First love
Capitulo Diez
—Alice, no seas malcriada y abre la puerta— Edward hablo con voz monótona, ya estaba cansado y aburrido, su hermana llevaba encerrada en su habitación más de una hora y él como un idiota dando pequeños golpes con sus nudillos en la puerta— Alice… por favor…— rogo, soltó un suspiro
Me rindo…
Camino unos pasos para irse cuando sintió como la puerta se abría, volteo y camino hacia la habitación nuevamente… cuando vio a su pequeña hermana tirarse a su cama boca abajo como un saco de patatas, se adentro lentamente, ella llevaba pijama de Polar color rosado, le acaricio el cabello castaño y ella se removió inquieta como si su toque le asqueara.
—¿Qué quieres? — pregunto con voz ronca sin mirar a su hermano… el aire le imposibilitaba hablar bien… pero su dignidad estaba en juego.
¡Maldición! ¡Necesito aireeeeeee!!
—Mírame enana — Edward se sentó en la orilla de la gran cama… suspiro, al fin y al cabo era lo mismo que estar parado en la puerta como idiota sin obtener nada de su parte.
—¿para qué? — Edward sonrió un poco, su pequeña hermana parecía una bebe de 5 años, caprichosa y malcriada.
—Para ver esos hermosos ojotes que tienes— dijo el joven riendo… Alice sin mirarlo se puso de rodillas en la cama dándole la espalda… Edward soltó un suspiro algo cabreado y Alice volteo.
—listo ya los viste, aunque con lo irritado que tengo los ojos quizás no los puedas apreciar mejor…idiota— mascullo entre dientes la última palabra, Edward bajo la mirada avergonzado, su hermana tenía el cabello revuelto, su pequeña naricita roja y sus ojos hinchados a causa del llanto.
¡idiota y mil veces idiota!
—Alice yo…— se sentía malditamente culpable, su pequeña hermana era todo… todo para él, no podía soportar verla sufrir por causa de él.
—Calla, mira Edward, sé que a lo mejor en este momento piensas que soy infantil, quizás lo sea, tengo 15 años, pero tú… ya no sé quién eres…— aquellas palabras taladraron profundamente el corazón de Edward, su hermanita, sus ojos, su razón de existir le decía aquello, le dolía, le dolía profundamente en el alma.
—Sé que no tengo justificación, pero es que Victoria quiso…—
—Me da igual lo que tu novia haga o no,! me lo habías prometido!, pero no te importo…—
—Vamos después de navidad…— propuso Edward, no quería volver a verla llorar por sus estupideces.
—no… no sé, lo pensare Edward, y ahora vete quiero dormir— se arropo bien entre las mantas y se tapo completa… dejando ver solo los cabellos castaños entre las sabanas.
—te amo enana… lo siento— dijo el joven apagando la luz de la habitación, camino cabizbajo, bajo las escaleras, la sala estaba completamente a oscuras, solo la chimenea encendida, sus padres habían salido a cenar, solo una hermosa melena se podía apreciar de espalda a él.
—No te has ido— fue una afirmación, la hermosa voz aterciopelada de su novio la hizo salir de su trance, Victoria se levanto de su asiento y camino lentamente hacia él, acaricio su rostro suavemente como el toque de una pluma… se fue acercando lentamente, roso sus labios con los de él, solamente disfrutando de aquel momento tan único.
—no te dejaría solo, lo siento jamás fue mi intención que tuvieras problemas con Alice…— la disculpa fue sincera.
—No te preocupes— Edward acaricio la espalda baja de victoria y la acerco mas a él para que sintiera como su pene comenzaba a reaccionar ante su cercanía, la mujer algo aturdida acaricio el pecho de Edward por encima de la ropa, haciendo que la respiración de este comenzara agitarse, amaba las manos de victoria sobre su cuerpo.
—Quiero hacerte el amor victoria….- le hablo con voz entrecortada, la mujer dejo de respirar en ese momento.
