Pervirtiendo a Edward (+18)

Autor: mari584
Género: + 18
Fecha Creación: 19/06/2010
Fecha Actualización: 09/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 89
Comentarios: 256
Visitas: 335530
Capítulos: 34

"Bella es la chica linda de la escuela y también es malvada, pervertida y coqueta. Siempre tiene lo que desea. Es por eso que verá en Edward, un tímido y sencillo estudiante, la materia prima ideal para su hombre de ensueño. El problema es que necesita unos "pequeños toques" por lo que Bella sumergirá a Edward en un océano de lujuria, desenfreno y libertinaje, para obtener lo que desea de ese hombre… pero en el intento, las cosas pueden no resultar como esperaba… al final, puede haber terminado creando un monstruo…"

chicas nueva historia y un nuevo comienzo...! =D

esta historia no es mia es de Natalia alias nandir77, es una excelente historia de esta maravillosa autora, espero que sea de su completo agrado para todas uds...! =D

espero que les guste y me lo hagan saber mediante sus comentarios y votos...! =D

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Capítulo 26: Esperanzas

 

Edward POV

Yo no soy ningún asesino. Un desquiciado, celoso, enfermo sexual quizás… pero no asesino. Pero lo estaba considerando muy seriamente. En serio. Podría matar al doctorcito ese… aquí y ahora. Maldito matasanos. El besando a mi Bella… ¡mierda! y yo sin poder hacer nada… que agradezca que estábamos en un hospital o sus dientes conocerían el pavimento. Lo juro.

Estaba tan furioso que ni me quede a ver la reacción de Bella. Si ella le correspondía, yo me moría. Pero no era tan idiota como para hacerme una idea sin antes saber a ciencia cierta que pasaba… ya me había ocurrido una vez que por imbécil y creer lo primero que me decían yo metía la pata… así que ahora dejaría el agua correr. De todas formas no podía pedirle explicación alguna… yo aun así pelearía por ella… contra Jacob, el doctor o quien se cruzara… Así que me fui como alma que lleva el diablo, dispuesto a hacer cosas más importantes, como hablar con Renee… ya que nadie parecía dispuesto a alojarla. Eso lo arreglaría yo.

La pobre mujer estaba entre asustada y nerviosa, sentada en la amplia sala de espera. Me acerque a ella y la salude esta vez más formalmente. Cuando la vi la primera vez, ni siquiera la salude mucho: a mí solo me importaba que quisiera hacerse la prueba de compatibilidad. Luego supe que se trataba de la madre de Bella.

- Ummmm… ¿Renne Dwyer verdad? – pregunte acercándome

- Si- dijo ella, arreglándose la ropa – yo lo soy… ¿tú eres Edward verdad?

Había hablado con ella por teléfono hace un par de días, tratando de dar con alguien que quisiera hacerse la prueba para mi Bella. En ese momento ella no me dijo que era su madre, pero acepte que viniera a hacerse la prueba. Luego cuando por fin llego y se la hizo, ella me comento que no tenía un sitio donde quedarse. Aparentemente no era bien recibida por acá.

- Si yo soy – le dije, sentándome a su lado

- Te ves molesto – me dijo mirándome. Perceptiva. Tal como su hija.

- Bueno, es una larga historia- le dije, pasando mi mano por mi cabello

- Podría asegurar de que estas enamorado de mi hija… ¿no?

Su sinceridad y asertividad me tomaron desprevenido y quede con la boca abierta. ¿Tan obvio era?

- No te preocupes… es que se de esas cosas.,.. tú cuando hablas de ella lo haces como si fuera tu vida. Y te brillan los ojos, te sonrojas… algo sientes por ella o no harías los esfuerzos que haces… ¿me equivoco?

El amor que sentía por Bella era algo que jamás podría negar.

- Si, tiene razón… yo amo a Bella, su… hija-le dije

- No te preocupes, yo estoy feliz de que alguien la quiera tanto. ¿Fue difícil conquistarla a que no?

