Hola! mil perdones por el retraso, os podría explicar mil cosas por las que uñtimamanete me cuesta mas escribir pero prefiero no aburriros con mis historias, lo unico es que os pido un poco de paciencia. Bueno para las que no os habeis enterado he publicado otro fic se llama "Mas allá del olvido" (no tengo idea de la pagina...pero supongo que de las ultimas) solo tiene dos capitulos( de momento). Me encantaria que os pasarais y me dijerais que os parece.
Como siempre gracias, mil gracias y ...por favor necesito vuestros comentarios y votos, tanto en esta como en Mas allà...sobre todo comentarios...ya sabeis me encanta saber que pensais.
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Edward
Al ver la cara de Bella, supe que me había equivocado al nombrar al Dr. Meyer, ya que se tensó y se puso seria de golpe. Aunque creo que la sonrisa que se me escapó, al pensar que equivocada iba la tranquilizó, sin embargo seguía mirándome de reojo.
La cogí en brazos y antes de que pudiera protestar la callé con mis labios… como había echado de menos esa reacción que causaban en mí sus besos.
Cuando llegamos a la habitación la dejé lentamente encima de la cama y durante unos momentos la miré…estaba realmente preciosa, con el pelo mojado y algunas gotas de agua resbalando por su cuello. Fijé mis ojos en sus perfectos orbes marrones y sonreí al ver que ella me miraba de la misma manera y que se mordía el labio inferior.
Mi cerebro desconectó la parte racional, conecto la impulsiva y me moví por inercia, me coloqué encima suyo mientras nos besábamos de manera suave, lenta dejando que nuestras lenguas se encontraran, se reconocieran, se recorrieran, jugaran… Noté como enredaba sus dedos en mi pelo y yo empujé mis caderas un poco para que pudiera notar lo que provocaba en mi, Bella dejo escapar un leve gemido y estiro de mi pelo par romper el beso.
- Que me querías proponer?- lo dijo de manera suave y sin apartar sus labios de los míos.
- Proponer?- no caía a que se refería, solo quería seguir besándola, tacándola...
- Tanto te desconcentro… Cullen?- solo ella era capaz de provocarme, de esa manera, con solo pronunciar mi propio apellido… antes de poder contestarle nos volvimos a besar.
- No sabes de que manera…-entonces caí a lo que se refería y reí - te quería proponer… esto…- dije contra sus labios, mientras ella dejaba bagar sus manos por mi pecho desnudo provocando que el poco autocontrol que me quedaba se fuera al traste.
Nos volvimos a besar pero ya no había calma ni suavidad, si no deseo, necesidad, añoranza…antes de poder protestar, Bella había rotado y me tenía atrapado entre el colchón y su cuerpo…totalmente desnudo ya que la toalla había desaparecido. Sin romper el beso atrapó mis manos.
- Que te dijo exactamente el Dr. Meyer?- me miró a los ojos mientras se mordía el labio, levante la cabeza para darle un beso pero se apartó lo justo para que no pudiera llegar. Gemí frustrado, respiré hondo e intenté concentrarme.
- Me modificó la medicación para evitar…los efectos secundarios- ella sonrió y murmuró un “lo he notado”- y me dijo que si podía subir dos tramos de escaleras sin cansarme que podíamos hacerlo…
- Y puedes?- volvió a susurrar.
- Mas de dos tramos sin cansarme…- sonreí
- Pero…- le levanté una ceja- no me mires así Edward, se que hay un pero.- había aprendido a leer mi mente?- te conozco mejor de lo que crees- acercó sus labios a los míos y nos dimos un suave beso. Era realmente frustrante estar “atrapado”.
- Creo que eres la única que me conoce…realmente- suspiré- El pero…es que no puedo…bueno…no puedo ser muy activo- no entendía porque me avergonzaba decirlo en voz alta, no sería la primera vez que ella tomara las riendas. La miré a la expectativa intentando descubrir que le pasaba por la cabeza, nuestros ojos se encontraron y me sonrió, me libero una mano y con sus dedos recorrió mis ojos, mi nariz, mis labios y bajó hasta pararse en mi garganta, bajo su cara lentamente y me beso de una manera devastadora, arrasándolo todo a su paso y llevándose consigo mi aliento y la poca cordura que me quedaba.
