NIGHT SCHOOL; tras los muros de Cimmeria.

Autor: Honey
Género: Misterio
Fecha Creación: 29/04/2013
Fecha Actualización: 29/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 16
Comentarios: 40
Visitas: 46986
Capítulos: 31

El mundo de Bella se viene abajo: odia su escuela, su hermano ha desaparecido y ella ha sido arrestada. Otra vez.

No puede creer que sus padres hayan decidido enviarla a un internado. Aunque Cimmeria no es una escuela normal: no permiten ordenadores ni teléfonos móviles, y sus alumnos son superdotados, o de familias muy influyentes. Pero hay algo más: Bella se da cuenta de que Cimmeria esconde un oscuro secreto, un secreto que solo comparten algunos profesores y los alumnos de las misteriosas clases nocturnas de la Night School.

A pesar de todo, Bella parece feliz. Ha hecho nuevos amigos y uno de los chicos más atractivos de la escuela le dedica toda su atención. Y, claro, también está su relación con Edward, ese chico solitario con el que siente una inmediata conexión.

Todo parece ir bien hasta el momento en que Cimmeria se convierte en un lugar terriblemente peligroso donde nadie parece a salvo. Bella tendrá que elegir en quién confiar mientras descubre los secretos de la escuela.

_

La historia es de C. J. Daugherty y los personajes pertenecen a Stephenie Meyer.

Definitivamente, esta historia no me pertenece. Es una adaptación de un libro y recien saga llamada Nigth School. Este es el primer libro y pronto saldrá el segundo. La adaptación la hago por simple ocio, intercambiando los nombres de los personajes de la obra original por los de la Saga Crepusculo.Si hay algun problema de verdad avisenme, ya vere como me las arreglo o si se deberá eliminar.

Chicas y chicos; si la historia les gusta, por favor no duden en dejar su voto y su comentario. Sus comentarios son muy importantes ya que así sabre lo que opinan ¿De acuerdo?

 **ACTUALIZARE TODOS LOS LUNES**

Los capitulos son largos, esa es la razón.

 

Por cierto, debo aclarar que elimine mi ultimo FanFic llamado: El Silencio de la Luna, por favor disculpenme si lo estaban leyendo, les prometo que despues lo subire, solo que ahorita no estoy muy entregada al cien por ciento al fic y sinceramente no me siento bien dejarlos abandonados mucho tiempo.

Tengo mi primer FanFic en proceso, se llama UNA VIDA DISTINTA y si le das click en el siguiente link [http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3612] te llevara en directo a el.

Bueno pues espero que la adaptación sea de su agrado. :)

 

 

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Capítulo 13: Conspiración

Las dos semanas previas al baile se extendieron como meses. Bella tenía la sensación de que el colegio entero se movía a cámara lenta. Las clases se alargaban. Los profesores se negaban a ceder a la apatía y distracción estudiantiles, de modo que el trabajo se acumulaba pero, por primera vez, la biblioteca estaba casi vacía por las tardes.

 

—Si esta semana me retraso… que así sea —declaró Alice, aunque el hecho de que estuviera sentada en la cama blandiendo una diadema restó algo de dramatismo a la afirmación—. Ya me pondré al día la semana que viene.

 

—¡Bien dicho!

 

Tendida boca abajo en el suelo, Bella hojeaba peinados en una revista de moda.

 

—¿Crees que me quedaría bien el pelo corto?

Mostró la foto de una modelo parecida a un elfo.

 

Alice inclinó la diadema hacia ella.

—Cambiar de peinado mejora el ánimo, pequeña Bella. Nunca lo olvides. Pero ese pelo tan corto no va con tu corte de cara, para tu información.

 

Bella pasó la página.

—Sabias palabras, Alice. Sabias palabras.

 

En su habitación, el vestido blanco pendía tentador de la puerta del armario, con los zapatos de Alice cuidadosamente colocados debajo. Cada mañana, al levantarse, el vestido era lo primero que Bella veía, y cada noche tachaba un día más de su calendario mental.