Me reí por la sinceridad de Renne. Esta mujer me caía muy simpática

- Ni se lo imagina – le dije sonriendo- Pero ahora tengo un nuevo desafío, esta vez metí la pata muy a fondo… no sé si ella me perdonara.

- Bueno, yo conozco a mi hija- dijo ella, mirándome- no sé qué problema puedas haber tenido, pero si en realidad te ama, te perdonara. Le tomara su tiempo, pero lo hará. Ella es así con todos… excepto conmigo.

La vi entristecerse y suspirar. Algo muy malo debió suceder entre ellas. Quise preguntar, pero temí que me tachara de entrometido. Así que no pregunte nada.

Sin embargo ella parecía muy propensa a contarme todo acerca de su relación con Bella. Me conto algunos pasajes oscuros de la historia y comprendí algo más la situación. Ella misma se culpaba de todo, y aunque yo no estaba muy enterado de toda la situación, me dio la impresión de que ella estaba muy arrepentida de sus actos. No sabía que tanto esto le habría dolido a Bella, pero apostaba que había sido bastante. De todas maneras, su madre estaba arrepentida y eso debía valer de algo.

- Solo espero que esto ayude a mi hija a sanar… aunque ella no quiera verme y me odia, yo jamás podría dejar de amarla… es lo más importante que tengo… aunque me equivoque muchísimo…

- Yo creo que ella la perdonara- dije convencido- ella tiene un enorme corazón…

- Sí, pero no pido tanto… solo me conformaría con verla de vez en cuando…

Tome la mano de Renne y le di un apretón, tratando de reconfortarla. Ella se limpio los ojos llorosos y fue entonces que vimos al "doctorcito" acercándose…

Tuve que respirar profundo como nunca, solo para no brincarle encima y molerlo a golpes… pero parece que alguien se me había adelantado.

Renne lo miro extrañada

- ¡Doctor! ¿qué es lo que le ha sucedido?

El doctorcito traía el ojo izquierdo hinchado y el labio superior un poco roto. Ese golpe tenía nombre, podía asegurarlo: Emmett.

No pude evitar reírme (¡si, en tu cara pendejo!) y mirarlo con aire de suficiencia. A veces creía ser capaz de besar al mastodonte de mi cuñado, en serio. Y lo hubiese hecho, si no se viera un poco gay… y ese no era mi estilo.

- Un paciente algo alterado- dijo frunciendo levemente el ceño

- ¡No me digas!- dije yo, poniéndome de pie

- Bueno, a veces pasa…. – dijo el imbécil, alejándose algunos pasos.

- Claro, sobre todo si uno es un pendejo aprovechado con titulo- gruñí mirándolo con furia

Renne nos miraba confundida.

- Yo… siento haber hecho lo que hice – dijo el doctorcito mirándome – Le prometo que no volverá a ocurrir…

- Mas te vale o ese ojo será poco para lo que hare con tus pelotas – le susurre para que no oyera Renne

El doctor asintió, mientras tragaba.

- Bueno… olvidando los incidentes anteriores, debo comentarles que todo está listo para la intervención… pero debemos pasar a la Sra. Dwyer a pabellón. Si así lo desea claro esta…

Mire con furia al doctor y luego a Renne, quien asintió en seguida. Ella se fue por el pasillo que el doctor le indicaba, mientras una enfermera la guiaba. Tome al doctor por el brazo, antes que se me escapara.

- Oye doctorcito- dije casi gruñendo

- Tengo nombre- dijo él a la defensiva

- Pues no se tu nombre, doctorcito… ¿Cuál es? – pregunte

- Dr. James Witherdale… yo… lamento el malentendido que hubo con tu chica…

- Oh, ahora si sabes que ella es mi chica….- dije apretándole el brazo- ¡Pues deberías haberlo pensado un poco antes de besarla pendejo!

En realidad no era tanto así como mi chica… pero no le iba a dar explicaciones al pendejo este…

- Yo… fue un impulso, ella es tan hermosa….

Estuve a punto de quebrarle el brazo, pero el maldito lo necesitaba para operar.

- Tú no te atrevas a poner un solo ojo sobre Bella de nuevo… o te voy a meter el titulo por el culo ¿me oíste?

