La Heredera (+18)

Autor: belibeli
Género: Romance
Fecha Creación: 15/04/2015
Fecha Actualización: 17/08/2015
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 33
Visitas: 43916
Capítulos: 28

El último escándalo de la heredera. Esa última portada sería el comienzo. ¿Qué iba a hacer él con una niña problemática y caprichosa? ¿Qué iba a hacer ella con ese hombre serio, arrogante y autoritario? Drogas, alcohol, sexo desenfrenado e irresponsable. Edward no estaba preparado para entrar en ese mundo pero, ¿realmente estaba Bella en él?

 

-Quiero agradecer a "kikicullenswan", por permitir publicar su historia. Los créditos son para ella y visiten su pagina.

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Capítulo 10: chapter 10

 

La vio nada más cruzar la puerta de salida de la sala de arribos.

Vestida con unos tejanos ajustados y una sudadera gris, calzando unas Converse negras, parecía una adolescente. Su larga cabellera castaña recogida en una coleta y unas Ray-Ban oscuras ocultando su mirada.

Dio un paso adelante para entrar en su campo de visión. Bella le reconoció y caminó hasta él.

- Hola, Edward – saludó con fría indiferencia

- Bella – respondió con la misma distancia

- ¿Cómo está Charlie? – preguntó ella con la voz acongojada y por debajo de sus gafas rodó una lágrima

Eso lo desarmó y la atrajo a sus brazos para estrecharla contra él. No pudo resistirse más y se abandonó al llanto que la asaltó.

- Tranquila, Bella. Charlie estará bien – le informó buscando calmarla pasando las manos por su espalda

- ¿De verdad me lo dices? – gimió la joven

- Completamente. Llevará un tiempo su recuperación, pero volverá a ser el que era.

Bella se separó de él para observar la sinceridad de sus palabras.

- ¿No me mientes? – preguntó con un tono inocente

- Claro que no, Bella. Va a ser duro. Largo y difícil, pero lo superará

- Gracias a Dios – suspiró y se recostó contra él

El ambiente cálido se cortó en cuanto subieron al coche de Edward. Bella simplemente se distanció mirando por la ventana del coche. El tráfico de la mañana ralentizó su viaje.

- ¿Quieres que te lleve a tu departamento primero? – ofreció el chico

- Si no te importa preferiría ir directamente al hospital

- Desde luego, aunque sabes que no podrás verle.

- Me sentiré mejor estando allí. Tal vez pueda hablar con los médicos.

- Claro. Te llevaré – aceptó

Bella volvió a ausentarse incomodándolo.

- Así que... – comenzó llamando su atención

Bella se volteó para mirarle a través del cristal oscuro de sus gafas.

- ¿Qué hacías en Sudáfrica?

Bella se sonrojó nerviosa.

- Vacaciones – contestó con desinterés

- ¿Vacaciones en Sudáfrica? Extraño destino – ella se encogió de hombros restándole importancia – ¿Y Mark Gerandy?

- ¿Qué pasa con él?

- ¿Es tu nuevo novio?

- No es de tu incumbencia, Edward. – espetó desviando la vista

- Supongo que no. Sólo sentí curiosidad.

El coche volvió a sumirse en el silencio, ahora realmente incómodo.

- Supe que estás saliendo con Tanya Denali – comentó Bella después de un momento

Siempre había sabido que Rosalie se lo contaría a Bella. Él y Tanya habían coincidido algunas veces con su hermano y la rubia modelo. Pero ahora le molestaba que Bella lo supiera. Su primera cita con Tanya había sido el mismo día que Bella había dejado Nueva York. Y esa noche, casualmente había coincidido con Rosalie y Emmett en el estreno de la última película de George Clooney.

Se había sentido completamente avergonzado. Esa misma tarde le había planteado a Rosalie la posibilidad de ir a buscar a Bella a Londres, y tres horas después ésta se lo había encontrado con otra chica.

La mirada llena de desprecio de Rosalie no le pasó desapercibida. Desde entonces se habían visto una decena de veces y el trato de Rose para con él, siempre había sido el mismo que el de aquella noche, de hacía ya más de dos meses.

