The Sound Of Silence (+18)

Autor: AniCullen17
Género: Drama
Fecha Creación: 06/04/2012
Fecha Actualización: 16/05/2013
Finalizado: SI
Votos: 71
Comentarios: 305
Visitas: 207906
Capítulos: 27

 

He vivido por 17 años, 11 meses, 3 días, y 10 horas, y en todo este tiempo… Jamás dije una sola palabra…hasta que te conocí.

 


 

 

Hola mis Lindas, acá estoy con mi Cuarto fan-fic, Espero que sea de su agrado,  para mí es un honor compartir esta nueva locura con ustedes, Las quiero mucho, ojala me gane algún votito o comentario de su parte...

 

The Sound of silence (+18) está clasificado para mayores de 18 años, contiene sexo explicito y  un lenguaje fuerte. Queda absolutamente prohibido publicarlo sin mi previa autorización

 

Este fic está protegido con los derechos del autor por SafeCreative, ¡NO al plagio! 

 

Fic "Lecciones para enamorar (+18)

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Capítulo 4: Te Encontré.

 

 

Te Encontré.

Capitulo cuatro.

 

 

—Edward… Edward ya muévete ¿sí? — la vocecita de su pequeña hermana lo hiso despertar de la inconsciencia en la cual se encontraba, se removió perezosamente entre las sabanas negando a despertar, soltando un bostezo, abrió los ojos y frente a él de rodillas junto a su cama se encontraba Alice regalándole una sonrisa encantadora.

 

—Buenos días gigantón— le sonrió—  ¿Qué te tomaste?, no es muy propio de ti dormir hasta las 11 de la mañana Edward — lo miro curiosa, alzando las cejas de arriba hacia abajo, mordiéndose el labio inferior—quizás… que cosas hiciste anoche hermanito — soltó una risita picara, entrecerrando sus ojos, amaba molestar a su hermano mayor.

 

—Alice, deja de decir estupideces ¿Qué haces en mi cuarto? — Edward pasó las manos por su cara, se sentía demasiado abatido para levantarse en estos momentos, quería quedarse entre en la cama todo el día si fuese necesario.

 

—Llamo emmett hace un rato, venia en camino, para que lo acompañes a un orfanato — se le había pasado por alto que emmett lo busco la tarde pasada, sintió como sus ojos se cerraban a causa del cansancio, había tenido una noche algo… acalorada,  pensando en victoria… su personalidad, ese cuerpo de diosa que poseía lo llevaba a la locura, aquellas caderas como se movían cuando ella caminaba, esas piernas bien torneadas, y aquel Culito de infarto que poseía aquella mujer…  no pudo evitar morderse el labio inferior, Alice lo quedo mirando entrecerrando los ojos, su hermano tenía una cara de idiota digna de fotografiar.

 

—Ey gigantón aun estoy aquí, no quiero ser partícipe de tus… alucinaciones eróticas o cosas por el estilo, te recuerdo que a tu lado soy una bebe— se levanto del suelo — mejor báñate con agua bien fría- soltó una risita traviesa — y vístete, no tarde de llegar emmett con el guapo detective que esta como quiere — aplaudió dando saltitos, Edward se sentó en la cama mirando fijamente como  su hermana pequeña caminaba hacia la puerta del dormitorio.

 

—Ey enana-—Alice bufo ante el apodo que le había puesto su hermano, no era su culpa que el midiera más de 1.80 y fuera un gigantón —tu ya tienes novio, así que no mires a ese detective “guapo que esta como quiere” —Edward se burlo de ella tratando de imitar su voz, Alice se volteo a mirarlo con cara de pocos amigos.

 

—No digas tonterías Edward, papa te puede escuchar, y luego me da el discurso de la Niña que nunca crece, tonterías, y si tengo novio es mi problema — le saco la lengua antes de salir de la habitación de su hermano.

