Casualidades Fugaces

Autor: LuchyRct
Género: Romance
Fecha Creación: 30/09/2009
Fecha Actualización: 23/11/2011
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 23
Visitas: 29592
Capítulos: 11

TERMINADO :)

Él tenía que estar frente al altar.

Ella también.

Por distintas razones ninguno de los dos estaba donde debía; y gracias a una serie de casualidades la vida los lleva por distintos caminos que terminan en un mismo punto.

Lo más difícil es dejar el pasado atrás y enfrentar el presente.

¿Podrán Bella y Edward seguir la línea del destino para estar juntos?

Todos Humanos.

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Capítulo 9: Cupido Mary Alice Cullen

Bella POV

-Te he echado mucho de menos, Bella.- susurro.

Yo también. Pensé pero no encontraba el camino hacía mi voz.

Sin pensar muy bien en lo que hacía, mi cuerpo obro por si solo y saltando a sus brazos, que de alguna forma estaban esperando por abrazarme.

Y supe que ya no quería ni podía apartarme más de él, menos ahora que él sabía donde vivía… ¿Por qué estaba acá?

Con pesar, desarme el abrazo. Necesitaba respuestas, y las quería en ese momento.

-Estas hermosa.- Murmuro mirándome fijamente a los ojos. No necesito decir más para que mis mejillas se tiñeran de un carmín furioso, podía sentir como me quemaban.- Esa era una de las cosas que más extrañaba.- su voz era irresistiblemente sexy.- extrañaba como tus mejillas se coloreaban rápidamente.- acabo soltando una pequeña risita. Yo, por mi parte, me dedique a mirarlo con admiración, la respuestas que antes quería ya no tenían importancia.

-También te hecho de menos.- fue todo lo que salio de mis labios cuando, muy a mi pesar, rompimos el abrazo.

Edward me sonrío de forma torcida. En ese segundo mi corazón salio de mi pecho y luego volvió de forma brusca.

Dios, era tan perfecto que dolía.

Un grito de Sebas no hizo salir de nuestro transe. Se escucharon pasos rápidos por la sala. Edward y yo nos miramos confundidos, y salimos de la cocina.

Solo tres pasos. Sólo esos pasos dimos y nos encontramos con una escena muy divertida.

Sonreí de forma mecánica.

Alice estaba parada, un poco inclinada hacía delante de forma amenazante, fruncía el ceño y tenía una enorme sonrisa en su rostro. Sebas estaba en el extremo opuesto del sofá, moviéndose de lado a lado para confundir a Alice.

Era una visión hermosa, que me convencía aún más que debía de hacer todo lo posible para que Sebas fuera mío lo antes posible.

-¡Bells ayúdame!.- chillo entre risas Sebas.

No pude evitar el reírme.

-¿Por qué lo corres, Alice?.- le pregunto Edward, ajeno a la situación.

-¡Quería operar a Pooh!.- chillo a todo pulmón, Alice. En este momento, Sebas parecía más maduro que mi amiga universitaria. -¿Acaso lo entiendes Edward? ¡Iba a matar a Pooh!

-¡Sólo quería curarlo como el Dr. me enseño!.- se defendió Sebas.

Salio corriendo con los brazos en el aire, gritando, y se escondió detrás de mi. Ya no podía respirar por reírme tanto.

Alice había salido tras él, pero se detuvo a unos cuantos pasos frente a mí.

-No creas que por esconderte detrás de tu mami, me detendré.- le amenazo mi amiga. Sebas, asustado, rodeo mi cintura.

Fulmine a Alice por ello. Ella me saco la lengua. Me gire y tome a Sebas en brazos, donde él escondió su cara en mi hombro.

-La tía Alice sólo esta jugando.- le tranquilice.

Sebas asintió sobre mi hombro, y pasó sus pequeños bracitos por mi cuello. Levanto la cabeza y me beso en la mejilla tiernamente.

-Gracias, Bells.- me sonrío.- Te quiero.

-Yo también, cariño.

Él volvió a esconder su carita.

