Rose POV
Me desperté tarde, Emmet no estaba en la cama, era raro pero hacía días que tenía más sueño de lo normal, bueno a decir verdad ya me encontraba en el octavo mes y dos semanas aproximadamente, según mi ginecólogo podía nacer cuando quisiera.
En la almohada de mi osito había una nota y una bolsa con ropa.
“hoy tengo ganas de caperucita, porque no bajas y te encuentras con tu lobo feroz. Te espero no tardes, tu osito EC.”
Me encantaba el deseo sexual de mi esposo, lo amaba y a veces me preocupaba que tuviéramos que estar cuarenta días sin sexo, lo deseaba todo el tiempo y nos gustaba estar en cualquier lugar juntos, no nos importaba que nos vieran, lo hacía más excitante.
Me vestí lo más rápido posible, ya estaba tan deseosa de encontrar a mi lobo feroz que no aguantaba.
Bajé las escaleras despacio, porque le gustaba esconderse y ahí estaba, mi osito vestido de lobo feroz, con una tanguita peluda marrón, se veía súper sexy, pero algo no estaba bien, no me esperaba, estaba sentado en el sillón grande de la sala con las piernas sobre él, escribiendo mensajes en su celular y pasado unos segundos le llegaba uno, lo leía, se reía mucho, bajito y luego escribía otro. Empecé a arder pero de celos, quién le escribía y porque estaba tan contento, sobre la mesa había un regalo abierto pero no distinguía de qué se trataba.
Al acercarme me di cuenta que el regalo era una muñeca inflable, de esas que se compran en el sex-shop, distinguí que en la tarjeta decía “para tus días de soledad, espero Rose te la deje usar. Con cariño. Bella”.
Como no aguanté más después de unos tres o cuatro mensajes, hice ruido para que supiera que estaba allí.
-hola amor, ya estoy contigo- siguió mandando un mensaje y me dejó allí parada vestida de caperucita, no entendía que pasaba pero cuando le llegó un mensaje, me acerqué a él, le saqué el celular de las manos y leí “bella cuñadita”.
-Emmet quiero una explicación ya, de que se trata todo esto y porque me dejas por tu cuñada, nunca me habías puesto en segundo lugar.
-estoy eligiendo nombre para nuestra bebé.- lo dijo tan tranquilo y con carita tan tierna que no podía retarlo.
-pero… pero ¿no deberíamos elegirlo juntos?- me hacía gestos obscenos con la boca y se había acercado a tocarme y me desconcentró.- no te vas a… librar de una explicaciónnnnnn...Emmet.- me besaba los hombros que sabía me enloquecía.
-si lo explico luego, ahora quiero tenerte.- sonó otra vez el celular y el escribió algo rápido y dejó de sonar.- solo le expliqué que estoy ocupado.- me contó lo que hizo, debería ser que mi cara era de pregunta, pero me gustó que le dijera a Bella que estaba conmigo, soy su única mujer.
Cuando se dignaba a besarme muy tiernamente, sentí un dolor en mi vientre y agua correr por mis piernas, oh no rompí bolsa.
-Emmet va a nacer la bebé.
-que, ahora, no puede esperar que el papá se sacie de su mamá.
-Emmet no estoy bromeando, ya vamos al hospital, rompí bolsa.
-eh… ah… ¿que hago?- caminaba en tanga de lobo feroz por la sala de un lado a otro y recordé que yo estaba vestida de caperucita.
-bueno, tranquilo, lo primero ayúdame a cambiarme o los doctores van a tener pesadillas con caperucita y el lobo. Y si te ven tus hermanos así en el hospital no quiero saber las bromas que te van a hacer.
-si claro- sonrió, me tomó del brazo y me llevó a la habitación, elegimos ropa para ambos y ayudó a que me vistiera.- el traje de caperucita y el lobo lo guardo en este estante Rose, lo vamos a estrenar cuando se termine la cuarentena, te parece.
Solo asentí ya estaba muy nerviosa con la llegada de nuestra hija, la buscamos por mucho tiempo y ahora había llegado el momento.
-Rose, donde están las cosas de Noemí.
-de que hablas y quién es Noemí.
-es nuestra bebé, te gusta, me lo dijo Bella y no se me ocurrió ninguna broma con ese nombre.
