El amor siempre vence a pesar de todo (+18)

Autor: isakristen
Género: Romance
Fecha Creación: 17/01/2013
Fecha Actualización: 25/08/2022
Finalizado: NO
Votos: 187
Comentarios: 473
Visitas: 338469
Capítulos: 40

Summary: Dos poderosas familias de la mafia enfrentadas desde hace generaciones por dominar la ciudad. Pero serán las hijas Charlie Swan: Rosalie, Alice e Isabella y los hijos de Carlisle Cullen: Emmett, Jasper y Edward quienes decidan que ya era hora de acabar con ese absurdo enfrentamiento Sin ser consciente del horror que se desataría al final, al enfurecer al que creían su mayor aliado.

 

Prologo:

Bella una adolescentes de 14 años, hija menor de Charlie Swan uno de los mafiosos más peligrosos de Chicago. Novia de Edward Cullen un adolescentes de 16 años hijo del mafioso Carlisle Cullen.

Su amor puro e inmenso era amenazado por sus familias, quienes desde hace años tenían una rivalidad por el dominio del poder. Ellos al enterarse de la relación amorosa de los jóvenes deciden separarlos y enviarlos lejos. Sin saber que su amor ya había dado frutos, unas pequeñas personitas que iban protegidas en el vientre de su madre, la cual los unirían para siempre. Dos niños con la marca del sol naciente en el brazo izquierdo de los Swan como la media luna en el brazo derecho de los Cullen.

Diez años después su amor seguía intacto, más grande que antes y ellos estarán listos e dispuestos a luchar por él y por su felicidad, uniendo así ambas familias. Quienes tendrían que unirse y luchar por la misma causa. Dos niños intocables por ambos bando, siendo su talón de Aquiles. Y sus enemigos no dudaran en utilizarlos, matando así dos pájaros de un tiro; rompiendo en el camino el acuerdo llegado desde hace generaciones de no incluir en la rivalidad a las mujeres y a los niños.

  


 "Los personajes más importante de esta historia son propiedad de Stephanie Meyer pero la trama es mía y no esta permitido publicarla en otro sitio sin mi autorización"

 


 

 Historia registrada por SafeCreative bajo el código 1307055383584. Cualquier distribución, copia o plagio del mismo acarrearía las consecuencias penales y administrativas pertinentes.

 


 

 Traíler de esta historia ya esta en youtube y en mi grupo  en facebook "Entre mafiosos y F.B.I"


Link del grupo de Facebook

https://www.facebook.com/groups/1487438251522534/

 Este es el Link del trailer: 

http://www.youtube.com/watch?v=BdakVtev1eI&feature=youtu.be

 

 


Hola las invito a leer mi Os se llama: Si nos quedara poco tiempo.

http://lunanuevameyer.com/salacullen?id_relato=4201

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Capítulo 17: Altercado con Charlie y El parto de Rosalie:

CAPÍTULO 22: Pov Bella:

Altercado con Charlie y El nacimiento de Emerson Andrés Swan

 

Había transcurrido seis meses desde que se confirmo el embarazo de Rosalie, para ser más precisa estábamos en agosto 28 del 2008, cada día se acercaba más la fecha prevista para el nacimiento de mi sobrino. Hacía dos meses que nos enteramos que era un baroncito. Charlie anda que no cabe de la felicidad, la irradia hasta por los poros. Acepta a mis bebés cada vez más, ya los alza, les sonríe y le compras hasta cosas. Todo comenzó cuando estuvo muy cerca de la muerte, una negociación salió mal y se armo una balacera donde lo hirieron y estuvo más de un mes recluido en el hospital. La bala rozo muy cerca del su corazón.

 

Por otro lado… ya no vivimos en Boston, nuestra graduación había sido en julio exactamente un mes después del cumpleaños número 4 de mis niños. La temática fue de Hello Kity y Cars. Todas en ese momento pensamos que había llegado el momento de regresar a Chicago… pero Charlie Swan tenía un nuevo plan en mente. Nos exilio una semana después a Nueva York. Por que según él ya era momento que asumiéramos el mando de las empresas que la familia tiene en ese ciudad. Después del parto Rosalie se incorporaría como la accionista mayoritaria del bufete de abogados “Swan & Asociados” Alice prácticamente vive en la empresa “Swan Cosméticos & Diseños” A mí me toco enfrentar a la bestia, así la llamo. Ahora soy la presidenta de “Swan Editors & Co” La editorial más grande de toda la ciudad, con su matriz en Nueva York y oficinas en toda la costa este. No por eso descuidaba a mis bebés, ellos son mi vida. La razón de mi existencia. Los que me mantienen anclada a la cordura. Los que hacen esta soledad más llevadera. El rayito de sol en un día con tormenta. Por lo que toda lucha vale la pena. Por los que cada día me enamoro más de Edward Anthony Cullen Masen. Aquel hombre de cabellos cobrizos y ojos verdes esmeralda que el 19 de octubre harán cinco largos años que no he vuelto a ver. Por culpa de nuestros padres. Ese hombre que no sabe que no me dejo sola en aquel prado, que de nuestro amor, nacieron las personitas más hermosas, maravillosas e inteligentes del mundo. Nuestra gatita Elizabeth Marie y nuestro campeón Ethan Anthony, esas personitas que lo aman y lo admiran sin conocerlo. Aquellos que a pesar de lo ajetreado y estresante que se había vuelto mi vida desde hace un mes, no les deja de dar el puesto más importante en mi vida.