Dejando a Edward sorprendido, Alice era un demonio vestido de ángel, de eso estaba completamente seguro.

 

Se ducho rápidamente, trato de relajar sus músculos con el agua caliente, estuvo a punto de ducharse con agua fría para borrar el recuerdo de victoria, pero ya hace varios años había pasado la etapa para autosatisfacerse, se sentía cansado, no había dormido lo suficiente. Salió envuelto en una toalla a su habitación, se puso los bóxer, un pantalón negro con una camisa más clara. Trato de acomodar un poco aquel cabello broncíneo, pero no obtuvo resultados, frustrado paso aquellos dedos largos y níveos sobre su cuero cabelludo cuando unos golpecitos interrumpieron en la puerta de su habitación.

 

—¿Sí? —  pregunto distraídamente, mientras seguía enfurruñado por aquel cabello rebelde que había tenido toda la vida.

 

—Mi niño, emmett esta esperándote abajo— dijo la dulce vocecita de Amy, la Nana de Edward y Alice.

 

—Ya voy mi Viejita — dijo Edward abriendo la puerta cuando se encontró con ella, beso su mejilla sonoramente haciendo que  Amy soltara una risita y sin más  bajo la escalera rápidamente…

 

—Hola hermano ¿Cómo esas? — emmett se levanto del sofá y fue abrazar a Edward afectuosamente, le dio suaves palmadas en la espalda.

 

—Ey, cálmate lo vas a matar Emmett — la vocecita “tierna” de Alice hizo reaccionar a Edward, se soltó del abrazo de emmett y miro a Alice ¿Qué hacia ella aquí?, estaba sentada en el sillón de la sala de una forma coqueta con las piernas cruzadas, mostrando un poco de piel…

 

pff Alice realmente está loca. Pensó Edward.

 

—Alice, ve a jugar con muñecas — dijo burlándose de ella, amaba a su hermana con toda el alma, pero  se comportaba como una verdadera niña malcriada,

 

—Edward tengo 15, ya no juego — dijo enfurruñada — bueno, iré al centro comercial, espero que les vaya bien— declaro levantándose de su asiento — adiós emmett, Adiós Gigantón… Adiós Ian…—lo ultimo casi lo susurro inaudible, aquel hombre la cohibía demasiado, era el más guapo de Vancouver… simplemente no tenia palabras para admirar aquella belleza… que parecía inhumana, se quedo petrificada al ver como aquel sujeto misterioso le dedicaba una sonrisa… la sonrisa más bella que le habían regalado … sintió un suave cosquilleo en aquella parte de su feminidad aun inexplorada, así que sin más saco su bolso y salió de la casa como alma que lleva el diablo, aturdida por aquellas sensaciones de excitación que ella nunca había experimentado… ese hombre era un dios.

 

—Creo que Alice esta cada día más loca — susurro emmett mirándola por la ventana, negando con la cabeza — bueno — dijo volteándose a su mejor amigo —Edward, es el Ian Evans— los presento, ambos se acercaron y estrecharon sus manos fuertemente — lo veras seguido,  es mi Amigo y claramente la persona que me ayudara a encontrar a isabella—

 

—Mucho Gusto Ian — Edward miro detenidamente aquel hombre misterioso… tenía el cabello obscuro, algo despeinado como él, tenia ojos azules como zafiros… iguales a los de Victoria… no encontraba razón alguna por la cual su hermana lo encontraba tan “guapo” .él lo encontraba como cualquier otra persona que pisara la tierra.

 

—Mucho gusto Edward…— saludo Ian por primera vez, tenía la voz ronca, como la voz de un anuncio de televisión, de aquel tipo de voces que habían estremecer a las mujeres, hasta mojar sus bragas.

 

—Bueno chicos, ¿Vamos? —  interrumpió Emmett mirándolos a los dos fijamente, conocía bien esa miradita de Edward, mas tarde le pediría que bajara la guardia, Ian era de confianza.

