UNA CITA CASI A CIEGAS

Autor: AlienaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 07/04/2012
Fecha Actualización: 23/02/2013
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 105
Visitas: 76720
Capítulos: 29

Bella Swan nunca pensó que por acceder a regañadientes a los ruegos de su amiga, pasaría un día tan maravillosamente increíble junto a un hombre insaciable.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 18: Jaque a la Reina

 

DISCLAIMER: Ninguno de los personajes que aparecen en este fic me pertenecen son propiedad exclusiva de S. Meyer

 


 

 

CAPÍTULO 18: Jaque a la Reina.

 

Edward Pov.

 

—Está bien, iré al grano ¡que impaciente!, solo llamaba para decirte que yo sé quién está amenazando a Bella. Y quién puede estar detrás de los intentos de secuestro y del tiroteo. No, no te sorprendas, ya sabrás porque conozco tantos detalles. O por lo menos creo saberlo. ¿Podemos vernos en algún sitio?, sé que ahora vives en Madrid y yo voy a estar aquí unos días más.

 

Nada más escuchar estas palabras miré a Bella levantando una ceja interrogativamente. A pesar de que me moría por escuchar lo que Chelsea tuviera que decir, no iba a arriesgar mi relación ni exponerme a una discusión. Pero como siempre Bella me sorprendió agradablemente.

 

—Chelsea –le dijo con una actitud clara y decidida. Estoy deseando oír lo que tengas que decir sobre un tema que nos afecta a los dos, pero sobre todo a mí directamente. Pero…esto no te ofendas…comprenderás que no me fio de ti y no voy a dejar ir a Edward solo así que… o quedamos los tres o nos dices lo que sea por teléfono. De nada te va a valer colgar y hacer como si no pasase nada porque estamos grabando la conversación –sí señor digna hermana de Emmett y digna hija de Charlie—. No es algo personal –prosiguió—, pero…no podemos fiarnos de nada ni de nadie y en concreto de una mujer que en su día pretendió tener… algo con el que ahora es mi prometido —miré a Bella con gesto apreciativo. Desde luego no podía estar más conforme con ella, si teníamos que ir a ver a Chelsea lo haríamos juntos. Con su actitud, Bella me confirmaba una vez más que ella era la mujer perfecta para mí, y no podía dejar de admirar su arrojo y decisión. En ese momento la amé todavía un poco más de lo que ya lo hacía. Y cierta zona de mi cuerpo que estaba a la espera y frustrada por la interrupción de antes se irguió de nuevo esperanzada dispuesta a dar su opinión, ¡ay Dios! ¿podría yo amar más a esta mujer? Vamos a ver Cullen, amala todo lo que te dé la gana pero piensa en otra cosa que ahora no es momento, tal vez dentro de diez minutos si lo sea, pero ahora no, así que céntrate hijo céntrate, ¿cuántas veces tendré que repetírtelo?

 

—Bella si conoces bien a Edward y no tengo motivos para pensar que no lo hagas, sabrás que cuando a él no le interesa algo o alguien se evade y eso es exactamente lo que hizo cuando me lo encontré hace año y medio. Si hubiera estado prestando atención a mi conversación con Esme, sabría que estoy felizmente casada con un hombre genial y no tengo ninguna intención insana hacia él y mucho menos pretendo destruir vuestra relación, solo quiero ayudar.

 

—¿Y a que se debe tu actitud Chelsea?, ¿ganas algo con esto? –volvió a preguntar mi Bella –sí señor pregunta correcta digna de una gran periodista de investigación, justo lo que yo estaba pensando, mi anatomía en su parte más inferior me dio la razón, Cullen por Dios.

 

—Bella no creo que tu sepas lo que es crecer en una familia perfecta, al lado de la mujer perfecta, perdona Edward por el juego de palabras, y sentirme en todo momento como la ultima porquería de la última esquina de la calle más mugrienta –vaya ahora iba a resultar que hasta las mierdas tenían estatus social. Cullen hijo que bobadas se te ocurren, céntrate —. No sabes lo que es que te estén comparando a toda hora y en todo momento con tu maravillosa y perfecta prima, es…frustrante, humillante, sobre todo si hasta tus propios padres lo hacen. Esa actitud desafiante y resuelta que tenia ante la vida cuando Edward me conoció, no era más que una fachada pues siempre me he sentido rechazada, inferior, poco valorada. Cuando Edward me rechazó he de decir que mi ego se resintió y mucho pero en seguida comprendí que no le amaba y lo único que quería era desafiar a mi familia y a Tanya. Cuando asumí que todo lo que podría obtener de Edward era su amistad fui a por ella sintiéndome por primera vez parte de algo y orgullosa a la vez porque en cierto modo había vencido a mi prima consiguiendo al menos la amistad de quien ella pretendía que fuera su prometido y que ni siquiera podía ni verla. Pero mi conciencia y mi ética me obligaban a decir la verdad, mi única intención, en un principio, de acercarme a ellos era por rebelión hacia mi familia, por fastidiar a mi prima, por conseguir lo que ella…no pudo. Ellos se sintieron ofendidos, era lógico, me separaron del grupo y me sentí todavía peor de lo que ya estaba. Por mi culpa había perdido una oportunidad de ser feliz, formar parte de algo y odié todavía más a mi prima y a mi familia. Cuando conocí a mi marido fue cuando logré superar mi complejo de inferioridad, el me ha enseñado a valorarme y a quererme a mí misma, a ser feliz como soy. Ahora vivo en Canarias alejada de mi familia, pero…sigo manteniendo contacto y…al enterarme de lo que estaba sucediendo de refilón…siento que le debo a Edward una compensación por haberle mentido, a él y a los demás. Solo quiero ayudar Bella.

 

—¿Solo eso?, ¿no hay nada más? –le pregunté todavía receloso de ella.

 

—Bueno…no negaré que será para mí un placer enfrentarme y vencer a mi perfecta familia y sobre todo a la bruja de mi prima. Dicen que la venganza se sirve en plato frio.

 

—Chelsea –le dije –vamos a acudir a la cita y escuchar lo que nos tengas que decir. Pero comprenderás que no nos fiemos…aun… por lo tanto llevaremos una grabadora para que quede constancia de la conversación, así que mi pregunta es, ¿estarías dispuesta a repetir lo que tengas que decirnos ante la policía y ante un juez?

 

—Sí, lo estaría, de hecho al llamarte he asumido inmediatamente esa posibilidad. Entiendo tu postura Edward ¿os parece que quedemos en la plaza de Callao?, dicen que han abierto una heladería y ya sabes cómo me pirro yo por los helados.

