Edward POV
Las cosas en California se complicaban por momentos y no me gustaba nada estar tanto tiempo lejos de Bella. La llamaba todos los días, pero no me gustaba escucharla tan triste… quizás debí esperar más tiempo para hacer todo esto o mandar la universidad al diablo y solo quedarme en Forks… no lo sé, pero todo esto me tenía muy mal. Solo quería volver y abrazar a mi Bella y no tener que volver a dejarla…
Habían pasado ya un par de semanas y me faltaba muy poco para que me saliera el traslado de la universidad de California hasta Seattle, para poder estar más cerca de Forks, cuando recibí una llamada de Rosalie. Me resultó extraño, Rosalie casi nunca me llamaba, siempre era Esme y Jasper… incluso Carlisle, pero nunca Rose…
- Rose- le pregunte intrigado-¿sucede algo?
- Hola Edward- murmuro Rose-… tienes pensado volver pronto a Forks?
- Si… creo que en un par de días ya estaré por allá… pero dime ¿sucede algo en casa? ¿quizás Esme…?
- No, todos en casa estamos bien – dijo - Pero creo que hay algo que deberías saber…
- ¿Qué cosa…? -pregunte algo inquieto
- Tiene que ver con Bella…
De inmediato me moleste. Si Rose llamaba y Bella tenía que ver, seguro no podía ser nada bueno. Eso era un hecho.
- Rose, te pedí que no te inmiscuyeras- le gruñí- así que si no te molesta, tengo mucho que hacer…
- No espera, no cortes- dijo Rose- Es importante
- Bien Rosalie, tienes 5 segundos. Habla pronto, no tengo todo el día
- Bueno… es que no es seguro… pero los rumores son fuertes… y yo…
- ¿Qué Rose, que?
- Se dice que Bella está embarazada…
Se me cayó el móvil de la mano y ya no volví a escuchar a Rosalie. Bella… mi Bella… ¿embarazada?
No estaba seguro si era factible que lo estuviese tan pronto… no habían pasado muchos días desde nuestros encuentros, pero podía ser…
Me quede pasmado y no supe que hacer… lo primero que se me ocurrió fue llamar a Bella, pero luego me cruzo una ola de pánico. ¿Yo padre? ¿En realidad podría yo ser padre? ¿No sería que Bella…?
Me golpee mentalmente por pensar eso. Por supuesto que no imbécil. No puedo pensar mal de ella. Si ella está embarazada ese bebe es mío y nada más.
De pronto me sentí emocionado… ¿sería verdad?
Con el corazón golpeándome agitado en el pecho, marque el teléfono de Bella, esperando que me confirmase o desmintiese la información… pero nadie me contesto. Qué extraño.
Insistí con Emmett y tampoco obtuve respuesta. Esto estaba extraño.
Decido dejar los detalles encargados con Ángela y me despedí de ella, sin decirle el motivo de mi apuro. En realidad solo era una sospecha, por lo que no quería estar de chismoso sin asegurarme primero. Conduje mi nuevo automóvil a Forks, acelerando emocionado por llegar pronto. Durante el camino el corazón me latía frenético por el millón de posibilidades que surgían de esto… si Bella estaba embarazada… ¿querría casarse conmigo? Eso sería lo más sensato. Casados Bella y yo…
Sentí una gran emoción y el estomago se me apretó de pronto. ¿Y si ella no quería casarse? Bueno, pero estaríamos juntos… No. Yo la convencería de que casarse es lo mejor y así estaríamos juntos siempre… los tres…
Acelere más aún para llegar en tiempo record a Forks. Lo único que quería era verla y abrazarla… si estaba embarazada, seria genial y si no… pues podríamos seguir intentándolo… Me reí de mis pensamientos retorcidos. De pronto quería ser padre solo por un rumor.
De pronto la idea de ser padre me parecía de lo más fantástica, a pesar de mi edad. Me reí y puse música.
El viaje de California a Forks me tomo mucho menos tiempo que la vez anterior. Estaba un poco cansado, pero valió la pena el esfuerzo.