 

—Vamos — ambos asintieron, salieron de la casa de Edward, en el jeep azul de emmett, Ian iba como su copiloto, y Edward en el asiento trasero enfurruñado, aquel tipo se estaba tomando atribuciones, más que mal le estaban pagando por encontrar a la hermana de su mejor amigo.

 

Comenzaremos por los orfanatos del centro, creo que deberíamos dividirnos- comento emmett completamente serio, algo poco inusual, pero desde que Isabella había desaparecido de la tierra emmett cayó en una fuerte depresión, a pesar de haber tenido solamente unos 5 años.

 

—Yo iré a las clínicas u hospitales, para tratar de sacar alguna información, quizás estuvo hospitalizada, me dices que tenía una medalla con su nombre y un dije de corazón, deberías ir a los orfanatos más cercanos para ganar tiempo — Ian dijo mirando a Emmett, olvidándose completamente que Edward estaba atrás escuchando absolutamente todo.

 

—Sí, esa medalla se la obsequiaron mis padres al nacer. Muy buena idea Ian, nos veremos a las 7 de la tarde en el club de la noche anterior— emmett no pudo evitar soltar una sonrisita picara.

 Al recordar cómo días anteriores se habían emborrachado como nunca,  admirando la belleza de varias mujeres en busca de compañía nocturna, aquellos grandes senos descubiertos, por alguna camiseta descotada, aquellas piernas largas y bien torneadas, se relamió los labios no había nada más bueno que un buen sexo, quería perderse entre las piernas de alguna mujer hermosa.

 

La Tarde paso rápidamente, entre orfanatos, y hospitales, pero sin ningún resultado positivo, emmett recordaba perfectamente el día que Isabella había desparecido… el día 13 de mayo cuando cumplía apenas 8 meses de vida. Pero no había ningún registro en los orfanatos de ninguna bebe que llegara entre esos días. Lo que descartaba rápidamente que isabella se encontrara en algún orfanato de Vancouver.

 

—Quizás deberíamos pensar en la posibilidad de que no está en la cuidad o en el… país— la voz de Edward salió nostálgica, sabía que aquello le rompería el corazón a Emmett, pero como su mejor amigo tendría que decirle todas las posibilidad.

 

—¡Maldición! — Emmett cerró los puños de sus manos, sus ojos tenían aquel brillo de tristeza, quería llorar, pero no podía darse por vencido tan rápidamente, apenas era el primer día de búsqueda, tendría que ser fuerte por ella.

 

Edward a eso de las 7 de la tarde se despidió cordialmente de Ian y Emmett, ya que estos, se iban a ir a un club nocturno y el no estaba para estas cosas, solamente quería verla a ella… volvió a su casa, y tomo el volvo para ir camino a casa de victoria,  condujo rápidamente sin ni siquiera llamarla, solamente esperaba no ser inoportuno.

Con los nervios a flor de piel salió del volvo, camino rápidamente hacia la pequeña casita, y toco suavemente la puerta.

 

Victoria se estaba dando un exquisito baño, enjabonando todo su cuerpo lentamente disfrutando de la sensación, no podía evitar cerrar los ojos e imaginar que sus manos eran sustituidas por Edward, aquel hermoso hombre de cabello broncíneo,  con ojos de un precioso verde esmeralda, levanto su pierna enjabonando su pie hasta llegar cerca de su intimidad, suspiro pesadamente cuando sintió unos suaves golpecitos que provenían de la entrada de la casa.

 

—¡Maldición!- dijo saliendo de la bañera secando un poco su cuerpo, se enrollo el cabello en una toalla, y con otra envolvió su cuerpo, bajo rápidamente las escaleras, nadie se encontraba en casa, sus padres estaban trabajando y ella se había quedado a estudiar toda la tarde para un examen en la universidad, aunque la concentración no le duraba más de 10 minutos, ya que unos ojos esmeraldas invadían  su mente, volviéndola completamente loca.

