Pervirtiendo a Edward (+18)

Autor: mari584
Género: + 18
Fecha Creación: 19/06/2010
Fecha Actualización: 09/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 89
Comentarios: 256
Visitas: 335798
Capítulos: 34

"Bella es la chica linda de la escuela y también es malvada, pervertida y coqueta. Siempre tiene lo que desea. Es por eso que verá en Edward, un tímido y sencillo estudiante, la materia prima ideal para su hombre de ensueño. El problema es que necesita unos "pequeños toques" por lo que Bella sumergirá a Edward en un océano de lujuria, desenfreno y libertinaje, para obtener lo que desea de ese hombre… pero en el intento, las cosas pueden no resultar como esperaba… al final, puede haber terminado creando un monstruo…"

chicas nueva historia y un nuevo comienzo...! =D

esta historia no es mia es de Natalia alias nandir77, es una excelente historia de esta maravillosa autora, espero que sea de su completo agrado para todas uds...! =D

espero que les guste y me lo hagan saber mediante sus comentarios y votos...! =D

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 30: Un Golpe del Pasado

 

EDWARD POV

Luego de todo el mal entendido, no me quedaba más que hacer como si nada hubiese pasado. Hablamos e hicimos un poco de vida social, pero ahora tenía otra preocupación. El hombre que vi fuera del hospital. Eso no se me había olvidado. Me dirigí a algún sitio seguro para hurgar dentro de mi billetera hasta que encontré lo que buscaba. La foto de Phil.

No.

No podía ser.

¡Mierda!

Era el. El mismo tipo que estaba afuera del hospital, espiando. Estaba muy cambiado, con el cabello largo… barba y bigotes… pero era él. Estaba seguro

Un frio me recorrió la espalda y me dieron unas increíbles ganas de vomitar. Dios, no era posible… mi Bella estaba en peligro…

No note cuando una mano se posaba en mi hombro y me arrebataba la foto de mis manos de golpe. Palidecí cuando vi que había sido Bella. Ella solo reía, demostrando que todo era un juego para ella. Trate de arrebatársela, pero ella fue más rápida…

Cuando los ojos de Bella se posaron en la foto, su rostro se desfiguro. La vi tambalear levemente y luego, la foto resbalo de entre sus dedos, cayendo silenciosamente al suelo. Bella me miro con espanto a la cara, mientras todo su cuerpo temblaba. No quería esto para ella, pero sus arrebatos no me lo permitieron. La tome por la cintura y la apreté contra mí. Su pulso estaba desbocado y creí que estaría a punto de entrar en shock. La lleve despacio hasta uno de los sillones más alejados y la acuné entre mis brazos. Quería calmarla y decirle que todo estaría bien, pero no me salieron las palabras. Solo me quede allí abrazándola hasta que ella misma fue la que hablo.

- ¿Por qué tenias esa fotografía?- le oí preguntar con un hilo de voz

- Emmett me la dio- murmuré, arreglando su cabello y quitándoselo del rostro.

- ¿Pero porque….?- pregunto una vez mas

Suspire. Tendría que contarle como me había enterado de todo. Solo esperaba que ella lo tomara bien.

Con calma y sin soltarla de la prisión de mis brazos le conté despacio y con detalles, como su padre había decidido contarme todo lo que había ocurrido con Phil, sin guardarme nada. La sentí estremecerse en varias ocasiones, pero nunca lloro. Además también agregue algunas percepciones de su padre, y otras tantas de Emmett, sin pasar por alto la recomendación y la forma en que la fotografía había llegado a mis manos. Pero dude cuando llego el momento de contarle porque motivo estaba mirando la fotografía. No estaba seguro de que fuese buena idea asustarla de esa forma. Pero Bella era más inteligente de lo que yo pensaba.

- ¿Lo has visto verdad…? El... el ha venido por mi- murmuro, con la voz estrangulada

- Bella - trate de decir, pero no me permitió hablar

- Por lo que más quieras no me mientas…tengo derecho a saber si el monstruo ese esta acá en Forks. Solo dímelo Edward- susurró

La mire con infinito amor y comprensión. No me gustaba que Bella sufriera, pero no podía dejar de admirar su temple y fortaleza. Con su enfermedad y todos los problemas, ella aun así se mantenía entera. Bella era una mujer excepcional. Pero era frágil, a pesar de todo yo estaría allí para protegerla. No permitiría que nada le sucediera.