 

Desde hace un mes debo levantarme bien temprano, no es que sea difícil hacerlo. Para Sali rumbo a la oficina, lo que no hacía si ellos no venían conmigo. Los quería tener junto a mí el mayor tiempo posible, ya que en octubre comienzan asistir al kínder y no los vería sino hasta en la tarde. A lo largo de este mes he tenido dos juntas muy importante por lo que me había traído a Leah, para estuviera cuidando de ellos. Sabía que con el paso del tiempo eso iba a cambiar ya que iban a aumentar.

 

La mansión donde vivimos esta ubicada en la mejor urbanización de la ciudad a treinta minutos de “Swan Editors & Co” por el lado norte. Hacia el sur a unos cuarenta y cinco minutos se encuentra ubicado la empresa “Swan Cosméticos & Diseño” Por el este a treinta y cinco minutos esta ubicado de el bufete de abogados “Swan & Asociados” A quince minutos entre la empresa y la casa esta el colegio de mis niños. Lo escogí así para que yo mismo pudiera ir a recogerlos.

 

Me saco de mis pensamientos tres golpecitos en la puerta, antes de ser abierta, por ella entro mi asistente Kathleen Crowley, una chica rubia de cuerpo de modelo de 25 años, egresada hace tres años de la Universidad de Seattle, con residencia desde hace dos meses en Nueva York. La otra asistente renuncio cuando mi padre destituyo de su cargo a Stephen Heller, el encargado desde hace siete años de la presidencia de la editorial. A Kathleen le di la oportunidad a pesar de no tener experiencia y aun no me ha defraudado. Se lleva muy bien con mis hijos, su nena de tres añitos, la cual trajo el día de la entrevista por que no tenía quien se la cuidara se hizo muy amiga de mi gatita de una vez y al parecer a mi hijo le llamo la atención. La nena es rubia como su madre, pero con los ojos color miel… al parecer los saco del padre.

 

— Con permiso señorita Isabella. —murmuro acercándose al escritorio.

 

— Cuantas veces debo decirte que me llames Bella. —le entrecerré los ojos.

 

— Lo siento… Bella. —dudó un poco al final—. Venia a recordarte que…

 

— Mami. —me llamo mi gatita de pie a un lado de la silla. Le hice seña con mi dedo índice a Kathleen que esperará. Mis bebés están primero.

 

— Si princesa. —la rodee con mis brazos, alzándola hasta dejarla sentada en mis piernas.

 

— Mida mami, ¿Esta lindo? —pregunto mostrándome el dibujo que tenía abrazado a su pecho. Era una persona con los cabellos de punta y ojos verdes.

 

— Está muy hermoso, bebé. —respondí besando su mejilla, ambas volteamos a ver de nuevo el dibujo—. ¿Quién es… Tony? —indague con una sonrisa. Negó con la cabeza y me sonrió marcando sus hoyuelos y mostrando sus dientecitos.

 

— Es mi papi. —respondió haciendo sus sonrisa más grande. Trague el nudo que se formó en mi garganta. La atraje hacia mí pecho abrazándola fuerte.

 

— Te quedo perfecto, ¿Dónde lo colocamos? —pregunte volteando a mirar la pared que destine para sus dibujos. Señalo con su dedito el lugar donde lo quería, me levante con ella en mis brazos, le coloque un poco de cinta adhesiva para luego dejarlo en la pared.

 

— Te quiedo mami. —beso mi mejilla, se removió, por lo que la deje de nuevo sobre sus pies. Corrió hacía donde estaba Tony acostando boca abajo sobre la gruesa alfombra, él estaba concentrado en su dibujo. Sonreí como boca y me voltee hacía Kathleen.

 

— ¿En que quedamos? —pregunte sentándome nuevamente en mi sillón.

 

— Te decía que tienes una junta con el Dpto. de creativos a las 12:30 pm y… que si te pido algo para el almuerzo de los niños. —respondió mirando su libreta. Yo negaba energéticamente con la cabeza.

 

— A esa hora no. La hora del almuerzo es sagrada para mí. Muévela a las 2:00 pm. —dije centrando mi atención en la laptop.

 

— Lo arreglaré, con permiso. —murmuro antes de desaparecer por la puerta. Mire el reloj eran las nueve con ocho de la mañana. Suspire y me concentre e responder los emails pendientes, el teléfono de la oficina sonó sobresaltándome. Mi gatita y Tony comenzaron a reír.

 

— Muy gracioso, no. —dije sonriéndoles, ambos asintieron con la cabeza y comenzaron a pintar de nuevo. Apreté el botón de altavoz, sin quitar mis ojos de la portátil—. Si.

 

— Señorita Bella la necesitan en el área de imprenta. —la voz de Kathleen se escucho por la otra línea.

