No tengo escusa por tardar tanto, la verdad es que tengo mil por eso yo mejor me callo y os dejo con el cap. Como siempre me encanta saber que pensais. Intentare colgar algunas imagenes relacionadas con el cap en mi perfil de Facebook...digo intentare porque no estoy segura de poder. Mil gracias por leerme.
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Edward
Bella se quedó en silencio, abrió la boca un par de veces pero la volvía a cerrar sin que sonido alguno saliera de entre sus labios.
Yo caminaba lentamente con Bella entre mis brazos y a cada paso que daba me ponía un poco más nervioso por su silencio. No tenía ni idea de que le podía estar pasando por su cabeza, en estos momentos odiaba no poder meterme en su cabeza y poder saber que estaba pensando. Bufé frustrado y me sorprendió escuchar la leve risa de Bella.
- Dime algo, por favor – le pedí mientras atravesaba la puerta de la casa y la dejaba semiestirada en el sofá.- Dime que no la quieres, que me he pasado tres pueblos o simplemente que me vas a matar…pero dime algo- no soportaba mas ese silencio.
Ella simplemente miraba a su alrededor y de vez en cuando paraba en mí sus ojos, parecía en shock, aunque era incapaz de retener una incipiente sonrisa. Yo me acerqué y me arrodillé delante de ella cogiendo sus manos y apoyando mi cabeza en su rodilla “buena”.
- Aun estoy pensando si matarte o no- me miró y la leve sonrisa se ensanchó- tres no, te as pasado como 1000 pueblos y si tienes razón… no la quiero.- Ahora el que me quedé en shock fui yo, me esperaba una pataleta, unas cuantas quejas y listos…no me esperaba un simple y llano “NO”.
- No te gusta?- dije al fin, mientras me pasaba la mano por el pelo nervioso.
- Me encanta- otra vez ese inicio de sonrisa, no lo entendía si le gustaba que problema había.- pero no la quiero.- escondí mi cabeza en el sofá, cerré los ojos y dejé escapar todo el aire que retenían mis pulmones. Lo que tenía que ser una sorpresa agradable estaba empezando a ser un problema.
- Te quiero a ti y no necesito nada más- levanté los ojos y me quedé enganchado en sus ojos chocolate- no necesito una casa, no necesito un papel que diga que soy tuya y que tu eres mío…solo te necesito a ti.
- Yo también te quiero y tampoco necesito nada más…pero…- me silenció poniendo un dedo en mis labios.
- Me voy a casar contigo…en algún momento, no?- sonreí y le dije que si con la cabeza…si ella supiera- pues igual con la casa…no la quiero…la queremos… quiero que este a nombre de los dos.- supongo que el alivio se reflejo en mi cara porque ella rió un poco y me paso la mano por el pelo revolviéndolo mas de lo que ya estaba. Bueno la petición no era tan descabellada y además si no insistía mucho en unos días ya ni se acordaría, sonreí ante la idea.
- Era un antiguo proyecto de Esme- dije más animado- en el que había trabajando hacia años, pero nunca encontraba el lugar adecuado para ella, hasta que le enseñé el lug…- no acabé la frase ya que los labios de Bella se estrellaron contra los míos y sus brazos me rodearon el cuello.
Al principio me costó reaccionar, me había pillado por sorpresa, pero enseguida respondí a sus labios.
Lo que empezó como un beso lento, dulce, pasó a ser demandante, exigente, acuciante, la necesitaba al igual que ella a mi.
- No te merezco- susurró cuando nos separamos para coger aire. Dejé mi frente unida a la suya.
- Te quiero- susurré en su oído cuando la volví a coger en brazos, ella rodeó mi cuello con sus brazos y enterró su cabeza en el.
No pude retener una sonrisa al pensar que aunque lleváramos cincuenta años juntos ella seguiría diciendo que no me merecía o que era un sueño y que de un momento a otro se despertaría…y yo seguiría sintiéndome impotente por no saber de que manera decirle que el afortunado era yo por tenerla a mi lado, que era yo el que daba las gracias cada mañana por encontrarla dormida abrazada a mi, que era yo él que le debía la vida. No recuerdo mucho de los días posteriores a la operación pero en lo único que pensaba era en que tenía que salir por ella y cuando no podía más y quería rendirme escuchaba su voz diciéndome que me quería y que una vida sin mi dejaría de tener sentido…ella había salvado mi vida y también había curado mi alma.
Dejé a Bella en la cama de nuestra habitación y aunque lo intentó ocultar escuche un leve siseo de dolor al apoyar su pierna en la cama.
