Pervirtiendo a Edward (+18)

Autor: mari584
Género: + 18
Fecha Creación: 19/06/2010
Fecha Actualización: 09/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 89
Comentarios: 256
Visitas: 335533
Capítulos: 34

"Bella es la chica linda de la escuela y también es malvada, pervertida y coqueta. Siempre tiene lo que desea. Es por eso que verá en Edward, un tímido y sencillo estudiante, la materia prima ideal para su hombre de ensueño. El problema es que necesita unos "pequeños toques" por lo que Bella sumergirá a Edward en un océano de lujuria, desenfreno y libertinaje, para obtener lo que desea de ese hombre… pero en el intento, las cosas pueden no resultar como esperaba… al final, puede haber terminado creando un monstruo…"

chicas nueva historia y un nuevo comienzo...! =D

esta historia no es mia es de Natalia alias nandir77, es una excelente historia de esta maravillosa autora, espero que sea de su completo agrado para todas uds...! =D

espero que les guste y me lo hagan saber mediante sus comentarios y votos...! =D

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Capítulo 11: Orgullo y claridad

BELLA POV

Luego de la odiosa noticia que me dio Emmett, no sabía muy bien si estar feliz o enojada. Edward vendría. Podría verlo, al menos de lejos… pero… tenia novia… y eso me dolía, no sabía porque, pero me dolía…

Como la mayoría de mis supuestos amigos me habían mandado al diablo, mi lista de compinches había bajado casi hasta la ridiculez. No tenia con quién demonios salir y necesitaba despejarme o iba a reventar. Así es que luego de pasar una tarde como el demonio, y de ver como Emmett me dejaba sola otra vez, el muy pendejo, decidí salir sola… que mas me daba, ya me estaba acostumbrando.

Me estacione sin querer en el pequeño parque a la salida de Forks. No me di cuenta cómo fue que llegue hasta allí, pero recordé con nostalgia la primera vez que bese a Edward…

El estaba tan nervioso. Pero era una ternura. Sentí como el calor me subía por el cuerpo al recordar la avidez de esos labios rojos, buscando los míos con ansiedad… y esa sensación, cuando me toco…

Trate de sacar esos pensamientos de mi mente, porque no me hacían nada de bien. Ya ni recordaba la última vez que había estado con alguien… no, si lo recordaba. La misma noche que Edward me descubrió con Jacob. Esa misma noche había sido mi última aventura y desde allí… había sido una maldita monja. Insisto. Mi vagina estaba con depresión, porque no se me antojaba nadie. Y eso era malditamente extraño.

Me baje del automóvil y me senté en el césped. El atardecer estaba bello y saque mis cigarrillos. Me debo haber fumado unos 10 seguidos, porque mi maldita mente no hacía más que recordar y recordar… y todo lo que hacía era ver tipos de ojos verdes y pelo desordenado… a pesar de que trataba de recordar alguna otra cosa, el insistía en colarse en mis recuerdos. Era como una puta maldición. Algo tendría que hacer para quitármelo de la cabeza.

Cuando ya anochecía y me empezó a doler el culo de tanto estar sentada en el suelo, decidí que sería hora de marchar a casa. Podría haber ido al Fantasy o a darme una vuelta por Forks, pero temía encontrarme con Edward… en realidad temía encontrarme con él y alguien de su familia. Suspire profundo y me dirigí a mi vehículo. Mejor me daba una buena ducha fría y me tomaba unas 3 píldoras, para poder dormir por unos 4 días seguidos, Con suerte, el ya se habría marchado y me dejaría seguir con mi patética existencia.

Estaba a punto de marcharme cuando las luces de un vehículo me cegaron un momento. Alguien se detuvo un momento, tocando el claxon y sacando una mano.

- ¡Hey Bella! – escuche que me decían

Esto tenía que ser una puta visión. O ya estaba jodida y me estaba volviendo loca. No recordaba que nadie quisiese hablarme últimamente… Cuando me acerque y pude ver mejor, una sonrisa subió a mi rostro.

