CASAMIENTO POR INTERES (+18) POPULAR

Autor: ec07
Género: Romance
Fecha Creación: 25/02/2011
Fecha Actualización: 28/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 116
Comentarios: 204
Visitas: 393073
Capítulos: 22

FIC GANADOR  MAS POPULAR EN EL MES DE NOV/2012 

MIRA LA ENTREVISTA A LA ESCRITORA Aqui

 

Edward Cullen es un multimillonario desilusionado del amor debido a un engaño. El se ve obligado a buscar una esposa para realizar un millonario negocio.

Isabella Swan es una chica muy humilde que debido a circunstancias adversas encuentra la solución al contraer matrimonio, se casa con Edward Cullen, este le paga mucho dinero para que sea su esposa. ¿Que pasará cuando se conozcan?, ¿escucharán sus historias? Edward creerá en Bella o pensará que su historia es una treta para dar lástima y quedarse con su dinero o se enamorarán a primera vista.


La historia es por mi cuenta y los personajes corresponden a Stephanie Meyer.

 

Dejo los enlaces de mis otros fics por si quieren pasar a leer.

CASAMIENTO POR INTERES (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1776

MI ANGEL DESNUDO One Shoot (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1946

NO PIENSO HACERTE MUJER (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2228

MENTIRAS, ENGAÑOS Y UN AMOR (En proceso) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2451

LIZZIE, EL ESPEJO DE TUS FANTASÍAS (En proceso) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2493

YO SOLO QUERÍA UNA TAZA DE AZÚCAR One Shoot (Finalizado) http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2775

LADRÓN DE ALCOBAS (+18) One Shoot (Finalizado) http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3734

QUERIDO SANTA… (+18) One Shoot (Ganador concurso Nav.13) http://lunanuevameyer.com/salacullen?id_relato=4084

 

Por favor no publicar en otros sitios sin autorización.

Gracias. Erika./ec07.

 

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Capítulo 12: La primera Noche

Bella POV

 

Después de pasar una larguísima tarde con Alice, me encontraba frente al espejo del baño de mi habitación y no podía creer que después de unas cremas en el pelo para que quedara ondeado y unos pocos toques de maquillaje, la chica que se encontraba en el reflejo del espejo era bonita.

 

Tenía un pantalón negro de vestir con un strapless azul piedra, con dibujos bordados en negro, me estilizaba la figura y era súper cómodo y a la vez elegante, Alice había elegido un tapado negro de paño para combinarlo y zapatos altos negros, por el frío que hacía afuera, eso me ponía al tanto de que la sorpresa no se iba a realizar en la casa.

 

Estaba pensando en toda la información que me dio Alice, todo lo ocurrido antes y después de que ingresara en la vida de Edward, no fue muy difícil armar una historia creíble para nuestro matrimonio y lo más importante me dijo que él me amaba, compartíamos la misma desilusión pero éramos de diferentes, muy diferentes mundos, podría caber la posibilidad de ser feliz junto a él.

 

Mientras me encontraba en mis pensamientos, sonó el celular, pensé que era mamá pero era un mensaje de texto.

 

“Edward personal” – te espero al final de las escaleras para una noche inolvidable.

 

Respiré hondo y me dirigí a esa noche inolvidable, me sentía la cenicienta en busca de su príncipe azul y esperaba que obtuviera mi final feliz.

 

**********************************

 

Edward POV

 

Después de mi merecida ducha de agua fría luego del almuerzo, estuve arreglando la cena con mi esposa.

 

Reservé un apartado en mi restaurante favorito y hablé con Sue para que arreglara la habitación de Bella con flores.

 

Recibí una llamada de mis padres que llegarían en la tarde de mañana, me avisaron se quedarían en casa, tenía mi escusa perfecta para dormir con Bella, mis padres me explicaron que hablaron con Jasper quién les dijo que estarían ocupados todo el fin de semana, por una sorpresa que tenía preparada para Alice y que Emmet se dignó a contestar, solo diciendo que estaba ocupado por un largo tiempo, “cuarentena” es lo único que decía.

