Me puse de pie como pude incapaz de detenerme – Nooo!!! – grite.
Pero fue demasiado tarde, el sonido más ensordecedor que jamás hubiese escuchado traspaso mis oídos, me fracturo el alma y me deshizo el corazón, desde ese momento supe que todo había terminado, la vida, su sentido, el amor, la felicidad, para mí nunca más existiría nada de eso, porque acababa de terminar para siempre, y mientras agonizaba de dolor tuve algo completamente claro…
Jamás volvería a ser feliz.
Ese disparo termino con todo lo que creía bueno y eterno, había destrozado mi vida, me había desamparado y a mi angelito también, era como una horrible pesadilla.
Levante la vista intentando ser valiente, tenía que terminar con mi vida, de una buena vez y dejar de concebir ilusiones.
Todo paso demasiado rápido, mientras enfoque la vista en ese rostro precioso que me hacía perder la cordura, me perdí de nuevo, como siempre lo hacía, me miraba con el rostro desfigurado de dolor y todo pareció perdido, mi vida había terminado.
Mi corazón palpito como un loco cuando me di cuenta de lo que sucedía, mi amor seguía de pie y seguía mirándome, sorprendida y asustada gire la vista y me la enfoque en ese ser despreciable , ese monstruo implacable, que no había hecho nada más que lastimarme, sus ojos obscuros eran cristalinos y su rostro era diferente, parecía más humano, más implacable, sus cuerpo no resistió mas y cayó desplomado al suelo, que era lo que sucedía?, mi mente no alcanzaba a coordinar todo lo que acontecía,, un gemido de dolor me saco de mi desacierto, gire casi robóticamente y observe algo que nunca podría haber imaginado.
Aquel hombre, el chofer que nos había conducido a este lugar, estaba parado a la orilla del sendero, ensangrentado y con la ropa rasgada, pero lo único que pudo llamar mi atención en ese momento fue el arma que llevaba entre sus manos y la mirada de odio que reflejaba.
En ese momento mi mente pudo realmente darse cuenta de lo que sucedía y que solo habían pasado un par de segundos desde el disparo, mi corazón latió desbocado al girar y ver de nuevo ese hermoso rostro abnegado en lagrimas.
Nada importo en ese momento, ni siquiera el miedo de morir, corrí desesperada hasta mi amor y salte en sus brazos como si fuera lo último que hiciera en la vida, porque tal vez lo era, sentir de nuevo su piel contra la mía provoco un corto circuito en mi cuerpo, debilitando mis piernas, hubiese caído seguramente si él no me hubiese apretado contra su cálido cuerpo con tantas fuerzas que casi dolía, pero aun sentía una enorme distancia, era necesidad.
Era el cielo estar entre sus brazos de nuevo, sollozando, sintiendo, tocándonos, mi corazón volvía a latir como una sola pieza y el hueco de mi pecho parecía curado, las lagrimas no dejaban de salir, y el miedo de estar soñando.
Mi…amor…be…lla – sollozaba sobre mi hombro mientras me apretaba contra el.
Sentía millones de sensaciones en este momento, pero la mas profunda era la felicidad, sus labios no se apartaron de mi rostro besando cualquier lugar que le era posible, mis manos se enredaron en su cuello y bese cualquier lugar que pude alcanzar, solo quería sentirlo, saber que estaba aquí, mi todo, mi amor, el padre de mi angelito, mi amante, mi ángel...
Tome su rostro entre mis manos y no pude evitar maravillarme, acaricie su espesa barba entre mis dedos, y me perdí en sus ojos como nunca lo había hecho, tenía que ser un sueño, uno hermoso, limpie con mis labios las lagrimas que caían por sus mejillas, su olor masculino y dulce, solo ahora podía comprender realmente cuanto lo había extrañado.
Edward… Edward – no pude mas y probé sus labios de nuevo, sus sabor, su calor, su pasión; sus manos me pegaron mas contra el intensificando el beso, jadeando y gimiendo de necesidad, había sido tanto el tiempo que no lo había tenido, mi aire, mi sol, mi todo, movíamos nuestros labios sin ritmo, era demasiada la necesidad de sentirnos, su lengua se adentro en mi boca sin permiso alguno, rosándome y volviéndome loca, me sentía perdida, desesperada, mientras acariciaba su cuello y el me acariciaba suavemente..
Bella… mi cielo – susurro contra mi piel, besándome en todas partes – te amo… los amo… - besos - es…un sueño… un sueño… tenerte en mis brazos- enterró su rostro en mi cuello inhalando profundamente, haciéndome temblar.
e…s un su…eño…creí que te perdería mi vida… – tartamudee.
Estoy aquí… te amo, te necesito – dijo como pudo.
Yo mas, no me sueltes – le rogué.
Nunca, Estas bien mi niña? – pregunto preocupado, sus ojos vagaron por mi cuerpo llenos de dolor espanto – estas herida? – intente negar.
