Ola Niiñas y Niiños, Bueno x finn Akii, Todas las dudas Aclaradas en este Capiitulo, ya no me odien tanto jeje.
Llegamos a los 500 Votos lo cual me hace muy Feliz de Verdad mil gracias, Sigan Apoyando hasta el final niñas son geniales.
Les tengo una sorpresita en mi pagina de fanfiction, he escrito un one shot, espero de verdad que se pasen a leerlo y les guste, fue escrito con mucho cariño para todos ustedes.
Mi unico y verdadero amor
Votos y Comentarios el aliento que estimula mi creatividad, Los kiero muchisimo Gracias!!
xoxo: LiibiiThaA!
Como poder distinguir un sueño de una pesadilla, según mis experiencias pasadas, los sueños estaban compuestos por momentos felices, en los que puedes compartir con las personas que amas y ellas comparten contigo, un sueño es anhelado y deseados a lo largo de tu vida, porque en el momento en que se realiza se convierte en una realidad, los sueños te permiten volar y hacer cosas que jamás pensaste podías hacer, se roban la amargura y te entregan esperanza.
Entonces lo que estaba viviendo era un pesadilla, una que parecía demasiado real, dolía, escrutaba y removía lo peor de todo a mi alrededor, me alejaba de los sueños y de la felicidad, me golpeaba innumerables veces como si mi cuerpo pudiera seguir aguantándolas; pero incluso hasta la peor de las pesadillas podría ser llevadera si tienes un ángel a tu lado sosteniéndote.
Mi ángel, mi ser perfecto y maravilloso, estaba junto a mí, por lo menos su espíritu y su recuerdo me acompañaban, su cuerpo estaba muy lejos, pero me sentía unida a él, nuestro corazón era uno y un extraño presentimiento me decía que algo mas grande y maravilloso nos unía.
Mi cuerpo parecía suspendido en algún lugar extraño, era como esos sueños en los que te ves a ti mismo desde arriba y mi imagen horrorizaba, parecía un cadáver maltratado, como si una fuerza implacable me hubiese torturado hasta terminar conmigo, y ahí estaba aquel ángel derrotado, llorando a los pies de mi lecho, deseaba tanto decirle que no sufriera, que mi muerte no era merecedora de sus lagrimas, que regresara al cielo junto a los otros querubines y se olvidara de mi desgastada presencia, pero él me aferraba a su pecho como si no me quisiera dejar ir, y yo solo estaba ahí mirando tan dolorosa imagen, muda e incapaz de parar su sufrimiento – “vuela ángel mío y regresa al cielo que te grita anhelante, dale paz a otra alma y nunca vuelvas a amar como me has amado a mi” – cerré los ojos y me deje llevar por la penumbra.
….
Me moví inconscientemente y fue la peor idea que pude haber tenido, un dolor horrible me recorrió desde el cráneo hasta la punta de los pies, quise gritar para mitigar la horrible sensación pero mi garganta estaba seca y rasposa, el dolor continuaba penetrándome poco a poco lo sentidos y busque la fuerza necesaria para abrir los ojos.
La luz me lastimo al instante pero poco a poco me fui adaptando a ella, que hacía en aquella habitación blanca?, el sonido de un aparato atrajo mi atención hacia él, marcaba rayitas y los números subían y bajaban, intente incorporarme pero no pude y otra ola de dolor me traspaso cruelmente, así que me quede donde estaba.
Mi mente intentaba asimilar y recordar algo que me explicara que sucedía, pero el dolor en mi cabeza me impedía pensar con claridad; mire mi cuerpo cubierto de una sábana blanca y me horrorice cuando me percate de mi imagen, una de mis piernas estaba cubierta por un yeso blanco, intente moverla y me arrepentí, una punzada espantosa me hizo respirar pesadamente, la deje de nuevo en su lugar fijándome en los raspones y cortaduras que marcaban mi otra pierna y mis brazos mi espalda dolía de manera monstruosa y me sentí desesperada, que era lo que me había sucedido?.