-Noemí- lo dije para mi como sintiéndolo y me encantó. De verdad que estaban hablando con Bella de nombres y yo estaba celosa por los mensajes.- me encanta Emmet.- él sonrió y nos fuimos juntos al hospital, a recibir a nuestra tan ansiada hija.
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Emmet POV
Me levanté temprano, Rose estaba dormida y se veía de los más sensual enredada en las sábanas con esa pancita que me estaba volviendo loco.
Deseábamos a esa bebé con desesperación y el momento no llegaba más, aunque estaba preocupado por el sexo durante la cuarentena, sabía que podía aguantar por mi amor y nuestra hija.
Le dejé una nota en la almohada y el traje de caperucita, me puse el mío de lobo feroz, consistía en una tanguita de peluche marrón y un gorrito con las orejas y el hocico de lobo, de solo mirar lo que se pondría Rose ya estaba súper excitado, pero quería dejarla dormir un rato, lo merecía.
Baje a la sala para encontrarme con una caja de regalo de Bella, con una nota.
“para tus días de soledad, espero Rose te la deje usar. Con cariño. Bella”.
La abrí con cuidado no sabía que me había mandado mi cuñadita, últimamente se le había despertado un sentido del humor como el mío.
Para mi sorpresa era una muñeca inflable para saciar mi apetito sexual, era rubia como Rose, no pude evitar sonreír me dejaría Rose usar la muñeca, no, no estaba tan desesperado, bueno no por el momento.
Le mande un mensaje.
“Emmet”- Cuñadita recibí tu regalito, súper linda la rubia, pero me quedo con Rose y la bebé.
“Bella cuñadito”- de nada y avisa luego de pasar 30 y tantos días si la usas, jeje, todavía no tiene nombre mi sobri, que te parece Beatriz.
“Emmet”- Beatriz la lombriz, no me parece.
“Bella cuñadita”- jeje y Dahiana.
“Emmet”- no, Dahiana la iguana.
“Bella cuñadita”- con razón le cuesta encontrar nombre a Rose, y Ana.
“Emmet”- Ana la Rana, perdón es que se me ocurren, hoy es con animales jeje.
Rose hizo ruido para que supiera que ya había bajado, la miré de reojo y como esperaba estaba muy sexy, pero envié el mensaje que le escribí a Bella mientras le decía.
-hola amor, ya estoy contigo- se molestó pero me encantaba cuando estaba celosa, en eso me llega un mensaje, lo leí.
“Bella cuñadita”- que tal Noemí no se me ocurre nada y es re lindo.
Rose me sacó el celular, no me molestó sabía que era mi cuñada, “bella cuñadita” eso decía en mi visor, lo había cambiado el día anterior cuando me confirmó que ya no era virgen.
-Emmet quiero una explicación ya, de que se trata todo esto y porque me dejas por tu cuñada, nunca me habías puesto en segundo lugar.- y nunca lo haría, me excitaba verla celosa.
-estoy eligiendo nombre para nuestra bebé.- estaba tranquilo y la miré muy tierno sabía que no se resistiría.
-pero… pero ¿no deberíamos elegirlo juntos?- la empecé a excitar moviendo mi lengua como lo hacía en su intimidad y logré mi cometido cuando me acerqué a tocarla- no te vas a… librar de una explicaciónnnnnn...Emmet.- le besaba los hombros que sabía la enloquecía, podía llegar a tener un orgasmo solo con mis besos.
-si lo explico luego, ahora quiero tenerte.- sonó otra vez mi celular y contesté.- solo le expliqué que estoy ocupado.- le dije esto a Rose, no quería que se enojara con Bella, ella solo fue mi forma de ponerla celosa, la quería mucho pero como mi hermanita.
Cuando fui a besarla muy tiernamente en sus labios, ella se estremeció y tembló.
-Emmet va a nacer la bebé.- pensé que era broma, faltaba como dos semanas.
-que, ahora, no puede esperar que el papá se sacie de su mamá.
-Emmet no estoy bromeando, ya vamos al hospital, rompí bolsa.- me tensé por dios ya llegaba el momento.
-eh… ah… ¿que hago?- le preguntaba a Rose aunque éramos ambos primerizos esperaba que ella estuviera más al tanto que yo.
-bueno, tranquilo, lo primero ayúdame a cambiarme o los doctores van a tener pesadillas con caperucita y el lobo. Y si te ven tus hermanos así en el hospital no quiero saber las bromas que te van a hacer.-no me di cuenta que caminaba en tanga de lobo feroz por la sala de un lado a otro.