¡Diablos es perfecto!
—yo… estamos donde tus padres— se excuso algo avergonzada, si seguían asi terminarían teniendo sexo en medio del living y quizás no le importaría.
—Igual que tú casa, ven amor, quédate conmigo esta noche— dijo separándose de ella mirándola a los ojos, victoria asintió no muy convencida.
Comenzaron a subir las escaleras cuando la luz se encendió de pronto, Edward se volteo y se encontró con su viejita quien tenia una mano en la cadera y golpeaba el pie contra el piso impaciente, la escena lo hizo sonreír.
—¿A dónde creen que van niños? — victoria soltó una risa tonta al darse cuenta de cómo iba vestida la señora mayor, usaba un camisón de algodón que llegaba al suelo, color rosado pálido, tenía unos ridículos encajes en la parte del cuello
Vaya a esta mujer solamente le hace falta el gorro de lana, que se vaya a fastidiar a otro lugar… muero por acostarme con Edward.
La mirada no le paso desapercibida a Amy lo cual la molesto profundamente, que aquella niñita con aires de grandeza la mirara como si ella fuera poca cosa.
—a dormir… nana— susurro Edward guiñándole el ojo, Amy negó con la cabeza.
—lo siento niño, si victoria quiere dormir lo hará en el cuarto de invitados, que está junto al mío— la risa de victoria se intensifico mas, haciendo que Edward la mirara con el seño fruncido, jamás le gusto que alguien se riera a costillas de su nana.
—no sea ridícula señora, somos adultos no niños, nos amamos, además ustedes no debería meterse en lo que no le importa, más que mal es la empleada… no su madre ni la dueña de casa, no meta sus narices donde no la han llamado vieja entrometida— hablo victoria molesta por la interrupción. Edward vio todo completamente rojo… su sangre hirvió en su interior ¡nadie… NADIE INSULTABA A SU VIEJITA!.
—¡Victoria!— hablo con voz dura, Edward soltó su mano bruscamente y camino hacia Amy, quien miraba con ojitos de gato a su niño, aunque no lo aceptara, las palabras de aquella muchachita la habían hecho sentir terrible, ella jamás tubo familia, ¡esta era su familia!… ella jamás sintió que trabajaba para ellos, ¡ella siempre los atendió gustosa! jamás… jamás se sintió desplazada, la viejita tenía ganas de llorar… se sentía humillada por primera vez en la vida— shh… tranquila— beso la frente de la vieja— está bien nana, iré a dejar a victoria a su casa…—
—te puede pasar algo mi niño, está nevando… hace frio te puedes enfermar— victoria rodaba los ojos molesta, al ver la actitud de Edward frente a la servidumbre.
—estaré bien…—volvió a besar la frente de la vieja y se volteo a victoria— ¡vamos!…— y sin esperarla camino hacia el garaje, victoria ni siquiera miro a Amy al pasar a su lado, siguió a su novio como perrita faldera, se subieron al volvo, no decían palabra alguna, Edward se aferraba al volante con fuerza, victoria iba cabizbaja
Es definitivo, hoy no es mi día.
Hasta que no pudo más, se disculparía si eso hacía que Edward no siguiera enfadado con ella.
—Edward… amor…—
—¡No victoria!...- la callo— no me vengas con tuis cuentos de “lo siento”— imito la voz de la mujer, victoria lo miro detenidamente, jamás lo había visto asi de molesto, la lengua le picaba para responderle alguna pesadez.
— ¡yo quería estar contigo!, y esa señora con aires de dama antigua lo arruino todo— Victoria uso su perfecta voz de victima… pero Edward estaba demasiado ofuscado para escucharla.
— ¡ESA SEÑORA CON AIRES DE DAMA ANTIGUA, ES MI NANA, MI SEGUNDA MADRE! — Edward freno repentinamente, haciendo que la mujer de cabellos rojos saltara en el asiento de copiloto...
