Hola niñas y niños de mi <3, mil disculpas por la demora, de verdad que no podia estar por aqui.
les cuento un poco: bueno, oficialmente eh salido de la preparatoria, y por eso estos ultimos dias fueron demaciado estresante y me robaron por completo el tiempo, por otra parte el examen para la universidad en en solo 10 dias, por favor agan muchos changuitos y pidanle a diosito para que quede y puedan tener una futuro Escritora - doctora jeje!
bueno aki les dejo este capitulo, se que quieren mas y las entiendo, pero entiendanme ustedes tambien por favor!
ahora estoy de vakaciones con mis padres, pero traigo mi laptop conmigo y aporbechare cada minuto para escribir y asi actualizar muy rapido, tambien comprendan que estamos a muy poco del fin y me lleno de melancolia! :(.
por otra parte tengo otra sorpresa para ustedes, ademas de el capitulo de bodas que sinceramente me gusto mucho, si se pasan por mi cuenta en fanfiction, acabo de subir una nueva historia corta,fue una locura que se me ocurrio, creo que tardara una horas en estar listo por ahi, pero me encantaria que pudieran leerlo, se que les gustara.
Se llama : Amor Comprado
les dejo el link para que a lean es: Amor comprado
Pronto estare xaki con mas!!
de verdad los kiero muchisimo!
graciias por su apoyo, miles de besos y abrasos.
Después de atravesar el más terrible de los infiernos, sentí que mi vida había terminado completamente, mis pies no pudieron dar ni un solo paso más, mis ojos miraban al ángel mas maravilloso que pudiese existir, esa creatura hermosa que había llenado mi vida de amor y de paz.
Después de buscar al infeliz de Jacob Black por todas partes y no lograr encontrar ni rastro suyo, fuimos hasta una casa en las afueras de port angeles, estaba vacía, tan vacía como mi corazón aletargado, desesperado me adentre en el bosque y encontré a una mujer mayor, estaba herida, sentí como si cada célula de mi piel cobrara vida al verla, ella me dijo que ese maldito tenia a mi bella, tenía en sus manos a mis dos seres más amados y no podía hacer nada en este momento.
Lleno de odio e impotencia maldecía a la vida por hacerme esto, estaba tan cerca de ella, tan cerca de encontrarla y se volvía a alejar como una estrella imposible de atrapar.
Me escabullí de la policía y robe una patrulla desesperado, tenía que existir en este mundo alguna manera de recuperar a la razón de mi existencia; después de conducir por un camino desconocido, mis ojos lograron enfocar un auto, estaba destrozado del frente y salía mucho humo del cofre, mi corazón casi se me sale del pecho al imaginar que mi bella podría estar ahí, Salí casi corriendo como hacía tres meses, la imagen parecía tan vivida, el momento previo al infierno en que se había convertido mi vida, abrí la puerta y solo había un hombre ensangrentado frente al volante, lo saque y lo apoye de un árbol, parecía consiente pero desvalido.
En… el bosque – susurro.
Esas simples palabras me obligaron a dejarlo allí y salir corriendo adentrándome al bosque, sentía que mis pulmones no podían seguir regalándome aliento, pero me obligue a seguir, recordando por quien iba, en busca de que.
Me detuve en los linderos del bosque, podía escuchar el fuerte estruendo del acantilado, el sonido de los pájaros al abandonar sus nidos, y el sonido desbocado de mi corazón.
Allí estaba como si no hubiese pasado el tiempo, como si mi vida no hubiese terminado, mi mente había protegido egoístamente cada detalle de su imagen, pero que equivocado estaba, ni los fallidos intentos de mi mente, habían logrado guardar toda esta perfección que estaba observando en este momento.
Mi corazón destrozado se sintió fuerte y gozoso de poder mirarla de nuevo, hermosa hasta lo absurdo, no podía dar ni un paso, en ese momento me pude percatar de lo que sucedía y sentí mi alma desgarrarse en mil partes, quitándome el aliento, ese ser inmundo y despreciable que lograba recordar, tenía a mi bella demasiado cerca del acantilado, además portaba un arma, rogué al cielo que me permitiera evitar que la lastimara de alguna manera, quería correr y tomarla entre mis brazos, alejarla de cualquier peligro, pero cometer un error como ese podría arrancarla de mi lado para siempre.
Bellaaa!! – su nombre salió como un grito desesperado de mis labios.
Mi amor, mi todo giro, me quede maravillado al volver a ver sus preciosas facciones, su rostro estaba confundido, podía ver todo el cansancio en sus expresiones, pero nada más importaba, estaba mirándome con sus hermosos ojos chocolate, en ese momento logre comprender que la vida no tendría ningún sentido si bella y nuestro angelito no estaban bien, que no importaba mi vida y por mucho que deseara pasar el resto de mi vida con ellos y formar una familia, daría mi vida a cambio de su bienestar.
Sentía mi cuerpo estremecerse de miedo, estaba aterrado solo de imaginarme que él fuera a lastimarlos, mi piernas no pudieron mas y caí sobre mis rodillas sin dejar de mirar a mi princesa, la amaba tanto y la necesitaba, tanto que dolía.