Ni siquiera pase a mi casa, me dirigí directo a la casa de Bella, pero me extraño no encontrarla… ni tampoco a Emmett. No estaban en casa. Tampoco contestaban el teléfono… ¿pero dónde demonios podrían estar?
Baraje varias posibilidades, pero ninguna me pareció muy posible. Finalmente me decidí a ir a la casa de Alice, a ver si ella sabía algo. La casa de Alice estaba en el mismo sitio que el bar donde fui con Bella hace tiempo atrás, cuando comencé toda mi historia con ella. Me recordé de ese tiempo y me sonreí. Las cosas eran muy distintas ahora…
- Miren a quién tenemos por acá- escuche una voz a mis espaldas
Me volví y reconocí a Jacob. El maldito tipo con el que estuvo Bella. La sangre me hirvió en las venas, pero me mantuve lo suficientemente sereno. No me rebajaría a su nivel.
- Jacob – prácticamente escupí su nombre
- Si buscas a la pequeña mosca esa… Alice… pues no está- dijo riendo
Era evidente que estaba bebido.
- Si me disculpas Jacob – le dije, dirigiéndome a la casa de Alice. No me importaba lo que él me dijera, si Alice no estaba lo comprobaría yo mismo.
- Oye Cullen – me dijo, siguiéndome- ¿te sabes la última noticia de Isabella?
Me di la vuelta con el ceño fruncido. Jacob ya me estaba comenzando a irritar y no quería que ni siquiera mencionase su nombre. El no se iba a volver a acercar a Isabella.
- No te permito que hables nada sobre mi novia Jacob. Déjanos en paz- le gruñí
- Oh, pues yo creo que me verán bastante seguido- dijo riendo- ¿Sabias tu que ella está embarazada?
Lo mire espantado… ¿Cómo demonios el sabia eso?
- No es tu asunto Black- le gruñí- ahora si me permites…
- Pues una mierda que si es mi asunto… ese hijo puede ser mío ¿lo sabías?
Me detuve en seco. ¿De qué demonios me estaba hablando ese maldito perro?
- ¿Qué mierda estás diciendo?- masculle mirándolo
- Bueno, tú sabes… un hombre y una mujer se juntan y hacen cosas de adultos…
Me acerque a él con furia y lo tome por las solapas de su ropa, estampándolo contra una pared cercana. El muy idiota solo reía.
- ¿Me estás diciendo que le pusiste tus sucias manos encima a Bella? – le grite, furioso
- Hey, no te molestes… hay que saber compartir- rio Jacob- además ella no se opuso finalmente… tu bien sabes cómo es Isabella…
La furia me embargo y lance a Jacob al suelo, con fuerza. Lo hubiese golpeado si no estuviera tan bebido, pero no quería golpear a un borracho. ¡Maldito perro de mierda!
- ¡Estas demente! – le grite - ¡Aléjate de Isabella o te matare a golpes entendiste!
- ¡Exijo las pruebas de paternidad!- grito Jacob- y volvió a reír como un orate- Dile a Isabella cuando la veas que se lo advertí- grito finalmente
No sabía a qué mierda se refería y tampoco me quede a averiguarlo.
Lo deje allí en la calle, mientras corrí a mi coche, cerrando la puerta con ira contenida. No podía ser cierto, no podía ser cierto… Isabella. Ella no sería capaz de hacerme esto… ¿o sí?
Acelere desesperado hasta mi casa. Allí tenían que saber algo. El corazón me latía con furia en el pecho y poco antes de llegar tuve que detenerme, mientras golpeaba el volante como un enajenado. No podía ser, no podía ser…
Un dolor comenzó a crecer en mi pecho y me trague las lágrimas que amenazaban con arrancar de mis ojos. No lo haría. No dejaría que la duda me ganara. Tenía que hablar con Bella.