Abrió la Puerta sonrojándome inmediatamente al percatarse de quien se trataba,

 

—¡Maldición, en las fachas que me encuentro!- dijo para sí misma, bajo la mirada avergonzada, mientras a Edward se le ponían los vellos de punta al verla prácticamente desnuda, con esa toalla que con suerte tapaba un cuarto de su hermoso muslo, pequeñas gotitas adornaban sus hombros y se perdían por el escote de sus pechos, no pudo evitar fruncir el seño al ver como sus pezones sobresalían de su toalla.

 

—Hola- dijo con voz ronca, al verla así prácticamente se había quedado con las palabras en la boca.

 

—Hola Edward— susurro levantando la mirada— pasa—lo invito haciéndose a un lado de la entrada, Edward trago saliva y entro completamente nervioso a la pequeña casita, sin decir ni una sola palabra— yo…yo iré a cambiarme, siéntete como en tu casa, ya vengo— victoria hablo con voz suave mientras lo miraba detenidamente, subió las escaleras dejando a Edward completamente en estado de shock y excitación absoluta al ver su cuerpo de diosa.

 

—¡Oh, dios mío! — susurro para sí mismo, mientras caminaba hacia la sala con el recuerdo de Victoria, ¿Cómo sería verla desnuda?, ¿Cómo se sentiría, lamer, chupar y succionar aquellos pezones erectos?, acariciar cada parte de su cuerpo, llegando a su intimidad, adelantándose en ella, mientras gritaba por mas placer, con más fuerza…ver como su erección entraba y salía de ella de manera rápida,  haciendo que ambos perdieran la razón, quería tomarla con fuerza, quería hacerla gritar de pasión, mientras se perdieran en un fuerte orgasmo…¿Cómo ser…-

 

—Edward ¿me estas escuchando?-la voz de victoria interrumpió los pensamientos calientes de Edward, este miro su gran problema entre sus pantalones.

 

 ¡Maldita sea!

 

 Cruzo sus piernas en el sillón y la miro detenidamente, estaba con un jeans y una camiseta de tirantes que se apegaba a su perfecta figura.

 

—¿Me decías? —  victoria soltó una risita enteramente al percatarse que el pene de Edward estaba completamente dispuesto a mas, se sintió dichosa por eso.

 

Se acerco como un gato felino hacia él, mordiendo su labio inferior, y se sentó en sus piernas, dejando la cara de Edward a la altura de sus pechos.

 

—Dije que ya estaba Lista— susurro inhalando el olor varonil de su cuello, Edward puso sus grandes manos en su pequeña cintura, acariciándola de arriba hacia abajo en un movimiento lento y pausado.

—Tócame Edward…- victoria tomo entre sus manos, aquella mano nívea y se la llevo a su seno derecho, incitando a Edward a masajearla lentamente, esté lo apretó un poco, dejando salir un pequeño gemino de la boca de victoria.

Se fundieron en un beso apasionado, lleno de deseo, sus lenguas conectadas por aquella excitación que comenzaba abatirlos rápidamente, ninguno de los dos se dio cuenta como acabaron en el suelo el arriba de ella, frotándose contra victoria de manera rápida por encima de la ropa, besando todo lo que estuviera a su alcance…

                                                                                                

—Te…deseo…tanto— susurro victoria prisionera del deseo que sentía hacia él. Edward besaba su cuello, y al escuchar aquellas palabras la miro fijamente. Se perdió en aquellos ojos azules hermosos, iguales al cielo en pleno verano, sus mejillas estabas sonrojadas, y tenía una deslumbrante sonrisa en sus labios… era completamente adorable.

 

—Yo también te deseo victoria...- susurro en entre sus labios, la mujer paso sus manos por el cabello, y acaricio la frente de Edward queriendo grabar cada detalle de su sedosa piel.