-si claro- sonreí, la tomé del brazo y fuimos a cambiarnos- el traje de caperucita y el lobo lo guardo en este estante Rose, lo vamos a estrenar cuando se termine la cuarentena, te parece.- solo asintió, se notaba que estaba muy nerviosa.
-Rose, donde están las cosas de Noemí.- con tanto nervio tenía que preguntar.
-de que hablas y quién es Noemí.- claro no le había dicho el nombre, estábamos muy ocupados.
-es nuestra bebé, te gusta, me lo dijo Bella y no se me ocurrió ninguna broma con ese nombre.
-Noemí- lo dijo bajito para ella- me encanta Emmet.- sonreí y llevé al hospital a mi mujer para el primer encuentro con nuestra hija.
En el camino al hospital como pude le escribí un mensaje a Bella porque era la que estaba hablando conmigo, no quería dejar de prestar atención a la carretera mientras cuidaba a mis amores.
“Emmet” -Nace Noemí, Rose rompió bolsa vamos al hospital, avisa por favor.
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Bella POV
Me despertó el celular que vibró en mi mesita, avisando que llegaba un mensaje, lo tomé sin moverme mucho porque Edward estaba pegado a mi cuerpo y no quería despertarlo.
“Grandulón”- Cuñadita recibí tu regalito, súper linda la rubia, pero me quedo con Rose y la bebé.
“Bella”- de nada y avisa luego de pasar 30 y tantos días si la usas, jeje, todavía no tiene nombre mi sobri, que te parece Beatriz.
“Grandulón”- Beatriz la lombriz, no me parece.- me tenté, pero ahogué mi risa porque Edward se movió apretando más su abraso.
“Bella”- jeje y Dahiana.
“Grandulón”- no, Dahiana la iguana.- en ésta si se me escapó una risa y continué enviando mensajes a mi cuñadito.
“Bella”- con razón le cuesta encontrar nombre a Rose, y Ana.
“Grandulón”- Ana la Rana, perdón es que se me ocurren, hoy es con animales jeje.- se me volvió a escapar una risita y sentí que Edward acariciaba mi abdomen y me daba un beso en el cuello, pero continué escribiendo el mensaje y lo envié.
“Bella”- que tal Noemí no se me ocurre nada y es re lindo.
-mi amor, deja ese celular y ven conmigo.- me dijo Edward en el oído, pero se notaba molesto y como queriendo ver quién era al teléfono, estaba celoso, que ¡lindo!.
Necesitaba hacerlo sufrir y ver cuan lejos llegarían sus celos, así que continué escribiendo otro mensaje y le dije – espera Edward, ya estoy contigo.
“Bella”- se despertó Edward, sexo en la mañana después hablamos. Los quiero.
“Grandulón”- también te quiero, queda Noemí, también ocupado. Besos a mi hermanito.
En eso Edward se incorporó y tomó mi celular en sus manos y empezó a leer.
Leyó “grandulón también te quiero.. “ y le tapé el visor del celular diciendo- Edward no, es personal, si quieres saber quién es me preguntas.
-claro que quiero saber quién es y ¡ya! pero por mis ojos, como te dice que te quiere, ¿quién se piensa que es?.
-¿que pasa amor no confías en mi?.- le sonreí pero él estaba serio.
-si, en ese no.- seguía intentando leer el mensaje completo y yo tratando de sacarle el celular.- porque no me dejas leer, ¿que escondes?.
-no te dejo porque es personal y no escondo nada, solo pregunta quién es.
-Bella suéltalo, quiero leerlo yo mismo.- él ya se encontraba tenso y no quise alargar más su pena.
-esta bien, te dejo solo si me prometes algo.
-¿que?, porque tengo que prometer algo.
-quiero saber que pasó ayer en el hospital y te dejo revisar todo el teléfono, si quieres te lo regalo.-se lo dije muy sarcástico.
-en el hospital…ayer…¿hablaste con Alice?.-no lo podía creer, si había pasado algo y Alice estaba al tanto, eso me pasa por tirar verde para recoger maduro.
-no- me separé de él, me senté, crucé mis brazos y si dejar de mirarlo a los ojos le dije- continúa y por favor no te guardes nada. Y Grandulón es tu hermano, estábamos eligiendo nombre para tu sobrina.- no me aguanté y se me cayó una lágrima por mi mejilla que enseguida sequé con mi mano buena.
