BELLA POV.

Ahora no solo estaban Jasper, Alice y Edward al pendiente de mí, a esta lista se anexaban Rosalie y Emmet, me gustaba verlos, pero llegado el momento me aturdían, había veces en que no podía tenerlos junto a mí y no porque no los quisiera, más bien era que me sentía extraña junto a ellos, me aterraba repetir mis errores del pasado y ellos parecían no notarlo, o al menos no tenían miedo a nada.

-Otra vez pensando…- dijo John sacándome de mi limbo, le saque la lengua- Vamos sube ya y relájate- sonreí con ganas, me subí y me senté dispuesta a empezar justo cuando el comenzara a tocar- No lo pienses siente la música.

-Eso no es nada difícil…- le respondí agradecida.

-¡Dilo por ti!- respondió Bonnie- Yo no puedo hacer esto…

-Ya sé que vamos hacer, Bella inicia y te digo donde parar, asi Bonnie puede entrar con algo más suave- propuso John.

-Pero considera la opinión de los demás- le repuse.

Empezaron las opiniones, unas a favor y otras cuantas en contra, muchos deseaban que bailásemos las dos juntas, pero el problema discurría en el espacio que ambas teníamos y también en que Bonnie confiara en que no hacia el ridículo.

Después de todo tomaron la decisión de que yo empezase sola, y en cuanto Bonnie comenzara a cantar ella tomaría el protagonismo y yo saldría de escena por unos segundos para llegado el final unirme a ella y terminar la
pieza juntas. Hicimos varios ensayos con las modificaciones ya establecidas, se veía mucho mejor, lo admito, este era el último ensayo del día , comencé a moverme sin importarme nada, la verdad es que ya le tenía mucha confianza a los demás músicos, no era como el primer día, estaba en el final de la canción cuando note que tenía más público.

-¡BRAVO!- grito en cuanto acabamos, yo me baje, rápidamente.

-Anthony…- bufo contrariado John- Quedamos en media hora, no en este momento.

-La escuela es libre- dijo con una sonrisa- No pensé que estuvieras aquí y mucho menos ensayando una de tus piezas.

-Pues asi es, en un momento me desocupo y comenzamos tu ensayo- dijo John dándole una palmadita en el hombro.

-Antes de que tu gente se vaya, será mejor que escuchen- dijo Anthony- No serás el único profesor que haga muestra de su talento, como sabes yo también lo iba a hacer, pero ahora las cosas cambiaron y las otras sucursales de esta escuela, se unen para darle la bienvenida al nuevo alumnado que se integrara a las actividades curriculares de la institución, el evento crecerá y nos ayudara a recaudar fondos para las escuelas, la directora del plantel ha comentado lo bien que se ha preparado este evento y hablo de lo que tú y yo estábamos preparando, gracias a este comentario, varios profesores han decidido participar…- se dirigió a las puertas del auditorio y las abrió- Ahora démosle la bienvenida a los demás profesores que se integraran al show de apertura de la escuela.

Un grupo de gente, comenzó a caminar hacia donde nos encontrábamos, vi a John sonreír, mientras que Bonnie ponía mala cara, una joven le abrazo feliz, era muy linda sus facciones asiáticas enmarcaban su rostro dulce, el cabello negro como la noche sin llegar a ser totalmente lacio, se acomodaba en suaves ondas alrededor de sus hombros. Sentí una mirada muy insistente, me gire para ver de quien se trataba, fue ahí cuando nuestras miradas se encontraron, lo había visto hablar con John pero no le había prestado la atención debida, Anthony era realmente atrayente, algo en el me resultaba interesante, tenía un color de ojos muy bonitos eran azules, pero eran obscuros, su nariz era recta, cabello castaño obscuro levemente ondulado, con un corte perfecto y sus labios… el superior era mucho más delgado que el inferior. Inconscientemente mordí mi labio inferior, pues me agrado lo que veía, él me sonrió. Estaba tan absorta viéndolo que no me percate de la persona que se había acercado a mí.

-¡Que gusto verle de nuevo Señorita Swan!- dijo aquel hombre de mediana edad, su rostro se me hacía conocido, pero no sabía de donde lo conocía- Veo que no me recuerda- afirmo decepcionado, yo seguía sin dar respuesta.

-¿Conoces a mi mentor?- me pregunto John, con el gesto fruncido asentí- Leopold, esto es excelente ¿de dónde la conoces?

-No muchos alumnos declinan una beca…- respondió el, ahí lo ubique, él había sido uno de los maestros que estuvo en mis audiciones para entrar a Julliard, baje la mirada apenada- Ha sido una pena que no la aprovechara, aunque veo que usted decidió seguir estudiando, en otra institución.

-No lo hice…- respondí avergonzada al por mayor, John noto mi incomodidad.

-Ella no es ni alumna, ni maestra de esta institución- le respondió John- Es solo mi amiga y ha venido a ayudarme con una pieza.

-Ya veo…- contesto Leopold, parecía decepcionado- Es un desperdicio no explotar ese talento- dijo señalándome, mientras los demás alrededor platicaban sobre lo que habían escuchado.

-Sera posible que nos muestren la pieza completa, para que asi podamos incluirnos- dijo Anthony.

-Solo si a ti te agrada la idea- dijo Leopold a John.

-Está bien…- dijo John con una sonrisa- A ver atención, repetiremos lo que hemos hecho hasta ahora- les dijo a los músicos- ¡Bella!- me llamo, y lo mire- ¿Podrías…?- señalo y yo nerviosa negué.

-Creo que usted puede hacerlo señorita Swan- insistió Leopold- Háganos el favor.

-A mí me fascino lo que vi- dijo Anthony guiñándome un ojo- Por favor Bella, repítelo.

Un escalofrió me recorrió el cuerpo al escucharle, suspire apenada y asentí, camine hacia donde salía, con el rostro ardiendo de vergüenza, el rojo me teñía sin piedad alguna, Bonnie se fue a colocar a su punto sin decir nada ya que miraba, el coqueteo que  intercambiaban John y Hailey. John me miro y vio que no quería hacerlo.