 

Si bien intentaba llevar las tareas de clase al día, le costaba muchísimo concentrarse. Pocos días antes del baile, cuando se sorprendió a sí misma leyendo el mismo párrafo del libro de historia por quinta vez, se dio por vencida. Se levantó del escritorio, se desperezó y se quedó mirando el sol que brillaba al otro lado de la ventana.

 

Tengo que moverme un poco.

 

Se puso la ropa de correr y se recogió el pelo en una coleta. Al bajar por las escaleras se cruzó con un solo alumno, y cuando se asomó para echar un vistazo no vio a nadie en la planta baja. En el exterior, el sol caía con fuerza sobre el mullido césped. Desde la escalinata de entrada alcanzó a ver a varias personas tendidas sobre toallas y mantas extendidas en el suelo, pero ella nunca había entendido qué gracia tenía aquello de tomar el sol. En cambio, se encaminó hacia el cenador, trotando a paso vivo. El movimiento siempre la había ayudado a tranquilizarse, de modo que se dejó llevar por el ritmo y aceleró al llegar al sendero. Contaba cada paso entre dientes.

 

—Doscientos noventa y seis. Doscientos noventa y…

 

—¿Por qué haces eso?

 

Aquella voz surgida de la nada sobresaltó tanto a Bella que tropezó; tuvo que cogerse a la rama de un árbol para evitar la caída. Al borde del camino, Edward la miraba con los brazos en jarras.

 

Jadeando, Bella se inclinó para apoyar las manos en las rodillas mientras recuperaba el aliento.

 

Cuando se incorporó, se echó la coleta hacia atrás por encima del hombro.

 

—¿Cómo? ¿Ahora me hablas, Edward? ¡Qué honor!

 

Desde la discusión en la biblioteca, Edward la había evitado y Bella se había alegrado de ello.

 

El chico se comportó como si no la hubiera oído.

—Eso de contar. Ya te había oído hacerlo otras veces. ¿A qué se debe?

 

—A nada que te importe, acosador. Y ahora piérdete.

 

Bella echó a correr de nuevo por el sendero, pero él le sostuvo el paso con facilidad.

—Es una pregunta muy fácil.

 

Frustrada, Bella profirió un grito y luego aceleró azuzada por la propia rabia. Sin embargo, Edward no se quedó atrás y ella acabó por gritarle con voz entrecortada:

 

—No se… ignora a alguien… durante semanas… y luego… se le hacen… preguntas personales. Capullo.

 

—Gruñona.

 

—Lo que tú digas.

Se hizo un silencio. Bella se negaba ostentosamente a dirigirle la palabra.

—Bella, no confíes en Jacob.

 

—Te estoy ignorando.

 

—No puedo decirte por qué. Pero no es la clase de persona que crees que es.

 

Ella aminoró el paso y lo fulminó con la mirada.

—¿Qué se supone que significa eso?

 

Edward empezó a hablar, pero cambió de idea. Agitando la cabeza con aburrimiento, Bella echó a correr por el camino; al cabo de un rato dejó de oír pasos a su espalda.

 

Cuando el tejado del cenador surgió de entre los árboles, Bella ahogó un grito a pesar de la rabia. La noche de la tormenta no había podido verlo bien. Era hermoso; una construcción de fantasía coronada por un angosto tejado en punta que se elevaba a más de siete metros del suelo, recubierto de coloridas baldosas decoradas con recargados motivos moriscos.

 

Seis columnas, talladas con delicadeza, sostenían el alegre tejado. Subió la escalera hasta la tarima en sombras, que circundaban una baranda de madera y algunos bancos. Acomodándose en el fresco asiento, apoyó la barbilla en el brazo y oteó en el bosque. No vio a Edward por ninguna parte.

 

¿Qué se traía entre manos? ¿Acaso estaba celoso sencillamente? ¿O hablaba en serio? Parecía hablar en serio.

 

Trató de pensar en algo que Jacob hubiera hecho para merecer sus dudas. Siempre había estado ahí para ayudarla cuando había tenido problemas. La había protegido de Banner. Sí, era afectado y sí, por lo visto era muy rico, pero no se había comportado como un esnob. Parecía amable. Edward, por otra parte, siempre se había mostrado problemático, exigente, crítico y amenazador.