Mire al monstruo que la tenia presa y logre articular – suéltala, te lo suplico – mi voz se quebró y la mire fijamente, porque era el centro de mi universo.
Jamás, jamás estarás con ella – contesto desalmado, acerco el arma a su cabeza y sentí que el corazón se me salía del pecho.
Mátame a mi entonces, acaba conmigo si es lo que deseas, pero no los lastimes – mi vida no importaba tenía que salvar a mi dos amores.
NO!!!, Edward no!!! – mi bella grito desesperada intentando zafarse del agarre de Jacob Black, quería decirle que no hiciera nada arriesgado, que me ayudara a protegerlos.
Cálmate bella – quise matarlo con mis propias manos por tratarla de esa manera, pero me sentía tan impotente, tan malditamente inútil.
Parece justo, te mato y después me llevo a bella, y formaremos una hermosa familia con tu bastardo- mi sangre hirvió del odio que sentí, como se atrevía a llamar a mi hijo bastardo, quería gritarle que el único bastado era él, pero no podía, con un demonio, no podía!!.
Mire a mi bella, las lagrimas caían por sus mejillas y no deseaba más que correr a su lado y consolarla, asegurarle que todo estaría bien.
Levántate – me ordeno y así lo hice – ahora camina hacia la orilla – avance lentamente mientras el acercaba a bella hacia el bosque, me sentí tranquilo al verla alejada del precipicio, si ellos estaban bien, nada importaba.
Llegue casi al límite del acantilado y sentí la adrenalina correr por mi venas, mi corazón palpitaba como loco, mi mente supo perfectamente lo que ocurriría cuando él me apunto satisfecho con el arma, pero mi alma solo me torturaba recordándome que no estaría presente en la vida de mi amor, no vería nacer a mi angelito, no podría cuidarlos y consentirlos.
Camina hacia el bosque bella – le ordeno, pero mi bella parecía no poder moverse.
Desesperado hable – hazlo mi amor, te lo suplico.
Mi amor… - sollozo mientras se alejaba.
Nuestras miradas llenas de dolor estaban clavadas entre ellas, parecía una pesadilla, una horrible pesadilla de la que nunca despertaría.
Quieres decir algo antes de ser borrado del mapa – se burlo Jacob Black.
A pesar de sus burlas nada más importaba, me sentí incapaz de reprimir las lágrimas y las deje caer por mis mejillas, no podía ocultar más mi dolor, por abandonarlos de esta manera.
Bella, mi amor, mi todo, te amo, te amo más que a mi vida, los amo más que a nada, a ti y a nuestro angelito, a esa criaturita concebida con tanto amor – mi niña me miro desolada y cayó sobre sus rodillas, sentí terror de que estuviera lastimada - no, mi amor, levántate, tienes que ser fuerte por nuestro bebito, el te necesita mi niña – puse mi mano sobre mi pecho intentando mitigar el dolor, pero parecía inútil.
Ed.…Ward, mi amor, mi ángel, te necesitamos, no nos dejes, te amamos – abraso su vientre protegiendo a nuestro bebe, desee con desesperación acariciar su vientre, sentir como crecía nuestro bebe.
Nunca, siempre estaré con ustedes, lo cuidare desde donde este – prometí.
Que emotivos – gruño – tú fuiste más inteligente que todos, y lograste encontrarnos, pero ya fue suficiente – levanto el arma y me apunto directamente.
Bella se supo de pie y corrió hacia donde estaba, espere por sentir su suave piel por última vez pero fue demasiado tarde, el sonido de un arma al dispararse, lo disperso todo.
Espere caer muerto en cualquier momento, aunque tal vez ya lo estaba, porque podría ver aun a mi bella, y sin dudas el cielo era cualquier lugar donde ella estuviera, no sentí ningún tipo de dolor, más que el que seguía atravesando mi pecho como una estaca, todo paso demasiado rápido y mi mente por primera vez en mucho tiempo pudo pensar con claridad.
El disparo no había sido dirigido hacia mí, gire mi vista y vi caer a Jacob Black, como podía ser posible lo que sucedía, frente a nosotros estaba aquel hombre que había sacado del auto, el que me había dicho que viniera al bosque, tenía un arma apretada entre sus manos y temblaba notablemente.
No estaba muerto, aquel hombre le había disparado a Jacob Black evitando que él me matara, mire fijamente a mi bella y parecía conmocionada, sus preciosos ojos casi se salían de sus orbitas, estábamos fuera de peligro o por lo menos eso creía, mi necesidad de sentirla cerca se hizo insoportable, cuando estaba a punto de correr a su lado, sentí como saltaba en mis brazos.
La abrace con todas mis fuerzas, porque ni podía concebir una sensación más hermosa que sentir su cálido cuerpo entre mis brazos, mi corazón palpitaba fortalecido, era como si nunca hubiese estado desgarrado, como si el mundo volviera a girar normalmente, su dulce olor invadió mis fosas nasales y el contacto de su piel quemo mi piel, me sentía tan vivo, tan feliz que no pude contener mis lagrimas, tenía a bella a mi lado y nunca permitirá que se alejara de mi lado.
