SI SUPIERAS!!

Autor: nunezna
Género: Romance
Fecha Creación: 18/08/2015
Fecha Actualización: 17/11/2015
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 17
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Capítulos: 10

Lo amaba, era lo único que sabía como una certeza insoldable, él era todo lo que necesitaba para seguir viviendo, solo había un pequeño detalle, está casado con la chica más linda del pueblo, es un ascendado de los más ricos del condado, y mi mejor amigo de la infancia.

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Capítulo 8:

-¡No puedo creer las ocurrencias de esta niña!- mamá reía de lo que acababa de contarle, Bella creía que Jacob y Edward eran pareja, es que de solo acordarme la angustia y el estrés que tenía cuando me relato todo lo que había pasado, y como llego a esa conclusión, me descostillaba nuevamente. Luego de rebatir cada duda, o argumento con el cual había llegado a esa conclusión, ella parecía avergonzada de sus conclusiones erróneas; y aquí estaba yo, ayudando a mamá a preparar la cena, y contándole los por menores de nuestra tarde de amigas.

-Pobre Bella, esta tan enamorada del idiota de tu hijo, que ve fantasmas hasta en la sopa…- era verdad, todo lo sabíamos, hasta papá lo había comentado alguna vez “… porque Edward no puede ver lo hermosa que es Bella, en todos los sentidos, ella es ideal para él…”, pero él parecía ciego, me entristecía su situación, me quede perdida pensando en ello hasta que mamá encendió la luz en mi mente.

-Si solo pudiéramos hacer que él lo notara, que se diera cuenta de la clase de mujer en la que se está convirtiendo Bella, y que está a punto de perderla, si no reacciona…- ella revolvía una cacerola, mientras yo picaba verduras, estábamos preparando un estofado.

Como si sus palabras fueran lo que mi cerebro precisaba para que se activara, en minutos tuve la idea perfecta, todos tendríamos que colaborar, pero sabía que mi familia estaría de acuerdo, solo era necesario organizar algunas cosas.

Dos semanas después

-¡Vamos! Nos lo merecemos todos, ha sido una primavera horrible y no que da mucho del verano, aprovechemos lo que podamos… además, sabes que toda mi familia te espera, dentro de unos meses partimos a la Universidad, no nos veremos por meses, es como una fiesta de despedida..- Alice argumentaba una y otra vez, pero no me convencía, el traje de baño que me había traído  era demasiado pequeño, si es verdad que estaríamos en un lugar cerrado, como era la piscina de su casa, pero me daba pena con todos, me sentía desnuda.

-Alice, es demasiado pequeño, ¿es que esto tapa alguna parte?.- dije levantando la parte inferior del traje y girándolo para observarlo mejor, sería que se lo habían vendido roto y ella no se dio cuenta, por que a esta cosa de seguro le faltaba ser terminado.

-Sí, tapa lo necesario. ¡¡Ros!! ¡Necesito ayuda aquí arriba!- grito mi amiga desde mi recamara, donde intentaba que me pusiera esa cosa que supuestamente era un traje de baño.

Rose apareció ya cambiada, podía ver las tiras de su traje por debajo del vestido de verano blanco de algodón, con flores muy pequeñas en tonos rojos y rosa, era hermoso, pero todo en ella lo era, su rostro, su pelo y sin que decir de su cuerpo; ok, no melles más tu autoestima Bella, no serás una modelo, pero eres normal, si fea, ni bonita, solo, simple… trate de darme ánimos mentalmente.

-No seas tímida bella, no serás la única en traje de baño, todas estamos iguales, tranquila, no dejaremos que Edward se abalance sobre ti, he intente robar tu eterna castidad… no, no lo aremos. ¡Aunque tú nos ruegues por ello! Seremos tus amigas hasta en situaciones límites, y cuidaremos de ti, en todo  momento-  Rose y Alice se estaban burlando abiertamente de mí, eso me enfadaba un poco, pero debo admitir que la idea de que Edward pudiera, tan solo mirarme con otros ojos, me dio un poco de coraje.

-Bien, me cambiare, pero si me siento incomoda, me pondré algo para cubrirme, ¡entendido!- dije mientras entraba en el baño a cambiarme, ahora entendía porque Ros y Alice me habían torturado con cera hacia unos días, si habían depilados zonas que ni sabía que tenía bellos, de solo acordarme, me dolía, sin agregar la vergüenza de que me hayan visto desde ángulos que nunca podre verme.

Media hora más tarde, luego de cambiarme y cubrirme de protector solar, estábamos subiendo en el coche de Alice, Jasper también estaba invitado, lo cual era extraño, si yo  me sentía rara en ese trapo que llevaba puesto, Jass en bermudas y chanclas era lo más extraño.