No, yo estoy bien… - sus ojos se enfocaron en mi vestido cubierto de sangre.
Dios mío, bella estas sangrando – dijo desesperado.
No, solo es una cortadura – intente tranquilizarlo, no soportaba verlo sufrir mas, quería borrar cualquier rastro de dolor de sus facciones.
En ese momento nos giro protegiéndome con su cuerpo, quedando frente a aquel hombre que aun apuntaba el arma, quise ponerme a su lado, no podía concebir la idea de que alguien lo lastimara, no después de todo, pero el hombre nos miro confundido y soltó de pronto el arma, alejándose y adentrándose en el bosque.
Cuando estuvo lejos, mi ángel giro de nuevo hacia mi y me miro preocupado, me tomo en sus brazos y me beso suavemente, podía sentir su corazón latiendo frenéticamente al igual que el mío y su respiración agitada.
Tenemos que irnos, tengo que llevarte a un hospital – su voz fue apenas un susurro cargado de preocupación.
Estoy bien…
Mi cielo, no seas terca, no en este momento, necesito que te curen, necesito saber su nuestro bebe está bien – sentí de nuevo esa preciosa sensación al escucharlo hablar sobre nuestro bebe.
Un gemido de dolor capto nuestra atención y ambos giramos, Jacob parecía reaccionar mientras su brazo sangraba bastante, Edward nos alejo de el y me apretó contra su cuerpo, y aunque ya no podía dañarnos su sola presencia me aterraba.
El ruido de unas sirenas capto mi atención – policía, hay alguien ahí? – grito una voz ronca.
Por aquí – grito Edward mientras nos acercaba a los límites del bosque.
Un grupo de policías y un hombre armado se acercaron hasta nosotros.
Señor cullen? – Su rostro estaba desenfocado – que ha pasado aquí – su mirada, viajo hasta Jacob que continuaba tendido y sangrando – llévenlo esposado hasta la ambulancia – les ordeno y estos caminaron hasta lo levantaron mientras este gruñía de dolor.
Bella…!! – Me estremecía al escuchar sus gritos de dolor mientras lo conducían hacia la ambulancia – no te vas a escapar de mi… - enterré mi rostro en el pecho de Edward sintiéndome segura entre sus brazos.
Maldito infeliz – gruño – no tengas miedo mi amor, jamás volveré a permitir que me alejen de ti, voy a cuidar de ti y de nuestro bebe con mi vida si es necesario, son lo mas importante de mi vida – y sabía que era cierto.
Disculpen, se que es un momento muy importante para ustedes – intervino el hombre – soy el agente Peterson, se encuentra bien señorita Swan – pregunto.
Yo..sii – intente contestar.
Necesitamos ir a un hospital – dijo Edward.
Por supuesto, la patrulla esta estacionada en la carretera – asintió – señorita Swan después necesitare escuchar su declaración, usted puede esclarecer todo lo que sucedió y acusar al señor Jacob Black oficialmente – me miro fijamente.
Tienen que ayudar a la señora Mariel, ella me ayudo a escapar por favor – suplique.
Se refiere a una mujer mayo que estaba herida cerca de la propiedad donde la tenían cautiva? – asentí.
Ha sido llevada al hospital, esta bien, no se preocupe – sentí una enorme tranquilidad.
Cooperara entonces, ese es otro crimen contra el señor Black – comento.
Si agente, contestare todas sus preguntas, después de ir al hospital – mire a mi ángel y este sonrió, después de tanto sufrir podía ver su hermosa sonrisa de nuevo.
Vamos – ofreció el agente y Edward me llevo por el bosque en brazos, y se lo agradecía por que no quería estar ni un centímetro lejos de el.
Puedo caminar – susurre en su hombro.
Estas lastimada – me miro tiernamente – además no podría soltarte ni aunque quisiera, no sabes cuánto he anhelado este momento, te necesito – acaricie su mejilla.
Yo intentaba ser fuerte, pero habían momentos demasiado difíciles, te necesitaba con desesperación – beso mi frente suavemente.
Eres muy valiente, más de lo que te imaginas – negué.
Lloraba mucho, y siempre estaba triste – agache la mirada.
Mi amor, mírame- pidió y así lo hice – tú has cuidado de nuestro angelito estos meses, cuando ese infeliz te arranco de mi lado, te has mantenido de pie por el – pego su frente a la mía.
Fui tan feliz al saberlo, pero tan desdichada al no poderlo compartir contigo mi amor – confesé.
Daría lo que fuera por haber estado ahí y decirte que soy el hombre mas feliz del mundo, que te amo y amo a nuestro bebito, que intentare ser el mejor padre del mundo y siempre los cuidare – una lagrima rodo por mi mejilla y el la limpio con sus labios.
No llores, ya no quiero verte sufrir, no mas – me miro suplicante.
Son lagrimas de felicidad – sonreí.