Hundí mi rostro en su hombro y llore como nunca lo había hecho – mi…amor…be…lla – los sollozos no me permitían hablar.
Tome su hermoso rostro entre mis manos y bese cualquier logar que estaba a mi alcance, no podía creer que fuera tan perfecta, tan real.
Enredo sus manos en mu cuello y comenzó a besar mi piel, sentía mi corazón palpitar frenético al contacto de sus labios.
Se separo levemente de mi tomando mi rostro entre sus manos, acaricio mi mejillas cubiertas por la barba y la mire fijamente, esta mujer tan maravillosa era mía, la madre de mi hijo y no sabía cómo demostrarle cuanto la amaba.
Edward…Edward – estampo su labios contra los míos y perdí el hilo de cualquier pensamiento, jadee desesperado, mis labios tenían sed de los suyos, sentía una enorme necesidad de probar su aliento, su saliva.
Acaricie su espalda mientras fundía mis labios con los suyos, adentrando mi lengua y probando cada recoveco de su boca, enloqueciendo de amor.
Bella… mi cielo – bese su mandíbula, subiendo hasta sus mejillas – te amo… los amo – besos – es un sueño… un sueño tenerte entre mis brazos – hundí mi rostro en su cuello y respire profundamente su dulce olor.
e…s un su…eño…creí que te perdería mi vida – dijo como pudo.
Estoy aquí,… te amo, te necesito – dije con el alma.
Yo mas, no me sueltes – dijo suplicante.
Nunca, estas bien? – pregunte, me separe levemente de ella revisándola – estas herida? – pregunte aterrado.
No, yo estoy… - baje la vista por su vestido y vi que estaba cubierto de sangre, estaba lastimada.
Dios mío bella, estas lastimada – dije desesperado.
No solo es una cortadura – ella parecía tranquila pero yo no podía estarlo, en ese momento una parte de mi mente reacciono ante tantas emociones y recordé el hombre que estaba detrás de nosotros con un arma, gire mi cuerpo y lo puse frente a mi bella, el hombre herido me miro y dejo caer el arma de sus manos huyendo asustado.
Gire de nuevo hacia bella y no pude evitar asustarme al verla herida, tenía que buscar ayuda, sin pensarlo más la tome en mis brazos y la bese levemente.
Tenemos que irnos, tengo que llevarte a un hospital – nuestro bebe podía estar en peligro mientras yo perdía el tiempo aquí.
Estoy bien…
Mi cielo, no seas terca, no en este momento, necesito que te curen, necesito saber que nuestro bebe está bien – mire la rendición en sus ojos, bella amaba a nuestro bebe.
Un gemido de dolor ocupo el espacio y sabia de quien provenía, ambos giramos y allí estaba el causante de todo nuestro dolor, tirado en el suelo, retorciéndose de dolor, tenia antas ganas de terminar con él, destruirlo de una vez por todas, pero teniendo a bella entre mis brazos, mi mente no me permitía contemplar nada más que a ella, la apreté contra mi cuerpo, protegiéndola.
Policía, hay alguien ahí? – capte el ruido de las sirenas y me sentí totalmente reconfortado.
Por aquí – grite, mientras nos acercaba al bosque.
Pude ver al agente Peterson y un grupo de policías acercarse.
Señor cullen? – Mire su rostro confundido – que ha pasado aquí – pero no me dejo responderle cuando vio a Jacob Black tirado en el suelo entendió a la perfección – llévenlo esposado a la ambulancia – ordeno.
Bella – se atrevió a gritar el infeliz – no te vas a escapar de mi – mi bella se apretó contra mi cuerpo asustada, me hervía la sangre y tuve que usar todo mi auto control para no acabar con él.
Maldito infeliz – murmure - no tengas miedo mi amor, jamás volveré a permitir que me alejen de ti, voy a cuidar de ti y de nuestro bebe con mi vida si es necesario, son lo más importante de mi vida – le prometí sin miedo a equivocarme.
El agente Peterson intervino en ese momento, se presento con bella y le pregunto cómo se encontraba, tuve que intervenir alegando que necesitábamos un doctor, porque mi niña se quería hacer la fuerte, pero no evitaría que la revisaran a ella y a nuestro bebe.
Bella le pidió al algente que ayudara a la mujer que habíamos encontrado en el bosque, me sentí lleno de agradecimiento hacia ella, porque había ayudado a mi bella arriesgando su vida.
Lleve a bella en brazos hasta la patrulla a pesar de sus alegatos, es que no podía entender que no podía alejarme de ella ni un segundo, que mi corazón se estremecía de dolor solo de imaginar que la volvía a perder, además su pierna estaba lastimada y no quería que se hiciera más daño, tenía una apariencia tan delicada, tan débil, como si un solo soplo pudiera derrumbarla.
Me conto que tuvo miedo muchas veces, que me necesitaba, que había deseado con desesperación compartir la noticia de nuestro bebe, las lagrimas cayeron por sus ojos y las seque con delicadeza, le reitere que hubiese dado mi vida entera por haber estado ahí con ella en esos momentos.
No llores ya no quiero verte sufrir mas – pedí con suplica.
