El vuelo a Miami Beach salía dentro de una hora exactamente.

Estaba emocionada de poder ver a mi hermano de nuevo, después de tanto años. Bueno y también tenía curiosidad de conocer a la chica que le había robado el corazón. Me hubiera encantado conocerla antes, y en otras circunstancias. Valla, tenía que viajar hasta Miami solo para conocerla, cuando podía tomar un vuelo de 1 hora que me podía llevar a su casa.

La casa de campo de los Cullen era la más hermosa y grande, o eso había dicho Emmett. También me hubiera encantado conocerla solo a ella, no a toda su familia. Bueno ya no podía hacer nada, iba a conocer a Rosalie Cullen en su casa de campo junto a toda su familia.

Emmett me había asegurado que eran personas estupendas y que no tenía que tener miedo o vergüenza. Pero de todas forma sentía que era una intrusa en reunión familiar a lo Emmett respondió que él era de la familia por lo cual yo también.

¡Estupendo!

“Pasajeros del Vuelo 97, con destino a Miami, por favor abordar por la puerta número 8, gracias”

Prefecto, esa era mi señal.

Busque a tiendas mi lugar, pero para mí desgracia estaba ocupado cuando llegue a él.

-Um… ¿disculpa?- llama la atención del chico alto y moreno que estaba sentado en mi lugar.

- ¿Si?- pregunto en tono ronco, algo me decía que la interrupción que le había hecho, cuando él estaba hablando con la hermosa chica de al lado, le molesto.      

-Lo siento…pero estas en mi sitio- dije lo más calmada posible, aunque por dentro estaba que explotaba por el descaro del susodicho, él estaba en mi puesto y es él, el enojado.

-Oh- se dio cuenta del motivo del mi interrupción-. Lo siento, me eh tenido que sentar donde no debo- miro el papel en sus manos y su rostro se llenó de confusión-. La que al parecer está equivocada eres tu Marlene- dijo a la chica que estaba a su lado-. Mi lugar es donde estas tu ahora mismo, y donde estoy yo es el de la señorita.

Me señalo y la chica soltó un suspiro mientras se disculpaba y caminaba al fondo del pasillo.

-Disculpa, no fue mi intención ser grosero- así que se dio cuenta.

-No pasa nada- afirme.

-Gracias. Mi nombre es Jacob Black, un gusto.

-Isabella Swan.

Intento decir algo más pero la azafata llego en ese momento interrumpiendo lo que sea que fuera a decir.

Pedí unos audífonos para escuchar música en el camino, ya que era bastante largo.

****

Desperté cuando la voz chillona de la azafata anunciaba que estábamos a punto de aterrizar.

Mi compañero, Jacob, iba totalmente dormido.

El avión aterrizo, y en menos de lo que era posible ya estaba afuera de él.

Tome  mi hermosa maleta morada y me apresure a la recepción.

-Hola- salude a la secretaría.

-Hola- respondió en tono amable.

-Disculpa, lo que pasa es que en el aeropuerto de Liverpool me informaron que aquí podía reclamar mi auto- trate de ser lo más amable posible, con la chica detrás del mostrador que me miraba con si fuera un bicho raro. Era normal que cada vez que viajaba fuera de Europa la gente me mirara extraño, pero no por eso quiero decir que yo me acostumbro a eso.

-Claro. Deme su nombre.

Estuve más de 45 minutos en la recepción, hasta que por fin puedo montarme en mi auto. Un Ferrari Blanco, que llamaba la atención donde fuera.

Salí del aeropuerto mientras el GPS me llevaba a la dirección que me había indicado mi hermano.

Me llevo más de una hora y media llegar a la costa este, en donde había las casas más hermosas que uno puede imaginar, cada una más grande que la otra conforme avanzabas entre la multitud.

Casi hasta el final, encontré la casa número 20, en donde había una camioneta Land Rover. Parqueé atrás de esta en silencio. Había más de 3 carros de lujo, aparte de la camioneta, en donde puede ver el Jeep de mi hermana. Suspire aliviada.

