SI SUPIERAS!!

Autor: nunezna
Género: Romance
Fecha Creación: 18/08/2015
Fecha Actualización: 17/11/2015
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 17
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Capítulos: 10

Lo amaba, era lo único que sabía como una certeza insoldable, él era todo lo que necesitaba para seguir viviendo, solo había un pequeño detalle, está casado con la chica más linda del pueblo, es un ascendado de los más ricos del condado, y mi mejor amigo de la infancia.

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Capítulo 2:

Nuevamente  ella estaba molesta, ya no sabía qué hacer para verla feliz, sabía que no era feliz en el rancho, pero yo soy ranchero, es lo que hago, me gusta la vida de campo, sin contar que mi familia entera eran personas simples, trabajadores, teníamos un gran rancho de cría de ganado y caballos de exposición, económicamente estábamos muy bien, podríamos dedicarnos a lo que quisiéramos, pero el rancho era nuestra vida; pero Iriana no compartía ese amor, a veces al pensar en el día en que oficialice nuestro compromiso, recuerdo las palabras de mi padre, “… es una chica de ciudad Edward, sabes lo que eso significa?...”- Carlise siempre fue un padre compañero y comprensivo, no puedo imaginar tener un mejor padre que él, pero con el tema de Iriana, estaba un poco negado a aceptarla.

-¡Vamos papá! ¡Tú!, el que siempre ha dicho que a las personas no hay que juzgarlas por su procedencia, ni su apariencia..- no podía creer que Carlise se pusiera de parte del resto de mi familia, quienes habían dejado muy en claro que Iriana no era de su agrado, pero yo la mamaba, ella me hacía muy feliz, y no renunciaría a eso por nadie.

-No es eso hijo, lo sabes! Pero una chica de cuidad, difícilmente se acostumbraría a la vida de campo, es una vida difícil, no todas las mujeres pueden soportarlo. Piénsalo.- pude notar su sincera preocupación en sus palabras, pero nosotros nos amábamos y mientras estuvieras junto, todo saldría bien. Carlise se alejo unos pasos de mí, pensativo, giro su rostro asía mí y me dijo – A no ser que estés pensando vivir en la cuidad, sería un golpe muy doloroso para la familia, sobre todo para tu madre, pero te apoyaríamos, si eso te hace feliz.- trato de dibujar una sonrisa en su rostro, pero solo fue una mueca de dolor.

De eso asía ya dos años, nos habíamos casado, una boda un poco ostentosa, unos trescientos invitados, de los cuales solo conocía a unos cincuenta, sin dudarlo fue uno de los mejores días de mi vida, ella lucia hermosa con su vestido blanco, lo celebramos en el rancho, yo quería a mi familia conmigo y mamá quería organizar la boda, fueron meses muy tensos, primero convencer a Iriana de celebrar la boda en el rancho, me costó semanas y más de una pelea, pero lo logre con la promesa de que iríamos de luna de miel donde ella erigiera, luego el tema de los invitados, no sabía que ella tenía tantos amigos, en realidad en la universidad no parecía que contara con muchos, pero ahí estaban, personas que no sé ni quien rayos eran hacían filas y filas de invitados, sentados en sillas de jardín decoradas con telas color crudo y lirios blancos, luego de la ceremonia, dimos una gran recepción que se extendió hasta altas horas de la madrugada, fue todo un evento en el pequeño pueblo de Converse.

Al día siguiente volamos rumbo a Paris, un lugar sin duda muy bonito, si te gusta la humedad y los días grises, pero era lo que habíamos acordado, y ella quería ir a Paris. Creo que esas dos semanas vi más hombres de sexualidad dudosa, vestidos de diseñador, zapatos y perfumes que en todos mis años de vida, pero Iriana tuvo una sonrisa perpetua en su rostro todo el tiempo, las noches en el Hotel, era recompensado por sus dulces labios, y su cuerpo, que me recibían sin medirse.