Son lagrimas de felicidad – susurro e intento sonreír, se veía tan hermosa que mi corazón se encogió.
Así te quiero ver desde ahora, sonriendo – rose mis labio con los suyos, los extrañaba tanto – bella… mi bella – susurre.
Llegamos a la patrulla y la subí con cuidado, me acomode junto a ella rodeándola con mis brazos, acaricie su vientre suavemente, aun era muy pronto, pero podía notar su pancita donde se alojaba nuestro angelito, mi corazón palpitaba lleno de emoción.
Bella me pregunto sobre su familia y le conteste que todos estaban bien, que la extrañaban muchísimo, me agradeció no haber sometido a su padre a todo esto, ya que su salud era delicada, mi niña estaba muy desconcertada todavía por la manera en que habían sucedido las cosas, y le asegure que pronto sabría toda la verdad, pero ahora lo importante era su salud y el bienestar de nuestro bebe.
Mire su rostro y vi el agotamiento que reflejaba, acaricie sus marcadas ojera con la punta de mis dedos, cuan mal habría dormido todo ese tiempo, note el miedo en sus ojos al pedirle que se durmiera, al igual que yo temía que nos separaran de nuevo, pero le asegure que no sería así, jamás podrían alejarme nuevamente de ella.
Voy a estar aquí cuando despiertes, lo juro – susurre levemente en su oído.
Te amo – murmuro
Yo más, mucho más – asegure y sentí como caía rendida entre mis brazos.
Me quede mucho tiempo simplemente mirándola, no existía nada mas en el mundo por que la tenía a mi lado, estaba segura entre mis brazos.
Señor cullen ya casi llegamos – comento el agente Peterson.
Qué bien, agente Peterson, que pasara con ese infeliz? – pregunte intentando contener la rabia.
Por ahora tengo un grupo de 10 policías custodiándolo, y cuando salga del hospital, será sometido a juicio, la declaración de la señorita Swan y la señora Bonfil bastaran para refundirlo en prisión – aseguro.
Es lo mínimo que merece – gruñí.
No se preocupe, la ley se encargara de el – concluyo.
Minutos después entramos en Seattle, conocía la ciudad como la palma de mi mano, gracias a los años que había vivido aquí, el hospital quedaba bastante cerca, con cuidado de no despertar a mi niña que dormía profundamente le marque a un amigo que era director del hospital, accedió inmediatamente a revisar el mismo a bella, ya que no confiaba en nadie más.
Mi bella se removió intranquila entre mis brazos y soltó un gemido de dolor, la apreté contra mi cuerpo asustado, seria nuestro bebe?.
Mi amor, que te pasa, te sientes mal? – pregunte aterrado.
Mi amor yo…
Casi llegamos al hospital, es el bebe? – solo de imaginarlo mi corazón se estrujo.
Me aseguro que solo le dolía un poco la cortadura que tenía en la pierna, lo que no logro tranquilizarme mucho, le conté que estábamos en Seattle y que pronto llegaríamos al hospital, ella miro al agente Peterson y me sorprendió el miedo en su voz al preguntar sobre el mal nacido de Jacob Black, le demostraría a bella, que no tenía que volver a temerle, que lo mataría si volvía a acercarse a ella.
Cuando llegamos al tan conocido hospital una parte de mi sintió nostalgia, hacía muchos años que había estado aquí y si alguien me hubiese dicho bajo qué condiciones regresaría jamás lo hubiese creído, la vida me había regalado a la mujer de mi vida, todo había sido siempre difícil, pero también me permitía tenerla a mi lado de nuevo y la oportunidad de formar una familia juntos.
Baje a mi bella en brazos y cuando entramos una enfermera nos esperaba con una silla de ruedas, me costó mucho trabajo soltar a mi bella pero tenía que hacerlo, tome su mano mientras nos conducían hacia el consultorio, allí nos esperaba Federico Marshall, mi viejo amigo y colega.
Después de presentarse con bella y saludarme nos dijo que curaría su herida, vi el nerviosismo de mi bella cuando miro la sangre que cubría la cortadura, afortunadamente no era demasiado profunda, pero si necesitaría vacunarla, mi niña estaba aterrada, acaricie su mano mientras la alentaba y le recordaba que era por su bien y el de nuestro bebe.
Cuando estuvo curada la enfermera se la llevo a cambiarse para que le hicieran el ultrasonido, fue horrible perderla de vista al atravesar esa puerta, no podía reprimir el miedo de perderla.
Tranquilo amigo, solo ira a cambiarse – Federico palmeo mi hombro.
No puedo evitarlo, fueron los meses más horribles de mi vida, tenerla lejos de mí, sin saber si estaba bien, si nuestro hijo estaba bien – dije angustiado.
No puedo ni imaginar tu dolor, pero ahora tienes que ser fuerte, demostrarle que tu serás su sostén, te necesita mucho – asentí levemente.
Lo intentare, protegeré a mi familia a toda costa – dije seguro.
Eres admirable amigo, sabes que siempre habrá un lugar en este hospital para ti, eres un gran medico – sonrió.
Te lo agradezco, pero ahora solo quiero concentrarme en mi familia – respondí.