 

—¿Te vendría bien a eso de las seis de la tarde mañana?, no salimos de trabajar hasta las cinco.

 

—Me parece una hora perfecta.

 

—Pues allí estaremos y…Chelsea…

 

—Sí…

 

—Solo quiero que sepas que llevamos guardaespaldas a todas horas y a todas partes…compréndelo…lo digo por…sí las moscas…ya sabes…

 

—No hay problema…no oculto nada ni voy a intentar haceros nada sólo avisaros de que también tengo gente que me sigue, por razones muy distintas a las vuestras que aun no tengo muy claras, pero ya os lo explicaré mañana.

 

Y con esto terminamos la conversación. Cuando di al botón de colgar Bella y yo nos quedamos mirando durante unos instantes sin saber que decir o que opinar sobre lo que acababa de suceder en esa habitación.

 

—¿Te fías de ella?

 

—No lo sé. Tiene razón al decir que cuando nos encontramos en aquel congreso no le hice ni caso, simplemente me fui pero…voy a llamar a mi abuelo y a Laurent para contarles las novedades y después llamaré a Esme.

 

La conversación con mi abuelo fue como siempre, fría y concisa, yendo al grano en todo momento. Nos dijo que consultáramos a Laurent si esa grabación seria legal en caso de tener que utilizarla porque él no estaba seguro y nos hizo prometer que le llamaríamos en seguida con lo que fuera que tuviera que decirnos esa mujer. Laurent nos dijo que si la grabación era consentida por parte de la persona a quien estábamos grabando y si además había accedido a declarar ante la policía, no habría ningún problema puesto que ella misma corroboraría lo que en esa cinta se dijera. Al igual que mi abuelo nos pidió que le enviáramos una copia inmediata de la grabación. Luego llamé a Esme

 

—Ella dice la verdad Edward, si no te hubieras escaqueado por ahí dejándome a mí con el marrón te habrías enterado que vive en las Islas Canarias, que tiene un marido periodista como ella, que es muy feliz y están intentando tener un hijo. No me pareció mala persona para ser familia de quien es, un poco aduladora y melosa eso sí, pero buena persona, de todos modos no os fieis id con mucho cuidado.

 

—Laurent ya me ha dicho que aun no tienen nada nuevo sobre los últimos mensajes y que ninguno de los principales sospechosos da señales de ser culpable.

 

—Así es –confirmó mi madre con expresión frustrada –pero todo es cuestión de tiempo hijo, tened paciencia.

 

—¿Le dices tú a mi padre que he llamado?, aquí ya es un poco tarde y…—le dije pensando en terminar lo que habíamos empezado antes de la interrupción ya que mi erección me lo estaba pidiendo a gritos y la postura que tenia Bella, tumbada sobre mi regazo, acariciándome distraídamente y rozándome salva sea el sitio no ayudaba en nada.

 

—Estoy aquí hijo, me doy por enterado –dijo mi padre al otro lado de la línea –esto…verás…estaba en el despacho de tu madre charlando y…

 

Mi padre y mi madre juntos en un despacho y solos…ummm…gran noticia.

 

—Me alegro de oír eso papá —le dije todo complacido.

 

—Y nosotros celebramos que lo hagas.

 

Colgué el teléfono y sin más dilación me lancé sobre Bella como un drogadicto se lanza a su dosis diaria de cocaína. Bella no había dejado de moverse en todo el tiempo, no sé si lo hacía inconscientemente o aposta pero mi enorme, necesitada y pobre protuberancia no entendía esa diferencia.

 

Nos perdimos durante horas uno en el cuerpo del otro, amándonos como si fuera la última vez que pudiéramos hacerlo. Entregando todo en cada gesto, en cada caricia y recibiendo del otro exactamente lo mismo. Una vez saciados y satisfechos nos quedamos dormidos. A mí me costó un poco más que a Bella ya que no me podía quitar de la cabeza a esa mujer. En la facultad y salvando el hecho de que nos había engañado miserablemente nunca hizo o dijo algo que nos hiciera sospechar nada extraño de ella y mi madre, que si en algo se caracterizaba era por saber calar a las personas, me había dicho que era una buena persona. ¿Qué nos tendría que decir?, ¿ayudaría a desentrañar este misterio cada vez mas enrevesado?

 

El molesto pitido del despertador me sacó de un inquietante sueño en donde mi Bella no estaba, yo la buscaba y la buscaba, la llamaba y llamaba y ella no aparecía así que por una sola vez en la vida y sin que sirva de precedente agradecí ese familiar sonido que me permitió despertar y comprobar que Bella esta todavía felizmente durmiendo a mi lado. Pero eso no impidió que el terror de la pesadilla se reflejara en mi rápida respiración despertando a mi novia.

 

—Edward ¿te pasa algo?

 

—Umm no es nada amor, nada que no puedas arreglar con un besito de buenos días —le dije cerniéndome sobre ella y atacando su boca sin piedad.

 

—Me encanta despertar a tu lado, especialmente cuando te despiertas tan…dispuesto –me dijo una vez que hubimos roto el beso pasando su mano por mi protuberancia que, tal y como ella había señalado, estaba ya más que dispuesta a estas horas de la mañana. Metió la mano por debajo de mi pantalón del pijama y empezó a dar suaves caricias en mi glande, haciendo círculos con su dedo. En un movimiento inesperado me tumbo encima de la cama y sustituyo su dedo por su boca dando suaves besos ya no solo en el glande sino por toda mi extensión. Con la otra mano agarró mis testículos y empezó a acariciarlos aprisionándolos de una forma que me estaba volviendo loco. Su lengua seguía haciendo su trabajo en mi pene a las mil maravillas y ahora su boca lo engullía totalmente llegando casi hasta su garganta. El placer era irresistible, su lengua fue sustituida por sus dientes que pasaban mordisqueando suavemente de arriba abajo aprisionándola a su paso entre sus labios, exprimiéndola y sin pensarlo tome su cabeza entre mis manos y empecé a empujarme y moverme. Cuando notó que estaba casi a punto de correrme me liberó dejándome desolado y subió de nuevo por todo mi cuerpo dando besos allá por donde pasaba hasta llegar a mi boca la cual tomó y pude degustar mi sabor mezclado con el suyo y era una mezcla tan erótica que con solo saborearla sentí que mi clímax se acercaba. Bella, dándose cuenta de ello, se puso encima de mí y me montó cabalgándome como solo ella sabe hacerlo logrando que los dos alcanzáramos juntos el paraíso.