- Tomate esto- le dije mientras le tendía unas pastillas que había sacado del bolsillo del pantalón, ella arrugo la frente de una manera muy graciosa.
- Me darán sueño- se quejó, era peor que un niño pequeño. Yo solo levanté una ceja y sin decir nada más se las tomó.
- Voy a preparar la bañera- Bella bufó frustrada e hizo un puchero en toda regla.- te sentirás mejor después, ya verás.
Le di un suave beso en los labios antes de entrar en el baño, donde me entretuve un poco más de lo que esperaba ya que le preparé un baño de espuma, puse algunas velitas aromáticas…
- Listo cuando quier…- me callé de golpe al ver que Bella se había quedado dormida, realmente no me extrañaba había sido un día muy intenso para ella. Me acerqué, la tapé con una manta y dejé un pequeño beso en su frente.
- Te amo- solo fue un susurro pero me dejó clavado, nunca nos decíamos te amo…solo el día en el que me pidió que me casara con ella.
Sonreí, eso quería decir que se le había quedado corto el “te quiero”, la tapé con el edredón y me quedé un rato velando su sueño, le esperaban unos días un tanto movidos y necesitaba descansar.
Bella
Definitivamente me había quedado dormida, miré a mi alrededor, no tenía ni idea de que hora era pero fuera ya era de noche. Me removí incomoda en la cama, la rodilla me molestaba y Edward no estaba por ninguna parte.
- Le he dicho que no me importa lo que cueste…- ese era Edward, su tono de voz era contenido, frío y levemente mas alto de lo normal, se le escuchaba realmente enfadado- no se lo voy a volver a explicar, todo se atrasa un día, creía que cuando habíamos hablado antes le había quedado claro…pues no, no era por un capricho pasajero, pero aunque lo fuera no le pago para pensar o suponer- no quería estar en la piel de la persona con la que hablaba- mire señor…le agradecería que me dejara hablar…se lo vuelvo a repetir por si hay algún problema en la línea telefónica- esa fina ironía- TODO SE POSPONE UN DÍA y déjeme aclararle otro punto, si usted no me asegura que todo va estar como lo pactamos no hace falta que posponga nada porque rescindiré el contrato en este momento y supongo que detrás irán el resto de contratos que usted tiene con las compañías Cullen. - me levanté como pude de la cama y apoyándome en la pared caminé hacia la puerta- veo que nos vamos entendiendo…por supuesto que me haré cargo de los gastos extras, nunca le he dicho lo contrario…solo déjeme recordarle un detalle…si algo sale mal o se tuerce la minima cosa de lo que tenemos pactado, no habrá lugar donde se pueda esconder para librarse de mi...encantado.
Todo se quedó en silencio de golpe, salí de la habitación y fui hacia la puerta que estaba en la dirección de donde provenía la voz de Edward.
La habitación era un pequeño despacho, con un ordenador portátil encima de una pequeña mesa donde también reposaba una copa vacía, algunas estanterías con libros y un sofá. Edward estaba de pié, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida por el gran ventanal, se le veía tenso.
- Algo va mal?- susurré. Se tensó y se giró.
- Se puede saber que haces de pié- me riñó mientras llegaba a mi y me cogía en brazos. Me encogí al escuchar el tono de su voz, él suspiró, se sentó en el sofá sin soltarme y escondió la cabeza en mi cuello- Lo siento, no va contigo…pero las cosas no están saliendo como esperaba.- dejó un beso en mi cuello.
- Que cosas?- mi tono sonó mas inseguro de lo que esperaba.
- Todo- soltó una risita cínica- este fin de semana iba a ser perfecto- susurró contra la piel de mi cuello y eso me hizo estremecer.
- Y yo lo he jodido…es eso, no?- me separé de él un poco y como no decía nada me puse en pié y cojeé hasta la puerta. No llegué mas lejos ya que me alcanzo y me elevó en el aire por la cintura, des de cuando tenía tanta fuerza?. Pegó mi espalda a la pared y aprisiono mi cuerpo con el suyo, sin dejar que mis pies tocaran el suelo.
- No digas tonterías- me lo dijo mientras me miraba fijamente a los ojos- tu solo…lo has puesto mas interesante- puso su mejor sonrisa copyrigth “Cullen” y yo simplemente me empecé a deshacer entre sus brazos.- J'ai besoin de toi
Sonreí, eso lo había entendido “te necesito”, desde que se enteró que cada vez que lo escuchaba hablar en francés me “ponía mala”, mi comprensión del francés había mejorado bastante.