Los minutos parecían eternos mientras estaba separado de bella, afortunadamente la enfermera regreso y nos indico que estaba lista, seguí a Federico hasta la sala de ultrasonidos y alii estaba mi bella, cubierta por una sabana y con su abdomen descubierto, me maravillo ver el pequeño bulto que sobresalía de este.
Me senté a su lado y tome mis manos entre las suyas, cuando el estudio comenzó fue el momento más feliz de mi vida, los latidos del corazón de nuestro bebe ocupaban toda la habitación y las imágenes poco claras aparecieron en la pantalla, pude notar al instante que todo estaba bien, estaba sano y salvo, y cuando Federico lo confirmo me sentí el hombre más feliz del mundo, tanto que mis ojos se vivieron cristalinos, mire a mi bella y las lagrimas amenazaban por caer de sus ojos, uní mis labios a los suyos sin ninguna pretensión mas que demostrarle cuanto la amaba y lo feliz que era.
Pegue mi frente a la suya y le agradecí con todo mi corazón por el momento tan hermoso que me regalaba, ella me dijo que me agradecía haberla encontrado y cuanto me amaba.
A ninguno de los dos nos importaba si era un niño o una niña, siempre y cuando estuviera bien, no podía dejar de estar orgulloso de bella por haber sido tan valiente y haber cuidado de nuestro angelito.
Le hicieron un par de estudios más para verificar que todo estuviese bien y tal y como lo pensaba estaba un poco anémica, se veía demasiado frágil, pero no descansaría hasta que regresara a su peso y estuviera completamente bien, no pensaba separarme de ella.
Mientras se cambiaba hable con mi chofer, no pensaba regresar a Miami tan pronto, someter a bella a un viaje tan largo, descansaríamos en mi casa y la consentiría mucho.
Aproveche el tiempo y le marque a Ángela, casi podía imaginar la felicidad que los embargaría al saber que había encontrado a bella.
Bueno, Edward, Edward, Que noticias tienes – intervino inmediatamente.
La encontré Ángela, la encontré – dije feliz.
Dios, gracias al cielo – escuche sus sollozos – como esta Edward? – pregunto.
Está bien Ángela, ella y el bebe están bien – le asegure.
No lo puedo creer, después de todo este tiempo – dijo.
Lo se, pero ahora que la hemos recuperado, la cuidare con mi vida – prometí.
Dios mío, me muero por verla, sus padres y Ariadna igual, cuando regresan? – pregunto emocionada.
Tomaremos un vuelo mañana – comente.
Llegaran en dos días? – pregunto sorprendida.
Si, bella necesita descansar, está un poco débil, un viaje tan largo podría dañar su salud – escuche un pequeño grito ahogado.
No, cuídala Edward, no permitas que le suceda nada, viajen hasta que ella esté bien – dijo segura.
Así lo hare, ya tengo que colgar porque bella saldrá, te gustaría hablar con ella – ofrecí.
Me encantaría, pero tengo miedo de alterarla – dijo preocupada – será mejor esperar.
De acuerdo Ángela, nos vemos pronto – me despedí.
Edward… gracias por encontrarla – murmuro.
De nada – dije al instante – nos vemos – colgué.
Cuando bella salió del consultorio, no pude evitar abrir la boca como un tonto, se veía tan hermosa luciendo un lindo vestido primaveral, sus ojos brillaban felices y sonreía ampliamente, era una visión.
Cuando llego a mi lado la tome en mis brazos – Dios, es que no dejaras de verte más hermosa cada día? – Pregunte – no sé si mi corazón pueda soportarlo más – tome su mano y la puse contra mi corazón que palpitaba como loco.
Aun estando embarazada? – pregunto tímidamente.
El embarazo solo sirve para volverte ridículamente hermosa, perfecta – bese sus labios levemente.
Federico nos interrumpió y nos dijo que podíamos irnos, le agradecí mucho todo lo que había hecho por nosotros y nos deseo lo mejor.
Cuando salimos Javier nos esperaba ya en el auto, conduje a mi bella hasta allí le conté que no nos iríamos todavía que había hablado con Ángela y saldríamos mañana a Miami, sabía perfectamente cuanto extrañaba a su familia, pero yo la necesitaba a solas, a mi lado por lo menos un día.
Entonces a dónde iremos amor? – pregunto.
Bueno… antes vivía aquí, el es Javier nuestro chofer, nos llevara a casa, para que puedas descansar a mi cielo, luces exhausta – bese suavemente sus marcadas ojeras.
Tu también luces cansado, luces diferente – comento mientras me miraba fijamente.
Es por la barba?, no te gusta? – me la cortaría llegando a casa, seguramente no le gustaba.
Tú me vas a encantar siempre y… creo que luces muy sexy – un hermoso sonrojo inundo sus mejillas y la desee con desesperación.