-Jass, te ves…- no supe cómo definirlo, se veía tan diferente que con los vaqueros y botas, y gorra texana que usaba diariamente.

-Ridículo, vamos dilo, no me ofenderé, yo también creo que esto no es para mí…- estaba visiblemente incomodo y miraba a su hermana como para comérsela en dos panes.

-No seas aguafiestas Jass, los Cullen te han invitado también, no podemos hacerles este desaire, además, vives trabajando, necesitas divertirte y despejarte un poco, será diferente y divertido.- Rose no le dio lugar a quejas, daba un poco de pena, ya que él era muy tímido, como yo, pero a diferencia, era que él no tenía confianza con los Cullen, lo que empeoraba la situación, sin contar, la presencia  de Alice, parada frente a él, observándolo como…. Oye, espera un minuto, Alice Cullen estaba de boca abierta, mirando a Jass como si fuera un caramelo, o una paleta y no supiera si quería morderlo, o lamerlo; esta tarde prometía ser más divertida de lo que creí en un principio.

Luego de un recorrido relativamente corto, donde el silencio incomodo era interrumpido por la música del estéreo de Alice, llegamos a el rancho Cullen, podía ver el movimiento de personas en el lugar, todos los vaqueros del rancho y algunos amigos de los Cullen estaba ahí, habían más coches que de costumbre.

-¿Cuantos invitados hay?- pregunte mientras descendíamos.

-Unos pocos, algunos amigos de mis padres, los peones y su familia, Emmet y una amiga que trajo, tú padre, Billy y Leah, Edward y nosotros.- lo dijo como si fuera una reunión intima, pero para mí era mucha gente, de pronto el traje de baño que llevaba puesto era  incluso mucho más pequeño.

Caminamos radiando la casa principal, detrás de esta se encontraba la gran piscina, que hoy parecía muy pequeña de tantas personas que estaban en ella, por instinto me detuve en mi lugar a observar el montón de personas desconocidas que estaba presentes, hasta que una voz conocida me saco de mi asombro.

-Al fin llegas hija, necesito que me ayudes con algunas cosas en la cocina.- Esme se acercaba a nosotros un poco agitada.

-Hola chicos, que gusto verlos, pasen, pasen.- dijo mientras nos empujaba suavemente para que nos mescláramos con la multitud – Tú padre ha llegado hace un momento, esta con Carlise y Billy en la barbacoa, quemando la comida, o tratando de enseñarle a Billy, como se hace una buena carne asada.- la ironía en la voz y los gestos de Esme me hicieron sonreír, giro los ojos, como diciendo “…no pueden enseñarle nada a Billy, el hombre cocina durante horas todos los días, en el café más concurrido del pueblo…” avance entre la gente en dirección al humo, supuse que allí estaría la barbacoa, Jass y Rose venían tras de mí, cuando paso lo que menos me podía imaginar ese día.

-¡Pero si eres tú!- Me detuve de golpe, de todas las personas que imagine encontrarme, esta no era una de ellas.

-Dime que no eres parte de mi imaginación.- avanzo en dos grandes pasos y me toco el pelo y acaricio mi rostro, como comprobando que era real; me sentí visiblemente incomoda, su proximidad me incomodo de cierta forma.

-Oye amigo, no sé quién eres, pero deja de tocarla, a ella no le agrada…- la voz gruesa de Jass me trajo de vuelta a la realidad; el aludido retiro inmediatamente la mano, retrocediendo un paso, dándome espacio para pensar y poder hablar.

-Tranquilo Jass, lo conocí hace algunas semanas en el café de Billy, recuerdas que estuve ayudando allí unos días, no es lo que parece, solo, nos conocimos en circunstancias un poco diferentes…- dije sin dejar de mirarlo, le sonreí en respuesta, él me agradaba, aunque me sentía avergonzada de haberlo relacionado con Edward, pero eso él no lo sabía.

-Lo siento amigo, no sabía que estaba acompañada, solo me asombro verla por aquí…- parecía abatido, pero antes de poder corregir su error, giro sobre sus pasos y desapareció en la multitud.

-¿Quién ese guapetón? Bien que te lo tenias callado.- Rose trataba de seguirlo con la mirada entre los invitados.

-Es una larga historia.- dije mientras seguí avanzando

-Tenemos todo el día nena.- La alegría en Rose era contagiosa, estaba emocionada.

 

 

-¡¡Maldita suerte!!- Llegue junto a Edward quien estaba a unos metros de la piscina, tomando sol en traje de baño, las mujeres a su alrededor se lo comían con los ojos, era gracioso, ver como él solo restaba atención a su temporal discapacidad, y se auto compadecía de ello, si se diera una oportunidad, podría ver que rehacer su vida, estaba al alcance de su mano, que no todo era tan negro como él creía; bajo los lentes que cubrían sus ojos, me observo recostarme en la tumbona junto a él.

