Bella POV
Se lo que los hombres quieren. Siempre buscan lo mismo. Sexo. Perversión. Jugar. Es por eso que antes de que ellos vengan por eso, yo voy por ellos. Así de simple. Ellos no juegan conmigo. Yo juego con ellos.
Tengo un grupo de amigas…más bien conocidas, que no son más que unas perras. Es verdad, se que están conmigo porque les acarrea fama… y por eso me siguen como perritos falderos. La única que realmente vale la pena es Alice, porque ella es como yo, y no busca llamar la atención por mi causa. Ella sola es un maldito imán. Así que como verán somos la una para la otra.
En el colegio ya no hay nadie que en realidad valga la pena. Unos cuantos chicos que me llamaron la atención ya eran historia antigua. Nada más que una noche de pasión o dos si el tipo era muy bueno. Eso era todo para mí. Lo gracioso es que la mayoría de los idiotas quedaban prendados y me estaban molestando por semanas antes de darse cuenta de que habían sido desechados. El último de ellos había sido Mike Newton, un lindo chico rubio, tan bello como idiota, al que me lleve a un hotel una noche, pero el muy necio no sirvió de mucho… no duro nada y simplemente no valió la pena. Todo un fiasco.
El resto eran nada más que un montón de perritos falderos que ponían el mundo a tus pies por un beso o una mamada. Idiotas. ¿Que se creían que yo estaba a la venta? Yo elijo a mis hombres, no ellos a mí. Por lo que por ahora… estaba en sequia. Que mierda más grande.
Estábamos en lo mismo de siempre, en medio del patio, tomando un poco de sol, que era muy escaso en el estúpido pueblo al que me había mandado mi madre. La muy idiota me envió con mi padre porque dijo que yo era una perdida y no tenia futuro si seguía cogiéndome a todo Phoenix. Mira quién habla le conteste y me mando de una patada a Forks. Maldita.
Ahora tenía que estar entreteniendo a un cúmulo de estúpidas que me seguían para ver si conseguían algo de sexo con mi fama. Ellas se hacían cargo de mis sobras. Eran como un cumulo de malditas rémoras. (*)
Fue entonces que vi a aquel chico que si no fuera por mi completo aburrimiento jamás hubiese visto. Ni siquiera de lejos. Pero ahí estaba, observándolo y analizando mis opciones. Como si se tratase de un juego. La historia de mi vida
Hey, Alice – le dije a mi amiga, golpeándola en una pierna- ¿Quién es ese?
Quien – susurro Alice, que estaba ocupada mirando la cancha de rugby, mirando traseros
Ese chico de allí… el de lentes – le dije
¿Esa cosa? – dijo Alice con un dejo de asco
Bueno, ¿me dirás o no quien mierda es?
Vaya Bella, te hace falta un buen polvo chica… me dijo – claro que se quién es. Es un idiota si quieres que te lo diga. Se llama Edward… Cullen o algo así. No es más que una rata de biblioteca. Nada de tu tipo.
Mmmmm – dije yo, observándolo.
Alice era muy amiga mía, pero era una estúpida. Si no era capaz de ver el potencial de ese chico era porque le faltaban neuronas. Era alto, se notaba y tenía un cuerpo delgado, pero atlético. Tenía la piel más blanca que la de una chica y el pelo rubio cobrizo demasiado peinado, con una partidura al medio que lo hacía ver más bobo de lo que ya era. Además esos lentes… por Dios, hace años que habían inventado los lentes de contacto… Estaba sentado leyendo y tenía las piernas abiertas. Deliberadamente fije mis ojos en el bulto de su entrepierna y pude ver, aun desde la distancia que el chico tenia lo suyo. Un cambio de ropa, un corte de pelo… adiós a las gafas… y seria todo un dios… habría que ver lo demás.
Espérame aquí Alice – le dije poniéndome de pie
A donde crees que vas – me pregunto al verme
No es tu problema – le dije
Me acerque al chico, quien no saco los ojos del libro que leía. Yo traía una falda tableada súper corta, que me servía para estos casos. Doble un poco el borde de mi blusa, para dejar ver mi cintura y abrí un botón mas del escote, para que se me vieran los pechos.
Me acerque hasta estar casi pegado a él y le susurre:
¿Cariño, que es lo que lees?
El chico dio un salto, y se le cayó el libro de las manos. Pobre, había quedado con la boca abierta al verme. Su mirada empezó en mis piernas y fue subiendo, hasta detenerse un momento en mi pecho… por ultimo me vio a la cara y vi como se sonrojaba. No era más que un nene de mamá.