Un interruptor se encendió en mi mente y las preguntas y los recuerdos vinieron a mí de manera ordenada… estaba en ese lugar que parecía un cuarto de hospital, lastimada grotescamente y nadie estaba a mi lado; mis recuerdos llegaban y me daba imágenes horribles, una persecución, un atroz accidente y mi cuerpo casi sin vida siendo arrastrado hacia alguna parte y después todo se había vuelto negro.
EDWARD… me habría encontrado?, si, seguramente había llegado hasta el accidente y me había traído al hospital, estaría afuera? O en la cafetería?, moría de ganas de verlo, de besar sus suaves labios, de borrar esa mueca de dolor que imaginaba en su rostro, mi ángel, mi amor, como lo necesitaba.
La puerta se abrió e intente incorporarme, pésima idea, ahora si no pude contener el grito de dolor, respire pesadamente intentando controlarme.
Señorita no se levante – la mujer morena, vestida con traje de enfermera se movió hasta mi lugar intentando acomodarme.
Señor… - aclare mi garganta seca y rasposa – señorita donde estoy – pregunte preocupada.
Ella comenzó a mover unos cables y a revisar un suero que estaba en mi muñeca, espere su respuesta pero no me contesto.
Señorita respóndame por favor – suplique – donde esta Edward, dígale que entre, necesito verlo – las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas.
Tranquilícese – dijo seria – no le hará bien alterar se de esa manera, su estado de salud aun es un poco delicado – explico.
Dígame donde estoy, donde esta mi familia, dígales que vengan a verme – intente calmarme pero parecía imposible,
Algo en sus ojos cambio, me miro con lastima y no entendí que sucedía, respiro profundamente y hablo por fin – en un rato vendrá el médico, no se preocupe – y salió sin decir nada más.
Mi corazón aletargado comenzó a palpitar desesperado, algo no estaba bien y por más que quería reprimir los sollozos, salían sin cesar, porque nadie venia a verme?, estaba aterrada y no sabía por qué.
Después de lo que pareció la espera más larga de mi vida la puerta volvió a abrirse, mi corazón latió esperanzado pensando que podría ser mi familia o Edward… si Edward!!!
Una gran figura apareció en el umbral y temblé de miedo que hacia el aquí?, donde estaba realmente?, el era la última persona que desearía ver en este momento, que hacia frente a mí con esa sonrisa cínica?.
Que.. Que haces aquí – pregunte aterrada.
Querida bella, que frio recibimiento – dijo irónicamente – tanto tiempo sin vernos y ni siquiera me preguntas como estoy?, la fama no es buena compañera, se ha llevado tus buenos modales – dijo indignado.
Que demo… ahí – me queje por la punzada de dolor.
Ten cuidado, estas un poco delicada – frunció el ceño – no queremos que se complique tu salud o si? – sonrió.
Donde estoy – pregunte de nuevo.
Donde estés no importa, lo importante es que yo te voy a cuidar – se acerco hasta mi cama.
No te atrevas… - amenace – quiero ver a mi familia – exigí.
Preciosa, me gustaría poder complacerte, pero me temo que será imposible – negó con la cabeza – tu familia está demasiado lejos, al único que tienes es a mi - Dijo orgulloso.
Lejos? – repetí aterrada.
Si, ahora yo soy tu familia – dijo en tono posesivo.
Temblé de pies a cabeza, el debía estar bromeando, no sería posible que no hubiese nadie junto a mí, habría sido capaz de…
La respuesta es sí – dijo descaradamente – yo te seguí en la camioneta negra, no fue fácil debo admitirlo, pero valió la pena todo el tiempo que lo planee – se carcajeo – bueno cuando se cuenta con información necesaria para seguirte los pasos.