-Olvídate de todos, solo estamos los mismos de siempre- dijo tomando mis manos.

-Tu profesor, me odia…- dije aterrada, el negó con una sonrisa, pero no era solo él, era Anthony quien me había puesto nerviosa.

-Es muy difícil que Leopold te odie, si te ha insistido en que hagas esto, es por algo- suspiro- Vamos no tengas miedo, solo trata de disfrutar lo que vas a hacer y borra del planeta a todos.

-Está bien…- tome aire compulsivamente, y lo solté pausadamente, para poder relajarme el asintió, y me  miro buscando certeza, la encontró, sonrió y acudió a su lugar.

Bote todos mis temores, lejos de aquí y me decidí por solo centrarme en mi objetivo, después de hacer toda la presentación que habíamos planeado, surgieron las nuevas ideas, aquello formo un barullo, del cual solo éramos oyentes, John pensó en despedirnos a mí y a Bonnie ya que ninguna de las dos era necesaria hasta que se tomaran todas las demás decisiones.

-Un momento señorita Swan, no se marche- dijo Leopold y yo me quede petrificada en mi lugar.

-¿Te espero afuera?- me pregunto Bonnie yo asentí, pero Leopold le respondió.

-Creo que será mejor que su amiga no la espere, yo quiero que usted trabaje conmigo y con Anthony- Bonnie me hizo un gesto de “ni modo”, y se marchó- acompáñeme…- me hizo seguirle- Anthony - este volteo y le puso atención- Tu querías cantar con una dama, yo te propongo a ella.

-Pero…- protesto, supuse que él no quería y yo suspire satisfecha y aliviada- Tu solo bailas.

-Hace mucho más que eso- le respondió Leopold, se giró y busco entre sus cosas- Tome…- me entrego las partituras con la canción- John ayúdanos anda…- se giró y le entrego las partituras, después llamo a otras personas y las mando acomodar en la orquesta mientras Anthony me hacía caminar junto a John al piano.

Comenzaron a darme los diferentes tonos mientras, yo les ponía toda la atención del mundo, Anthony comenzó a cantar, pero Leopold lo detuvo e insistió en que yo comenzara esa parte, hice lo que me pidieron, y Anthony se sorprendió al escucharme, después de un rato decidieron que yo acompañara a Anthony en sus canciones. Para que negarse, esto me gustaba, me hacía sentir feliz, sin mencionar que me daba el espacio que necesitaba para pensar y aclarar mis decisiones, acepte y llegue a un acuerdo con ambos.

Mi horario ahora había cambiado, de lunes a viernes practicaba con ellos de 6 a 8:30 de la noche, después tenía el tiempo exacto para llegar a casa con mama, deje de acudir a casa de los Cullen, alegando que era mucho más cómodo para mi verlos los fines de semana, otra vez nadie se opuso, Edward había decidido llevarme por las mañanas todos los días al trabajo, ya que en las tardes yo no podía, jamás me pregunto las razones del cambio, solo acepto mis decisiones.

-Aun no me dirás que paso en esa platica con mis padres- afirmo, yo rodé los ojos, estaba sumamente agotada el ensayo de hoy me había dejado frita- Supongo entonces que, lo que paso fue algo malo- volvió a insistir.

-¿Qué quieres saber?- le pregunte, el giro su rostro y me miro incrédulo- No hay nada que no sepas, supongo que ellos te lo dijeron todo.

-Lo único que me dijeron fue que…- suspiro y aparco el auto cerca del lago, yo lo mire intrigada- Me detengo, porque quiero hablar bien de esto contigo- se explicó, con una mano le pedí que siguiera- me dijeron que fuiste demasiado abierta y gentil, que les pediste que no se disculparan más…- lo interrumpí sin miramientos.

-Estuve lejos de ser gentil- sonreí avergonzada- Mira…- lleve una mano a mi cabello tratando de relajarme y encontrar las palabras correctas- No sé qué vieron, pero fui bastante dura, al menos al final.

-Y al principio ¿Qué fue lo que paso?- insistió y yo evite su mirada, “Di que al principio rogaste por él”, grito mi racionalidad en mi cabeza, como vengándose de mis actos.

-Amh, pues…- le empecé a dar vueltas- Digamos que no estaba en mis cinco sentidos…- “Mentirosa” grito mi corazón, bufe y el me miraba analíticamente, “No esperaras, que le diga eso” le reprendí a mi corazón.

-¿Por qué siento que a partir de eso has decidido alejarte de mí?- pregunto seguro, yo lo mire sin saber que decir, el borboteo de palabras ahogaban mi cabeza y los gritos que proferían eran inaguantables.

Me baje del auto sin pensarlo, ya que no pude con su análisis psicológico, camine unos pasos y respire una y otra vez profundamente, el parecía no moverse del auto, algo en mi reacción no lo invito a seguirme.

¿Por qué me estoy alejando de ti?- clamo mi cabeza mirándole de lejos- Porque no quiero hacerte daño, porque todos piensan en solucionar tu vida, porque yo no les importo en lo absoluto, solo piensan en ti y en lo que tú necesitas- sentí como mis ojos se anegaron rápidamente y le di la espalda, no quería que me viese llorar- Porque aunque te quiero he decidido, mantenerte lejos de mí, todos tienen razón, yo no puedo seguir haciéndote daño, tú necesitas encontrar quien te de lo que necesitas, lo que yo no puedo darte.

-Isabella…- cuando me llamo me sentí vulnerable, no quería girarme y ceder una vez más a mis caprichos, aferrarme a él no me ayudaba - Lo que sea que estés pensando, no lo permitiré.

-¿Acaso lees mentes?- le reproche, aun de espaldas- No sé qué se te ocurre a ti, pero yo estoy dispuesta a hacer mi voluntad.

-Si claro… ¡Tu voluntad!- dijo esto irónicamente, me gire y le mire estrechando la mirada- No me mires asi, si vas hacer algo será por ellos, y yo siempre quedo de lado, son a los únicos que escuchas, me pregunto ¿Cuándo me escucharas a mí? ¿Cuándo vas a decirme a mí lo que planeas? ¿Cuándo consultaras conmigo lo que en realidad nos pasa?

