destinos enlazados

Autor: rosaliewolfvamp
Género: + 18
Fecha Creación: 19/12/2012
Fecha Actualización: 27/05/2018
Finalizado: NO
Votos: 19
Comentarios: 38
Visitas: 46124
Capítulos: 16

 

Huyendo de Mystic Falls Damon decide alejarse pues ya no soporta más el estar cerca de Elena sabiendo que esta prefiere a su hermano Stefan, así es como llega a Forks y se encuentra con una joven a la que amó por desgracia ella no lo recuerda ¿será que su amor renacerá? que pasara cuando sepa que hay otros vampiros de diferente clase que sorpresas encontraran Damon y Bella ¿que sucedera cuando Edward decida regresar?

 

los personajes y algunas citas no me pertenecen, pertenecen a stephenie meyer y a L.J Smith

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Capítulo 5: Atracción

Desperté agitada como de costumbre, sabía que no contaría con la suerte de tener una noche sin sueños dos veces seguidas por mucho que lo deseara, esta vez mi sueño era diferente ya no estaba completamente sola, había un cuervo, negro, extrañamente hermoso y familiar a mi lado, al igual que un enorme lobo de color rojizo que me hizo recordar muchísimo a Jacob, aun así existía cierto nerviosismo en mi que no me permitía estar tranquila, por lo menos, esta vez no estaba gritando y el sentimiento de pánico había disminuido un poco, decidí tomarlo como una señal de que estaba por buen camino al tratar de salir de nuevo, tal vez, solo tal vez, con el tiempo el agujero que Edward había dejado en mi pecho dejaría de doler tanto, sabía que jamás cerraría o sanaría por completo, pero, tal vez sería un dolor soportable.

Era domingo por lo que tenía muchas cosas que debía hacer en casa, aunque no me apetecía demasiado quedarme, así que cuando Jessica llamó aproveche para invitarla a ver una película, a lo que ella acepto contenta.

 Pasó por mí y fuimos a Port Angeles; Jessica sugirió que aprovecharíamos mejor el tiempo si entrabamos al cine primero y después íbamos a cenar, me pareció buena idea así que acepté, decidimos ver una película de zombis porque de ninguna manera estaba dispuesta a ver la comedia romántica que Jessica quería ver, estaba determinada a tratar de seguir adelante, pero aun no estaba lista para ver demostraciones de amor aunque fueran actuadas, realmente no preste mucha atención a la película ya que en realidad no estaba interesada en verla, solo buscaba no quedarme en casa para no tener que recordar; al salir del cine me deje llevar por Jessica hacia el McDonald´s que se encontraba a unas cuantas calles de distancia por lo que no era necesario ir en coche así que comenzamos a caminar hacia él, Jessica iba parloteando como siempre sobre el protagonista masculino de la película mientras caminábamos. Asentí cuando ella se deshacía en elogios sobre lo buenísimo que estaba, aunque era incapaz de recordar ninguna otra cosa que no fueran zombis por todos lados.

Sólo era vagamente consciente de que todo estaba más oscuro y más tranquilo. Me llevó más rato de lo debido el darme cuenta del porqué de esa tranquilidad. Jessica había parado de charlotear. La miré con ganas de disculparme, con la esperanza de no haber herido sus sentimientos. No obstante, Jessica no me miraba a mí, sino delante de ella. Su rostro estaba tenso y caminaba a buen paso. Cuando me giré para observarla, vi que sus ojos se desplazaban rápidamente a la derecha, a través de la calle, y luego volvían con la misma rapidez. Eché una ojeada a mí alrededor por primera vez. Estábamos atravesando un corto tramo poco iluminado de una acera. Las tiendas pequeñas alineadas a ambos lados de la calle cerraban de noche y los escaparates estaban a oscuras. Las luces de la calle volvían a alumbrar medio bloque más adelante y pude ver, allí, a lo lejos, los brillantes arcos dorados del McDonald's hacia el que se dirigía Jess.