Tu sonrojo, como lo extrañe – bese sus mejillas, mientras bajaba por su cuello, su piel era tan suave y su olor maravilloso, levanto mi rostro y me beso intensamente jadeando bajito, la apreté contra mi cuerpo desesperado, la necesitaba con toda mi alma, mi cuerpo pedía a gritos sentir su piel, bajo sus manos por mi pecho y me estremecí, llego al borde de mi camisa y casi me vuelvo loco cuando metió sus manos debajo de esta acariciando mi abdomen y subiendo hasta mi pecho, gemí audiblemente pero fue cubierto por sus labios.
Escuche como Javier reía y mi bella se separo de mi, intento soltarse de mis brazos pero no se lo permití, se veía preciosa, sonrojada y sus labios rojos por nuestros besos.
Edward – sonreí y hundí mi rostro en su cuello, su olor se concentraba en ese lugar.
Te deseo tanto mi amor, mi cuerpo pide a gritos tu cuerpo, mi piel necesita tocarte, mis labios tienen sed de tus besos, te necesito – admití, torturado.
Edward – mi nombre salió como un leve gemido de sus labios.
Soy un hombre que te ama con locura, que muere por tenerte entre sus brazos y hacerte mía – suspiro.
Soy tuya mi ángel – susurro.
Solamente mía, mi diosa – concluí, deseoso de llegar a casa y estar a solas con ella.
Se abraso a mi cuerpo e intente tranquilizarme, había otras prioridades para mi mente, pero mi cuerpo me pedía el suyo a gritos.
Llegamos a casa y la ayude a bajar, le pedí a Javier que se retirara después de asegurarme que todo estaba listo.
Bella miraba la casa feliz y sonriente, parecía gustarle mucho.
La tome en mis brazos y la conduje dentro de la casa, me dijo que estaba muy hambrienta, la lleve hasta la cocina y la senté con cuidado en un sillón y bese sus labios.
Abrí el refrigerador y habían muchas frutas, le pregunte a mi bella que se le antojaba, tenía que alimentarse muy bien, la escuche reír levemente, se estaba burlando de mi preocupación y me sentí demasiado feliz de verla tan sonriente aunque fuera a mis expensas.
Su estomago gruño y ahora fue mi turno de reír de su sonrojo, me arrodille frente a ella y bese su vientre.
Tranquilo mi bebe, ahora mismo les dare de comer a mami y a ti – dije tiernamente.
Cocine huevos y coctel de frutas mientras mi bella me observaba fijamente, como deseaba saber todo lo que pasaba por su mente, leer sus pensamientos.
Listo preciosa – deje el plato sobre la mesa.
Amor, no puedo comer tanto – fruncí el ceño.
Podemos compartirlo – ofrecí.
Es una excelente idea – acepto..
La ayude a ponerse de pie y cuando llegamos a la mesa la senté sobre mis piernas.
Que haces? – pregunto divertida.
Alimentarlos, abre la boca grande – acerque el tenedor a su boca y comenzó a comer.
Al parecer todo había salido rico ya que bella casi lo había terminado, seguramente estaba muy hambrienta.
Ya no puedo comer mas – hice un puchero, necesitaba comérselo todo.
Vamos mi amor, un poco mas – insistí, ejerciendo todo el poder de mi mirada sobre ella.
Suspiro – de acuerdo – dijo vencida, mientras comía y yo me sentía victorioso.
No puedo ni caminar – se quejo.
Eso no es ningún problema – la tome en brazos y me puse de pie – vamos a la habitación – ella asintió.
El camino a la habitación fue una tortura, lo único que deseaba era hacerla mía de todas las maneras posibles, hacerla sentir bien.
Abrí la puerta y entramos a la habitación principal.
Te gusta? – pregunte.
Es muy hermosa – respondió.
No usaría esa palabra si estas tu presente – dije mirándola fijamente.
Nuevamente fue bella quien aplasto sus labios a los míos, solo basto ese leve contacto para mover mis manos sobre las partes de su cuerpo que alcanzaba, mi lengua busco la suya desesperada y nos sentimos y probamos intensamente, mientras caminaba y la depositaba con cuidado sobre la cama, dejando mi cuerpo pegado a su cálido cuerpo sin dejarla sostener mi peso.
Edward – susurro.
Que pasa mi amor – bese su cuello suavemente.
Yo… necesito una ducha – dijo jadeante.
Gruñí bajo, mientras me separaba de ella, es que no quería que yo le hiciera el amor?, no se daba cuenta de cuánto la necesitaba?- si, ve amor – dije como pude.
Se puso de pie e intente controlarme – amor? – Me incorpore – dime – respondí.
Donde está el baño? – pregunto.
Oh, que tonto soy mi cielo – la tome de la mano y la conduje hasta la puerta del baño – aquí está el baño, hay batas dentro y he pedido que te consigan ropa, está en el armario – señale.
Gracias – se puso de puntas y me beso levemente, solo pude suspirar pesadamente.
De nada – dije.
La puerta se cerro y me deje caer sobre la cama, tenía que entender que todo esto era difícil para ella, con tantas emociones juntas como podía estar pensando en sexo, oh si?, dios estaba tan confundido, de qué manera podía decirle lo que sentía sin parecer que solo me importaba eso, lo único que me importaba era su bienestar y si tenía que esperar lo haría gustoso.
