The Sound Of Silence (+18)

Autor: AniCullen17
Género: Drama
Fecha Creación: 06/04/2012
Fecha Actualización: 16/05/2013
Finalizado: SI
Votos: 71
Comentarios: 305
Visitas: 207763
Capítulos: 27

 

He vivido por 17 años, 11 meses, 3 días, y 10 horas, y en todo este tiempo… Jamás dije una sola palabra…hasta que te conocí.

 


 

 

Hola mis Lindas, acá estoy con mi Cuarto fan-fic, Espero que sea de su agrado,  para mí es un honor compartir esta nueva locura con ustedes, Las quiero mucho, ojala me gane algún votito o comentario de su parte...

 

The Sound of silence (+18) está clasificado para mayores de 18 años, contiene sexo explicito y  un lenguaje fuerte. Queda absolutamente prohibido publicarlo sin mi previa autorización

 

Este fic está protegido con los derechos del autor por SafeCreative, ¡NO al plagio! 

 

Fic "Lecciones para enamorar (+18)

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Todas son bienvenidos/as 

 

 

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Capítulo 5: Cumpleaños

 

 

 Cumpleaños.

Capitulo cinco.

 

 

Renata soltaba gemidos audibles ante el placer que sentía, apoyo sus manos acariciando los vellos que adornaban el pecho desnudo, dándose impulsos para seguir cabalgando lentamente sobre la dura y ancha erección de aquel nombre, cerraba los ojos ante las sensaciones que le producía aquel sujeto.

 

 

 

—Te siento malditamente Húmeda— susurro el hombre respirando con dificultad, dándole pequeñas y sensuales mordidas en el hombro de la mujer, no pudo mas con su excitación sentir aquel movimiento pausado que ejercía ella sobre él lo llevaba al borde del clímax,  la tomo del trasero dejándola entre el suelo y su cuerpo, abrió sus piernas de manera brusca haciendo que Renata soltara un grito de placer audible, terminando de perder la poca cordura que le quedaba.

 

 

 

—Oh Por dios— susurro el hombre sacando y metiendo su pene en la cavidad de Renata, admirando como sus jugos de excitación se mezclaban sin barreras,  la mujer comenzó a tocarse los pechos al sentir como el pene de su amante prácticamente se resbalaba en su interior, haciéndola sentir el mayor de los placeres, tocaba sus pezones con impaciencia, estos a estas alturas parecían verdaderas piedras, el hombre se movía con fuerza en su interior, alcanzando niveles inimaginables para ella… sentía que se correría en cualquier momento.

 

 

 

—Creo que … que-e  voy a corr-er—  susurro la mujer gruñendo levantando las caderas para una mayor fricción. El Hombre puso una sus manos en el suelo, justo al lado de la cabeza de la mujer, con la mano libre comenzó acariciar con avives su clítoris hinchado… moviéndose con mucha rapidez en su interior, mientras gruñía como un salvaje, su amante era la mejor en la cama, de eso no cavia duda, le dedico a deleitar como los senos de Renata subían y bajaban producto de sus movimientos desesperados que el ejercía.

 

 

 

—Mierda— grito cuando por fin libero su esencia en el interior de ella arrastrando a la mujer junto con el, siguió moviéndose un poco mas hasta vaciar completamente todo el semen en la cavidad, se recostó a su lado completamente agitado, Renata miro a su alrededor, todas las cosas tiradas en el suelo, esta vez sí se habían pasado, no habían tenido ningún reparo en tirar las cosas de la casa, muebles, un pequeño florero que adoraba la mesita de madera en la cual comían.

 

 

 

—Tu hija debe estar por llegar—susurro el hombre sobándose el estomago impaciente, la verdad le importaba bien poco que la joven los viera desnudos en mitad de la casa.