 

Edward pensó en aquella posibilidad, sabía que era poco el tiempo, pero no podía sacársela de la cabeza, sabía que era muy pronto, pero nunca tuvo miedo de demostrar lo que sentía… y menos con las mujeres.

Así que sin más se levanto dejando libre el cuerpo de Victoria, esta lo miro completamente confundida.

 

—Ven, acompáñame— dijo estirando las manos para que victoria se levantara- deseo hacer algo- susurro cuando la tuvo a su alcance, acaricio aquel cabello rojo y beso su frente.

 

—Vamos, viejito— dijo soltando una pequeña risita ante el apodo que le había puesto cuando se dieron aquel primer beso— espérame iré a buscar tu chaqueta— dijo victoria subiendo las escaleras dejando a Edward en la entrada, la espero por algunos minutos y está bajo con un abrigo y la chaqueta de Edward en la mano.

 

—vamos— dijo tomando la mano de Edward mientras salían en silencio de la casa, Edward iba nervioso, quería hacer esto de manera especial, pero ¿Qué más daba?, solamente quería ser de ella.

Se adentraron al volvo, Edward condujo hacia un parque, ya era entrada las 9 de la noche, los faroles estaban encendidos, y muchas parejas caminaban de la mano felices, las áreas verdes poblaban el lugar, y en el centro un hermoso lago se perdía en la vista nocturna, Edward guio a victoria hacia el pequeño puente que conectaba ambos lados del parque  y se detuvo cuando iban en la mitad de aquel puente lleno de flores.

 

—Es hermoso, nunca había venido aquí— susurro victoria completamente

Asombrada admirando aquel paisaje tan hermoso en el cual se encontraba, estaba completamente fascinada con la vista nocturna del lugar, como los faroles se reflejaban en el agua y como los grillos cantaban haciendo del momento algo único e inolvidable.

 

—Si realmente hermoso— susurro Edward tomando su mano, haciendo que las mariposas en el estomago de victoria danzaran en su interior, y en su intimidad ¿Cómo era posible excitarse con tal solo un roce?... realmente estaba perdiendo la razón por aquel hombre hermoso.

 

Se puso completamente nerviosa al percatarse de la intensa mirada de Edward… se relamió los labios cuando el tomo entre sus manos aquel pequeño rostro, completamente nervioso, temblando ante lo que se avecinaba.

 

—Victoria, eres la mujer más sorprendente que he conocido… ¿quieres ser mi Novia? —  victoria se quedo sin habla ante aquella pregunta que nunca espero escuchar de los labios de Edward, el era diferente a todos los novios que había tenido anteriormente, el era caballero, tierno, romántico, atento, comprensivo… él era todo lo que quería para ella.

 

—Sí, claro que quiero Edward, quiero ser tu novia — le regalo una sonrisa cautivadora, y sin más Edward se acerco a ella para besar sus labios, sellando aquel pacto que ahora los unía....quizás para siempre.

 

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 Isabella despertó temprano en la mañana, tenía que ir a clases, siempre escuchaba atentamente a la profesora Cope, y se sentaba al final del salón, nunca encajo en aquel grupo de idiotas adolescentes, las mujeres unas putas acostándose con media población,  los hombres en drogas, y robos, ella simplemente quería ignorar su alrededor.

 

—Isabella— la voz de Renata se escucho dentro del pequeño cuarto de baño, isabella camino descalza atreves de la pequeña casita, entro con timidez al baño de donde provenía la voz de su madre— No te quiero aquí cuando vuelva— aquellas palabras tensaron a isabella ¿Qué sucedía? ¿Por qué? — vendrá mi jefe, y James se irá a hacer un trabajito, y tengo que hacer con mi jefe, así que necesito que no estés por la tarde, a eso de las 5 a 8 — isabella bajo la mirada avergonzada al ver a su madre completamente desnuda secando su cuerpo con una pequeña toalla, sabía perfectamente que Renata solamente se  juntaba con su jefe para tener sexo —¿me escuchas? — isabella asintió rápidamente saliendo del baño, camino hacia su habitación, ordeno aquellos dos cajones de fruta que le serbia de mesita de noche, ordeno el par de mantas que tenía en su colchón con agujeros, cuando Renata se despidió no sin antes recordarle que no debía estar en casa por la tarde.

