La Heredera (+18)

Autor: belibeli
Género: Romance
Fecha Creación: 15/04/2015
Fecha Actualización: 17/08/2015
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 33
Visitas: 43908
Capítulos: 28

El último escándalo de la heredera. Esa última portada sería el comienzo. ¿Qué iba a hacer él con una niña problemática y caprichosa? ¿Qué iba a hacer ella con ese hombre serio, arrogante y autoritario? Drogas, alcohol, sexo desenfrenado e irresponsable. Edward no estaba preparado para entrar en ese mundo pero, ¿realmente estaba Bella en él?

 

-Quiero agradecer a "kikicullenswan", por permitir publicar su historia. Los créditos son para ella y visiten su pagina.

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Capítulo 28: chapter 28

 

 

- ¿Cómo está Charlie? – fueron las primeras palabras de Bella al contestar al teléfono

- Bien – sonrió Edward en respuesta – Estará bien, cielo.

- ¿Estará? – preguntó dudosa – ¿No lo está ahora?

- Sí, cariño. Dentro de lo posible en su estado está bien – dijo intentando calmarla

- Explícamelo – ordenó

- Es difícil de verlo así. Sin dudas se le ve muy vulnerable, ya que tiene prácticamente paralizado el lado derecho de su cuerpo, y el resto se mueve con dificultad, debido a todos estos meses de inactividad. Tampoco puede expresarse verbalmente, aunque no tiene problemas de entendimiento.

- ¿Qué dicen los médicos? – sollozó

- Que se recuperará. Debes estar tranquila. Va a recuperarse – aseguró – Está siendo atendido por los mejores terapeutas y logopedas. Estoy seguro que para cuando tú llegues ya estará mucho mejor.

- ¿De verdad lo crees? – gimió

- Completamente. Confía en mí.

- Dios, Edward, he tenido tanto miedo.

- Lo sé, cielo. Pero te prometo que estará bien.

- ¿Le has dicho que he estado con él todo este tiempo? – preguntó dudosa

- Sí. Le he explicado que has estado trabajando con nosotros en Swan, y también que temo que cuando vea lo buena que eres, posiblemente te ponga en mi sitio – bromeó

- Tonto. – rió Bella más animada - ¿Qué le ha parecido?

- Cariño, ya te he explicado que no puede hablar. Creo que se ha quedado muy sorprendido, pero gratamente sorprendido. Estoy seguro.

- Espero que sí – rogó – Ojalá pudiera convertirme en el hijo que por mi causa no pudo tener.

- No digas eso – la regañó – No fue por tu causa, fue un accidente

- Lo sé. Pero siempre quiso tener un hijo varón, y el hecho de que Seth muriera por mí, creo que nunca me lo perdonará.

- Eso son tonterías y no quiero que vuelvas a repetirlo. Ahora cuéntame tú, ¿cómo están Huilen y Nahuel?

- Oh, bien – sonrió – Mañana les dejarán salir del hospital. Nahuel es tan pequeñito... pero sus pulmones son enormes

- Ja – rió Edward – Ya tengo ganas de volver a verle. ¿Te ocuparás mañana del papeleo?

- Sí. Hoy he hablado con Royce y me ha explicado todo lo que debo tener en cuenta. Lo haría mejor si él estuviera aquí, pero espero hacerlo bien.

- Lo harás bien – aseguró - ¿Cuánto crees que tardes?

- No lo sé. Según Royce la burocracia aquí es un poco peor que en Londres, pero él confía en que al final de la semana ya podría tener todo resuelto.

- Cielo, sé que tu prioridad ahora es viajar a Nueva York para estar con Charlie, pero quiero que te asegures de dejar todo bien atado allí. Que Huilen y Nahuel estén seguros allí. Que Johan no pueda hacer nada.

- Lo sé

- Asegúrate de que estén seguros – pidió

- Lo haré, Edward. Mark y Charlotte me acompañarán. No les dejaré desprotegidos. No es mi intención.

- Sé que no lo es, pero también sé cuánto necesitas estar junto a tu padre.

- Es verdad que lo necesito, pero sé que tú estás ahí. Eres para Charlie algo así como el hijo que no ha tenido.

Edward sonrió ante las palabras de Bella. Si todo resultaba como esperaba, no tardaría en convertirse en el hijo de Charlie. Si él y Bella se casaban, él sería el hijo de Charlie. Y él estaba cada vez más decidido a que no pasara mucho tiempo antes de eso.

Amaba a esa mujer, aunque aún no había dicho las palabras, la amaba, y sabía que ella le amaba a él. Casarse era el siguiente paso.

Los siguientes días Charlie los pasaba casi íntegramente abocado a sus diferentes rutinas de rehabilitación.

Edward le visitaba cada día para poder hablar con Bella e informarle de las novedades.

La recuperación estaba siendo bastante más rápida de lo que habían creído en un principio, aunque le llevaría unos meses estar al cien por cien.

De todas formas, Edward había descubierto que Charlie prestaba especial atención a las novedades que tuvieran relación con la empresa.

Swan había sido siempre la prioridad número uno del hombre, y evidentemente eso no había cambiado por muy cerca que hubiera estado de dejarlo.

- Jenks me ha comentado que te ha estado leyendo el último acuerdo que tenemos previsto – dijo sentándose en la butaca junto a la cama mientras Charlie hacía sus ejercicios de rehabilitación muscular

Con un simple abrir y cerrar de los párpados asintió.