-Ahora resulta que tengo que pedirte permiso para tomar mis decisiones- le respondí incrédula- Responde tus propias preguntas, porque justamente ahora estás haciendo lo que según tú, me hacen los demás- bufe contrariada- está bien que lo hagas tú, pero que lo hagan los demás ya no te agrada, ¿qué diferencia hay de ti a ellos?- touche, el bajo la mirada- que yo sepa tu y yo no tenemos nada, soy tan libre como lo eres tu- ok, había regresado mi parte defensiva, efectivamente el hablar con sus padres y Louis me había dejado asi- el que te quiera no significa que tenga que vivir a tu disposición y bajo tus reglas, no soy el maldito juguete de nadie.

-Asi que somos dos malditos desconocidos- dijo esto con dolor, pude notarlo- Y no me refiero al hecho de que hagas lo que yo quiero, jamás quisiera eso de ti, solo me pregunto ¿Qué es lo que te pasa? Y quiero saber lo que piensas, lo quiero escuchar de tu boca.

“Decepciónate de mí Edward”- grite por dentro- “Piensa lo que sea y déjame sin remordimiento alguno”- el seguía meditando sus palabras o tal vez eran las mías, necesitaba que el pudiera romper ese lazo que nos ataba a ambos y que si seguía unido nos haría sufrir más, porque por ahora, sus padres, Louis y los demás decían que nos querían ver juntos, pero ¿Y después? ¿Qué pasaría después? ¿Qué pasaría si él y yo volviésemos a decidir estar juntos? ¿Edward me dejaría otra vez con toda la carga encima? O ¿Se enfrentaría al que fuera por protegernos a nosotros?

-¡NO!- soltó seguro- No le voy a permitir a nadie, ni siquiera a ti, que decidan lo que yo quiero y necesito, no otra vez- se acercó y seguro coloco su mano en mi cintura y la otra en mi cara- Esta vez se lo que quiero, y se también lo que tú quieres hacer y no te lo voy a permitir- iba a protestar pero no me dejo hacerlo- Y no es por imponerme, es por ti, es porque tú lo quieres, lo que estas tratando de hacer, jamás te saldrá- se sonrió satisfecho algo en mi rostro no me ayudaba, ¿Por qué no podía ser inmune a Edward?- Ganare la batalla, ya lo veras, me has puesto una buena lucha, mi meta será lograda…- beso mi frente con delicadeza, mi cuerpo se estremeció notablemente y el volvió a sonreír feliz- Tu eres mi mejor aliada, lo curioso es que tu pones la pauta a esta pelea sin cuartel y eres tú la que perderá.

-No sé de qué me hablas- le bufe fingiendo estar molesta, me aleje de él y di dos pasos hacia el auto- ¿Piensas quedarte ahí parado o nos podemos ir?- el volvió a sonreír ladinamente, yo estaba perdida con sus encantos y él lo sabía a la perfección.

Salimos de ahí, y cuando llegamos a la casa busque entretenerme con alguien más, pero Alice y Jasper estaban en su etapa más romántica que nunca, contrariada por no tener aliados subí a mi habitación y comencé a practicar lo que había hecho esta tarde en la escuela con Anthony, de la nada comencé a reírme, él tenía el toque perfecto para que yo olvidase todos mis problemas.

Cada día esperaba con ansias encontrarme con él, empezaba a apurarme para salir cuanto antes de la oficina y buscaba por todos los medios reducir el tiempo de camino, ahora ya no tenía ni un solo guardaespaldas y eso se había decidido gracias a que Paul, no había aparecido  en ningún momento. Por otra parte el show había sido alargado por dos meses más, asi que este evento se celebraría justo cuando el nuevo alumnado llevase dos semanas de clases.

-Buenas tardes linda y hermosa Bella- dijo Anthony sacándome de mis pensamientos, enarque una ceja y le di la mejor de mis sonrisas.

-¿Acaso buscas adularme?- solté riéndome, él se encogió de hombros.

-Lo que se ve no se juzga, aunque para ser muy sincero, no busco adularte- puso una mano en mi mejilla y la deslizo con delicadeza, estaba muy nerviosa con su cercanía- Tú me gustas mucho, me es fácil ser galante contigo.

-Sera acaso que no soy como las demás, y de alguna forma deseas que sea como ellas- le respondí alejándome de su toque, ya había notado como todas las chicas se derretían ante él.

Necesitaba encontrar un poco de serenidad, estar juntos siempre causaba una reacción explosiva entre los dos, reacción que creía solo tenía con Edward, aunque esta era por mucho muy diferente, con Anthony sentía fluir una adrenalina que me dejaba sin habla, era como una especie de fuego muy diferente, parecía ser un puerto seguro, podía sentir que con el todo a mi alrededor fluiría con naturaleza y sin trabas.

-Cada segundo que paso viendo tus ojos me encuentro con mil secretos, a la vez hay tristeza, pero sé que muy dentro de ti hay un amor puro y muy hermoso- cuando dijo esto pase saliva nerviosa- me gusta verte asi de nerviosa, pues sé que no te soy indiferente…- alzo su mano, que tembló en el aire- también me pones nervioso, pero eso seguramente ya lo notaste desde la primera vez que cantamos juntos.

-Creo que ese detalle me pasó desapercibido- fui honesta, mi rostro adquirió su acostumbrado sonrojo- estaba más asustada por lo que tú y Leopold pudieran decir.

-No podía ni tocarte…- dijo con una sonrisa- Leopold solo decía: “Canta para ella, siente lo que dices, has estremecer a tu alrededor”- trato de imitar a Leopold pero le fallo- Lo único que pensaba era lo mucho que me imponías.

-No fue mi intención, intimidarte- dije apenas en un murmullo, sentí arder mi rostro- Perdóname.

-¡Hey, ustedes dos!- el grito de John me hizo notar nuestra cercanía, me separe de Anthony- deberían dejar de romancear, a trabajar- yo asentí y acudí donde John.

-¡Que oportuno eres John!- le reclamo Anthony a mis espaldas, mientras este le rodo los ojos y me llevo con él.