 

 

 

—Cerrare las ventanas— susurro Renata levantándose rápidamente del frio suelo, miro a través de la ventana, no había rastros de isabella a las fuera de la pequeña casita, así que puso las protecciones de las ventanas, inevitablemente se preocupo un poco la hora de los disturbios comenzaría, y no quería que isabella muriera de un balazo o en manos de un violador.

 

 

 

—¿Qué sucede Renata?- pregunto su amante mientras cogía su ropa del suelo para vestirse.

 

 

 

—Isabella no ha llegado—susurro frunciendo el seño algo preocupada— bueno, ¿ya te vas? — pregunto desinteresada al ver como cogía sus ropas. El hombre se acerco desnudo pegando su erección en el trasero de ella, restregando sus cuerpos haciendo que Renata nuevamente comenzara a excitarse, cuando sintió que la principal se abría violentamente asustando a los amantes… Isabella entraba completamente confundida ¿Por qué Renata tenía un dije exactamente igual al de esa señora hermosa que se había encontrado en el centro de la cuidad?, la muchacha quedo mirando a ambos adultos completamente desnudos, sintiéndose repentinamente avergonzada, al ver que aquel hombre no tenía ningún pudor de mostrar su erección dispuesta para una buena sesión de sexo con su madre.

 

 

 

—¡Isabella! ¿Qué no sabes golpear la puerta?...niña estúpida— lo ultimo lo susurro entre dientes, Renata trato de tapar su cuerpo, pero ya no había remedio.

 

 

 

Isabella sintió como sus mejillas ardían y rápidamente se fue hacia su habitación con aquella bolsa en las manos, que al parecer a Renata se le había pasado desapercibido.

 

 

 

—Bien… es mejor que te vayas —susurro Renata a su acompañante sexual, el hombre suspiro frustrado mirando su enorme erección.

 

 

 

—Te veo en la oficina mañana— susurro vistiéndose nuevamente para irse de aquel lugar deprimente en el cual vivía su amante, era realmente hermosa, las curvas de su cuerpo le habían perder la cabeza y excitarlo con tan solo pensarla, aquel cabello largo que caía sobre sus grandes pechos, y esos ojos de un color tan hermoso… prácticamente le hacían perder la locura.

 

Renata se envolvió con una bata y despidió a su amante en la puerta principal de la casita, lo beso apasionadamente acariciando la entrepierna de aquel hombre tan sensual.

 

 

 

—Adiós Renata—

 

 

 

—Adiós Aro, nos vemos mañana— sin más cerró la puerta para enfrentarse a Isabella.

 

 

 

*

*

*

 

 

 

 

 

—No estés nerviosa-—susurro Edward a victoria acariciando su muslo distraídamente mientras conducía.

 

 

 

—Es imposible…es una fecha importante Edward— susurro victoria completamente nerviosa ante la expectativa de conocer la familia de su novio el día de hoy.

 

 

 

—No quiero que te sientas mal si están todos… algo tristes, hoy es 13 de septiembre, se supone que isabella cumpliría 18 años— comento Edward mirando hacia la carretera, victoria suspiro pesadamente, sabia toda la historia de aquella bebe que había desaparecido hacia ya varios años.

 

 

 

—Creo… que no es conveniente el haber venido— comento mas para sí misma que para el joven

 

 

 

—Tonterías, eres mi novia y deseo que formes parte de mi vida victoria— Deja de hablar susurro Edward acariciando el hermoso cabello rojizo de la mujer de sus sueños. Victoria se lleno de valor, el era todo lo que necesitaba para sentirse segura alrededor de tantos extraños.

 

 

 

Llegaron alrededor de 15 minutos más a la casa de Emmett,  se haría una pequeña comida, como todos los años, para recordar el cumpleaños Isabella Swan, y era la ocasión perfecta para presentar a Victoria a la familia, ya que sus tíos también formaban parte de su familia.

 

 

 

—Tranquila, no te dejare sola- susurro besando suavemente los labios rellenos de Victoria, la tomo de la mano y caminaron hacia la entrada,  ahí los recibió Raquel quien los guio hacia el salón donde todos se encontraban, incluido Ian quien hablaba con emmett sobre los avances de la investigación.