Conduje el último tramo a casa y me baje del coche. Entre como una tromba y llame a mis hermanos por su nombre. No salió nadie. Cuando ya estaba a punto de marcharme, me encontré con Esme.
- Mama- le dije, corriendo hacia ella- ¿Dónde están todos…? ¿Rose, Jasper…?
- Edward – dijo Esme, abrazándome – hijo, escúchame
- ¿Qué sucede…? – le pregunte demasiado alterado.
- Tus hermanos están en el hospital. Bella está hospitalizada.
Un frio me recorrió el cuerpo.
- ¿Pero que ha sucedido? – le dije, casi con un hilo de voz
- No lo saben, no han dicho nada. Solo sé que la encontraron inconsciente en su casa con fiebre…
Inconsciente. Embarazada… No por Dios.
Corrí a mi coche con el alma en un hilo. Tenía una confusión gigantesca en mi mente, pero por ahora lo que importaba era que ella estuviese bien. Conduje como enajenado al hospital y me encontré con Emmett en la entrada del hospital. Se asombro al verme.
- Edward- me gritó- ¿Qué haces acá… no estabas en California…?
- Supe lo de Bella- dije yo
- ¿Pero como… tan pronto?- pregunto incrédulo
- ¿Qué es lo que tiene?- pregunté – ¿Como esta?
- Bueno… los médicos no están seguros… están haciendo los análisis… si quieres puedes pasar a verla…
- Gracias, te lo agradecería
Caminamos por un largo pasillo hasta dar con la entrada de una habitación. Emmett me hizo una señal y abrí la puerta con cuidado. Cuando entre, el corazón me dio un vuelco. Allí estaba ella.
A pesar de todo lo que tenia encima, un par de monitores y los cables, se veía hermosa… pero no pensé que su embarazo la hiciera estar tan grave…
Me acerque un poco a su cama. Estaba pálida y se veía cansada. Cuando me sintió aproximarse abrió los ojos y me dedico una gran sonrisa. El corazón se me apretó en el pecho.
- Como estas- pregunte. Y mi voz salió extrañamente débil
- Bien- dijo sonriendo- los médicos exageran todo… no fue más que un estúpido mareo…
- No se ve como un mareo- le dije
- Es la mala suerte de Bella- rio sin ganas
La mire con un peso enorme en mi pecho. Estaba enferma y sabia que no debía molestarla, podría sufrir algún daño… pero no odia estar sin saberlo, debía saberlo… El peso de la incertidumbre que había sembrado Jacob podía más que cualquier atisbo de cordura. Y entonces, lance las palabras fatídicas.
- ¿De quien es el hijo Bella… es de Jacob o es mío?
Isabella me miro con extrañeza, sin entender lo que le preguntaba. Pero yo había sido muy claro y esperaba su respuesta. No podía estar en esta incertidumbre un minuto más. Mi corazón estaba adolorido, pues fuera cual fuera la respuesta, Bella había estado con Jacob. Ella no me había sido fiel y eso me partía el alma. Aun con el corazón desgarrado, guardaba una pequeña esperanza. Por eso yo necesitaba escucharlo de sus labios.
- ¿De qué estás hablando Edward? – dijo sonriendo, contrariada
- Necesito saber si ese embarazo tuyo es por mi causa o por Jacob… - le repetí
Isabella me miro y vi dolor en sus ojos. Y también comprensión. Probablemente no supuso que me enteraría y eso la dejaba mal. Ella me miro con una mirada que no supe interpretar y luego sus ojos se endurecieron.
- ¿Qué es lo que tú crees?- me pregunto con frialdad
- No lo sé, por eso necesito saberlo- dije
- No confías en mí - sentencio Bella. Y no me lo estaba preguntando
- Por favor, solo dímelo – le gruñí, más molesto por su silencio
Ella movió su cabeza y vi que una lágrima rodo por su mejilla. Sus manos se apretaron en un puño y no me dijo palabra. Estaba temblando.
- ¿Porque lo hiciste Isabella?- dije con dolor
Ella seguía sin contestarme y en su rostro se reflejaba dolor y decepción. Sobretodo decepción. No entendía su expresión. El dolido debía ser yo.