 

— Ok, avisa que ya bajo. —cerré los correo y me levante, alise las arrugas inexistente de mi ropa… que consiste en un pantalón de vestir de color negro, una camisa tipo chaleco de color blanco, de calzado unas Gucci de 12 centímetros (cortesía de Alice) me agache a la altura de mis bebés—. Vamos levántense, debemos bajar al área de imprenta. —los ayude a levantarse, Tony tomo mi mano izquierda, en cambio mi gatita se paro delante de mí haciendo un puchero y estirando sus bracitos. Le sonreí y me agache un poco para tomarla en mis brazos, ella escondió su carita en el hueco de mi cuello. Mire a Tony—. También quieres que te cargue bebé. —susurre sonriéndole, negó con la cabeza.

 

— Soy un niño gande. —dijo tirando de mi mano. Salimos de la oficina, llegamos al ascensor donde esperamos por un minuto, entramos y apreté el botón del cuarto piso. Las puertas se abrieron nuevamente y Tony salió corriendo a ver todo, le encanta venir aquí y ver como se imprimen los libros. Camine con mi gatita en brazos hacía donde divise al señor Thomas el encargado de esta área.

 

— Permiso, ¿Para que me necesitan? —pregunte llegando a su lado. Dejo lo que estaba haciendo para prestarme atención. Me explico como cinco veces seguidas lo que ocurría, sin que se diera cuenta, estaba nervioso, ya que si Charlie estuviera en mi lugar, el señor Thomas estaría despedido de inmediato. Uno de los autores no estaba conforme con la portada del libro, que supuestamente no fue él que escogió y ya todo los libros están imprimidos, el lanzamiento esta muy cerca. El señor Thomas había pautado una junta con él, pero el señor se negó ya que quería hablar directamente con el presidente. Me llamo para decírmelo el mismo, por que según él, tiene la culpa. Además de que había otro lanzamiento acercándose y todo debía quedar perfecto. Me costo tranquilizarlo y dejarle en claro que no tenía ningún inconveniente en reunirme con el señor. Luego de eso caminamos hablando del otro lanzamiento, en eso vi a Dana una de las trabajadoras sonreírle a mi gatita y ella solo escondió más su carita en mi cuello. Mi gatita es muy tímida, se parece en eso más a mí que a Edward… en cambio Tony es muy abierto, por así decirlo, charla con todas las personas. No sé cuanto tiempo transcurrió, pero todo quedo perfectamente arreglado, por lo que busque a Tony, lo encontré junto a Simón en una de las maquinas. Simón le explicaba como se realiza el proceso. Sonreí como tonta, Tony me vio y vino corriendo a mi encuentro.

 

— Nos vamos mami. —dijo con una sonrisa.

 

— Si campeón, nos vamos. —tome su mano, caminando hacía los ascensores.

 

— ¿Puedo apeta el botón? —preguntó Tony cuando se abrieron las puertas.

 

— Claro. —susurre metiéndonos al ascensor. Lo tome con mi brazo derecho como pude por su pequeña cintura, para luego subirlo a la altura del tablero. Apretó el botón del piso 17, el cual es el último y la oficina de presidencia, el ascensor comenzó a subir. Al entrar al vestíbulo me sorprendí al no ver a Kathleen por ninguna parte, la buscaba con la mirada cuando Tony soltó mi mano y corrió a mi oficina.

 

— TE VOY A GANA MAMI. —grito abriendo la puerta y entrando todo apresurado.

 

— No se vale Ethan Anthony hiciste tram… —me corte al ver a la persona que tenía delante de mí. Tony estaba paralizado.

 

— Bella. —dijo con un amago de sonrisa.

 

— Char… papá. —dijo sorprendida, hacía poco más de un mes que no lo veía y se me hacía extraño que estuviera aquí.

 

— Abuelito. —dijo Tony corriendo hacía donde estaba mi padre.

 

— Hey campeón… estas enorme. —dijo tomándolo en sus brazos.

 

— Te extañe mucho abuelo. —susurro Tony abrazándolo. Camine hasta el sofá de cuero gris, ubicado en el lado izquierdo de la oficina, el cual es lo suficientemente grande para que Lizzy y Tony duerman su siesta. Acosté a mi gatita que venía dormida en mis brazos.

 

— Ve a dibujar campeón, necesito hablar con tú madre. —murmuro Charlie dejando a Tony sobre sus pies.

 

— ¿De que quieres hablar papá? —pregunte sentándome detrás del escritorio.

 

— ¿Cómo va la Editorial? —pregunto revisando algunos de los documentos que estaban sobre el escritorio.

 

— Bien… es último mes ha aumentado el 15% las ventas. —respondí apoyando los codos en el escritorio y mirándolo intensamente. Sabía que no era de la Editorial de lo que quería hablar—. Pero no es de eso de lo que tú quieres hablar.

 

— Me conoces bien. —dejo los papeles y centro su mirada en mi rostro—. Jacob me dijo que cada vez que intenta acercarse a ti, tú rehúyes. Cuando vas a entender que es el hombre perfecto para ti. —suspiré, aquí veníamos de nuevo.

 

— Por dios papá vamos hablar de esto otra vez. No. Lo. Amo. —dije enfatizando cada palabra.