 

Me reí de las ocurrencias de mi hermano y de Bella, que logró que él no la molestara.

 

Mandé unos mensajes a Alice y ella me confirmó que Bella me quería y con eso se acabó todo lo relacionado con mis dudas, ya dejaría de lado el bendito contrato y me dedicaría a conquistar a la mujer que me tiene loco como nunca nadie y si que he tenido muchas mujeres.

 

A la hora de cenar Alice bajó del cuarto donde se encontraba Bella y me dio una caja envuelta para regalo.

 

-es para Bella hermanito

 

- si y ¿que es?, por si pregunta- le sonreí

 

-es un juego de gargantilla y pendientes haciendo juego, que te sumé a todo lo gastado en la tarde de hoy, es el que elegiste hace un mes aproximadamente, lo recuerdas.

 

-gracias, supongo, lo recuerdo es el diamante en forma de corazón- ella asintió- sabes que puedes hacer el débito de la cuenta para gastos, de todos modos ya es tuya, la usas más que yo.

 

-jaja- me sacó la lengua, se acercó me dio un beso- suerte y no lo arruines esta vez, ella se merece que la agasajen, tuvo muchos sacrificios en su vida y es momento que actúes como su hada madrina, te quiero “ogrito” y no te preocupes se que Jasper tiene una sorpresa para mi, así que tú, no nos molestes a nosotros.

 

-como lo sa… bueno suerte y gracias.- pobre Jasper siempre que quería darle una sorpresa, ella estaba al tanto, no se como lo hacía, parecía que leyera la mente o viera el futuro.

 

-las gracias dáselas a tu cuenta bancaria jaja.- hacía años que había creado una cuenta solo para que ella gastara en ropa para mi, no le gustaba gastar de mi dinero en ella, pero le gustaba comprar y yo no tenía tiempo así que se lo agradecía y a su buen gusto también.

 

Se fue dando saltitos como siempre, no se como obtenía tantas energías, yo estaba cansado solo de pensar cuanta ropa se habrá probado Bella.

 

Dejé pasar unos minutos y le mandé un mensaje, ella no se hizo esperar, supongo que también estaba ansiosa como yo.

 

Cuando la vi, no puedo describir lo que sentí, ella me hacía volar, si definitivamente esa era la sensación. La miré a los ojos mientras bajaba las escaleras, cuando llegó a mi lado le tendí la caja y solo pude decirle.

 

-estás hermosa.- ella se sonrojó y me perdí en sus labios, pero debía controlarme y darle su tiempo a aceptarme, desesperado o por la fuerza no lograría nada.

 

-gracias, ¿es para mi?- la miraba como hipnotizado y no le hablaba.

 

-estás hermosa.- deja de comportarte así o saldrá corriendo cuando le des la oportunidad.

 

-gracias pero no respondiste a mi pregunta.- se sonrió es tan hermosa.

 

-esto eh si- me di cuenta que no lo había soltado, se lo di y ella mientras hablaba lo abría.

 

-gracias nuevamente, fue Alice ¿no?- tan perceptiva.

 

-si- no podía apartar mi mirada.

 

-tu dejas que ella haga todo.

 

-hace mucho que me rendí, me limito a no contradecirla y además ella tiene un muy buen instinto y me ayuda siempre, la quiero mucho.

 

- se nota y ella a ti también, no sabes todo lo que me preguntó esta tarde, no solo me torturó con probarme como 1000 prendas sino que hizo lo mismo con las preguntas y desapareció mi maleta- esto último lo dijo en tono más bajo, mirando toda la habitación.

 

-perdón.- no podía decirle que yo mandé a averiguar si ella sentía algo por mí, aunque lo de la maleta fue obra de Alice.

 

-no te preocupes, realmente me cae bien y somos amigas a pesar de que nos conocimos hoy. Edward es hermoso, no debiste o bueno no debió, no puedo aceptar un regalo así.