 

Era evidente quién merecía su confianza y quién no.

Lo que no entiendo es por qué Edward se preocupa tanto.

 

Al llegar al comedor aquella noche, Bella descubrió a Alice, Ángela y Leah enfrascadas en una animada conversación en voz baja.

 

—Tienes que hacerlo, Ángela —decía Alice —. Es una tradición.

 

—Yo lo voy a hacer, y sabes que detesto ese tipo de cosas —terció Leah.

Obviamente reacia, con la cabeza gacha y la cara tapada a medias por la melena lacia, Ángela jugueteaba con la comida del plato.

 

—No sé. Es que me parece un poco raro.

 

—¿Raro? ¿A qué te refieres? —quiso saber Bella acercando una silla al mismo tiempo—. ¿Qué hay para cenar esta noche? Espero que sea lasaña.

 

—¡El chapuzón en el lago! —los ojos de Alice brillaban de entusiasmo—. Se celebra siempre la noche anterior al baile, y Ángela no quiere participar. Pero tiene que hacerlo. Y oye, pensaba que solo comías ensalada.

 

—Oh, vaya —se lamentó Bella—. Había olvidado ese rollo de la ensalada. ¿Y qué diablos es el chapuzón en el lago?

 

Se sirvió agua de la jarra que descansaba sobre la mesa.

—Caray, no me había acordado de contártelo — Alice soltó el brazo de Ángela y se volvió hacia Bella —. Es una tradición. Los alumnos de los dos últimos cursos se escabullen en mitad de la noche previa al baile para ir a nadar al estanque.

 

Extrañada, Bella se giró hacia Ángela.

—¿Y qué tiene eso de malo? ¿Es que no sabes nadar?

 

Levantando la barbilla, Ángela miró a Alice con expresión acusadora.

—Hacen algo más que nadar. Cuéntale la verdad.

 

Alice puso los ojos en blanco.

—Vale. Muy bien. En pelotas. ¿Por qué has de ser tan mojigata, Ángela? ¡Será alucinante!

 

Bella se atragantó con el agua.

—¿Qué? ¿Todos juntos? ¿Chicos y chicas? ¿Desnudos?

 

Leah le dio unas palmadas en la espalda.

—No se ve nada, Bella — Alice parecía exasperada—. Y no es para tanto. Te bañas, sales y te vuelves a vestir. No es una peli porno. Es una diversión casta, buena y saludable. Además, es una tradición y tienes que venir porque yo no pienso ir sin ti.

 

Bella se acercó más a ella.

—A ver si lo pillo… Tú, yo, Leah, Ángela, nuestras parejas del baile y un montón de desconocidos vamos a nadar desnudos en un lago. Juntos. Por diversión.

 

—¡Exacto! — Alice aplaudió entusiasmada—. Y todas estaremos allí, ¿vale?

Ángela parecía a punto de vomitar.

 

—Por desgracia, Bella no está invitada —Rosalie se acercó a la mesa, tan hermosa como siempre —. Acaba de llegar. Solo pueden asistir los alumnos más antiguos de Cimmeria.

 

—Oh, pírate, Rosalie. En serio — Alice la asesinó con la mirada.

 

Rosalie no se dejó intimidar.

—Lo digo en serio, Alice. No creo que esté bien. Pienso comentárselo a Kate.

 

—No puedes decirle nada a Kate, cretina —le recordó Alice —. No estamos autorizados. No puede hacer nada al respecto.

 

— Alice —intervino Bella con los dientes apretados—, ¿qué día has dicho que se celebra el chapuzón ese?

 

—El jueves a medianoche —respondió su amiga. Sus ojos destellaron con malicia.

 

—Genial. Allí estaré.

 

Rosalie le lanzó una mirada gélida.

—Si lo haces, Bella, no vayas luego a llorarle a Tanya si pasa algo. Recuerda que te he avisado.

 

Mientras la otra se alejaba, Bella masculló entre dientes:

—Uy, sí, gracias por preocuparte tanto por mí, Rosalie.