 

— ISABELLA. —grito sobresaltándome, Tony levanto su mirada de su dibujo y la fijo en mí—. Ya es tiempo de que te olvides de ese desgraciado y aceptes de una vez a Jacob Black. —eso fue la gota que derramo el vaso, me levante de mi silla muy enojada.

 

— SI TANTO TE GUSTA JACOB BLACK CASATE TÚ CON ÉL, A MÍ DEJAME EN PAZ. —grite—. Mi cuerpo y mi corazón le pertenecen a Edward Anthony Cullen Masen. —al terminar de decir esto sentí un ardor en la mejilla y en la boca un sabor como a oxido, era sangre. Mi padre respiraba entrecortadamente y tenía en rostro rojo por la ira. Él, mi padre me había golpeado, lo miré atónita. No lo podía creer, nunca me había puesto una mano encima.

 

— A mi mami no le pegas. —dijo Tony golpeando con su pequeños puños a mi padre. Charlie lo agarro por los hombros, vi su intención y eso no lo iba a permitir, a mis bebés nadie los toca.

 

— Ni se te ocurra Charlie Charles Swan, a mi hijo no lo tocas. —dije apretando fuerte su brazo derecho—. Entiéndelo… amo a Edward Cullen y no quiero nada con Jacob Black. —soltó mi agarre con un movimiento brusco, coloque a Tony detrás de mí.

 

— ¿POR QUÉ? POR QUÉ MI NENITA SE TENÍA QUE ENAMORAR DE UN MALDITO CULLEN. —grito lanzando los adornos de la oficina al suelo, salte un poco por el estruendo. Mi gatita comenzó a llorar—. Dime ¿por qué de Edward Cullen? —pregunto volteando a verme. No le respondí—. Pensé que habías madurado, pero ya veo que no. —dijo acomodándose el saco—. Puedes volver a Chicago siempre y cuando vayas casada con Jacob Black.

 

— Gracias Charlie… pero me gusta vivir en Nueva York. —dije encogiéndome de hombros. Prefería vivir lejos de Edward, que estar casada con un hombre que no amo, que en algún momento puede dañar a mis hijos.

 

— Como quieras. —salió dando un fuerte portazo. Con Tony de la mano me acerque a mi gatita, quien no paraba de llorar.

 

— Ya bebé no pasa nada. —dije tomándola en mis brazos para luego sentarme en el sofá, dejando a Tony parado en medio de mis piernas—. ¿Estás bien bebé? —pregunte atrayéndolo hacía mi pecho.

 

— Si mami. —susurro contra el—. ¿Tú estas bien? —pregunto separándose de mí, para acariciar mi mejilla. Tome su manito y le di un beso.

 

— Estoy bien bebé, no te preocupes. —dije sonriendo. La verdad es que me dolía a horrores.

 

— ¿Se encuentra bien señorita Isabella? —pregunto Kathleen desde el umbral de la puerta, mirando todo el desastre que había dejado Charlie.

 

— Estamos bien. ¡Podrías llamar a los de limpieza, por favor! —pedí con una media sonrisa en el rostro. Asintió y salió por completo de la oficina. Mire a mi princesa que ya estaba dormida de nuevo en mis brazos. Los de limpieza no tardaron el llegar, por lo que en diez minutos la oficina estaba ordenada nuevamente, levantaron algunas cosas que no estaban rotas, ya que cayeron sobre la gruesa alfombra, se llevaron las que se quebraron. Acosté a mi princesa en el sofá nuevamente, cuando me levante Tony también lo hizo.

 

— ¿Puedo pinta? —pregunto un poco serio todavía. Me acuclillé a su altura.

 

— ¡Quieres que invitemos a mamá Alice a almorzar! —murmure acariciando sus bracitos. Él solo asintió. Bese su mejilla y se fue hacía la mesita donde tenía toda sus cosas. Me senté en el sillón, respire profundo, con los ojos cerrados. Busque mi IPhone y le marque a Alice.

 

— Hola Bella en estos momentos estoy muy ocupada, te llamó más tarde. —dijo nada más contestar. Se escuchó que había alguien más.

 

— Charlie estuvo aquí. —susurre con los ojos cerrados. Me dolía mucho la mejilla.

 

— ¿Qué ocurrió? —pregunto prestándome todo su atención. Abrí mis ojos para mirar a Tony, él me observaba fijamente.

 

— Te cuento más tarde. No quiero alterar más a Tony. —susurre bajo la atenta mirada de mi hijo, quien me miro con el ceño fruncido, de seguro no me escuchaba—. Te gustaría venir a almorzar con nosotros, iremos al restaurante Barbetta.

 

— Comida italiana… bueno tengo tiempo sin comerla. ¿A que hora nos vemos? —preguntó.

 

— Te parece bien a la una. —respondí apoyándome del espaldar del sillón—. Le diré a Kathleen que haga la reservación y te confirme, nos vemos más tarde.

 

— Perfecto, nos vemos allí. Dale muchos besitos a mis sobrinos de mi parte. —dijo antes de colgar. Tome el teléfono de la oficina.

 

— ¡Kathleen por favor haz una reservación para cuatro personas en el restaurante de Barbetta para la una de la tarde! —pedí centrando mi atención en la portátil—. Luego le confirmas a Alice.

