La Heredera (+18)

Autor: belibeli
Género: Romance
Fecha Creación: 15/04/2015
Fecha Actualización: 17/08/2015
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 33
Visitas: 43920
Capítulos: 28

El último escándalo de la heredera. Esa última portada sería el comienzo. ¿Qué iba a hacer él con una niña problemática y caprichosa? ¿Qué iba a hacer ella con ese hombre serio, arrogante y autoritario? Drogas, alcohol, sexo desenfrenado e irresponsable. Edward no estaba preparado para entrar en ese mundo pero, ¿realmente estaba Bella en él?

 

-Quiero agradecer a "kikicullenswan", por permitir publicar su historia. Los créditos son para ella y visiten su pagina.

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Capítulo 9: chapter 9

 

Edward detuvo el coche junto al portal del edificio, escuchando sin atender realmente a Tanya, quien sentada junto a él le explicaba entusiasmada los detalles de la última colección de Ralph Lauren.

Esta era su sexta cita y Edward la había llevado a cenar a un exclusivo restaurante del SoHo, para después ir al cine.

Después de meses, incluso quizás años de insistencia por parte de Alice, había decidido darle una oportunidad a una relación con Tanya, pero las cosas no estaban resultando tan interesantes como hubiera deseado.

Lo difícil ahora sería explicárselo a la joven.

Cuando la chica hizo una pausa en su monólogo, sonrió y bajó del coche para abrir la puerta y acompañarla hasta la entrada.

- Me he divertido mucho – confesó la chica girándose a verle después de abrir la puerta

- También yo – sonrió

- ¿Quieres entrar? – le invitó con timidez

- Debería irme. Mañana he de levantarme bastante temprano – mintió

Tanya se acercó a él apoyando su mano sobre el pecho masculino. Con los ojos entrecerrados levantó la cabeza y guió sus labios a la boca de él, para rozarla con sus labios y su lengua.

Edward apenas respondió al beso. En esos dos meses habían compartido bastantes besos y caricias furtivas pero no se había sentido tentado a ir más allá.

Y ahora, que por fin se había convencido de que no existía ningún tipo de química entre ellos, estaba más seguro aún de que no debía llegar más lejos. Tanya era una buena chica y una gran amiga de la familia, no estaría bien jugar con sus sentimientos.

La joven se apretó contra él restregándose contra su cuerpo. El teléfono de Edward la interrumpió oportunamente.

- Cullen – respondió

- Edward, soy Sam – la voz de Sam Ulley sonó agitada al otro lado de la línea

- Sam, ¿algún problema?

- Ya lo creo – reconoció el hombre – Estoy en el Presbyterian. Han ingresado a Charlie

- ¿Charlie? ¿Por qué? ¿Qué tiene?

- Ha sufrido un ictus.

- ¡Diablos! – se quejó – Voy hacia allí.

Se volteó hacia Tanya quien lo observaba aprensiva.

- Lo siento, Tanya, tengo que irme. Han ingresado a Charlie Swan.

- ¿Qué sucedió? ¿Es grave?

- No lo sé aún. Ha sufrido un ictus pero no sé más. – se acercó a ella dejando un beso suave en sus labios – Te llamaré mañana – se despidió

Harry y Sue Clearwater estaban en la sala de espera del hospital junto a Sam Ulley y la prometida de éste, Emily Young.

Sam y Emily estaban cenando con Charlie en su casa cuando sobrevino el episodio.

- ¿Cómo está? – preguntó Edward con ansiedad cuando llegó hasta ellos

- Le están haciendo pruebas y análisis varios

- ¿Qué sucedió?

- Fue todo muy repentino – explicó el hombre claramente consternado – Estábamos cenando y comentando los buenos beneficios que estamos recibiendo de la cadena de hoteles y empezó a enredar sus palabras, se le dificultó el habla. Intentó ponerse de pie pero mostraba descoordinación y se derrumbó casi de inmediato. La ambulancia llegó con rapidez.

Edward se sentó junto a él pesaroso.

- ¿Alguien le ha avisado a Bella?

Sam miró a Sue.

- No la he podido localizar – sollozó la mujer y su marido se acercó abrazándola reconfortante

Edward sacó su teléfono y marcó el número del teléfono móvil de Bella. Luego del primer tono le dirigió directamente al buzón de voz. Sin saber qué mensaje podría dejar, cortó la comunicación.

- ¿Qué hora es en Londres? – pensó en voz alta

- No está en Londres – acotó Harry haciéndole desviar la vista hacia él – Hace un par de semanas llamó a Sue para felicitarla por su cumpleaños y le dijo que estaba fuera del país por un tiempo pero no dijo dónde.

Edward frunció el ceño con preocupación recordando cómo Charlie no había sido capaz de dar con ella.

Cuando, antes de su marcha, habían sido publicadas las fotos de Bella con Quil Ateara, Charlie Swan no había tardado en ordenar a sus abogados que redactaran los documentos necesarios para que Bella renunciara a su herencia así cómo también los documentos en los que Charlie y él compraban las acciones de Bella.