En ese momento deje de respirar, pude ver todo con claridad, no había nadie afuera esperando por mí, el lo había logrado, me había acorralado como a un animal y después me había llevado consigo a un lugar que probablemente nunca sabría donde se encontraba, me tenía en sus manos, alejada de todas las personas a las que amaba; cuan cruel podía ser una persona, para llevar una venganza tan lejos, al grado de lastimar física y emocionalmente a una persona.
Que pasa bells, te ha comido la lengua el imbécil de tu guardaespaldas? – pregunto con ironía.
Lo mire asustada, yo no conocía a este ser malévolo, temí por mi vida como nunca antes lo había hecho, y desee que se conformara con el dolor inmenso que me estaba causando y no llevara su odio hasta mi familia, rogué a Dios que no se acercara nunca a Edward, que no buscara la manera de lastimarlo.
Mis ojos estaban llenos de lagrimas, mientras mi corazón se desfragmentaba en cientos de pedazos, era demasiado difícil seguir respirando, y el dolor de mis heridas se acrecentó a un grado de ser insoportable.
Te… lo suplico – solloce.
Oh, no cariño, no llores, me tienes a mi, no necesitas a ese imbécil junto a ti, con mi amor te basta y te sobra – ofreció.
Como puedes… decir que me amas, cuando me has lastimado de esta manera – reclame.
El amor no siempre es un sentimiento bueno – dijo respectivamente.
Te Odioo.. – dije desde el fondo de mi alma.
Se dio la vuelta y me miro lleno de odio – mas te vale que cambies de idea, porque no iras a ninguna parte, nadie podrá encontrarte nunca, me escuchaste! - grito.
Por favor, no, no puedes… - le rogué.
Claro que puedo, así debió de ser desde siempre, debiste estar conmigo toda mi vida, si no me hubieses dejado, si no te hubieses enamorado de ese don nadie, ahora estarías bien – dijo más tranquilo.
Jacob, te lo ruego… para que me quieres aquí si no te amo – solloce y aferre mi mano a mi pecho, un vacio más doloroso que los propios golpes estaba creciendo allí a cada segundo.
Si me amas, en el fondo me sigues amando, solo necesitas tiempo para volver a recordar los sentimientos que nos unía – reí con ironía porque lo menos que sentía era felicidad.
Jamás, jamás te amare – grite.
Eso ya lo veremos, mientras más difícil te pongas , más complicadas serán las cosas para ti, pero ten algo muy claro – señalo con el dedo – una vez pudiste volver a él, pero eso no sucederá, ahora me perteneces y no pienso dejarte ir – sonrió.
No, por favor, no – intente incorporarme pero el dolor me tumbo de nuevo.
Esta por demás que te resistas – se acerco hasta mi, sus facciones cambiaron, cuando extendió su mano hacia mi – si tu fuera cooperativa, las cosas seria más fáciles, podríamos pasarla bastante bien… - un asco terrible me recorrió el cuerpo, jamás podría tener nada con este infeliz.
Lo único que siento por ti es asco – le escupí en la cara.
Sus facciones se contrajeron de coraje – ya lo veremos, nunca te tomaría a la fuerza ni te golpearía porque mi padre me educo para respetar a las mujeres, pero habrán formas más sutiles de infundirte dolor – sonrió – crees que esto duele? – Señalo mi pierna – no conoces el dolor – me estremecí.
Tu padre es un maldito igual que tu – grite llena de coraje.
No te atrevas a insultarlo – reprocho – lo que yo hago es por tu culpa, pero el nada tiene que ver – lo defendió.
De tal palo, tal astilla, de un infeliz solo puede salir otro – levanto los brazos exasperado.
Será mejor que me vaya antes de que cometa una locura – respiro profundamente – pero ten por seguro de que volver, pronto saldrás de aquí y comenzaremos nuestra vida juntos y feliz – dijo sarcástico.
Me buscaran – le grite – soy una persona famosa cuanto crees que tardaran en descubrir que fuiste tú, Edward vendrá por mi y te matara con sus propias manos – lo amenace.