Así te quiero ver desde ahora, sonriendo –roso mis labios contra los suyos – bella… mi bella – susurro contra ellos.
Cuando llegamos a la carretera observe la patrulla estacionada, frente a varias, Edward me dejo con mucho cuidado en la parte trasera y después subió junto a mi atrayéndome a su regazo, rodeo mi cintura con sus brazos de manera protectora, una de sus manos acariciaba mi vientre abultado y yo solo cerré mis ojos disfrutando de sus caricias de su calor.
Mi amor… como… esta mi papa, Ángela, mi madre y Ariadna? – pregunte por fin, necesitaba saber como estaban.
Ellos están bien, han sufrido demasiado mi niña, pero ahora saben dónde estabas, y que venimos a buscarte, tu padre insistió en venir, pero no lo creí prudente – lo agradecí enormemente.
Gracias, si no me hubiesen encontrado, no se cómo lo hubiese tomado – dije asustada.
No hubiese podido continuar, y ellos tampoco, te necesitamos en nuestras vidas – dijo seguro.
Yo también los necesito, son mi familia – recargue mi cabeza en su hombro – todavía no puedo entender mi vida, como paso todo esto? – mi corazón estaba curado al estar entre los brazo de mi ángel, pero una parte de mi quería descubrir todo, no podía olvidar lo sucedido.
Hay muchas cosas que no sabes mi amor, pero ahora quiero que te concentres en estar tranquila, no soportaría que nada malo te pasara – me miro fijamente.
Me quede recostada en su hombro, el seguía acariciándome y susurrándome palabras de amor, era como estar en el cielo, un cielo que jamás pensé volver a disfrutar.
Luche con todas mis fuerzas por no dejarme vencer por el sueño, pero respirando su olor tan masculino y sintiendo la suavidad de su piel, era casi imposible.
Descansa mi amor, luces agotada – acaricio mis ojeras con la punta de sus dedos.
No… no quiero – dije intentando abrir los ojos.
Voy a estar aquí cuando despiertes, te lo juro – susurro en mi odio.
Te amo – murmure.
Yo mas, mucho mas – fue lo único que escuche antes de quedarme dormida.
Abri los ojos, cuando sentí un suave movimiento, estaba confundida y sentía un fuerte dolor en la pierna, no pude evitar soltar un leve gemido de dolor, unos brazos me apretaron fuertemente.
Mi ángel me miraba preocupado y confundido, era real, todo era real – mi amor, que pasa, te siente mal? – su voz era tierna.
Mi amor, no, yo…
Casi llegamos al hospital, es el bebe? – sus ojos estaban sobresaltados.
No, mi amor, tranquilo, es solo que me duele un poco la cortadura, solo eso, no te preocupes – tome su rostro entre mis manos, intentando tranquilizarlo.
Quisiera curarte pero no tenemos nada, casi llegamos al hospital mi cielo – beso la punta de mi nariz suavemente.
Donde estamos – pregunte confundida.
Estamos llegando a Seattle mi amor – explico – no quería seguir en ese horrible lugar, tienes que descansar y aquí podrán atenderte muy bien – dijo más tranquilo.
Mire al frente y observe como el agente entraba en una zona muy lujosa, varias patrullas nos seguían, estaba muy confundida sobre o que pasaría.
Aclare mi voz y me atreví a hablar – agente… que sucederá con Jacob – Edward se tenso al escuchar su nombre.
Por ahora me han informado que esta siendo sometido a cirugía, no se preocupe, tengo un gran numero de agentes custodiando cada área del hospital, no podrá huir de ninguna manera – sus palabras no lograron tranquilizarme.
y… el otro sujeto, su chofer, el que le disparo – dije mas alterada, tenia miedo de que pudiera llegar a mi de nuevo.
El fue detenido, no se preocupe, con su declaración podremos sustentar todo lo que usted nos diga - me sentí reconfortada, esperaba de corazón que todo hubiese terminado.
El agente se estaciono frente a un enorme edificio, el y varios policías nos ayudaron a salir, mi ángel me tomo de nuevo en sus brazos y me apretó contra él, el dolor volvió y me queje de nuevo.
Ya estamos aquí, aguanta un poco – dijo preocupado.
Entramos al lujoso hospital y una enfermera se acerco a nosotros con una silla de ruedas, Edward me miro fijamente y a regañadientes me dejo sobre la silla – señorita me he comunicado con el doctor Marshall, nos espera – esta asintió.
Si doctor cullen, acompáñeme – me sorprendió que lo conociera.
Edward, me tomo de la mano mientras nos conducían dentro de un pasillos blanco hasta una habitación, cuando entramos un hombre moreno se acerco hasta nosotros – hola Edward, me alegra que todo haya salido bien, ahora no te preocupes mas amigo, señorita Swan me alegra mucho que este bien y este de vuelta, soy Federico Marshall, director del hospital – me tenido la mano y la acepte.
Puede llamarme bella – conteste y el sonrió.