 

Alice se rio por lo bajo.

—Olvídala. Me alegro de que hayas decidido venir. Llevo esperando este día desde que llegué a Cimmeria. Si Ángela y Leah se apuntan también, iremos todas juntas y será aún más divertido.

 

Ángela contemplaba su plato vacío, consternada. Bella sonrió a Alice, pero en su fuero interno tenía el corazón en un puño. Ya se estaba arrepintiendo de haber sido tan imprudente como para aceptar la invitación. Ahora bien… ¿qué podía pasar?

 

—¿Y cómo saldremos sin que nos pillen? —preguntó—. Quiero decir, ¿los profesores nos dejan ir a nadar en pelotas al lago en plena noche?

 

Aunque no hubiera pronunciado una palabra, la expresión de Alice habría bastado como respuesta.

—Hacen lo posible por impedirlo. O sea, ¿te imaginas lo furiosos que se pondrían nuestros padres si alguno de nosotros se lastimara? —sonrió alborozada—. Escaparse es parte de la diversión.

 

Las puertas de la cocina se abrieron y el personal de servicio hizo aparición portando bandejas de lasaña. Bella gimió.

 

—No sé qué es peor, si renunciar a la lasaña o tener que nadar desnuda con Rosalie Hale.

—Jasper y yo tenemos un plan para salir —informó Alice —. Hablaremos de ello después de cenar. Venid a mi habitación a las ocho y pensaremos los detalles —se llenó el plato de ensalada—. Me encanta conspirar.

 

A las ocho y diez, Bella se encontraba en el pasillo ante la puerta de Alice. Al oír voces en el interior, levantó la mano para llamar… y la dejó caer. Al cabo de un momento reunió fuerzas y, dando unos golpes de aviso, giró la manilla y entró.

 

Alice, Ángela, Leah, Jasper y Paul estaban sentados en corro. Bella se acomodó en el suelo entre Leah y Paul. Dobló las rodillas y se las rodeó con los brazos.

 

Jasper señalaba una pequeña zona del mapa.

—… de modo que, teniendo en cuenta todo lo dicho, creo que la única salida segura es la puerta que hay en la zona de las aulas.

 

Paul lo miró con expresión escéptica.

—Espera, todos sabemos que hasta la última puerta estará vigilada. ¿Por qué iban a dejar sin vigilancia esa en particular?

 

—Por dos motivos —aclaró Jasper—. En primer lugar, porque el Reglamento especifica que no se puede pisar esa ala fuera del horario lectivo bajo ninguna circunstancia; de modo que si nos pillaran nos meteríamos en un lío muy serio. En segundo lugar, porque es una salida de incendios y se supone que está conectada a una alarma.

 

—¿Y cómo desconectaremos la alarma? —preguntó Bella.

 

La respuesta de Jasper fue muy sencilla:

—No hay alarma.

 

Se organizó un gran alboroto y Jasper, que parecía disfrutar de la sorpresa generalizada, levantó las manos para pedir silencio.

 

—En todo el edificio no hay ni una sola alarma. Y si veis alguna señal que lo indique, seguro que es falsa.

La voz queda de Ángela rompió el silencio de estupefacción que había caído sobre el cuarto.

—¿Por qué?

 

—No lo sé —contestó Jasper.

 

Al mirarlo con atención, Bella tuvo la sensación de que mentía. Sabía muy bien por qué pero no quería decirlo.

 

No hay alarmas de incendio. No hay alarmas contra robo. Ningún artilugio que advierta a nadie de nada.

 

—Y bien —intervino Alice poniendo fin a la conversación sobre las alarmas—, ¿cómo entraremos en la zona de las aulas sin llamar la atención?

 

—Yo tengo una idea para eso —intervino Paul—. Os diré lo que haremos…

 

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Les subi dos capis, debido a que no tengo mucho tiempo por la universidad. Espero que sigan la historia :) Se acerca el baile de verano y con ello muchos otros secretos que descubrir :)

 

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Visiten mi otro fic: UNA VIDA DISTINTA

Capítulo 12: Invitación. Capítulo 14: Chapuzón

 
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