Tu querido Edward… debe de estar en un rincón llorando por ti – se carcajeo. – Bella, que poder tienes sobre los hombres que cuando te vas nos dejas como trapos usados – pregunto.
Yo no deje a Edward – dije son la poca fuerza que me quedaba – jamás lo dejaría, el es el amor de mi vida, el hombre al que más he amado, lo necesito, lo deseo y hagas lo que hagas no podrás arrancarlo de mi corazón – las lagrimas no dejaban de caer, intente ser fuerte pero estaba partida en mil pedazos.
Cállate – al parecer logre exasperarlo – prefiero tenerte callada, a que digas esa sarta de estupideces, podrás amar mucho a tu Edward, pero entiende que no volverás a verlo – tomo una jeringa de su bata y la inyecto en mi suero.
No, no te lo suplico, no me des sedantes – le rogué, no quería perder la voluntad ni la conciencia.
Descansa mi amor – susurro.
Mis ojos empezaron a cerrarse por la pesadez de mis parpados, luche tanto como pude, pero, no era fuerte y no quería serlo, mis adorados ojos verdes me miraron tristes y desolados, su hermosa imagen ocupo mi mente en ese ultimo segundo y lo único que desee fue que no se diera por vencido, que me buscara toda la vida, por que esperaría por el cada segundo de mi existencia.
Desperté otra vez confundida, los sedantes debían ser demasiado fuertes, porque sentía mi cuerpo más pesado que de costumbre y por que el dolor de mis heridas había desaparecido repentinamente, no sabía cuánto tiempo hacia pasado, pero mi corazón estaba muerto y no pretendía obligarlo a latir de nuevo, sin mi ángel ya nada importaba, si no podía tenerlo junto a mí, nada tenía color, ni sentido.
Sentía nauseas y mareo y se empeoraban al estar en este estado de somnolencia, alguien abrió la puerta y no me moleste en mirar siquiera, hasta que me aventaron un papel prácticamente en la cara reaccione.
Como has podido – grito Jacob – esto te va a costar muy caro – me miro con desprecio.
Confundida y asuntada tome la hoja entre mis manos, incapaz de poder entenderle me atreví a hablar.
Que es esto? – pregunte.
Es… es – respiro profundamente – estas embarazada, vas a tener un hijo de ese imbécil – dijo con amargura.
Me quede helada, la presencia de Jacob perdió importancia y lo único que pude hacer fue llevar las manos a mi vientre de manera protectora, mi corazón muerto latió con un ritmo desenfrenado y el dolor de mi pecho fue aliviado totalmente, un hijo… mío y de Edward, el amor que tenia contenido en mi interior me abarco completamente, llevándome a un estado de completa felicidad y al mismo tiempo de terror; estaba embarazada, iba a tener un bebe, creado por mi ángel y por mí, una personita hecha con demasiado amor, un bebe que era el lazo más fuerte que existía, era la mujer más feliz del mundo, tenia dentro de mí a mi más grande amor, al ser más maravilloso que pudiese poseer, desee tanto poder compartir esta felicidad con Edward y las lagrimas cayeron irremediablemente, me deje llevar fantaseando con ese momento, el me hubiese tomado en brazos y me hubiera dicho cuanto me amaba, y cuanto amaba y anhelaba a nuestro bebe, que era el hombre más feliz del mundo y que formaríamos una hermosa familia…
Pero al volver a mi realidad estaba en esta cama con una pierna rota, indefensa e imposibilitada, lo único que protegía a mi bebe de esta terrible realidad era mi vientre y mi amor, daría mi vida por el y lo protegería contra Jacob, no permitiría que le hicieran daño, porque era mío y lo defendería como una fiera.
Como esta mi bebe? – pregunte preocupada, no sabía si el accidente lo había dañado.
Al parecer bien – dijo serio.
Mi bebe… - susurre mientras acariciaba mi abdomen plano, sabía que estaba ahí con eso bastaba.
Ta hace tanta ilusión? – Pregunto amargamente – que hubiese dicho Edward si se hubiese enterado ayer que lo vi – dijo en tono burlón.
