Casualidades Fugaces

Autor: LuchyRct
Género: Romance
Fecha Creación: 30/09/2009
Fecha Actualización: 23/11/2011
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 23
Visitas: 29600
Capítulos: 11

TERMINADO :)

Él tenía que estar frente al altar.

Ella también.

Por distintas razones ninguno de los dos estaba donde debía; y gracias a una serie de casualidades la vida los lleva por distintos caminos que terminan en un mismo punto.

Lo más difícil es dejar el pasado atrás y enfrentar el presente.

¿Podrán Bella y Edward seguir la línea del destino para estar juntos?

Todos Humanos.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 5: El Eden

Bella POV

Me sorprendí cuando me encontré siendo arrastrada por Edward. Por lo general si alguien me hubiese invitado a salir le habría negada, pero con Edward no fui capaz de responder, solo me deje llevar.

No podría definir como me sentí cuando Edward, después de haberme dejado arreglar, tomo mi mano y me dirigió a su auto. Un precioso Volvo plateado, nada menos para él. Se había sorprendido cuando me encontró tarareando la música clásica que inundaba el auto. Era algo que teníamos en común, nuestro gusto por la música. Me cometo rápidamente su afición por el piano, pero que no podía dedicarse a vivir de compositor… Aunque no me dio muchas explicaciones al respecto, cambio de tema lo más rápido que pudo.

Pegue un grito ahogado cuando el auto se estaciono en el medio de la nada, cuando la ruta terminaba. Lo mire con miedo, ¿Qué tenía planeado? ¿En qué me había metido? ¡Ahh!

-Tranquila no voy a raptarte- se burlo cuando se desabrochaba el cinturón de seguridad- Aunque ya sabes, no es muy mala idea…- Lo mire horrorizada, pero el solo soltó una carcajada y salto del auto.

Me quede mirando unos segundos la nada, hasta que volví a la realidad y me pelee un rato con el cinturón. Cuando lo pude desabrochar, voltee para bajar y vaya sorpresa me lleve cuando me encontré a Edward ya abriendo mi puerto y ayudándome a bajar como todo un caballero.

-¿A dónde vamos?- note que mi voz tembló un poco, pero no vi que Edward lo hubiese notado.

-Quiero mostrarte mi lugar especial…

-Ya sabes- me queje- no es que esa respuesta ayude mucho…

-¿Puedes tranquilizarte, Bella?- pregunto tomando mi mano- Se que no nos conocemos demasiado, pero podrías tener un poco de fe en mí. No voy a hacerte nada- juro- Sólo quiero pasar tiempo contigo antes de que te marches.

Asentí con un movimiento de cabeza, aun sin estar muy convencida.

La verdad es que no me había equivocado en estar nerviosa, el sendero por el que íbamos no era llano por lo que mas de una vez tropecé, lo bueno es que Edward se negaba a soltarme y en los momentos que había que saltar troncos o grandes charcos me levantaba en vilo como si no pesase 50 kg.

Fácilmente habíamos perdido la mañana caminando, en realidad el caminaba y yo trataba de seguirle el paso.

-Esto va a gustarte- dijo feliz.- Ya nos falta poco…

-¿Estas seguro que no estamos perdidos?- pregunte mirando a mi alrededor- Hemos estado toda la mañana…

-Por lo general me toma unas pocas horas llegar, pero como estas tu nos hemos tomado un poco mas de tiempo- se burlo y yo preferí ignorarlo.- Mira- señalo algún punto delante de nosotros- ¿Ves los árboles de cerezos?

-¿Debería verlos?- pregunte frustrada al no ver nada.

-Cierto- se rió- A la alturas que estas tu nos tenemos que aproximar mas- soltó una carcajada limpia.

Lo fulmine con la mirada, pero él no se dio por aludido.

-No soy tan enana- me queje. No era de mi agrado que se burlarán de mi edad.

-Bueno no eres mi hermana, pero tampoco mides un metro ochenta- siguió burlándose.

-Mi altura esta bien- replique.

-Yo no he dicho que no este mal.

-Has dicho…

-Que para tu altura es muy temprano ver lo que veo- me interrumpió- no que tu altura era mala.

-Me aturdes- me queje y él volvió a soltar una carcajada.