-no mi amor, te juro que no pasó nada, de otro modo no hubiera podido estar contigo ayer en la noche, créeme.- intentó abrasarme pero yo le pedí con gestos que no.- no me rechaces, yo te amo y perdón por mis celos.
-lo se, sigue- la voz se me quebró y las lagrimas caían silenciosas por mis mejillas, con Jake lloré porque perdí a un amigo, pero con Edward, él era mi vida y no podría soportar un engaño.
-te amo y sabes que no te mentiría, solo no lo dije porque no me pareció importante. Ayer cuando Emmet me envió el mensaje avisando que estabas con él, una mujer que no tengo idea como se llama, pero que conocía, me raptó por un momento, no te puedo mentir, me besó y estuvimos forcejeando un rato.
-te tocó- necesitaba preguntar, por algo él en el ecógrafo estuvo alejado y en casa hasta que se bañó, se sentía culpable.
-si, pero te juro que no reaccioné ante sus manos, no se que me pasa pero tu me vuelves loco y no quiero estar con otra mujer, ella lo entendió y me deseó lo mejor contigo, solo fue eso, es la verdad Bella, no te mentiría.- sabía que decía la verdad por su expresión y se notaba muy preocupado.
-¿porque dijiste que Alice lo sabía?.
-nos encontramos en el hall y me preguntaron por ti, no le puedo mentir a Alice y me dijo que luego le tendría que contar, fue la que se dio cuenta que tenía labial en mi cuello y por eso estuve lejos de ti hasta que llegamos a casa. Pensé que no te habías dado cuenta.
-en realidad me pareció, pero no estaba segura, tu lo confirmaste cuando dijiste si hable con Alice.
- yo y mi bocota. Mi amor en estos dos años he tenido muchas mujeres y …
-¿cuantas?- no se porque, pero pregunté
-no se, creo que alrededor de 100, 200 y no lo digo por alardear, no tenía compromisos.- y tenía que contestar, por dios ¿por qué tantas?, ¿llevaba la cuenta?, dos años con 365 días completos cada uno, habrá repetido.
-Edward eres un burdel andante.- me dio cosa, tantas mujeres tocándolo.
-amor pude haber tenido sexo con muchas mujeres pero te aseguro que he hecho el amor solo contigo. –acercó sus manos y me acarició la cara, lo dejé necesitaba sus caricias, su rose en mi piel, le creía por cómo me lo dijo.- ellas solo fueron un rato en mi cama, porque me sentía traicionado y quería venganza, pero a ti, desde que nos casamos te soy fiel, te quiero por el resto de mis días, no quería decirte esto así, pero arreglé todo con tus padres y nos casamos por iglesia a principios de diciembre.- lo decía con una sonrisa en los labios pero no podía perdonarlo tan rápido.
-¿que?, tu arreglaste… sin preguntar…y piensas que con esa confesión te voy a perdonar.- se dibujó en sus labios esa sonrisa torcida que me encantaba, me tomó por sorpresa agarrándome de las piernas y dejándome acostada, sin darme tiempo a reaccionar se colocó sobre mi, no podía moverme, aún estábamos desnudos por la noche anterior, por lo que mi respiración se agitó ante su contacto y él lo notó, no me gustaba que ejerciera tanto poder sobre mí en esta situación, quería perdonarlo pero lo haría sufrir un poco.
-mi amor, mi vida, mi todo, te necesito, no quiero que estés enojada conmigo, todo lo pasado quedó atrás cuando me casé contigo y ahora necesito hacerte mía de todas las formas humanamente posibles, para que no puedas separarte nunca de mi.
-Edward…- no me dejó hablar, comenzó a besarme e impedía que me moviera.
-no vas a salir de esta habitación, ni de esta cama, te voy a besar y hacerte EL AMOR hasta que me perdones, no pienso dejarte ir antes que digas te creo Edward y quiero perdonarte.- con esas palabras comenzó la tortura lenta por toda mi piel, no quería decir palabra porque sino me entregaría totalmente a él y perdería el control, lo amaba y lo perdonaría sin más, después de todo dijo que no hizo nada y le creía.
Encontró un lugar mientras recorría mi cuerpo con sus besos, que me hizo cosquillas, eran mi debilidad y se dio cuenta.- tuve suerte, ahora perdóname.- en su rostro se dibujaba la victoria, sabía que me rendiría totalmente a él.