Mire a Edward que se había mantenido en silencio. La forma en la que nos miraba era indescriptible. Es como si estuviese confundido, contaba con los dedos y no podía sacar la cuenta de cuando había tenido a Sebas. Me reí fuertemente y él me miro levantando una ceja de conjunción.

Le sonreí.

-¿Qué tal si comemos, Sebas?

-¡Sí!.- chillo. Se sacudió para que lo bajara. Lo deje sobre sus piecitos, y cuando estuve segura de que no se caería le solté la cintura.

Corrió hacía Alice y se colgó de su cintura para que lo levantara. Alice, sin poder evitarlo, lo alzo entre risas y olvido la persecución pasada.

-¿Qué cocinaremos hoy, Tía Alice?

-¡Macarrones con Queso!.- dijo emocionada, y desaparecieron por la cocina.

Me quede mirando por un rato por donde habían desaparecido, y luego mire a Edward que ya me estaba mirando.

Deje de respirar. Con mucho esfuerzo, camine hasta el sofá y me senté, Edward me imitó sentándose frente a mi. Me incline un poco hacía delante, y me deje perder en sus ojos esmeraldas.

Edward POV

Mamá. Alice había llamado a Bella mamá. No podía entenderlo. Es decir, ese niño era demasiado grande como para que una chica de 18 años. ¿Cuándo lo había tenido? ¿Por qué no sabía de él? Es decir, cuando nos conocimos ella en ningún momento comento tener un hijo…

… necesitaba respuestas.

-¿Cómo llegaste aquí?.- murmuro Bella, corriendo la vista de mis ojos y fijándola en la ventana.

La observe, sin saber que significado tenían sus palabras.

-Alice me trajo a conocer su departamento.- le explique con seriedad, tratando de encontrar su adictiva mirada chocolate.

-¿Se conocían?.- pregunto con confusión.

Levanto la vista, y la poso en algún lugar detrás de mi espalda.

Solté un suspiro, y luego una seca carcajada.

-Claro, es mi hermana.- la expresión de Bella en ese momento fue demasiado graciosa. Jadeo y no pude reprimir más las risas.

¿Cómo no lo había descubierto ya? Es decir llevábamos el mismo apellido, y de algún modo en algo nos parecíamos.

-¿Tu… tu hermana?- por fin me miró a la cara. Le sonreí y asentí con la cabeza.-¡Dios mío!

Se tapo la boca con la mano y se quedo en silencio. Era muy graciosa su reacción ante la noticia. Pensé que ya había descifrado el enigma, pero al parecer era muy despistada.

-Hagamos una cosa.- le ofrecí. Ella se concentro en mí.- Una pregunta cada uno. Estoy seguro de que tienes tantas como las tengo yo.- me sonrío y no pude evitar devolverle el gesto.

-Pregunta.- me insito.

No tuve que pensar mucho que preguntar. Había una que me estaba matando, y necesitaba con urgencia su respuesta.

-¿Sebastian es tu hijo?

Bella se puso seria otra vez. Me concentre en su rostro, y en como su cuerpo se tensaba en su lugar. Espere lo peor, seguro que sí lo era. Seguro que era hijo del idiota con el que se tenía que haber casado. La ira me invadió al pensar en el hombre que la había engañado y obligado a vivir separada de su familia.

Tomo aire con fuerza, estaba nerviosa.

-Todavía no es oficial.- murmuro bajo su respiración. Escondió su rostro con su cabello. Odiaba cuando hacía aquello, odiaba que me privara de su belleza.- Estoy peleando por su custodia.

Fruncí el ceño.

-No entiendo.

-Su madre no se hace cargo de él y yo estoy peleando por su adopción.- Me quede helado. Eso no era lo que esperaba, aunque debo admitir que me sentía aliviado de que no fuera lo que pensaba.

Me quede pensativo. Si se pensaba con lógica lo que Bella estaba haciendo no era algo muy inteligente. Apenas podía mantenerse ella como para enzima tener que alimentar a un niño y pagar sus necesidades. Pero si se obviaba esa parte, era algo hermoso. Estaba dándole a ese pequeño lo que su madre biológica no podía.