- El esta acá– dije con voz apagada- Pero eso no significa que se acercara a ti. Yo antes lo mato a permitir que se te acerque …

- No deseo saber nada más Edward- me callo Bella, de golpe.

Me calle sin preguntar nada. Si eso era todo lo que quería saber, pues yo no le diría nada más. De todas maneras no quería decirle más. Eso ya era suficiente.

Permanecimos algo así como 15 minutos descansando, ella acurrucada en mi regazo y yo acariciándola. Estaba tenso, y me temía ver al imbécil de Phil de un momento a otro. Pero prefería no traspasar mis temores a Bella. Ella parecía haberse calmado un poco, y respiraba pausadamente. De pronto, rompió su silencio y me dijo sin rodeos.

- Charlie te quiere, ¿lo sabías?- dijo ella

Eso me tomo por sorpresa, pero al cabo de dos segundos ya tenía la respuesta.

- Creo que si… aunque no se muy bien porque. No he sido muy buena persona con su familia… quizás no tenga una imagen acabada de mi…- argumente

- Yo creo que la tiene. Y por eso es precisamente que te quiere-me dijo

- Sabe que te amo- le conteste

- Eso es suficiente para él- contestó

- Y tu… ¿me amas?- pregunte, esperanzado

Para mi desgracia, ella guardo silencio. Había pasado muchísimo tiempo desde la última vez que la había oído decir esas dos mágicas palabras. Las necesitaba, pero no la obligaría a decirlas. Eso tenía que nacerle del alma, y quizás estaba siendo un maldito pendejo al pretender sacarle el sentimiento en un momento de debilidad. Reí como si lo dicho no hubiese sido más que una broma, de pronto arrepentido de mi pregunta. Le pase un dedo por los labios, tratando de forzarle una sonrisa. No lo conseguí, por supuesto.

- Quizás debieras descansar, estas convaleciente aun- murmuré despacio

- Probablemente sea lo mejor- dijo ella despacio y aferrándose a mi cuello- pero no quiero que te vayas.

- Uhm- murmuré yo, tratando de apartar la reacción básica de mis hormonas para no desnudar a Bella con la mente, lo cual resultaba malditamente difícil - Pues no creo que tu padre acepte eso…

- Tonto Edward, no sabes nada de la vida. Vete y luego te cuelas por mi ventana.

Sonreí por la inteligencia de mi Bella. Suspire y me puse de pie, ayudándola a la vez. Ella misma se dirigió al salón para anunciar que se iría a dormir, pues estaba cansada. Yo me quede un rato haciendo pantalla y tragándome los comentarios imbéciles de Alice y Rosalie, que se habían ensañado como nunca conmigo… e insistían en que el gay era yo y no Emmett. Mejor que Alice no siguiera insistiendo o se me olvidaría que era novia de mi hermano y le daría sus buenas nalgadas… por pendeja y enervante. Nadie podría ser más molesta que Alice.

Corrijo eso. Emmett si que podía serlo.

Suspire y saque mi teléfono, tratando de ver si con eso me los sacaba un poco de encima. Entre mis contactos brillo el nombre de Ángela y sonreí al ver mi tabla de salvación, otra vez. La llame y me contesto al momento, con ella siempre solía hacerlo.

Tuvimos una agradable conversación, Realmente necesitaba a alguien neutral para contarle todo lo que me pesaba en el cuerpo y el corazón… y ella como siempre, me escucho y me dio consejo. Era una mujer excepcional. No como Bella, en realidad nadie jamás podría ser como Bella, pero era genial poder hablar sin discutir o sin querer tírasela… bueno, eso era porque era mi amiga. Una de esas que se encuentran pocas veces en la vida. Y yo la quería mucho. Ella era muy especial para mí.

Una vez que termine de hablar con Ángela, vi como Renne y Charlie conversaban muchísimo. A mi parecer esos dos se traían algo, por la cara de borrego degollado que tenia Charlie, y los ojos brillantes de Renne. Supuestamente entre ellos no existía nada en absoluto que los uniera más que Bella, pero a mí no me engañaban… eso y además el hecho de que estaba Alice con Jasper, Rosalie con Emmett y yo solo como un perro. Pero ellos no sabían lo que yo haría después.