 

— De inmediato. Bella en el cajo de la derecha hay un manuscrito que debes leer. —me informo antes de colgar. Lo saque, pero antes de leer mire a mi gatita que seguía dormía, luego a Tony quien dibujaba. Comencé a leer el manuscrito, iba en la página diez cuando Kathleen hablo—. Ya tienen lista la reservación y ya le avise a la señorita Alice.

 

— Gracias. —dije sin apartar la mirada del manuscrito.

 

— Mami tengo hambre. —dijo Tony de pie a mi lado. Levante mi vista a él luego al reloj, que marcaba las doce con treinta y cinco.

 

— Vamos bebé. —susurre guardando en manuscrito en mi escritorio, apague el portátil y la guarde. Me acerque a mi gatita que seguía dormida, la noche anterior le había dado insomnio, por lo que la pasamos hablando de todo lo que viví con su padre. La cargue y salí de la oficina con ella en mis brazos y Tony de mi mano, lo agarraba como si mi vida dependiera de ello—. Kathleen cancela todo los pendientes de la tarde. No vuelvo hasta mañana.

 

— Qué tenga buenas tardes, nos vemos mañana Tony. —dijo con una sonrisa. Tony se despidió de ella con un movimiento de la mano. Llegamos al estacionamiento donde Sam y los chicos ya tenían listo para partir a la Hummer. Subí a mis bebés a su sillita, luego de abrocharme el cinturón, encendí el estéreo colocando a un volumen moderado “Claro de luna” salí de allí seguida por los chicos. Llegue justo a la hora de la reservación. Desperté a mi gatita antes de bajarla. Entramos al restaurante, saludamos a la recepcionista que nos llevo a nuestra mesa. Alice llegó cinco minutos después.

 

— Donde está mi príncipe y mi princesa. —murmuro bajito llegando a nuestra mesa.

 

— MAMÁ ALICE. —gritaron mis bebés haciendo que todo el mundo volteara a vernos interrogante. Ya que a pesar de que mi gatita se parece a Edward y Tony tiene los ojos verdes se puede diferenciar que son mis hijos.

 

— Shhhh. —susurro Alice abrazándolos.

 

— Lo sentimos. —susurraron los dos al mismo tiempo. Se sentaron de nuevo en la mesa. Alice y yo nos saludamos con un beso en la mejilla.

 

— ¿Qué te paso? La tienes un poco hinchada y de color verde. —pregunto examinándome la mejilla. Lo sabía, mi piel se marca con facilidad.

 

— Alice… —comencé pero Tony me interrumpió.

 

— El abuelo Chadlie le pego. —Tony estaba muy serio.

 

— Bella… —comenzó Alice pero en ese momento llego el camarero. Los cuatro pedimos raviolis de cestas y de tomar cuatro coca colas. El camarero se retiro y se Alice miro esperando que comenzara hablar.

 

— Luego… cuando Tony y Lizzy estén en los juegos. —susurre disimuladamente. Asintió un poco molesta, sabía que no era conmigo sino con Charlie. Llegó nuestro pedido y comenzamos a comer. Al acabar pedimos de postres Mousse de chocolate—. Tony, Lizzy. —llame su atención, cuando acabaron su postre.

 

— Si mami. —dijeron los dos al mismo tiempo, dejando de jugar con el servilletero.

 

— Vayan un rato a los juegos, si. Luego nos vamos a casa. —dije sonriéndoles. Necesitaba hablar con Alice sin ellos presentes.

 

— Está bien, vamos Lizzy. —dijo Tony poniéndose de pie y ayudando a su hermanita, la tomo de la mano.

 

— No se habla con extraños y no se alejen. —les dijo Alice lanzándoles un beso en un soplo. Ellos caminaron hacía el área de juegos—. Ahora si, dime que paso.

 

— Lo mismo de siempre. Charlie se enfado por que no acepto salir con Jacob y por que todavía amo a Edward. Nos gritamos mutuamente y no se en que momento me pego. —dije encogiéndome de hombros.

 

— Papá se pasa, no entiendo su afán por que te cases con Jacob. —dijo apoyándose en la mesa.

 

— Disculpen señoras se les ofrece un café. —el camarero interrumpió nuestra conversación.

 

— Si por favor, dos cappuccino. —pidió Alice por las dos, mientras yo observaba a mis niños.

 

— En seguida. —susurro antes de marcharse nuevamente. En eso comienza a sonar mi celular, segundos después el de Alice.

 

— No contestes. —me detuvo cuando lo iba a sacar de mi bolsa—. Seguro es Kathleen, te apuesto quinientos dólares que a mí me esta llamando Julia.

 

— Está bien, de seguro es que los del Dpto. de creativos no quieren cancelar la junta. —dije en el momento que dejaban de sonar. En eso llego el camarero, nos dejo nuestro cafés sobre la mesa. Comenzamos hablar de todo un poco, Alice me decía que era muy estresante ya que se acercaba el lanzamiento de la ropa de otoño y estaba muy ocupada. En eso comienzan a sonar de nuevo los celulares, me harte del sonido y conteste—. Hola. —conteste un poco irritada.