- Yo confiaba en ti- continúe, casi llorando, mientras mi cuerpo temblaba- Yo fui el único que creyó en tu cambio, en que eras una nueva y renovada persona… ¿y tú así me pagas…? ¿revolcándote con Jacob?
Bella me lanzo una mirada envenenada que me penetro hasta los huesos. Me tenía enfermo su silencio. Solo quería que dijese algo, lo que fuera.
- De quien es el hijo- repetí una vez más, casi en un gruñido- ¡De quien es el hijo que estas esperando Isabella!- y eso ya lo grite
Ella abrió los ojos muy grandes, sin creerse que le gritara. Luego volvieron a ensombrecerse.
- ¿Quién te dijo que yo estaba embarazada? – pregunto
Como si eso importara en este momento.
- No importa – gruñí- limítate a contestar lo que te pido
Ella suspiro y tembló imperceptiblemente
- ¿Quieres saber de quién es el hijo?- rio ella, como si fuese una gracia – Pues si tuviese ahora aquí a mi hijo no sería más que mío. Ni tuyo ni de Jacob. Solo mío.
La mire sin comprender muy bien sus palabras. La furia de no escuchar que negase haber estado con él me embargo. No lo corroboro, pero tampoco lo negó. Eso solo me decía que era cierto.
- ¡No eres más que una…!- le grite furioso- ¡Rosalie tenía razón, todos tenían razón…! ¡nunca cambiaras… solo te tiras a quién te pasa por delante! ¡Esta es la última vez que juegas conmigo Isabella!
La mire temblando y con ganas de romper algo. Mi corazón se rompía en mil pedazos y ella seguía mirándome con esa mirada insondable. Como podía ser tan fría.
- ¡Dime algo maldita sea!- le grite
Bella se recostó hacia atrás y la vi llorando. Lagrimas falsas, no me convencerían esta vez. Ella no era más que otra mujer fácil. Como todas. No se merecía mi cariño ni mi amor.
- Vete de aquí Edward, vete… y por favor, no quiero volver a verte jamás- me dijo, sin mirarme, con la voz quebrada.
- ¡Claro que me voy!- le grite, furioso
Y me encamine hacia la puerta. Antes de abrir la volví a mirar. Mi alma estaba destrozada. Mi vida estaba hecha polvo. Esto no me podía estar pasando a mí. Si era mi hijo, me haría cargo… pero por ahora solo quería estar lejos de ella.
- Oh, y tu maldito amante te mando un mensajito conmigo- le grite antes de salir- me dijo que te recordara que te ibas a arrepentir… supongo que tu entenderás lo que significa… a mi no me interesa.
Y salí de allí, prácticamente huyendo. No escuche a Emmett, que me llamo al verme ni mire a nadie más. Lo único que hice fue correr a mi coche, encerrarme en él y salir disparado con destino a cualquier lugar. Lejos. Lejos del dolor de mi alma, lejos de los engaños de Bella, lejos del mundo. Nunca más volvería a caer. Dos veces eran suficientes. Una lágrima rodo por mi mejilla, pero sería la última que derramaría por Isabella Swan. Eso lo juraba.
Bella POV
Me desperté en una blanca habitación de hospital. Me dolía todo el cuerpo y no sabía muy bien como había terminado allí. Mire a mí alrededor, tratando de buscar una respuesta. Nada.
El monitor me tenia intranquila con su sonido monótono. ¡Necesitaba respuestas y las necesitaba ahora! ¡Demonios!
Cuando ya estaba por levantarme, apareció Emmett en la puerta. Tenía el rostro cansado y en su cara se veía la preocupación marcada. Eso no me gusto nada.
- ¿Em? – dije algo nerviosa… ¿Que ha pasado… que estoy haciendo aquí…?
Lo vi sentarse en mi cama y tomar una de mis manos.