 

 

 

—Hola Hijo- Esme se levanto de su asiento para saludar a su hijo, le beso la mejilla y quedo mirando a victoria dulcemente—Mamá… ella es victoria Vulturi, Mi Novia— la presento, todos los invitados quedaron completamente asombrados, Edward nunca había presentado alguna novia a sus padres, ya que el solamente tenía aventuras amorosas sin importancia, nada serio.

 

 

 

Victoria miro a los presentes… encontrándose con un par de ojos azules que conocía bastante bien… si no se desmayo en ese instante fue porque dios es grande… sus manos comenzaron a temblar, no supo qué hacer, o que decir.

 

 

 

Todos se fueron acercando para saludarla, aquel hombre simplemente la ignoro, como si no la conociera en lo absoluto, aquello la dejo incluso más tranquila, aunque no pudo evitar una punzada en su corazón.

 

 

 

Cenaron en una conversación agradable, Alice miraba a su hermano fijamente, aquella mujer era muy hermosa pero ¿Por qué no le había dicho nada a ella?, más que hermanos, eran amigos, a pesar de la diferencia de edad. Suspiro algo confundida y cuando termino la cena salió hacia el exterior de la casa… necesitaba pensar.

 

 

 

—Al parecer no le agrade a tu hermana— afirmo mientras bajaba la cabeza avergonzada.

 

 

 

—No, Alice es así, algo… inmadura-  declaro Edward  mientras le besaba la frente de manera dulce haciendo que victoria cerrara los ojos ante el contacto. El Joven miro a sus padres y tíos, quienes se despidieron de victoria.

 

 

 

—Adiós Vicky— le dijo René abrazando a la muchacha de cabello rojo—espero verte seguido por aquí—

 

 

 

—Gracias señora…—

 

 

 

—Oh, por dios dime René…—

 

 

 

—Y a mi esme querida, no estamos viejas aun— soltó una risita la madre del muchacho que lo miraba dulcemente, estaba agradecida de que por fin su hijo pusiera los pies sobre la tierra y victoria se veía una muchacha muy adorable y buena. Salieron de la casa con el semblante triste, aquella fecha era una de las más tristes del año.

 

 

 

—No molestes a la Peque, no es tan inmadura— emmett retomo la conversación, sacando algunas cervezas para victoria, Ian, Edward y él.

 

 

 

—Anda sensible últimamente— se defendió el hermano.

 

 

 

—Con unos cotillas— hablo la pequeña Alice desde la entrada al living donde se encontraban los jóvenes, escucho absolutamente todo— parecen viejas sin nada mejor que hacer que andar hablando a mis espaldas— indignada paso por el lado de los jóvenes todos atónitos y callados, llego a la cocina, saco un poco de jugo natural, cuando se disponía nuevamente salir hacia el jardín, una sensual y ronca voz se dirigió a ella, acercándose peligrosamente.

 

 

 

—¿Qué sucede Alice? — la voz de Ian mojó las bragas a la muchacha, trato de regular su respiración, pero era algo imposible, prácticamente se le había caído la mandíbula de la impresión.

 

 

 

—Nada— respondió encogiéndose de hombros, el hombre le sonrió de manera dulce, mostrando toda su dentadura blanca, dejándola completamente aturdida.

 

 

 

—Mmm, estas completamente enfurruñada— él miro a la muchacha y aquel puchero completamente infantil que adornaba su tierno rostro pequeño.

 

 

 

—No lo estoy… es solo que… que…Maldición— la joven se rasco la cabeza, miro nuevamente aquel hombre que estaba como un bom bom, todo de él la llamaba a pecar… su cuerpo atlético.

 

 

 

¡maldición por qué no naci 5 o 7 años antes!