-Anthony te gusta…- me acuso John, solté el aire de golpe, mientras el comenzó a reírse- ¡Ah, no te preocupes! Tu secretito está a salvo conmigo…- rodé los ojos y negué, seguí caminando- Y con Bonnie, Leopold y los demás de la orquesta…- él se empezó a reír- ¡Por Dios Isabella! Su energía se respira.

-No digas tonterías- le reprimí- Anthony y yo solo nos agradamos.

-¡Si claro!- volvió a reírse con ganas- Es un buen tipo, lo conozco desde hace años y puedo asegurarte que solo una vez lo vi actuar como lo hace contigo, pero esa historia ya fue, quien dice que lo de ustedes es lo correcto para ambos.

-Sabes que yo no puedo…- le recordé, mi historial no era nada bueno, y ahora estaba otra vez Edward, suspire y tome mi maleta, para sacar lo que necesitaba.

-Y ¿Por qué no? Bella has pedido mil veces algo que te ayude a olvidar tus heridas, y aquí está el- señalo hacia Anthony que ya estaba listo, cerca del piano- ¿Qué tiene de malo en aprovechar lo bueno que te da la vida?- se encogió de hombros y agrego- Déjate llevar…-  dijo alejándose de mí, Anthony me sonrió y yo le respondí, John enarco una ceja y acudió al piano.

No lo pensé, tome mis cosas y me fui a cambiar cuando estuve lista regrese al auditorio, Anthony empezaba a practicar lo que era su solo, me senté en la primer fila de butacas, mientras los demás trabajaban. Cuando comenzó a cantar, cerró los ojos, supuse estaría sintiendo cada nota, después de las dos primeras líneas del primer verso, el abrió los ojos y me miro, estaba poniéndome nerviosa a mas no poder, cuando dijo: “Ámame”, bajo una rodilla al piso y extendió su mano hacia mí, y yo negué, él sonrió divertido, se levantó y camino hacia el costado derecho del escenario, después regreso al piano y siguió cantando, hasta finalizar la canción, Leopold le corrigió algunas cosas y después me llamo.

-Ahora, hagamos el dueto…- dijo Leopold- Bella necesito, que alcances tus notas con firmeza, abre bien tu boca, que no te intimide…- señalo a Anthony-  se firme- asentí.

John comenzó a tocar el piano y me dio tono, comencé a cantar, sin mirar a Anthony, Leopold asentía, ahí fue cuando entro Anthony, puso su mano en mi hombro para que lo mirara, no sé por qué pero me perdí en sus ojos, escucharlo me basto para seguir en el mismo tono, trataba de no profundizar en nuestras miradas, solo lo hacía cuando una línea del verso o el estribillo lo necesitaban, sentía la conexión jalarme hacia él.

El día de hoy la energía que se respiraba entre ambos parecía no ceder, ambos éramos sonrisas y miradas cómplices, la canción estaba llegando a su final, nadie nos había detenido, eso quería decir que lo estábamos haciendo bien, o al menos yo no me estaba equivocando, yo debía terminar la canción acompañando la tonada de la música  y el solo me acompañaría en la última frase, cuando ambos la dijimos, nos miramos fijamente, sonreí por pura inercia, él puso su mano en mi mentón y después sin más me beso, la suavidad y el calor de sus labios se hizo presente en los míos, yo me quede estática, lentamente la adrenalina cobro fuerza y fue tomando el dominio de mi cuerpo, el corazón me latía desaforadamente, mis labios correspondían a los suyos y no podía negarlo se sentía bien. John terminaba las últimas notas, el silencio se instaló en todo el auditorio, yo reaccione inmediatamente.

-Sí, se quieren mucho…- dijo Leopold cuando nos separamos- Todos lo sentimos, si ya acabaron, les suplico sigamos trabajando.

Yo sentí arder nuevamente mi rostro, no veía a nadie a mi alrededor pero aun asi sentía todas las miradas encima de mí, incluida la de Anthony, que era la que más me penetraba .No sé como pero Leopold consiguió que todos se centraran en lo que hacían, John noto mi incomodidad y pidió que practicaran la otra canción de Anthony, mientras él y yo íbamos a otra sala para practicar mí solo, el acepto y yo salí de ahí con John pisándome los talones.

-Respira…- me dijo con calma, yo solo camine de un lado a otro del pequeño salón en el que habíamos entrado- Si quieres gritar hazlo nadie te escuchara- pero solo negué.

-¿Qué fue eso?- dije en voz alta para mí, necesitaba respuestas, ¿Qué fue eso? Reclamo mi corazón, pero yo sabía que no le había incomodado.

-Un beso- respondió John divertido- Y uno robado… por tu rostro quedo más que confirmado, que jamás te habían robado un beso…- volvió a reírse pues yo me paseaba por el salón más que inquieta- Si quieres investigar a fondo, puedo ir por Anthony y decirle que te explique- lo detuve porque iba a salir.

-¡Estás loco!- le rete- Solo que no sé qué paso, yo…

-Bueno, ¿te gusto?- yo lo fulmine con la mirada por su pregunta- ¡Ah! Lo sé, no debí preguntar algo tan obvio…- sin pensarlo le avente la botella vacía que tenía en mis manos- Ok. Entendí…- se acercó al piano y coloco las partituras- Anda, comencemos a trabajar antes de que venga Leopold.

Asi lo hicimos, la canción tenía una nota seductora, al principio proteste por el tono de esta y John explico que tenía lo necesario para hacerla mía, él la había compuesto y decía que estaba hecha para mí, que él había encontrado estos sentimientos en mi persona y que se le hacía interesante que yo no me había dado cuenta de que Anthony había despertado esta faceta en mí, según John había permanecido dormida hasta ahora.

También me sorprendió diciéndome que tenía otra opción, esta ultima la reconocí al instante, ya que en estos días me había dado por escribir un poema, líneas que no podía dejar de pensar y plasmaba en servilletas, y él había compuesto la música para lo que yo había escrito, ya que como siempre recogía todo aquello que yo escribía, llámenlo descuido o lo que sea, pero aquí estaba la letra.