- Bells… te encontré inconsciente en la cocina de la casa… no despertabas así que tuve que traerte al hospital…
- ¿Charlie?- pregunte automáticamente
- Está en la cafetería. Se la ha pasado horas hablando con los médicos
- ¿Pero porqué…? ¿Qué es lo que tengo?
- Primero pensamos que estabas embarazada- me dijo sonriendo levemente- pero ojala hubiese sido eso…
El rostro de Emmett se desdibujo y pude ver el dolor en su cara. Esto no podía ser bueno. Al menos ya sabía que no estaba embarazada.
- ¿Em?- pregunte dudosa
- Te han hecho muchos exámenes. Estuviste inconsciente varias horas y luego te dormiste cuando te sedaron…
- ¿Cuánto llevo acá? pregunté, dudando
- Poco más de un día…
- Un día- murmure asombrada
- Si- dijo Emmett- ha sido mucho tiempo
Trague en seco y me dispuse a preguntar... Solo esperaba que no fuera algo tan malo
- ¿Qué es lo que tengo…?
- Bueno, aun están haciendo algunos exámenes y faltan algunas pruebas pero…
- Emmett, que es lo que tengo – pregunte algo molesta por la demora
- Leucemia aguda- dijo casi en un susurro
La habitación giro levemente y sentí que la cama temblaba, pero finalmente me di cuenta de que era yo misma. ¿Leucemia? Esperen… ¿uno se muere de eso?
Trate de decir algo, pero solo un sonido parecido a un gemido salió de entre mis labios.
Finalmente, pude articular
- ¿Alguien más lo sabe?
- No- dijo Emmett – no le hemos dicho a nadie hasta que no sea totalmente concluyente…
- No se lo dirás a nadie – sentencie- No quiero la compasión de ninguna persona. Manejaremos esto en privado
- Pero Bells, tus amigos querrán saber…
- No- dije tajante- por culpa de mis amigos medio Forks creyó que yo estaba embarazada… ¡hasta Jacob fue a reclamarme!
Emmett me miro extrañado
- Y que hacia el reclamando algo… ¿tenía algún motivo para reclamar?
- ¡Por supuesto que no! Es un lunático – gruñí- según el no ha podido olvidarme… y no podía aceptar que yo estuviera con Edward… Trato de tocarme, por Dios!- bufe
- Debí haber estado contigo- gruño Emmett
- Bueno, no paso nada, le di su merecido – dije orgullosa
- Pues me hubiese gustado ser el que le diera una buena tunda… No me agrada nada ese tipo
Quedamos un momento en silencio. Suspire hondo y pregunte lo que más me interesaba.
- Y Edward… ¿él sabe algo?
Emmett negó con la cabeza.
No le hemos dicho nada a nadie. Esperamos a los resultados definitivos y a tu opinión por supuesto… ¿Se lo dirás a el?
- Siendo mi pareja, creo que merece saberlo… pero solo él y nadie más… - murmure
- Bueno, si quieres puedo tratar de llamarlo…
- No. Por ahora esperemos los resultados y luego yo misma lo llamo. Me hubiese gustado que estuviese conmigo… lo extraño mucho ¿sabes?
Emmett me sonrió y me acaricio el cabello.
- Me gusta verte feliz… el es un buen chico- Un poco debilucho, pero buen chico
Me reí con Emmett. Ahora solo habría que esperar.
Emmett me dejo un momento para ver que sucedía con los resultados. Luego de algunos interminables minutos llego Charlie y el médico, y me dieron las novedades. Efectivamente tenía Leucemia Aguda, como habían temido en un principio. Eso era algo malo. Me estremecía ante el devastador diagnostico, pero trate de mantenerme firme. Lo bueno era que la enfermedad no estaba aun muy avanzada y se podían buscar opciones para erradicarla. Se barajeaban muchas opciones, la última de ellas era un trasplante de medula, pero también era viable, siempre y que se encontrara un donante compatible. El médico me explicó que debería someterme a varios exámenes mas y que probablemente me tendrían acá varios días. Iban a probar con quimioterapia, y si no resultaba habría que ver. Me sentí desolada.