 

 

 

Se lamento la joven, desvió la vista a los invitados que se encontraban en la sala, no les estaban poniendo atención, y eso le llamo profundamente la atención a Alice, Edward siempre había sido algo protector con ella… aunque claro siempre molesto, ahora estaba demasiado ocupado con su novia. Los celos de hermana se apoderaron de su cuerpo, quería tomar aquellos cabellos de victoria y jalarlos hacia la entrada de la casa para que se fuera…

 

 

 

—¿No te cayó bien la novia de tu hermano?- pregunto Ian tratando de sacarle las palabras a la Joven, ella negó con la cabeza algo triste de haber causado esa impresión a victoria y a Edward.

 

 

 

—No es eso, estoy algo molesta por Edward, cosas sin importancia-

 

 

 

—¿Quieres hablar de ello? —.  la muchacha no pudo evitar sonreír al escuchar aquella pregunta, quería estar con él asolas, pero no precisamente para hablar,  a su temprana edad ya comenzar a experimentar sensaciones de solo un hombre podía otorgarle, no sabía en qué momento había aparecido aquella necesidad, o tal vez si sabía, nuevamente miro a Ian perdiéndose en sus hermosos ojos azules como el cielo, aquellos labios carnosos completamente rosados la llamaban a probarlos salvajemente, quería deleitarse con su saliva, con recorrer su cuerpo centímetro a centímetro…

 

 

 

—¿Alice? — la voz de Ian interrumpió sus pensamientos pervertidos, y negó con cabeza, no quería cometer una locura con él.

 

 

 

—Te lo agradezco Ian, pero necesito estar sola, además quiero irme a casa—

 

 

 

—Sabes que puedes confiar en mi Alice — Ian le hablo como un hermano mayor habla a su hermanita, el no sentía nada más que una absoluta sensación de protección hacia ella, claro no podía negar que era hermosa, pero también debía aceptar de que si ella tan solo hubiera tenido unos 20 años, la situación sería completamente diferente.

 

 

 

—Lo sé Gracias, tú también puedes confiar en mí — Ian sin dudarlo se acerco a la pequeña adolecente, posicionando sus carnosos labios en la suave mejilla de la joven, haciendo que a ella se le dificultara el aire para respirar, parpadeo varias veces, asegurándose que no se trataba de un sueño.

 

 

 

—Bueno…- sin más Ian se acerco a los demás en la sala, no pudo más y prácticamente corrió a hacia el jardín, derramando su jugo natural, pero a estas altura no tenia sed… solamente necesitaba llegar a su casa para tomar una ducha bien, pero bien fría.

 

 

 

*

 

 

 

—¿Qué tenía la enana? — pregunto Edward a Ian, acariciando la cintura de su novia, y con su otra mano jugando con sus cabellos rojizos.

 

 

 

—Nada, solamente quería hablar con ella, eso es todo — respondió el hombre, no quería dar detalles menos a Edward, ellos no eran amigos, y tampoco tenía interés alguno en serlo, mucho menos cuando él estaba con aquella mujer que tantos dolores de cabeza le había dado en el pasado.

 

 

 

—Amor…¿crees que podrías llevarme a casa? — pregunto victoria girando un poco el rostro perdiéndose en ese hermoso color esmeralda que le había perder la cabeza completamente.

 

 

 

—Claro vamos— dijo Edward levantándose de su asiento, se despidieron de Emmett e Ian, estos últimos se encargarían de llevar a Alice a la casa de los Cullen—Vuelve pronto- le había dicho el mejor amigo de Edward a victoria, esta sonrió encantada, y se fueron rumbo a su casa.

 

 

 

Victoria iba completamente sonriente, acaricio su cuello coquetamente, jugando con su cabello a la vez, Edward la miraba de reojo mientras conducía, perdiéndose en aquellos enormes senos bien formados, trago ruidosamente la saliva, y posiciono su mano libre en el muslo de la muchacha, haciendo pequeños círculos imaginarios con su grandes y delgados dedos níveos, produciendo que los jugos de su intimidad comenzaran afirmar la completa excitación que sentía ante la cercanía de este dios.