 

Después de darnos un largo baño durante el cual los dos nos lavamos el uno al otro convirtiendo esa cotidiana actividad en algo verdaderamente erótico, nos vestimos bajamos a desayunar y le contamos a Emmett las últimas novedades.

 

—Ummmm…a estas alturas de la historia no me fio ni de mi sombra. Habrá que alertar a los guardaespaldas y por supuesto llevareis una grabadora creo que tengo una aquí en casa. Y sobre todo tened mucho cuidado, al primer síntoma de peligro salid cagando leches de ahí. Me gustaría acompañaros pero me temo que podemos contribuir a asustarla.

 

Con la grabadora en la mano, los móviles listos por si acaso y los guardaespaldas avisados salimos de casa aquella mañana con la incertidumbre de no saber que nos deparaba aquel día. El trabajo se nos hizo largo, tedioso e insoportable y eso que los dos estábamos haciendo algo que verdaderamente nos gustaba y nos llenaba pero no podíamos concentrarnos. Por la ventana de mi despacho estuve observando a Victoria que muy disimuladamente y creyendo que nadie la veía miraba de vez en cuando hacia Bella con una expresión altamente indescifrable. Definitivamente esa mujer tenía algo que ver con el asunto y me hice una nota mental de hablar con Emmett, mi abuelo, Laurent y las respectivas policías. Por fin el reloj marcó las cinco de la tarde, hora de irnos.

 

Decidimos ir en el autobús y dejar el coche aparcado allí ya que encontrar un aparcamiento en el centro de Madrid era misión imposible y no podíamos fiarnos de que los parkings no estuvieran ocupados. La plaza de Callao y la Gran Vía siempre eran un hervidero de gente que iba y venía de compras o de los muchos restaurantes, teatros y cines que había por la zona.

 

Cuando llegó el autobús respiré mentalmente preparándome una vez más para lidiar con la torpeza de Bella, mi erección empezó a prestar atención dispuesta a echar una mano si llegaba el caso y mis pantalones empezaron a notarse un poco más estrechos. Sujetando a Bella con una mano para que no se cayera y haciendo malabarismos con la otra conseguí picar el ticket para poder acceder al vehículo y comencé a marchar a través de un autobús que ya se había puesto en movimiento luchando contra el traqueteo, la falta de equilibrio de mi novia y….mi erección ya que el culo de Bella cada vez que se echaba para atrás para mantener el equilibrio en medio de las paradas que hacia el autobús para coger gente, o simplemente para apoyarse en mí, me rozaba de tal forma que…ufff ¡mis pantalones por Dios! Lo cierto es que por mucho que me quejara los viajes en el autobús y el metro se habían convertido en mis momentos favoritos desde… aquella primera vez.

 

—Lo siento…disculpe –oí de repente que decía Bella sacándome de mi perversión mental.

 

—Disculpada pero...a ver si tiene cuidado en donde se agarra señorita…me ha hecho usted daño…

 

—Perdone otra vez –a ver si tiene cuidado donde se agarra, repetí mentalmente. ¿Dónde se había agarrado mi Bella?, a ver por favor que solo yo tengo el privilegio de que mi Bella se agarre a …digamos ciertas zonas sensibles, ¿cómo se atreve este hombre a …?, por el rabillo del ojo vi como el buen hombre se sobaba el brazo en donde le estaba saliendo una rojez. A ver Cullen como siempre actuando antes de mirar, la muchacha se agarró a su brazo dándole un buen pellizco. ¡Qué mal pensado!

 

—Señora siéntese –ofreció un buen señor que, siendo testigo privilegiado de mis esfuerzos y de la agresión involuntaria, decidió echar una mano. Bella se lanzó al asiento en modo camicace dándole las gracias al buen samaritano en cuestión pero con una expresión en la cara…indescifrable ¿y ahora que le pasaba? Fue todo el camino muy callada haciendo muecas extrañas y poniendo caras raras como si estuviera pensando en algo nada agradable. Cuando bajamos se despejaron mis dudas.

 

—¿Tan vieja me veo? –me preguntó de repente.

 

—¿Vieja? –le devolví la pregunta sorprendido, de todas las cosas que creí pudiera estar pensando esta es la que menos veía posible —¿por qué preguntas eso?

 

—Pues porque últimamente cada vez que me subo a un autobús donde todos los asientos están ocupados siempre hay algún señor que se levanta y me cede el sitio llamándome señora y eso…eso solo se hace con las personas mayores y las mujeres embarazadas y…bueno…en este país…no siempre –me dijo aguantando las lagrimas y con el labio tembloroso. Mi pobre, dulce y maravillosa Bella.

 

—Y también suele haber alguien que simplemente se levanta porque sencillamente ve que lo estas pasando mal independientemente de tu edad mi amor y eso es lo que ha pasado. Ese pobre hombre…

 

—¿Y porque me llamó señora?, la verdad es que debe haberme visto muy vieja para pensar que soy señora.

 

—Esto….bueno…lo serás dentro de tres meses ¿qué diferencia hay?

 

—Pues porque dentro de tres meses, será dentro de tres meses, ahora no tengo pinta de señora cuando me case contigo tendré esa pinta pero ahora no –dijo cruzándose de brazos muy satisfecha de su explicación.

 

—¿Y qué pinta tienen las señoras mi amor?

 

—Esto…ummm…pues de señoras que pinta quieres que tengan.

 

—No, solo era por saber si había algo que marcaba la diferencia y de lo cual yo no tuviera noticia –le dije mirándola en modo de burla. Mi niña se me quedó mirando y en sus ojos vi que se había quedado sin argumentos y cuando Bella Swan se quedaba sin argumentos, bufaba, se cruzaba de brazos y continuaba su camino de la forma más…digna posible.

 

—Amor –le dije apretando el paso para alcanzarla –verás…esto…antes de que nos encontremos con Chelsea te diré que… en fin…ella siempre ha sido muy efusiva, es por eso que las chicas no podía ni verla, así que si cuando la vemos se me lanza a…pero no pude terminar la explicación ya que unos brazos me rodearon por el cuello separándome de Bella y dejándome totalmente ciego.

 

—Eddie, Eddie cuanto me alegro de verte —dijo enroscando sus piernas en mi cintura cosa que me puso de lo mas incomodo.

 

—Esto…si no te importa estas molestando a MI PROMETIDO ¿te importaría bajar de ahí? –le dijo Bella con una expresión fiera que pocas veces se la había visto pero cuando se la veía…temblaba el misterio.