 

— Buenas tardes señorita Bella es Julia la asistente de su hermana Alice. La llamaba para avisarle que a su hermana Rosalie la ingresaron de emergencia, al parecer se tropezó y eso hizo que entrara en labor de parto.

 

— ¿En que hospital se encuentra? —pregunte mirando a Alice. “Rosalie” dije sin articular palabra. Ella se levanto y fue en busca de mis hijos.

 

— Bellevue hospital Center Manhattan. —mientras ella hablaba le hice señas al camarero pidiendo la cuenta. Trajo la libretita de cuero donde introduje mi tarjeta de crédito.

 

— Mami. —dijo Tony corriendo hasta donde me encontraba. Lo alce cuando llego a mi lado. El camarero me trajo el recibo y mi tarjeta. Salimos del local a pasos apresurados, yo con Tony en mis brazos y Alice con mi gatita. Al salir camine hacía mi derecha donde se encontraba estacionado mi Ferrari, al subir a Tony a su sillita me percate que Alice no estaba a mi lado, sino sacando su Porsche. No me preocupaba mi gatita, los tres coches tienen sillas para ellos. Me subí al coche y salí de allí seguida por Alice, quien no tenía idea hacia que hospital íbamos, yo tampoco, por lo que encendí el GPS y coloque el nombre del dichoso hospital. De inmediato el aparatito comenzó a darme instrucciones. Llegamos al hospital veinte minutos más tarde, nos bajamos rápidamente como en una carrera de coches. Saque a Tony de su sillita, entré por las puertas con él en mis brazos, seguida por Alice. En la recepción, nos informaron que ya estaba en quirófano. La enfermera nos indico como llegar a la sala de espera, allí nos darían información, el médico cuando saliera. Prácticamente corrimos por ese pasillo, mi Bubú estaba sentada en las típicas sillas de plásticos.

 

— ¿Bubú como esta Rose? —pregunte al mismo tiempo que Alice.

 

— ¿Abu como está Rose? —pregunto Alice.

 

— Ella esta bien, solo fue que al entrar a la cocina se tropezó y eso indujo el parto, pero al parecer el bebé se asusto, por lo repentino del movimiento y cambio de posición. Le están practicando una cesárea. —nos informo muy tranquila. Al parecer Rose estaba bien. Llevábamos como diez minutos esperando, cuando Charlie Swan hizo su entrada triunfal.

 

— Ya nació mi nieto, ¿Cómo está Rose? —pregunto cuando llego a nuestro lado. Tony se levanto de su silla y se colocó delante de Lizzy.

 

— No Toques de nuevo a mi mami, ni te acedques a mi hedmana. —dijo Tony muy serio mirando a Charlie. Me puse de pie delante de ellos, Alice me siguió.

 

— ¡Como es eso de que no toques a Bella de nuevo! —mi Bubú indago alternando la mirada entre Charlie y nosotras.

 

— No es nada Bubú. —dije mirándola con una media sonrisa. Alice me miro en formo reprobatoria. La verdad no quería alterar de nuevo a mis hijos.

 

— El abuelo le pego a mi mami. —dijo mi gatita. Hice una mueca, se me olvido decirle a Tony que no le dijera nada. Me había dado cuenta que ella no había presenciado la escena.

 

— ¿Como? —pregunto mirándome intensamente, deteniendo la mirada en mi mejilla, un poco verde e hinchada. No me dio tiempo de colocarme maquillaje—. Dios, como te atreviste Charlie Swan.

 

— Familiares de Rosalie Swan. —llamo una doctora.

 

— Somos nosotras. —dijo Alice. Todos nos acercamos, yo con mis hijos de la mano.

 

— ¿Doctora como esta mi nieta? —preguntó mi Bubú—. ¿Y el bebé?

 

— Los dos están bien. Todo salió perfectamente. La están llevando a su habitación. —nos informo la doctora—. Al pequeño se lo llevan cuando despierte.

 

— ¿Podemos pasar a verla? —pregunte muy entusiasmada.

 

— Por supuesto, síganme. —nos indicó que la siguiéramos. Caminamos por un largo pasillo, mis bebés iban un poco tensos, pero muy entusiasmados con la idea de conocer a su primo hermano—. Es aquí, con permiso. —entramos a la habitación en silencio, Rosalie estaba dormida.

 

— Mamá Dose Dueme. —murmuro mi gatita señalando la camilla. En ese momento Rose abrió los ojos.

 

— Hey ¿Te sientes bien? —pregunto mi Bubú acercándose para tomarle la mano.

 

— Si. —respondió con la voz un poco ronca—. ¿Dónde esta mi bebé?

 

— No lo sabemos. —respondí cargando a mi gatita y acercándome con Tony de la mano.

 

— Voy avisar que estas despierta, para que traigan a mi nieto. —dijo Charlie saliendo de la habitación.

 

— ¿Qué ocurre? —pregunto Rose mirándonos a las tres—. Se que está ocurriendo algo. Los noto muy tensos. Bella ¿Por qué tienes la mejilla hinchada y un poco verde?

 

— El abue… —en cuanto Tony comenzó hablar, mi mano derecha voló hacía su boca sin llegar hacerle daño. Alice acababa de subirlo a la camilla.