¡Diablos, es un animal!... pensó victoria, aquello la excito, jamás lo había visto tan molesto… y le gusto, le gusto mucho.
Edward se giro un poco tomando la mandíbula de victoria no ejerciendo mucha fuerza, la mujer lo miro aterrada y completamente húmeda.
—¡escúchame bien victoria!.... — respiro, eran muchas las cosas que sentía Edward en ese momento, se sentía malditamente solo, su mejor amigo ya casi no lo veía, su hermana lo odiaba, a sus padres cada vez los veía menos, y a Amy jamás… ¡JAMAS! Nadie la vendría a insultar en su presencia— ¡jamás volverás a decir algo a Amy!... — Edward retiro la mano y volvió a posicionarla en el volante y retomar el camino a casa de su novia.
—es una empleada Edward, no veo el por qué me tratas asi, cuando ella es la metiche— victoria se cruzo de brazos completamente molesta, ahora no sentía ninguna excitación… al contrario, tenía ganas de matar al mundo entero.
—no es una empleada victoria… por favor, déjalo no quiero seguir discutiendo…— susurro Edward, estaba cansado de aquella situación, condujo lo más rápido que pudo, la pobre de victoria iba aferrada a su asiento, presentía que en cualquier momento prácticamente volaría por la ventana. Llegaron a la casa a los minutos, victoria se volteo hacia su novio para despedirse, Edward frio y distante solamente le dio un beso corto en los labios, lo que causo profunda decepción en la mujer, se bajo del automóvil y entro a su casa completamente molesta.
*
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Bella entreabrió y relamió sus rosados labios… Ian maldijo por ser tan débil… levanto su mano y acaricio la mejilla a estas alturas sonrojada de la muchacha… ella se estremeció ante el contacto frio, pero no se aparto… por primera vez quería que aquello pasara, quería que alguien rosara sus labios por primera vez… quería sentir el roce de la lengua jugando con la suya… Ian poco a poco se fue acercando hacia sus labios… Bella solo cerró los ojos dejándose llevar.
Sintió un hermoso y suave toque en sus labios, podía sentir como la respiración de su acompañante golpeaba con fuerza sobre su rostro… no sabía qué hacer, no sabía cómo besar… jamás había experimentado algo asi.
¡Diablos! Ian dio pequeños y tiernos besos en los labios de Bella… la respiración de la muchacha se torno dificultosa, a pesar de que su cuerpo estaba tenso, sus manos al costado de su cuerpo… simplemente estaba aterrada de hacerlo mal, Ian se separo de ella bajando la mirada avergonzado.
Estoy loco… ella no es como las demás, ella es delicada… ella… ¡ella es única!
—Lo siento bella… yo…— isabella miro aquellos ojos profundos color del mar, no supo realmente donde saco el valor… subió su manito y acaricio el cuello de Ian y poco a poco fue ejerciendo algo de fuerza para acercarlo hacia ella.
Ian algo sorprendido por la reacción de la muchacha junto nuevamente sus bocas, esta vez isabella con movimientos torpes e inexpertos movió sus labios, el labio inferior le temblaba, pero el deseo de besarlo esta vez alejo sus miedos, dejándose llevar por aquella hermosa experiencia… atrás quedaban los insultos de James… por primera vez se sentía atractiva, sentía que no era un trapo sucio el cual serbia solo para estorbar… por primera vez desde el corazón quiso sonreír, ser una bella completamente diferente, llena de sueños…
La lengua de ian jugueteaba en la comisura de la boca de bella… la muchacha aun seguía con la mano en el cuello acariciando levemente la suave piel… Ian sintió como la mano de bella temblaba como consecuencia de los nervios que sentía en este momento.
La joven sin más cerró los ojos y abrió su boca, dejándose llevar, su instinto le decía que hacer… sus lenguas danzaban en un acto lleno de ternura, un beso lento, pausado, lleno de inocencia por parte de ambos.