-¿Y los refrescos? No ibas por algo para beber, y ¿Por qué estas maldiciendo? ¿Qué te sucedió?- me miraba sin entender nada, hacia unos cinco minutos lo había dejado en este mismo lugar con el fin de ir por unas sodas, el calor era abrasador y hacia un buen rato que estábamos tumbados, disfrutando le calor.

-Si, si, lo intente, pero me distraje en el camino, y se me olvido…- dije molesto

-Quien te distrajo, Hoo, ya sé, Alguna de las atractivas amigas de mi madre…-¿él se estaba riendo de mí?, lo mire sin poder creérmelo, él estaba bromeando, luego se meses de mal humor, esto era una broma

-¡¡¡Hooo si nene!!! Esos pechos, esas piernas, Dios, no puedo resistirme, así que tuve que volver, o terminaría preso por indecente, o peor aún, con un  tiro, por algún ranchero celoso…. Aunque si me paso algo así, aunque no lo creas.- dije pensando en el chico rubio que acompañaba a la castaña que me había tenido obsesionado las últimas dos semanas.

-¿Te gustan las amigas de mi madre?-El asombro y humor en el rostro de Edward eran graciosos

-¡Noo! Está bien que estoy un poco fuera de rutina en estos últimos días, pero no llego a tal extremo, esas señoras, bien podrían ser mi madre.- dije haciendo muecas, él rio con ganas.

-Acabo de ver a la castaña que te conté, la del café….- dije, él entendió en el momento.

-¿Y?¿No fuiste a hablar con ella?, vamos tú, que no hay mujer que no conquistes, no me dirás que te intimida.- estaba incrédulo, si me intimidaba un poco, era extraño, pero cierto, pero no era eso por lo que no estaba tratando de conquistarla.

-No es eso, la vi caminando éntrelos invitados, y sin pensarlo dos veces, me acerque a ella, la vi tan hermosa o más de lo que recordaba, su pelo suelto, de un color castaño oscuro, con tonos rojizos, su piel es una belleza de pucelana…- estaba divagando

-Ok, la viste y ¿Qué sucedió?- estaba impaciente

-Toque su cabello, es muy suave y sedoso, como lo imaginaba, y acaricie su piel, ella se sonrojo cuando lo hice, es adorable el calor de su piel sonrosada, y sus enormes ojos marrones, me miraban entre asombrada y cohibida.- dije recordándola.- hasta que un rubio grandote, salió de no sé donde, y me dijo que dejara de tocarla, obviamente venia con ella, ya que ella le explico que me conocía del café y que no se alarmara, pedí disculpas y me fui de ahí.- era visible mi pesar, la veía por segunda vez en semanas, solo para enterarme que estaba con otro, si, esa era mi suerte últimamente.

-Oye amigo, lo siento, de verdad.- él lo dijo sinceramente, se lo agradecía; trate de dejar esa experiencia de lado, después de todo, ni siquiera la conocía, no sabía su nombre, si era hermosa y me tenia obsesionado, pero obviamente, tenia pareja, y yo no soy de los que se meten en relaciones ajenas.

Luego del incidente con el chico del café, pasamos la tarde entre risas y conversaciones, Rose, Alice y yo ayudamos a Esme a organizar y repartir bebidas, Jass se había refugiado con Charlie y Billy en el asador; luego de una rato Alice propuso ir a la piscina a tomar un poco del sol.

-Vamos Alice, no pensaras que me sacare la ropa delante de todas estas personas ¿verdad?- me moría de la vergüenza de solo pensar en sacarme la ropa y quedar en ese diminuto traje de baño frente a todos, incluyendo mi padre.

-Bella! Ya habíamos discutido esto. Todas vamos iguales, no serás sapo de otro poso, solo relájate.- dijo mientras se quitaba el short y la musculosa que la cubrían, Rose hizo lo propio con su vestido; camine tras ellas sin mucho entusiasmo; cuando llegamos a la piscina, esta estaba llena de personas, casi todas amigos de los padres de Alice, pero también estaba Leah, recostada en una tumbona, me dirigí asía ella.

-Leah, ¿cómo has estado?- pregunte cuando llegue a su lado, me miro  sonriendo.

-Aquí, disfrutando del hermoso  paisaje que dan los chico Cullen, y el amigo Gay, de Edward.- cuando dijo esto gire mi rostro asía donde se dirigía su vista, del otro lado de la piscina, en tres tumbonas, estaba Emmet, Edward y él chico guapo, recostados, tomando sol; no podría describir con palabras la reacción que tuvo mi cuerpo al ver a Edward así.