Gire la vista hacia el inmediatamente – Edward… tu lo viste? – mi corazón dio un salto.
Si – sonrió – vino con la policía, al parecer era sospechoso de tu desaparición – me guiño un ojo – pero ellos no contaban con mis planes, no deje ningún cabo suelto, nada me inculpa bells, la policía me creyó y lo alejaron lo suficiente de aquí – el gozo de sus palabras me dio asco.
Edward había estado cerca de mí y de nuestro bebe, nos estaba buscando y ahora que creían en la inocencia de Jacob, disminuían mis posibilidades de estar con el de nuevo.
Si pudieras haber visto su cara bella, nunca había visto a un hombre tan destrozado, logre mi cometido – sonrió – ahora el cree que no tengo nada que ver con tu secuestro y sufrirá aun mas, porque nunca te encontrara, ni recibirá noticias tuyas – mi pecho se contrajo de dolor.
Iba a discutir con él, pero no podía ser tan inconsciente como para poner en peligro la vida de mi bebe, de ahora en adelante me tragaría mi dolor y trataría de hacer todo lo que Jacob quisiera, tenía que proteger a mi pedacito de Edward, era lo más importante, no importaba lo que costara.
Al ver que no contestaba enarco una ceja – te traerán la comida en unos minutos, mas te vale que comas todo – amenazo.
Asentí lentamente, mientras él se iba: la enfermera llego con una charola y la puso frente a mí, mire todo con asco, pero me esforcé por comérmelo todo, tenía que alimentarme bien si quería que mi bebito creciera fuerte y saludable, ya nada importaba, ni esta opresión en el pecho, ni este sentimiento de añoranza, de soledad, todo parecía carente de importancia frente a él.
Marzo…
Abril…
Mayo…
Los meses habían pasado sin poder evitarlo, lo sabía porque dentro de mi encierro podía ver de vez en cuando los periódicos o escuchar la radio, la noticia de mi secuestro era bastante sonada, debido a la fama que tenia, pero ni así alguien había podido encontrarme.
Mi corazón se estremecía y las lágrimas no dudaban en salir cada vez que pensaba en mi familia…
Ángela mi mejor amiga, la más leal de todas, extrañaba poder contarle todo lo que me pasaba, lo que sufría, mi padre, ese hombre que me había criado solo y me había dado todo el amor del mundo, estaba tan preocupada por su salud, no podía existir una manera de que tomara con calma mi desaparición, mi madre y Ariadna, la vida me las había regalado muy poco tiempo, las quería demasiado y me dolía no poder estar con ellas, mi madre, apenas había podido arreglar las cosas con ella, estaba empezando a disfrutar de su amor, de su compañía y mi hermanita, a la que le quería dar tantas cosas y ahora resultaba imposible.
Edward… lo extrañaba tanto, recordaba el tiempo que habíamos pasado separados hacia ya mucho tiempo y no era nada comparado con esto, en aquel momento sabia que él estaba decepcionado, pero podía seguir con su vida tal y como lo hiso, pero ahora, no podía imaginar su desesperación e impotencia al no saber como estaba, el me amaba y estaba segura de eso, y si estuviéramos en casos contrarios yo estaría loca de la angustia imaginándome lo peor.
Acaricie mi vientre, un pequeño bulto sobresalía de él, no pude detener las lagrimas que rodaron por mis mejillas, por lo menos mi pequeño pateador estaba bien, estaba vivo dentro de mí y me daba las fuerzas para continuar de pie, para imaginar un futuro donde Edward y yo formaríamos una familia feliz y llena de amor, cada noche me concentraba pensando en cómo sería sentir su mantas entre las mías, su pequeño y cálido cuerpecito contra el mío.