- Ya me lo dijo el gorila de tu amigo- se quejó James, tembloroso.

- Si. Emmett tiene su punto de vista muy claro… pero yo no seré tan piadoso, te lo aseguro… ahora, ve y haz tu trabajo. Si a Bella o Renne les llega a pasar algo, lo que sea… te las veras conmigo me oíste… y no te va a gustar nada.

Solté al Doctor Whiterdale para que fuese a pabellón. De todas maneras se llevaba un buen recuerdo del puño de Emmett. Pendejo.

Luego de unos 30 minutos vi que llevaban a Bella al pabellón. Venia sedada, por lo que no me vio. El doctor con ojo entintado me rehuía como a la peste.

Entraron a pabellón y cerraron las puertas. Ahora empezaría la agonía.

Estaba sentado con mi cabeza entre las manos cuando sentí que se me sentaban a cada uno de mis lados. Antes de mirar ya sabía de quien se trataba.

Levanté mi vista para encontrarme con Charlie a mi derecha y Emmett a mi izquierda. Genial.

- ¿Y tú qué haces aquí pendejo? – murmuro Emmett

- Estoy esperando a ver como sale la operación… ¿y tú? – pregunte haciéndome el idiota. Bueno, eso siempre me salía muy bien.

- No tientes a tu suerte Cullen… o te ira peor que al doctorcito…

- Mmmm… buen golpe ese- murmure

- Fue un derechazo genial- murmuro Charlie.

- Si, tan genial como el que te di en tu casa Cullen- dijo Emmett siseando

- Bueno, al menos no quede con un ojo en tinta- murmure

- Eso es fácil de arreglar – dijo Emmett mirándome

- Emmett, Edward… están en un hospital- gruño Charlie

- Genial, así cuando lo deje inconsciente lo puede ver alguno de los médicos – murmuró Emmett

- Eso si es que te dejo golpearme de nuevo… no tendrás dos veces la misma suerte – replique, picado

- ¿Quieres apostar pendejo? – pregunto Emmett

- Emmett, Edward… no lo repetiré… ¡o se calman o se largan! – casi grito Charlie.

Emmett me hizo un gesto de cuello cortado y yo le mostré el dedo medio. Pendejo.

Salí de la sala de espera a la salida del hospital, porque ya no podía más de los nervios y necesitaba calmarme. Me compre un paquete de cigarrillos y fume como enajenado. Cuando llevaba el octavo cigarro, alguien se detuvo a mi lado.

- Si todo resulta bien… deberás hacer algo para remediar tus errores. No permitiré que le hagas daño nunca más.

Mire a Emmett, parado a mi costado, con la mandíbula tensa y los ojos cansados. Yo debía comprender que el solo defendía a su hermana.

- Sé que soy un idiota…pero estoy enamorado de tu hermana… es lo más importante que he tenido, ¿sabes? Si ella me pide que me largue de su vida lo hare, pero permíteme intentar hablar con ella al menos…

- Solo si ella misma así lo desea- murmuro Emmett.

Aspire de nuevo otro poco de humo y Emmett me extendió el brazo, pidiéndome un cigarrillo. Le tendí el paquete completo.

- Esto te va a matar Cullen – rio Emmett.

- Si eso no lo hace, lo hará tu hermana, seguro- murmure

Emmett rio. Su risa me dio algo de ánimo, todavía estaba muy preocupado por todo lo que pasaba. Era una situación agobiante.

- No hemos podido ubicar el paradero de Phil- me dijo Emmett mirándome- Pero Charlie y yo creemos que es importante que sepas quien es… por si llegas a verlo merodeando a Bella. No es seguro que quiera acercarse a ella, pero es mejor prevenir…

Emmett me tendió una fotografía en donde aparecía Phil. El maldito hasta tenía cara de loco. Estaba seguro de que lo reconocería en donde lo viera.

- Gracias Emmett- murmuré

- ¿Por qué? – pregunto el

- Por permitirme entrar en sus vidas… yo no volveré a decepcionar a ninguno de ustedes. Me comportare a la altura, sea lo que sea que Bella decida…

- Me parece muy bien Cullen- murmuro Emmett.