Si no fuera tan irresistiblemente guapo, ya le habría dado una colleja por reírse por cualquier comentario. Pero no me encontraba en condiciones de pensar con claridad como vengarme, ya que cada vez que lo escuchaba reír mi mente quedaba en blanco y mi corazón parecía querer salir de mi cuerpo.

Estaba distraída cuando deje de ver. Toque con mis manos las de Edward que tapaban mis ojos y trate de quitármelas, sin éxito.

-¡Edward voy a tropezar!- me aterre.

-Tranquila, Bella- sonaba realmente divertido- No voy a dejar que te hagas daño. Confía en mí.

-Claro- me mofe. Por mas guapo que fuese me estaba cansando de sus jueguitos.

Dimos unos cuantos pasos más, los cuales estaba segura de que si no fuese por Edward ya me hubiese ido de boca.

-Quédate aquí, y no espíes- me ordeno con voz amable.

No muy convencido saco la mano de mis ojos y la otra de mi cintura. Escuche como daba unos cuantos pasos alejándose de mí y me aterra al pensar que me estaba dejando.

-Ni se te ocurra abrir los ojos- se rió adivinando lo que pensaba hacer. Hice un mohín de fastidio y espere.

Sentí un par de ramas quebrándose y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

-¡Puedes abrirlos ya!

Sin dudarlo los abrí. Al principio lo único que pude ver fueron manchas ya que mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad y el sol no me ayudaba en mucho. Pestañee repetidas veces para poder visualizar bien. Deje de respirar cuando al fin vi con claridad el hermoso prado que se hallaba frente a mí. Con unos hermosos árboles de cerezos, con un césped verde vivo y con un lago de agua de cristal.

-Esto… Esto es hermoso- fue lo único que fui capaz de decir. No se me ocurría nada mejor para describir el paisaje que se montaba frente a mis ojos. Era increíble que algo tan hermoso se encontrase en el mundo real.

La musical risa de Edward me saco de mis pensamientos. Lo mire y me encontré con que él ya lo estaba haciendo.

-Sabía que te gustaría.

-Es un Edén.

-Lo sé- se acerco nuevamente a mi y tomo mi mano entre las suyas, para luego arrastrarme con él en dirección al lago.

Soltó mi mano y se dejo caer frente a él. Lo mire embobada unos segundos mientras se recostaba en el mullido césped y no puede negar que deseaba imitarlo. Con un movimiento torpe me senté a su lado y fije mi vista en el prado.

-¿Cómo lo encontraste?- pregunte tratando de sacar un tema de conversación.

-A mi hermano mayor y a su esposa les gusta acampar- empezó con un tono de nostalgia- Antes de que saliera… Bueno hace tiempo que no lo hacemos. En una de las excursiones nos perdimos del valle en el que estábamos con mi hermana menos y terminamos aquí. Es gracioso, somos los únicos que sabemos de su existencia… Bueno ahora tu.

-¿Por qué yo?- pregunte sin entender- ¿No se los has mostrado a tu ex novia?

-No- negó simplemente.

-¿Por qué a mí?

-¿No te gusta haberlo conocido?- se apoyo entre sus codos para poder levantarse un poco y mirarme desconcertado.

-Si, claro que me ha gustado. Lo que sucede es que no entiendo…

-No hay que entender. Solo te lo quise enseñar, no hay trucos sobre la manga.

Supe que no me diría mas por lo que decidí callarme y apreciar la paz que irradiaba el lugar. Hacía años que no me sentía tan libre y no quería perder la oportunidad.

Nose cuanto tiempo pasamos exactamente en silencio. Solo se que cuando volví a la realidad me encontraba recostada junto a Edward mirando al cielo.

Edward POV

-¿Quieres ver algo realmente espectacular?- pregunte sin pensar dos veces lo que estaba diciendo.

Estaba seguro que habíamos pasado horas recostados juntos sobre el césped disfrutando de la compañía del otro y de la paz del prado. La pregunta de Bella me había desconcertado. Para ser sincero ni yo tenía ni la mas mínima idea del porque algo tan importante para mi se lo había mostrado sin rodeos. Era algo que no había pensado, simplemente quería que ella lo conociera y disfrutara de su belleza.