 

— Nada importante, luego te cuento. No te preocupes. —dije con una media sonrisa. Tony me miro muy serio.

 

— Mamá Dose y mi pimo. —murmuro mi gatita sonriendo.

 

— No lo sé, Lizzy. Pero ya no deben tardar en traerlo. —dijo Rose en el momento que entraba una enfermera empujando una cunita, donde venía un bultito azul. Lo tomo en sus brazos y se lo dejo a Rose en el pecho. Para luego salir y dejarnos solos.

 

— Es muy lindo. —susurro mi gatita sin apartar la mirada del bebé.

 

— Es vedad. —susurro Tony mirando fijamente a su primo.

 

— Familia les presento a Emerson Andrés Swan. —dijo Rosalie mostrándonos a un hermoso bebé con un poco de cabello rubio, de tez blanca, un poco rosadita, sus ojitos estaban cerrados por lo que no sabía de que color eran sus ojitos.

 

— Oh mi hermoso bebé. —dijo mi Bubú tomándolo en sus brazos.

 

— Emerson. —susurro Alice en mi oído—. ¿De donde lo saco?

 

— No lo sé, pero creo que viene de Emmett. —susurre de vuelta.

 

— ¿Del tío? —pregunto mi gatita, ella nos había escuchado ya que la tenía en mis brazos. Asentí con la cabeza—. Mami.

 

— Si. —dije perdiéndome en esos bellos ojos que poseía mi gatita.

 

— Quiedo a oto hemanito. —murmuro sonriendo abiertamente, marcando sus bellos hoyuelos.

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A Rose la dieron de alta al tercer día de haber tenido al bebé. Mis bebés formaron una batalla campal, ya que ambos querían ir en el coche donde iba mi hermana con el bebé. Al final ninguno de los dos fue, ambos me los lleve en mi Ferrari, sentados en sus sillitas. La mansión de tres plantas tiene diez habitaciones con su respectivo cuarto de baño cada una distribuida entre el segundo piso y el tercero. Las paredes del exterior están pintadas de color marfil, el recibidor está pintado de color blanco, justo en un altillo detrás de las escaleras se encuentra el piano de Tony. La habitación de Rose, mi Bubú, Charlie cuando viene y ahora la de Enderson están en el segundo piso. La de Alice, mi gatita, Tony y la mía están en el tercer piso. Alice decoro la habitación de Enderson muy hermosa, dos de sus paredes están pintadas de color azul, las otras dos están cubiertas por un tapizado de rayas de diferentes tonos de azul. Los muebles de madera con un color natural y con azul. Cerca de la ventana esta ubicado el ropero, a un lado la cómoda con el cambiador de pañal y lo que no puede faltar el monitor de bebé. La cuna de madera se ubica justo en medio de la habitación.

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Hacía un mes que mis bebés entraron a la escuela, su horario es de siete y media de la mañana hasta las doce del medio día, en el colegio no permite que tengan escoltas, es un colegio cerrado donde nadie entra. Los recibe la profesora en la entrada y ella misma los entrega. Mis niños se adaptaron muy bien al cole, el primer día de clases hicieron un montón de amigos, Tony llego muy enojado ya que al parecer mi gatita tenía un admirador, en eso se parece a su padre. Edward es muy celoso y sobreprotector. Ya era de mañana por lo que me levante de la cama y salí en busca de mis bebés, pase primero por la habitación de Tony, la cual es de Mario Cars, sus paredes están pintadas de color azul, su cama tiene la forma de carro, todos sus muebles hacen juego, son de Mario Cars.

 

— Tony bebé despierta. —susurre en su oído, él solo estiro sus bracitos para que lo alzará, escondió su carita en mi cuello. Con Tony en mis brazos camine hasta la habitación de mi gatita, sus paredes están pintadas de color blanco, todo sus muebles son de color rosado ya que le gusta Hello Kity—. Gatita bebé despierta. —susurre en su oído. Se removió pero siguió durmiendo, así que me incline un poco, todo lo que podía con Tony en mis brazos y comencé a besarla.

 

— No quiedo id, mami. —dijo tapándose con la manta. Sabía que mentía, no había dejado de hablar de la salida que tenían hoy al centro comercial.

 

— Bebé que te parece si luego de la escuela nos vamos al cine. —dije con una sonrisa. Estiro sus bracitos con una sonrisa en el rostro. Ya sabía que era eso lo que quería. La tome en mis brazos y salí hacia mi habitación. Todos los días era la misma rutina.

 

— Te quiedo mami. —susurro contra mi cuello cuando entrabamos a mi cuarto de baño.

 

— Yo también los quiero mucho. —dije apretando mis brazos.

 

— También quedemos a papá. —susurro Tony, mi gatita asintió. Bese sus cabecitas.