- Bien – asintió Edward – En realidad, hay algunas estipulaciones nuevas que Bella insistió en incluir – Charlie le lanzó una mirada que le incomodó pero decidió ignorar – Son básicamente sobre el sistema de remuneraciones que querríamos que cambien. No estaban muy de acuerdo al principio – reconoció – Pero estoy seguro de que lo aceptarán.

Charlie hizo un gesto de fastidio y con esfuerzo soltó su primera palabra.

- Nnn…o – dijo con esfuerzo llamando la atención de Edward que lo observó sorprendido

- ¡Charlie! – exclamó con sorpresa - ¿Qué has dicho?

- Nnn…o – repitió el hombre balbuceante

- ¡Dios, Charlie! ¿Te das cuenta? Estás hablando al fin. ¡Es genial! – prorrumpió entusiasmado

- No – repitió ya perfectamente vocalizado

- ¿No, qué? – indagó Edward - ¿A qué te refieres con "no"?

- No – volvió a decir el hombre con esfuerzo

- ¿No al contrato? – intentó Edward obteniendo un movimiento negativo de la cabeza de Charlie – ¿No a los cambios? – aventuró y por fin Charlie hizo un breve asentimiento – ¿O sea que no quieres que agreguemos esos cambios al contrato?

- No – confirmó

- Son buenas ideas, Charlie – intentó convencerle – Deberíamos al menos considerarlas

Charlie volvió a negar exhausto y Edward decidió dejarlo por el momento.

- De acuerdo, Charlie. Ya discutiremos esto en otro momento. Creo que deberías descansar. Te estás esforzando demasiado

Para cuando llegó a casa esa tarde estaba ansioso por contarle a Bella las novedades sobre su padre.

Bella tardaría una semana aún en poder volver a Nueva York, y la ansiedad de reencontrarse con su padre la tenía exhausta.

- Hola, cielo – la saludó Edward esa tarde cuando la llamó - ¿Cómo estás?

- Bien – dijo con voz queda

- ¿Bien? ¿De verdad?

- En realidad me siento un poco frustrada

- ¿Por qué, cariño?

- Los papeleos legales son bastante más burocráticos de lo que esperaba

- ¿No podrás volver aún?

- Espero poder tener todo resuelto para mediados de la próxima semana

- No te preocupes, cielo. Serán cinco o seis días más. Sólo eso.

- Ya – dijo con pena - ¿Cómo está Charlie? – preguntó apática y Edward sonrió por las noticias que tenía para ella

- Pues... tengo novedades...

- ¿De verdad? Cuéntame – pidió expectante

- Hoy ha dicho su primera palabra

- ¿En serio? – gritó cuando los ojos se le llenaron de lágrimas – Cuéntame, por favor

- No fue mucho – le calmó – Yo estaba hablando sobre el contrato de Chicago Inc. y a él no le gustaron los cambios

- ¿Dijo que no le gustaron los cambios? – preguntó con asombro

- No, sólo dijo No, pero al principio tuvo que esforzarse por decirlo pero lo repitió luego más fluidamente.

- Oh, Edward, eso es genial, ¿no?

- Claro que sí, cielo. Los médicos dicen que es bueno, que aunque es un proceso lento, se recuperará.

- Oh, Dios, Edward. Gracias a Dios. He esperado tanto por este momento.

- Lo sé, cariño, lo sé.

- Gracias, Edward.

- ¿Por qué? – preguntó extrañado

- Gracias por estar ahí. Gracias por estar con él, cuando yo no puedo estar.

- No, cariño. No tienes que agradecerme, Bells. Quiero hacer todo cuanto esté en mi mano por ti, cielo.

- Gracias, Edward. No sé qué haría sin ti

. - No tendrás que averiguarlo. No dejaré que estés sin mí.

- ¿Lo prometes?

- Lo prometo, cielo. Te echo de menos, Bella. Muchísimo. Sólo han pasado seis días desde nuestra última noche juntos pero esta espera se me está haciendo eterna.

- Y a mí.

No fue sino hasta el fin de semana siguiente que Bella finalmente pudo volar a Nueva York.

Para entonces Charlie ya hablaba con bastante fluidez. Palabras cortas, eso sí. Le costaba formar oraciones completas, pero se hacía entender fácilmente.

Bella temblaba en la puerta de la habitación de hospital.

- Hey, cariño – le tranquilizaba Edward pasando sus manos repetidamente por los brazos de la chica – No puedes tener miedo de entrar. Es Charlie. ¿Cuántas veces te has enfrentado a él?

- Lo sé – reconoció apoyándose en el pecho de su novio que la había recogido en el aeropuerto media hora antes – Pero me gustaría que éste fuera el comienzo de un nuevo tipo de relación entre él y yo.

- Estará todo bien. Lo prometo. Ahora coge aire y entra allí a ver a tu padre.

- ¿Crees que le gustará verme?

- Eres su única familia, Bells – dijo acunando su rostro entre sus manos – Desde luego que le gustará verte. Venga, hagámoslo de una vez. – la instó

Tal como dijo Edward, tomó aire y entró a la sala.

Charlie estaba recostado en su cama. Levantó la vista y la observó.

- Hola, papá – saludó en un susurro

Capítulo 27: chapter 27

 
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