Voltee en contra de mi voluntad, porque necesitaba dar la vuelta y darme cuenta de que él estaba ahí, y recordarme de que había sido mala idea aceptar la invitación de Edward.
Efectivamente (Para mi mala suerte), al frente mío estaba Charles Swan, aquel casi me había dañado la vida a pesar de ser mi tío. Había una sonrisa burlona en su cara y luche neciamente con las lágrimas que tenía en los ojos.
-Um… ¿Hablaba con nosotros?- pregunto Edward entre dientes, su agarre en mi cintura cada vez era más fuerte.
-Sí- conteste el muy sínico.
-Oh, pero me parece que se equivoca usted, mi novia no se llama de aquella manera-hablaba educadamente, pero bajo su mirada había una amenaza. Estaba tan concentrada en el hombre que tenía al frente que una de sus palabras pasó desapercibida para mí.
-Oh, lo siento, juraría que usted era mi sobrina-hablaba en un tono pausado pero yo sabía que no se había tragado en cuento de que yo no era Bella Swan.
-No pasa nada, todos nos podemos equivocar- mi voz salió más firme de cómo me sentía.
-Claro.
Nos dimos la vuelta sin decir una palabra, los ojos de Edward nunca me dejaron de ver, mientras pagamos o cuando llevábamos la compra al auto, yo simplemente trataba de mantenerme bajo control hasta que estuviera al lado de mi hermano y pudiera llorar y luego contrale como me había encontrado con aquel hombre. Le debía una a Edward él me había salvado de decir cualquier cosa, él me había sacado ilesa del encuentro con mi tío.
Edward arranco el carro en silencio, mientras yo miraba por la ventana, de un momento a otro el carro bajo la velocidad, hasta reducirla a cero. Nos detuvimos al lado de la carretera, desde donde estaba podía ver la playa.
-Ven, ven, Bella, desahógate- cuando voltee me encontré con los brazos de Edward extendidos hacía mí.
Lo pensé durante un momento, luego me tire a sus brazos, llorando a mares. ¿Qué importaba que llorara con él, si al final él conocía toda la historia?
Llore, llore como No había llorado desde que cumplí 18 años.
-Lo siento Bella, todo fue mi culpa no debía de sacarte de casa, si no te hubiera invitado no te hubieras encontrado con ese hombre lo siento- su voz era un susurro, pero un susurro que me calmaba-. NO te imaginas las ganas que tuve de estampar mi puño contra él, pero eso me hubiera delatado- ahora trataba de distraerme. Lo estaba logrando.
Aunque era un poco difícil (distraerme), al recordar cada 5 segundos al hombre que me había criado por 5 años, luego de la muerte de mis padres cuando yo solo contaba con 13 años y mi hermano con 18. Emm era libre de ir y venir cuando quisiera y cuando trato de tomar mi custodia el juez dijo que NO, al no poseer mi hermano trabajo ni un lugar donde quedarnos, por lo cual mi custodia fue dada a Charles Swan, por el periodo de 5, hasta que pudiera tomar mis propias decisiones, al principio mi hermano y yo no lo vimos como algo malo, estábamos felices pues íbamos a estar más cerca de Alice, y la esposa de Charlie era buena con nosotros, el dolor de la muerte de mis padres nunca se fue, pero sobrellevaba las cosas.
2 años después de aquel suceso, murió la mama de Alice, Isobel. Alice quedo devastada pero el que peor tomo todo fue su esposo, que se fue consumiendo poco a poco por las drogas y el alcohol, por un año no tuvimos problemas con él, después que no nos acercaremos a él todo iba bien, Emm se encargaba de alimentarnos y vestirnos y la pequeña Alice que era menor que yo por 2 años vivía en paz.
Hasta que Charlie vendió todo lo que tenía, incluida la casa. Poco después fueron a desahogarlo y él en su afán de no quedar en la calle nos dio a Alice y a mí como pago, sin contar que Emmett no estaba en casa.
Rogamos a mi tío que no nos dejara pero fue inútil.
Mi tío nos entregó a Aro Vulturí, aquel hombre tenía el alma de un santo, por lo cual nos dejó libres. Cometimos la locura de regresar a casa con la esperanza de encontrar a Emmett pero en su lugar nos encontramos con un muy enojado Charles, que decía que él había pensado que por fin se había librado de nosotros.
Emmett había salido en nuestra búsqueda, por lo cual no estaba en casa. Charlie nos metió a la fuerza en casa, pero nos resistimos, por lo cual estuvo más rabioso, intento atacarnos con un cuchillo, pero en ese momento llego Emmett salvándonos de un terrible final. Alice lloraba como loca al pensar en lo que su padre había intentado hacerle, no podía culparla, era tan inocente.
Emmett nos llevó a casa de un amigo que estaba de vacaciones solo, en la ciudad. Fuimos a su enorme casa en donde nos refugiamos de aquel psicópata, que nos seguía buscando.
El amigo de Emmett, Edward Cullen, estuvo con nosotros mientras nos escondíamos, hasta que Charlie nos encontró, y volvió a poner nuestras vidas en peligro.
Edward, al notar que no teníamos escapatoria, nos ofreció viajar con él a su país de origen, Londres, Inglaterra. Aceptamos y por más de 3 años vivimos en un apartaestudio en Londres, Emm trabaja y Edward nos ayudaba, cuando cumplí 18 años Viaje a Liverpool a estudiar y al final termine quedándome en una pequeña casa que compre con los ahorros que me habían dejado mis padres. Mantenía en contacto con Emm y Ally y en muchas ocasiones hablaba con Edward, era buena persona. Más sin embrago aquel loco seguía mandándole mensajes a Alice o en muchas ocasiones a Emmett a mí nunca me encontró.
Seguía con una especie de trauma, pensado que hubiera pasado si mi hermano no hubiera llegado y todas las noches de los 20 de julio soñaba con lo mismo de como hubiera sido mi destino si él me hubiera atapado.
Edward seguía sobando mi espalda en silencio, me fui calmado considerablemente y Edward me puso en mi lugar. Luego de rato arranco el carro y estuvimos en la gran casa, que había sido mi refugio cuando más la necesitaba.
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