- No exactamente – confesó

- ¿Qué quiere decir "no exactamente"? – indagó curiosa

- Hemos salido un par de veces, pero no tenemos una relación.

- Oh, entiendo. Es una chica encantadora.

- Lo es – reconoció deteniéndose en un semáforo en rojo – pero no es para mí – aclaró mirándola de frente

Estiró la mano hacia ella y le levantó las gafas dejándolas sobre su cabeza.

- Me gusta verte a los ojos cuando hablamos – sonrió ante el estremecimiento de la chica – Tus ojos son increíblemente expresivos

- Tu hermana me dijo una vez que tú y Tanya ibais a casaros – dijo desviando la mirada a través del parabrisas

- ¿Eso fue lo que te dijo Alice que te hizo huir de la fiesta de mis padres?

- No huí.

- No me creo que te surgiera "algo". Tú y yo estábamos juntos, te dejé un momento con Alice y desapareciste.

- Tú y yo no estábamos juntos – rectificó

Se volteó a observarla escéptico.

- ¿Y cómo estábamos, Bella? Te tenía desnuda y jadeante bajo mi cuerpo.

- Fue una imprudencia – dijo completamente ruborizada

- ¿Una imprudencia? Tú eres la reina de las imprudencias y nunca te ha molestado.

- Tampoco me molesta ahora, ni me molestó entonces. Pero tu madre era la mejor amiga de la mía. Pensé que se merecía como mínimo mi respeto. Y follarme a un tío en el medio de su centenar de invitados no era muy respetuoso.

La observó reflexivo intentando encontrar a la verdadera Bella que se había vuelto a esconder tras su máscara de frialdad.

- Tal vez tengamos que terminar lo que empezamos en un ambiente más idóneo

- Tuviste tu oportunidad, Cullen. Si mal no recuerdo te ofrecí un polvo en mi departamento y lo rechazaste.

- Tal vez ahora lo haya reconsiderado

- Lo siento, pero hay trenes que pasan sólo una vez en la vida. Y ese tren ya ha dejado tu estación.

Edward rió divertido a la vez que entraba en el aparcamiento del hospital.

- Las principales secuelas – le explicaba el médico en su consultorio – pueden ser, parálisis o debilidad en un lado del cuerpo, problemas de equilibrio, trastornos del lenguaje o del habla. Podría ocasionar también déficits cognitivos, es decir problemas de atención, concentración, juicio, memoria; alteraciones emocionales.

- ¿Se recuperará? – preguntó preocupada

- En estos primeros días deberemos evaluar exactamente la gravedad de las secuelas que ha dejado el ACV en su padre. En función de ello decidiremos el tratamiento de rehabilitación a brindarle. El periodo de rehabilitación se prolongaría durante meses, primero aquí, en el hospital, durante un par de meses o tres, y después de forma ambulatoria durante un tiempo similar.

- ¿En seis meses podría estar completamente recuperado?

- Dependerá de la gravedad de las secuelas – recalcó el médico – Pero sí, seis meses es un tiempo prudente para recuperarse.

- ¿Cuándo podremos saber las secuelas que ha dejado el evento?

- Con el correr de los primeros días iremos monitoreando su evolución

Bella asintió con seriedad. A su lado, Edward la observaba perspicaz.

- ¿Puedo verle?

- Desde luego – aceptó el médico levantándose para acompañarles a la sala donde estaba instalado Charlie

Se estremeció al ver a su padre en la cama con cables en su cuerpo que lo mantenían conectados a diferentes monitores.

Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando se acercó a él. Tomó la mano del hombre entre las suyas. No recordaba cuándo había cogido la mano de su padre. Él nunca estaba tan cerca de ella. Era triste reconocerlo.

Le miró con tristeza.

- Hola, papá – susurró – Soy Bella

Edward la observaba enternecido desde el otro lado de la ventana de la habitación.

Ese hombre odiaba a la joven que lloraba por él. Y él no había hecho nada por acortar la distancia que los separaba, sino todo lo contrario. Se sintió ruin.