Fue así como se presento la ocasión propicia para que yo me despidiera y aunque Renne y Charlie aun me miraban con recelo, se despidieron cortésmente. Tuve que soportar las bromas idiotas de los chicos, molestándome por ser el único imbécil solo y esas tonterías. Pero a todos y cada uno de ellos les mostré mi dedo medio y los mande al demonio. Yo pasaría la noche con Bella y ellos tendrían que dormir por separado o muy incómodamente. Si es que podían dormir, ya que Charlie y Renne no los dejaban en paz ni un momento con su charla.

Salí de la casa de Bella y me lleve el automóvil a casa. Lo deje estacionado y volví a pie, haber vuelto en el coche sería bastante idiota. Corrí lo mas que pude y llegue a casa de Bella sin aliento. Me di la vuelta y llegue bajo el ventanal de Bella. No me quedaría otra opción que trepar el puto árbol si quería llegar a la ventana, aun a riesgo de romperme el cuello en el intento. Pues definitivamente estaba pensando con el pene. Eso era un hecho.

Trate de poner un pie en la primera rama, pero esta se quebró y casi caigo de cabeza. ¡Estupendo! Luego de farfullar una serie de maldiciones por lo bajo logre llegar a la mitad del árbol y arrepentirme a mitad de camino: era muy mala forma de averiguar que le tenía pánico a las alturas. Respire hondo y di un salto más hacia arriba. Hasta que al fin di con la ventana de Bella. Estire un brazo y golpee despacio. Estaba todo oscuro y acerque mi rostro a la ventana, para tratar de ver hacia adentro…

- ¡Boo! - me dijo Bella, apareciendo de la nada

- ¡Putamadre! – sisee, aferrándome hasta con lo que no tenia de la rama del árbol. Debo haberme puesto pálido del susto.

- Que pendejo tan miedoso- murmuro Bella, tendiéndome una mano- Yo baje y subí por ese árbol un millón de veces para escaparme de casa- me dijo, riendo.

Me cole por su ventana y agradecí en el alma el poder pisar terreno firme de nuevo.

- No me interesa saber de tus correrías nocturnas Bella- sisee de pronto de mal humor.

- ¿Celoso?- pregunto ella, acercándose a mí en medio de la oscuridad

- Por favor- murmure yo, con voz tediosa, aunque su cercanía me ponía nervioso. Como siempre, aunque tratase de evitarlo.

La vi alejarse y sentí que se metía a su cama, en medio de la oscuridad.

- Ven aquí Cullen- siseo- Ya has estado aquí antes, no te hagas el tímido.

Me acerque a la cama, tanteando en la oscuridad y pronto di con el suave colchón. Sin querer tome una pierna de Bella, quien dio un respingo ante el contacto.

- Estas frio- murmuro despacio

- La noche esta fría- argumente, mientras me quedaba quieto sin saber muy bien qué hacer

- ¿Te quedaras allí toda la noche?- pegunto Bella divertida.

Suspire y me arme de valor. Me quite la camisa y los zapatos, y mientras dudaba en quitarme o no los pantalones, Bella ya estaba tomándome del cinturón para quitármelo. Y lo hizo con todo y bóxers. Así que quede desnudo. Vaya. Esto sí que iba rápido.

Me metí a su lado en la cama y mi cuerpo frio agradeció la suave calidez de la cama de Bella. Me sentí envuelto en su aroma y tuve una erección automática. Carraspee para que no se notara tanto mi cambio de posición, pero Bella reía en la oscuridad.

- ¿Qué es lo divertido?- pregunte de pronto algo irritado.

- Nada. Tú eres divertido- dijo ella.

Entonces me di cuenta. Yo me sentía intimidado. Estaba en su territorio y le estaba cediendo lado. Ella se ponía así, toda altanera cuando le permitía dominar. Pues no la dejaría. Yo sería quien decidiera todo. Ella estaba por saber que conmigo no se jugaba.