Allí nos quedamos, fumando el cigarrillo. Transcurrieron muchos minutos en silencio, pero el llamado de Charlie no saco de nuestro mutismo.

- ¡Chicos! – grito Charlie

Corrimos a la entrada del hospital y Charlie me dio un abrazo que me tomo por sorpresa.

- ¡La operación ha sido un éxito! Ahora solo habrá que esperar a ver como reacciona Bella al transplante. Renne también está muy bien… - murmuro Charlie, radiante.

Una genuina lágrima de alegría me surco el rostro, mientras Emmett me daba un puñetazo en el pecho. ¡Ouch!. Bueno, esa era la forma de Emmett de decir que estaba feliz.

No quise moverme del hospital, por lo que Emmett me prometió ir a avisar a mi casa para que todos estuviesen tranquilos. A mí más me pareció que era excusa para correr con Rosalie. Bueno, definitivamente lo entendía. Esos dos se amaban tanto que destilaban dulzura por todos lados. A ratos los envidiaba.

Me quede esperando en la silla de la sala de espera y estaba tan cansado que no me di cuenta cuando me quede dormido. Desperté algunas horas más tarde, adolorido como nunca, pero deseoso de ver a Bella. Bueno, eso si ella quería verme.

Me acerque temeroso a la sala de recuperación. Charlie estaba con Bella, pero él se había quedado dormido en la silla.

Entre con precaución, a pesar de que Bella parecía estar dormida. Me acerque a su cama y me dedique a observarla. No recordaba que fuese tan hermosa… su cabello estaba suelto sobre las sabanas blancas, cayendo a un costado de su cara, sus labios rojos cerrados, sus manos empuñadas y su piel blanca llamándome… No era muy ético estar pensando este tipo de cosas con una convaleciente pero… ¡que Isabella Swan agradezca al cielo que estaba enferma o la camilla tronaría! En serio.

Trate de sacarme las imágenes de Bella entre mis brazos para dedicarme a mirarla de nuevo. Acerque un dedo a la línea delicada de su rostro y la delinee, sin llegar a tocarla. Hermosa era una palabra que se quedaba corta para describir lo que ahora tenía ante mis ojos. Ella era perfecta. Perfecta para mí. No importaba lo que me tomara, yo conseguiría ganarme su amor de nuevo. Desee besarla, pero temía que despertara. Me acerque lo suficiente para capturar su aroma y llevarlo grabado por el resto del día. Sonreí y me di la vuelta, dispuesto a ir a casa y darme una ducha y cambiarme de ropa.

- Edward- escuche una voz suave que me llamaba.

Me recorrió un escalofrío por la espalda y me volví lentamente. Mi ángel estaba mirándome, con los ojos muy abiertos. La parte cobarde de mi me pidió correr y huir de allí, pero la otra parte domino y me quede estático, mirándola.

- Edward, ven- musito Bella, haciéndome una seña de que me acercara

Me acerque a Bella y ella me tendió su mano. La tome entre las mías casi desesperado y sonreí torpemente. Bella me hacia actuar como idiota.

- Bueno… yo solo quería darte las gracias… por encontrar a Renne- musito Bella

- No ha sido nada Isabella – murmure, tratando de parecer sereno. Pero estaba siendo patético, las rodillas me temblaban.

- Ha sido mucho para mí. De todas maneras hay cosas que conversar con Renne- Bella suspiro- pero por ahora todo va bien

Asentí como un inepto sin saber que decirle. Me hubiese gustado tener esas palabras geniales que le salen a los actores o como la de las novelas, pero en vez de eso solo me salió un lastimero quejido parecido a una risa. Yo daba lástima, oficialmente.

- Edward… me dijo Bella, de pronto. Yo quería que supieras que el beso que me …

- No te preocupes- le corte – no ha sido nada. Sé que el doctor es un imbécil hormonal. Además de eso, no hay nada que conversar.

Bella me miro y me sonrió.