Ian se separo de bella cuando el respirar comenzó a dificultarse para ambos… le dio un beso suave en la boca, acaricio la mejilla adornada de un hermoso sonrojo, la joven en un acto infantil se cubrió con las mantas, para que Ian no la viera como ella prácticamente ardía… el joven rio despacito, la poca luz tampoco lo dejaba mirar mucho.
—No tienes por qué avergonzarte…— susurro tratando de bajar las mantas para volver a verle el rostro; isabella asintió dejando salir un suspiro, aquel primer beso había sido el mejor de su vida, sabía que jamás lo podría olvidar, abrazo el pecho de ian aferrándose con fuerza a él, para no dejarlo escapar— que duermas bien pequeña…— isabella solo sonrió cerrando los ojos.
*
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Isabella se removió inquieta en la cama… las sabanas estaban enredadas en sus piernas delgadas… abrió los ojos pero rápidamente frunció el seño a causa de la luz.
¡Maldita luz!
Miro a su alrededor, Ian no se encontraba a su lado… se levanto de la cama dando traspiés de camino al baño… se miro en el espejo, su cabello parecía un nido de pájaros.
¡Maldito cabello incontrolable!
Pensó, pasando sus delgados dedos atreves de sus cabellos marrones, haciendo que tirara de este en varias ocasiones, provocándole algo de dolor, hizo una mueca de niña pequeña enfurruñada.
¿A quién diablos saque el cabello asi?...se preguntó mentalmente mirando aquel nido de pájaros incontrolable, si bien Charlie y emmett tenían el cabello algo rizado y René lo tiene más liso…
¡Perfecta combinación!, cabello ondulado ¿Qué más puedo pedir?, jamás puedo ser parte de algo, ¡o es liso, o es rizado! ¿Pero esto?... no es de dios.
Alejo esos pensamientos, lavó sus dientes, el rostro y se encogió de hombros, hoy quería quedarse en la cama todo el santo día, las emociones de la noche anterior la tenían prácticamente en las nubes, no quería pensar mucho en ello, tampoco sabía cómo comportarse ahora… ¿se debería sentir mal?, pues no, ella estaba feliz, una radiante sonrisa se formaba en su rostro, una sonrisa sincera, una sonrisa que salía desde lo más profundo de su corazón dolido y maltratado.
Volvió nuevamente a su habitación, miro atreves de la ventana, el paisaje era hermoso, jamás pensó amar la nieve, pues para ella solo significaba dolor… frio, miro su habitación inspeccionándola.
¡Son tantas cosas!- se quejo
Pensó al ver muchas mantas de colores, abrigos, ropa, un tocador lleno de maquillaje, maquillaje que ella ni siquiera sabía aplicar, guantes, zapatillas para incluso situaciones que ni su mente imaginaba.
Su corazón latió con fuerza ¿Cuántas personas estaban sufriendo lo que ella había vivido?... una lagrima opaco su felicidad, ella no podría olvidar quien era, como era, y como había vivido 18 años, no podía dejarse cegar por aquellas hermosas pertenencias… hermosas, costosas y demasiadas. Dejo salir un suspiro, cuando una idea vino a su mente, sonrió para sí misma y prácticamente corrió escalera abajo… escucho voces que provenían desde la cocina… se sonrojo inmediatamente, pensó en el aspecto terrible que tendría en este momento, ¿pero que mas daba?
Con pasos algo torpes camino lentamente hacia la cocina
—hija ¿Cómo amaneciste? — hablo la voz de René, llamando la atención a todos los que se encontraban con ella tomando chocolate caliente Emmett, Ian y … Edward.
¿Qué hacia él aquí?.