 

No dijeron absolutamente nada, hasta cuando llegaron a la casa de victoria, Edward como todo un caballero, se bajo del automóvil, y le abrió la puerta del copiloto para que ella descendiera del auto.

 

 

 

—Lo he pasado increíble Edward… gracias— le sonrió ella acariciando la mejilla de su novio.

 

 

 

—Yo también lo pase bien- — sin más poso ambas manos en la cintura de la mujer acercándola más a su cuerpo atlético.

 

Jugueteo un poco rosando sus labios, sin llegar a un completo contacto, Edward entreabrió su boca, mirando los hermosos ojos de victoria, la cual estaba bastante acalorada con la situación.

 

La mujer se acerco impaciente y mordió sensualmente el labio inferior de Edward, y este no pudo mas con su autocontrol, la acorralo entre el volvo y su cuerpo, y se apodero salvajemente de sus labios, como si de ello dependiera su vida, se deleito con su sabor exquisito, las manos de Edward fueron acariciando la cintura de victoria, dificultando la respiración de ambos.

 

 

 

—Te deseo… Edward—  gimió la muchacha moviendo sus caderas, produciendo una exquisita fricción de sus sexos.

 

 

 

—Yo también… ¡mierda! me vuelves loco victoria — susurro Edward mordiéndole en lóbulo de la oreja…

 

 

 

—¿Quieres entrar? —  Victoria, pregunto entre gemidos, provocando que Edward soltara todo el aire que tenía en sus pulmones. Su sueño era estar con aquella mujer tan hermosa y sensual… su novia.

 

 

 

—¿Tus padres? — pregunto el algo nervioso, no quería que su padre saliera persiguiendo con una pistola como sucede en las películas.

 

 

 

—Descuida, no lo notara…¿vamos? — pregunto apegándose más a él, sintiendo como el pene de Edward estaba como una verdadera roca…

 

 

 

—Vamos — dijo tomando la mano de aquella sensual mujer, adentrándose a la casa, para hacerla… completamente suya.

 

 

 

*

*

*

 

 

 

Renata había comprado un pequeño pastel para el cumpleaños de Isabella, a pesar de todo le tenía un cariño a su hija, lavo un par de platos sucios con  el pequeño chorro de agua que caía de lavavajillas,

 

 

 

—¡Maldición! — dijo la mujer cabreada que siempre ha conocido la miseria, fregó rápidamente los platos, quitándole la suciedad con brusquedad.

 

 

 

Isabella apareció por el pasillo caminando hacia ella con la ceja alzada, completamente confundida ante la reacción de Renata, los platos no tenían la culpa de lo que le pasaba, además pronto tendrían que comer en la olla si seguía así, ya que prácticamente no tenían más platos.

 

 

 

—¡Maldito James! — Dijo completamente enfadada al ver a la muchacha— con el vendito problema que me dejaste — los cambios de humor de Renata eran realmente extraños. Isabella nunca sabia con que se encontraría al terminar la tarde, a veces pensaba que tenia severos problemas sicológicos… definitivamente no eran tan diferentes ¿o si?.

 

 

 

—¡No te quedes ahí! ¡Ayúdame! — le dijo la mujer a su hija completamente molesta recordando aquel pasado tan doloroso, le paso los platos a isabella, esta los puso en su lugar… se percato que eran tres…¿acaso James….?. No, de tan solo pensar en esa posibilidad el cuerpo le temblaba de pies a cabeza a causa del temor.

 

 

 

—Viene Aro, así que ve a ponerte algo más decente que esa camisa tan… colorida que andas trayendo, pareces un payaso de circo— declaro la mujer al ver aquella blusita de colores que se ceñía perfectamente a la esquelética figura de isabella, la quedo mirando mientras desaparecía como siempre con lagrimas en los ojos.  Volvió a sentir lástima al tenerla así, pensar que ella pudo criarse en las mejores condiciones.