Nos enfrascamos de tal manera, que no nos dimos cuenta de que el tiempo se había consumido, hasta que mi celular sonó insistente, era Jasper, conteste con toda la calma del mundo y le dije que había salido con John, hizo varias preguntas sobre John que yo respondí escuetamente, después de unos minutos en los que vi que no iba a dejar de preguntarme, lo detuve y le dije que hablaríamos el fin de semana, sabía que no se quedaría tranquilo, pero eso otra vez no me importaba. Salimos del lugar, rápidamente ya que éramos los dos últimos que quedaban, obviamente John me llevo a casa y me dijo que no me preocupara por lo que había pasado con Anthony, y definitivamente no lo haría, quizá todo había sido por el calor del momento.

EDWARD POV.

Tres semanas leyendo cada uno de sus movimientos, ya que Bella se había negado en decirme que pasaba, sabía que aquella platica con mis padres me había traído un bloque enorme entre ella y yo, pero ¿Por qué? Quería saberlo y no pararía hasta hacerlo, cualquiera pudiese pensar que lo más sabio por hacer seria preguntarle a mi madre que había pasado, pero no quería hacerlo, ya que eso sería integrarla a la ecuación que éramos Bella y yo, y no quería repetir mis errores yo no podía volver a darle parte en mi relación.

Después de ese día en el que por preguntar ¿qué había pasado?, y discutimos, decidí dejarlo por la paz, Bella había resuelto parte de mis incógnitas con sus acciones, ahora me tocaba a mi hacer la barricada en contra de los que nos atacaban, incluida ella misma.

-Señor…- dijo Arthur, yo rodé los ojos- Hemos llegado…- anuncio, aparcando el auto.

Asentí a forma de respuesta, no era el lugar en el que me gustaría estar, pero me gustaba saber que ella estaba segura. Vi entrar a varias personas con instrumentos, parecían alegres de llegar, después llego un hombre en una motocicleta, se quitó el casco y trato de acomodar su cabello. Lo vi y me sentí aburrido por su aspecto, él sabía lo que poseía, juraría que este tipo era el galán del lugar, sus actos lo demostraban, la seguridad que fluía de él era insoportable. Descendió de la moto y se quitó los guantes de las manos, los coloco en el casco. Justo en ese momento llegaba una muchacha.

-¡Anthony!- le saludo con alegría, él fue educado y acepto el acercamiento.

La chica parecía sumamente embelesada con él, pero este no parecía darle alas, la trataba con las mismas limitantes de cortesía, vi cómo le quitaba el casco de las manos, el otra vez lo permitió, con una sonrisa arrebatadora la chica deposito un beso en su mejilla, para después dar dos pasos hacia atrás adentrándose al edificio, con las cosas de el en sus manos. Abrió el cierre de su chamarra y miro hacia atrás, giro su cara hacia mi dirección y sonrió coquetamente, yo me fije por el retrovisor del auto, la cabellera castaña rojiza que yo conocía a la perfección hizo su entrada.

-¡QUE DEMONIOS!- brame celoso, Arthur puso una mano en mi hombro, con tal fuerza que no me podía mover.

-¡Buenas tardes Isabella!- grito feliz al verle, ella le sonrió.

Bella estiro su mano y le saludo de lejos, pero a él no le basto, jalándola por la mano, la acerco a él y le dio un beso en la mejilla, Bella enrojeció al contacto, se separaron levemente para mi gusto, el aire revolvió el pelo de Bella, ella trato de retirarlo de su cara, pero no lo hizo en su totalidad, el atrapo el mechón con dos dedos y lo puso detrás de su oreja con suavidad.

La chica anterior, no había causado estragos en él y Bella lo estaba haciendo añicos sin mover un solo dedo, algo hablaban, no podía saber que era, ¡cómo me gustaría leer los labios! Después llego otro joven igualmente en una motocicleta, se acercó a ellos y abrazo a Bella.

-Hoy es el día de reventarme de celos- dije furioso viendo por el retrovisor, Arthur se empezó a reír- ¡Qué bueno que te parezca gracioso!

-Cada quien decide lo que quiere ver, hijo tú has pedido venir, nosotros cuidamos a Bella a la perfección- yo bufe- a ese chico lo conozco y es muy buen amigo de Bella, él es John, del otro lo único que sabemos es que se llama Anthony Pierce, es cantante, por ahora da clases, en esta escuela.

-Lo que sea…- le corte, no quería saber más detalles. Asi que Bella tenia delirio por los hombres que cantaban, eso fue una patada a mi ego, que yo solito me di.

Los vi entrar, el tal John había apartado a Bella de ese tipo, pero la camaradería entre los tres era palpable, aguarde unos minutos sin bajarme y después baje, coloque mis lentes, la gorra y la capucha de mi sudadera, me asome a la entrada y ahí estaba una recepcionista, no podría pasar, regrese al auto furioso.

-¿Piensas quedarte?- dijo Arthur y yo lo fulmine con la mirada- Parece que serán dos horas y media muy largas.

Y asi fueron, el maldito reloj no caminaba, cada que lo veía representaba una absoluta tortura, faltaban justo 15 minutos para que Bella saliera y se dirigiera a donde yo supuestamente le esperaba, Arthur le dio indicaciones a Andrew para que llevase mi coche al lugar pactado con Bella, yo ya no podía más con mi ansiedad. Escuche como salía la gente del lugar, todos se despedían alegremente, Bella volvió a salir con esos dos y otra chica que iba tomada del brazo de John, asi que esto ocasionaba la molesta cercanía entre ese y mi Bella. Una joven comenzó a cantar a todo pulmón, Bella y ese se rieron, este tomo a Bella de la mano y la giro de manera que ella dio varias vueltas para aproximarse a él, después con seguridad la aferro por la cintura y la hizo bailar, mientras que todos aplaudían divertidos.

-Ríe, baila, suéltate el pelo, todos quieren verte bailar- canto el tipo ese, mientras Bella sonreía-Tu hermosura enciende los sueños, provoca ganas de amar-Bella estaba apabullada, solo se comenzó a reír y se apartó de el- Ni modo, se acabó el show, ya será el lunes- beso su mano y sonrió complacido.