 

—Bella –le dijo bajándose por fin de mí y arrojándose a ella tan de improvisto que la hizo perder el equilibrio, yo me lancé también hacia ellas para intentar parar el desastre y los tres fuimos a chocar contra una pareja de mediana edad y expresión avinagrada que en ese momento tuvo la osadía de pasar por detrás. ¿Por qué siempre nos pasaba esto con personas mayores y malhumoradas?

 

—Tenga cuidado con lo que hacen –dijo la mujer visiblemente cabreada y con expresión de necesitar un polvo urgente.

 

—Perdone señora pero es que hacía tanto tiempo que no veía a mis amigos –dijo dándome tal golpe en la espalda que mando mi respiración a tomar un café por unos interminables segundos.

 

—Pues salúdeles usted de otra forma –lo dicho, la buena mujer necesitaba un buen polvo. Mire al marido con expresión reprobatoria. A ver buen hombre hay que tener a la parienta satisfecha que si no luego va por la calle merendándose a los pobres transeúntes que se atreven a tropezarse con ella sin querer.

 

—Supongo que eres Chelsea —dijo Bella separándose de la mujer mal follada y salvando la situación.

 

—La misma, encantada de conocer a la chica que ha puesto en su sitio a la maravillosa y perfecta Tanya Denali.

 

—Chelsea, no tenemos mucho tiempo vamos al grano por favor.

 

—Siempre tan circunspecto querido amigo. Está bien la heladería que digo esta por allí.

 

Después de hacer nuestro pedido y que el camarero estuviera bien lejos de nosotros, saqué la grabadora y la puse encima de la mesa advirtiendo a Chelsea con la mirada que no se le ocurriera protestar. Chelsea miró primero hacia la izquierda y luego a la derecha y, disimuladamente, puso una servilleta de papel encima de la grabadora. Seguí la dirección de su mirada y…encontré el motivo y la razón de porque la grabadora debía permanecer escondida. Con igual disimulo, la saqué de debajo de una servilleta y puse el bolso de Bella encima.

 

—Ya te avisé de que me seguirían y en cuanto a esto –dijo señalando la grabadora —me parece bien, Eddie, pero no te va a hacer falta, lo que os voy a contar estoy dispuesta a repetirlo ante quien sea.

 

—De verdad que no te entiendo ¿todo es por venganza?

 

—No te voy a negar que la venganza sabe muy bien pero no, no es todo por venganza, sino por un deseo de espiar aquella mentira que os dije, porque soy una mujer justa y no me parece nada bien lo que está pasando. Te vuelvo a repetir que soy muy feliz con Carlos, mi marido, el me ha enseñado mucho y sé que lo defraudaría si obrara de otra manera. Ayer cuando os dije que creía saber quién era el culpable de todo, os dije la verdad pero...esta mañana he logrado que mi madre me confirme lo que yo ya sospechaba, lo que os tengo que contar ya no es una suposición, son hechos concretos.

 

—¿Estas mirando constantemente hacia un punto donde hay dos gorilas con pinta de matones que no dejan de mirar hacia aquí, ¿cómo podemos estar seguros de que esto no es una trampa o que de algún modo ellos te están escuchando? -ole con ole y olé por mi Bella, de nuevo una gran pregunta sí señor. Pensé al tiempo que bajaba mi mano con mucho disimulo para ponerme bien los pantalones.

 

-Tienes razón, yo también pensé que pudieran estar espiándome y de hecho lo estaban haciendo pero tras la conversación con mi madre suponía que habían dejado de hacerlo, pero por si acaso he tomado mis precauciones. Y la verdad viendo a esos dos gorilas veo que he hecho bien.

 

-¿Tus precauciones?, ¿cómo sabes que ahora no lo están haciendo?

 

—Un confidente mío que utilizo a veces como fuente para contrastar reportajes me ha puesto en contacto con un amigo suyo experto en la materia. Efectivamente llevaba una especie de chip implantado detrás de mi oreja, como llegó ahí no lo sé. Otro médico amigo de ellos me lo extirpó por eso sé que ahora estoy limpia por dentro y en cuanto al exterior, el móvil desde el que os llamé es un teléfono seguro que este chico me dio. Lo he utilizado para llamaros desde un primer momento, la llamada de anoche también se realizó desde ahí pero... estaba dentro de la casa por eso estuve tan misteriosa y a la vez…tan aduladora.  Forma parte de un plan que mi madre cree que voy a seguir. No sé si os fijasteis pero en la parte de la adulación levanté un poco la voz ya que durante toda la conversación importante estuve dentro del cuarto de baño de mi habitación con todos los grifos abiertos...por si acaso. Solo escucharon lo que yo quise que escucharan. Como veis ahora no llevo joyas ni nada en donde pueda estar escondida una grabadora y en mi bolso solo llevo un pequeño monedero y el móvil el cual, como os digo, está limpio, nada más. Pero no nos demoremos más, preparados para escuchar la historia.

 

—Somos todo oídos –le dije con impaciencia pero dándome cuenta de su sinceridad en el hecho de que efectivamente no llevaba ningún adorno y ella se caracterizaba por llevar kilos y kilos de bisutería allá por donde iba. Ummm…un punto para ella. Pero me mosqueaba eso del famoso plan que su madre pensaba que ella iba a llevar a cabo.

 

—Todo empezó cuando leí en un periódico de la competencia que Tanya Denali, tu prometida, había sido detenida en Madrid junto a tu madre Elizabeth Vulturi una de las mayores accionistas de Cullens & Vulturi publications y esposa del gran Carlisle Cullen. Acto seguido leí en vuestro periódico la aclaración de que tú no estabas, nunca has estado ni tenias pensando estarlo en un futuro, comprometido con mi prima y que Marco Vulturi negaba todo trato de favor hacia su hija. También leí atónita la historia sobre…bueno tu verdadera madre. He de decir que en ese momento admiré a Marco Vulturi y su impresionante capacidad para volver a su favor algo que por imperativo legal debería estar en su contra.

 

—Chelsea al grano.

 

—Ya voy, ya voy, Eddie no te pongas así.

 

—Chelsea —empezó mi novia —¿tendrías la amabilidad de llamar a MI PROMETIDO por su nombre real?, Eddie no le gusta, deberías de saberlo –le dijo con un tono muy frío que jamás le había escuchado y yo lo agradecía porque odiaba que me llamasen así y además me encantó que mi leona particular marcase su territorio, lo malo es que no solo era yo el encantado…en fin…¿siempre estaría igual?.

 

—Perdona Bella es la costumbre, en la universidad todos le llamaban así para molestarle y a mí se me pegó, de verdad no quiero causarte problemas ni molestia alguna y...

