La Heredera (+18)

Autor: belibeli
Género: Romance
Fecha Creación: 15/04/2015
Fecha Actualización: 17/08/2015
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 33
Visitas: 43876
Capítulos: 28

El último escándalo de la heredera. Esa última portada sería el comienzo. ¿Qué iba a hacer él con una niña problemática y caprichosa? ¿Qué iba a hacer ella con ese hombre serio, arrogante y autoritario? Drogas, alcohol, sexo desenfrenado e irresponsable. Edward no estaba preparado para entrar en ese mundo pero, ¿realmente estaba Bella en él?

 

-Quiero agradecer a "kikicullenswan", por permitir publicar su historia. Los créditos son para ella y visiten su pagina.

https://www.fanfiction.net/u/2514643/kikicullenswan

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13: chapter 13

 

Estaba entrando en su despacho cuando vio a Bella salir del suyo con prisa.

- ¿Vas a comer? – preguntó cuando llegó a donde él estaba

- No, voy al hospital

- Ah, el hospital... – dijo pensativo mirando su reloj – ¿No es un poco pronto?

- Acaban de llamarme. Charlie está despierto.

- Oh, vale. Voy contigo.

- No hace falta, Edward, de verdad – le excusó viendo su rostro ceniciento

- Te dije que te acompañaría, así que voy contigo. De todos modos también quiero verle

- Vale – aceptó y salieron del edificio

Subieron al coche de Edward y llegaron al hospital media hora después.

- ¿Estás bien? – le preguntó Bella en cuanto detuvo el coche

- Sí, gracias – sonrió con una sonrisa triste

- ¿Algún problema con Tanya?

- No. Simplemente dejé las cosas claras entre nosotros.

- Tal vez no debiste hacerlo si eso te entristece

- Me entristece saber que la he hecho infeliz. Pero no era justo engañarla dejándola pensar que siento algo diferente de lo que siento en realidad.

- ¿Y qué sientes en realidad? – indagó curiosa

- No estoy enamorado de ella. De hecho ni siquiera me siento atraído por ella en ese sentido.

- Entiendo – dijo sonrojándose al pensar que ella sí le atraía "en ese sentido" – Lo siento, Edward. – abrió la puerta del coche disponiéndose a salir

Puso su mano sobre el brazo de ella para impedirle bajar del coche. Bella se volvió a verle.

- Tú me gustas, Bella – confesó – Tú sí me atraes de esa forma. No puedo dejar de pensar en ti. No he podido hacerlo desde que dejaste la ciudad hace meses.

Bella bajó la mirada hasta la mano de él que le quemaba la piel a través de la tela de la chaqueta.

- ¿Por qué no lo intentamos? – le pidió llevando su mano al mentón de ella y obligándola a levantar el rostro

- Tenemos un acuerdo, Edward

- Y ambos estamos deseando saltárnoslo – aseguró acariciando su barbilla con el pulgar

- Tanya es la chica para ti, no yo – aseguró intentando soltarse

- No es lo que me dice mi cuerpo ni mi corazón, Bella – susurró contra sus labios

Bella se quedó inmóvil esperando sentir sus labios sobre los de ella pero sólo podía sentir su aliento.

- No voy a besarte, Bella – aseguró y ella le miró sorprendida y decepcionada – No voy a besarte si no me lo pides, porque tenemos un trato. Pídemelo – ordenó con la voz ronca – Pídemelo y te besaré, Bella.

- No – espetó y se alejó de él saliendo del coche y dejándolo resoplando en su interior

Cuando entraron al hospital esperando ver a Charlie, llegaron las malas noticias. Había tenido otro derrame y en ese momento estaba en cirugía.

Bella se sentó temblorosa en la sala de espera.

- Te he traído un café – Edward le entregó su café y se sentó a su lado

Bella se mantenía en un silencio tenso y preocupado. Estiró la mano y cogió la de ella que descansaba en su regazo. Entrelazó sus dedos dándole un suave apretón.

- Esperaba verle despierto – murmuró

- Lo sé, cariño.

- No puede morirse – gimió

- Hey. No va a morirse – aseguró rodeándola con su brazo y atrayéndola hacia él

- No puede morirse, Edward. No puede morirse odiándome – sollozó y estalló en llanto contra el pecho del hombre

- Hey, cariño, tranquila – la rodeó con sus brazos consolándola – No va a morirse. Va a ponerse bien.