- ¡Ben! – chille emocionada

- Oye, apenas te reconocí – me dijo – si no hubiese sido por el vehículo…

- Si – le dije sonriendo – cambio de imagen 

- Te ves bien… ¿qué haces por acá tan sola? – pregunto

- Es mi rutina diaria Ben... tu sabes que ya nadie quiere estar conmigo… soy como una jodida peste

Ben me miro con los ojos amigables. Yo nunca había sido una zorra con Ben, porque obviamente no me interesaba. Por lo cual no estaba ni entre la lista de los dolidos ni entre la de las posibles conquistas. Bien. Me gustaba la idea de alguien neutral por ahora.

- Oye, yo no soy ningún juez – dijo sonriendo- podríamos dar una vuelta si quieres…

- Oye, quizás no sea tan mala idea… - le dije, feliz de que alguien me hablara

- ¡Bien! – dijo alegre- Podríamos ir en mi coche… pero tendríamos que ir a dejar el tuyo…

- No hay problema- le dije- de todas formas me gustaría ponerme otra ropa… esta apesta a cigarrillo – le dije

Nos subimos a nuestros vehículos y conduje a casa. Ben me espero en su coche y yo me di una ducha. Pensé en vestirme con algo más sexy, pero no tenía más que la ropa sosa que últimamente me gustaba usar. Me sonreí y pensé que era lo mejor. No me interesaba un revolcón con nadie… al menos con nadie que no tuviese ojos verdes y sonrisa torcida. Mente estúpida.

Me puse unos jeans y mis zapatillas. Busqué una camisa azul a cuadros y cepille mi cabello para dejarlo libre. No me maquille, solo puse algo de brillo en mis labios. Me perfume un poco. Baje rápido por la escalera y Ben estaba allí, escuchando música.

- Hey Bella, muy linda – me dijo sonriendo- te ves con este estilo… más natural

- Gracias Ben – dije sincera- ya me estaba cansando de que todo el mundo me mirara los senos y el trasero- bromee

Ben rio con naturalidad. Este chico era simpático. Me recordaba un poco a Edward… antes. Claro que nadie podría ser como Edward. Jamás.

- Donde te gustaría ir… me dijo- a bailar… ¿o al Fantasy?

Analice mis opciones. Bailar… no se me antojaba. Y el Fantasy… allí estaría Alice… o Emmett y no quería toparme con ellos por ahora. Probablemente Edward estaría por allí y no sería de las mejores ideas.

- ¿Oye y si vamos a comer algo? – le dije

- ¿Algún lugar en especial? – me pregunto encendiendo el motor

- Hace tiempo que no como comida italiana…

- ¡Ok! – dijo sonriendo – conozco un lugar muy bueno… seguro te encantara

Y partimos.

Llegamos a un lugar bonito, al cual no había ido antes. Se llamaba la Bella Italia y al parecer estaba de moda. Había mucha gente, y nos fue difícil distinguir una mesa vacía. Había justo uno para dos, y Ben me hizo señas de que lo siguiera. Camine hasta la mesa y el con mucha caballerosidad me dio el asiento. Le sonreí. El se sentó y pidió un par de copas.

Me sentía tan contenta de poder conversar y hacer algo distinto.

Bebí de mi vaso y me reí ante una broma tonta de Ben. Mis ojos estudiaron un momento el lugar y hubo un segundo en que de verdad creí que me había vuelto loca.

Unos ojos verdes me miraban. Unos que yo conocia muy bien. Mierda

No podía ser. Esto no me podía pasar a mí. De todos los putos rincones de toda la maldita cuidad… teníamos que venir al mismo sitio. Esto parecía una broma macabra.

Mi corazón me dio un vuelco en el pecho y sentí que me temblaba la mano. Lo mire de nuevo y mis ojos vieron solo una cosa. La mano de él… tocando la de ella.

Si no hubiese sido porque Ben estaba a mi lado, me hubiese dado algo. Estaba segura de que mi pulso se podía escuchar por sobre el barullo del local.

