Capítulo 2

Me mantuve en una de las sillas plegables de la piscina, Rosalie iba y venía, me saludaba y volvía.

Emmett se sentó a mi lado en silencio. 

-Me hiciste mucha falta- dijo mientras me abrazaba por los hombros-. ¿Qué te parece Rose?

-Sí a ti te gusta a mí también. A demás se ve que es una excelente persona.

-Como tú no tienes ni idea- dijo mirando fijamente a Rosalie.

-Me alegra sinceramente por ti.

- ¿Pasa algo?- pregunto.

-No, ¿Por qué?

-Te siento entraña- explicó en tono melodramático.

-Puede que esté extraña- conteste mirando fijamente el agua cristalina de la piscina.

-Por…

-Oh vamos Emmett, me hiciste venir a Miami  y no sabes que me pasa.

-Lo siento, sé que para ti es duro.

-No te preocupes, al fin es para pasar más tiempo contigo, y no tengo intención de salir de esta casa en la semana que me voy a quedar.

-Prefecto- dijo claramente aliviado-. ¿Quieres bañarte?- señalo con la cabeza la piscina.

-Claro- la idea no me gustaba mucho.

-Familia- oí que gritaba una voz a lo lejos.

-Oh, por fin. Bells te quiero presentar a mi mejor amigo y Cuñado Edward, por favor ven conmigo- me arrastro nuevamente dentro de la casa.

 Frente a los padres de Rosalie estaba el chico pálido con cabellos negros que había visto antes de bajar del auto. Me miro y sonrío cálidamente.

-Tú tienes que ser Isabella- dijo mientras se acercaba y me daba un abrazo.

Ok esto era extraño, esta familia no te conoce y te va dando besos y abrazos, era de lo más extraño.

-También es un placer concerté-dije mientras él me abrazaba.

Ok, voy a hacer honesta. Este chico era lo más bello que yo había visto nunca en un chico.

Su pálida piel era hermosa casi perlada, tenía un aspecto encantador, contar su cabello negro como la noche. Sus facciones eran rectas, simétricas, prefectas. Con unos labios que parecían que todo el tiempo estaban listo para darte un beso.

Y sus ojos, que hasta el momento no había notado, eran de un color azul cielo, tan transparente como el agua en la piscina.

Me lo quede mirando como tonta, hasta que Emmett rompió el hielo informando que todos íbamos a nadar un rato en la piscina.

-Me apunto- dijo el hermoso chico, oh, uh lo siento, quise decir Edward.

-Prefecto-exclamo Rosalie mientras se agarraba el brazo-. Vamos Bella te voy a mostrar los bikinis.

Me arrastro escaleras arriba, y pude ver como a dos puertas, más allá, Edward entraba a su cuarto.  

-Bien esta será tu habitación- comenzó Rosa mientras iba a la puerta del fondo-. Tu maleta ya está aquí, Emmett la subió. Este es el armario- señalo la misma puerta del fondo-. Espero te guste lo que ahí dentro, es un regalo de mi osito y mío.

-Oh no debiste molestare- exprese avergonzada.

-No pasa nada. Es para cuando vengas a esta casa. A demás han pasado muchos cumpleaños desde que conozco a Emmett en los cuales no te eh dado nada- repuso con una sonrisa de oreja a oreja.

-Eh, yo tampoco te eh dado nada.

-Vamos, viniste a Miami solo para festejar mí cumple, eso para mí es un regalo inmenso y suficiente- salió de la habitación en silencio, no sin antes decir-: Escoge lo que quieras del armario, al fin todo es tuyo.

La puerta se cerró con un leve sonido.

Camine hacia donde estaba el armario, al abrirlo se me abrió la boca lentamente. Había más de vente bikinis de todo tipos, colores y formas. Aparte había roba, blusas, pantalones cortos, largos y mil y un jersey, y ni hablar de las mini faldas, en pocas palabras tenía un nuevo armario. Me daba temor abrir la mini puerta y encontrarme con mucho, muchos zapatos, pero lo hice. Había, por supuesto, muchos, pero unos llamaron mi atención, eran unas sandalias moradas con adornos dorados, las escogí sin mirar ningún otro par.

Casualmente encontré un Bikini Morado de dos tonos, con destellos dorados en los bordes, o tal vez no era casualidad.

Salí de la habitación con la toalla alrededor del cuello. No mire a ningún lado mientras caminaba hacia las escaleras, por eso me sobresalte cuando escuche una voz a mis espaldas, era una voz que solo había escuchado 2 veces, y la había escuchado hace menos de 20 minutos, pero me resulto terriblemente familiar como si la conociera de toda la vida.

-Eh, Bells- llamo en tono juguetón-. Te queda muy bien tu Bikini- dijo en cuanto me voltee-. Yo mismo fui con mi hermana y Emm a hacer esas compras, sabía que te iba a gustar, pues yo fui el que di la idea, ya que Emm me había comentado que tu color favorito es el…morado.

Bueno le gustaba hablar.

-Gracias. Si me gustó mucho.

-Me alegra.

Se acercó a mi paso a mi lado, me espero en el comienzo de las escaleras.

-¿Vienes? -pregunto.     

-Claro.

Me pasó el brazo por los hombros mientras bajábamos las escaleras, contuve mi estremecimiento. ­­­

 Que atrevido es Edward…

Jejeje…No mentiras.

Hola Chicas… Bueno espero que no os moleste el cambio que eh echo a Edward A mí personalmente me encanta así (lo vi en una foto, con el cabello negro) tanto en lo físico como su forma de ser más abierta.

En fin, si desean que cambio algo hágamelo saber, encantada recibiré opiniones.

Con Cariño…

Ashley Copeer.