 

Llevo una toalla al baño cuando estuvo completamente sola, James no había aparecido por la noche, y dudaba profundamente que se apareciera a esta hora de la mañana. Se saco la ropa rápidamente quedando desnuda, abrió la llave y se metió rápidamente bajo el chorro de agua completamente frio… la piel se le erizo junto con los pezones, su cuerpo convulsionaba al sentir aquel frio tan espantoso, quería soltar miles de groserías, trato de concentrarse en otra cosa que no fuera el agua completamente helada, se enjabono cada parte de su cuerpo rápidamente, no quería pescar algún resfriado o algo peor.

Cuando ya estuvo lista, salió rápidamente y camino hacia su habitación, froto inútilmente con sus manos sus brazos desnudos tratando de entrar en calor,  se puso unos jens, una camiseta y tennis, no tenia abrigos, ni nada de esas cosas que a estas alturas parecían inalcanzables.

 

Tomo un pedazo de pan duro y camino rápidamente hacia la escuela de mala muerte a la cual iba.

 

La Mañana pasó lentamente para ella, como siempre era molestada por aquellos idiotas que le arrojaban papeles o botellas vacías, tratando de que ella dijera alguna palabra, como siempre ella los ignoraba, tomando atención a la señora Cope.

 

Salió a eso de las dos de la tarde de la escuela, llego a casa rápidamente, cuando se encontró a James en la sala, se paralizo inmediatamente, sin saber qué hacer, el temor que sentía hacia aquel hombre solamente creía con el paso del tiempo.

 

—Hola estúpida— susurro el hombre más Vil que pisaba la tierra, Isabella no pudo evitar temblar de miedo al encontrarse sola con aquel sujeto.

El hombre se acaricio por encima del pantalón su anatomía, esperando hoy enterrarla en aquella cavidad inexperta y estrecha. Se acerco a ella lentamente tomándola por el pelo pasando la lengua por el cuello de la muchacha.

 

—Sabes exquisita- susurro el muy desgraciado, isabella tembló ante el contacto, no quería ser de él, no podía permitirlo.

El hombre la arrincono entre la pared y su cuerpo algo robusto, acaricio los pequeños pechos de isabella, haciendo que esta se diera por vencida, Renata no llegaría más allá de las 5 de la tarde y recién eran las 2, aquello lo veía venir, las lagrimas comenzaron acomularse en sus ojos haciendo que su vista se volviera borrosa. James rasgo la camiseta que traía bella dejando ver los pechos de esta, ya que no se había puesto sujetador.

 

—Estas preparada… perra — susurro apoderándose de uno de ellos, haciendo que bella soltara una lágrima silenciosa… que rodo por su mejilla.

Las manos de James estaban tratando de desabrochar el pantalón de bella cuando unos fuertes golpes interrumpieron en la puerta.

 

—¡Maldición!- susurro james apartando de un manotazo a Bella empujándola bruscamente hacia la pared haciendo que esta se golpeara su frágil cuerpo.  Abrió la puerta bruscamente cuando un hombre algo y musculoso se adentro a la pequeña casa sin ni siquiera saludar.

 

—¡Hay que escapar! — susurro el hombre, isabella cubrió su cuerpo con sus manos, las lágrimas corrían por sus mejillas como cascadas, sentía un dolor infinito, que cada día que pasaba mas aumentaba mas la angustia ¿Por qué a ella? Aquella pregunta se repetía en su cabeza día y noche desde que tenía uso de la razón. Se puso un sweaters viejo que escondía en su habitación y toco sus pechos tratando de quitar la saliva del perverso hombre que quería abusar de ella.