Estire una mano y note que ella no estaba desnuda. Fácil. Tome su camisón y se lo quite de una sola vez, dejándola tan desnuda como yo. Ella siseo por lo bajo, y de inmediato note su tensión. Me reí en la oscuridad, mientras me subí sobre ella, sin aplastarla.

- ¿Qué es lo divertido?-murmuro ella esta vez, notoriamente irritada.

- Tu eres divertida- dije utilizando sus propias palabras.

Y no le permití otra rabieta más. Yo ya no iba a esperar nada más, ni explicaciones, ni palabras ni nada. Deseaba a Bella con locura y que Dios me perdone, pero a pesar de sus padres y todo, ella seria mía allí en ese preciso momento y lugar.

La bese con pasión. Sentí que se asombro de mi jugada, pero lentamente logre convencerla. Mi lengua se abrió paso entre sus labios, hambrienta de toda su suavidad. Ella me devolvió el beso hambrienta, mientras enredaba su dedos en mi cabello (Dios, como me gustaba eso) y yo sentía como su cuerpo se tensaba bajo el mío, anticipando.

- Por favor, te necesito- dijo ella- No quiero estar sola

- Estaré contigo tanto como desees- le conteste

Deslicé una de mis piernas entre las suyas, obligándola a abrirlas para mí. Ella suspiro, excitada, casi tanto como yo. Estaba seguro de que en ese momento temblaba. Suspire en su boca y mordí su labio inferior. Ella jadeo en respuesta y entonces recordé donde mierda estábamos. No podíamos hacer ruido.

- Bella no…. silencio- le dije murmurando- tus padres están abajo

- ¿Eso lo hace más emocionante no crees? – me dijo, bajando su mano a la altura de mi sexo y apoderándose de él, con fuerza.

Di un salto que casi me hace caer de la cama. Suspire ante el contacto. Como quería destrozar la cama con Bella en ella. Malditos padres inoportunos

- Bella, se me puede olvidar que estás convaleciente- le gruñí, mientras ella insistía en morder el lóbulo de mi oreja, haciéndome ver todo en blanco.

- ¿Lo prometes?- pregunto con un tono malditamente sensual, mientras su lengua se deslizaba por mi cuello.

- Bella…- trate de advertirle por última vez

- Hazlo Edward…- murmuro, levantando sus caderas- Solo hazlo de una vez…

Correcto. Mi fuerza de voluntad oficialmente vale igual que mierda, pero qué demonios, soy un puto ser humano.

Me enterré en ella sin siquiera advertirle que lo haría. De una vez, y hasta el fondo. La besé para ahogar su gemido, lo cual logre solo a medias. Se sentía tan malditamente bien… Tan tibio, suave y apretado que casi termino con todo allí mismo. Debía concentrarme, o lo perdería. Mierda, estaba tan caliente que podría tener un orgasmo solo pensando en ella.

Salí de ella completamente y respire hondo. Volví a enterrarme, esta vez un poco más lento. Bella se agito bajo mi cuerpo, mientras mordía mi labio casi con demasiada fuerza.

Gemí desesperado. Necesitaba su cuerpo y comencé a penetrarla con suavidad, pero con un ritmo delirante. Solo suplicaba que la cama no crujiera o que Bella pudiese retener los gemidos, porque personalmente yo estaba teniendo problemas para eso. Gemí demasiado alto y mordí una almohada, tratando desesperadamente de ahogar mis propios gemidos. Bella se aferraba de mi espalda, mientras sus labios besaban y mordían mi hombro, haciéndome ver delirantes estrellas blancas por todos los sitios.  

- Bella… Dios, como te deseo… eres… mi vida… -susurre, entre estocada y estocada.

- Mmmmmmm- fue lo máximo que pudo decir Bella.

- Shhhhhhh- le suplique, mientras ella levantaba las caderas y me obligaba a clavarla más a fondo

- ¡Mierda…! Bella, no…- suplique, mientras volvía a morder la almohada.

De alguna manera, Bella se las arregló para darnos vuelta y dejarme bajo ella. Me sentí perdido en cuanto estuvo sobre mí. Pero no hizo lo que esperaba.

Un vez que estuve bajo ella, bajó reptando como una serpiente y de pronto, tenía su boca aferrando mi miembro con firmeza. Gemí ahogado, buscando la almohada con desesperación, sin encontrarla esta vez. Mierda.