Los últimos meses habían sido un poco difíciles, entre la universidad, el rancho y las peleas, Iriana y yo casi no teníamos tiempo para nosotros, la extrañaba, extrañaba su calor, su aroma, sus sonrisas, que eran cada vez menos frecuentes.

Los dos teníamos un temperamento difícil, yo soy un poco aprensivo y celoso, pero es que ella es muy hermosa, y sé que más de un hombre daría lo que fuera por tenerla a su lado, no quería perderla, pero a veces la ahogaba con mis demandas; ella por su parte, era bastante sociable, le gustaba tener amigos y salir a divertirse, muchas veces sin importarle la universidad, o si hacía días que no podíamos estar juntos, compartíamos un departamento en la cuidad, mis padres lo compraron para mí cuando me fui a estudiar allí, y en más de una ocasión llegue a casa y estaba llena de personas que no se quienes eran, ella se enojaba cuando le reclamaba esa actitud, decía que no la dejaba ni respirar, que solo quería tenerla encerrada como a un florero, solo para mí; pues sí, la quería solo para mí, no es que me molestara que tuviera amigos, pero a la mitad ni los conocía, y todos la miraban como si ella fuera una golosina, la comían con los ojos, lo cual me llevo a tener más de un cruce con algunos.

Estos últimos dos días ella había estado un poco grosera con mi madre y mi hermana, se acercaba la gran celebración de primavera, era un gran evento para el pueblo, lo celebraban cada año, y las jóvenes solteras, aprovechaban ese día para vestirse lo más hermosas que podían y así lucir sus encantos, Alice estaba emocionada con ello, cumpliría los veinte años ese verano y aun no había tenido novio, lo cual la tenía un poco frustrada, ella era una joven preciosa, pero los chicos parecían no darse cuenta, y los que lo habían hecho, no eran la clase de chico que permitiríamos que saliera con mi hermanita, así que Emmet y yo los habíamos persuadido de que desistieran de su idea.  Iriana había sido borde por demás al decirle que ese evento era para niñas pueblerinas que no tenían más futuro que casarse con algún don nadie, y vivir el resto de sus días criando animales  de granjas e hijos, así que mejor era que no se molestara mucho en arreglarse, probablemente el pobre campesino que la eligiera, solo podría distinguir entre un par de botas texanas y unas de goma para el fango.

Alice se había sentido ofendida, no tanto por lo de no arreglarse, sino por el hecho del desaire que le hacía a los peones y las familias del pueblo, todos éramos gente simple, no había mucha sofisticación en nuestro pueblo, pero éramos personas honradas, que nos respetábamos y ayudábamos entre todos, ese comentario despectivo estaba más que fuera de lugar, al fin y al cabo, yo también soy un simple ranchero, lo poco que puedo saber de clase y cuidad, lo he aprendido, para satisfacerla a ella, antes de eso, no creía que fuera a aportarme nada.

-Por si no lo sabes aún, mi hermano es un simple hombre de campo, y te casaste con él, o ahora te has dado cuenta que no es lo suficientemente refinado para ti, de seguro las tarjetas de crédito y la cuenta en el banco, no te molestan verdad, pero sí que un hombre se gane la vida arriando ganado, o montado en un caballo, para pagar tus caros gustos…-   Volvía de controlar el marcado de las nuevas reces, habían nacido hacia algunas semanas y debíamos marcarlas para que no las robaran o perderlas cuando las sacáramos a pastar, llegando a la casa, los gritos de mi hermana me llamarón la atención, Alice era un poco hiperactiva, pero nunca gritaba de ese modo, además, parecía que discutía con alguien, baje del caballo y camine rápido hacia la casa.

En cuanto entre a la sala de estar, en la planta baja, pude saber de dónde venían aquellos gritos, subí lo más rápido que pude las escaleras y me dirigí al cuarto de Alice.