Mire el reloj y bella estaba tardando demasiado, estaría bien?, me puse de pie y camine hasta la puerta, regrese de nuevo a la cama y de nuevo a la puerta, me sentía tan nervioso solo de imaginarla del otro lado, desnuda y hermosa, sin poder evitarlo gire la perilla y la puerta se abrió lentamente, cuando estuve dentro mis ojos enfocaron inmediatamente la deidad que se encontraba ahí recostada en la bañera, podía ver su espalda desnuda y sus brazos sostenidos en el barandal, mi cuerpo se estremeció de placer ante su imagen.
Camine como hechizado por esa hada tan hermosa, no se había percatado de mi presencia, su piel brillaba húmeda y tersa, no pude evitar que mis brazos recorrieran la desnudes de sus brazos, la sentí sobresaltarse.
Tranquila, relájate – murmure mientras acariciaba sus brazos.
Edward – jadeo de sorpresa.
Quieres un masaje mi amor? – pregunte con la voz ronca.
Ella asintió lentamente – córrete un poco para adelante – le pedí y lo hizo, no pude evitar gemir bajito al ver la desnudes de su espalda.
Mis manos tocaron su espalda suavemente mientras la sentía estremecerse ante mis caricias, fui bajando peligrosamente hasta su cintura, mi respiración era pesada y mi masculinidad palpitaba dolorosamente.
Te gusta – pregunte en su oído.
Si.. Eres muy bueno – dijo como pudo.
Tienes una piel exquisita, suave y tersa, me encanta – bese su cuello y deje que mis manos se perdieran en su piel bajando lentamente, acaricie su suave abdomen, hechizado por la textura de su piel, sentí como la respiración de bella se hacía pesada y sin poder evitarlo subí mis manos hasta la base de sus pechos.
Amor… - gimió audiblemente.
Te amo preciosa, te deseo con locura, muero por hacerte mía de nuevo – tome sus pecho entre mis manos y los sentí más grandes de lo que recordaba, casi pierdo el control cuando comencé a acariciarlos y bella jadeo desesperada. – Fue un infierno tenerte lejos, no poder acariciarte, no poder tenerte – quería darle placer, hacerla olvidar – dios, el embarazó te hace más perfecta aun – tenía que respirar profundamente o no podría reprimir mas mi deseo.
Edward… te necesito – suplico y estuve a punto de rendirme, pero necesitaba hacerla sentir bien.
Déjame complacerte mi amor, déjame tocarte, recorrer cada centímetro de tu piel –bese la piel de su espalda y mordí levemente su hombro.
Quiero que me beses, que me hagas tuya, no soporto mas – me detuve al escucharla, deje caer cualquier barrera que había puesto, me olvide de todo.
Gire levemente y la encare, pude disfrutar una vista majestuosa de su desnudes, y sentí una ola de placer alojarse en mi entrepierna y quemarme profundamente.
Me acerque a ella y el tome en brazos, sintiendo su piel húmeda y desnuda empapar mis ropas, comencé a caminar hacia la habitación como pude, solo podía imaginarme haciéndole el amor; me detuve frente a la cama y deposite a mi amada en el suelo
Su mirada no me permito moverme, el deseo que reflejaban sus ojos me dejo paralizado, yo era completamente suyo y dejaría que hiciera lo que quisiera conmigo.
Sin sudar acerco sus manos a mi camisa y comenzó a desabotonarla, la perfección del momento me extasiaba al punto de respirar con dificultad, habían sido tantas las noches que abrasado a su almohada había deseado hacerla mía con toda mi alma, y ahora estaba aquí junto a mí.
Cuando los botones cedieron la quito de mi cuerpo y me miro fijamente, acerco sus labios a mi pecho y fue dejando suaves y húmedos besos, mordiendo levemente la piel de mi cuello y obligándome a mantener la cordura, la necesitaba con locura, no pude evitar gemir al sentirla bajar por mi abdomen acariciándome.
Tomo mi cinturón y lo desabrocho, no pude mas y la ayude a bajar mi pantalón junto a mi bóxer, sentí un gran alivio al liberar mi casi dolorosa excitación.
Bella estaba tan sensual y deseable que no podía creer que fuera real, me miro de arriba abajo con los ojos llenos de deseo.
Tomo mis rostro entre sus manos y me acerco a ella - hazme tuya, solamente eso, no juegues, no dudes, necesito sentirme una contigo, hazme el amor – la suplica en su voz me desarmo completamente, ella también me necesitaba.
La tome en mis brazos y la deje caer sobre la cama, me coloque sobre su cuerpo y choque contra su desnudes, una descarga eléctrica me recorrió todo el cuerpo al sentirla, y tome sus labios entre los míos con necesidad, gimiendo descontroladamente, frotándome contra ella intentando calmar el infierno de mi alma.
Abrió sus piernas y no pude hacer nada más que rosarme contra su piel, bella jadeaba y gemía deseosa y yo estaba a punto de dejarme llevar por mis instintos más salvajes.
Bella… quiero ser tierno, quiero ser delicado – susurre descontrolado.
Siempre lo eres – deseo – olvídalo por favor – pidió.
