Pervirtiendo a Edward (+18)

Autor: mari584
Género: + 18
Fecha Creación: 19/06/2010
Fecha Actualización: 09/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 89
Comentarios: 256
Visitas: 335771
Capítulos: 34

"Bella es la chica linda de la escuela y también es malvada, pervertida y coqueta. Siempre tiene lo que desea. Es por eso que verá en Edward, un tímido y sencillo estudiante, la materia prima ideal para su hombre de ensueño. El problema es que necesita unos "pequeños toques" por lo que Bella sumergirá a Edward en un océano de lujuria, desenfreno y libertinaje, para obtener lo que desea de ese hombre… pero en el intento, las cosas pueden no resultar como esperaba… al final, puede haber terminado creando un monstruo…"

chicas nueva historia y un nuevo comienzo...! =D

esta historia no es mia es de Natalia alias nandir77, es una excelente historia de esta maravillosa autora, espero que sea de su completo agrado para todas uds...! =D

espero que les guste y me lo hagan saber mediante sus comentarios y votos...! =D

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Capítulo 17: Juego Peligroso

EDWARD POV

Apenas si pude dormir esa noche con Isabella a mi lado. Me quedo claro que además de bueno para las matemáticas, deberían haberme dado un óscar al mejor actor… ¡dios mío! Ni yo me creía ese autocontrol inverosímil que tuve al hacer todo lo que los chicos me habían recomendado… no creí que fuese capaz, pero el hecho de verla así y la posibilidad de que todo esto resultara fueron más que yo. Los chicos habían hecho una buena labor indicándome la forma de actuar y las cosas exactas que hacer y decir. Gracias a ellos, porque al parecer había resultado. Lo más difícil había sido mostrarme indiferente, cuando en realidad quería lanzarme sobre ella. Pero lo logre y me sentía orgulloso.

Cuando desperté, aun era temprano, estaba despuntando el amanecer. Mo volví a ver a Isabella, y estaba hermosa, tapada hasta el cuello y con leves ojeras bajo sus ojos, lo cual demostraba que no había dormido bien. Si supiera.

Me removí despacio entre las sabanas, evitando despertarla, y me tope con la piel desnuda de sus piernas…

El deseo afloro. Eso es lo mismo que erección instantánea… ¡diablos!

Maldije por lo bajo, Esto no era apropiado, si Isabella se despertaba y me veía así… bueno, ¿qué amigo se excita con su amiga…? Uno pervertido, seguro. Recordé como el día anterior tuve que morderme la lengua para no decir nada comprometedor al verla con poca ropa. Tuve que hacer unos esfuerzos mentales gigantes para imaginarme a Emmett sin ropa y así se me pasara la excitación. Decidí levantarme, quizás una ducha fría me haría bien en esta situación…

- Edward- dijo bella de repente

Me quede estático de la impresión. Mierda.

Mis ojos volaron a su rostro… y pude ver que estaba dormida. Su respiración seguía siendo apacible y rítmica por lo que debió decir mi nombre en sueños.

Me volví hacia su lado y con delicadeza deslice uno de los mechones de su pelo hacia atrás, dejando despejado su rostro. Tenía la frente perlada por una suave capa de sudor, y se comenzó a quejar dulcemente.

Qué ganas de saber lo que estaba soñando. Se veía algo inquieta. ¿Quizás era un mal sueño? Decidí seguir observándola, pero no volvió a moverse. Para cuando estaba por salirme de la cama de nuevo,  la volví a escuchar quejandose.

- Edward-

Esta vez, ella se había movido más.

Sin quererlo, había removido la ropa de cama, quedando desnuda la mitad de sus piernas hermosas sobre la cama.

Trague en seco. Ella ahora se removía inquieta sobre las sabanas, y parecía sufrir… o algo así. O eso era lo que yo quería creer, por mi estabilidad emocional. Estaba a punto de despertarla, cuando una frase me desloco del todo.

- Edward así… no pares…- decia bella quejandose

Se me erizaron los vellos de todo el cuerpo. No podía estar soñando conmigo… ¿o sí? Luego siguió quejándose, y esto ya no parecía sufrimiento en absoluto. Ella entreabrió sus labios, lanzando un gemido ahogado que me crispo los nervios. No podía ser. ¿Por qué justo hoy ella tenía sueños húmedos conmigo?