-Edward es diferente, el será veterinario, dentro de poco más de un año, tendrá su titulo y nos mudaremos, nos iremos a vivir a la cuidad, pondremos un comercio de animales, el será quien los atienda cuando estén enfermos o algo y yo me encargare de diseñar un lugar con clase, será todo un éxito, y estos años de vida de marimacho que he tenido que soportar por él, será solo un mal recuerdo.- las palabras de Iriana me dejaron en shock, en qué momento habíamos planeado todo eso y yo aún no me había enterado, sabía que no le gustaba estar en el rancho, pero nunca pensé que creería que mi iría a vivir a la cuidad a cuidar mascotas de raza mimadas por mujeres cuyos maridos no les prestaban atención y se desahogaban con los pobres animales o con amantes que podrían ser sus hijos.

-Edward nunca dejaría el rancho, él ama este lugar, a nosotros, es imposible que deje todo esto por un estúpido proyecto para cuidar mascotas, sabes que no lo hará.- Alice me conocía, hizo darme cuenta cuanta fe me tenía mi familia, y de que Iriana, podía estar muy lejos de la mujer que creía que era, tenia nuestras vidas planeadas, pero con el detalle, de que no había consultado mi opinión en algo tan delicado, pero se lo estaba asegurando a mi hermana como una verdad.

-él ara lo que yo le pida, porque me ama, no puede vivir sin mí. Sabes lo que es eso, que un hombre te ame, incluso sobre su mayor pasión, sobre su familia, o sus sueños..- el veneno en las palabras de Iriana, me hicieron contener el aliento, es verdad, la amaba, pero mi familia era importante para mí también, y eso ella lo sabía.

-Tú no lo amas, solo lo usas, él realmente está enamorado de ti, pero tú no mereces un amor como el de él.- Alice sonaba triste, como conteniendo la rabia y el dolor.

Avance un paso, con la intención de cortar este estúpido enfrentamiento, debía hablar con Iriana algunas cosas importantes, pero no era el momento y no quería que Alice siguiera en esa situación, gire el pomo de la puerta de la habitación y las vi por el reflejo del espejo de Alice, ella se encontraba de pie, frente a una mecedora junto a su cama, he Iriana, estaba semi recostada sobre la cama de esta.

-Lo hago feliz Alice, eso es lo que debería importarte, si lo amo o no, no es algo en lo que tú debas inmiscuirte.- no podía ver sus rostros, pero juraría que Alice estaba rechinando los dientes.

-Mi hermano fue un idiota al casarse contigo, el no tiene idea a la mujer que perdió por eso.- las palabras de Alice me dejaron fuera de combate, que quería decir, que mujer, si las pocas novias que tuve en mi adolescencia estaban todas casadas cuando yo contraje matrimonio.

-Si, ya sé, la pobre mojigata de tu amiga. Vamos, ella no es mujer para Edward, el nunca la miraría con esos ojos, y ella lo sabe.- entre a la habitación porque ya no soportaba escuchar como las viejas chusmas del pueblo

-Que sucede, porque se pueden escuchar sus gritos desde afuera.- mire a Iriana quien se sentó en el acto, Alice mi miraba con culpa y arrepentimiento en los ojos.

-He hecho una pregunta.- Alice tomo su bolso de sobre la mesita de noche y salió por la puerta, mientras lo hacía dijo

-Pregúntale a tu esposa, ella cree que los hombres de campo son todos unos ignorantes, que lo único que hacen es tener hijos y cuidar ganado.- mire a Iriana sin poder creer lo que me había dicho Alice

-No es así, sabes que no pienso eso, ella tomo un comentario sobre los chicos del pueblo a modo personal, solo le dije, que aquí no encontraría un hombre que apreciara su gusto por la moda, ni sus buenos modales.- la voz seductora de Iriana, alteraba mis sentidos, su sonrisa y sus movimientos me hipnotizaban.