 

—¡NO PUEDO IRME!, ME IMPORTA UNA MUERDA QUE LA POLICIA NOS ESTE BUSCANDO! — Isabella se sobresalto con el grito de James, se sentó en su colchón completamente nerviosa ¿Qué estaba pasando?, solamente le quedaba esperar.

 

—JAMES, NO TIENES OPCION, LA POLICIA NOS BUSCA… POR VIOLACION, TRAFICO Y ROBO— Billy trato de razonar con aquel hombre, estaba perdido, sabía que lo atraparían en cualquier momento y no podía permitir aquello.

 

—¡Maldición! — susurro James con la mano en la cabeza sin saber que hacer— está bien, me iré, pero con Isabella, no la dejare aquí—

 

—No puedes James, tienes que ir solo, junto con notros si quieres un día en la noche, te tiras a la idiota de tu hija, pero tienes que irte ¡YA! —  James sin más camino hacia la habitación de bella, la miro detenidamente.

 

—No sé qué pacto abras hecho con el diablo puta, pero te has salvado de mi muchas veces, mi paciencia se agota, así que espérame alguno de estos días, porque tú serás mía ¡NO LO DUDES! — y sin más escupió la cara de bella dejándola completamente destruida emocionalmente, solamente con caricias había dejado una huella que nunca podría olvidar… el asco a sí misma.

 

James tomo un bolso y cogió las botellas de alcohol, ropa y dinero, llamo a Renata para decirle lo ocurrido, esta estaba enfurecida, pero comprendió al fin y al cavo que no podría hacer nada contra eso. James  se fue con rumbo desconocido pero convencido de que pronto estaría aquí para disfrutar todo aquello que le pertenecía.

 

Y así siguieron pasando los días, las idas del jefe de Renata cada vez eran más frecuentes, teniendo sexo prácticamente en las narices de Isabella. Esta se removía inquieta por las noches al pensar que James podría regresar cualquier día para terminar su tarea inconclusa. Solo faltaba un día para su cumpleaños número 18,  el día 13 de septiembre, y cada vez mas solitario, cuando era pequeña, Renata le compraba un pastel pero eso duro solamente hasta que cumplió 6 años. Así que hoy iría nuevamente a vender bebidas y agua mineral para poder comprar algo, y celebrarse su cumpleaños, aunque fuera a solas.  Cogió su cajita y aquel cartel con los precios y salió otra vez rumbo a aquella esquina en la cual casi pierde la vida.

Llego rápidamente y se instalo esperando  a que el semáforo diera rojo para poder pasar entre los autos vendiendo sus productos, al final del día no le fue tan bien, la gente no compraba víveres entrando ya al invierno, pero nada perdía con intentarlo. Comenzó a ordenar sus cosas completamente frustrada, tenía la esperanza que a lo mejor mañana seria un día diferente, pero estaba equivocada.

 

—Ella es…— escucho a sus espaldas un susurro de un hombre completamente varonil, Isabella se volteo y ahí estaba él, aquel hombre que casi produjo su muerte… más hermoso que nunca, no podía negarlo. Pero ella no confiaba en nada ni en nadie.

 

—Hola — una muchacha bajita de cabello castaño y ojos claros,  se acerco a ella para besarla en la mejilla e Isabella como acto reflejo se aparto de ella como si apestara completamente desconfiada de aquellos dos muchachos.

 

—Alice…— susurro nuevamente aquella voz suave, isabella miro a la muchacha que respondía al nombre Alice, era hermosa, se sintió completamente inferior, se notaba que aquellos muchachos debían tener más o menos su edad, pero que a diferencia de ella, habían vivido prácticamente en una cuna de oro, ellos jamás podrían pasar una situación como la que vivía ella día a día, tratando de comer para sobrevivir, mientras ellos quizás, tenían autos lujosos, hermosas mansiones, ropa extremadamente costosa, cuando ella no tenia absolutamente nada que ponerse para resguardarse del frio y a veces nada que comer.