Entonces bella, primero vamos a curarte – dijo tranquilamente, me ayudo a sentarme sobre la camilla, levanto mi vestido y pude ver mi pierna llena de sangre y la tela que cubría mi herida, sentí un mareo repentino al ver la sangre y de pronto unos brazos me sostuvieron.
Estas bien cielo? – pregunto, mientras me sostenía.
Si, es solo la sangre, un pequeño mareo – conteste.
La enfermera acerco una charola llena de instrumentos al doctor y me asuste repentinamente al ver las agujas – bella, necesitamos aplicar una vacuna, la herida no es muy profunda, pero has estado expuesta – explico el médico mientas comenzaba a limpiarla y yo reprimía un grito de dolor.
Tranquila, tienen que curarte amor – Edward acaricio mi mano – solo será un pequeño piquete, es por nuestro bebe – lo mire fijamente y sabia que había logrado convencerme, haría cualquier cosa por nuestro bebe – estas lista – pregunto.
Asentí levemente concentrándome en sus facciones, en sus caricias y el latido frenético de mi corazón, casi no pude sentir el piquete.
Listo, eres muy valiente bella – dijo el doctor y mi ángel sonrió de una manera hermosa.
Tomo mi mano en todo momento mientas me curaban, ardió un poco y me queje, pero todo era por mi bebito, tenia que estar bien, porque el dependía de mi.
Cher ven aquí – llamo a la enfermera – acompaña a la señorita Swan a cambiarse y después llévala al cuarto de ultrasonidos – mire fijamente a Edward y sentí miedo de separarme de el.
Amor… - susurre y vi en sus ojos que el quería alejarse de mi mucho menos, me beso levemente.
Solo serán unos minutos mi cielo y estaré contigo – prometió firmemente y solo pude asentir.
La enfermera me ayudo a incorporarme y me condujo por un pasillo, no pude evitar mirar aras y observar a mi ángel mirándome fijamente.
Lamento mucho lo sucedido – dijo la enfermera mientras me ayudaba a ponerme una bata – no puedo entender como existan personas tan malas – frunció el ceño.
Te lo agradezco, y tienes razón, no existen nada mas horrible que estar encerrada, lejos de tus seres queridos, pero ahora solo quiero olvidar todo eso – confesé.
Muchas personas la quieren, sobre todo el doctor cullen, en todo el tiempo que lo conocí, jamás lo vi de esta manera, la mira como si no existiera nada mas en el mundo para el – sonrió.
Usted ya conocía a Edward? – pregunte confundida.
Si, el doctor cullen trabajo dos años con nosotros aquí, mientras prestaba su servicio universitario – explico – es un gran medico – agrego.
Me quede pensando en que Edward nunca me había contado eso, siempre vivíamos enfrascados en mis problemas y nunca le daba la oportunidad de rendirse, siempre era fuerte por mi y yo quería alguna vez poder ser yo quien lo salvara.
En un momento viene el doctor – me informo mientras salía, apenas habían pasado unos minutos y ya necesitaba a Edward.
Mientras estaba recostada frente a un montón de aparatos, la puerta se abrió y el doctor entro, mire ansiosa hasta que vi a mi ángel entrar tras el, mi corazón latió rítmicamente de nuevo.
Llego hasta mi lado y se sentó junto a mi, tomando mis manos entre las suyas, su contacto me tranquilizaba.
Bueno, ahora vamos a hacerte u ultrasonido bella, vamos a ver que tal esta su bebe – no pude evitar sonreír como tonta y apoyar mi cabeza en su hombro.
El doctor levanto mi bata y puso un gel frio sobre mi abdomen, el bulto de mi vientre era bastante notorio.
Puso el aparato sobre mi abdomen y en una pantalla comenzaron a aparecer figuras sin forma alguna y ruidos muy extraños, mi corazón palpitaba como loco, al imaginarme a mi bebito.
Interesante – comento el doctor – el peso es correcto y el tamaño también, tiene suficiente liquido – siguió observando.
Su corazón se escucha bien – de pronto aquel sonido tan extraño, se convirtió en el más hermoso del mundo, un palpitar rítmico y maravilloso, los latidos del corazón de mi bebe, mis ojos se llenaron de lagrimas y mire a Edward. Sus ojos también eran cristalinos y sin pensarlo más bese sus labios, sin pasión, sin deseo, solo con felicidad, un beso lleno de amor.
Separo nuestros labios y pego su frente a la mía – gracias, gracias por regalarme este momento mi vida, te amo tanto y a nuestro angelito también, gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo – su voz se quebró.
Gracias a ti, por encontrarnos, por darme a nuestro bebe, por estar aquí, por amarme y ser tan maravilloso, te amo tanto – suspire – puedes escuchar su corazón mi amor? – pregunte emocionada.
Es muy fuerte, seguramente será una niña hermosa y valiente como su mama – dijo feliz.