-Sera mejor que nos marchemos sino Bella llegara primero…- dijo Arthur pero yo pare su acción y negué- ella está bien…- me afirmo.

-La estoy perdiendo…- dije con voz estrangulada- la estoy perdiendo otra vez- la cólera no me dejaba en paz, la gente comenzó a dispersarse, menos ellos dos, que seguían hablando cómodamente.

-Ya te lo he dicho anteriormente…- sugirió y yo negué- tú debes definirte, trata de encontrar que es lo que ella no tiene de ti, que es lo que vez ahora en ese muchacho que si le está dando- cuando dijo esto lo mire asustado, pues él estaba afirmando mi sospecha- No podemos negar lo que se ve…- los señalo- Hay atracción… ahora si tanto dices amarla, pelea tu batalla, ya te llego contrincante, tu sabrás si le cedes camino.

Vi mirar hacia nuestra dirección a ese, algo le intrigo pues frunció el ceño y paso su brazo por los hombros de Bella, algo le dijo a ella que esta no se movió, Arthur encendió el auto, yo no pude protestar. Manejo en silencio y rápidamente, llegando al punto quise descender del auto pero él me detuvo.

-Si sientes que no puedes con la situación y sientes que vas a explotar con ella simplemente avísanos y nosotros pasaremos por ella.

-No te preocupes, puedo hacerlo…- baje del auto y Andrew descendió del mío.

Ya en la soledad del auto me descargue, grite todo lo que pude, saque mi frustración golpeando el volante, no quería aceptar que la podía perder, no podía hacerlo. Por ahora debía desahogarme para soportar lo que venía, el camino a casa seria asfixiante, porque era tenerla cerca y simplemente no completar mis deseos. Mi suerte no podía ser peor, por el retrovisor la vi venir, venia en la motocicleta con él, como un auténtico loco me puse a gritar pestes que ahogue con la música. Bella buscaba el volvo, pero Andrew me había traído el Aston Martin, una elección buena pues sabía que yo no atentaría contra la existencia de mi auto. Los vi hablar, estaba sacando mi furia y solo pedía que ya se marchara, Bella aun no me había notado, y ese aún no se iba, lo vi dudando, era obvio que no se quería ir.

-No lo beses…- dije al ver como comenzaba la despedida- Por favor, mi amor, no lo beses.

El jugueteaba con el mechón de su cabello, su sonrisa era divertida, Bella se retiró de su toque, ahí estaba el coqueteo por parte de él, vi como ella me seguía buscando, ¿qué hago? Me bajo del auto y lo muelo a golpes, le llamo a Andrew para que venga por Bella.

No sé en qué momento pero yo me arranque, ni siquiera los vi si me habían visto, acelere unos kilómetros, y mi celular comenzó a sonar, no conteste, recibí un mensaje, era Arthur que me había visto salir de ahí volando: “Pasamos por ella” decía el mensaje, marque el número y solo lo solté.

-No muevan ni un maldito musculo, yo voy por ella solo necesito unos minutos- dije con los dientes apretados por la cólera del momento, regrese sobre mis pasos y volví por ella.

Toque el claxon en cuanto me acerque a su posición, ella frunció el ceño al ver el auto, lance las luces para que ella entendiera que era yo, se acercó cauta, pareciese que ella adivinara mi estado de ánimo.

-Hola…- dijo tímida o asustada, no supe como codificar su saludo, seguí mi camino sin decir nada, cuando llegamos simplemente me baje del auto y me dirigí a la casa- Edward…- me llamo pero me hice el desentendido.

Me fui a mi habitación sin decir palabra alguna, y tampoco se dieron cuenta, parecía que mi hermana y Jasper, no veían más allá de ellos y no los culpo. Si yo tuviera la misma oportunidad lo haría, pero ahora tenía competencia ¿Qué suponía ese tipo? ¿Qué Bella estaba sola? Mi celular comenzó a sonar, no llevaba ni diez minutos en mi cama y esto pasaba, bufe, me incorpore y tome el celular.

-Diga…- conteste irritado.

-Hola hijo…- el suspiro que salió de mi padre me hizo notar que estaba arrepintiéndose de haberme llamado.

-Papa, ¿Cómo estás? ¿Paso algo?- conteste frenando mi mal genio, él no tenía la culpa.

-Si… Me he quedado varado en el acotamiento de la autopista, estoy cerca de tu casa, vine a ver un paciente de mi amigo Eleazar.

-No te preocupes dame tu ubicación y ahí te veo- asi lo hizo volví a tomar las llaves de mi auto y salí en busca de él, pronto lo encontré, con las mangas remangadas de la camisa y el gesto fatigado- No te habrás puesto a hacer mecánica- le dije con tono burlón.

-Tu madre me espera en casa, pero tienes razón, no sé nada de mecánica- dijo sonriente- Lamento, sacarte de tu casa.

-No digas eso, es solo que hoy no ha sido un buen día- mecí mis cabellos con ambas manos aun frustrado.

-Lo mismo digo…- señalo el auto- ¿Quieres hablarlo?- solté un suspiro atragantado y asentí- Vamos entonces, hablemos hasta que llegue la grúa.

-Sera mejor que lo lleven a mi casa, yo le llamare a mi mecánico para que lo arregle- le propuse.

-Es una de las tantas cosas que extraño de tenerte en casa, el mecánico es fácil contactarlo cuando tú le llamas…-  suspiro cerro el cofre y añadió- Tendrás que llevarme a casa, asi podremos hablar por más tiempo- asentí- Porque estoy seguro de que tu malestar es por Bella.

-¡Ugh!- grite frustrado, el enarco una ceja y sonrió levemente- Ya no se papa, te juro que no sé.

-Edward… cálmate, quizá no estás viendo las cosas de manera objetiva- sugirió.