- Eso me deja al mando, no?…Capitán Cullen- dios!! Como dos palabras podían ser tan jodidamente sexys- hace tanto que te quería donde te tengo ahora…- me lo susurró directamente en el oído, provocando que un escalofrío recorriera toda mi columna vertebral y que un leve gemido se escapara de mis labios antes de dejar caer pesadamente mi cabeza sobre el cojín de la cama.
Recorrió mi mandíbula con sus labios, bajando lentamente por el cuello hasta llegar a la cicatriz que ahora me “adornaba” el pecho, de arriba a bajo. Me quede totalmente paralizado cuando noté como empezaba a dejar pequeños besos en ella.
- Bella…no tienes…no tienes porque hacerlo- cada día tenia mejor aspecto pero a mi aun me provocaba cierto rechazo y asco, era una cosa, que en cierta manera, me acomplejaba…ahora estaba marcado de por vida.
- A las chicas nos encantan las cicatrices…nos parecen sexys, interesantes…- me miró a los ojos.
- Esas son las cicatrices por una acción heroica…no por una operación- en mi voz se destilo algo de pesar. Bella volvió a bajar su boca a la cicatriz y esta vez la recorrió con la lengua hacia arriba, cerré los ojos ante las sensaciones.
- Vamos a discutir sobre cicatrices ahora…Capitán Cullen?- lo susurro sobre la piel de mi cuello… cada vez que pronunciaba “capitán Cullen” me ponía a mil…que digo a mil mucho peor que eso.
- No, creo que no- mi voz sonó mucho mas ronca de lo normal y no más fuerte que un susurro.
- Además no hay acción mas heroica que la que tu hiciste- mientras hablaba iba deslizando sus labios por la cicatriz hacía abajo- eres la persona mas valiente y generosa que conozco- dejo un suave beso a la altura de mi corazón- pusiste tu vida en juego dos veces para salvarme.
- Dos…dos veces?- dios!!! Me estaba matando, ni si quera era capaz de articular una frase entera.
- La primera cuando me rescataste del incendio- había llegado al final de la cicatriz pero continúo siguiendo una línea imaginaria hacia abajo- y la segunda cuando decidiste operarte…
- Bella…yo, no…- no podía seguir pensando con coherencia. Bella había llegado al borde del pantalón, lo había desabrochado y los deslizaba junto con los boxers hacía abajo.
- Shhhhh…dijo algo el Dr. Meyer sobre…esto?- lo dijo mientras su lenga recorría mi mas que erecto miembro de manera lenta.
- Joder Bella- un gemido ahogado se escapo de mis labios- a la mierda el Dr.- cerré los ojos e intenté concentrarme, sin éxito- como se llame- noté su risa sobre mi piel.
La sensación de sus labios y su lengua sobre la piel de esa parte tan sensible de mi cuerpo, era totalmente abrumadora, indescriptible…era como notarla por primera vez después de años sin hacerlo. Mis sentidos se colapsaron cuando empezó a moverse con una cadencia simplemente deliciosa, mientras su lengua seguía jugando conmigo dentro de su boca.
Cerré los ojos y me dejé llevar por el torrente de sensaciones que me invadía, tenía una de mis manos enredada en mi pelo, atenazando un mechón con fuerza y la otra la tenía enredada en su suave melena intentando aguantarla para que no le molestara en la cara.
- Dios Bella!!!- mi voz sonó mucho mas fuerte de lo que pretendía- si no paras…no voy a... poder aguantar mucho más.- las palabras salían de manera entrecortada ya que mi respiración estaba agitada y no podía controlar los gemidos que se me escapaban.
- mmm, mmmm- la vibración hizo que soltara todo el aire de golpe. Respiré hondo intentando controlarme.
- Teniente Swam- lo dije con la poca autoridad que encontré, levantó la cabeza y me miró sorprendida- no voy ha acabar así…hoy no- me incorporé y nuestros labios se encontraron a medio camino- es una orden.- me miró con una sonrisa juguetona.