- Gracias por comprender- murmuro.

Yo estaba que me derretía allí mismo. El toque de su mano me estaba volviendo loco. Por favor suéltame la mano o no respondo de besar como un enfermo a una chica recién operada.

- Yo creo que debo irme- dije nervioso

- ¿Tienes que irte?- pregunto Bella, mirándome

No, no tenía que irme, pero si no me iba no respondía de mi mismo. Y eso no era muy ético que digamos.

- Si- mentí – tengo algunas cosas que hacer…pero prometo volver por la tarde

- Gracias por todo Edward – musito Bella, y luego sonrió - Pero eso no te salva de la metida de pata que tuviste conmigo pendejo

La quede mirando asombrado. ¿No era que estaba convaleciente? ¿Qué convaleciente tiene ese vocabulario?

- ¿Qué te crees tú, que una operación va a hacer que cambie mi genial sentido del humor?- rio Bella

- Por supuesto que no- reí- me agrada que estés de vuelta

Ella rio, haciéndome sentir aun mas enamorado si fuese posible. A Isabella se le abrió un botón de la camisa de dormir, dejando revelar algo más de sus pechos desnudos. No podía estar haciéndolo a propósito ¿o sí? Ella no parecía haberlo notado.

Me metí las manos a los bolsillos, complicado por una reacción impulsiva de mi cuerpo, que yo no dominaba. El pantalón se me estaba haciendo estrecho en la entrepierna. Mierda esto no era nada ético… y si Charlie me pescaba así…

- Isabella, por favor – supliqué, vencido – ¿podrías taparte un poco…?

- ¿Qué Edward?- pregunto ella, inocente, mientras bajaba la vista a su escote -Ohhhhh- dijo mirándose – lo siento, no pensé que te molestara

- Deja de hacer eso, me estas matando – suplique

Ella sonrió, pero no hizo intentos de tapar su escote.

- No tienes idea de como te extraño Bella- murmure, sin pensarlo demasiado.

Ella suspiro, y miro al techo. Este era el momento en que me mandaba al diablo y luego yo buscaba algún rio para tirarme a la corriente. Bueno, algo así. Quizás me estaba excediendo en el dramatismo.

Ella abrió de nuevo sus ojos y una sonrisa genuina estaba en su rostro. No me estaba diciendo nada, pero mi corazón comenzó a galopar alocado.

- Yo también te extraño Edward- me dijo- pero las cosas entre nosotros no parecen funcionar. Yo te hice daño, ahora tu a mi… así no funcionan las cosas. Nuestra relación esta llena de problemas… quizás nunca debí cruzarme en tu vida, para empezar. Pero eras un hermoso reto… y termine enamorada como una idiota. Y luego pague todos mis pecados. Me parece que es justo.

- Yo nunca me arrepentiré de haberte conocido… ni de nada que te involucre – murmure, nervioso.

- Deberías- dijo ella

- Pero yo te amo… te seguiré amando siempre…

- Edward… no… no es buena idea, deberíamos ser amigos… es el amor que yo puedo entregarte…

- Si esa es tu forma de amar, te ruego que me odies -le supliqué, casi arrodillándome- pero no aceptare que me saques de tu corazón… yo sé que me amas…

- De qué sirve… ¡tú no confías en mí! – me recrimino

No pude contestarle, no porque yo no confiara en ella, sino porque no tenía una sola palabra para hacerla cambiar de opinión...ella tenía un buen punto. El tema de la confianza siempre era un tema difícil. Yo la quebré.

Enterré mi cabeza sobre la blanca cama. Quería morirme allí mismo por ser tan pendejo e idiota de haberle creído a Jacob… perro infernal, cuando me lo topara…

Entonces sentí su mano fina acariciando el cuello de mi nuca. Se me erizaron todos los vellos del cuerpo y muy a mi pesar, se despertó el deseo sin poder evitarlo. Su tacto traía a mi memoria tantas imágenes…

Hui de su toque y vi la contrariedad en su rostro. No huía de ella, huía de mi reacción. ¿Cómo podía explicarle que mi cuerpo reaccionaba de una forma y mi mente de otra? Yo era un joven repleto de hormonas, y ella era mi primera mujer, mi primer amor… ¿era tan atroz desear que estuviera sana solo para tomarla mil veces sobre la cama o en el piso…o donde fuera? Si, era un enfermo.