 

-no puedes negarte, eres mi esposa y es perfecto para el atuendo que tienes hoy, este lo elegí yo, mañana puedes elegir otro de tu agrado.- casi se me escapa “estas hermosa”, pensaría que necesito un psiquiátrico.

 

-no voy a permitir que compres otro, este me encanta, cuando lo usaría además no estoy acostumbrada y por favor no me digas que es costoso, tendría miedo de perderlo o que me lo roben.

 

-si es costoso, pero no te preocupes todo está asegurado y si se pierde o roban salimos ganando y podremos comprarte dos como este.-sonreí solo para tranquilizarla.

 

-no lo se Edward es demasiado.- lo decía tocándolos con la yema de los dedos y había un brillo en su mirada, nunca tuvo uno así y yo podía dárselo.

 

- permíteme- tome la caja saqué la gargantilla y se la coloqué, el rose de su piel me desconcentró, nuevamente la corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, ella se estremeció ante mi contacto y yo temblé, demorando un poco más de lo debido.

 

Dejé que ella se colocara los pendientes y la ayude con el abrigo, si definitivamente me estaba volviendo todo un caballero, el Edward de antes solo la llevaría a la cama y después vístete si puedes.

 

Fuimos en mi auto hasta el restaurante donde hacía ya dos meses les había avisado a mis hermanos que me había casado.

 

En la entrada me recibió un chico que se llevó mi auto al estacionamiento, tomé del brazo a mi esposa, ella se sonrojó y sonreí, el maître nos dirigió al salón donde se encontraban los apartados.

 

En el camino una voz sensual me detuvo, la conocía demasiado, había estado con ella en unas cuantas noches apasionadas y a decir verdad era toda una diosa en la cama, pero esos días como play boy habían terminado, ahora solo soñaba con tener a Bella en mis brazos y no solo por una noche.

 

-Edward hacía mas de dos meses que no te dignabas a venir, me tenías olvidada.- lo dijo dirigiéndose solo a mi e ignorando a Bella, eso me tensó ella se enojaría por mi pasado, bueno Irina mencionó el tiempo que no me veía un punto a mi favor.

 

-Irina como estás, no te enojes por mi abandono tengo un muy buen motivo.

 

-eso espero Edward porque estoy muy ansiosa de revivir viejos tiempos.- ahora si que estaba en problemas, Bella se dio cuenta que yo estaba tenso pero no se alejó de mi, la necesitaba a mi lado.

 

-disculpa que te decepcione Irina pero los viejos tiempos quedaron atrás, de ahora en adelante el motivo de que esté alejado es ella- señalé a Bella y la atraje por la cintura más a mi cuerpo, ella se estremeció ante el contacto- Irina te presento a Isabella Cullen mi esposa.- la cara de Irina fue un poema, realmente ella pensaba que lo nuestro fue más que buen sexo.

 

- encantada- le dijo Bella y le tendió la mano.

 

- lo mismo- le dio la mano pero no muy convencida, la estudiaba de pies a cabeza- bueno, espero disfruten la noche, los felicito- se acercó un poco más a mi oído y me dijo- si te arrepientes o te aburres sabes donde encontrarme, siempre estaré disponible para ti.- se retiró haciendo uso de sus atributos, o mejor dicho meneándolos por demás.

 

Iba a decirle algo a Bella, le debía una disculpa no sabía exactamente qué decir, pero ella siempre me sorprendía y me dijo- sin comentarios, nadie va a arruinar mi noche inolvidable, esa que me prometiste.- me sonreí y la dirigí a la mesa, sosteniéndola lo mas cerca posible, aspirando el aroma que desprendía su piel.

 

Me senté a su lado no en frente, para poder tocarla si se daba la oportunidad, Dimitri que era nuestro mozo nos dio el menú y le pedí trajera champagne debía celebrar.

 

Bella me dijo que no bebía alcohol pero que brindaría conmigo, porque este día era especial, lo diría por mi compañía, claro, que otra cosa puede ser.

 

Miró el servicio, estaba muy bonito arreglado, tenía todos los cubiertos, copas, un arreglo de rosas rojas en el centro, una servilleta en forma de abanico en el plato y me di cuenta que ella lloraba.