Sólo había un negocio abierto en la otra acera. Las ventanas tenían las cortinas echadas por dentro y justo encima brillaba un rótulo con luces de neón que anunciaba distintos tipos de cerveza. El letrero más grande, uno de un brillante color verde, era el nombre del bar: Pete el Tuerto. Me pregunté si sería una cervecería temática de piratas, aunque no se veía nada desde el exterior. La puerta de la calle se abrió de pronto; había poca luz en el interior, y un prolongado murmullo de muchas voces y el sonido del tintineo de los hielos en los vasos invadieron la calle. Había cuatro hombres apoyados contra la pared de al lado.

Me volví a mirar a Jessica. Tenía los ojos fijos en el camino de delante y se movía con brusquedad. No parecía asustada, sólo cautelosa, y procuraba no atraer la atención de esos tipos sobre ella.

Me detuve y volví la vista atrás para mirar a aquellos hombres sin pensarlo dos veces. Experimenté una fuerte sensación de atracción no hacia los tipos sino hacia el lugar había algo en ese lugar que me atraía hacia él.

— ¿Bella? —Me susurró Jess—. ¿Qué haces?

Sacudí la cabeza, sin saber qué decir.

—Creo que los conozco... —murmuré.

¿Qué estaba haciendo? Debería rehuir ese lugar de mala muerte  apartar de mi mente la imagen de aquellos hombres recostados contra la pared y usar el aturdimiento —sin el cual era incapaz de funcionar— para protegerme. ¿Por qué estaba dando un paso hacia la calle, como alelada?

Sin embargo, ese algo era demasiado fuerte, ese “algo” me llamaba al interior de ese lugar

Pero bastó para que la voz de Jessica sonara llena de pánico cuando me llamó.

— ¡Bella, vuelve aquí!

La ignoré y eché a andar hacia delante despacio, sin haber tomado la decisión consciente de mover los pies. No entendía por qué, pero la nebulosa amenaza que suponía ese lugar debía ser suficiente para alejarme, sin embargo algo me empujaba hacia ahí. Era un impulso sin sentido, mas yo no había sentido ningún tipo de impulso durante mucho tiempo... así que lo seguí.

Algo poco familiar estalló en mis venas. La adrenalina, ausente tanto tiempo de mi cuerpo, aceleró mi pulso con rapidez y me obligó a luchar contra la ausencia de sensaciones. Era extraño, ¿a qué se debía esa explosión de adrenalina si no tenía miedo? No veía ninguna razón para sentir miedo. No podía imaginar que quedara nada en el mundo que pudiera darme miedo, al menos, no físicamente. Esa era una de las ventajas de haberlo perdido todo. Ya estaba en la mitad de la calle cuando Jess me alcanzó y me agarró del brazo.

— ¡Bella! ¡No puedes entrar en un bar! —masculló.

—No voy a entrar —dije como ausente, sacudiéndome su mano de encima—.Sólo quiero ver algo...

— ¿Estás loca? —susurró ella—. ¿Quieres suicidarte?

Esa pregunta me llamó la atención, y mis ojos la enfocaron.

—No, no quiero.

Mi voz sonó a la defensiva, pero era verdad. No quería suicidarme. No lo consideré ni siquiera al principio a pesar de que la muerte hubiese supuesto un alivio para mí, sin duda alguna. Le debía mucho a Charlie. Sentía también mucha responsabilidad respecto a Renée, y tenía que pensar en ellos. Jess se había quedado boquiabierta y abría desmesuradamente los ojos. Comprendí demasiado tarde que su pregunta sobre el suicidio había sido meramente retórica.