Y mi mente se puso en piloto automático. Lo único que deseaba era no llorar ahí, por favor, no llorar… he hice lo mas jodidamente idiota que podría haber hecho. No sé porque fue. Fue una mezcla de celos y desesperación. Y sin peguntar nada, estampe mis labios en los de Ben…

Cerré los ojos con furia y trate de besarlo con toda mi alma, Tratando de borrar la visión de aquellos ojos verdes. Pero mis labios apenas si se movieron. Fue un patético intento de auto preservación. Para cuando abrí los ojos de nuevo, los ojos verdes ya no estaban.

Me separe de Ben, quien me miraba casi aterrado

- ¡Qué diablos significo eso! – preguntó Ben con los ojos como plato

- Lo - lo s-siento – balbucee a punto de llorar

Ben me miro sin comprender. Yo temblaba como una hoja y estaba a punto de desmayarme. Al final creo que comprendió

- Cullen verdad – me dijo casi en un susurro

Yo solo atine a asentir, sin poder emitir una sola palabra.

- Si- murmuró el- creí que era él cuando entramos… pero supuse que estaba en California

Yo no dije nada, pero mi estado era lamentable. Ben no necesito más explicaciones para sacarme casi arrastrando de allí. Me sentía morir.

Me quede en la entrada mientras Ben corría por su coche. Y lo vi de nuevo. Estaban esperando el jeep de Emmett y me sentí idiota de no haber reconocido a nadie más en la mesa. Ni a mi propio hermano. Algo me hizo clic en el interior. No podía dejar que se fuera. No esta vez.

Todavía en piloto automático, camine hasta el, con decisión.

- Cariño – dije con una voz extrañamente resuelta, que no parecía la mía.

Vi que él se tenso un momento al escuchar mi voz. Se dio la vuelta lentamente y quede sin oxigeno. Se veía condenadamente bien. El muy maldito, no podía verse mejor que antes. Pero allí estaba. Era como una visión. Y esos ojos verdes…

Vestía de Jeans y camisa negra y su cabello estaba desordenado, como cuando yo lo lleve al salón y pedí que se lo cortaran. Su piel seguía siendo blanca, pero tenía un leve tono bronceado que le sentaba estupendo. Sus labios rojos se entreabrieron levemente y por un momento sus ojos me miraron con algo de desesperación. Pero al segundo vi como se volvieron duros y su ceño se frunció.

- No me llamo cariño Isabella – me dijo fríamente – mi nombre es Edward

Temblé ante mi nombre salido de sus labios. Trague con fuerza y lance lo primero que se me vino a la mente

- ¿Cómo has estado Edward? – pregunte, haciendo énfasis en su nombre

Vi como la… mujer que estaba a su lado, caminaba hacia el Jeep y nos dejaba solos. Al menos la maldita era levemente razonable

- No tan bien como tu – me dijo mirándome de pies a cabeza, con un dejo de burla

- Tú te ves bien… le dije anhelante, tratando de no temblar – muy bien-

- Gracias – dijo, llevándose una mano al cabello, nervioso.

Su gesto me desarmo por completo. Una cosa estaba clara. Deseaba a ese hombre como nunca desee a nadie. Mis rodillas casi se doblan cuando sentí su suave aroma golpeando mi nariz.

- No te gustaría… dar una vuelta – le dije, sin saber aun que demonios decía

- ¿¡Que! – pregunto algo consternado, pero de inmediato se compuso – ¿Por qué Isabella… tu mascota de hoy no se encuentra disponible?

Lo vi mirarme con desprecio en su mirada. Su manos estaban empuñadas y su labios apretados. Me dolieron sus palabras. Pero tenía razón de pensar mal de mí. Yo no había hecho más que darle razones para que pensara así… Para variar, la había cagado.

- El es solo mi amigo- balbucee, tratando de explicarme

- ¿Así como lo era yo? – pregunto alzando una ceja

- No- murmure, nerviosa – Edward…

Y me acerque a él, estirando mi mano. Quería tocarlo. Sentirlo. Casi lo pude tocar. Pero él se alejo de mí. Ese gesto me dolió.