-¿Qué no las estoy viendo?- repele- ¡Claro! No estoy viendo que un infeliz esta prendado de Bella, que a ella también le agrada, que algo paso el día que ustedes hablaron con ella- cuando dije esto mi padre estrecho la mirada- Si, asi es, desde que hablaron, Bella se alejó de mi, ha puesto otro muro más, que me impide acercarme a ella y si a eso le sumamos la aparición de ese, puedo decir que estoy acabado…- caminaba de un lado a otro mientras hablaba y mi padre serenamente me escuchaba sin decir palabra alguna- He llegado a pensar que Bella, si me quiere, pero ya no me ama, pienso que su objetivo es mantenerme cerca de ella pero solo como amigos y yo no estoy muy dispuesto a estar asi con ella.

-¡Ay hijo que cosas dices!- dijo con una sonrisa- Parte de tu problema es que jamás has confiado en el amor que te tiene Bella, y eso es realmente una pena, si yo fuera ella haría justo lo que está haciendo, Bella debe notar tu desconfianza.

-No papa, le he dicho una y mil veces lo mucho que la amo- ahora sí que estaba más que furioso.

-Una cosa es decirlo, otra muy distinta es sentirlo y la ultima es demostrarlo con hechos- suspiro- Hijo, yo puedo decirte muchas cosas pero, aquí lo importante es que ustedes han cambiado y también que cada uno tiene cosas que enfrentar antes de pensar en algo mas- me miro con la misma serenidad que siempre lo embestía- Lo que yo te puedo asegurar es que el amor que ambos sienten el uno por el otro ahí está, existe, está muy herido y ambos deben subsanar las heridas que infringieron.

-¿Y si Bella se enamora de alguien más?- pregunte triste y desesperado.

-Si dices amarla la dejaras ir, porque ante todo siempre desearas su felicidad- cuando dijo esto supe que él sabía que lo haría, por mucho que esto me doliese- Por ahora, no te adelantes a especular, Bella ha tenido bastante durante todo este tiempo y puedo estar seguro que no ha tenido el tiempo para meditar y aceptar todo lo que le ha pasado, y si no la ha aceptado, no puede pasar la página.

-Pero yo no quiero perderla…- me aferre- No me digas que siempre la tendré.

-Te diré otra cosa, no puedes perder algo que jamás fue tuyo, Edward somos personas, somos libres, no pertenecemos a nadie, nosotros creemos que sí, pero imagina esto…- suspiro- Un día, el menos esperado tendremos que morir, en mi caso, soy tu padre y soy la pareja de alguien, yo me iré, quizá no ahora, pero cuando lo haga, deseo que ustedes tengan una vida dichosa, al igual que yo he gozado la mía, tu no me perteneces, me prestaron tu persona, para compartir una vida juntos, tu esencia y las cosas que hemos vivido juntos hasta ahora son los que han enriquecido mi vida, mis recuerdos son míos, es lo único que nadie me podrá quitar, es esto lo que me pertenece de tu persona, la primer sonrisa, el primer abrazo que me diste, todos y cada uno de esos momentos-  touche, ¿cómo podía sacar este tipo de cosas? Las enseñanzas de los padres no terminan- El cuerpo muere, los recuerdos no, quizá esta platica perdure más en tu memoria que mi cuerpo, y podrás repetirla una y otra vez, quizá en algún momento brindes este mismo consejo a uno de tus hijos y esto nos hará permanecer por siempre, a través de nuestros seres queridos- me abrazo- Hijo, no te aferres… déjala libre, ella lo necesita.

-Quisiera tener tu fuerza y también tu forma de pensar- bufe con los ojos anegados de lágrimas- Yo no sé, si pueda…

-Puedes, eres más inteligente y fuerte de lo que tú crees- suspiro- Yo jamás hubiese podido hacer lo que tu hiciste estos tres años, levantarse cada día y enfrentarse a la vida, cuando se tiene el corazón destrozado, jamás he experimentado ese sentimiento y puedo decirte que de haber sabido que experimentarías esto, hubiera hecho hasta lo imposible por evitarte este dolor.

Justo en ese momento llego la grúa, hablar con mi padre había servido, al menos ahora me sentía más sereno, aun no podía renunciar a Bella, pero al menos podía manejar mis ideas y buscaría una forma para canalizarlas. Llegamos a la casa en escasos minutos, mi padre y yo acomodamos su auto, después lo guie a la sala.

-¡Alice!- grite al entrar- ¡Baja, tenemos visitas!-  rodé los ojos al no obtener respuesta, mi padre sonrió- ¡Jasper!

-Edward… - dijo Bella bajando las escaleras a prisa- Jasper y Alice…- se quedó muda al ver a mi padre- Carlisle…

-Hola, cariño…- mi padre se acercó y simplemente le dio un beso en la mejilla- ¿Cómo estas mariposita?- de alguna forma mi padre traía su toque, hoy era el día de llegar al corazón.

Bella lo abrazo impulsivamente, vi como cerro los ojos al contacto, una sonrisa tierna jugueteo por sus labios, mientras que vi la fuerza que imprimía en el abrazo hacia mi padre, él sonrió alegre.

-Hace muchísimo tiempo que no me llamabas asi- dijo Bella con voz emocionada, una lagrima traspaso su rostro y mi padre la quito de su mejilla.

-Hace mucho que no tenía acceso a mi mariposita, a mi dulce niña, debí haberte protegido mejor- ambos estaban sumergidos en su plática- perdóname- Bella negó y lo volvió a abrazar, me sentí incomodo, creo que debía darles su espacio.

-Yo voy por… Alice y Jasper- dije apenas puse el pie en la escalera.

-Edward…- llamo Bella- Jasper y Alice salieron, nos avisaron, ¿no recuerdas?- negué, aun asi seguí mi camino- Perdón, no tienes por qué irte…

-Voy por una camisa para mi papa…- explique mientras mi padre fruncía el ceño- Ustedes… sigan-  me gire- ahora vuelvo, para llevarte a casa.

Llegue a mi habitación, aturdido por lo que había visto, con nadie había reaccionado asi, Jasper nunca me había comentado que ella tuviese una muestra de cariño igual con Louis, y mucho menos con él. No me molestaba que lo hiciera con mi padre, al menos había alguien en quien ella podría confiar. Tome lo primero que se me vino a la cabeza, y salí de nuevo a su encuentro.

