SI SUPIERAS!!

Autor: nunezna
Género: Romance
Fecha Creación: 18/08/2015
Fecha Actualización: 17/11/2015
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 17
Visitas: 10595
Capítulos: 10

Lo amaba, era lo único que sabía como una certeza insoldable, él era todo lo que necesitaba para seguir viviendo, solo había un pequeño detalle, está casado con la chica más linda del pueblo, es un ascendado de los más ricos del condado, y mi mejor amigo de la infancia.

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Capítulo 1: 1

-Vamos, no puedes seguir luciendo como una campesina, solo será un rato, iremos a la cuidad. Compraremos algo un poco más femenino. El baile será el sábado y aun no te has organizado.- Alice era una excelente amiga, solo que no lograba entenderme en cuanto a mi poco sentido sobre la moda y ser femenina. La adoraba, pero no compartía su obsesión por lucir como chica de cuidad en pleno campo de Converse en Texas.

Aquí todos vestíamos vaqueros y botas texanas, camisas o buzos de chándal, no éramos chicas de zapatos de tacón (potencialmente mortales), ni vestidos de noche para galas, pero ella estaba convencida de que una mujer debía estar preparada para su príncipe azul en cualquier momento, eso incluía largas sesiones de tratamiento facial los domingos en la tarde, y un arsenal de cosméticos en su bolso.

-Vamos Alice, quien va a fijarse en eso, los organizadores del evento son los ascendados del pueblo, ninguno va a ir de etiqueta, seremos las locas del evento – ella siempre se presentaba con deslumbrantes vestidos, en más ocasiones de las que recuerdo, fue el asme reír del lugar, por más que intentaba decírselo sin lastimar sus sentimientos, ella no quería reconocerlo. Decía que era por pura envidia que las chicas se reían de ella, que nunca tendrían tanto gusto por la moda y el estilo como ella, y eso las enfermaba.

-Mi hermano estará ahí, quien sabe tal vez si te ves más hermosa de lo habitual, se dé cuenta por una vez, de lo estúpido que fue al casarse con la zorra de Iriana- eso era un golpe bajo, ella sabía lo que sentía por Edward desde la primaria, los últimos tres años habían sido los peores de mi vida.

Edward, Alice y Emmet eran hijos de Esme y Carlise Cullen, una familia de ascendados de la zona, tenían su campo para la cría de ganado, y algunos caballos de zara para exposiciones y cruza, eran una familia de recursos, pero no se reflejaba en sus actitudes, eran mas humildes que la mayoría de los ascendados, sus hijos también lo eran, nos conocíamos desde el kínder, habíamos hecho la primaria, secundario y hasta la prepa juntos en la escuela del condado, una escuela pública a donde asistían todos los chicos de la zona.

-Eso ha sido cruel Alice.- Sin querer el dolor se reflejaba en  mi voz, ella sabia cuanto estaba sufriendo luego de que Edward se casara con una joven de cuidad, la conoció en la universidad hace tres años, es una hermosa joven de cabellos rubios, y cuerpo de modelo, con un estilo y clase poco común en Texas, al igual que su despotismo y malos modales.

 

-Lo siento, no quise ser cruel.- Su rostro reflejaba la culpabilidad de usar recursos bajos y dolorosos para manipularme – Pero es verdad, tú eres mucho más hermosa que esa zorra, solo que el idiota de mi hermano no ve más allá de su nariz. El muy estúpido, no logra ver a la víbora que tiene junto a él, si hasta mamá la detesta.- la indignación de la familia Cullen con Iriana era sabido por muchos, ella se había instalado en el rancho hacia más de dos años y había vuelto sus vidas un verdadero infierno, los peones le rehuían y sus cuñados y suegros la toleraban por la felicidad de Edward, pero en realidad nadie la quería por ahí.

-Eso no es algo que podamos arreglar Alice, ella es tu cuñada, la mujer de tu hermano, deberías tratar de llevarte mejor con ella, recuerda que Edward la adora, sufriría mucho si supiera que no la quieres.- era verdad, si algo era importante para él luego de Iriana, era su familia, luego de pasar un años en la Universidad estudiando veterinaria, Edward se había casado con ella y alternaban su residencia entre la cuidad de Bexar y Convers.

En época curricular, se trasladaban a la cuidad para seguir sus estudios, pero los fines de semana, y en vacaciones, volvían al rancho para ayudar a la familia.

-Ok, dejemos de hablar de la zorra y el lazarillo, solo dime que iremos esta tarde de compras, necesito algunas cosas de último momento y si no voy hoy a comprarlas, seguro no encontrare nada. Sabes que el evento de primavera es el más importante, todas las chicas deben haber saqueado ya las tiendas, solo Dios sabe cómo me las arreglare para conseguir lo que me falta.-  su voz reflejaba preocupación, la observe desde el establo donde cepillaba a Nube, mi yegua, un caballo manos, y fiel que me habían regalado mis padres hacia ya cinco años, ella y yo éramos uno solo cuando cabalgábamos los campos del rancho.

-Ok, lo haré, pero no pretenderé que me gusta, solo iré, y me arrastrare de tienda en tienda, hasta que consigas lo que sea que necesitas, pero no comprare un vestido, y no usare tacones, ENTENDIDO!!- sabía que mi repertorio estaba siendo en vano, ella ya estaba en otro lugar en su mente, muy probablemente organizando la tarde de tortura que nos esperaba.

-Sí, sí, claro.- dijo saltando a abrazarme y salir como un duende saltarín hacia su auto estacionado a unos metros de los establos.

-Pasare por ti a las tres.- grite desde mi lugar, ella solo levanto su pulgar en señal de respuesta, sería una tarde muy larga, pobre de mis pies y mi paciencia.