Todo estaba firmado, sólo quedaba que Bella firmara y recibiera su cheque por la venta de sus acciones. Pero desde entonces no había protagonizado ninguna portada más y él poco a poco se había ido olvidando del tema.

Pero ahora era imprescindible que diera con ella y allí se encontró preguntándose cómo encontrarla.

La respuesta le vino al pensar en su hermano y sin más le llamó.

- ¿Edward? – saludó Emmett con voz somnolienta

- Emmett, disculpa la hora... – dijo al darse cuenta que eran las dos de la madrugada

- No hay problema. ¿Qué sucede?

- Em, ¿Rosalie está contigo?

Después de la semana de la moda de Nueva York, Rosalie y Emmett se habían hecho muy unidos realmente, y mantenían una relación seria desde entonces. En ese momentos ambos estaban en Miami donde Emmett había tenido que viajar por trabajo.

Edward y Rosalie no se habían visto mucho y cada vez que lo hacían se esforzaban en no nombrar a Bella pero no por eso, la rubia modelo dejaba de recordarle a su amiga cada vez que coincidían.

- Sí, aquí está – contestó su hermano extrañado – ¿Por qué? ¿Qué sucede?

- Necesito dar con Bella. Es urgente y no está en Londres ni contesta su teléfono. Tal vez Rosalie sepa cómo dar con ella.

- ¿Necesitas hablar con Bella? ¿Por qué? ¿Qué sucede?

- Han ingresado a Charlie y es bastante grave.

- ¿Qué sucedió?

- Ha sufrido un ictus.

- ¡Mierda! – se quejó Emmett al otro lado de la línea – Espera, te paso a Rose.

Tras una pequeña interferencia en la línea telefónica la voz de Rosalie le contestó.

- ¿Edward? ¿Qué es lo que sucedió?

- Hola, Rosalie. Verás, necesitamos dar con Bella. Su padre ha tenido un ictus y le han ingresado en estado bastante crítico. La he llamado al móvil pero me deriva al buzón. Pensé que quizás tú tuvieras alguna forma de comunicarte con ella.

- Oh, Dios – se quejó la chica – No puedo imaginar cómo se va a poner Bella

- Lo sé – concedió – ¿Sabes dónde puedo localizarla?

- Espera un momento – dijo ella después de dudar un momento

Cuando volvió le dio un número de teléfono nuevo.

- Intenta en este número. Si no la localizas, vuelve a llamarme e intentaré buscar otra opción.

- ¿No puedes decirme dónde está? – indagó intrigado por el secretismo

- Intenta en ese número si quieres, si no yo lo haré – respondió la chica tajante

- De acuerdo, intentaré aquí.

Tras varios tonos de llamada una profunda voz de hombre contestó. Le sorprendió, se había preparado para escuchar a Bella, pero una voz masculina, que claramente explicaba que estaba acompañada, lo conmocionó.

- Dr. Mark Gerandy – contestó la voz tras una leve interferencia

- ¿Disculpe? – dijo sorprendido – ¿Con quién hablo?

- Dr. Mark Gerandy. ¿Con quién desea hablar?

- Disculpe, estaba buscando a la señorita Isabella Swan, y alguien me ha dado este número. No sé si me equivoco.

- Oh, no. Probablemente el móvil de Isabella esté fuera de cobertura y por ello le han dado mi número. En este momento ella no está aquí conmigo, pero si me deja su nombre y número le diré que le llame tan pronto como le sea posible

- Oh, sí, claro, eh... – dudó – Seguramente si le dejo mi nombre no me llame, no soy su persona favorita – confesó – Pero es muy urgente que hable con ella

- De acuerdo – le respondió el hombre bastante más reservado ante su explicación – ¿Puede decirme su nombre?

- Mi nombre es Edward Cullen. Soy socio en la empresa de su padre, Charlie Swan. Su padre está ingresado, ha sufrido un accidente cerebro vascular – explicó – Necesito que se comunique conmigo cuanto antes

- Oh, sí, claro – aceptó el hombre preocupado – ¿Cómo se encuentra el padre de Bella?

- De momento su estado es reservado.

- Lo entiendo. Ahora mismo iré a buscarla y le daré su recado

- Muchas gracias, Dr. Gerandy

- No tiene por qué

- Disculpe – le llamó antes de que cortara la comunicación

- ¿Sí?

- ¿Puedo preguntarle qué relación tiene usted con Bella?

- Lo siento, señor Cullen. Eso debería preguntárselo a ella.

- Desde luego – aceptó incómodo antes de despedirse

Bella llevaba ya dos meses en Namibia. Después de la semana de la moda de Londres, había cancelado sus trabajos pendientes y había decidido recluirse en el único lugar en el mundo que le hacía sentir paz y donde se sentía realmente útil.