-no… no… Ed..w… no, por fav..orrr para…me rindoooooo- así que cuando no aguanté más le dije.
-te amo Edward y no puedo vivir sin ti.- el paró de besarme y me miró a los ojos, me había dicho que quería casarse pero no pensé que tan pronto. Papá ya estaba en su casa en Seattle, cerca del hospital, sabían todo y no me contaron.
-repítelo por favor, dilo otra vez.-sus ojos brillaban, me presionaba contra el colchón y sentía su excitación, abrí mis piernas envolviéndolo.
-no puedo vivir sin ti.- me humedecí y ya lo quería en mi.
-no, eso no, es la primera vez que me dices te amo, lo quiero escuchar de nuevo por favor.
- te amo y sabes que lo siento aquí, en mi corazón.- se lo había demostrado todos los días estando junto a él.
-lo se, pero no lo había escuchado y me encanta, yo también te amo.
-te amo, te amo, te amo…-me penetró sin previo aviso y se lo agradecí, sonó mi celular.
-que Emmet espere.- no dejó de moverse dentro de mí, estaba feliz, ambos lo estábamos, él rechazó a una mujer por mí y me encantó que ella lo entendiera, porque no quería estar toda la vida rompiéndome la mano con las conquistas de Edward de soltero. Bueno quién iba a querer dejarlo con lo hombre que es, yo no.
Disfruté de Edward amándolo como nunca, yo era suya en cuerpo y alma y no sabía que podría pasarme si él me dejara. Nos bañamos, nos amamos en la ducha y cuando estábamos a punto de vestirnos, me acordé del mensaje de Emmet y lo leí.
“Grandulón” -Nace Noemí, Rose rompió bolsa vamos al hospital, avisa por favor.
-Edward, Noemí, vamos ayúdame con la ropa, ya.- él me miraba extrañado y yo estaba como loca- Noemí, Edward apúrate, ya ya ya.
-Bella amor, tranquila, explícame, ¿quién es Noemí?, ¿A dónde vamos?.- él estaba tan tranquilo y habíamos dejado pasar más de una hora y ¿si ya nació?.
-¿y si ya nació?, es mi culpa, nadie fue y están solos.
Edward tomó la caja de calmantes y comenzó a leer, pensaba que me había drogado.
-deben de ser muy fuertes, y yo pensé que la idea del strip-tease era de Emmet.
-Edward vamos al hospital, va a nacer o ya nació tu sobrina Noemí, la hija de Rose y Emmet.- por fin me salió una explicación cuerda.
-Bella porque no me dijiste, vamos, ya.-tiró la caja de calmante a la cama y comenzó a vestirse.
-no es mi culpa “que Emmet espere”- quise imitar su voz pero no me salió ni parecido.
-lo se, mi amor es que eres irresistible, no puedo vivir sin ti y con tu cuerpo cerca, me excito y no me sucede con otras mujeres, solo contigo.- se acercaba nuevamente, como hipnotizado mirándome.
-Edward- se rió muy fuerte y continúo vistiéndose y tomando ropa para ayudarme a vestir también.
Después salimos para el hospital, llamé a cada uno de los Cullen para avisar y llegamos en patota, todos juntos, cuando entramos a maternidad, estaba Emmet con una carita de felicidad y tonto mezclados hermosa, si era la palabra que utilizaban mucho en su familia, que ahora era mi familia también, hermosa o hermoso.
Noemí ya había nacido, Rose se encontraba muy bien y tuvimos que decir que estábamos ocupados, por lo que no avisamos antes.
Se molestaron un poco y nos hicieron algunas bromas, pero la nueva integrante de la familia hizo que todo se nos olvidara, no todo, por el tiempo que estuvimos en el hospital, no solté a mi esposo, por la dudas.
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Hola a todos estoy otra vez, gracias por sus votos y comentarios son lo que me alienta a seguir.
Como se habrán dado cuenta no hay mucha pelea por lo que pasó en el hospital, lo complicado llega en uno o dos capítulos y ya van a ver de que se trata, porque después de todo no solo hay caminos de rosas sin espinas, espero realmente les guste así lo termino rápido porque ya tengo otras ideas rondando en mi cabeza.
Saludos. Y voten para subir más rápido. GRACIAS.
ec07.
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