Y si es un niño guapo y maravilloso como su papa? – pregunte.
Lo amaremos sea lo que sea, porque es nuestro mi niña – beso mis labios levemente.
Estoy intentando ver el sexo del bebe, pero está en una posición difícil – dijo el doctor contrariado – podemos seguirlo intentando si quieren – pregunto.
No doctor, no importa, lo importante es que este sano – dije emocionada.
Tiene razón, aunque algunas madre están ansiosas por saberlo – sonrió – ustedes tienen un bebe muy sano, Edward puede verlo mejor que nadie – comento.
Si amor, nuestro bebe está bien – dijo sonriente.
Pero debemos felicitarla bella, ha sido usted muy valiente, después de todo lo que ocurrió, es casi un milagro que su embarazo no sea riesgoso hasta ahora – dijo contrariado.
Intente serlo, por el bebe – confesé.
Pues en verdad lo logro – dijo satisfecho.
Me hicieron algunos estudios más, para verificar que estuviera bien, el doctor dijo que solo estaba un poco anémica y tenía que alimentarme mejor, Edward le prometió que no me dejaría ni un momento sola, y me obligaría a comer si era necesario, estuvimos unas horas ahí y me sentía tranquila, teniendo la seguridad de que mi angelito estaba bien y contando con todo el apoyo de mi Edward.
La enfermera me consiguió un lindo vestido, por que el anterior estaba estropeado, frente al espejo me di cuenta de la facha horrible que tenia, y Edward se veía tan sexy con esa espesa barba, le pedí que me ayudara a arreglarme y así lo hiso, después me mire al espejo y lucia linda, feliz.
Los ojos de mi ángel se ensancharon al verme, me tomo en sus brazos – Dios, es que no dejaras de verte mas hermosa cada dia? – Pregunto – no se si mi corazón pueda soportarlo mas – coloco mi mano sobre su pecho y pude entender a lo que se refería, este palpitaba.
Aun estando embarazada? – pregunte.
El embarazo solo sirve para volverte ridículamente hermosa, perfecta – beso mis labios suavemente.
Me alegra mucho verlos tan sonrientes – volteamos y el doctor nos observaba sonriente.
Somos muy felices – comento Edward.
Puedo verlo – acepto – ahora si pueden marcharse, solo recuerden seguir todas las indicaciones – recordó.
Al pie de la letra – dijo Edward, mientras me dejaba en el suelo – amigo, muchas gracias – estrecho su mano.
No es nada amigo, tendrás una hermosa familia estoy muy seguro – dijo.
Me acerque a el y lo abrace – muchas gracias por todo – dije.
Cuídate mucho bella – sonrió.
Salimos del hospital y me pregunte a donde iríamos ahora, no deseaba mas que volver a casa, pero estaba segura de que tendría que esperar. Edward nos condujo hacia un auto negro bastante elegante, donde un hombre mayor esperaba a alguien.
Señor cullen, que alegría verlos – saludo este observándonos fijamente.
Hola Javier, también me alegro de verte – dijo este – ella es mi bella – me presento.
Una belleza sin dudas – dijo mientras tomaba mi mano.
Gracias, es un gusto - dije con amabilidad.
Permítanme – abrió la puerta del auto y nos indico que entráramos.
Edward me ayudo a subir y el hizo lo mismo después, el ambiente era templado y empezaba a obscurecer.
A donde vamos amor, no regresaremos a Miami? – el negó levemente.
Mientras te hacían los estudios, llame a Ángela, le informe todo amor, están felices, no sabes cuándo – me conto – intente por todos los medios conseguir un vuelo para irnos esta misma noche, pero fue imposible – acaricio mi mejilla.
Están todos bien? - pregunte.
Ahora lo están – sonrió.
Entonces a dónde iremos amor? – pregunte.
Bueno… antes vivía aquí, el es Javier nuestro chofer, nos llevara a casa, para que puedas descansar a mi cielo, luces exhausta – beso tiernamente mi ojeras.
Tu también luces cansado, luces diferente – comente.
Es por la barba?, no te gusta? – me miro ansioso.
Tu me vas a encantar siempre y… creo que luces muy sexy – me sonroje al instante.
Tu sonrojo, como lo extrañe – beso levemente mi mejilla, mientras bajaba sus labios por mi cuello, haciéndome estremecerme, lo deseaba con locura, con desesperación, levante su rostro y bese sus labios fieramente, moviendo los míos de una lado a otro, probando su saliva, su sabor tan peculiar, sus brazos me apretaron contra su cálido cuerpo y mis manos fueron bajando por su pecho, cuando llegue al borde de su camisa, metí la mano debajo, perdiéndome en la suavidad de su abdomen cuadriculado, subí por su pecho acariciándolo, ganándome un gemido ronco que logre ahogar con mis labios.
Alguien rio audiblemente y me separe de Edward al instante, dándome cuenta de lo que acababa de hacer en presencia de su chofer, intente alejarme pero sus brazos no me lo permitieron.