La excitación me sacudió y mi erección comenzó a ponerse dolorosa.

Ella seguía gimiendo en forma acompasada, y tuve que morder la sabana para no lanzarme sobre ella y hacer realidad sus sueños… o los míos a decir verdad.

No pude soportarlo. Olvidando mis modales me quite la sabana de golpe, corriendo a todo lo que daban mis pies. No creo que Isabella alcanzara a verme salir, de todos modos.

Me encerré en el baño casi ahogado. Di el agua de la ducha con rapidez y me metí sin mayor preámbulo. Lance un grito al sentir el agua fría sobre mi espalda y una docena de improperios salieron de mis labios sin medirme. Maldita agua fría.

Estuve varios minutos dándome con el chorro de agua sobre la cabeza, a ver si los pensamientos retorcidos me dejaban en paz. Pareció funcionar y cuando hube terminado la ducha, respire hondo y abrí la cortina de golpe. Vaya susto que me lleve, casi caigo de la impresión.

Ella estaba ahí, de pie, desnuda.

La mire un segundo a los ojos y vi que estaba tratando de seguirme el juego. Gracias a Dios el agua había estado lo suficientemente fría como para ordenar mis pensamientos, porque alcance a reaccionar correctamente antes de hacer alguna locura.

- ¡Mierda Bella me has dado un susto de muerte! – le gruñí

- Lo siento, pensé que no había nadie- me dijo, confusa

Me salí de la ducha y no me cubrí el cuerpo. Si ella iba a empezar a seguirme el juego, yo no pensaba pararlo. No la mire prácticamente, eso era beneficioso para mí en todos los aspectos y le di la espalda, utilizando la toalla para secarme el cabello.

- ¿Te levantas siempre tan temprano? – pregunto Isabella, entrando a la ducha

- En algunas ocasiones- dije yo, rogando porque corriese pronto la cortina.

Escuche que dio la llave del agua y escuche como se escurría bajo ella. Suspire aliviado cuando escuche el correr de la cortina y me di la vuelta para seguir con mi plan

- ¿Y tú, siempre te levantas a esta hora? – pregunte yo esta vez

- No- dijo ella, con un leve temblor de voz- Estaba teniendo un sueño… y bueno, me desperté y ya no pude volver a dormirme

- ¿Se puede saber que soñabas? – dije, sonriendo

- Mmmm… -dijo ella, nerviosa- Pues era un buen sueño… pero no recuerdo bien de lo que iba

- Comprendo – dije sin dejar de sonreír

Me salí del baño con la toalla amarrada a la cintura.

Seguro que no recordaba el sueño. Si claro, como no.

No sabía cómo iba a soportar este tiempo con Isabella, pero tendría que aprender a hacerlo… Me metí a la habitación de Emmett. El me había dicho que utilizara su ropa, pero todo parecia quedarme enorme. Por fin di con una camiseta que parecía quedarme bien y un par de pantalones deportivos que aunque me quedaba algo grande, estaban cómodos.

Salí de la habitación y baje a la cocina.

Puse manos a la obra y me propuse a hacer un desayuno genial. Una de mis aptitudes era la cocina y se lo demostraría hoy a Isabella. Prepare unos hotcakes, junto con un Omelette y algunas rebanadas de pan tostado. Agregue fruta y un vaso de leche, a la vez que preparaba café en grano. Esto último era para mí, puesto que necesitaba despertar de alguna forma. Como lo supuse, a los pocos minutos llego Isabella a la cocina, seguramente por el agradable aroma de las preparaciones.

La sentí entrar pero no me volví a verla. Escuche como se sentaba al mesón de la cocina y me pregunto:

- ¿Qué es lo que huele tan bien?

Yo me sonreí antes de darme la vuelta.

- Bien pues…. Puede ser los hotcakes o tal vez el Omelette… no, lo sé, pero ¿por qué no pruebas y sales de dudas?

Le puse frente a ella los platos y le acerque un vaso de leche. Puse en otro plato las rebanadas de pan tostado y me serví una taza de café. Me senté a su lado y la vi mirar los platos con asombro

- ¿Qué? – pregunte

- Wow, esto es… impresionante. Nunca había visto tanta comida junta… excepto cuando cocina Emmett, pero esto en realidad se ve apetecible…

- Gracias – dije yo

- Es demasiada comida – se quejo

- El desayuno es la comida más importante del día- le dije sonriendo- nada como un buen desayuno para comenzar animado y dispuesto.