Bella chupaba mi miembro con maestría, (otra vez) subiendo y bajando, ayudada por sus manos, que me tomaban por la base, con firmeza. Su lengua acaricio mi extensión y sus labios apretaron la punta. Una vez, dos veces… Entonces supe que estaba perdido.

El orgasmo me golpeo como una patada de mula. Devastador y hasta casi doloroso. Gemí sin precauciones, desesperado, mientras Bella no soltaba mi pene, y lamia con pasión, bebiendo hasta la última gota de mi semen. Estaba oficialmente muerto y resucitado.

Pero si pensaba que Bella me dejaría así, estaba muy equivocado.

Inmediatamente, Bella se recostó sobre mí y me beso con pasión. Sus labios suaves me devolvieron a la vida, acariciando con su lengua la mía, demandándome una respuesta. Y la bese, tan enamorado que mi cabeza daba vueltas.

- Te amo- susurre besándola, ya sin importarme lo que ella me contestara.

- Yo también te amo- la oí susurrar apenas- Mi corazón golpeo con fuerza en el pecho. No había sido dicho con fuerza, pero eso fue suficiente para mi.

Me aferre de sus caderas y la levante solo para volver a estar dentro de ella. Estaba tan húmeda y era solo para mí. Jadee despacio y me deleite en el suave ritmo que ella impuso, acariciante, sofocante.

Se apoyo en mi pecho para levantarse un poco. Mis manos se deslizaron por mis músculos, acariciando. Bella solo jadeaba despacio y entre las penumbras podía vislumbrar su cabello suave deslizándose por su espalda y sus labios entreabiertos. Mi mano viajo a su rostro y toque esos labios. Su boca atrapo mis dedos, mordiéndolos y chupándolos, mientras seguía con su ritmo. Despacio y profundo.

- Bella- gemí

- Edward- me respondió, con voz ronca

Mis manos volaron a sus pechos suaves, acariciando los pezones endurecidos, Ella gimió levemente, mientras el ritmo se aceleraba casi sin darnos cuenta. Teníamos sexo silencioso y era fantástico. Más de lo que hubiese imaginado. Sus dedos buscaron mi boca esta vez y yo los besé con devoción. El sabor de su piel me volvía loco.

Ella se tenso y se recostó un poco sobre mí, con lo que pude apoderarme de sus pechos. Los bese ansioso y acaricie con la punta de mi lengua cada centímetro de su suave piel. Quería más de ella, lo quería todo. La sentí estremecerse y ella se dejo caer, vencida, sobre mi cuerpo mientras el orgasmo la atrapaba. Mis labios la besaron, ahogando sus suaves gemidos, mientras yo seguía con el ritmo, sin detenerme, haciéndola despertar a mis deseos una vez más. Todo esto, tan despacio, que dolía.

La gire de nuevo para estar sobre ella, con agilidad. Subí sus piernas sobre mis hombros, asegurándome un mejor acceso. La penetre con suavidad, sintiendo cada caricia, cada suspiro. Apreté sus pechos, y acaricie su sedoso cabello, que se enredaba en mis dedos dejándome bañado en su aroma dulce que me traía de cabeza.

- Edward… voy a … ohhhh…- la oí decir

Y lo hizo. Sentí como si mi sexo me estrujaba, con los espasmos deliciosos del orgasmo. Gemí mareado en sensaciones, y seguí entrando en ella, una y otra vez, sin dejarla, con la misma desesperante lentitud, haciendo que su orgasmo se extendiese como agua tibia por su cuerpo. Busque su boca una vez más y ella enredo sus manos en mi cabello. Jadee en su boca, repitiendo hasta el infinito que la amaba, como una plegaria. Y tuve mi turno de llegar al cielo.

El orgasmo fue más suave, pero igual de devastador que el anterior. Sentí la calidez característica subiendo por mi espalda, mientras mi sexo palpitaba dentro de ella, haciéndola llegar por una vez más al clímax, junto conmigo. Derramé en ella toda mi semilla, cada vez que la llenaba y mi sexo latía, ella gemía, sintiendo como descargaba. Nuestros cuerpos estaban húmedos y mis manos resbalaron por sus senos, mientras la acariciaba una vez más y la abrazaba, suspirando tan feliz como es posible estarlo.