Edward… - sonrió y hundió su rostro en mi cuello.
Te deseo tanto mi amor, mi cuerpo pide a gritos tu cuerpo, mi piel necesita tocarte, mis labios tienen sed de tus besos, te necesito – su voz sonaba torturada.
Edward – jadee.
Soy un hombre que te ama con locura, que muere por tenerte entre sus brazos y hacerte suya – continuo.
Soy tuya mi ángel – susurre.
Solamente mía, mi diosa – respondió.
Me quede abrasada a su cuerpo intentando sosegar todas las sensaciones que me pedían besarlo y tocarlo.
No paso mucho tiempo para que el chofer parara esperando que un enorme portón se abriera ante nosotros, mis ojos se ensancharon al ver el enorme jardín que atravesaba el camino hacia la casa, esta era enorme y hermosa, hecha completamente de madera, brillaba bajo la luz de la obscuridad, no pude evitar maravillarme de su belleza.
Llegamos a casa princesa – murmuro en mi oído cuando el auto se estaciono frente la puerta.
Me ayudo a bajar del auto y caminamos hacia la puerta y nos giro.
Está todo listo Javier – pregunto al chofer.
Si señor, como lo pidió – contesto este.
Puedes ir a descansar Javier, gracias – dijo amablemente.
Que descanse señor, señorita – se despidió.
Adiós – me despedí.
De repente perdí el piso y estaba en los brazos de Edward – quieres cenar primero mi cielo o quieres ir a ducharte? – pregunto.
Creo que tenemos mucha hambre – apreté mi estomago.
Sonrió – eso esta muy bien mi niña – me beso – tienes que alimentarte muy bien – comenzó a caminar dentro de la casa.
Todo era tan rustico y hermoso, el olor a pino y menta inundaba el lugar, era tan cálido y acogedor, que me hacía sentir como en casa.
Me comería un caballo – bromee.
mmm… estoy pensando en algo mas nutritivo, tienes que comer sano – recordó.
Se veía tan hermoso preocupado por mi alimentación que tenía ganas de olvidarme de la cena – lo que tu digas – acepte.
Llegamos a la cocina, un área grande y llena de especias y electrodoméstico, me sentó con mucho cuidado encima de un sillón muy cómodo y me beso levemente.
Camino hasta el refrigerador y saco fruta de este, junto con unos huevos – prefieres un coctel de melón o de mango, mejor combinado, creo que unos huevos estarían muy bien, puedo prepararte omelet, aunque si quieres algo mas puedes pedirlo, al parecer surtieron bien la alacena, pero si se te antoja algo mas… - comencé a reír al escucharlo hablar sin respirar siquiera, se veía de lo mas mono.
De que te ríes – pregunto acercándose a mi.
Creo que eres infalible y no dejaras de alimentarme durante el embarazo – asintió.
Te cuidare tanto que te hartaras de mi presencia, te consentiré demasiado, hasta que hayas tenido todo lo que desees – acaricio mi mejilla.
Nunca me hartare de tu presencia – dije segura.
Y yo no dejare de alimentarte – sonrió con malicia.
Mi estomago gruño audiblemente y me sonroje, Edward se arrodillo frente a mi y beso mi vientre – tranquilo mi bebe, ahora mismo le daré de comer a mami y a ti – habla tiernamente.
Acaricie su cabello endiosada, escuchando como le hablaba a nuestro bebe.
Se puso manos a la obra y yo solo lo observaba fijamente, como lo había extrañado, sin mi bebe, me hubiese vuelto loca de dolor, era lo único que necesitaba para poder respirar, para poder sentir.
Listo preciosa – dejo un enorme plato de fruta y huevos sobre la mesa.
Amor, no puedo comer tanto – frunció el ceño.
Podemos compartirlo – ofreció.
Es una excelente idea – acepte.
Me ayudo a incorporarme y cuando llegamos a la enorme mesa de madera, se sentó en una silla y me sentó sobre sus piernas.
Que haces? – pregunte divertida.
Alimentarlos, abre la boca grande – acerco el tenedor a mi boca y comencé a comer.
Sin dudas una de las mejores cualidades de mi ángel era la cocina, estaba realmente delicioso.
Ya no puedo comer mas – hizo un puchero, me había acabado sola casi todo el plato.
Vamos mi amor, un poco mas – insistió.
Suspire – de acuerdo, comí el ultimo bocado que me dio.
No puedo ni caminar – me queje.
Eso no es ningún problema – me tomo en brazos y se puso de pie – vamos a la habitación – asentí.
Nos condujo por un largo pasillo que estaba lleno de fotos de sus familia, unas de el y emmett cuando era niño, era tan hermoso, deseaba con todo mi corazón que nuestro bebe fuera igualito a el.
Llegamos – comento.