Me miro y me sonrió levemente. En realidad se me ocurría algo mucho mejor para comenzar el día, pero no podía decirlo. Que frustración.

La vi comer lentamente y desee con toda mi alma ser un trozo de fruta o un hotcake para poder escurrirme entre sus labios. Seguro se me estaba cayendo la baba, así que mejor me dedique a lavar los utensilios sucios.

Una vez que termino de comer, recogí los platos sucios, y me asombre de ver que se había comido todo

- ¡Vaya, si que tenias apetito!- dije asombrado

- Estaba muy rico – dijo ella, casi disculpándose

- Tranquila, todo era para ti…

Ella me ayudo a levantar las cosas, mientras yo lavaba ella secaba. Le tendí las cucharas y cuchillos, pero de pronto sentí un pequeño chillido seguido por el golpe de algo al caer al suelo.

Cuando mire a Isabella, esta tenía tomado el dedo índice firmemente, y una gota rubí salía de su dedo. Se había cortado.

- ¡Ay diablos! – se quejo ella, haciendo un puchero adorable – Me corte… ¡maldito cuchillo afilado!

Algo preocupado, tome su mano y la examine detenidamente.

- No es profundo- dictaminé, seguro- habrá que desinfectar y poner una curita… con eso ya estará.

La mire descomponer el rostro mientras veía su sangre y se me ocurrió una idea brillante.

Antes de que ella se diera cuenta, me lleve el dedo herido a la boca. Succione con delicadeza y me deleite en sentir el sabor salado de su sangre. Isabella me miraba atónita, mientras no podía ni moverse del asombro. Comencé a pasar mi lengua por su dedo, suavemente, haciendo círculos por sobre el dedo, acariciando y succionado con cuidado de no causarle dolor. Comencé a sacar el dedo muy lentamente de mi boca, para volver a introducirlo antes de sacarlo del todo. Mis labios apretaron el dedo una vez más y volví a posar mis ojos sobre el rostro de Isabella…

Esta vez, Isabella estaba con la piel enrojecida. Su pulso era notoriamente más rápido y la vi respirar algo más agitada. Mis ojos se desviaron a su pecho, donde sus pezones endurecidos traspasaban la tela y me llamaban la atención. Sentí la pulsación oscilante de mi sexo, indicándome que el deseo comenzaba a apoderarse de mí. Seguí acariciando con mi lengua, lo más despacio que pude, mientras clavaba mis ojos en los de Isabella. Comencé a ver que su brazo temblaba y que entreabría sus labios levemente, los cuales también se encontraban enrojecidos. Repentinamente la temperatura en la cocina era más alta de lo normal, y succione con un poco más de fuerza, ganándome un gemido apenas audible. Pase por última vez mi lengua sobre el dedo, enrollándola y dejándolo libre finalmente. Para rematar, puse un pequeño beso en él y le sonreí a Isabella

- Ahora ya no sangraras – le dije, con voz suave

Ella no hizo nada y dejo caer su mano pesadamente. Su respiración era agitada y una mirada indescifrable cruzaba su rostro.

- Gracias – escuche murmurar

- No hay de que – conteste yo – para eso están los amigos

Pude ver un dejo de decepción pasar por su rostro. Pero me volvió a mirar con cierta decisión y se acerco a mí. Un paso. Dos. Estaba tan cerca que podía oír su respiración. Yo seguía sonriendo, aunque me estaba orinando encima de los nervios. Sus ojos cafés me miraban con profundidad, como buscando algo… se acerco lentamente…

- ¿Interrumpo algo? –

Emmett. Su sonrisa socarrona nos hizo dar un salto a Isabella y a mí, que seguía sonriendo pero por dentro estaba masacrando a Emmett mentalmente.

- Claro que no Em – dije con una naturalidad impactante – solo estaba viendo el dedo cortado de Isabella…. No es muy eficaz en la cocina al parecer.

Vi a Isabella lanzarme una mirada envenenada, pero no tanto como la que le dio a Emmett y salió de la cocina sin decir palabra. La escuché correr escaleras arriba.

- Vaya, parece que llegue a tiempo- me dijo Emmett, sentándose a la mesa

- A tiempo de interrumpir – le gruñí yo, furioso

- No Ed, ahí te equivocas... sabía que si los dejaba mucho solos lo echarías a perder… así que vine a hacer de conciencia.