- Isabella… vous voulez coucher avec moi ce soir?- sonreí y levanté una ceja en un vano intento de imitar su sexi gesto.
- Estas bien? No te habrás pasado con el coñac, no?- le pregunte con tono juguetón mientras dejaba que mis dedos recorrieran su cuello.
- Je suis plus que bonne, et j'ai passé tout juste assez- lo susurró contra la piel de mi cuello, no tenia ni idea de lo que me había dicho pero mi respiración se volvió más pesada y superficial- Estoy mejor que bien, y solo me he pasado lo justo…con el coñac- me susurró en el oído- y ahora respóndeme Isabella- me encantaba como susurraba Isabella- vous voulez coucher avec moi ce soir?- repitió mirándome a los ojos.
- Preferiría hacer algo más que dormir…pero si solo quieres dormir…- mi voz vaciló por la excitación, él volvió a sonreír de medio lado y acercó sus labios a los míos. Noté el suave sabor a madera que había dejado el coñac en su boca. Su lengua reclamaba la mía, enredé mis dedos en su pelo y él hundió las suyos en mi cintura.
Me sentí flotar y antes de poder darme cuanta noté las suaves sabanas debajo de mí, me separé un poco para coger aire, estaba estirada y él estaba encima mío apoyado en sus codos, enmarqué su cara con mis manos y deslicé mis dedos por sus mejillas, delineé su barbilla, era mi Adonis particular.
El corazón se apretó cuando nuestros ojos se encontraron, esto era real? se podía querer a alguien como yo lo quería a él? Edward cambió su expresión y me miró alarmado, en ese momento fui consciente de la humedad en mis mejillas, estaba llorando? Pasé mis dedos por sus labios y lo besé, lo besé intentando transmitirle todo lo que sentía.
- Te Amo- susurré sobre sus labios.
Edward sonrió sin dejar de besarnos y empezó un tortuoso descenso de mis labios a mi cuello con sus labios, dejando mi piel abrasada a su paso. Mientras sus labios seguían camino hacia mi pecho, una de sus manos se coló por debajo de mi falda y sus dedos empezaron un ascenso vertiginoso por la parte interna de mis muslos.
- No llevas… no llevas bragas- lo dijo con tono incrédulo y tragando en seco. Yo me puse más que roja…granate.
- Bueno…yo…es que- bajé los ojos y lo vi con la cabeza apoyada en una mano mientras me sonreía divertido, eso si los dedos que tenia bajo de mi falda no se estaban quietos.- bueno… no podía ponérmelas con la rodillera…y me dio vergüenza pedirte ayuda- lo dije del tirón.
Nos mirábamos a los ojos, mientras nuestras respiraciones cada vez eran más pesadas. Curvó levemente la comisura de los labios, como un niño pequeño cuando se le acaba de ocurrir una malicia…y que malicia, sin aviso alguno introdujo uno de sus dedos en mí. Mis labios dejaron escapar un leve quejido de la impresión, seguíamos con los ojos fijos el uno en el otro, durante algunos minutos en los que sus dedos no me dieron tregua, en la habitación solo se escuchaban nuestras respiraciones cada vez mas pesadas.
Tal y como había entrado el dedo salió, se ayudó de las dos manos para quitarme la falda y antes de darme cuenta sus labios dejaban pequeños besos húmedos por mi pierna hasta llegar a mi rodilla, allí se paró, me quitó la rodillera y dejó pasear sus dedos por mi magullada piel.
- Siento ser tan patosa- mi voz se me antojo rara, ronca, cagada de deseo.
- Sssshhhh- me dejo un beso en la rodilla- no eres patosa- dejó otro beso un poco más arriba- eres entregada, apasionada, lo das todo…y no solo en el trabajo, los chicos de Dani me dijeron que le salvaste la vida al conductor- me estremecí al notar sus labios tan cerca de donde los deseaba- eres “supergirl”- rió un poco- estoy orgulloso de ti…te amo- eso ultimo lo susurró justo en mi entrada, cerré los ojos y agarré las sabanas con fuerza cuando noté su lengua deslizarse por cada centímetro de piel, por cada pliegue, lamiendo, chupando, mordisqueando todo lo que encontraba a su paso. Mientras un par de dedos se colaban en mi, ocupando un lugar que yo deseaba que fuera ocupado por otro elemento se su anatomía.
El silencio dejó paso a los suspiros y estos a los jadeos, desenredé una de mis manos de las sabanas y la enredé en su pelo, era una sensación rara, por una parte no quería que parara y por otra estaba deseando tenerlo dentro de mi.