Charlie me abrazo y trato de confortarme, pero mi cuerpo exigía otros brazos. Y no es que no me gustaran los abrazos de Charlie, pero extrañaba tanto a Edward…
Cuando finalmente me dejaron sola en la habitación, llore amargamente. No era justo que ahora que mi vida parecía sonreírme me sucediera esto… yo quería estar con Edward, no encerrada en una habitación de hospital.
Tenía que hablar con Edward. En cuanto me sintiera mejor pediría un teléfono y me comunicaría con él. Necesitaba su compañía.
Estaba casi quedándome dormida otra vez, cuando abrieron la puerta de mi habitación. Cuando mis ojos vieron al visitante, mi corazón se disparo acelerado y me sudaron las manos en pura expectativa. Era el. Mi Edward. Se acerco a la cama mirándome. No comprendí la expresión de su rostro, pero probablemente estuviese preocupado o cansado.
- Como estas- pregunto- su voz sonó débil
- Bien- dije sonriendo- los médicos exageran todo… no fue más que un estúpido mareo…
Estaba tan contenta de que por fin estuviese aquí… Estaba un poco frio, pero supuse que sería porque estaba enferma y no querría molestarme. No quería preocuparlo. Comencé a dudar si debería decirle todo…
- No se ve como un mareo-me dijo, perceptivo
- Es la mala suerte de Bella- intente reír
El me miro con una cara que no me gusto… estaba pensando en algo que decirme y su expresión no era adecuada… se veía…. Disgustado o quizás dolido…. ¿Qué le pasaba…? Un escalofrió recorrió mi espalda cuando vi sus hermosos ojos verdes endurecidos y su mirada filosa
- ¿De quién es el hijo Bella… es de Jacob o es mío?
La pregunta me golpeo como un puñetazo en pleno estomago. Que es lo que me estaba preguntando… en realidad era eso debí oír mal… ¿es que Edward pensaba que yo estaba embarazada? Bueno, podía ser, por los rumores estúpidos que habían corrido por Forks… ¿pero de Jacob? eso no me cuadraba.
- ¿De qué estás hablando Edward? – dije sonriendo, contrariada
- Necesito saber si ese embarazo tuyo es por mi causa o por Jacob… - me repitió, fríamente
Sentí que un agujero era abierto en mi pecho. Esto no podía ser cierto… ¿en realidad Edward estaba dudando de mi? ¿En realidad el pensaba que existía la posibilidad de que yo me hubiese acostado con alguien mas que no fuese él?... No podía ser, no podía ser… a menos que Jacob… ¡Maldito!, tenía que haber sido él. No existía otra posibilidad. Y Edward le creyó. Edward le creyó todo. Se me cayó el mundo al piso en solo un segundo… el no confiaba en mi. EL siempre espero que yo le fallara. Eso no podía ser amor verdadero.
- ¿Qué es lo que tú crees?- le pregunte, y me asombre de lo fría que se oyó mi voz
- No lo sé, por eso necesito saberlo- dijo, mirándome
- No confías en mí - le dije, asegurándolo.
- Por favor, solo dímelo – me dijo, con un tono de molestia en su voz
Esto no podía ser verdad. Sentí esa pena enloquecedora subiendo por mi estomago e inundándome el alma. El realmente lo creía. Y cada vez estaba más convencido… ni siquiera valía la pena sacarlo de su error. No me creería y además la duda ya estaba sembrada. El dudaba. Sentí cuando una lágrima se me escapo de mis ojos y trate de reprimir mi dolor, apretando los puños con fuerza. No vale la pena llorar…
- ¿Porque lo hiciste Isabella?- me dijo con la voz atormentada
El dolor a mi pecho me estaba matando. El no podía hacerme esto, no el… yo que le había entregado todo mi corazón, que había cambiado por él y para ser digna de su amor, yo que luche contra mis demonios internos para hacerle el amor como el merecía…. El estaba poniendo en duda mis sentimientos por el…
- Yo confiaba en ti- me dijo, muy alterado- Yo fui el único que creyó en tu cambio, en que eras una nueva y renovada persona… ¿y tú así me pagas…? ¿revolcándote con Jacob?