 

—Hola— susurro Edward complemente aturdido, había pasado más de una semana con unas bolsas en la maleta de su volvo, para, cuando viera aquella muchacha tan desmejorada pudiera darle toda la ropa que Alice no ocupaba— Ten— Edward le dio una bolsa con ropa, no tenía ni la más mínima idea del porque hacia eso, simplemente sentía la sensación de ayudar aquella pobre mujer.

 

Isabella miro la bolsa con desconfianza, ella jamás aceptaría algo así, pero a pesar de todo, ellos no se veían malas personas, alzo la ceja dudando del que hacer.

 

—Es mi ropa, ropa de invierno que no uso, estoy segura que te quedaran excelentes— explico Alice, tratando de entender aquella mujer que aun no decía nada al respecto… Edward tenía razón, era completamente extraña.

 

Isabella estiro la mano, tocando piel con piel aquella mano grande y nívea de Edward, tomo la bolsa rápidamente alejando el contacto físico de ambos completamente aturdida.

 

—Niños ¿Qué hacen aquí? — isabella giro su rostro para ver de quien provenía aquella vocecita tan suave y dulce, era una mujer un poco más alta que ella, tenía el cabello castaño hasta los hombros y unos ojos hermosos color miel, la mujer la miro con lastima e isabella se percato de aquello, así que comenzó a tomar sus cosas para irse de aquel lugar, la noche caía y no quería que algo le pasara cuando fuera a casa caminando.

 

—Tía René- Alice prácticamente salto a los brazos de su tía, la había extrañado mucho, era como su segunda madre, y René la quería como una Hija mas.

 

—Hola mi pequeña, hola mi Niño— beso los rostros de ambos jóvenes cuando Edward se percato que la muchacha comenzó a caminar para irse.

 

—¡ESPERA! — grito trotando hasta llegar a su lado, isabella algo aturdida lo miro nerviosa— dime tu nombre— pidió Edward para ayudarla, cuando a su lado apareció René y Alice.

 

Isabella los miro sin saber qué hacer, solamente quería irse a casa a descansar, las piernas le temblaban a causa del cansancio ya que no había comido nada en todo el día, comenzó a respirar agitadamente.

 

—¿Estás bien pequeña? — René acaricio el rostro de la joven, sintiéndose completamente feliz, no entendía el por qué, solamente quería ayudarla, estaba tan delgada y acabada que le daba profunda lastima.

Isabella asintió lentamente, cuando se percato de la medalla que colgaba del cuello de aquella mujer de unos 40 años…. Esa medalla…. Esa medalla la había visto en algún lugar ¿pero dónde?... trato de recordar porque estaba completamente segura de haber visto aquel dije de corazón…miro a la mujer a los ojos fijamente perdiéndose en ese hermoso color miel…se separo rápidamente de todos ellos como si su toque quemara, miro por última vez aquel dije de corazón exactamente…. Igual al que tenia Renata en su habitación. 

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Hola Lindas, aaaaw se que me tarde demaciado, pero las que me tienen en facebook, saben que me dio sinusitis, y luego me resfrie, tenia un dolor de cabeza horrible para escribir, pero aqui estaaaa!!, alfin, aaaaaaaaaaaaw me siento feliz, gracias por el apoyo, sus votos y sus hermosos comentarios, me encantaaan para poder seguir dia a dia.

Espero ganarme algun voto o comentario de ustedes para saber su opinion *-* si les gusta o no.

 

Facebook : Ani Cullen

 

Agregenme, Ahi encontraran imagenes de este fanfic, fotos de Ian, victoria, bella, etc etc *-* Bueno Las Quieroooo montones y espero sus opiniones Byeeeee <3

 

Capítulo 3: Despertando al Amor Capítulo 5: Cumpleaños

 
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