Me senté en la cama y la ayudé a sentarse encima de mí, de manera deliberadamente lenta me rodeó con sus piernas y las entrelazó a mi espalda. Yo poco a poco me deslicé en su interior y nuestras frentes se unieron un momento.
Estábamos cara a cara, besándonos, saboreándonos, sus pechos rozaban mi pecho con cada leve movimiento que hacía, las sensaciones de intimidad, de cercanía, eran increíbles, indescriptibles. Deslicé las manos por su espalda hasta llegar al final de esta, al mismo tiempo que Bella, sin dejar de mover sus caderas, arqueó su cuerpo hacia atrás y apoyó las manos en la cama, dándome acceso total a su cuello y a sus pechos que por supuesto aproveche… y de que manera. Me encantaba ver su cuerpo atlético y flexible moviéndose cada vez más rápido, poder ver sus reacciones cada vez que entraba y salía de ella.
Nuestras respiraciones eran cada vez más agitadas, salpicadas de gemidos y suspiros. Bella no pudo contener un gritito entre sorprendido y excitado cuando cerré mis dientes sobre uno de sus pezones.
- Edward…yo…- su voz sonó casi como un lamento. Noté pequeños espasmos y como empezaba a tensarse a mi alrededor. Con las manos que tenía en la parte baja de su espalda la atraje más hacía mi, al mismo tiempo que mis caderas golpeaban contra las suyas de manera nada delicada. La sensación nos hizo gemir a los dos, mis manos y mis caderas se coordinaron para seguir con ese movimiento.
Cuando creí que no podría aguantar más noté que los espasmos y temblores de Bella aumentaban y me dejé llevar por las sensaciones acabando los dos a la vez.
Bella se dejó caer en la cama y yo me moví para quedarme encima de ella, aun sin deshacer nuestra unión. Nuestras respiraciones aunque agitadas, poco a poco se iban normalizando, me acerqué a sus labios poco a poco y le besé de la manera mas delicada que pude.
- Esto ha sido…- no pude acabar la frase.
- Impresionante, indescriptible, sorprendente, asombroso…?- suspiró y nos volvimos a besar.
- Si algo así- reí, mientras buscaba el edredón para taparnos y me dí cuenta de que estábamos estirados con la cabeza en los pies de la cama.- Tendríamos que movernos.
- Si creo que si- dijo riendo.
Lentamente salí de ella y me recoloqué en la cama llevándome a Bella conmigo y ella arrastró el edredón hasta que quedamos abrazados y arropados.
- Estas muy callada- lo dije después de un rato abrazados.
- Te he echado de menos- lo dijo mientras dejaba un suave beso en mi pecho- echaba de menos a este Edward.- Una punzada de culpabilidad y dolor cruzo mi pecho.
- Lo siento…de verdad que siento como me he…- no me dejo acabar ya que se incorporó un poco y me besó.
- Todo está bien…en serio.- volvió a recostarse sobre mi pecho- ahora todo esta bien-poco a poco nuestra respiración se acompasó y nos dormimos.
Bella
Un escalofrío me recorrió la espalda cuando noté un cosquilleo en mi cuello, me pasé, perezosamente, la mano pero no encontré el causante, me removí un poco entre las sabanas e intenté volver a dormir.
El cosquilleo cesó momentáneamente, ya que antes de volver a dormirme reapareció, pero esta vez no paro en el cuello si no que descendió por la nuca hacía mi espalda desnuda. Al principio pensé en un bicho pero la leve risa de Edward le delató, estábamos estirados en la cama, de lado y el cubría todo mi cuerpo con el suyo, sin dejar un pedazo de piel sin el contacto de la suya, éramos como dos cucharitas.
Me concentré un poco más en el cosquilleo y noté que eran sus dedos pasando por encima de mi piel casi sin rozarla.
- No empieces algo que no puedas acabar- mi voz, entre el sueño y el deseo que acababa de despertar en mi, era totalmente irreconocible.
- Buenos días- dijo con sus labios sobre la piel de mi hombro- quien ha dicho que no vaya a acabar lo que he empezado…- ahogué un gemido en la almohada al notar como su mano pasaba por encima de mis caderas y se enterraba en el lugar donde más lo deseaba.