 

—Disculpa aceptada y ahora, ¿puedes seguir con la historia?

 

—Vale, allá voy. Nada más oír la noticia de que mi maravillosa y perfecta prima estaba en prisión organicé un viaje de visita a mi madre poniendo mi mejor máscara de pena, preocupación y horror pero en realidad lo que iba es a enterarme mejor de como Cruella había acabado entre rejas.

 

—¿Cruella?

 

—Ya la llamabas así en la universidad ¿recuerdas?

 

—Sigue.

 

—El caso es que mi madre me recibió un tanto sorprendida por mi buena actitud de ayudar ya que como digo siempre mostré animadversión a Tanya y en la actualidad vivo separada todo lo mas que puedo de la familia. Pero se tragó el cuento, o eso pensé pero a juzgar por la vigilancia y el chip... en fin sigo...es así como me entere de la existencia de Bella y que en teoría tu habías dejado a Tanya por ella. Y yo me carcajeaba interiormente a la vez que me alegraba de que por fin hubiera una mujer en este planeta y universo que fuera digna de tu amor y capaz de plantarle cara a la Mujer Maravilla. Como es lógico mi madre me dijo que, entre todos, estaban intentando sacar a las dos de la cárcel y que lucharían con todas sus fuerzas para separaros haciendo lo que hiciese falta. Me dijo que estaba pensando en algo y me preguntó si podía contar con mi ayuda para llevarlo a cabo ya que al conocerte a ti podría intentar tenderte una trampa y hacerte creer, Bella, que Edward te había traicionado conmigo. He de decir que eso me asustó ¿hasta donde eran capaces de llegar?, necesitaba tener más información así que por el momento dije que sí. Mi madre me dijo que hablaría con Carmen, su hermana. A mí me extrañó ya que mi tía no se metía nunca en nada, parecía tan poquita cosa, tan mosquita muerta. Cuando pregunté a mi madre sobre ello me dijo que no todo era como parecía Edward Cullen sénior tiene una deuda muy grande que pagar, me dijo antes de darse cuenta que había hablado de más, y eso me dejó mas intrigada.

 

Al ver que de mi madre no iba a sacar nada en limpio, opté por buscar en google alguna información que relacionara a tu abuelo con ella. Como Carmen Vulturi no encontré nada pero hallé un enlace que me llevaba a su padre, mi abuelo, Randall Thomas. Randall Thomas había sido durante muchos años Embajador de los Estados Unidos en España y allí conoció a Teresa, la madre de Carmen y de mi madre, es decirse…mi abuela. Una bonita historia de amor aireada en todos los periódicos españoles y americanos ya que mi abuela era una rica heredera y miembro por derecho propio de la alta sociedad española. Cuando Carmen tenía quince años y mi madre trece, ofrecieron a Randall un puesto en el gobierno de la nación y así toda la familia voló directa a Washington. Tiempo después Randall se vio envuelto en un escándalo político de dimensiones y consecuencias catastróficas. Las acusaciones iba desde corrupción política, malversación de fondos del Estado, pasando por tráfico de drogas y de…mujeres. Otro periódico sensacionalista publicó unas fotos muy comprometedoras de él teniendo sexo salvaje con una prostituta y momentos después golpeándola salvajemente, pero fue un redactor del periódico de tu abuelo, Cullen News que ya por aquel entonces tenía una tirada a nivel nacional, quien tras una investigación de meses perfectamente contrastada y sustentada, publicó, con el beneplácito de tu abuelo, la noticia que dejó al país helado. Ni que decir tiene que eso fue el fin de su carrera y su matrimonio. En el plano político le hicieron dimitir y en el plano personal Teresa se divorció y se marchó a España con sus hijas. El divorcio fue un circo mediático espectacular y Teresa ganó la demanda dejándole en la ruina. Poco tiempo después Randall fue encontrado en su domicilio muerto. La autopsia reveló que estaba hasta arriba de drogas y alcohol. De las dos hermanas, mi tía Carmen era la que siempre había estado más unida a su padre y la noticia la dejó con una depresión tan grande que tuvo que ser ingresada en un hospital psiquiátrico. Cuando salió ya recuperada se marchó de nuevo a América y sorprendió al mundo y a la familia con su matrimonio con Eleazar Denali, hijo de una nieta de Edward Cullen junior. La cosa me hizo sospechar y con mi habilidad de periodista confronté a mi madre. Después de mucho sudar, esta mañana por fin he conseguido que mi madre me contara el resto de la historia. Carmen por lo visto prometió vengarse y hacer que tu abuelo pagara por lo que se supone hizo. Y eso es lo que ha estado haciendo, o al menos intentando hacer desde entonces.

 

La primera parte de su plan era contactar con Rebeca, Rachel y Eleazar ya que conocía perfectamente toda la historia y la razón por la que Rebecca y Rachel sienten ese odio hacia la familia Cullen. Las convenció y manipuló para qué creyeran que junto a ella conseguirían por fin su venganza así como hacerse con su dinero. Cuando se casó con Eleazar aun no tenía un plan concretado, solo se limito a estar en la sombra a la espera de su oportunidad y desde su posición privilegiada obtenía una gran cantidad de información sobre los Cullen que esperaba le sirviera en el futuro.

 

Cuando se enteró de que los Cullen y los Vulturi podrían fusionarse mediante un matrimonio con su hija mayor empezó a forjar su plan. Lo primero era enterarse de todos los secretos e intimidades de las dos familias y para eso forzó a su marido a tener relaciones sexuales con Elizabeth Vulturi. Pero su verdadero objetivo era sacar a la luz ese romance una vez tu padre y Elizabeth se hubieran comprometido formalmente dando paso así al primer escándalo mediático. Cuando se enteró de que Carlisle era a Esme a quien amaba, el plan se le vino un poco al traste, el escándalo seguía estando servido si ella iba a los periódicos con la noticia de la relación, pero salpicaría a los Vulturi no a los Cullen y eso a ella no le interesaba…de momento, pero se quedó con la cantinela de que Elizabeth odiaba a Esme por haber sido la elegida de Carlisle y un nuevo plan empezó a fraguarse en su cabeza. Conminó a su marido a que dejase embarazada a tu tía al tiempo que concertaba una entrevista con ella para decirle que era conocedora de la relación que mantenía con su marido y que lo difundiría por todos lados a no ser que… y juntas urdieron el plan que dejaría a Esme fuera de juego y a ella con un hijo que serían su pasaporte para su matrimonio con Carlisle. Por supuesto parte del trato era que tu tía entregara en adopción al fruto de su relación con Eleazar para que fuera criado como un o una Denali hasta que llegara el momento de poner en marcha el plan. Al mismo tiempo ella aparentaría ser la madre biológica del hijo que Esme tuviera. He de añadir en este punto que vuestra tía Athenodora se prestó a ayudar a Elizabeth pero su participación en este asunto ha quedado ahí, no tengo constancia de que estén involucradas en nada más.