Mientras buscaba mi celular, antes de bajar del auto, alguien salió de la casa. Era un chico alto con el cabello negro y totalmente blanco, que se dirigió hacia a la Land Rover, en el recorrido miro mi carro con curiosidad mas no se detuvo a mirar si había alguien adentro. Agradecí que las ventanas tuvieran parabrisas.

No mire a nada más aparte de la puerta cuando baje del carro, la camioneta con el chico blanco habían desaparecido por la esquina.

Toque el timbre y mis manos temblaban. Solo rogaba en silencio que mi hermano estuviera en casa.

-Buenas tardes- dijo la chica que estaba del otro lado, supuse que sería la mucama por la forma que estaba vestida.

-Buenas- conteste en tono firme-. Estoy buscando a Emmett Swan.

-Um… ¿de parte?-pregunto.

-La hermana.

-Oh, cuanto lo siento, la hemos estado esperando, por favor pase, Sra. Swan. Mi nombre es Tanya y la voy a ayudar en lo que necesite- se notaba que era buena en su trabajo.

Entramos en la lujosa mansión, porque más que una casa de campo era eso, y al fondo del pasillo puede ver al hermoso chico de cabello castaño enroscado (igual al mío) mirándome dulcemente.

-Emmett- vocifere mientras prácticamente me tiraba encima de él.

En ese momento no me importo que hubiera más personas en la casa, ese era mi hermano mayor, por 5 años, al cual no había visto en más de 3 años.

Me abrazo fuertemente como solo él sabía hacer, de esos abrazos de osos que sientes que te ahogan, ese abrazo lo extrañaba como nada en el mundo.

-Belli-Bells- susurro en mi oído mientras me mantenía en el aire.

No sé en qué momento mis ojos se llenaron de lágrimas y comencé a sollozar.

-Ya, ya pequeña- me tranquilizo-. Ya estoy aquí.

Me bajo hasta el suelo y me seco las lágrimas lo más tierno posible para alguien con las manos como las de él.

Cuando ya me hube tranquilizado, Emmett me presento ante la familia.

-Bells, ella es Rosalie. Rosa te presento a Bells- dijo en tono alegre a la hermosa chica de ojos azules y cabello dorado que tenía al frente.

-Bella es un gusto conocerte al fin- expuso mientras me abrazaba y me daba un beso.

-El gusto es todo mío- respondí sinceramente devolviéndole el saludo.

-Pero ven, te quiero presentar a mi padres- se volvió hacía donde estaban unos señores entre los 50 años. Eran muy parecidos a ella y el señor, que supuse era su padre, tenía cierto parecido con el chico que había visto antes salir, con el mismo cabello de color negro-. Bella ellos son mis padres Esme y Carlisle Cullen. Mama, papa ella es mi cuñada, Bella.

Me sentí un poco aliviada cuando dijo cuñada.

-Oh Bells es un gusto conocerte- dijo Esme-. Emmett nos ha hablado mucho de ti.

-El gusto es todo mío, Sr. Cullen. Y espero que no sea nada malo.

-Para nada querida- contesto Carlisle-. Emmett nos ha hablado maravillas de ti. Pero no seamos tan formales, llame Carlisle y a ella- dijo mientras señalaba a su esposa- llámala Esme.

-Claro- respondí emocionada, al parecer Emmett tenía razón y estaba familia eran buenas personas.

- ¿Dónde está Edward? Se lo quiero presentar a Bella- exclamo Rosalie a sus padres.

-Ha salido- dijo Emmett-. Regresara enseguida.

-Bien- se volteó hacía mi-. Tengo ganas que conozca a mi hermano sé que se van a llevar muy bien- me dijo mientras me llevaba hacia el patío trasero, que resultó ser la piscina.

-Mama- escuche que gritaba Emm a Esme- ¿Dónde están las galletas?

Típico de mí hermano, pedir comida en todo momento. Me sorprendió en la manera que se dirigía a Esme, pero supuse que era la confianza que debía tener con ella.

Auto Edward.

Auto Bella.                

Casa Cullen.