Aun así era una responsabilidad muy grande, y dudaba que le dieran al niño a una adolescente. Pero no quería pinchar su sueño. La ayudaría en todo lo que pudiera con ese niño, de hecho la ayudaría con cualquier cosas que ella me pidiese.

-¿Qué piensas?.- me saco de mi mente la dulce voz de Bella.

La mire a los ojos. Se veía tan nerviosa, como si esperara que saliera huyendo por lo que me había contado.

Entonces como un balde de agua fría, me di cuenta de que eso era justamente lo que estaba pasando. Bella temía por mi opinión.

-Es muy tierno de tu parte.- le sonreí de forma torcida, tratando de que se animara un poco. Pero Bella siguió tensa en su lugar. Suspire.- Pienso que es mucha responsabilidad, pero es tu vida. Es lindo que lo ayudes y que pienses en su bienestar, pero tu vida ya tiene muchos problemas sola…- deje de hablar cuando vi que Bella estaba más tensa.

Corrió nuevamente su mirada.

-Se que no se como organizar mi vida.- estaba seguro que estaba a punto de llorar ¡Que idiota había sido al decirle aquello!.- Pero tenías que ver como llegaba al colegio…- respiro profundamente.- Nadie lo ayudaba, se burlaban de él. Sebas no merece la vida que le toco, y quiero cambiar eso.

Me levante del sofá y camine hasta ponerme frente a ella. Ella levanto la vista, sus ojos estaban sin ese brillo singular. Me arrodille frente a ella, y apoye mis manos en sus rodillas. Ella no entendía lo que estaba haciendo.

-No quise decir que estaba mal lo que hacías, Bella.- le asegure.- Sólo es mi punto de vista, y se que eso no cambia nada. Pero lo que si cambiara es que no me separaré más de ti.- Bella dejo de respirar ante la sorpresa. Sonreí ante su reacción.- Yo te ayudare con Sebas.- Bella abrió la boca para discutirme.- y no hay discusión.

Sonreí triunfante. Bella estaba sin habla.

-¿Por qué haces esto, Edward? Es mi decisión hacerme cargo de un niño, no tienes que estar en medio de esto…

-Lo hago porque quiero, Bella. Nadie me obliga, yo quiero ayudarte.

Antes de que pudiera decir algo más, Sebas salio corriendo de la cocina con un mantel en la mano. Me separe de Bella sentándome a su lado. Tome una de sus manos, y le sonreí. Ella me lo devolvió, y después fijo su vista en Sebas.

-¿Vas a poner la mesa, cariño? ¿Quieres ayuda?.- se ofreció Bella.

Sebas la miro con el ceño fruncido. Extendió el mantel en la mesa de café que estaba frente a nosotros.

-Puedo hacerlo solo, Bella.- le regaño. Bella trato de no reírse de él.

Sebas extendió el mantel por la mesita y se movió alrededor para ordenarlo. Un lado quedo más caído que el otro, pero para él de esa forma estaba bien.

-¿Ves? ¡Te dije que podía hacerlo, soy un hombre grande!

-Así es.- le siguió el juego Bella.

Sebas sonrío feliz, y alzo un brazo haciendo fuerza como si salieran sus músculos. Bella y yo nos reímos, y él estaba contento de la atención que recibía.

Nos miro feliz, y después su vista se clavo en nuestras manos entrelazadas. Bella siguió su mirada sin entender, mientras yo trataba de no reírme. Cuando se dio cuenta de lo que Sebas miraba, se ruborizo en distintos tonos de rojo.

Sebas y yo nos reímos de ella, hasta que Alice llamo a Sebas para que siguiera ayudándola.

-No te rías.- me regaño Bella. Intento soltar nuestras manos, pero no se lo permití.

-No puedo evitarlo.- le confesé.- Eres adorable cuando te ruborizas.

Vimos como Sebas puso la meza a la corridas, llevando un objeto por camino. Coloco las cucharas, y llevo los almohadones.

Bella y yo nos bajamos del sofá para sentarnos en los almohadones para estar a la altura de la mesa y esperamos hasta que Alice trajera los macarrones con queso.