—Vete a comer —la empujé hacia la hamburguesería, despidiéndola con la mano. No me gustaba cómo me miraba—. Te alcanzo en un minuto. Le di la espalda y me volví hacia los hombres que nos observaban con ojos curiosos y divertidos. pero Jess volvió a alcanzarme para por fin detenerme- ¿Qué haces Bella? sabes bien que no podemos tomar, y no me parece inteligente de tu parte caminar hacia unos desconocidos- me dijo ahora claramente molesta

- no son desconocidos ya te dije que creo conocerlos- en ese momento llego a mi mente una escena de otra noche obscura con unos tipos similares y de como había escapado de ello, esto provoco una punzada de dolor en los bordes de la herida en mi pecho, lo cual me regreso el sentido común(o lo que me quedaba de él)

- bien pues un “creo conocerlos” no es suficiente para mi así que vámonos ya- respondió Jessica ahora si mas que irritada

-sabes que, tienes razón, lo siento, no debí acercarme a ese lugar de esa manera, lo siento- conteste mientras me dejaba llevar por ella de nuevo hacia el restaurant.

Aun así la sensación de que debía ir hacia aquel bar me seguía llamando, pero pude ignorarla lo suficiente como para ir con Jess y no provocarle más disgustos por esta noche Anduvimos en silencio hasta el McDonald's. En mi fuero interno, aposté que Jess se arrepentía de no haber ido en el coche en vez de recorrer a pie aquel corto trecho desde el cine. Intenté iniciar una conversación varias veces durante la cena, pero Jessica no estaba de humor. Debía de haberla ofendido de verdad. Cuando regresamos al coche, conectó la radio en su emisora favorita y puso el volumen lo bastante alto como para impedir cualquier intento de conversación.

Me sorprendí cuando Jessica aparcó el coche enfrente de mi casa. El viaje no había sido muy largo, pero aun así, nunca hubiera pensado que Jessica fuera capaz de pasarlo entero sin hablar.

—Gracias por haber salido conmigo, Jess —dije mientras abría la puerta—. Ha sido... divertido —esperaba que la palabra «divertido» le pareciera apropiada.

—Seguro —masculló.

—Siento mucho lo de... después de la película.

—Da igual, Bella —clavó la vista en el parabrisas en vez de mirarme a mí. Parecía que su enfado iba en aumento en lugar de disminuir.

— ¿Nos vemos el lunes?

—Sí, claro. Adiós.

Entré y cerré la puerta a mi espalda. Ella se marchó sin mirarme siquiera. La había olvidado del todo en cuanto estuve dentro de casa.

Charlie me esperaba plantado en el centro del vestíbulo, con los brazos cruzados con fuerza sobre el pecho y los puños apretados.

—Hola, papá —dije con la mente en otra cosa mientras pasaba por su lado de camino hacia las escaleras.

— ¿Dónde has estado? —me preguntó Charlie.

Miré a mi padre, sorprendida.

—Fui al cine con Jessica, a Port Angeles, tal como lo dice en el recado que te deje en la cocina.

—Mmm —gruñó él.

— ¿No te parece bien?

Estudió mi rostro mientras abría los ojos, sorprendido de haber encontrado algo inesperado.

—Vale, de acuerdo. ¿Te lo pasaste bien?

—Sí, claro —contesté—. Estuvimos viendo a unos zombis comerse a la gente.

Estuvo muy bien.

Entrecerró los ojos.

—Buenas noches, papá.

Me dejó pasar y yo me apresuré hacia mi habitación, tratando de no pensar en la extraña noche que acababa de pasar.

Me dirigí al cuarto de baño ya que después de todo lo sucedido necesitaba un buen baño caliente para relajarme y tal vez así podría olvidar aquel estúpido impulso que había sentido esta noche. Cuando hube terminado de secarme el cabello completamente regrese a mi habitación aun si poder desembarazarme del sentimiento de que había algo que tenía que hacer, algún lugar al que ir, alguien a quien debía ver.

 

 

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bueno lo prometido es deuda aqui esta el capitulo  y la correccion del capitulo anterior como dije al final no fue tan largo como para una segunda parte pronto estare de vuelta con el siguiente capitulo solo espero no tardar tanto en terminarlo a veces la inspiracion simplemente no llega y a veces cuando si la hay lo que no hay es tiempo mis compañaras escritoras estaran deacuerdo conmigo

por favor dejenme sus comenterios y suguerencias creanme que son muy valiosos para mi  asi que me despido voten y comenten plisss

Capítulo 4: La push (corregido y completo) Capítulo 6: Reencuentro

 
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