Me empecé a tensar, notaba ese calor familiar en la zona de debajo de mi ombligo y como pequeños espasmos me invadían.
- Edward….yo…mmmm…mierda no quería…- Edward simplemente se rió, yo no pude aguantar más y me dejé llevar por las sensaciones que me daba su lengua y sus labios, el calor, los deliciosos espasmos…
Mi cuerpo seguía temblando cuando Edward se separó de mi y dejó algunos pequeños besos, me giró suavemente, dejándome de lado y se coloco a mi espalda. Mientras subía dejaba pequeños besos por mi espalda, hasta llegar a mi cuello.
- Te he dejado sin palabras?- me susurró al oído.
- Aha- cogí aire profundamente y busqué mi voz.- te he dicho que te quiero? Y que yo también quiero jugar con mi lengua?- intenté que mi voz sonara sensual, Edward dejó escapar un leve gruñido.
- Pues siento decirte que no será posible- mientras hablaba noté como me levantaba la pierna “herida” y poco a poco la dejaba encima de su cadera, cuando se había desnudado? Deslicé mi mano hacia atrás y Edward siseó de placer cuando mi mano localizó lo que buscaba y empezó a moverse.
- Bella!- me recrimino en un susurro- me matas- apartó mi mano delicadamente y de un solo movimiento lo tenía dentro.
El aire de mis pulmones se escapo de golpe, por la impresión, se sentía tan bien…solo llegar al final empezó a moverse de manera nada delicada, sin tregua. Una de sus manos me sujetaba la pierna en el aire para que no sufriera ningún roce o golpe.
El ritmo de las envestidas de Edward cada vez era más rápido, más enloquecedor y en esa posición lo sentía más…más dentro, más fuerte…más.
-Acaba…acaba conmigo- su voz solo fue un susurro pero acabó de enloquecerme y me volví a dejar llevar por las sensaciones y el placer.
Edward
Escuche un ruido fuerte en el piso de arriba como si algo hubiera caído…algo?...mierda Bella. Subí las escaleras como alma que lleva el diablo y en unos segundos estaba abriendo la puerta de la habitación. Bella estaba sentada en el suelo, con una mano se tocaba la cabeza y con la otra se frotaba los ojos.
- Eh, preciosa que ha pasado?- me arrodillé delante de ella, le aparte algunos mechones de pelo de la cara y la miré a los ojos.
- Nada, es que me desperté… y como no estabas en la cama fui a buscarte- le levante un ceja, estaba simplemente adorable - no me acordaba de la rodilla y simplemente me caí.
- Ayyy! que voy hacer contigo…mi dulce ángel- se lo susurré mientras la cogía en brazos y la volvía a dejar encima de la cama- ahora vuelvo- le dejé un suave beso en los labios y salí tan rápido como había llegado, sin darle oportunidad para decir nada.
Estaba haciendo el desayuno y no quería que se me quemara nada de lo que estaba en el fuego.
Unos minutos más tarde estaba sentado con Bella en la cama y desayunando, me sentía tontamente feliz, pletórico. Por una vez en mucho tiempo todo estaba bien… la familia genial como siempre, incorporándome poco a poco en el trabajo y compartiendo mis días con la persona más increíble del mundo…como le había dicho con mi “supergirl”. La miré y no pude retener una sonrisa, ella lo era todo para mi, aunque pasara a su lado todas las horas que nos quedaran de vida no serían suficiente.
- Edward…todo va bien?...me ocultas algo?- levanté una ceja, tenía que controlarme y dejar de ser tan trasparente…solo dos días.
- Ocultarte?, que te hace pensar que te oculto algo?- intente poner mi mejor voz de indiferencia.
- No se- se encogió de hombros- la conversación de ayer por la noche, estas más atento, mas…meloso de lo normal…- me acerqué y le di un suave beso en los labios.
- No es nada que tenga que preocuparte, como te dije quiero que sea un fin de semana perfecto- le sonreí- …aaahhh antes de que se me olvide- la miré de reojo para comprobar que mi cabio de tema la dejaba conforme- tendrías que vestirte…Alice está al llegar.
- Alice?...pero, pero….este fin de semana no era nuestro fin de semana?- sabia que nombrar a mi hermana la despistaría.
- Ya pero si recuerdas íbamos a salir de Seattle hoy después de comer…y Alice ya había hecho planes para la mañana - Bella soltó un leve gruñido- ha dicho algo de SPA, relajación y algo sobre olvidar al insulso y aburrido de su hermano…se referiría a Emmett, no?- nos miramos y rompimos en risas los dos.