Tuve que separar mi mano de la Bella, y fue una sensación de vacío que no quise repetir. Por lo que evitando que Alice se diera cuenta, volví a tomársela.

-Así que…- comenzó Alice, mirando a Sebas como comía y luego a nosotros dos con una gran sonrisa.- ¿Cómo es que se conocen?

Bella y yo nos atragantamos ante aquella pregunta. Para ese entonces Sebas ya nos estaba prestando toda su atención.

Bella se veía desesperada al no saber que contestar. Fulmine a Alice por ser tan imprudente de preguntarlo frente a Sebas y conteste.

-En una plaza, hace un par de meses.- me metí rápidamente un bocado de comida en la boca para tratar de no volver a hablar.

-Oh, esperaba algo más romántico.- se quejo Alice.

Bella tembló bajo mi mano.

-¿Sebas quieres que vayamos a comprar un postre?.- trato de escapar Bella, aprovechando que Sebas había acabo de comer.

-¡No, Bells!.- se río.- Con la tía Alice ya hicimos un gran tota.

-¿Una torta?.- Bella hizo énfasis en la última palabra para que Sebas se diera cuenta que la había pronunciado mal.

-¡Si, eso! De chocolate.- aplaudió.

-¿Por qué no vamos a buscarla?.- le ofreció.

Sebas se levanto, tomando su plato ya vacío entre sus manos, y corrió a la cocina. Bella lo imito, y antes de irse fulmino a Alice con la mirada.

Cuando estuve seguro de que estaban entretenidos en la cocina, me incline hacía delante fijando mi furibunda mirada en mi hermana.

-¿Acaso te sientes mal Alice?.- le cuestione con rudeza.- ¿No podías esperar a que Sebas se fuera a acostar? ¿Tienes idea acaso de la situación incomoda en la que has puesto a Bella?

-¡Cálmate Edward!.- dijo sin inmutarse. Tomo su ultimo bocado, trago y volvió a hablar.- Relájate un poco, solo tenía curiosidad.

-Pues vas a tener que esperar a que Sebas se vaya a dormir.

Frunció el ceño, pero no dijo más. Feliz de mi victoria, me volví a poner en mi lugar correctamente, y termine de comer.

No pasaron más de 5 minutos, hasta que Bella y Sebas llegaron con cuatro platos de postres y la torta.

---

Sebas ya se había ido a acostar a la recamara de Bella. Alice estaba sentada en los baquitas que estaban frente a la isla de la cocina, Bella lavaba los platos y yo secaba. Todo en silencio.

Bella estaba sumamente nerviosa, y a causa de ello ya había partido un baso. Fue un milagro el que no se cortara el dedo o la mano entera.

-Bien, quiero la historia entera.- hablo por fin Alice.

Bella dejo caer un plato de sus manos al lavado. Otro milagro había sucedió, al no partirse.

-¿A que te refieres?.- tartamudeo.

-A como se conocieron.- musito mi hermana con sencillez.

Decidí que tenía que hacerme cargo de la situación si quería a Bella con vida más tiempo.

-La conocí en una plaza el día que debí casarme.- le comente como quien no quiere la cosa.

-Y… ¿Por qué estabas allí, Bella?

Iba a contestar cuando Bella me interrumpió.

-Estaba descansando antes de volver al trabajo.

Mire a Bella con confusión ¿Alice no sabía su historia? No quise entrometerme.

-Ajá, pero siguen sin decirme que sucedió exactamente.

-Bella me vio furioso, y se acerco a hablarme. Le conté lo que me había sucedido y me ayudo a relajarme.- otra mentira.

-¿Y como es que continuaron la relación?

-Nos encontramos por casualidad un par de veces, y comenzamos una amistad.

Alice no estaba satisfecha con las respuestas, podía verlo en su cara. Pero no dijo nada. Bella siguió dándome la espalda mientras terminaba de lavar.

-¿Por qué la llamabas, Edward?

Deje de respirar ¿Desde cuando lo sabía?

Bella cerró la llave de agua y nos miro con sorpresa. Estaba igual que yo.