Isabella le sonrió en respuesta a la pregunta de su madre, y rápidamente desvió la mirada hacia el televisor encendido que estaba en el Living, podía sentir como dos hombres la miraban fijamente, aquello la puso nerviosa, en ese momento se lamento por haber abandonado su habitación.
—hermanita, ven a tomar chocolate caliente— Emmett palmeo el asiento vacío que estaba entre él y Edward.
Isabella asintió bajando la mirada avergonzada, Raquel dejo el chocolate caliente recién preparado junto a ella, las tripas de la muchacha sonaron, provocando la risita de los presentes.
—Raque cariño, saca algunas galletas para mi nena por favor— dijo René sonriendo, Raquel saco unas galletas de chocolate, se las dio a isabella, esta cogió el paquete y comenzó a comer lentamente.
Todos siguieron la conversación que tenían anteriormente… bella subió la mirada, y se encontró con un Ian que la miraba fijamente, mostrando todos sus dientes por consecuencia de aquella hermosa sonrisa que adornaba su rostro.
Una sonrisita tímida salió de la muchacha… suspiro y siguió comiendo.
—Hola bella…— aquella voz la paralizo, miro al dueño de aquella voz aterciopelada, los ojos verdes jade de Edward la miraban con curiosidad.
Bella frunció el seño, pero lo relajo inmediatamente al ver como una mueca de dolor atravesó el rostro del hombre, le sonrió tímidamente, no quería ser grosera, aquello le dio algo más de confianza a Edward para tratar de acercarse a Bella, la hermana de su mejor amigo— sé que no me he comportado de la mejor manera contigo…. Pero… — Edward la miro detenidamente, y ahí estaban las hermosas pequitas que adoraban la respingada nariz de bella… de pequeño siempre fantaseo con aquellas pecas hermosas que solo ella poseía…
! Vaya… aun las tiene!... ¡son adorables!
Al parecer se distrajo mucho en aquel detalle tan minúsculo, por que pudo ver el adorable rubor de isabella… como también pudo escuchar un carraspeo de Ian, quien prácticamente moría de celos— pero…nunca es tarde para volver a comenzar… quisiera la oportunidad de que me dejes ser tu amigo… Claro, si tú quieres— bella alzo su ceja… aquello hizo sonreír a Edward, la joven pensó por unos segundos, Edward al parecer había sido parte de su vida de bebe… por lo que su familia contaba el siempre la quiso mucho, a pesar de no tener ningún parentesco sanguíneo… dejo salir un suspiro profundo y asintió con la cabeza, Edward sonrió en respuesta, dejando algo aturdida a Bella… Edward había sido su primer “ángel”, claro, que casi la había matado… pero jamás olvido como él y Alice le ayudaron para no morir de frio… si… Edward era “Su ángel uno”
El desayuno pasó sin mayores problemas, isabella se fue a duchar, a cambiarse de ropa. Arreglo un par de cosas que según ella no necesitaba en lo absoluto, René la veía venir de aquí para allá, acarreando cajas, bolsas plásticas, no quiso ir a ver que pretendía su hija, sin más la dejo ser.
Por otro lado, Emmett y Edward recuperaban el tiempo perdido, riendo, hablando y poniéndose al día sobre lo que había pasado estos meses, Edward había llegado en plena madrugada a golpear la puerta de los Swan, no quería ir a casa, necesitaba pedirle perdón a su mejor amigo, pero disculparse de corazón, prometió volver a ser el mismo de antes, aquel chico alegre, volver hacer su mejor amigo con el tiempo, todo dependía de Edward.
— ¿En qué andará bella…? —Emmett frunció el seño al ver como su hermana subía y bajaba la escalera sonriente, ocultando aquellas miraditas de reojo que le daba a ambos hombres, ella jamás los había visto comportante casi como hermanos, aquello la hizo sentir bien.
—Pues… averigüémoslo— le dijo Edward entrecerrando los ojos como un niño pequeño… no podía negarlo, el también tenía curiosidad de saber que hacía “pequitas”, aquel apodo que le venía perfectamente bien a la muchacha.
