cada cosa allí tenía su lugar preciso, como si formaran piezas de un rompecabezas.

Estaba tan concentrada observando la decoración del interior de la casa, que no me di cuenta que frente a nosotros se encontraban dos personas, ella era de estatura media, delgada, su pelo era de color castaño y sus ojos eran de color miel, muy similares a los de Edward; el hombre que la tenía abrazada por la cintura era alto, fornido, su cabello era de un color rubio más claro del de mi amiga Rosalie, y sus ojos eran verdes al igual que los de Alice. Ambos me sonrieron de forma muy familiar, como si fuera una hija más para ellos, aunque deben haber estado mirando a mi novio en vez de a mi. Edward apretó mi mano, antes de presentarme ante esas personas.

- Tío Carlisle, Tía Esme – ambos se acercaron un poco – les presento a Bella Swan, mi novia

- Un gusto conocerte al fin cariño – la mujer se acerco mas a mi dándome un abrazó – me alegro tanto de que seas la novia de mi niño

-Para mi también es un gusto conocerla señora…

-No, no me digas señora – se apartó de mi interrumpiendo lo que decía – solo dime Esme – me sonrío

-A mi tampoco me digas señor – el tío de Edward, también me dio un abrazó – dime Carlisle, y es un placer tenerte en casa

-Muchas gracias – no pude evitar sonrojarme – para mi también es un gusto conocerlos, tiene una casa preciosa

-Ni que lo digas – los ojos de mi novio tenían un brillo especial, se veía tan feliz de que su familia me aceptara por completo – Esme es decoradora de interiores pero no se encuentra trabajando en ello, y Carlisle es el director del hospital general de Forks.

Luego de las presentaciones formales, bajaron mis amigas, a las que no veía desde el viernes

-Bells! – Alice me abrazó – me da tanto gustó que por fin seas nuestra cuñada – me tomo de las manos dando saltitos

-Con Alice no les dábamos mas de dos días de peleados – ahora Rose me abrazó para luego tomarme del brazo, llevándome a la sala

-Ahora mi queridísima amiga-cuñada, después de la comida, nos vamos de compras!!! – Alice ya se encontraba sentada a mi lado, dejando a Edward parado en la entrada

-Ehm… chicas, no olviden que estamos aquí – Carlisle tomó de la mano a su esposa para sentarse junto a nosotras – yo creo que es una maravillosa idea, tal vez Esme debería ir con ustedes

-Bella, amor, por favor di que no – Edward se sentó en un sillón frente a mi, para mirarme con cara de cordero a medio morir – además, la idea era que el día lo pasáramos juntos

-Lo siento hermano, pero tu ya estuviste con ella ayer, así que ella es nuestra – Rose y Alice estaban empeñadas en que fuera con ellas

-Niños – Esme con su dulce voz los llamó – yo creo que deberían dejar a Bella decidir que hacer, a fin de cuentas es ella la que tiene la última palabra

-Gracias Esme. Chicas, porque mejor no nos vamos de compras mañana después del instituto – mi novio me miraba con una sonrisa triunfante – a decir verdad, quiero quedarme acá, para conocer mejor a sus tíos, así que tampoco estaré toda la tarde con Edward – la sonrisa se le borró en un segundo

-Pero…

-nada de peros Edward – Esme se levantó hacía la cocina, así que me fui con ella, y deje a los demás discutiendo solos – Gracias por librarme de ellos

-No te preocupes cielo – me dijo mientras observaba la comida – siempre son así. Supongo que Edward te dijo que no tenemos hijos – asentí – para mi ellos son mis niños, siempre los he visto como mis hijos, mucho antes de que sus padres se fueran – ella era tan maternal, tan dulce, se notaba que si pudiera era capaz de dar su vida por los hermanos Cullen – por eso estoy tan contenta de que mi pequeño Ed te allá encontrado, ahora se ve un chico mucho mas feliz

-De verdad no te molesta que con Edward nos conozcamos tan poco tiempo?

-Para nada, si el es feliz, todos nosotros somos felices – me sonrió de la misma manera que lo hace mi madre cuando se siente orgullosa de mi. Aquello me produjo un nudo en la garganta, y ella lo noto, así que me abrazó

-Me alegró de que no me sientan como una intrusa en su casa, de verdad, quiero tanto a Edward y hubiese sido difícil para él si no les hubiese agradado

-no te preocupes por nada corazón… ahora ayúdame a colocar los servicios en la mesa quieres?

La comida estuvo deliciosa, me comentaron que Rose la había preparado, un talento culinario del que no estaba enterada. En todo momento, Edward sostuvo mi mano, mientras conversábamos, contando anécdotas y parte de mi vida al resto de la familia de mi novio. Durante la tarde, me quede conversando muy animadamente con Carlisle sobre mis planes para cuando terminara el instituto, me hablo de las posibilidades que tendría si estudiara medicina, se notaba la pasión que sentía por su trabajo, pero yo solo quería terminar el instituto y después ver que haría con mi vida. Edward quería estudiar abogacía, Alice quería dedicarse a la moda y Rose se inclino a la gastronomía internacional; esto último me sorprendió pues Rose se veía como la típica niña bonita que solo quiere que la mantengan y no hacer nada con su vida, pero cada día me sorprendía de lo capaz que era mi amiga. 

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Hola!

capitulo nuevo =), un poco laaargo pero con muuucho amor para ustedes, ahora que tengo mas tiempito terminare de escribir el Fic y subir mas continuamente

beeesos y comenten