A veces estar en una jaula de cristal aminoraba las cosas, mi pierna estaba casi como antes solo tenía que llevar una venda y podía moverme con mayor facilidad por esta habitación lujosa, pero al final de cuentas seguía siendo una jaula, no importaba cuantas comodidades pudiese tener en este lugar, al final de cuentas estaba encerrada sin poder compartir la felicidad de tener a mi pequeñito dentro, como deseaba que Edward lo supiera y luchara el doble de lo que debía estarlo haciendo, como no podía saber que era Jacob quien la mantenía presa en aquel lugar, porque se había dado por vencida tan pronto?.
Jacob se encargaba de que comiera tres veces al día, que tuviera ropa y una habitación llena de lujos, pero no podía dejar de odiarlo por haber destrozado mi vida de esta manera y lastimar sin piedad a Edward y a mi familia, como no podía entender que el amor no se puede obtener a la fuerza, ni obligándome a estar aquí, el amor se gana con detalles, con palabras lindas y actos, tal y como mi ángel lo había hecho desde el principio, me había hechizado con esa manera suya de ser, siempre lindo, tierno y amoroso, un caballero de los que no existían, un hombre maravilloso.
Levante la vista cuando escuche la puerta abrirse, Jacob entro con ese aire despreocupado y sonriendo, los primeros días había estado aterrada imaginando que él me forzaría a ser suya, pero gracias al cielo se conformaba con venir todos los días a recordarme lo miserable que era y que ni soñara con salir un día de este lugar, yo solo agachaba la mirada centrándome en mi bebe, no permitiendo que me lastimara más de lo que ya lo había hecho.
Como estas querida bells? – pregunto sarcástico.
Como quieres que este? – pregunte, mi voz sonaba vacía sin sentido.
Creí que desde que sabias lo de tu bastardo estabas rebosante de felicidad – lo mire llena de odio.
No te atrevas a llamar bastardo a mi bebe – lo amenace – el tiene un padre y una familia que lo amara cuando sepan de su existencia.
Enarco una ceja – que buena idea cariño – sonrió ampliamente – creo que sería buen momento de que lo supieran – lo mire asustada.
Que vas a hacer – dije alterada.
Que sentiría Edward si supiera que estas embarazada? – Pregunto – imagina su desesperación al no saber nada de ti y enterarse que su pequeño bastardo crece dentro de ti – dijo con voz amarga.
No, por favor no! – suplique, no quería ni pensar en el dolor que sentiría mi ángel al enterarse bajo esas circunstancias, la impotencia de tenerlos lejos y no poder hacer nada – Jacob… por lo que más quieras… - dije entre sollozos.
Lo que más quiero eres tú, y no estás dispuesta a cooperar – comenzó a acercarse a mí y me aleje instintivamente, su presencia me repudiaba – lo ves?, parece que no valoras la vida de tu bebe – amenazo.
De qué.. Hablas…
Que te hace pensar que cuando nazca el pequeño bastardo, no te lo arrebatare de las manos – abrase mi vientre aterrada, la simple idea me estrujo de dolor.
No, no!! – grite – primero muerta, me escuchaste! Jamás te acercaras mi bebe – lo amenace.
Ya lo veremos – dijo y salió de la habitación cerrando de nuevo con llave.
Jacob!! Déjame ir – grite histérica dejado correr las lagrimas por mis ojos.
Me deje caer sobre la cama hecha un ovillo sollozando, con el hueco de mi pecho supurando intensamente – per…dóname mi cosita preciosa, pero no puedo más con todo esto – susurre mientras acaricia mi pequeño bulto.
Mi ángel sabría que nuestro bebe venia en camino, la maldad de Jacob era tan grande como para torturarlo de esa manera, quería tenerlo junto a mí, que sus suaves manos acariciaran mi vientre, mientras me dormía en sus fuertes brazos, susurrándome palabras de amor y sintiéndome plena y feliz.
Pronto mi bebe, papa pronto vendrá por nosotros – dije esperanzada.
Seria fuerte, porque mi bebe me necesitaba, solo me tenía a mi por ahora, y no importada cuan ruin fuese Jacob Black conmigo, afrontaría cualquier cosa.
|