Creo que ella noto mi problema, porque sus ojos volaron hacia mi entrepierna sin ningún tipo de disimulo. Sentí que el calor subía a mi rostro y quería que la tierra me tragase. Ella entreabrió sus labios levemente, y luego se compuso, quitando la mirada. Por un momento hubiese jurado ver deseo en sus ojos… ¿sería posible? quizás no todo estaba tan perdido…

Mire yo mismo mi entrepierna y vi que mi erección era demasiado notoria. Mierda, que vergonzoso. Pero, en un arranque de valentía y arrojo, me tome la erección por sobre el pantalón, apretando y probando su reacción… Pude ver como sus pupilas se dilataban, haciendo sus ojos más oscuros y que volvía a entreabrir su boca… ni siquiera me estaba mirando a mí. Sus ojos estaban fijos en mi sexo. Sonreí esperanzado. Quizás si no era por la vía romántica… seria por otra vía… pero ella estaría conmigo de nuevo. La volvería a conquistar, a ella no le era del todo indiferente… y me aprovecharía de eso.

Me disculpe y me despedí, tratando de no mirarla demasiado. Ella no me detuvo y agradecí eso, porque de otra forma seria tan degenerado como el doctor imbécil ese… y no solo le daría un beso.

Me fui a casa dispuesto a probar la nueva arma que había conseguido sin buscarla. Si ella se sentía seducida por mi cuerpo, entonces haría lo posible porque lo deseara tanto que se volviera loca… de alguna forma llegaría a su corazón. Ya lo había hecho una vez, podría volver a hacerlo… o al menos eso esperaba.

Me di una larga ducha, tratando de templar mis nervios y algunas otras cosas… Trate de huir de las preguntas de Jasper o Alice, que estaban hechos un ataque de nervios… menos mal que no habían ido al hospital porque no hubiera beneficiado en nada una Alice histérica por los pasillos… Luego de calmarlos y jurarles que Bella no era víctima de trata de blancas, ya que Alice se había obsesionado con una película que trataba de tipos que robaban chicas de los hospitales, me cambie de ropa con lo mejor que encontré… me decidí por algo que tenia guardado, pues era de la ropa que bella me había comprado cuando me tenía por su mascota… sonreí al recordar eso.

Me puse los bóxers y los jeans oscuros… luego la camisa azul, que le había gustado tanto a Bella, pero jamás me la puse… por ultimo los zapatos y me despeine el cabello tal y como a ella le gustaba…. Si esto no podía seducirla, nada lo haría. Entreabrí uno de los botones de la camisa y puse mi mejor sonrisa, antes de volver al hospital…

"Vamos Edward, tu puedes con esto" pensé nervioso, mientras me subía al coche y emprendía rumbo al hospital nuevamente.

Para cuando al fin llegue, se había hecho bastante tarde. No me di cuenta lo mucho que me había tardado en casa, sobretodo tratando de tranquilizar a Alice. Menuda mujer esa, tan revoltosa y tan pequeña. En realidad no sabía como la soportaba Jasper…

Cuando entre al hospital, lo primero que vi fue al doctorcito infeliz con el ojo bastante peor que el día anterior. Me hizo un saludo nervioso y salió huyendo hacia los pasillos. Pendejo. Yo me dirigí a las habitaciones, buscando a Renne. Habría que llevarla a casa o algo, ya que ella no tenia donde quedarse, pero no pude dar con ella. Pregunte a una enfermera, que me quedo mirando boquiabierta y no me contestaba nada. Sonreí, pues supuse que esto era una prueba de que me veía bastante decente. Finalmente la chica pudo indicarme que Renne no estaba en el hospital, que se había ido de allí a primera hora de la tarde, acompañada de un Charlie Swan.