Abrió la puerta y nos hizo pasar, la habitación era enorme y elegante, tenía enfrente una enorme cama de dosel, y una pequeña sala a un lado, parecía sacada de un cuento de hadas.
Te gusta? – pregunto.
Es muy hermosa – respondí.
No usaría esa palabra si estas tu presente – contesto.
Lo mire fijamente y me acerque hasta sus labios, moví los míos suavemente sobre aquellos deliciosos y me perdí en sus caricias, su lengua busco la mia y las rosamos en un contacto delicioso, intimo y excitante, acaricie su suave cabello bajando hasta su nuca, probando su saliva, tragándome sus gemidos.
Sentí algo suave detrás de mi y comprende que estaba recostada sobre la cama, su cuerpo se presiono sobre el mío, sin que tuviera que cargar ni un gramo de su peso, pero lo suficiente para degustarme con los músculos de su cuerpo.
Edward – susurre.
Que pasa mi amor – pregunto mientras besaba mi cuello.
Yo…necesito una ducha – le recordé con la poca cordura que me quedaba.
Lo escuche gruñir bajo y se tumbo en la cama con la respiración agitada – sii.. Ve amor – respondió.
Me puse de pie un poco tambaleante y camine pero me di cuenta que no sabía donde estaba el baño.
Amor? – lo llame.
Dime – se incorporo.
Donde está el baño – pregunte nerviosa.
Oh, que tonto soy mi cielo – me condujo por una enorme puerta – aquí está el baño, hay batas dentro, y he pedido que te consigan ropa, está en ese armario – señalo.
Gracias – me puse de puntitas y bese sus labios.
De nada – suspiro.
Entre en la gran puerta y lo primero que note fue el enorme jacuzzi en el centro, la puerta de cristal que lo dividía de la regadera y el escusado en un área apartada.
Frente a mi un enorme espejo, me regalaba una imagen completa, fue dejando caer mis ropas y mi piel pálida y desnuda se reflejo en el, notaba mas grande mi vientre y mis ojeras, mi cabello llegaba casi hasta mi cintura y mis brasas muy delgados, casi me espante al ver mis pechos más grandes, seguramente a causa del embarazo.
Me gano la tentación y abrí el grifo del jacuzzi, coloque algunas sales que habían en una repisa y shampo, amarre mi cabello en una coleta y cuando estuvo lleno me sumergí lentamente, el agua estaba tibia y relajo mis músculos al instante, cerré los ojos y recerque la cabeza de la orilla, y mis manos recargadas de los extremos, se sentía tan bien estar tranquila, segura.
De pronto unos brazos acariciaron los míos y me sobresalte.
Tranquila, relájate – susurro, mientras seguía su camino.
Edward… - dije sorprendida, sus manos acariciaban mi piel húmeda, se sentía tan bien.
Quieres un masaje mi amor – pregunto sensualmente.
Asentí levemente, había perdido la cordura para hablar – córrete un poco para adelante – susurro y así lo hice.
Lo escuche gemir bajito, cuando le deje ver la desnudes de mi espalda.
Sus manos acariciaron lentamente mi piel, perdiéndome completamente en sus caricias, parecía un fuego que me recorría completamente de arriba abajo, su respiración era pesada y su aliento rosaba mi cuello, bajo las manos hasta mi cadera y gemí audiblemente, era como si ardiera en llamas.
Te gusta? – pregunto.
Si… eres muy bueno – conteste.
Tienes una piel exquisita, suave y tersa, me encanta – beso mi cuello y bajo sus manos hasta rodear mi cintura, subió lentamente acariciando mi vientre, sentí el fuego acrecentarse con la cercanía, las subió lentamente hasta llegar la base de mis pechos.
Amor… - gemí.
Te amo preciosa, te deseo con locura, muero por hacerte mía de nuevo – tomo mis pechos entre sus manos acariciándolos, no pude hacer más que jadear – fue un infierno tenerte lejos, no poder acariciarte, no poder tenerte – comenzó a masajearlos suavemente – dios, el embarazó te hace mas perfecta aun – siguió su tarea y yo solo me concentre en respirar.
Edward… te necesito – suplique.
Déjame complacerte mi amor, déjame tocarte, recorrer cada centímetro de tu piel – beso mi espalda y mi hombro,.
Quiero que me beses, que me hagas tuya, no soporto mas – dije como pude.
Sus manos pararon y me encaro, recorrió mi cuerpo desnudo con la mirada, el deseo que reflejaban casi me hace perderme, tuve que mantener la compostura.
Se agacho y me tomo entre sus brazos, mi cuerpo empapado mojo completamente su ropa, era una escena tan erótica que mi mente no podía formularla.
Sin dejar de mirarme nos condujo a la habitación, se quedo de pie frente a la cama y me deposito en el suelo.