Lo observe sin vergüenza, era hermoso, perfecto en todos lados, se veían las cicatrices en sus piernas, producto de las diversas operaciones y heridas que le causaron el accidente, pero aun así, era el hombre más hermoso, que jamás haya visto, no es que Emmet y el otro no fueran guapos pero no se comparaban con Edward.

-Di quieres, puedes tumbarte junto a mí, y nos recreamos juntas.- dijo esta al ver mi cara de póquer, creo que era la mejor idea, no quería dejar de mirarlo, pero no podía estar como una tonta mirándolos, me tumbe en la tumbona junto a ella.

-Si te quitas la ropa y te quedas en traje de baño, posiblemente, piensen que estas tomando el sol, y no que estas comiéndotelo con los ojos.- dijo si dejar de mirarlos. Me paralice, no me atrevía a sacarme el short y la musculosa que cubrían mi cuerpo, pero ella tenía razón, quien en su sano juicio, toma sol al pie de una piscina, totalmente vestido, además, si era sincera, tenía mucho calor, y no era por el sol abrasador que había ese día, si no por mi propio foco de calor, a unos treinta metros delante de mí.

Sin pensarlo demasiado, me pare, me puse de espaldas y me quite la musculosa, luego desbroche mis short de jean y los deje caer hasta mis tobillos, salí de dentro de ellos, y me agache a recogerlos, doble todo y lo puse junto a un banco que hacía de mesa; me gire y volví a recostar sin mirar a los chicos, debería estar roja como un tomate, y me apenaba saber que podrían estar viéndome.

 

-¡Dios!, ¡hoy moriré por combustión espontanea!- Jacob hablo junto a mí, yo estaba medio dormido en mi lugar, no abrí los ojos, de seguro sería alguna de sus bromas sobre las amigas de mamá.

-Si claro, como digas, avísame cuando este lista la comida, ya tengo hambre.- dije sin darle mayor importancia

-¿Qué rayos? ¿Esa chica es Bella, la inocente Isabella Swan?, pero que ha pasado, es todo un caramelo.- el comentario de Emmet me molesto, hablar de Bella era como hablar de Alice, como podía expresarse así de ella, me quite las gafas, y lo mira para increparlo; pero cuando mire a la dirección a donde se encontraban las chicas, simplemente, no supe que decir, mi mente se desconecto de mi cuerpo.

Frente a mi Bella se quitaba una musculosa, su piel nívea estaba cubierta por unos tirantes del sujetador del traje de baño, su espalda pequeña, pero perfectamente formada, era hermosa, su cabello castaño caía como un roce sobre sus hombros, por un momento, dese poder tocar su cabello, parecía tan suave, luego dejo caer su short, y su el preciso instante donde mi cerebro decidió dejar de funcionar, pero mi cuerpo quería todo lo contrario, lo sentí reaccionar como si me hubieran dado corriente directamente en la entrepierna, un hormigueo conocido se apodero de mi bajo vientre, mientras observaba su redondo y blanco trasero, mientras se agachaba a recoger la prende del sipo, “el traje de baño” era realmente genial, sus piernas torneadas, eran el camino al más hermoso paraíso, y su piel invitaba a ser acaricida.

-Es ella, ella es la castaña del café.- Jacob se había sentado erguido, mientras me explicaba, que su castaña obsesión de las últimas dos semanas, no era nada mas, ni nada menos, que Bella Swan; por un minuto me sentí molesto, él no era chico para ella, ella era demasiado inocente para él, un hombre de mujeres, los observe a uno y al otro, sin decir palabra, pero en mi interior, una extraña sensación de territorialidad se instalo.

-Ella no es chica para ti Jacob.- me asombre del tono seco y cortante con el que salieron mis palabras.

-Sí, ya lo sé, el rubio lo dejo bien claro.- dijo mientras se recolocaba las gafas y volvía a tumbarse; rubio, que rubio, es que Bella tenia novio y nadie me lo había contado.

Me sentí incomodo, quería saber, era como si sintiera que me estaban traicionando, yo siempre había sabido todo de ella, o eso creía; aunque hacia algunos años que estábamos bastante alejados, sobre todo luego de que comencé a salir con Iriana….

Como una realidad que estaba frente a mis ojos y no quise ver, me di cuenta de que tan distante nos habíamos vuelto Bella y yo, ella ya no erala niña tímida que recordaba, ya no era una niña, me lo decía la hermosa mujer recostada en la tumbona frente a mí, y el deseo de acariciarla que me producía su piel, una parte primitiva y exclusivamente machista comenzaba a despertarse en mi, debía averiguar quién era ese famoso rubio grandote que estaba con mi Bella…

 

 

 

Bueno. aqui otro Cap. Besos

Capítulo 7: Capítulo 9:

 


 


 
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