 

El cabello de isabella era seco como paja, no tenia vida, y sus piernas huesudas, le daba la impresión de que apenas podía mantenerse en pie.

 

 

 

Isabella miro su atuendo, era muy lindo, aquella mujer bajita muy hermosa que le había obsequiado estas ropas era un sol… gracias a ella tenía para no repetir la ropa toda la semana como lo había hecho toda su vida.

 

Sin más se cambio de ropa por una camisa muy vieja y desgastada, un sweaters negro, y unos jeans desgastados, sintió unas voces en el interior de la casita, se trato de desenredar el cabello con los dedos de sus manos, ya que peine no tenía.

 

 

 

—Oh… Aro- sintió el gemido de Renata… ¡maldición!, pensó isabella tapándose los oídos tratando de que aquellos gemidos desaparecieran, a veces su intimidad comenzaba a reaccionar de forma indebida, y tenía la necesidad de tocarse los pechos, de sentirse una mujer…

 

 

 

Salió hacia la sala, cuando vio como aro embestía contra Renata, haciendo que ella diera pequeños espasmos, isabella se mordió el labio, sintió la sensación de un deja Vu al ver la escena, era casi parecida a las que solía ver con James, rodeo sus delgados brazos atreves de su abdomen acariciándose lentamente al sentir los gemidos de ellos mezclados…

 

 

 

Cuando ellos terminaron entre gritos en la sala, isabella tenía pequeñas gotas de sudor en su frente… los pezones estaban erectos y su intimidad mas húmeda que nunca, sabía que era una completa estúpida quedándose ahí para admirar todo lo que pasaba.

 

 

 

—¡Isabella! — llamo Renata a su hija cuando ya se acomodo sus bragas, no supo que su hija había mirado parte del espectáculo que ellos tenían en el living de la pequeña casa… la muchacha apareció como si nada a su vista.

 

 

 

—Ven siéntate- el humor de Renata había cambiado notablemente al sentir a Aro dentro de ella, sirvió un trozo del pequeño pastel que había comprado gracias a dinero que le daba Aro.

 

 

 

—Ten isabella, te traje un regalo- el hombre le estiro un paquete a la muchacha y esta aturdida con el seño fruncido acepto.

 

 

 

—Gracias Aro — susurro Renata haciéndose la vocera de su hija, la muchacha abrió el paquete y era un reloj rosado, completamente femenino, ella solo le sonrió en respuesta.

 

 

 

Renata miro a la Muchacha, aquel cabello seco color castaño… era la mezcla perfecta  de René y Charlie,  Isabella tenía los mismos gestos de René… aquella estúpida que había crecido con todo lo había deseado, mientras ella siempre se quedo en la miseria, por eso hizo pasar a isabella a la misma situación que ella había vivido toda su vida, Isabella pagaría por los errores de su madre.

 

 Nadie podría borrar todos los malos recuerdos, los maltratos y los abusadores que fueron con ella. Renata sentía un profundo odio hacia René… su Hermana,  las habían separado tras morir sus padres, René siempre había crecido con lujos, con el amor de una familia de verdad, mientras ella se crio en un orfanato mugriento.

 

 La mujer miro aquel seño fruncido de Isabella mientras comía su pastel, no cavia duda, era una copia viva de René, pero ella jamás se enteraría de eso, René seguiría pagando por el dolor de la pérdida de su hija, jamás le permitiría ser feliz… Su sobrina jamás…Jamás sabría la verdad.

 

 

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Holaaa mis Lindas, esta vez demore menos, jiji, pronto.... falta muuuuy poco para que se sepa la verdad  pero aaaw, a que no se esperaban que Renata fuera hermana de René cierto*-* jiji, bueno, bueno, ¿meresco algun votito, o un hermoso comentario de parte de ustedes?... jiji las adoroooooo <3

 

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Capítulo 4: Te Encontré. Capítulo 6: Nuevo sendero

 
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