Una hora más tarde me tiré en el sofá después de dejar a Bella dentro del coche de Alice, lo que Bella no sabia es que al llegar, al recién inaugurado, spa de Forks se encontraría con Rosalie, Ángela, Victoria, Esme, su madre y no se quien más, como lo había llamado Alice “salida de chicas”.
Después de unos minutos con los ojos cerrados noté algo extraño, como la sensación de que me miraban, abrí los ojos lentamente y la cara de Emmett se me materializó justo delante de mí.
- Mierda Emmett quieres que me dé un infarto o que?- me senté de golpe.
- Menos lobos caperucita, que tu corazón esta mejor que el mío- escuche unas risas, me giré y mis ojos pasaron por Jasper, Dani, Jeff, Jacob, Carlisle…me puse de pie al ver al padre de Bella.
- Jefe Swan- dije solemne mientras me pasaba la mano por el pelo nervioso, miré extrañado a Emmett y a mi padre.
- Menos formalismos muchacho- dijo Charly serio justo antes de esbozar una sonrisa- me guste mas o menos vamos a ser familia- mi padre y él se miraron y rompieron en carcajadas…que mierda pasaba aquí? habían bebido?
- Vamos hermanito, que te crees que las chicas van a ser las únicas en divertirse hoy?- Emmett se rió y me guiño un ojo…eso hizo que me estremeciera.
- Primero…salto de acantilados- grito Jacob y todos vitorearon.
- Estas locos? Que queréis matarme?- antes de poder reprochar nada más me habían cogido en volandas entre Emmett, Dani y Jacob y me arrastraron hasta uno de los coches.
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Hacía años que no me lo pasaba tan bien, me dolía la barriga de tanto reír aparte de otras partes de mi cuerpo que no me acordaba que pudieran doler.
Cumpliendo sus amenazas me habían llevado a saltar acantilados, mientras mi padre y Charly se iban a buscar ropa seca para todos, no contentos con eso Jacob había montado en una zona boscosa un circuito con tirolinas, puentes colgantes, rápel, etc…a-g-o-t-a-d-o-r y por como si aun con todo no hubieran tenido bastante Charly y mi padre habían organizado una excursión a caballo hasta un precioso paraje donde Emmett había montado, mejor dicho había mandado montar, una barbacoa con comida como para cincuenta.
Es decir que cuando me dejaron en la entrada de la casa eran casi las ocho de la noche y estaba que no podía ni con mi alma. Me extrañó no ver luz en el gran ventanal, no podía ser que Bella no hubiera llegado, no?.
Al abrir la puerta se me dibujó una pequeña sonrisa traviesa, justo al otro lado de la puerta empezaba un pequeño camino, de pétalos de rosa amarillos iluminado por pequeñas velitas, miré a mi alrededor y encima de la mesa vi que había una nota con mi nombre “Estas cansado? dolorido? Sigue el camino de baldosas…perdón de pétalos amarillos” no me lo podía creer y como no podía ser de otra manera, seguí el camino hasta que encontré otra notita “No empiezas a tener calor? Yo me quitaría la camisa…” que se traería entre manos? Que habría ideado esa pequeña cabecita suya?. Pero ahora que lo mencionaba si que hacía calor, había subido el termostato?...seguí las instrucciones, me quité la camisa y seguí caminando. En la puerta de la cocina encontré otra nota “Se mira pero no se toca…aun tienes los zapatos y los pantalones? No tienes suficiente calor? Entra” No pude retener una carcajada, al abrir la puerta de la cocina el aire caliente me golpeo en la cara, había varias ollas en el fuego y el horno estaba en marcha, el olor era sublime y se me hizo la boca agua al instante, volví a reírme al notar que de verdad me sobraban los pantalones y como sugería la nota me los quité junto con los zapatos, vi que en la puerta trasera de la cocina tenia otra notita que decía “No te impacientes solo te queda esta puerta” Sin poder esperar más abrí la puerta y me pasé la mano nerviosa por el pelo al ver lo que tenía delante. El jacuzzi estaba encendido y Bella estaba dentro con los ojos cerrados y una copa de champagne en la mano.
- Sorprendido?- dijo abriendo esos preciosos ojos color miel dejándome sin aliento.
- Pero tu…como…tu rodilla…
- Shhhh…no me as respondido- me interrumpió, me pase la mano por el pelo…si supiera lo terriblemente sexi que se veía y como me estaba poniendo no jugaría conmigo.
- Sorprendido?...estoy total y absolutamente anonadado, atónito, pasmado, impresionado, boquiabierto…me faltan las palabras.
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