Bella estuvo sentada junto a su padre durante unos cinco minutos, diciéndole palabras cariñosas, hasta que el médico la instó a salir.

Se paró junto a Edward mirando a su padre a través del cristal.

- Es tan extraño verlo así, tan vulnerable – musitó

Edward se volteó a verla. Estiró la mano y cogió un mechón castaño que se había escapado de su coleta y lo puso detrás de su oreja. Ambos se estremecieron ante el contacto.

- Se va a poner bien – le prometió

Bella asintió intentando esbozar una sonrisa que no alcanzó a su mirada.

- ¿Estás lista para ir a casa?

- Sí – se volteó hacia él – Cogeré un taxi, no tienes que llevarme

- Quiero hacerlo – aseguró

- No hace falta, de verdad

- Quiero hacerlo – repitió y ella accedió

Hicieron el trayecto en completo silencio. Bella se veía conmocionada. Edward detuvo el coche frente al edificio de Bella.

- Gracias por traerme – dijo abriendo la puerta del coche.

- Te acompaño – Edward bajó del coche y se reunió con ella en la puerta del acompañante

Caminaron en silencio hasta el portal. Edward cargaba la pequeña maleta de la chica.

- Gracias de nuevo

- Bella, sé que no es el momento – empezó él y ella le miró a través del cristal negro de sus Ray-Ban – pero tú y yo tendremos que reunirnos para hablar

- ¿Hablar? – preguntó temerosa – ¿Hablar sobre qué?

- Básicamente sobre la empresa

- ¿Qué hay con la empresa? – indagó sorprendida

- Ahora no es el momento – respondió él estirando la mano hacia uno de sus rizos sueltos que enmarcaba su cara – Descansa, has tenido un viaje muy largo. Te llamaré a la tarde.

- Iré al hospital a la tarde – aclaró

- ¿Te parece que cenemos juntos?

- No creo que sea buena idea

- ¿Por qué no? – sonrió – No tendrás miedo de mí, ¿no? – la retó

- No, claro que no

- Entonces pasaré por ti a las 7 – dijo sin darle más oportunidad de negarse

- Edward, espera – le detuvo cuando él se volteó para marcharse

Edward volvió sobre sus pasos.

- Si no te importa, preferiría no salir – explicó

- Tienes razón – aceptó él imaginando que al día siguiente estarían en todas las portadas si salieran a cenar. Y eso era algo que, definitivamente, él quería evitar. – Traeré pizzas y cenaremos aquí.

Bella durmió prácticamente de un tirón hasta que volvió al hospital. Charlie aún seguía bajo los efectos de los sedantes, pero su médico le informó que había despertado.

Se había inquietado y había tenido arritmias y por ello habían vuelto a sedarlo.

A su vez, el doctor le explicó que sería conveniente que ella estuviera allí al día siguiente para que le fuera más fácil comprender su situación.

"Es más fácil cuando uno está acompañado por sus seres queridos" Las palabras del médico resonaban en su cabeza mientras dejaba correr el agua de la ducha sobre su cuerpo.

Las gotas se mezclaban con sus lágrimas. Tal vez Edward conociese a alguien a quien Charlie amase, porque esa no era ella, desde luego.

Llevaba horas en la ducha cuando escuchó el timbre que la sobresaltó.

Miró la hora en su reloj. Era tardísimo y Edward ya estaba allí.

Cerró la ducha y se envolvió en una toalla. Corrió hasta la puerta y abrió.

- El portero me... permitió... entrar... – titubeó el chico al verla mojada y cubierta por una toalla

- Lo siento – se disculpó haciéndose a un lado para que él entrara con la caja de pizza en las manos – No me di cuenta de que era tan tarde. Entra, puedes llevar eso a la cocina. Vuelvo en un minuto – dijo y corrió de vuelta a la habitación.

Perplejo la observó marchar. Si no se sacaba esa imagen de la cabeza, dudaba tener las facultades necesarias para mantener una conversación de trabajo con esa mujer.

 

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Nos vemos en el proximo, grx x las visitas =)

Capítulo 9: chapter 9 Capítulo 11: chapter 11

 
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