Se quedo estático, mirándome con necesidad, era una invitación a tomarlo como mío, acerque mis manos a los botones de su húmeda camisa y los fui abriendo uno por uno, cuando esta cedió bajo mis manos la saque de su cuerpo, maravillándome con la vista, su pecho desnudo casi me provoca un colapso, era esa hermosa imagen que casi había olvidado.
Acerque mis labios a este y fui besándolo lentamente, probando y mordiendo su suave piel, acariciando su espalda desnuda y marcada, mordí su cuello y me gane un gemido rosco de su parte, baje por su abdomen y lo bese suavemente.
Tome su cinturón y lo desabroche, sus ojos estaban cerrados y su rostro deformado de placer, tome el botón y lo abrí, bajando el cierre rápidamente, era increíble cuan preparado estaba para mi.
Baje su pantalón y el me ayudo a quitarlo junto a su pegado bóxer, lo mire sin descaro, era mío, solamente mío, lo necesitaba con locura y podía desearlo, mirarlo, tomarlo.
Tome su rostro entre mis manos y lo mire fijamente – hazme tuya, solamente eso, no juegues, no dudes, necesito sentirme una contigo, hazme el amor – suplique.
Me tomo en sus brazos y me tumbo sobre la cama, colocándose sobre mi, podía sentir su desnudes chocar contra la mía, atrapo mis labios entre los suyos gimiendo descontroladamente, podía sentir cuanto me necesitaba, era un hombre viril, con un enorme deseo contenido.
Abrí mis piernas invitándolo a tomarme y se coloco en medio de estas, rosándome, tentándome, era el cielo y el infierno, como podía un cuerpo soportar tales descargas de pacer.
Bella… quiero ser tierno, quiero ser … delicado – susurro.
Si..empre lo eres – jadee – olvídalo hay por favor – le pedi.
Me miro fijamente con los ojos obscuros y la mirada envenenada – te amo mi amor, te amo más que a nada, eres mi todo – tomo mi pecho entre sus labios.
Te amo, oh Edward, te amo – gemí.
Sin más pensarlo se hundió en mi, arquee mi espalda por la sorpresa, por la deliciosa sensación, gemí y el gruño, un espasmo de placer recorrió mi cuerpo, a tal grado que tuve que sostenerme de sus hombros.
Dios, extrañaba tu calor, extrañaba estar dentro de ti – dijo sin aliento.
Tómame – le pedí.
Beso mis labios impacientemente, mientras comenzaba a moverse sobre mi, la fricción era maravillosa y su piel quemaba la mía, me sentía como una mujer de nuevo, deseada y amada.
Te extrañe mi ángel, extrañe tu cuerpo, tu piel, tu pasión – dije como pude.
Acelero sus embestidas y solo pude gemir fonéticamente.
Este es tu lugar mi niña, entre mis brazos – contesto.
Enrede mis piernas en su cintura permitiéndole llegar más lejos, beso y mordió suavemente mi cuello, haciéndome arquear contra el, cada punto que tocaba, cada centímetro que recorría me volvía loca.
El fuego de mi alma me incendiaba por completo, incoherente, perdida, comencé a restregarme contra el, suplicándole que acelerara sus embestidas.
Bella… - gruño.
Edward, más- jadee.
Te amo – murmuro.
Te amo, te amo, más por favor – pedi.
Su ritmo se volvió frenético y pude sentir mi cuerpo contraerse y mi espalda arquearse por completo, los espasmos de placer, me embargaron y perdí la conciencia, la voluntad.
Edward – grite cuando sentí toda la fuerza de mi orgasmo invadirme.
Oh, bella… - gruño y lo sentí volverse uno conmigo, fundir su calor en el mío y poseerme como nunca.
Caí sin fuerzas, rendida, extasiada, hundió su cara en mi cuello y lo abrace con las pocas fuerzas que me quedaban, queriendo retenerlo entre mis brazos para siempre.
Bella… - su respiración era frenética – te amo, no te alejes nunca mi amor – su voz se quebró.
Jamás, te necesito para vivir – acaricie su cabello.
Eres mi todo, mi luz, mi obscuridad, el total equilibrio de mi vida – continuo.
Levanto su rostro y estaba cubierto de lagrimas – dime que eres real mi niña, dime que no estoy soñando – me partió el corazón verlo así, tome su mano y la puse sobre mi corazón.
Esto te parece real – me pecho retumbaba frenéticamente.
Si vuelves a alejarte moriré, no podre mas – confeso – tu y nuestro bebe son todo lo que me importa en esta vida, sin ustedes no quiero vivir.
Bese su rostro, todos los lugares que encontré – tendrían que matarnos para alejarnos de ti, jamás podre sepárame de ti, estos meses fueron un infierno – las lagrimas rodaron por mis ojos.
Ahora estamos en el cielo, nuestro cielo personal – intento sonreír.
Quedémonos aquí por siempre – le pedí.
Cuando todo termine, vendremos aquí, seremos una familia – beso mis labios.
Te amo – dije con el corazón en la mano.
Los amo – contesto y volvió a besarme.