 

La tomé de la barbilla para verla directo a los ojos y no pude evitar preguntar, si todos los detalles estaban perfectos, porqué lloraba.

 

-mi amor que pasa- le seque una lágrima con el dedo pulgar- dime por favor que pasa, que hice mal, por favor no llores.- se me partía el alma de verla así y no me importó decirle mi amor, ella lo era.

 

-perdón es…- respiró hondo- mi hermano, el siempre hacia esto para mi cumpleaños- lo dijo señalando la mesa- aparecía con una sonrisa vestido de mozo y decía “hermosa como siempre, te quiero” esa era su forma de decir feliz cumpleaños.- las mismas palabras que le dijo antes de morir.

 

-y ¿por que lloras?, es un recuerdo bonito.

 

-cada vez que hablo de mi hermano o lo recuerdo lloro es inevitable. Mi hermano trabajaba en un restaurante en Seattle, el primer sueldo lo gastó en platos, cubierto y copas para poder arreglar una mesa, le fascinaba todo lo relacionado al servicio y nos agasajaba en fechas especiales, siempre decía que llegaría a tener su restaurante y que a pesar de todo arreglaría el mismo las mesas, era su pasión.

 

- te gustaría que estuviera aquí- asintió- te entiendo a mi me gustaría que mi abuela estuviera presente en tantas ocasiones y pienso soy un egoísta porque mi abuela vivió y debería dejarla ir, pero tu hermano que era una persona tan joven y que tenia una vida por delante, parece injusto.

 

-sabes hay que acordarse de los buenos momentos y pensar que están bien.

 

-Bella te puedo pedir algo- ella asintió y tomé sus manos con las mías- se que pagué por este matrimonio, pero me gustaría que lo dejáramos atrás, no estoy tratando de conquistarte por el dinero que pague, que ni siquiera se cuanto fue y no me interesa, quiero conocerte y quiero que me conozcas, necesito que nos demos una oportunidad, te aseguro que no te vas a arrepentir. Me gustaría darte tantas cosas.- lo pensó y luego contestó como siempre sorprendiéndome.

 

-bueno siempre y cuando el postre sea helado, no me importa que haga frío.- sonreímos, ya estaba de buen humor y había dejado de llorar, lo más importante el helado me bajaría la temperatura, deseaba a esta mujer con toda mi alma.

 

Pasamos la noche entre bromas, cuentos de nuestra vida y disfruté como nunca la compañía de una mujer sin tener sexo, antes pensaba que era imposible, pero Bella era la excepción a la regla, única.

 

Llegamos a casa como a las once de la noche, ella estaría cansada así que la ayude con el abrigo y la acompañe a su habitación, debía enloquecerla un poco, porque ella ya me tenía loco.

 

En su puerta la saludé dándole un beso, ella pensó que la besaría en la boca porque cerró sus ojos y los abrió decepcionada cuando sintió mis labios en su mejilla, pero debía hacerlo por mi bien.

 

-que descanses.- le dije en un tono de lo más natural posible.

 

-también tu.

 

Cerró la puerta, conté, uno, dos, tres, cuatro, cinco… diez, golpeé, ella abrió enseguida, como pensé estaba parada del otro lado de la puerta esperando que volviera. La tomé de la cintura con una mano, con la otra su nuca y la atraje hacia mí, besándola en los labios pero sin profundizar, porque no contaba con mucha fuerza de voluntad en ese momento. Antes de soltarla aspiré su aroma y me fui sin decir palabra.

 

Luego de un rato ella cerró la puerta había quedado paralizada, no se lo esperaba, le habrá gustado. Tenía todo preparado y no debía volver en este momento, quería pasar todas las noches con ella, no solo un rato.