 

Ahora solo quedaba rezar para que los hijos que nacieran de una y otra hermana fuera de sexos diferentes y poder seguir con su plan, pero si resultaban ser dos varones o dos hembras eso no la detendría y pensaría en otra forma de venganza. Pero la suerte volvió a ponerse de su lado cuando Esme tuvo gemelos. Fue entonces cuando obligaron a Elizabeth a prometer que su hija Tanya se casaría contigo y que sería una Cullen. He de decir que desde el principio Elizabeth fue chantajeada con sacar a la luz no solo su relación con Eleazar, cosa que ahora sería un auténtico escándalo ya que era ella la que se iba a casar con Carlisle, sino también cierta información sobre un atropello con resultado de muerte que, por supuesto, la misma Carmen provocó. La primera parte del plan estaba en marcha. Una vez casados Tanya tenía la misión de ir metiéndote a ti y a tu familia de escándalo mediático en escándalo mediático y en un lío tras otro hasta dejaros totalmente arruinados tal como, según ella, tu abuelo hizo con su padre. Ella es el cerebro de todo esto, todos los demás son sus títeres. Simplemente está escondida en la sombra dando órdenes y rodeándose de gente que de un modo o de otro tiene algo contra tu familia.

 

—¿Es la responsable directa de los mensajes, los intentos de secuestro y el atentado contra nuestras vidas en el Lago? –le pregunté horrorizado por lo que estaba escuchando.

 

—Sí, es la responsable directa pero no la autora material, eso se lo deja a sus esbirros. Gente que como ya digo es especialmente contratada y buscada porque tiene algo que "arreglar" con tu familia, o gente como los secuestradores o los que contrató para el tiroteo que son simples criminales muy bien pagados. Rebecca y Rachel están la primeras de la lista, Rebecca no perdona que tu abuelo tratara a su hermano Carlisle con una actitud diferente a la suya por culpa de su matrimonio no permitiéndole ser una Cullen total y ha reflejado ese resentimiento en su hija Rachel y esta a su vez en Eleazar que, si me lo permitís, es un calzonazos de tomo y lomo

 

Pero tenéis frentes abiertos en varios sitios, los más peligrosos dentro de la redacción de vuestros periódicos tanto aquí como en Chicago. No sé si Esme te habrá hablado de Demetri y Gianna, dos supuestos amigos suyos. Por parte de Demetri esa amistad está confirmada y él es ajeno a todo esto, pero Gianna, Gianna siempre ha sentido celos de Esme y la ha odiado de una forma que no te puedes imaginar. Ha sabido reflejar esa animadversión por ella en sus hijos manipulándoles para que crean que su padre no los quiere porque son hijos de ella y no de Esme Cullen y, por supuesto, los ha convencido de que Demetri solo te quiere a ti y a Alice porque sois los hijos de su gran amor. Ese matrimonio tiene dos hijos, Gianna y James. Gianna es vuestra recepcionista pero es una total y absoluta impostora, no es quien dice ser, es una informática de primera y la autora de los mensajes que le han sido enviado a Bella desde el principio tanto a su móvil como a sus dos equipos el particular y el del trabajo. Ella fue la que hakeo tu cuenta de la universidad, averiguando tu clave para acceder. La dirección de correo fue muy fácil averiguarla ya que Gianna coincidió contigo en la universidad, puede que no te acuerdes porque nunca te fijarías en una mujer cómo Gianna, ella no se acerca ni con mucho a tu descripción de mujer perfecta y tampoco Victoria, redactora de vuestro periódico, y su amiga del alma, tan amiga que hasta incluso creo que son amantes. ¿Te acuerdas aquella vez en que le pediste a Irina que fingiera ser tu novia para quitarte de encima a una mujer?

 

—Sí pero se llamaba Vicky o algo así, un momento –dije haciendo clic en mi cabeza-, Vicky de Victoria.

 

—Exactamente. Fue muy fácil saber tu dirección de correo y luego años más tarde hakearla y debo decir que no les debió de costar mucho ya que eres muy obvio con las contraseñas. Apuesto a que el nombre de Bella figura en alguna de ellas en la actualidad –me dijo mirándome y en ese momento enrojecí ya que no solo estaba en algunas, estaba en todas. Yo por lo general era un animal de costumbres y ponía las mismas contraseñas a todo para no equivocarme.

 

—Vale ya tenemos la conexión española –le dije pensando en el disgusto que se iba a llevar Esme ya que verdaderamente consideraba a esa tal Gianna como su amiga –que hay de la conexión en chicago, ¿qué hay de Black?

 

—Black es un puto iluso que lo único que pretende es conseguir a Bella, él no es parte de la organización va por libre, de momento, no me extrañaría que Carmen al ver los problemas que habéis tenido con él lo reclutara. Yo que vosotros no lo perdería de vista y en cuanto a Chicago, te he dicho que Gianna tiene un hermano pequeño, James y creo que trabaja en tu periódico con un apellido falso igual que aquí Gianna. Y James no trabaja solo, se ha camelado a Mike Newton no me preguntes como ni que gana el tal Newton con ello. Jessica y Lauren son dos pobres…zorras que juegan a enamorarte y las tienen convencidas de que si hacen esto Bella y tú os separareis y elegirás a una de ellas. En cualquier caso, es James quien manda los mails desde Chicago ayudado por su hermana, pero desde un equipo que no se puede rastrear y desde algún sitio desconocido ya que está por decirlo así liberado. De los mensajes al móvil se encarga Gianna, ella sabe cómo hacer para que la policía no encuentre el aparato de procedencia.

 

—Algo más que añadir –le dijo mi Bella viendo como Gianna miraba incomoda en ese momento hacia el lugar donde estaban nuestros guardaespaldas.

 

—Sí, tenéis otro frente abierto del cual nada sospecháis. Vuestro propio…equipo de seguridad –nos dijo sin dejar de mirarles –ese tal Paul es…el hijo de Rachel, hermano de Eleazar.