- Estoy ocupado Isabella, dime qué diablos quieres – me dijo cortante

Lo mire asustada. El Edward que yo recordaba no era tan frio e indiferente…

- Quisiera que habláramos… - dije, sacando fuerzas de flaqueza

- No tengo nada que hablar contigo – me dijo casi en un gruñido

- Edward – dije, tratando de tomar una de sus manos…

Pero antes de que alcanzara a hacer algo, su mano tomo mi brazo, apretando fuertemente, como una garra de hierro. Me dolió, pero no dije nada.

- Te dije que no te acercaras a mí, ¿no lo recuerdas…? - gruño, acercándose, amenazante.

Se aproximo lo suficiente para sentir su aliento suave golpear mi rostro. Eso al menos no había cambiado. Su inquietante y dulce aroma. Un frio me recorrió la espalda y mi corazón se acelero. Sus ojos estaban fijos en los míos. Su mano no aflojaba la presión. De pronto lanzo una risa que me descompuso. Su voz fue irreconocible.

- A menos que quieras darte una vuelta conmigo atrás del restaurant y darme una buena mamada… cariño…- me dijo utilizando mis propias palabras– es todo lo que mi pene podría soportar el día de hoy… está un poco cansado… tu sabes…

- ¿Qué? – pregunte temblorosa, sobrepasada por la impresión

- Siempre fuiste buena con esa boquita cariño- dijo sonriendo - ¿no te gustaría arrodillarte ante mí un momento? Si quieres puedo pagarte…

Sentí que la ira me subía por el estomago, pero fui incapaz de decir nada. Se me trabo la lengua y se me seco la boca. Estaba demasiado impactada.

- No creo que esté disponible para ti cariño… - me susurró al oído - no soy plato de segunda mesa de ninguna golfa - murmuro y se dio la vuelta, soltándome con brusquedad y tomando la mano de ella de nuevo al alejarse.

No moví ni un pie de donde estaba, pero las lagrimas se me escaparon de los ojos, irremediablemente. Sentí que Ben me tomaba por los hombros y me llevaba al coche, mientras sentía que los sollozos se me escapaban del pecho, convirtiéndose en llanto imparable luego de unos minutos.

Ben no sabía qué hacer, y me abrazaba nerviosamente sin conseguir calmarme.

- Bella por favor, por favor… - me decía, casi desesperado

Luego de unos minutos, tuve fuerza para pedirle que arrancara.

- Solo sácame de aquí por favor – murmure

- Correcto- murmuró Ben, acelerando con rumbo desconocido

Luego de unos minutos, estaba en mi casa. No parecía haber nadie, por lo que quizás lo mejor era estar acá. Ya no lloraba tanto, aunque las lágrimas aun se me escapaban de los ojos

- Lo siento Ben – murmure bajito – yo no debí besarte… no sé porque lo hice…

- No te preocupes. Yo si se. Fue por Cullen. Estabas desesperada por verlo con una chica ¿a que si?- me dijo, con ternura

- Lo perdí – murmure con dolor

- Quizás eso no sea del todo correcto – me dijo Ben acariciando mi cabello

Lo mire con curiosidad

- Mira Bella – me dijo el – yo no sé mucho de relaciones y esas cosas, pero algo es claro. Si no le importaras, no hubiese huido como alma que lleva al diablo cuando me besaste, ni te hubiese tratado así de mal… él es evidentemente un hombre herido 

- No- dije yo, testaruda- el solo me odia… solo es odio – sollocé

- Del odio al amor hay un solo paso… no sabias… es imposible odiar algo si antes no lo has amado…

Las palabras de Ben me dieron un poco de esperanza. Seria en realidad que Edward todavía sentía algo por mí… ¿aunque fuese solo… un poco?

- Estas muy sola Bella- dijo el – deberías intentar hablar con alguien… con Alice… ¿lo has intentado?