Me agache a recoger el libro y quede con su cara casi pegada a mis senos. El pobre abrió la boca y casi se le cae la baba del asombro. Yo estaba acostumbrada a esas reacciones, por lo que subí lentamente y me volví a poner de pie.
Amor, se te cayo esto… le dije- ¿me dirás que es lo que lees?
Yo- yo… dijo leo Shakespeare – dijo en un murmullo
¿Shakespeare? – le dije alzando una ceja
Me miro a los ojos y pude ver que eran de un verde hermosísimo. Este chico realmente tenía potencial, pero le faltaba pulirse, demasiado. Trate de ver si respondía a mí.
Me senté a su lado, cruzando las piernas y me deleite en ver cómo me devoraba con los ojos. Puse una mano en su muslo y le dije con mi voz más sexy:
¿Y me leerías algo de eso… para ver de qué se trata?
El joven se envaro un poco y hojeo el libro. Buscaba algo especial, aparentemente, pero a mí me daba lo mismo, solo quería ver su reacción. Entonces leyó, e increíblemente, sus palabras fueron como seda en mis oídos:
"¡Habla! -¡Oh! ¡Prosigue hablando, ángel resplandeciente! Pues al alzar, para verte, la mirada, tan radiante me apareces, como un celeste y alado mensajero a la atónita vista de los mortales, que, con ojos elevados al Cielo, se inclinan hacia atrás para contemplarte, cuando a trechos franquea el curso de las perezosas nubes y boga en el seno del ambiente…"
Me tense un poco y se me escapo un suspiro. El aprecio notarlo y sonrió levemente. Pude ver que tenía una linda sonrisa, y recordé entonces mi cometido. Subí un poco más la mano por su muslo, hasta casi tocar su intimidad. Lo vi ponerse tenso, y unas leves gotas de sudor aparecieron en su frente. Sonreí. Mi mirada se dirigió a su entrepierna y entonces me quede boquiabierta.
El chico tenía una enorme erección, una como no había visto. Y vaya que había visto muchas. Probablemente era más notoria porque vestía deportivamente.
Sonreí y no pude evitar mojarme los labios.
Como es que te llamas? Le pregunte
Edward – me dijo, muy despacio
Edward… lindo nombre – le dije – Yo soy Isabella. Pero puedes llamarme Bella.
Le tendí la mano y el me la tomo, apretándola. Una instantánea corriente curso mi espalda, por lo que quite la mano con rapidez, algo confusa. Deseche cualquier pensamiento y segui con mi juego.
Bell a- dijo el – eso es casi lo mismo que Hermosa
– Me dejo atontada. Ya era la segunda vez en tan poco tiempo y no me gusto. Fruncí el ceño. Tenía que actuar rápido.
Bueno, como te gusta Shakespeare quizás me podrías ayudar – Le dije – toma, acá tienes mi teléfono… dame el tuyo, nos comunicaremos, estás de acuerdo?
Edward asintió, y me paso un pequeño papel con una hermosa letra. Lo guarde en un bolsillo y me acerque a su mejilla.
Entonces te llamare – le dije dándole un suave beso.
Estoy segura que oí como se le escapo un gemido. Eso fue fácil El ya era mío.
Me acerque de nuevo al grupo, que me esperaba expectante.
Que mierda crees que estabas haciendo? – pregunto Alice, enfadada.
Estaba tasando el ganado querida – le dije, sentándome a su lado
Eso? – chillo Alice – por favor Bella, hay miles mejores que el
NO- le dije yo- es que tu no ves cuando hay un diamante en bruto, y ese chico lo es
Alice me miro como si estuviera loca
Mira – le dije - Tienes que sacarte los prejuicios. Primero, imagínatelo sin ese peinado idiota, sin lentes, con una ropa sexy y voila – le dije – Tienes un súper sexy hombre a tu disposición
Alice lo miro analizándolo y frunció levemente el ceño
Si, supongo que podría ser… pero ha de ser un idiota… no me importa si es sexy, si no tiene nada bueno…
Ahí es donde te equivocas – le dije- primero, su "equipamiento" es de primera. Segundo, se excita con facilidad, lo que lo hará domable… Tercero, tiene un cuerpo de lujo, así que es mío… yo lo quiero y lo voy a moldear a mi gusto.
Alice me miro con una sonrisa picara.
Eres una maldita pervertida, lo sabías? – me dijo – ¿en realidad piensas torcer a ese niñito de mama?
Bueno- le dije – al menos lo intentare. Si al final queda como yo deseo, será la envidia de todo Forks…
Está bien, quiero verte hacerlo – dijo Alice
No te preocupes. Edward Cullen está en mis manos…
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les gustó el comienzo???
que planeará bella con edward???
muy pronto lo sabrán..! =D saludos
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