Ella me abrazo y me beso con delicadeza, largamente. Aun sentía sus besos cuando el sueño nos venció, y caímos ambos en el, abrazados, con nuestros cuerpos enredados el uno de el otro.

Desperté al día siguiente, embobado, tal como se siente al haber dormido demasiado. Pero aun era de madrugada. Me extrañó no encontrar a Bella en la cama, y la busque con la mirada. No estaba. Esto era extraño.

Me levante y note de inmediato que la casa estaba silenciosa. Demasiado silenciosa quizás. Me levante y busque mi ropa. Me vestí rápidamente y salí de la habitación, sin importarme si era descubierto o no. Si a Charlie no le gustaba, pues que se acostumbrara. No pensaba alejarme de su hija y también podríamos hasta casarnos si Bella así lo quería.

Salí una vez que tuve puestos los zapatos y camine hasta la escalera. Fue entonces que oí los murmullos. Y no solo eso. También… ¿sollozos?

Con un muy mal presentimiento, baje las escaleras, rogando que las malditas no sonaran esta vez. Baje sin hacer ruido alguno y me acerque al origen del ruido.

En la cocina, en una de las esquinas, estaba mi madre y los padres de bella, abrazados y muy asustados. De Emmett, Rose, Alice o Jasper, ni luces. Y cuando gire el rostro un poco más, para ver hacia el fondo, fue que mi corazón casi se me sale del pecho.

Ahí estaba Bella. Vestía un camisón simple, y era evidente que se había levantado de la cama por algo a la cocina. Pero no era eso lo que me tenia al borde de la locura. Era que no estaba sola.

Bella estaba de pie y un filoso cuchillo centelleaba cerca de su garganta, amenazando con cortarla ante cualquier movimiento. Un hombre la tenia sujeta por la cintura y los brazos, y Bella tenia lagrimas secas en su rostro. El hombre no podía ser otro que el maldito bastardo. Como no lo vi venir.

Phil estaba con los ojos centelleantes, ardiendo en pura locura. Tenía el rostro cruzado por un feo corte reciente, y podría apostar que se lo había hecho Bella. Balbuceaba miles de palabras por minuto, la mayoría incomprensibles y se notaba que su intención era amenazar para salir de allí con Bella. Sopese mis posibilidades, pero no había forma de acercarme al hijo de puta sin que pusiera en riesgo a Bella. Me dolió el corazón cuando comprendí que debía dejar que saliera de allí con ella, ya que así tendría más posibilidades. Ahora no era una opción, podría hacerle daño y jamás la pondría en riesgo. Tendría que encontrarlos separados.

Apreté los dientes mientras me deslizaba detrás de unos muebles y veía como Phil salía lentamente con Bella hacia la puerta principal. Quizás ese era mi momento, pues podría tomarlo por atrás con sorpresa y si era certero, podría nockearlo antes de que hiciese daño a Bella. Analicé esa posibilidad y me decidí. Me acerque a un pesado candelabro de cristal y lo tomé, acercándome con lentitud hacia el maldito bastardo que osaba poner sus manos en mi Bella. Me acerque muchísimo y estaba a punto de golpearlo. Todo saldría bien y Bella estaría en mis brazos otra vez, luego de moler a golpes al maldito Phil. Pero no todo sale como te lo esperas. Estaba a punto de golpearlo cuando un grito me desvió la atención. Vi por un segundo la mirada horrorizada de Renne, oí el grito desgarrado de Bella y lo último que sentí fue un furioso golpe en la nuca, justo antes de perder la conciencia y sentirme caer, haciendo que todo se volviera negro…. Como la boca de un lobo.

...................................................................................................

directo al grano chicas: quien demonios esta ayudando al maldito de Phil???

ahi dios mido que pasara con ed, esperemos que este bien!!!!

la quien descubra al que esta ayudando a Phil, le dedico el proximo cap!!! =D

espero que les haya gustado!!!

saludos ;)

Capítulo 29: Hielo y Fuego Capítulo 31: Terror

 
14436509 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10755 usuarios