- No sé qué haré si se muere

- Hey, Bella – le llamó y levantó su rostro obligándola a mirarle – No quiero que pienses en eso, ¿vale? Estará bien.

- Gracias por estar conmigo, Edward – susurró recostándose nuevamente contra él

- No tienes nada que agradecer, Bella, quiero estar aquí.

Llevaban una hora allí cuando Carlisle y Esme entraron.

- ¡Bella, hija! – le saludó Esme y se acercó a ella

Bella se separó de los brazos de Edward y se levantó para verse rodeada por los brazos maternales de Esme.

- Oh, Esme, gracias por venir.

- Oh, cariño, no queríamos dejarte sola – dijo la mujer alejándose de la chica para abrazar a su hijo mirándolo inquisidora – ¿No sabéis nada aún?

- No, aún no

- Seguro que saldrá todo bien – dijo la mujer apretando la mano de Bella

Tres horas después seguían sin novedades. Los cómodos sillones de la sala de espera ya no eran tan cómodos. Y el café de la máquina seguía siendo espantoso, pero de todas formas ambos llevaban varios vasos.

- ¡Bella! – la voz de Rosalie interrumpió el silencio

La rubia entró como una tromba seguida de su novio, Emmett, recién llegados de Miami.

- ¡Oh, Rose! – fue todo lo que dijo antes de derrumbarse en su abrazo

- Bella, cariño, ¿cómo estás? ¿Sabes algo?

- Aún no, le están operando hace ya cinco horas

- Oh, cielo, lamento mucho no haber estado aquí cuando llegaste

- No te preocupes, Rose. Digamos que he estado distraída.

Edward le informó de la situación a Emmett y logró, con ayuda de Rosalie, que Bella accediera a ir a la cafetería y comer algo.

Esme se sentó a su lado cuando las chicas salieron.

- ¿Cómo estás, Edward?

- Bien – esbozó una pequeña sonrisa – Preocupado

- Preocupado ¿por qué exactamente?

- Por todo esto – explicó – Por Charlie, por Swan, por Bella...

- Por Bella. Ahí quería llegar yo. ¿Por qué por Bella?

- ¡Qué sé yo! Lo está pasando mal, no quiero ni imaginar lo que podría pasar si Charlie, ya sabes...

- Confiemos en que no suceda

- Eso espero

- ¿Qué tienes con Bella? – preguntó su madre a bocajarro

- ¿A qué te refieres? – sorteó pero se encontró con la ceja alzada de su madre y le hizo sonreír – No tengo nada con Bella

- Pero...

- Pero espero que me diga que sí – confesó sonriendo

- Oh, Edward, eso me haría muy feliz. Bella es una bellísima persona.

- Creo que sí lo es. Pero todavía espero que me permita conocerla de verdad, a la verdadera Bella y no a la de las revistas.

- Oh, Edward, me encanta que pienses así. Espero que te vaya muy bien. Aunque debo preguntar ¿y Tanya?

- Ay, mamá – se quejó – Tanya no es para mí

- Lo sé. Siempre lo supe, pero tú te empeñaste en salir con ella

- Me hubiese gustado que funcionara con Tanya. Es un encanto de persona, pero no sucedió.

- Lo sé, hijo, lo sé. Sólo espero que le dejes las cosas claras a ella, ya sabes, es una gran amiga de la familia.

- Lo sé. Lo he hecho, le he aclarado la situación y pareció haberla entendido.

- Espero que sí, cariño. Y te deseo mucha suerte con Bella, estoy segura de que te haría muy feliz.

- Ojalá sea así, mamá – sonrió esperanzado

Mientras tanto Bella y Rosalie estaban en la cafetería del hospital.

- Explícame lo de la empresa. ¿Cómo es que ahora trabajas allí?

- No trabajo allí – dijo mientras comía los últimos vegetales de su ensalada – Edward me necesitaba para firmar los contratos pendientes

- ¿Te necesitaba a ti?

- Sí. Mis acciones y las suyas suman mayoría. No puede firmarlos sin una mayoría. Me pidió que le diera una mano y es lo que estoy haciendo.

- Entiendo. ¿Sabe de tu doctorado?

- No, no se lo he dicho.

- ¿Trabajas con él y no se lo has dicho?