Al parecer Charlie había decidido alojar a Renne en su casa. Muy bien, algo menos de lo que preocuparme. Para cuando llegue a la habitación de Bella, había una enfermera con ella, llevándose una bandeja con algo de comida aun.

- No estás comiendo bien- murmuré cuando entre y tuve la alegría de verla descomponerse a tal nivel que llego a atorarse.

- Edward- musito sonrojándose- No pensé que vendrías

- Te lo prometí- dije acercándome

Bella puso los ojos como platos a medida que me fui acercando. Pude notar que se fijo en la ropa que llevaba puesta y un leve rubor asomo a sus mejillas pálidas.

Tome una de las sillas y la acerque a su cama, para sentarme. Le sonreí levemente y la vi removerse, nerviosa. Muy bien, esto parecía ir funcionando.

- ¿Cómo te encuentras? – pregunte, jugueteando con mis manos

- Mucho mejor, gracias – dijo Bella- Charlie me conto que los exámenes han arrojado buenos resultados, por lo que quizás me den de alta antes de lo previsto…

- Eso sería maravilloso – murmure, tomando una de sus manos

La sentí tensarse, pero no retiro su mano de mi agarre. Su respiración se agito levemente y su pulso se acelero. Deslice uno de mis dedos por la suave piel de su muñeca, y suspire.

- ¿Qué haces Edward?- la oí preguntar

- ¿Qué hago con qué?- pregunte inocente

- Tu sabes- me dijo

- En realidad Bella, no sé de lo que me hablas- le dije

Bella bufo, algo molesta, pero aun así no retiro su mano. Me sentí repentinamente poderoso y me acerque su muñeca a mis labios, besando la delicada piel. Bella lanzo un gemido muy bajo, tanto, que hubiese pasado desapercibido para cualquiera. Pero no para mí.

- Edward, las cosas no son tan simples… yo no volveré contigo-murmuro

Trate de tragarme la desilusión que me embargó, y la mire sonriendo. Tenía que jugar todas mis cartas

- No quiero volver contigo- le dije besando un poco mas cerca de su brazo- te deseo – murmure despacio y sobre su piel.

Pensé que no me había escuchado, pero cuando alce la vista ella me miraba con los ojos oscurecidos. Sí que me había escuchado.

Como no reaccionó, seguí deslizando mis labios y la sentí temblar. Armado de valor, saque la punta de mi lengua para deslizarla por su muñeca, con suavidad. Un jadeo de asombro escapo de la garganta de Bella, y esta vez sí quito la mano. La dejé deshacerse de mi agarre y levante mi mirada hacia ella.

Nunca supe si fue mi ropa, mi beso en su piel o simplemente que ella estaba tan desesperada como yo, pero cuando la vi entreabrir sus labios, sabía que había ganado esta batalla. Con mucho cuidado, me acerque a ella y deposite un suave beso en sus labios rojos. Eso fue todo. Cerré los ojos embriagado en el aroma de su cuerpo y en el calor de su piel. Retrocedí, dispuesto a volver a mi asiento, cuando la mano de Bella me atrapo del cabello. Lo jalo fuerte, lo suficiente para que me doliera. Y no dijo una sola palabra. Solo sentí sus labios ansiosos sobre los mis demandando respuesta, y su lengua suave abriendose paso en mi boca. Y yo no dude en besarla como lo había deseado hace tantos días, con pasion y total entrega. Esta vez, ella me había besado a mí, ella habia decidido dar el paso. Había logrado mi objetivo, Bella me deseaba. Y esto solo estaba por empezar.

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waoooooooooooooooooo edward jejejejeje lo amooooooooo jajajajaja XD

pobre doctorcito hormonal jajajaja XD

que malos son emmett y ed jejejeje pero aun asi lo amamos =)

oigan pero edward es un condenado como se atreve a vestirse asi si sabe que caeremos de un dos por tres jejejeje que belloooo =)

que pasara ahora? jejeje

espero que les haya gustado el cap ;)

espero sus votos y comentarios =D

saludos a todas

Capítulo 25: Ayuda Inesperada Capítulo 27: Reconquistada

 
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