-Bella hoy olvido su móvil. Sonaba tanto, que me acerque a ver quien era y reconocí el número.

Respire con normalidad ante esa respuesta. Me habría dado un infarto saber que Alice lo sabía desde hacía tiempo.

Pero una cosa llego a mi mente, y no me gusto demasiado.

-Entonces ¿Bella no mando el mensaje hoy a la tarde, verdad?

Bella se acerco a mí, y se inclino a mi lado sobre la mesada. Deje el último plato seco en la mesada y la imite.

-¿Qué mensaje?.- pregunto confundido Bella.

Alice se golpeo en la frente al haberse puesto en evidencia.

-Fui yo.- refunfuño mi hermana.- No sabía que era exactamente lo que pasaba entre ustedes, pero quería saberlo.

-¿Cómo pudiste?.- se enfureció Bella.- ¿Por qué invadiste mi privacidad? ¡No tenias derecho!

Se levanto y camino de un lado a otro furiosa. No entendí el porque de tanto enfado ¿Acaso no quería volver a verme?

-Simplemente lo hice porque vi todas las llamadas de Edward, y ninguna respondida. ¡Sabes Bella, tú tampoco tenías derecho a ignorar a mi hermano de esa forma!

Oh, no. Alice se estaba metiendo en terreno peligros. Sabía que debía intervenir, pero quería esa respuesta tanto como mi hermana.

-¡No sabes nada!.- le reprocho Bella.- ¡No tienes idea de mis razones!

-¡¿Y las de mi hermano?! ¿Cuándo dejaste de ignorarlo, antes o después de enamorarte de él?

La respiración de Bella se corto, y detuvo su paso. Por mi parte, abrí los ojos ante las palabras de Alice. ¿Cómo podía decir aquello?

-¿Qué… que dices?.- tartamudeo.

-¡Por Dios, Bella! ¡No soy idiota! Se desde hace tiempo que estas enamorada de alguien, y lo único que necesite para satisfacer a mis sospechas, fue que te olvidaras el maldito celular.- Alice se estaba pasando. Se levanto del asiento y se puso frente a ella.- ¡Mi hermano también lo esta!.- Ok, eso no era lo que esperaba. ¡Maldita bocota, Alice!.- ¿Por qué diablos lo ignoraste? ¿Eres masoquista o que, Isabella?

Bella no me dio tiempo a intervenir.

-¡No sabes nada! ¡No tienes idea de lo que dices!

-¡Se que eres una idiota!

Y antes de poder hacer algo, la mano de Bella estuvo en el aire y se detuvo en un golpe seco en la mejilla de mi hermana. La cocina se sumió en un incomodo silencio. Alice se toco la mejilla colorada por el golpe, y Bella se tapo la boca dejando caer lágrimas de arrepentimiento de sus ojos.

-Lo siento.- fue todo lo que dijo, antes de salir sollozando y corriendo del departamento.

Incomodo. Así es como estaba.

-¿Estas bien?.- fue todo lo que le pregunte. Alice asintió.

-¿Qué fue tan malo lo que dije como para que me pegara?.- sollozo.

-No conoces su historia. Tus palabras realmente la hirieron.

-¿Acaso tu si conoces su historia?.- fijo sus ojos en mi.

-Más de lo que debería.

Sin decir más, salí corriendo por el mismo camino que Bella. Corrí fuera del edificio, atravesé el campo. Estaba a punto de meterme en otra zona, cuando escuche un sollozo ahogado. Me detuve de golpe y mire a mí alrededor. Bajo un arco de rugby, se distinguía un pequeña figura sentada abrazándose.

Corrí, ya agotado por la carrera. No sé si me oyó, o no; pero Bella no levanto la vista de sus rodillas cuando estuve frente a ella.

Trate de recuperar el aire antes de hablar.

-Alice no se confundió respecto a mis sentimientos.

Entonces unos ojos rojos e hinchados a causa de las lágrimas de agonía, se fijaron en mí figura.

Capítulo 8: Muñeca de Porcelana Capítulo 10: Te Regalo Amores

 
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