 

Después de una ducha de agua fría, que se estaban volviendo un habito, pasé por la puerta de la habitación de Bella y la escuche hablar por teléfono, inmediatamente me tensé y cuando iba a abrir la puerta para preguntarle quién a esta hora la estaba llamando, escuche como le decía “gracias mamá”, menos mal que no llegué a entrar, ¿quién pensabas que era Edward, Jacob Black?, eso te pasa por escuchar detrás de las puertas, le das un teléfono para estar comunicada con sus padres y no quieres que lo use.

 

Me dirigí a la cocina, esto de estar casado me estaba trastornando, como podía ser capaz de entrar a su habitación y hacerle una escena.

 

Hablé con Sue y le pedí arreglara la habitación de huéspedes para mis padres que llegarían mañana.

 

-y tu donde vas a dormir.- me sonreí, no era que hubiera solo una habitación, pero se dio cuenta a donde pensaba ir- no pregunto, tampoco voy a rezongarte por estar en la cocina pasadas las doce de la noche, tu sabrás como vas a trabajar mañana- no pensaba ir a trabajar, debería en la mañana enviarle un mensaje a Jane.

 

-gracias Sue te quiero- la abrase y le di un beso.

 

-¿Quién eres tú y donde está Edward? Ese malhumorado que surgió hace dos años.- tenía razón hacía mucho tiempo que no demostraba que la quería y ahora salía tan natural.

 

-soy yo, el mismo.- lo dije dándole otro beso en la frente y sonriendo.

 

-si, si, si tú lo dices, ve a dormir, o bueno lo que vayan hacer esta noche, y no cambies, me encanta este Edward, el de antes de Tania, o bueno el Edward de Bella- se fue sonriendo a su habitación, sonó tan lindo “Edward de Bella”.

 

No sabía que Sue se había dado cuenta, después de Tania me volví un ogro, como me llamaba Alice y ahora era yo nuevamente y todo gracias a Bella.

 

Levanté mi ropa de la habitación de huéspedes y me dirigí a la de ella, golpeé y esperé que me dejara pasar.

 

****************************************

 

Bella POV

 

Edward me llevó a un restaurante muy elegante que me hizo recordar a mi hermano en mis cumpleaños.

 

Pasamos la noche mas hermosa que había tenido en años, casi la arruina una rubia espectacular llamada Irina, pero decidí no enojarme con él, ya que me presentó como su esposa y le dejó en claro que los viejos tiempos eran viejos valga la redundancia.

 

No me fue bien en la despedida, ya que no pude poner en marcha las enseñanzas de Alice y Edward terminó en la habitación de huéspedes en vez de la mía. Lo que si logré fue el primer beso de casada, fue maravilloso pero con gusto a poco, si no hubiera estado paralizada, lo hubiera incitado a más, pero con él tan cerca nunca sabía que reacción iba a tener.

 

Me resigné, duche, lavé mis dientes y al salir de la habitación en bata, sonó mi celular, pensé que era Edward pidiendo permiso para dormir conmigo jaja, pero era mamá, me tensé podía pasarle algo a papá.

 

-dime que está todo bien, por favor habla.

 

-¡feliz cumpleaños!- lo dijo papá y mamá a coro.

 

-gracias mamá… papá.-mientras daba las gracias a mis padres me pareció que alguien giraba el pomo de la puerta pero nadie abrió, era mi imaginación.

 

-¿somos los primeros en saludarte?, como te fue esta noche y el comienzo de tus 21 años.

 

-súper bien mamá y si son los primeros son las doce y uno, como hicieron para llamar, acaso te amigaste con la tecnología.

 

- Edward le puso a tu padre un enfermero personal y como es joven le pedí llamara él y además estás en alta voz, tu padre te escucha.

 

-papá perdón por no estar ahí, te extraño un montón, cuando termine algunos pendientes le pido a Edward que me lleve y de paso lo conoces.

 

-yo también te extraño y déjame decirte que no estoy muy de acuerdo con tu casamiento, podrías haber esperado a que estuviera bien, esto suena a dinero involucrado y no quiero eso para ti.

 

-no, no, no papá, me casé porque lo amo y sabes que no quiero que me ayuden con el dinero, pero luego de casada no pude negarme, lo hizo sin consultar solo para verme feliz y sabes ¡soy feliz!- debía convencerlo, después de todo Edward era “mi Ed” como decía Tania o quería que lo fuera.