Lo mire como si hablara en chino

- Ed, tu sabes que este plan está bien estructurado. No tienes que ceder, por lo que más quieras olvídate de Isabella.

Lo mire resignado. El tenía razón. Yo había estado a punto de caer. No debí acercarme tanto.

- Tienes razón – gruñí- Al menos ya ha pasado un día

- Si, y tenemos al menos siete días más hasta que Charlie resuelva el "problemita" en Seattle- rio Emmett, tomando un durazno.

- ¿Tú que tienes que ver en eso? – pregunte sonriendo

- Ah bueno… digamos que el gerente de sucursal me debía un favorcito… así que tenemos al menos esos días asegurados…

- Eres un maldito desgraciado sabes – le dije, dándole un puñetazo en el hombro

- Oye, es mas por ella que por ti… aunque dudo que lo pases mal así que… cuéntame… ¿cómo te fue ayer?

- Un caballero no tiene memoria- le dije, ganándome un golpe en el estomago

- ¡No me vengas con esas Eddy! – rio Emmett

- Bueno, digamos que me fue bien… hice lo que me dijeron – conteste- mas algunas cosas extras creadas por mi mente perversa – reí

- Vaya… ¿y pudiste hacerlo bien?

- Sin problema

- Muy bien, ahora recuerda, toca lo de la piscina.

- No te preocupes está controlado

- Ah y por cierto… te ves muy sexy con mi ropa Eddy- rio

Alcanzo a salir antes de que una naranja le impactara en la cabeza. Condenado Emmett.

Recordaba la segunda parte del plan. La piscina. Ese plan me ponía nervioso, porque no sabía si iba a salir más perjudicado yo que Isabella. Pero tendría que intentarlo.

Pasaron varias horas hasta que Emmett se fue, ganándose un almohadazo de Isabella. Seguro había estado molestándola. La mire y se veía hermosa, aun toda furiosa. O incluso mas. Ella me devolvió una sonrisa débil y se metió otra vez a su cuarto.

- Me voy Ed- dijo Emmett- compórtense, yo volveré mañana…

- Ok- dije yo, dándole un apretón de manos a Emmett

- Todos están bien por casa?- pregunte antes de que se fuera

- Excelente – rio Emmett- Sobre todo Rose

Reí ante su broma. Era increíble lo que había logrado con Rosalie. Yo pensé que ella se quedaría soltera de por vida, pero al parecer terminaría casándose antes que yo. Increíble.

Emmett me mostro los pulgares antes de irse y cerré la puerta riendo. Mire hacia el segundo piso y subí con convicción hasta la puerta de Isabella

- Bella – toque una vez

- Adelante – dijo ella

Pase a su dormitorio y la vi sentada en la cama, leyendo. Se veía hermosa con todo lo que hacía.

- Me preguntaba si te apetecería que nadáramos un rato – le dije

- Quizás otro día – me dijo sin mirarme

Vaya, se estaba poniendo difícil

- Te haría bien respirar un poco de aire – insistí

- Sí, pero estoy entretenida acá – me dijo, mostrándome el libro

Vaya, esto era inesperado. Habría que convencerla

- Vamos, acompáñame, no quiero nadar solo- le dije

- No creo que te ahogues – dijo ella

- Quizás será que tienes miedo de que te gane si competimos- dije tratando de usar un poco de psicología

- Puede ser…- dijo ella- como sea, no me interesa

La mire algo frustrado. Si eso no servía, siempre había un plan B.

- Bueno pues… yo tengo calor- dije

Y me dispuse a quitarme la ropa, enfrente de Isabella. Ya había notado que no le era del todo indiferente al verme desnudo, así que use esa arma, aunque resultara un poco maldito.

Ella me miro espantada

- ¿Qué estás haciendo? – dijo mirándome con los ojos enormes una vez mas

- Pues quitándome la ropa – le dije – No pensaras que nadare vestido

- Pues para eso hay bañadores – me gruño, tratando de concentrarse en su lectura

- No me quedan los de Emmett, ya probé. Así que si no te molesta…

Y me quite la última prenda de ropa. Con satisfacción pude ver como Isabella trataba de mirarme sin que yo lo notara.

- Buscare una toalla y estaré en la piscina – le dije – no te tardes

Baje con el estomago apretado de los nervios. No me podía acostumbrar a hacer esto, pero si era necesario, lo haría un millón de veces.