-No debes decirle eso, sabes que no a conocido a nadie decente y está un poco frustrada, solo déjala, no le digas nada-busque sus labios, necesitaba sentirla, hacía varios días que no podíamos estar juntos y ya comenzaba a frustrarme. Comenzamos besándonos con dulzura, pero la falta de intimidad, hizo que el deseo creciera rápidamente y comenzamos a subir de nivel. Estaba dejándome llevar por mis necesidades básicas, sentía la pie de Iriana en mis manos, su calor, comencé a acariciar su espalda baja, mientras atacaba sus labios con fervor.

-Cccrrmm , ccrrrmm!- Alguien se aclaro la garganta en la habitación, haciendo que nos separáramos inmediatamente.

-Yo lo siento, no sabía que estaña aquí, yo busco a Alice.- La voz de Bella sonaba titubeante, estaba muy avergonzada, sus cachetes sonrosados así lo delataban, no nos miraba a la cara y su postura era rígida.

-Pues obviamente no está aquí.- la voz de mi esposa sonó irritada, me reí, yo también tenía necesidad de estar a solas con ella, pero eso no era motivo para tratar tan duramente a Bella.

-Ella acaba de salir, debe estar abajo, con mi madre.- dije tratando de alivianar la tensión del momento, estaba duro en mis pantalones y si no fuera porque Iriana estaba parada frente a mí, moriría de vergüenza de que Bella me viera en ese estado, nos conocíamos de toda la vida, era como una hermana para mi, sería muy incomodo si eso sucediera.

-Bien, iré a buscarla, disculpen la interrupción.- dijo mientras giraba sobre sus talones y salía de la habitación

-Mentira, no lo siente, ella ha entrado para interrumpirnos, solo quería romper el momento.- Iriana estaba realmente molesta, pero yo agradecía a Bella la interrupción, estábamos a las tres de la tarde, en el cuarto de mi hermana, con la puerta abierta, cualquiera podría a vernos visto, no era el lugar, ni el momento.

-Creo que ha sido lo mejor, cualquiera podría haber entrado.- dije a modo de disculpa.

-Bien, tal parece que la mosquita muerta nos ha arruinado el momento.- me choco su comentario sobre Bella, pero la abrace, sabía que reaccionaba así por la frustración del momento.

-Vamos, no seas así, ella no lo hizo con intención, ni siquiera estamos en nuestra recamara. Podemos seguirlo esta noche…- dije mientras mordía suavemente su cuello.

-Me olvide de decirte, tengo planes para esta noche, unos amigos dan una fiesta en la cuidad, pensé que podríamos ir, luego podríamos ir a nuestro departamento y terminar la fiesta solos.- otra fiesta, creí haberle dejado en claro que no habrían más fiestas hasta después de que termináramos de marcar el ganado y separar las reces para enviar al matadero.

-Sabes que no puedo ausentarme del rancho hasta dentro de unos días, estamos en la época de más trabajo…- trate de que me entendiera, pero sentí su malestar cuando su cuerpo se puso rígido entre mis brazos.

-Otra vez son más importantes los animales apestosos, que tu esposa, me dejaras aquí todo el día mientras tu andas entre esos peones y tus reces, y yo que Edward, me aburro, no sé nada de campo, ni de animales, y aquí no hay otra cosa para hacer.- sabia que esto era difícil para ella, pero luego de tres años juntos, ya debería saber cómo son las cosas.

-Lo sé, pero no puedo dejar a mi familia con todo el trabajo, tal vez la próxima fiesta podamos asistir…- trataba de buscar una solución que nos conformara a los dos

-Sabes que Edward Cullen, yo me vuelvo a casa, cuando termines, puedes ir, si es que aun te importa lo nuestro…- dijo mientras salía de la habitación, no podía creerlo, hasta hace solo unos minutos, éramos pudo amor, y ahora ella salía hecha una fiera.

-Mujeres, Dios, podrías habernos mandado un manual, alguna guía, algo con que guiarnos para saber cómo hacerlas felices, esto es muy difícil.- dije mientras salía tras ella.

Capítulo 1: 1 Capítulo 3:

 


 


 
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