 

- esta bien no voy a discutir hoy que es tu cumpleaños, cuando lo vea frente a frente voy a hablar con este muchacho- si le contaba esto a Edward no querría ir porque mi padre se volvía todo un policía cuando interrogaba a alguien, es porque es policía Bella y si lo deja todo un día en la cárcel, a Jacob se lo hizo solo porque nos vio besándonos.

 

Hablé con ellos y les conté de la cena, el servicio que me emocionó y lo que me regaló en mi cumpleaños, el collar y los pendientes, no iba a decirle que Edward no sabía.

 

Mientras hablaba busque mi camisón y solo encontré uno de encaje azul transparente que llegaba hasta la mitad de mis muslos, era como estar desnuda, hasta la tanguita era igual, tenía una nota de Alice “úsalo esta noche, no te vas a arrepentir, suerte”, Alice no sabía que no había logrado que él se quedara conmigo, pero no tenía otra cosa así que sin mirarme al espejo me lo puse y luego de cortar la llamada con mis padres me acosté.

 

Cuando estaba por conciliar el sueño, escuche como golpeaban a la puerta.

 

-adelante- me incorporé en la cama y encendí la luz de la mesita.

 

-permiso- era Edward, llevaba su ropa doblada en las manos y traía puesto solo el pantalón del pijama permitiendo ver todo su torso desnudo, no entendía que hacía ahí pero ¡gracias Dios!.- avisaron mis padres que vienen a quedarse en casa y no se a que hora llegan, ¿puedo quedarme?, mis papás no…- lo interrumpí.

 

-si, ya sé ellos no saben igual que el mío, pasa es tu cuarto- le abrí la cama del otro lado, me acordé de Alice, sonreí y se me ocurrió ir al baño, a lo mejor si me veía así vestida o casi vestida no tendría que seducirlo, ya que no tenía ni idea como hacerlo.

 

El no se dio cuenta ya que se volteó a arreglar su ropa junto a la mía y me pregunto si me molestaba que pusiera música, al parecer le gustaba dormir escuchando Debussy.

 

-¿es Claro de Luna?- lo dije desde el baño, donde me lave los dientes nuevamente.

 

-si, ¿te gusta?- no era que tuviera el cd pero lo escuchaba cuando me quedaba a dormir en lo de Ángela.

 

-si lo escuchaba con mi amiga Ángela en su casa- respiré hondo dos veces, salí del baño justo en el momento que él se da la vuelta y nuestras miradas se encontraron, se paralizó, por la ropa que llevaba ya que no dejaba nada a la imaginación, Alice tenía razón no me iba a arrepentir, lo amaba, era mi esposo y quería entregarme a él.

 

Sentí la sangre viajar por mis mejillas en el momento que él me recorrió con su mirada, mordí mi labio inferior, no se de donde saque fuerzas pero caminé directo a él y lo besé, entrelazando mis manos en sus cabellos.

 

Correspondió mi beso de forma desesperada, ambos estábamos así, lo profundizamos en una lucha de lenguas interminable, su sabor era embriagador, rompimos el beso con una sonrisa, mantuvimos las frentes juntas, nuestras respiraciones eran agitadas y comenzamos el viaje de nuestras manos por el cuerpo del otro, explorándonos, sintiéndonos, necesitándonos.

 

Me levanto como un novio lleva a través del umbral a la novia la noche de bodas y me colocó sobre la cama muy suavemente, poniéndose encima de mi pero con cuidado de no sentir todo su peso, casi no podía respirar, con él solo rose de su pecho desnudo con el mío.

 

-estas segura, en el contrato dice que no estás obligada a…- lo interrumpí callándolo con el dedo índice en su boca.

 

-shhh…el contrato quedó en el restaurante, ¿recuerdas?- él lo propuso, asintió- quiero ser tu mujer.- sonrió y me perdí en sus ojos, solo sentí y disfruté su rose que a cada paso quemaba la piel.