 

— Lo sé, yo también quiero mucho a su papá. —susurre. Les quite su pijama, luego la mía y entramos a la ducha. Salimos cada uno envueltos en un albornoz de color blanco. Ellos esperaron sentados en mi cama mientras yo me vestía, mi vestuario consistía en una falda tres dedos por encima de la rodilla, una camisa manga corta de color blanco, de calzado unos matadores Prada de doce centímetros. Me maquille de manera superficial, un poco de rimmel y brillo en los labios, el cabello lo acomode en un moño alto, uno que otro rizo suelto. Deje sobre mi cama la chaqueta del traje mientras vestía a mis niños, a Tony le coloque un conjunto de short de cuadros, una franela de color gris con azul, de calzados unos zapatos tenis de blancos. A mi gatita le coloque un conjunto de vestido tipo bata hasta la mitad del muslo de color azul, con su short abajo, de calzado unas zapatillas deportivas, alisé su cabello y le hice dos trenzas, se veía hermosa. Si Alice los ve vestidos así le da un ataque, por los sencillos que los vestí. Cuando me disponía bajar les coloque a cada uno su cazadora y a mi la chaqueta. Llegamos sin ser vistos al garaje, Sam me miro interrogante cuando los tres entramos de puntitas les señale a mis hijos. Los observo un momento y se rio entre dientes. Subí a los niños al Ferrari, sentándolos en su respectiva silla. Salí de allí seguida por Sam y los demás. Me detuve en McDonald donde desayunamos Waffles con chocolate caliente. Al llegar a la escuela nos recibió su profesora la señora Margaret Fellon.

 

— Buenos días señora Swan.

 

— Buenos días señora Fellon.

 

— Le recuerdo que hoy será la visita al centro comercial. —dijo mirando la lista en sus manos, hacía una semana que había firmado el permiso. Asentí con la cabeza.

 

— Me sentiría más segura si mis bebés fueran acompañados por uno de sus escoltas. —dije tanteando el terreno, sabía que la escuela no permitía. Pero también sabía que Sam era capaz de cuidar bien de los dos, si solo aceptaban que fuera uno.

 

— Lo siento señora Swan, pero sabe que no está permitido. —murmuro recibiendo de mis brazos a mi gatita, tomo la mano de Tony. Volví asentir.

 

— Nos vemos más tardes, se portan bien y le hacen caso a la profesora. —dije besando su frente. Ambos asintieron.

 

— No se preocupe ellos estarán bien. —dijo con una sonrisa—. Despídanse de mamá.

 

— Nous vous aimons maman au revoir. (Adiós mami te queremos mucho) —dijeron los dos en un perfecto francés. Sonreí llevaba enseñándoles ese idioma tres meses, cosas sencillas.

 

— Au revoir mon amour, je les aime beaucoup. (Adiós mis amores, yo también los quiero mucho) —respondí en el mismo idioma. La profesora se rio. Vi como entraron a la escuela, luego de que desaparecieran por las puertas, me subí al coche y salí directo a la oficina, tenía una junta a las ocho en punto de la mañana.

 


 

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Los capítulos son dedicados a ustedes espero que les gusten.

Besos desde Venezuela.

Capítulo 16: El embarazo de Rosalie: Capítulo 18: Desde el inicio de la relación hasta el encuentro con Elizabeth:

 


Capítulos

Capitulo 1: El comienzo de esta historia de amor: Capitulo 2: Cumpleaños de Bella: Capitulo 3: La separación: Capitulo 4: Forks: Capitulo 5: Sospecha de embarazo: Capitulo 6: El primer movimiento de los bebés: Capitulo 7: La reacción de Charlie y Angustia por Edward: Capitulo 8: La visita de Don Carlisle Cullen: Capitulo 9: Por fin noticias de Edward: Capitulo 10: Día de las madres: Capitulo 11: El parto de Bella: Capitulo 12: Elizabeth Marie y Ethan Anthony Cullen Swan: Capitulo 13: Bautizo de los bebés y El viaje a Bostón: Capitulo 14: El prrimer cumpleaños de los bebés y La aparición de Jacob: Capitulo 15: Paseo con Ethan y Elizabeth: Capitulo 16: El embarazo de Rosalie: Capitulo 17: Altercado con Charlie y El parto de Rosalie: Capitulo 18: Desde el inicio de la relación hasta el encuentro con Elizabeth: Capitulo 19: Una visita inesperada: Capitulo 20: Búsqueda de Bella: Capitulo 21: Jasslye Anthonela ¿Swan? Capitulo 22: Después de diez años vuelvo a verte: Capitulo 23: Es Bella y ¿Son mis hijos? Capitulo 24: Una maravillosa noche Capitulo 25: La cabaña y La visita de Tanya Capitulo 26: Compromiso Capitulo 27: Estoy embarazada Capitulo 28: El gran día Capitulo 29: Luna de miel y Celos Capitulo 30: Enfrentamientos, Risas y Amenazas Capitulo 31: ¿Que es el sexo? Capitulo 32: James Capitulo 33: El secuestro de Tony, Bella y Lizzy Capitulo 34: Parto de Bella Capitulo 35: Regreso del pasado Capitulo 36: Alianza inesperada Capitulo 37: Vulturi, ¡firmaron su sentencia de muerte! Capitulo 38: ¡No debieron tocar lo que más amo! Capitulo 39: ¡Enfrentame como honmbre Demetri! Voy a matarte con mis propias manos Capitulo 40: No me dejes, Edward

 


 
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