 

—¿Qué? –pero si Eleazar no tiene hermanos. Mi padre nunca me habló de ninguno

 

—Eso es lo que os han hecho creer. Rachel y su marido lo repudiaron cuando este se metió en un lío de faldas tremendo, pero todo es apariencia, todo forma parte del plan. El supuesto lio fue un montaje muy bien urdido por Carmen. Paul es…un títere más que si hace lo que se le dice que tiene que hacer ganará no solo un montón de pasta sino el privilegio de volver a ser un miembro de la familia ya que él no sabe que todo es una trampa y cree a pies juntillas que es cierto que la familia lo ha repudiado. Es...un mujeriego y no dudó un segundo en pensar que el supuesto escándalo era cierto y que él no se enteró por estar hasta arriba de drogas de diseño.

 

—Y si tan mal te llevas con tu familia, ¿cómo sabes tanto y tienes tantos detalles?—preguntó mi Bella haciendo gala una vez mas de su perspicacia. Buena pregunta sí señor yo estaba cuestionándome lo mismo. Mi erección estuvo de acuerdo conmigo y mis pantalones casi estallan. Cullen por favor, no es el momento.

 

—Como ya os digo la historia del padre de Carmen es de dominio público, no tienes nada más que saber buscar. Como ya os he explicado, cuando me enteré de su pasado me fui a confrontar a mi madre que también guarda mucho rencor hacia tu familia no en vano ella también era hija de Randall Thomas, yo soy prima de Tanya ¿recuerdas?, mi madre tiene las mismas ansias de venganza pero ha estado siempre esperando a que Carmen, su hermana mayor, actuara. Cuando la confronté y no tuvo más remedio que admitirlo le hice creer que las ayudaría asegurándole que yo también odiaba a los Cullen de igual manera por haberme impedido conocer a mi abuelo. Mi madre al final se lo creyó y como ya digo esta mañana por fin me contó toda la historia. Supongo que Carmen le ha dado carta blanca al pensar que mis intenciones son...honestas. Supongo que me gané esa confianza porque cuando me quité el chip fui corriendo a confrontar a mi madre reprochándola el hecho de que no confiase en mí. En una actuación magistral le hice creer que mi familia es lo principal y que haría lo que fuese por ella. No tengo muy claro aun si me creen o no del todo, porque no sé si aquellos dos... me están vigilando o protegiéndome, los he descubierto mientras venía hacia aquí. También sabe que el teléfono que uso es...privado y que no puede hacer nada para intervenirle es...mi seguro de vida. Si no puedes con ellos, únete a ellos, dice el refrán. La única forma de que me crean es...diciendo una verdad...a medias

 

—¿Y qué papel juegas tu en este plan?

 

—Soy una antigua amiga de la universidad que viene dispuesta a reconquistar a su antiguo novio, obviamente quitándote a ti del camino. El efusivo abrazo de nuestro encuentro en Callao solo fue una puesta en escena.

 

—Pues como haya alguien vigilándote verá con sus propios ojos tu estrepitoso fracaso –dijo mi Bella levantando una ceja. Bien por ella sí señor me dijo mi erección.

 

—Por eso mi querida Bella cuando te levantes de aquí te aconsejo que me des un bofetón o en su defecto pidas otro helado y me lo tires a la cara. Yo les contaré que había quedado solo con Edd…esto Edward y tú te presentaste sin avisar.

 

—Seguimos sin fiarnos de ti –le dije acomodando como podía mis pantalones –solo te aviso de que esta grabación –dije señalando el bolso de Bella debajo del cual permanecía escondida la grabadora –será enviada inmediatamente a Chicago para que mi abuelo y nuestros abogados la presenten como prueba. Otra copia está destinada a la policía de aquí y una tercera a los compañeros del servicio secreto del hermano de Bella.

 

—Ya te dije que atestiguaría todo lo que he dicho donde fuera y ante quien fuera. Ya no es solo cuestión de venganza, es cuestión de hacer justicia. Puede que tu abuelo se extralimitara en el ejercicio de su poder publicando aquel artículo, pero era periodista y los periodistas nos debemos a la noticia y era un artículo serio y confrontado sobre las actividades tan poco éticas de mi abuelo quien es el culpable inicial y final de todo. Edward senior no tenía la culpa de lo que Randall hizo, solo informó porque era del interés general y por lo que tengo oído eso se publicó una vez puesto en conocimiento de las autoridades pertinentes, quienes no dejaron que eso saliera a la luz hasta que no hubo una investigación a fondo demostrándose que era verdad. Tu abuelo solo lo publicó cuando Randall ya sabía que eso saldría a la luz, cuando ya había sido expulsado del Gobierno, cuando ya mi abuela estaba a punto de dejarlo. Tu abuelo no tuvo la culpa de lo que el mío hacía y no podía controlar a la prensa amarillista. Pero Carmen y mi madre tienen una visión errónea del asunto y no quieren oír hablar del tema. Yo solo hago lo que pienso que es justo, ni tú, ni tu hermana, ni nadie de la familia y por supuesto, mucho menos Bella tienen que pagar por algo que pasó hace tanto tiempo.

 

Los años que pasé junto a vosotros en la universidad me hicieron apreciaros e incluso llegué a quereros, siempre envidie la bonita familia que formabais todos tan unidos, pero era una envidia sana. Créeme Edward no quiero haceros daño. Edward hasta que os enterasteis de mi engaño y me expulsasteis del grupo yo fui feliz formando parte de algo. Aunque era consciente de la animadversión de las chicas, lo veía normal dada mi…digamos forma de ser, por primera vez me sentí tratada como una persona, no como a un bicho raro que era despreciado por no ser maravillosa y perfecta. Y fui yo quien la cagué nadie más que yo, os engañé y ahora…con esto quiero ganarme vuestro perdón y devolveros parte de esa amistad que me disteis. Soy muy feliz con Carlos, tengo amigos unos buenos y otros no tan buenos pero nunca olvidaré a los primeros…a vosotros.

 

—Una pregunta más Chelsea –volvió a decir mi Bella –Tanya es una marioneta más o estaba enterada de todo el plan desde el principio.