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—Bella…— la voz de Ian la sobresalto, haciendo que la joven tirara unas prendas al suelo, ella muy sonrojada lo miro detenidamente— ¿Cómo has estado pequeña? — acorto la distancia que los separaba llegando al lado de ella… acaricio su pómulo suavemente con sus dedos, isabella le sonrió en respuesta.
—mmm… veo que estas ocupada— ian dijo mirando el caos que había a su alrededor, las cajas y las bolsas en el suelo llena de cosas, cajones abiertos, cosas repartidas por el suelo… isabella se encogió de hombros, solo quería donar alguna de sus cosas a gente que lo necesitara mas… el problema era que ¿Cómo les haría saber aquello?, ¡NO!, su silencio era su manera de protegerse del mundo, ella no podía terminar con aquella barrera de autoprotección, se sentiría vulnerable… prefería escribir lo que pensaba hacer si fuera necesario.
—Bien, entonces te dejo sola para que puedas continuar…— isabella tomo fuertemente su mano, impidiendo que la dejara sola… ella no quería estar sola, ella quería… quería volver a besarlo. La joven se refugió en el pecho de él escuchando como latía su corazón… Ian envolvió sus brazos en la acentuada cintura de bella, inspirando el aroma de su cabello… era tan pequeñita y delicada que parecía un bebe entre sus brazos.
Isabella cerró los ojos dejándose envolver por la sensación de protección que él le brindaba… estuvieron asi por unos minutos, cuando bella suspiro y alejo un poco para admirar su rostro.
—eres muy hermosa bella…— susurro Ian mirando sus ojos marrones, y sin más se fundieron en un segundo beso… este quizás menos delicado que el anterior, pero no menos sincero, sus lenguas exploraban la boca del otro, dejándose llevar por las sensaciones que ambos sentían, Ian acariciaba la cintura de bella, provocando escalofríos en esta… jamás pensó que besar a alguien se sentiría tan bien.
—Quita tus manos de mi hermana— la voz furiosa de emmett los sobresaltó a ambos, haciendo que se separaban inmediatamente… isabella miro hacia la entrada de la habitación… Emmett miraba a Ian como si quisiera matarlo… y Edward… Edward tenía el seño fruncido, su boca era solo una línea…
¡ESTO ES PASARSE DE LA RAYA!- pensó el joven de cabello cobrizo.
Ni siquiera comprendía que hacia el estúpido de Ian en la casa de sus tíos, cuando ya habían encontrado a bella… sus servicios ya no eran necesarios… sintió como la rabia se apoderaba en los más profundo de su ser, Bella apenas tenía 18 años y estaba completamente seguro que Ian quería aprovecharse de la situación…
¡Pero yo no lo permitiré!...
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Holaaaa mis nenas, aqui les dejo el decimo capitulo de TSOS!... Graaaaaaaaaaaaacias por el apoyo que me han brindado en este tiempo, dejare de lado los malos comentarios, pues a la que no le gusta, simple... que no lo lea, todos somos libres de expresarnos, pero con respeto por favor... bueno en fin.
¿comentario...votito? porfis porfis!!, Las adorooo chicas, gracias por el apoyo enserio, a mis lectoras silenciosas aaw tambien las adoro...
digaaaanme que les parecio el capitulo!!!!. Recuerden que en mi facebook hay muchas fotos, hermosas portadas, vicko muchas graciaaas por consentirme tanto.. bueno, les dejo de dar la lata, esto se comienza a poner interesante wiii, ya queria yo que edward comenzara a ver a su "pequita" con otros ojos ¿no creen? ¿que hara emmett?... bueno Byeee hermosas.
Facebook: Ani Cullen
A proposito, las invito a pasar por mi One Shot... es mi lado mas romantico ajaja, espero que lo lean y me digan que les parecio.
http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2996
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