Estaba instalada en la cabaña principal de su complejo hotelero, Eclipse Hostels, en Windhoek, la capital.

Ese día había dejado el hotel más temprano de lo habitual y allí estaba en el pequeño colegio con el que colaboraba desde hacía tres años en Okahandja, a 70 km de Windhoek.

Estaba dibujando con los niños más pequeños cuando el padre Stefan, un religioso alemán que ejercía de director del centro, entró al aula buscándola para informarle que Mark la esperaba en su despacho.

- Mark – le saludó sonriendo – ¿Qué haces aquí?

- Necesitaba hablar contigo y tu teléfono no tiene cobertura como de costumbre – sonrió el hombre

- Tendré que cambiarme de compañía – sonrió – Podías haberme llamado al colegio

- Prefería verte personalmente

- ¿Algún problema? – preguntó preocupándose – ¿Hubo algún problema en la residencia?

Mark Gerandy era un gran amigo. Él y su mujer Charlotte eran sus principales colaboradores en la residencia Marie Dwyer, que Bella había fundado seis años antes, y Mark dirigía.

- No, ningún problema – aseguró Mark

- ¿Entonces? – preguntó suspicaz

- He recibido una llamada para ti – dijo y Bella le observó curiosa – Edward Cullen

- ¿Edward Cullen?– indagó enormemente sorprendida – ¿Qué quería? ¿Para qué me llamó?

Mark la observó receloso antes de responder.

- Debes volar a Nueva York, tu padre ha sufrido un accidente

Bella acusó la noticia como un golpe que le quitó la respiración. Sus ojos se anegaron en lágrimas.

- ¿Charlie? – preguntó con un gemido – ¿Qué sucedió? ¿Cómo está?

- Ha sufrido un accidente cerebro vascular. Está grave, no voy a mentirte. Cullen me pidió que le llamaras

- ¡Oh, por Dios! – se quejó dejando salir su llanto y dejándose caer pesadamente sobre la silla más cercana

- Me tomé el atrevimiento de reservarte un billete. – dijo agachándose junto a ella para tomarle las manos entre las suyas – Sales hoy a las 14:55

- ¡Oh, Dios mío! Gracias Mark – dijo mirando la hora en su reloj

- Tienes tiempo – le aclaró – Pero será mejor que vuelvas ahora a la ciudad

- Eso haré – dijo poniéndose de pie nerviosa

Todos los acontecimientos le sobrepasaron, y cuando se dio cuenta se encontraba sentada en el avión que la trasladaría de Windhoek a Johannesburgo. Allí tras una escala de 4 horas cogería un vuelo que la llevaría a Nueva York donde llegaría a la mañana siguiente.

Fue en la Terminal de Johannesburgo donde se dio cuenta que debía llamar a Edward.

Cerca de las 9 de la mañana el teléfono móvil de Edward repiqueteó en la mesita de noche.

Había vuelto del hospital hacia las 5 y se había dormido sobre las mantas de su cama sin quitarse siquiera la ropa.

- Cullen – gruñó

Bella se estremeció al escuchar su voz y no pudo responder de inmediato

- ¿Hola? – insistió Edward molesto

- Hola, Edward. Soy Bella – dijo con un hilo de voz

- ¡Bella! – exclamó agradecido – Al fin me llamas. ¿Dónde estás?

- Voy a coger un avión rumbo a Nueva York. ¿Cómo está mi padre? – sollozó

- Oh, Bella. Lo siento mucho. Charlie no está bien, su estado es reservado, estable pero grave. Yo estuve en el hospital hasta hace unas cuatro horas y no había novedades.

- ¿Se va a morir? – preguntó acongojada

- Oh, cariño. – se lamentó enternecido por la niñita desamparada que vivía aún en el cuerpo delicioso de esa mujer – No lo sé, cariño. Está grave. Podría suceder cualquier cosa. No queda por hacer más que esperar. Tienes que venir, Bella.

- Estoy en ello

- ¿A qué hora llegas?

- Tardaré un poco – confesó

- Dime a qué hora llegas. Iré a recogerte.

- No hace falta, Edward.

- Por favor, Bella, no discutas. Deja que te recoja, me hará sentir un poco mejor después de haberte dado esta noticia.

- De acuerdo. Llegaré mañana por la mañana al JFK. Vuelo UA7915. 06:40 AM

- De acuerdo. Allí estaré.

- Gracias, Edward. Hasta mañana

- Hasta mañana. Bella – Edward cortó la llamada sorprendido.

¿Dónde estaba Bella que aún tardaría un día en llegar? Sin pensar más abrió su ordenador portátil y escribió UA7915 en su buscador.

Bella estaba volando desde Sudáfrica. Qué extraño. ¿Qué hacía Bella en Sudáfrica? Esa chica era una caja de sorpresas, y sospechaba que él aún no había siquiera rasgado el envoltorio.

 

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Espero que disfruten éste

Capítulo 8: chapter 8 Capítulo 10: chapter 10

 
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