Pase una rato mas cuidando de Nube hasta que Jasper, uno de los peones, llego al corral, era un chico muy mono, de cabello rubio como el trigo y unos expresivos ojos azules, siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitara, habían venido junto con su hermana Rosalin desde Dallas, sus padres habían fallecido hacia unos cinco años, su madre padecía cáncer, murió luego de meses de lucha, y su padre, nunca se recupero de la perdida, falleció de un ataque cardiaco unos meses después, ellos no tenían más familia, así que Jasper que en aquel entonces tenía unos veinte años, pidió al estado su emancipación y se hizo cargo de su hermana y del rancho que le habían dejado sus padres. Un año después, un maldito, le ofreció un negocio muy lucrativo, los ayudaría a poder estudiar y así tener un titulo, pero no era lo que ellos creían y unos meses después, el banco se quedo con el rancho, el cual vendió a ese estafador de James por una suma ridícula, creo que ni el establo valía el poco dinero que pago por todo.

Como consecuencia, Jasper debió abandonar sus estudio y buscar un empleo, llegaron al pueblo buscando trabajo en diferentes ranchos, Charlie, mi padre, se entero que dos jóvenes hermanos rondaban la cuidad en busca de un rancho que necesitara un peón y una mucama, pero a esa altura  no había trabajo en los ranchos, estábamos en otoño, no faltaba mucho para que el invierno hiciera acto de presencia, y en esa época del año, el trabajo era muy limitado.

Pero en casa hacía falta una mano femenina, después de que mamá falleciera en ese accidente de tránsito, las cosas estaban siendo un poco difíciles para todo, yo intentaba que todo estuviera en orden, pero entre la secundaria, el rancho y la casa, era poco lo que podía hacer, lo básico, comida, colada, etc. Pero la casa necesitaba más atención, los peones eran pocos, solo Eric y Mike, pero comían en la casa cada día y a veces ellos mismos debían prepararse los alimentos, porque no había quien lo hiciera.

Así que Charlie fue por ellos, no sé bien cuál fue el trato que hicieron, solo sé que una mañana al levantarme a las 5 a.m. como todos los días, una muy hermosa joven de unos deis y seis años estaba haciéndolo, mi primera reacción fue quedarme pasmada, quien era y que hacían preparando el desayuno en mi cocina, pero ella en seguida me saco de mis cavilaciones.

-Hola, soy Rosalin Hale, tu papá nos contrato a mi hermano y a mí , desde ahora yo te ayudare con la casa, y mi hermano trabajara con los peones..- está nerviosa, se le notaba en la postura y su voz baja y titubeante, me agrado en el mismo instante en que se presento.

-Hola soy Isabella, pero todos me dicen Bella. Es genial que estén aquí.- dije extendiendo mi mano y sonriéndole, no quería imaginarme lo difícil que debería ser perderlo todo y tener que comenzar de cero en una casa extraña, con personas desconocidas y sirviéndoles como domestica, ella aun era muy joven, pero el dolo se reflejaba en sus ojos.

Desde ese mismo instante Rose y yo hicimos buenas migas, una de las condiciones que tenían los trabajadores de rancho más jóvenes, era que debían estudiar, así que Rosa,  Erick y yo íbamos a la secundaria. Éramos muy amigos, ellos y los Cullen se entendían bien, éramos u gran grupo, pasamos nuestra adolescencia juntos, éramos como hermanos.

-Si sigues cepillándola, la dejaras pelada!!!- Jasper sonrió, algo poco usual en él, no es que fuera amargado ni nada, solo que era más serio y reservado que el común de las personas, pero quien conocía su historia podía entender porque.

-Vamos, no es para tanto.- me reí, él siempre bromeaba con que yo estaba enamorada de Nube, es verdad que la cuidaba un poco de más, pero era lo ulti8mo que mi madre me había regalado, no podía descuidarlo, era como descuidar su recuerdo.

-Ok,ok. He venido porque sé que vas a ir de compras esta tarde.- parecía sentirse culpable por saber aquello

-Si, Alice ha insistido.- Sabia que Jasper estaba loco por Alice, pero esta era tan ingenua que nunca se daba cuenta, él vivía tratando de acercarse a ella, pero ella lo veía como un buen chico, alguien en quien puedes confiar, pero que no entra en tu lista de posibles pretendientes.

-¿Me preguntaba si podrías invitar a Rose?, es que ella ha trabajado duro este año, ya está en su tercer año de medicina y sé que le gustaría asistir, pero no me lo pedirá, sabes que nuestros recursos no son muchos, con la universidad y todo eso, no nos queda demasiado, pero me gustaría que fuera, y no lo hará si no tiene un vestido, así que pensé que podrías invitarla como cosa tuya y yo te daría dinero para un vestido….- sus palabras salían enredadas y bajas, tenía su gorra de vaquero calada hasta los ojos, y su rostro inclinado mientras jugaba con eno entre sus manos.

-Hooo Jas, eres tan dulce, claro que lo haré, no tienes que pedírmelo, pensaba invitarla de todas formas, no creerás que voy a arrojarme a los brazos de Alice, sin llevar quien me rescate ..—dije en tono de broma, todos conocíamos la afición de ella por las compras, había que ser muy valiente para aceptar algo así.

-Si,si, lo sé- él adoraba a ese duende saltimbanqui, pelo pincho, su sonrisa y sus ojos soñadores lo delataban, no entendía como Alice no lo notaba

No acepte el dinero de Jass, no era necesario, podría no tener la solvencia económica de los Cullen, pero podía darme el gusto de comprar dos vestidos sin desestabilizar la economía del rancho. Rose acepto encantada ir de compras, así que un cuarto para las tres, subimos a mi viejo monovolumen y salimos rumbo al rancho Cullen.

Capítulo 2:

 


 


 
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