Salí a la piscina y respire el aire fresco. Con comodidad, deje la toalla en la silla y me lance al agua. La sensación era refrescante. Nade de ida y vuelta un par de veces y salí del agua para tomar aire. Y entonces la vi.

Ella estaba de pie al lado de la piscina, con un diminuto bikini rosa. Casi se me cae la mandíbula, pero me mantuve sereno aparentemente, y le sonreí. Agradecí estar debajo del agua.

Ella se soltó el cabello y le cayó en ondas sobre los hombros. La visión era celestial. Pero me hice el fuerte.

- Vamos, lánzate el agua esta genial – le grite

- ¿Una carrera? – me dijo, acercándose a la piscina

- Claro – dije yo, sonriendo. Esto iba a resultar simple.

Ella se lanzo con elegancia al agua, y salió luego, tomándose el cabello. Parecía una sirena. Trague un poco de agua y tosí.

Ella me miro y se acerco nadando.

- ¿Qué pasa amigo? – pregunto ella -¿nervioso porque te pueda ganar una chica?

- Jamás - dije yo

- Está bien – dijo ella- partamos

- Un momento - dije yo – hagamos esto más emocionante

Ella me miro dudosa

- ¿Qué quieres hacer?

- Una apuesta. El que gane, tendrá de esclavo al otro por 24 horas… que te parece?

Vi los ojos de Isabella brillar

- Me parece bien- dijo ella- prepárate esclavo – rio

- Eso lo veremos – dije yo

Nos pusimos en posición y luego de contar hasta tres, salimos. Llegue con facilidad a la otra orilla y vi que Isabella estaba cerca. Así que apure un poco el paso y sin mucho esfuerzo gane con facilidad hasta llegar a la meta. Me senté en la orilla a esperar a Isabella, que todavía venía dando brazadas.

- ¿Decías algo?- pregunte

- Imbécil arrogante – bufo Isabella, furiosa

- Así que serás mi esclava por 24 horas… eso me suena emocionante

Ella me miro y creí ver una leve sonrisa en su rostro. Si no fuese mal pensado, juraría que estaba feliz de perder

- ¿Y qué tienes en mente? – pregunto ella acercándose

Se posiciono entre mis piernas y me tense al momento. Si dejaba que ella tomara el control, todo estaría perdido. Se me pasaron un millón de ideas algo sucias por la mente, pero las deseche con rapidez. Así que debería actuar rápido.

- Tengo una idea – le dije, mirándola fijamente a los ojos

- ¿Y qué será?- me dijo melosa, poniendo una mano sobre mi pierna

Trague sonoramente y trate de serenarme. Solo rezaba para que una erección no me pusiera en evidencia

- Pues… tengo un hambre atroz y me gustaría comer comida italiana- le dije

- ¿Pretendes que te cocine? – gruño Isabella alejándose

- No lo pretendo- le dije – te lo ordeno, esclava

Vi a Isabella salir de la piscina furiosa, mientras exclamaba una serie de improperios. Agradecí al cielo esa ocurrencia y vi como se alejo, bamboleando las caderas. Esto se ponía peligroso. Solo esperaba tener el autocontrol y la fuerza de voluntad suficiente para resistir a esto. De todos modos, este día iba a ser entretenido. Al menos eso esperaba.

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que tal el cap chikas???

sin querer bella se descubrio x si misma ante edward al desearlo..!

ahora nuestro ed tiene ventaja sobre ello..! jejejejeje

ademas de ser un dios griego, es un excelente cocinero..! que bello..! awww  quiero q me cocine..! =(

argh emmett si interrumpe en los momentos importantes..! jejeje asi que el era el culpable de todo lo que sucedio en seatle vaya..! jejejeje

jajajajaja ahora bella esta bravisima x haber perdido..! jejeje y lo mas aun que es esclava de edward x 24 horas..! jejejeje

yo quiero ser tu esclava ed, domame..! jejeje

quien se apunta..?

chicas todavia los planes de edward no terminan, ahora es que falta..! jejejeje

en el prox cap será el turno de los muchachos para ayudar a nuestro diablillo pervertido..! jejeje veremos que tramaran..!

espero que les haya gustado..!

saludos a todas..!

Capítulo 16: Tomando el control Capítulo 18: Te Odio, Amor Mío

 
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