Esas palabras terminaron por romperme y ahora el dolor fue reemplazado por una furia ciega. Lo mire casi con odio mientras me decía sus palabras mortíferas y cargadas de veneno. El no podía ser el hombre del que me enamore.
- De quien es el hijo -me dijo casi gruñendo - ¡De quien es el hijo que estas esperando Isabella!- me grito
No me creía que me estuviese tratando así. En ningún momento dudo de esto, sino más bien quería que le confirmara lo que él ya asumía como verdadero. Me asustó de todas formas, el no solía tratarme de ese modo.
- ¿Quién te dijo que yo estaba embarazada? –le pregunte. Necesitaba saber si en realidad Jacob había tenido algo que ver en todo esto.
- No importa – me dijo - limítate a contestar lo que te pido
Suspire decepcionada y un temblor leve me sacudió el cuerpo. Su frialdad y desamor me estaban matando. Más que cualquier enfermedad.
- ¿Quieres saber de quién es el hijo?-me reí de lo absurdo que sonaba este comentario, estaba tan lejos de la verdad– Pues si tuviese ahora aquí a mi hijo no sería más que mío. Ni tuyo ni de Jacob. Solo mío.
Y era verdad. Si realmente estuviese embarazada, no quería que ningún hombre se acercara a mí, y no querría la compasión de nadie, menos de Edward. Jacob era una mierda que no se merecería jamás algo tan hermoso como un hijo… y Edward… bien, pues Edward me había decepcionado terriblemente. Tampoco se merecería ser el padre de un supuesto hijo mío. Gracias a Dios no estaba embarazada, aunque eso el no lo sabía, ni me interesaba desmentirlo. Que pensara lo que quisiera, y no me importaba. De todos modos no me creería nada de lo que le dijese.
- ¡No eres más que una…!- me grito furioso- ¡Rosalie tenía razón, todos tenían razón…! ¡nunca cambiaras… solo te tiras a quién te pasa por delante! ¡Esta es la última vez que juegas conmigo Isabella!
Lo seguí mirando sin saber quién era ese hombre que me hablaba con tanto odio. No era mi Edward. El seguía diciendo esas palabras y yo ya no lo escuchaba. Me hundí en mi propio dolor. Esto solo podía pasarme a mí, lógicamente. Yo parecía no tener derecho a ser feliz.
- ¡Dime algo maldita sea!- me grito
Me hundí más en la almohada y sentí la tibia humedad de las lágrimas recorriendo mi rostro silencioso. Dolor, mucho dolor llenaba mi cuerpo. No había nada que decir, excepto un par de palabras. Y era lo único que el oiría de mi.
- Vete de aquí Edward, vete… y por favor, no quiero volver a verte jamás-le dije, sin voltear a mirarlo. No podría soportarlo.
- ¡Claro que me voy!- lo escuche gritar, con furia
Lo vi alejarse y dudar un momento antes de salir. Luego volvió a sus pasos y me termino de quebrar.
- Oh, y tu maldito amante te mando un mensajito conmigo- grito, eufórico- me dijo que te recordara que te ibas a arrepentir… supongo que tu entenderás lo que significa… a mi no me interesa.
Y salió por la puerta, tan rápido que creía que jamás había venido. Mi corazón estaba roto. Y mi cuerpo no podía soportar ese nivel de dolor. De alguna forma mis ojos se cerraron y lo único que oí a partir de ese momento fue el incesante sonido del monitor cardiaco, indicando que mi corazón seguía latiendo, aunque yo ya no lo sintiera.
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waooooo!!!!
solo una cosa chicas, edward es un ESTUPIDOOOO!!!!
uds que creen???
espero que les haya gustado!!!
saludos a todas!
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