- Dios!!!, solo te he tocado y ya estas así?- lo dijo al notar la humedad que me invadía.
- Te…te molesta?- no pude evitar que mi voz destilara algo de vergüenza y duda. Noté como me ardían las mejillas y el calor irrumpía en mi cara.
- Todo lo contrario- me beso en el cuello- me encanta saber lo que provoco en ti- se me escapó un gemido cuando me mordió el lóbulo de la oreja- quieres saber lo que provocas en mi?- su aliento directamente en mi oído, hizo que se me erizara la piel.
- Aha…- ni siquiera estoy segura de que lo escuchara, pero cogió mi mano con la suya y delicadamente me llevo el brazo hacia atrás, hasta que mi mano toco su…dios!!! Luego era yo la que me excitaba solo con un roce?
Lo envolví con mis dedos y empecé a mover mi mano, lentamente, a la vez que él volvía a enterrar sus dedos donde los tenía antes y dejaba escapar un gemido.
- Estamos bien así- me lo susurró sobre la piel de mi hombro, cuando yo intenté girarme. Su tono fue firme pero a la vez tierno y sensual, después siguió dejando besos por mi hombro.
El movimiento de sus dedos me estaba volviendo loca por momentos, mi respiración era cada vez más pesada y de vez en cuando se me escurría algún gemido. Antes de poder decirle que no aguantaría mucho más, salió de mi y con su mano recorrió mi pierna y la colocó encima de su cadera. En ese momento noté la palpitación de su excitación justo en mi entrada y la respiración se me trabó en anticipación, los segundos se me hicieron eternos, moví hacía atrás mis caderas en un ruego silencioso.
Entró en mi de un solo movimiento, rápido y profundo, dejé escapar todo el aire que me quedaba en un leve quejido y noté como se quedó paralizado dentro de mi.
- Lo siento…te he hecho daño…mierda- aferré su cadera con mi pierna para no dejarlo salir.
- Edward…por favor…continua- cogí aire lentamente- te necesito…así, ahora- no podía casi ni hablar de forma coherente.
Edward vaciló unos segundos, eternos, y salió poco a poco para volver a empujar con fuerza, una y otra vez, mientras su boca recorría toda la piel a la que tenia acceso y su mano vagaba por mis pechos, torturando mis pezones y haciendo cada vez mas insoportable las sensaciones que me invadían.
Giré un poco mi cabeza y reclame sus labios en un beso profundo, demandante…desesperado, no teníamos bastante el uno del otro, tuve que romper el beso ya que la posición de mi cuello no era muy cómoda. Él siguió besando i dejando pequeños mordiscos por mi cuello y hombro.
- Bella…por favor… acaba conmigo- ese ruego acabó de enloquecerme, un delicioso calor empezó a recorrerme el cuerpo y un gemido se escapo de mis labios a la vez que noté como él se tensó y daba un par de envestidas secas y profundas antes de que algo parecido a un gruñido saliera de su boca.
- Me encanta que me despiertes así –lo dije con la voz entrecortada, mientras él salía de mi y me giraba para abrazarme. Me vino algo a la cabeza y reí un poco.
- Que es tan gracioso?- pregunto mirándome con un ceja levantada.
- Nada…me ha venido a la cabeza una frase de Alice- volví a reír- esto ha sido lo que Alice calificaría como un “polvo rápido matutino”.- Edward rió conmigo, me encantaba tener de vuelta al Edward se siempre y no al gruñón, celoso, quisquilloso y mal humorado de los últimos meses.
- Gracias por lo de rápido- lo dijo fingiéndose ofendido, yo levante la cabeza y lo besé- ahora que me acuerdo…hablando de Alice…creo que tienes tortura con ella esta tarde.
- Como? Esta tarde?... pero si la boda de Emmet fue ayer!!! Y hoy es domingo no hay nada abierto!!.
- Creo que donde te lleva Alice si…es algo de…tu vestido- lo miré con el ceño fruncido… mi vestido?- de boda.- Esa simple palabra hizo que mi corazón se saltara un latido, eso quería decir que ya tenían fecha?, lugar?, hora?...maldito el momento en que accedí a que fuera una “sorpresa”.
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