Negué con la cabeza

- Ella no quiere hablar conmigo… para ella, yo soy despreciable. Me lo ha dicho

- Tal vez solo necesite escuchar que lo sientes… ¿se lo has dicho?

Dude un momento… no le había pedido disculpas a Alice, porque jamás pensé que le hubiese hecho algún daño… ¿quizás si? Ahora ya no sabía nada.

- Deberías descansar… ha sido una noche interesante – dijo él, tratando de subirme el ánimo. Le di una sonrisa algo forzada

- Tienes razón… creo que iré a acostarme – le dije, apretando su brazo – gracias Ben… por soportarme, comprenderme… y por todo…

- Hey, cuando quieras… me dijo, riendo- no fue nada de malo tampoco…

Me baje de su choche con debilidad. Estaba cansada de tanto llorar. Arrastre los pies a casa y entre como un fantasma. Directo a mi dormitorio. Caí sobre mi cama exhausta. Solo quería dormir y dormir hasta que se me secara el cerebro… o hasta que olvidara a Edward. Seguro lo primero ocurriría mas rápido.

Me quite la ropa con lentitud, y me metí a la cama. Quería dormir, pero a pesar de que me pesaban los ojos, no conseguía dormirme. Di vueltas y más vueltas en la cama. Las palabras de Edward me pesaban en el alma, como heridas sangrantes. Y esa mirada, llena de odio….

Lo había perdido. Si antes tenía alguna esperanza, ahora estaba sepultada. No había forma en que Edward me perdonara o se olvidara del daño que le hice. Eso me apretaba el corazón…

Porque no podía quitármelo de la mente, dejar de pensar en el… así como lo había hecho con todos los demás… ¿que tenia de el especial…?

Y mi mente me llevo a su rostro, a su risa, a su boca suave, a sus ojos emocionados de nuestras primeras citas, a su cuerpo tembloroso…

Dios Mío. No podía ser. Yo no quería. No podía.

Y la comprensión me golpeo como un rayo, y me hizo cenizas el corazón en un milisegundo. No era posible. No podía ser… Mi corazón casi muerto se acelero una vez más y nuevas lágrimas escaparon de mis ojos, pero estas eran diferentes.

- No puede ser – murmure sollozando en la oscuridad… no puede ser

- Bella – escuche que mencionaban mi nombre en la oscuridad

Corrí hacia el origen de la voz, desesperada y los brazos firmes de mi hermano me aferraron con fuerza, devolviéndome algo de calor a mi cuerpo casi sin vida

- Emmett- susurre casi ahogada- No puede ser, no puede ser…

El solo acariciaba mi cabello, y me daba pequeños besos en la frente

- Calma Bella, sácalo afuera pequeña, te hará bien… no entiendo cómo eres tan testaruda de no verlo antes…

- Lo siento- murmure temblando-no sabía, no sabía…

- ¿Entonces…?- murmuró el

- Si, Emmett. Es verdad. Estoy enamorada de Edward. Totalmente enamorada

Emmett suspiro y me abrazo más fuerte

- Siempre lo estuviste Bells… se te veía en los ojos…

Lo apreté con desesperación. Ahora todo solo seria más y más difícil. Volver a ver hace que te duelan los ojos. Demasiada claridad. Ahora sí que estaba cagada.

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que tal el cap chikas..?

xfinn aleluyaa..! bella acepto sus sentimientos x edward...!

que les pareció la actitud de edward, chikas..? muy duro???

será que edward sintio celos al ver que bella se beso con ben???

no crean que seria tan facil para ella venir a acercarse a el, despues de todo lo que paso..! nooo

que sucedera entre Ed y Angela???

alice, alice perdonara a bella??

chikas uds que creen sobre la actitud de bella, algo debio haberle sucedido para que ella tuviera una actitud asi, en especial con los hombres..!

en el proximo cap lo sabran..!

saludos a todas..!

Capítulo 10: Reconstruyendo Capítulo 12: Monstruo

 
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