-Debes hacer lo que te dicte tu corazón- decía mi padre- fui muy injusto ese día que hablamos.

-¡No!- le respondió ella- La verdad es que tú nunca supiste nada, yo no debí decirte eso a ti también, a nadie…- ahí me petrifique justo eso era lo que quería saber.

-No te arrepientas, fue algo justo…- mi padre suspiro- Yo te abandone… debí ser la misma persona que encontraste esa vez, ¿recuerdas?- ahí me perdí, Bella se sonrojo- Aun recuerdo a esa pequeña, que tenía su pelo entrenzado, los ojos igual de anegados por las lágrimas, se había despertado por una espantosa pesadilla, la pérdida de su padre la tenía muy triste.

-Tú fuiste muy dulce- le respondió Bella- secaste mis lágrimas y dijiste que mi padre también me amaba y extrañaba, pero que las circunstancias nos habían alejado y que en algún momento nos volveríamos a encontrar- Bella sonrió- después como un buen padre me ofreciste tu cariño y protección, me dijiste que en ti podría encontrar esa figura que tanto necesitaba.

-Y el maestro fue superado…- respondió mi padre- No debiste protegerme, tú y Alice debieron decirme la verdad- ella evito su mirada- Cambiaste mucho mariposita, pero aun asi sigues siendo muy dulce y muy hermosa, ¿te puedo decir algo?- ella asintió- Cuando me necesites, aquí estaré.

-Gracias…- musito Bella y lo volvió a abrazar- eres mi papi de chocolate- le soltó ella con ternura.

-Lo mismo me dijo esa pequeña, me da gusto poder tener acceso a ella- Bella le sonrió.

-Mejor me voy…- respondió Bella y mi padre la miro sin entender- Edward tiene algo, y no quiero que se moleste aún más.

-Asi es mariposita, él está molesto…- se encogió de hombros- Pero ya sabes cómo es el, justo ahora se parece mucho a su mama…- dijo mi padre con una sonrisa.

-Solía pensar que se parecía mucho a ti- le respondió ella- Hace mucho que no lo logro ver igual de sereno y seguro, como lo era antes, extraño mucho a ese Edward alegre que siempre tenía una solución a todo.

- Tu también cambiaste- le regreso mi padre- Ahora, no te encuentro ningún parecido a nadie, solo veo dureza y frialdad, apareces ante mi como alguien nuevo, ocultas lo que eras bajo una máscara.

-Tengo miedo…- mi padre iba a responderle pero ella no lo dejo- Se lo que me vas a decir- el negó.

-Déjame hablar…- ella le asintió- no podemos vivir asi, no vivas del antes y el después, solo tienes el hoy, deja de titubear y disfruta cada instante, no importa que venga algo malo, entrégate a sentir, atrévete a intuir, no dudes, no cuestiones, acepta vivir y abre tu corazón- Bella lo dejo de mirar- Mira dentro de ti y busca la esperanza que tiene tu existencia- le levanto la barbilla y le dijo- No importa, si estas o no con Edward, lo que importa es que tú seas feliz, pero si no te arriesgas ¿Cómo planeas vivir? No vivas por el miedo, se valiente, sé que puedes hacerlo- si no supiese que ella no era mi hermana, podría jurar que ellos habían tenido una charla padre e hija. Bella le volvió a abrazar y después le dijo:

-Gracias…- con una sonrisa- Por ahora, creo que tengo algo, espero poder mostrarte, pero…- dudo.

-Iré solo, si eso es lo que te preocupa-  dijo mi papa, ella negó- ¿entonces?

-Yo te aviso ¿quieres? Aun no sé si Renée pueda ir, además que no tengo idea de cuanta gente puedo invitar- el asintió con una sonrisa- pero aun asi quiero que tu estés ahí.

-No faltare…- mi padre me vio- Vaya pensé que te habías olvidado de mi- yo rodé los ojos- tu madre debe estar preocupada.

-Vamos te llevo- le ofrecí, camine dos pasos y recordé que Bella estaba sola, me gire y la mire.

-Yo le aviso a Esme- cuando dijo esto yo abrí la boca impactado, tomo el teléfono, pero mi padre la detuvo- ¿Qué?

-No te vas a quedar sola Isabella- le reprendí- vámonos.

-Pero es que yo me puedo quedar, apenas puedes soportarme y de verdad no tengo ganas de discutir.

-No voy a discutir contigo- le dije tranquilo- Solo vámonos, necesito llevar a mi padre.

-Mejor, tú me prestas un auto y me voy a casa- dijo mi padre señalándome- No quiero que te quedes sola- le dijo a Bella, ella se encogió de hombros restándole importancia, me miro a mi- No quiero excusas, deja la furia aun lado- comenzó a despedirse- Parece que otra vez vuelven a ser los mismos niños que disfrutaban al pelear el uno con el otro, y que les era imposible convivir en un espacio cerrado.

-Ya dije que no pienso discutir con ella- le dije a mi padre, el rodo los ojos.

-Vamos acompáñenme…- paso el brazo por los hombros de Bella y le hizo caminar, yo les seguí- Cuídense mucho- dijo cuando estuvimos cerca de la puerta- Dile a Alice que vine a verla y que espero no cambie a este viejo, por su novio- le dijo a Bella y esta asintió- Mantenlos vigilados- me dijo a mí como buen padre celoso, movió las llaves hacia mi auto y suspiro- manténganme al tanto de sus actividades, Bella que Edward te de mi teléfono para que puedas localizarme y avisarme de lo que hablamos- ella asintió, después le dio un beso en la mejilla y se separó de ella, yo lo acompañe hasta el auto y le abrí la puerta- No seas ingenuo, Bella te ama, más de lo que imaginas…- me abrazo y se alejó de mi con una sonrisa, cuando subió al auto agrego- nadie que no te amé suplica por ti.

Lo mire sin entender y él se sonrió, parecía divertido, porque no le entendí, encendió el auto mientras yo di dos pasos hacia atrás, cuando el partió, Bella le dijo adiós con una mano, lo miramos alejarse, cuando el auto se perdió de nuestra vista, ambos nos miramos, camine hacia ella y entramos en silencio a la casa.