Últimamente, más bien desde el día que la había conocido, había dejado de pensar en mis actos, simplemente me estaba dejando llevar por mis instintos. Y ahora que lo estaba pensando sentía… miedo. Si miedo. ¿Qué pasa si estaba llevando las cosas muy rápido? Jamás me había comportado así con ninguna mujer, y temía su opinión.

-¿Qué cosa?- pregunto la dulce voz de Bella.

-Es una sorpresa- el sonreí mirando sus embriagadores ojos chocolates.

-¿Otra mas? No es por nada pero tus sorpresas me aterran- no pude evitar reírme ante su respuesta.

-¿He hecho algo mal hasta ahora?- pregunte serio.

Me senté y ella me imito con un gracial movimiento. No sabía que era lo que exactamente tenía pero todo en ella me gustaba. Todo.

-No, para nada.

-¿Entonces?

-Es que nunca se con que vas a salir.

Me relaje ante esa respuesta y le regale una sonrisa torcida.

-¿Vamos?- no deje a que respondiera.

Me puse de pie y le tendí mi mano sabiendo que necesitaría mi ayuda para poder levantarse. Dudo antes de tomarla y la apreté con fuerza para que entendiera que no quería que me la soltase. Y no lo hizo.

-Necesito que te subas a mi espalada- le explique cuando ya habíamos caminado bastante y nos encontrábamos frente a una pequeña montaña.

Me miro horrorizada y se alejo unos pasos de mí.

-No pensaras hacer lo que estoy pensando que vas a hacer ¿Verdad?- me resulto graciosa su oración. Se le notaban los nervios.

-Sólo tenemos que escalar la colina así puedo mostrarte lo que deseo- la cara de Bella se descompuso ante esas palabras.

-¡NO, NO Y NO!- exclamo- ¡¿Acaso has perdido el juicio?! ¡Estas loco!

-Vamos Bella, es sencillo. No es muy alto.

-¡No!

-Bella…

-¡Que no!- solté un suspiro.

Le deje pensar que había ganado y me di la vuelta fingiendo haberme rendido. Ella sin duda sonrió. ¡Que poco me conocía! Bueno la verdad era que si… pero en fin. Cuando ella se volvió para volver por donde habíamos llegado corrí tras ella y la alce. Un grito ahogado salio de sus labios ante el impacto y empezó a golpearme.

-¡BAJAME AHORA MISMO, EDWARD CULLEN!- comenzó a patalear.

No le di importancia y la sujete más fuerte. No puede evitar reírme ante la situación. Menos mal que nadie conocía de este lugar, porque de ser así nos encontrarían en una escena un poco extraña y no dudaba que yo sería inculpado por algo.

A duras penas escale la pequeña pendiente mientras Bella me pegaba o daba pequeños gritos cuando miraba para abajo.

Cuando llegue sentí que la falta de aire me pasaba factura. Baje a Bella que ya había dejado de golpearme. Al mirar su angelical rostro no pude evitar reírme, estaba roja como si de un tomate se tratase.

Me fulmino con la mirada y se giro cruzando sus pequeños brazos a la altura de su pecho, en un claro signo de fastidio.

-¡Vamos, Bella!- dije acercándome a ella con cuidado- Tienes que admitir que valió la pena haber subido.

Volteo su cara en un movimiento brusco. Mi corazón se achico. No me gusto la sensación que me invadió al ver que Bella de verdad estaba enfadada conmigo. Me acerque un poco más y me coloque frente a ella. Le tome el mentón con mi dedo índice e hice que me mirase a los ojos. De verdad estaba enfadada.

-No podía dejar que te perdieras de esto- le explique en un susurro- No quiero que te enfades conmigo.

Abrió la boca para contestar, pero la cerro en el mismo instante en el que me hice a un lado y deje que apreciara el paisaje que se podía ver desde la altura en la que estábamos.

Miro maravillada y sonreí al verla de esa forma. Parecía una niña pequeña con un juguete nuevo. La abrase por la cintura y ella recargo su cabeza en mi pecho. Parecíamos una pareja, cuanto deseaba que no fuera solo una apariencia.

-Esto es, es decir…- solté un risita al verla tan maravillada, incapaz de crear un frase coherente- Es…

-Es un Edén- le ayude.

Capítulo 4: No entiendo la vida Capítulo 6: Por el Momento

 
14443138 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10759 usuarios