 

Escuche el ruido de ropa rasgándose y un perdón de su boca, al mirar era mi camisón transparente que ahora yacía en pedazos a un lado de la cama, me gustaba y mucho, bueno al menos él estaba conmigo, que diría Alice cuando se entere o Emmet, ¡no! a él ni una palabra.

 

Me besó en la boca muy tiernamente, mientras que con mis manos recorría su espalda de arriba abajo, sin despegar sus labios de mí piel, recorrió el camino hasta mi oreja y luego por el cuello hasta los hombros, que besó, mordió muy suavemente y lamió haciendo que se escapara un gemido de mis labios, lo estaba disfrutando al máximo, sentí que mojaba mi ropa interior.

 

Continuó su travesía hasta mis senos, a los cuales torturó sin piedad, se detuvo en mi ombligo y más abajo luego de quitarme la tanguita con los dientes, terminé arqueada al momento de sentir sus besos en mi intimidad, si que sabía volver loca a una mujer, no dejaba de besarme, con una de sus manos masajeaba mis senos en forma circular y yo no aguantaba los gemidos, se escuchaban mezclados con la música de fondo.

 

Ya tenía necesidad de él, sentí sus dedos en mi centro y sonrió- estás lista para mi, relájate y solo déjate llevar.- su voz era ronca de la excitación, se desvistió, permitiendo que me deleitara con su escultural cuerpo desnudo, nunca había visto un hombre desnudo en vivo y en directo, así que observé su erección y mordí mi labio inferior, impresionante.

 

Se posicionó y penetro mi cuerpo muy despacio, sentí el dolor de la primera vez, de esa invasión en mi intimidad nunca explorada y él dijo lo que yo esperaba- te amo.

 

No se cuanto tiempo pasó pero luego de un rato entre gemidos de ambos, embestidas que cada vez se hacían más urgentes y escuchar nuestros nombres mezclados ante el placer, sentí mi cuerpo contraerse junto con el de él, llegando al clímax juntos.

 

-te encuentras bien, no te lastimé.- nuestras respiraciones eran agitadas por lo que la voz fue entrecortada.

 

-estoy bien, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

 

Se separó de mí y me envolvió en sus brazos para juntos dormirnos abrazados en la noche.

 

Como a las tres de la mañana me despertó mi celular, atendí lo más rápido que pude para que Edward no se despertara, no pude separarme de él ya que me tenía atrapada en sus brazos, mi espalda estaba en su pecho y sus manos en mi cintura, no había sido un sueño era su mujer.

 

-hola – dije en vos baja, casi en un susurro.

 

-¡feliz cumpleaños!- conocía esa vos.

 

-gracias, no puedo creer como me localizaste.

 

-no gracias a ti eres una completa y total BRUJA, como te olvidas de tu amiga. Hablé con Renée y me cuenta que no solo tienes celular, sino que estás en Nueva York con tu ESPOSO, que tienes para decir a tu favor.- no estaba molesta la conocía, pero debí hablar con ella de todo esto.

 

- Ángela solo, que es el mejor cumpleaños de toda mi vida y que soy feliz, perdón.- lo dije haciendo un puchero para que el perdón sonara más creíble, realmente lo sentía.

 

- hace mucho que no te escuchaba así, te lo mereces, pero igual quiero saber ¿quién es?, ¿como lo conociste? y que mandes una foto de mi cuñado a mi celular con todo esto puede que te perdone- luego de la muerte de mi hermano y la ruptura con Jacob ella fue mi consuelo y me ayudó a salir adelante, como dijo ella, una hermana- cuando vienes y nos ponemos al día.

 

-Edward tiene unos pendientes de negocios en los cuales tengo que acompañarlo, cuando esto termine le pido que me lleve o me deje ir por unos días, tengo que ver a papá que ya está mejor y prometo ponerme al día contigo.

 

- así que Edward, no tendrá nada que ver con “mi Ed” que era de Nueva York.- tan perceptiva mi amiga.