Me detuve y la mire fijamente, era tan hermosa y perfecta, una mujer en toda la extensión de la palabra, mi mujer, solamente mía, con ella había compartido tantas cosas que parecía irreal, me había regalado a nuestro bebe y los protegería con mi vida entera.
Te amo mi amor, te amo más que a nada, eres mi todo – tome uno de sus pechos entre mis labios probándolo.
Te amo, oh Edward te amo – gimió y arqueo la espalda.
Sin poder contenerme más me hundí en ella, lento y firme, cerrando los ojos, disfrutando la sensación más placentera que había experimentado en toda mi vida, bella se sostuvo de mis hombros y soltó un gemido sensual y provocativo mientras yo gruñía desesperado, extasiado.
Dios, extrañaba tu calor, extrañaba estar dentro de ti – dije casi sin aliento.
Tómame – dijo firmemente.
Bese sus labios lleno de impaciencia mientras arremetía contra su cuerpo cálido y maravilloso, su suave piel estaba tibia y suave, no podía hacer nada más que acariciarla, era demasiado el tiempo que había deseado esto.
Te extrañe mi ángel, extrañe tu cuerpo, tu piel, tu pasión – dijo entrecortadamente.
Embestí mas fuerte intentando saciar mi sed de ella, pero parecía imposible sus palabras me hacían desearla más cada segundo.
Este es tu lugar mi niña, entre mis brazos – dije de manera posesiva, necesitaba sentirla únicamente mía.
Rodeo mi cintura con sus piernas y pude llegar más lejos intensificando el placer, bella enterró sus uñas en mi espalda excitándome mas aun, mordí su cuello probando su piel, mientras arqueaba su espalda rosándose contra mí, de manera sensual y desesperante.
Bella – gruñí mientras sentía mi cuerpo temblar de tanto placer.
Edward, mas – jadeo descontrolada.
Te amo – dije con el alma.
Te amo, te amo, mas por favor – suplico.
Me moví sin ningún ritmo dejándome llevar por el mas delicioso de los placeres, escuchando los gemidos desesperados de mi mujer, sintiéndome pleno y feliz por tenerla entre mi brazos, la sentí temblar y apretarse contra mi cuerpo, su cuerpo se contrajo y mis movimientos se hicieron casi dolorosos, bella arqueo su espalda y sentí como llegaba a la cúspide del placer, como se perdía entre mis brazos.
Edward – grito mientras llegaba al clímax arrastrándome consigo.
Oh, bella… - y fue suficiente para mi, alcance el cielo entre sus brazos, cerré los ojos con fuerza y me deje arrastrar por la sensación más poderosa que había experimentado jamás.
Bella callo rendida sobre la cama y yo encima de ella sin fuerzas, su respiración era desenfrenada y su pecho subía y bajaba agitado, hundí mi rostro en su cuello y respire su dulce aroma, mientras me abrasaba con las pocas fuerzas que le quedaban.
Bella… - dije como pude – te amo, no te alejes nunca mi amor – mi voz se quebró al decirlo, no soportaría un momento más lejos de ella, lejos de nuestro bebe, mi corazón dolió solo de pensarlo y no pude contener las lagrimas.
Jamás, te necesito para vivir – acaricio mis cabellos.
Eres mi todo, mi luz, mi obscuridad, el total equilibrio de mi vida – dije y levante el rostro, ella me miro fijamente y sus ojos se cristalizaron al verme, se veía tan frágil y hermosa que sentí una punzada de tristeza.
Dime que eres real mi niña, que no estoy soñando – dije desesperado, tomo mi mano y la pudo sobre su corazón, este latía frenético.
Esto te parece real – pregunto.
Si vuelves a alejarte moriré, no podre mas – no me importaba confesarle todos mis miedos – tu y nuestro bebe son todo lo que me importa en esta vida, sin ustedes no quiero vivir.
Se acero a mí y beso mis rostro por todas partes, me abrace a ella fuertemente – tendrían que matarnos para alejarnos de ti, jamás podre separarme de ti, estos meses fueron un infierno – dijo abnegada en lagrimas.
Ahora estamos en el cielo, nuestro cielo personal – cualquier lugar donde ella estuviera era el cielo para mí.
Quedémonos aquí para siempre – me pidió y quise concedérselo con todas mis fuerzas, pero aun no era el momento.
Cuando todo termine, vendremos aquí y seremos una familia – prometí mientras besaba sus dulces labios.
Te amo – susurro, y lo supe con seguridad, bella me amaba tanto como yo a ella.
Los amo – dije y volví a besarla.
La hice mía más veces de las que podría contar, pude disfrutar cada recoveco de su cuerpo, haciéndola temblar, perdiéndome en sus besos y sus caricias, pude amarla de manera lenta, sin prisas, sin preocupaciones, la deje dominarme por completo, hacer conmigo lo que quisiera, la deje amarme.
Cuando no pudimos mas, cayó rendida en mis brazos y agradecí al cielo por regalármela, por darme a nuestro bebe, por hacerme el hombre más afortunado del mundo.
La mire fijamente y me costó creer que era real, pero tenía la seguridad de que aquella perfecta creatura, aquella mujer maravillosa, sería mi esposa.
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