- No ha hecho falta – Rosalie la observó mordaz – De acuerdo, pensaba decírselo, de hecho, pienso decírselo, pero en este momento estoy más preocupada por Charlie.

- Lo entiendo, cariño, lo entiendo.

- Bueno, ¿y tú qué? – sonrió – ¿Qué tal con Emmett?

- Oh, Bella, estoy enamorada, y esta vez es la definitiva.

- ¿Estás segura?

- Completamente. Es todo lo que siempre he querido en un hombre

- ¿Abogado?

- Tonta – rió la rubia – Abogado y muchísimo más. Cosas que no podrían escuchar tus virginales oídos.

- Oh, por favor – se carcajeó

- Pero he conocido a su hermana, Alice

- Alice – sonrió Bella sarcástica – la deliciosa Alice

- Es una gilipollas – sentenció Rosalie

- Sí, a mí también me lo pareció. Pero su marido parece un encanto

- Lo es, y la niña también, pero ella...

- Sí, lo sé

- ¿Y tú y Edward?

- Yo y Edward ¿qué?

- ¿Cómo están las cosas entre ustedes?

- No sé, Rose. Me sigue gustando como hace dos meses atrás, eso es obvio, pero no sé

- ¿Qué es lo que no sabes? Le he visto con Tanya y te puedo asegurar que no pasa nada allí

- Lo sé. Me lo ha dicho. De hecho lo ha dejado con ella.

- ¿En serio? Eso es genial

- Tampoco significa que él y yo vayamos a estar juntos. Ya lo sabes, hay mucha porquería entre los dos

- Pues tal vez haya llegado la hora de ponerse a limpiarla, ¿no crees?

- Me pidió una oportunidad - confesó bajando la mirada

- ¿Y qué le has dicho?

- Nada, ahora mismo tengo muchas cosas en la cabeza

- Lo sé. Es verdad. – reconoció su amiga – Pero él no pierde el tiempo, llegaste ayer a la ciudad...

- Sí, lo sé

Acababan de entrar a la sala de espera cuando el neurocirujano que había intervenido a Charlie, entró.

La operación había salido bien. Habían logrado extraer los coágulos y lo mantendrían en coma farmacológico durante 72 horas, en espera de la desinflamación del cerebro.

Entonces le retirarían la medicación y verían su evolución.

Los Cullen se marcharon pero Edward se quedó con Bella. Ella quería esperar a que su padre fuera trasladado del post operatorio.

Dos horas más tarde Edward estacionaba su coche frente al portal de Bella.

- ¿Quieres entrar? – ofreció sin mirarle

Edward estiró sus dedos para enredarlos en un mechón castaño que colocó detrás de su oreja con ternura.

- Es tarde, deberías entrar e irte a la cama – susurró

- No creo que pueda dormir – confesó

- Ven, te acompañaré

Bajaron del coche y en silencio subieron al departamento de Bella.

Bella le entregó una cerveza y se sentó junto a él en el sofá. Se sentó de costado frente a él con las piernas sobre el sofá sentada sobre sus pies.

- Gracias por acompañarme hoy, Edward

- No tienes nada que agradecerme, Bella

- Tengo tanto miedo – confesó en murmullos

- No lo tengas

- Siempre pensé que Charlie y yo arreglaríamos nuestras diferencias...

- Y lo haréis – aseguró

- No si se muere

- No se morirá, no ahora

- Ojalá

- No es un mal tipo, Bella

- No se ha portado muy bien conmigo

- Lo sé y sé que tienes razón, lo sé. No puedo decir que entienda por qué lo hace, pero...

- Creo que debería irme a dormir, Edward – le cortó renuente a mantener esa conversación

- Bella, por favor...

- Deberías irte. Mañana tengo que levantarme temprano y creo que tú también – dijo levantándose del sofá y caminando hacia la puerta

Edward se vio obligado a seguirla.

- Que descanses – le dijo ya de pie en la puerta

- Tú también

- Te veré mañana – se acercó a ella seductor.

Estaba segura de que iba a besarla pero se limitó a dejar un beso delicado en la comisura de sus labios y susurrar

- Sólo tienes que pedírmelo, Bella, y te besaré – dijo y salió cerrando la puerta tras de sí.

 

 

-----------------------------------------------------------------------------------

Disfrutenlo =)

Capítulo 12: chapter 12 Capítulo 14: chapter 14

 
14431612 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10749 usuarios