 

- el mismo amiga y te dejo porque se está despertando, besos te quiero mucho.- con sus manos acariciaba mi abdomen y me recorría esa corriente todo el cuerpo.

 

-Bella no me dejes así, como que es el mismo.

 

-prometo hablar contigo pero no ahora.

 

Corté la comunicación y Edward se apartó de mí, sentí un vacío en el medio del pecho, encendió la luz de su mesita, quedó de costado mirándome a los ojos, enarcó una ceja y dijo molesto.

 

-como que es tu cumpleaños- había escuchado la conversación con Ángela, en el contrato no había puesto la fecha de mi cumpleaños.

 

-si, pero no es importante nunca lo festejo y no me gustan los regalos.-me sonrojé y mordí mi labio inferior.

 

- ahora es distinto eres MI ESPOSA Y MI MUJER, que puedo hacer, a lo mejor llamar a Alice.- su esposa y su mujer sonó tan lindo y en realidad lo era.

 

-no por favor si ella se entera tengo el presentimiento que va a ser una pesadilla, hasta Jasper puede que quiera comerme y no los podemos molestar “sorpresa de fin de semana” recuerdas, se me ocurrió algo que puedes hacer por mi.- levanté ambas cejas.

 

-que mi amor, lo que sea.

 

-vamos a la cocina por helado.-sonreímos juntos, me encantaba cuando me decía mi amor.

 

- si que te gusta.- se levantó y se vistió con su pantalón del pijama lanzándome su camisa, la cual cayó en mi cabeza porque estaba hipnotizada, mirando a mi esposo desnudo mientras se vestía.

 

Me la puse y tapaba más que mi camisón roto en el piso, bajamos de la mano con una risa tonta en los labios, como dos adolescentes enamorados.

 

En la cocina elegimos dos potes de helado, resultó ser que a los dos nos gustaba el mismo sabor, crema con pedacitos de chocolate.

 

En el momento de darme el pote vi en sus ojos deseo, al cual correspondí, dejo todo en la mesada a un lado y me sentó en ella, abrió mis piernas, acercándose lo más posible hacia mi cuerpo y me besó apasionadamente, sentí su erección a través de su pantalón rozar mi intimidad, logrando que de mis labios saliera un gemido fuerte que me sorprendió.

 

Bajó su pantalón lo suficiente para liberar su miembro e introducirse de una sola vez, cayó nuestros gemidos con un beso profundo, sus envestidas dentro de mí fueron creciendo hasta que se hicieron incontrolables, con sus manos por debajo de la camisa tocaba mis senos y acariciaba mi espalda, nos tensionamos hasta alcanzar el clímax por segunda vez en la noche.

 

Apoyó su frente en mi hombro sin separarse, mientras nuestras respiraciones volvían a la normalidad, lo acariciaba en la espalda con ambas manos, pegada a su cuerpo, envolviéndolo con mis piernas.

 

Se escuchó un ruido y cuando giramos nuestras miradas hacia la puerta, era Sue.

 

-perdón escuché ruidos y no sabía quién era.- Me escondí en el hombro de Edward no aguantaba la vergüenza que sentía en ese momento, estaba bordó otra vez.

 

-no se preocupen, continúen en lo suyo.- se marchó.

 

-Edward que vergüenza, como voy a mirarla en la mañana.

 

-no te preocupes está curada de espanto con Emmet y Rosalie a ellos es inevitable encontrarlos en cualquier lado, una vez fue en esta cocina, les encanta los autos y el garaje ni te cuento.

 

-no quiero saber, ¿vamos?.

 

Me ayudó a bajar de la mesada, me dio un tierno pero corto beso en los labios y me pasó las cucharas y los potes de helado, que ya se encontraban un poco derretidos y nos fuimos a nuestra habitación, para tirados en la cama como dos niños, tomarlos.

 

 

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Y que les pareció, porfis comenten y voten.

Gracias por leer.

Saludos.

ec 07.

 

Capítulo 11: Tarde de Chicas Capítulo 13: La llegada de Esmme y Carlisle- malos entendidos

 
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