 

—Esa es la misma pregunta que me hice yo, por eso fui a verla a la cárcel y sí, la respuesta a tu pregunta es sí, Tanya estaba enterada de todo. Siempre nos hizo creer que actuaba así porque creía a pies juntillas que Edward estaba enamorado de ella, pero no, solo era una farsa, una careta, ella sabe desde el principio cual era su papel en este juego y lo desempeñó a la perfección. Solo una cosa se la ocultó, la más importante creo, ella pensaba que es hija de Carmen. Pero a mí no me da pena chicos, tiene lo que se merece, lo que ella misma se ha buscado. Cuando fui a verla a la cárcel me confesó que con el paso del tiempo se había convertido en algo personal porque poco a poco se había ido enamorando de ti y que su objetivo solo era casarse y contarte la verdad, no tenía intención de seguir con el plan de su madre una vez te hubiera conseguido a ti pero se servía de ello para sus propósitos. Desde hacía ya un tiempo sus movimientos solo estaban dirigidos a que te fijases en ella y se sentía rechazada y dolida porque no lo hicieras y creyó morir en casa de Bella cuando esta le enseñó su sortija de compromiso ¡que conmovedor!, yo sé lo que es el amor, lo estoy experimentando con mi marido y si Carlos un día me dijese que no me ama, que se ha enamorado de otra y que esa otra es la mujer de su vida, no lo dudaría, le dejaría marchar, con el corazón roto pero lo dejaría, ese es mi concepto del amor. Desde mi punto de vista Tanya hubiera resultado más creíble si hubiera dejado de perseguirte en el momento en que expresaste tu amor por Bella, pero en vez de eso siguió insistiendo llegando incluso al punto del secuestro. Secuestro que, por supuesto, fue urdido por Carmen. Los hombres que os secuestraron fueron reclutados personalmente por ella, donde los buscó, no lo sé, solo sé que eran unos criminales muy perseguidos tanto por la policía de aquí como por la americana. Y lo mismo te digo de los que participaron en el tiroteo.

 

Cuando estuve en la cárcel, pude tener una visión de la Tanya no sofisticada, se la ve pálida y demacrada, pero para nada arrepentida. Decididamente fui, además de para lo obvio, a ver si conseguía sacar de mí algo de lastima, pero no, solo salí de allí odiándola más. Ella lo sabía, decía amarte y aun así siguió adelante. Sencillamente no lo entiendo.

 

—Sabes por primera vez en toda la velada estoy de tu parte. El amor es dar todo lo que tienes sin esperar recibir nada a cambio. Yo también dejaría marchar a Edward si él me demostrase que ama a otra mujer, con el corazón desecho pero lo haría. Dicen que si amas es mejor dejarlo ir cuando es obvio que ese ser amado no quiere permanecer a tu lado ya que eso solo trae infelicidad para ambos –Bella una vez más me dejó paralizado y gratamente sorprendido por sus palabras. Ella era así, buena, generosa, para nada egoísta, una mujer que merecía ser adorada y venerada besando cada centímetro de suelo que ella pisara. Por supuesto cierta parte de mi anatomía estuvo de acuerdo conmigo. A este paso iba a tener que salir corriendo a la tienda más cercana por unos pantalones de unas cuantas tallas más grandes.

 

—Lo ves Bella, no somos tan distintas y cuando esto pase espero contar con tu amistad, lo apreciaría mucho y Edward también espero recuperar la vuestra, la de todos.

 

—Eso ya se verá, dependerá de tu actitud. Pero de momento creo que no tenemos más que hablar, ya recibirás noticias cuando nuestros abogados se pongan en contacto contigo.

 

—De acuerdo, solo llevad cuidado. Por favor cuando vuestros abogados contacten conmigo que lo hagan a través del teléfono que os he dado y que lo hagan con precaución, no sé hasta qué punto ya me creen o estoy en peligro y…Bella…prefiero la bofetada, estos helados está muy buenos para desperdiciarlos así. Y por favor haz que sea creíble, me hare cargo del asunto.

 

—Yo te creo, Chelsea, no sé porque pero te creo, y si tengo razón solo te digo que tu también tengas cuidado. No sabes cuánto te agradezco que te arriesgues así –dijo mi Bella levantándose del asiento y propinándole a Chelsea una bofetada tan fuerte que esta perdió el equilibrio y cayó hacia atrás. Por la expresión de mi novia vi que se arrepintió al momento de haber sido tan…brutal, pero no había tiempo a contemplaciones, dos gorilas se acercaban corriendo hasta donde estábamos nosotros. Cogí por el brazo a Bella y salimos de allí cagando leches mientas nuestros propio equipo de seguridad nos seguía. Lo primero que hice fue pedir a los otros dos miembros de dicho equipo que retuvieran a Paul, el cual se dejó hacer totalmente sorprendido de que lo hubiéramos averiguado.

 

Nada más llegar a casa Emmett hizo las respectivas copias. Envié una transcripción de la grabación a mi abuelo y a Laurent, mientras Emmett hacia lo mismo con la policía española y con sus compañeros. Luego hablé personalmente con Esme quien se mostró sumamente compungida y dolida por la traición de la que ella consideraba una amiga. Yo había hablado con mi padre antes del tema y Carlisle me confirmó la existencia del hermano de Eleazar del cual supuestamente no se hablaba por haber avergonzado a la familia. En el momento de la llamada a mi madre, él estaba con Esme consolándola. Las palabras cariñosas y de consuelo que Esme recibió de mi padre hicieron que Bella y yo nos miráramos levantando una ceja. No sé porque me olía que estos dos dentro de poco nos darían una muy bien recibida noticia.

 

Mi abuelo Edward confirmó punto por punto la historia de Chelsea y añadió trozos de la historia que solo conocía él, como que Randall Thomas era un drogadicto que cuando estaba colocado se divertía apaleando a prostitutas hasta el punto de matarlas como en realidad pasó en dos ocasiones. Como comprenderás hijo no podía dejar que una persona así siguiera rigiendo nuestros destinos y menos en un cargo político tan importante. Pero hice las cosas bien, la prensa sensacionalista hizo el trabajo sucio, me dijo añadiendo que no se sentía culpable pero que lamentaba todo el daño que esto me había causado. Yo, naturalmente, le contesté que como periodista y como persona habría actuado de la misma manera. No se pueden consentir ciertas actitudes en una persona importante o no, y permanecer callado cuando tú tienes el poder de desenmascararlo. También me dijo que nunca relacionó a Carmen con la hija de Randall Thomas.

 

Ahora la balanza se inclinaba a nuestro favor, solo era cuestión de tiempo que todos los peones cayeran y nosotros pudiéramos dar… jaque a la Reina.


Quiero dar las grcias a todas las hermosas personas que semana tras semana leen esta locura que en un principio solo era un OS para presentar a un concurso. Os prometo que en cuanto tenga un poco del tiempo que ahora me falta, contestaré todos los mensajes que me dejais.

Y por supueto nunc me olvido de las lectoras silenciosas. Chicas se que estáis ahi, muchas gracias.

Capítulo 17: Un paseo por Europa sin salir de Madrid Capítulo 19: Retrospectivas

 


 


 
14439597 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios