Epilogo: Nacimiento.

Espérame aquí cielo, iré a la tienda por mas estambre – asentí levemente mientras mi madre salía de la casa.

Me acomode incomoda en el sillón, acababa de cumplir los nueve meses de embarazo y casi no podía caminar, mama me estaba enseñando a tejer y ya le habíamos hecho bastante ropita a mi bebe, solamente en colores neutros, porque Edward y yo habíamos decidido esperar a que naciera para saber si seria niño o niña.

Edward llegaría dentro de unas horas y le preguntaría sobre algunas molestias que había estado sintiendo toda la mañana, ahora que trabajaba, no pasábamos tanto tiempo juntos como quería; Edward había abierto su propia agencia de seguridad y en muy poco tiempo se había hecho del gusto de los clientes, aunque el ya no se encargaba de la seguridad de nadie, siempre tenía que estar al pendiente de que todo marchara viento en popa.

Me levante con mucha dificultad y camine hasta la cocina, estaba muy sedienta como para esperar a que mi madre llegara de la tienda, agradecía la cercanía que tenia la cocina con la sala, a pesar de que mi nueva casa era más que enorme, resultaba muy fácil acezar en ella.

Edward había comprado esta hermosa casa en una zona muy exclusiva de Miami, era el hogar que siempre había soñado y ahora que naciera nuestro bebe, sería más perfecta aun.

Mi antigua casa, se la había regalado a mis padres, sorpresivamente papa se había casado con sue y ella también vivía allí junto a él, me alegraba que fuese tan feliz como yo lo era; mama y Ariadna también se habían mudado allí, ahora si podía vivir con mayores comodidades y me alegraba de que su vida fuese más fácil después de todo lo malo que habían vivido.

Sentí un horrible dolor en el vientre y solté el vaso que tenía en las manos, no pude evitar soltar un gemido de dolor.

Con mucho cuidado me dirigí hacia el sillón y me recosté intentando respirar profundamente como nos habían enseñado a Edward y a mí en los cursos de maternidad que habíamos tomado.

Me no tuve siquiera tiempo cuando otro horrible dolor me recorrió todo el cuerpo, apreté mi vientre con fuerza y comencé a angustiarme, mi bebe ya quería nacer y no había nadie en casa, sentí una extraña humedad y me di cuenta de que se me había roto la fuerte, la desesperación me invadió acompañada unos horribles dolores en el vientre.

Tome el teléfono y cuando estaba a punto de marcar, escuche como se abría la puerta.

Bella, estas aquí, mira quiero presentarte…

Era Ariadna, venia acompañada de un chico rubio de ojos grises, en cuanto me vio se acerco corriendo a mi – bella, que tienes – dijo angustiada.

Ari, ayúdame, tengo que llegar al hospital – dije desesperada.

Si, Alec, ayúdame, llevemos a bella a tu auto.

El chico un poco nervioso me ayudo sosteniendo la mayor parte de mi peso y salimos de la casa.

Ari, ve por la pañalera -  le grite entre gemidos de dolor.

El chico me ayudo acomodándome en la parte trasera de un viejo auto, que no reconocí y se puso al volante, Ariadna entro conmigo a la parte trasera y me recosté sobre sus piernas.

A qué hospital bella – pregunto desesperada.

Al… Auch – me queje.

Tranquila, respira – y así lo hice.

Al… hospital central – dije como pude.

Solo sentía como nos movíamos de un lado a otro, rogué al cielo que me permitiera llegar con bien y que nada malo le ocurriera a mi bebito.

El sonido de un celular llamo un poco mi atención, Ariadna contesto inmediatamente.

Hola, Edward – dijo desesperada.

No, no estamos en casa, escúchame, estoy camino al hospital con bella, se le rompió la fuente y tiene mucho dolores – era mi Ángel.

Qué?, que te la pase?, espera – ella me tendió el teléfono.

Edward, hay – me queje.

Mi cielo, tranquila, respira profundamente, recuerdas… inhala, exhala, inhala exhala – intente hacerle caso pero un dolor terrible me robo el aliento.

Auch! – grite.

Tranquila, voy para allá mi amor, estaré aquí esperándote, todo saldrá bien – su voz sonaba angustiada.

Está bien – dije como pude.

En resto del camino fue mas tranquilo, los dolores solo me atacaban entre leves lapsos, sentí como el auto se detenía y alguien abría la puerta rápidamente.

Cuando me percate de todo, estaba en los brazos de mi Ángel – tranquila mi amor, es normal, ya va a nacer nuestro bebito – beso mi cabeza.

Una enfermera le indico que me sentara en la silla de ruedas y así lo hizo, tu ve que sostenerme de su mano para mitigar un poco el terrible dolor.

Papa, haz algo por favor – alce la vista y Carlisle lo miraba tranquilo.

No desesperes hijo, sabes que todo está bien, estamos dentro del tiempo adecuado – palmeo su hombro.

Mi Ángel se arrodillo hasta quedar frente a mi – ya escuchaste mi amor, tranquila, todo está bien – me beso levemente.

Preparen el quirófano – le dijo Carlisle a una enfermera.

Como te sientes hija – pregunto mientras revisaba mi presión.

Duele mucho – me queje.

Es normal, es tu primer hijo, pero todo saldrá bien – sonrió.

Edward ve a cambiarte, te veo en unos minutos, una enfermera preparara a bella – lo mire asustado, a donde iría, no quería que se separara de mi.

Te veré en unos momentos mi amor, estar en todo momento contigo – prometió.

Edward… - tome su mano.

Todo estará bien – beso mi mejilla y se alejo mientras me llevaban a algún sitio.

Una enfermera me desvistió y me puso una bata quirúrgica, los dolores eran cada vez más insoportables, nunca me había sentido tan incómoda en toda mi vida, pero sabía que tenía que soportar todo esto por mi bebe.

Edward llego a mi lado y tomo mi mano, infundiéndome valor, era difícil, pero sabía que con su apoyo lo lograría.

Paso mucho tiempo y no sabía si este infierno terminaría alguna vez, jamás había experimentado tantos dolores, era horrible.

Edward, no puedo mas – me queje.

Claro que si, se fuerte mi amor, falta poco – el estaba vestido al igual que Carlisle, como si fuera intervenirme.

Sentí como la camilla comenzaba a moverse y una luz penetrante cegar mis ojos.

Bien bella, vamos a traer al mundo a mi primer nieto – dijo Carlisle orgulloso, Edward estaba detrás de mí y besaba mi frente.

Cuando te diga 3, pujas con todas tus fuerzas, 1,2,3 – y así lo hizo, sentí que todo mi cuerpo de desfragmentaba por dentro de tanto dolor.

Vamos bella, una vez más, 1,2,3 – me sentía desvalida de fuerzas, como si no pudiera seguir adelante.

Tu puedes mi amor, tu puedes, es nuestro bebe, ya viene en camino – susurro Edward nervioso.

Ya puedo verlo bella, una vez más, con todas tus fuerzas – pidió Carlisle.

Visualice mentalmente a mi pequeño pateador y puje con todas mis fuerzas, el dolor fue el mas insoportable que jamás pensé sentir, pero se vio reconfortado al escuchar un agudo llanto inundar la habitación.

Mis corazón casi sin fuerzas palpito como loco al escuchar la vocecita de mi bebe, no podía creer que por fin lo tendría cerca de mí, mis ojos se llenaron de lagrimas.

Lo hiciste mi amor, lo hiciste – la emoción en la vos de Edward era más que evidente, y lo entendía perfectamente.

Ve aquí hijo, corta el cordón – le dijo car lile.

Se separo levemente de mi y corto el cordón – es una hermosa niña bella – dijo Carlisle emocionado.

Sentí la mayor de las felicidades, una niña, una preciosa niña.

Renesmee – susurre.

Edward la tomo entre sus brazos y camino hasta mi con los ojos cubiertos de lagrimas, la deposito en mis brazos y me maraville al poder contemplarla.

Era la criaturita más hermosa que podría existir, era tan pequeñita y frágil quela apreté entre mis desganados brazos, tenía muchos risos dorados del mismo color de cabello que su papa, su pielecita estaba roja y sus manitas se movían de un lado a otro, era preciosa, mi corazón se sentía lleno de amor al mirarla solamente, era ese ser que había llevado nueve meses en mi vientre, por el que había luchado y al que amaba intensamente.

Sus ojos se abrieron repentinamente y me miro fijamente, algo que jamás creí posible en ningún bebe, sus ojos eran chocolate al igual que los míos y no pude evitar acariciar su fina piel, era como la seda.

Edward, mira a Renesmee – dije entre lágrimas.

Es preciosa mi amor, gracias, muchas gracias – me abraso y beso mi frente.

Es nuestra Edward, nuestra – dije feliz.

Te amo tanto mi bella, y amo tanto a nuestra niña – beso su frentesita.

Puedes creerlo, mira que hermosa esta – dije emocionada.

Es igualita a ti – dijo sonriente.

Tiene tu cabello – murmure.

Lo hicimos muy bien, con mucho amor – me abraso fuertemente.

Ahora si somos una familia – lo mire fijamente, sus ojos resplandecían entre lagrimas.

Miro a nuestra hija y después a mi – no podría pedirle más a la vida – beso mis labios suavemente.

Para siempre – susurre.

Para siempre – respondió.

Así, entre los brazos de mi Ángel y teniendo por fin a mi hija entre mis brazos le agradecí enormemente a Dios por hacerme tan feliz y regalarme la dicha de ser madre, de ahora en adelante, dependía de nosotros crear nuestra felicidad y no cavia dudad de que así seria.

……

Mami, mami, es por aquí – no entendía la impaciencia en la voz de mi pequeña.

Tranquila mi niña, que sucede – su pequeña manita me jalaba fuertemente.

Se detuvo repentinamente y me miro fijamente – mami, te dije que cerraras los ojos – la arruguita de su frente se intensifico.

De acuerdo cielo, los estoy cerrando – puse una mano sobre los ojos.

No hagas trampa, te estoy viendo – dijo molesta.

Nessie a que viene todo esto cielo, donde está tu papa – pregunte confundida.

Emm… papa, eh, sigue caminando – no pude evitar sonreír.

Mi pequeña niña era tan ocurrente, acababa de cumplir 3 años, pero a veces se comportaba como un adulto, era tan feliz de tenerla a mi lado, Edward y yo no podíamos tener una hija más maravillosa.

Mi cielo, dime qué pasa, recuerda que mama tiene que salir al escenario – le recordé.

Siii – grito emocionada – me gusta mucho verte cantar mami, tu voz es linda, pero no entiendo porque papi no me hace caso cuando te ve cantar – no pude evitar sonreír.

Hacía apenas un mes había retomado mi carrera, los últimos tres años había decidido dedicárselos a mi familia, a brindarle toda mi atención y mi cariño a mi pequeña niña, cuando por fin estuve lista le pedí a Ángela que organizara todo con la disquera, hasta el momento había ofrecido conciertos en almenas 10 países, me negaba rotundamente a separarme de mi nessie o de Edward, así que les pedí que me acompañaran y ahí estaban, era una enorme motivación saber que el público y mis fans seguían brindándome su completo apoyo, pero sobre todo mirar entre el público y ver esos dos rostros que eran mi vida entera.

Pero hoy todo era extraño, en unos minutos daría un concierto y no había visto a Edward en todo el día, y ahora nessie me arrastraba no sabía a dónde con impaciencia.

Mi niña se detuvo – bien mami, ahora si ya puedes abrir los ojos – y así lo hice.

Mi corazón latió fuertemente al ver a mi ángel frente a mí, sonreía intensamente y frente a el había un hermoso pastel de chocolate, mi niña corrió a su lado y el la tomo en brazos mientras seguía mirándome.

Feliz cumpleaños mami – dijo mi niña sonriente.

Hoy?, recordé vagamente que día era hoy y a mi mente vino, 13 de septiembre, como había podido olvidar mi propio cumpleaños.

Olvide mi cumpleaños – Edward sonrió.

Has estado muy ocupada mi amor, pero ven aquí – me pidió.

Camine hasta ellos sonriendo, Edward me abraso aun con nessie en brazos y me beso levemente en los labios – feliz cumpleaños mi vida – susurro dulcemente.

Gracias por esto mi amor – volví a besar sus dulces labios.

Dios mío, mami y papi se besan en la boca – mi niña cubrió sus ojitos con sus manos.

Edward y yo reímos ante sus ocurrencias.

 Vamos bella, parte de una vez tu pastel – gire y mire a Ángela.

Encubridora, tu lo sabías – la acuse.

Sí, pero como crees que le negaría mi ayuda a mi preciosa sobrinita – miro dulcemente a nessie y esta le sonrió.

Ángela ahora estaba casada con ben, pero él la amaba tanto que le permitía continuar con su trabajo, a pesar de los múltiples viajes.

Bueno, les agradezco mucho a todos, fue una hermosa sorpresa – respondí.

Partí el pastel y todos comimos una rebanada, nessie insistía en que quería mas, me negué por que le daría dolor de pansa, además ya era más de su hora de dormir.

Mami… quiero pastel – me miraba fijamente, estaba a punto de ceder, se veía tan linda con su vestido rosa y sus risos largos cayendo por sus hombros.

No mi cielo, te dolerá tu pancita – respondí – que tal si mejor te doy un beso – le ofrecí.

Pareció pensarlo y asintió – pero uno largo – sonreí.

Me acerque a ella y la abrace mientras besaba su mejilla sin soltarla.

Hey, yo también quiero besar a mi niña – Edward se agacho y beso su otra mejilla y ambos nos separamos.

Era increíble lo buen padre que era Edward, adoraba a nuestra nessie, desde su nacimiento siempre estaba al pendiente de ella, la mimaba, le leía cuentos y jugaba con ella, y qué decir de nessie, decía que su papi era un príncipe encantado; y yo sin dudas era la más afortunada por tenerlos a los dos a mi lado.

Bella, es hora de salir – dijo Ángela.

Me acerque a mi familia y los bese a ambos – estaremos entre el público – dijo Edward.

Gracias cielo – bese sus labios.

No hay de que – beso mi frente – no creas que esto fue todo, se de buenas fuentes que de regreso a casa Alice te tiene preparada una fiesta – fruncí el ceño.

Dios, Alice ni con esos 7 meses de embarazo logra quedarse quieta – me queje.

Mi adorada cuñadita esperaba a su primer bebe y aunque tratábamos de persuadirla no dejaba de moverse de un lado a otro.

Mami, cuando nazca Adam podre jugar con el – pregunto mi pequeña, ya quería que naciera su primo.

Claro que si, aunque tendrás que esperar a que crezca un poco, pero puedes seguir jugando con Gray y Amber – eran las pequeñas gemelas de emmett y rose, acababan de cumplir 2 años.

Bueno – hizo un pequeño puchero – hasta que ustedes me den un hermanito – mire fijamente a Edward y este sonreía.

Vamos nessie vayamos a los lugares, ahora vendrá papa – le dijo Ángela y ella sonrió.

Adiós mami – se despidió.

Adiós mi cielo – la mire fijamente, cada día crecía tanto que me asustaba, quería quedare con mi pequeña para siempre.

Sentí los brazos de Edward rodearme y lo mire fijamente, en estos años no había desaparecido esa sensación de alivio y placer al sentir su piel rosar la mía, y es que mi ángel se ponía más hermoso cada día, mas ahora con esa corta barba de apenas unos días, estaba demasiado sexy para su seguridad.

Tal vez… cuando termine tu gira, podamos darle a nuestra pequeña ese hermanito que quiere – comento.

Sería maravilloso, pero ya podremos pensar en eso después – sin dudas seria hermoso tener más hijos con mi ángel, pero por ahora quería dedicarme a mi carrera.

Si, tenemos toda la vida mi amor, aunque me cuesta mucho contenerme ahora, estas… demasiado sexy – su voz sonaba ronca.

Me veo igual que siempre – sonreí.

Te ves preciosa mi amor, estoy celoso de que te miren otros – susurro en mi oído.

Tranquilo, recuerda que tu eres el único que puede tocar – dije divertida.

Sus ojos verdes brillaron repentinamente – es… una invitación? – pregunto.

Mmm, no lo sé, Ángela se quedara con nessie esta noche – me apretó contra su cuerpo.

Deja la llave debajo del tapete – susurro mientras mordía el lóbulo de mi oreja.

Era increíble como el deseo se apoderaba de mi cuerpo con la misma pasión que había sentido ese primer momento.

Esta es la tercera llamada- se escucho por el altavoz.

Me separe levemente de Edward – tengo que salir – acaricie su mejilla.

Espera, tengo algo para ti – saco una pequeña caja de su pantalón.

No tenias por que hacerlo cielo – dije emocionada.

Abrió la caja y de ella saco un pulso plateado, era sencillo pero muy hermoso – esta pieza fue encontrada en el espacio, es única, como tu – me sorprendió mucho escucharlo, no entendía como había logrado conseguirla.

La mire mientras él la colocaba sobre mi muñeca, en el centro tenía un pequeño grabado, sonreí como tonta al ver la “R&E <3” sus iníciales y un pequeño corazón.

Edward esto es demasiado hermoso cielo – dije feliz.

Grave nuestras iníciales, así siempre podrás tenernos presentes – comento.

Edward, no necesito ningún incentivo para tenerlos presente, son mi vida entera – lo abrace fuertemente.

Ultima llamada, ultima llamada – sonó por el altavoz.

Mucha suerte mi amor, aunque no la necesitas, estas totalmente deslumbrante – roso sus labios con los míos.

Enrede mis manos es su cuello y lo atraje más cerca, probé sus dulces labios de una manera tierna y sensual, rosando nuestras lenguas lentamente.

Te amo mi bella – dijo dulcemente.

Yo mas mi ángel – se separo levemente de mi y comenzó a caminar.

Camine feliz hasta el escenario, me había encantado la sorpresa por mi cumpleaños, cuando fue tiempo Salí al escenario completamente extasiada, de nuevo las luces y el grito de las multitudes invadía cada uno de mis sentidos.

Mientras cantaba y bailaba podía percatarme de la mirada de admiración de mi pequeña que aplaudía y bailaba en su lugar y a su lado mi ángel que no apartaba la vista de mí.

Era feliz y no había otra palabra capaz de describir mi vida actual, lo había logrado todo y más de lo que podía haber soñado, y pensaba mantener las cosas como estaban.

Alce mi vista hacia el cielo cubierto de estrellas y sabía que era la señal de que esa felicidad no era pasajera.

Fin!