Ambos nos miramos y nos sonreímos. Edward me cogió con sus manos mi cintura y me arrimó más a él. Con su mano, cogió mi cara y me besó mis labios, pero esta vez fue diferente, fue más apasionadamente, más rápido. Yo sabía lo que quería, y yo también. Nuestras respiraciones se volvieron más aceleradas, hasta que separamos nuestros labios para poder respirar. Entonces fue cuando él me alzó y me tumbó en la cama, justo debajo de él.
-Te quiero- me susurró al oído y comenzó a desabrochar mi blusa hasta quedarme en sujetador.
-Y yo a ti- le dije desabrochándole la camisa mientras él me besaba mis pechos. Gemí de placer, pues me quitó el sujetador y me lamió los pezones succionándolos. Él me ayudó a quitarme el pantalón. Me quedé solo con el tanga puesto. Seguimos besándonos y gimiendo. Comenzó a lamerme el cuello y el lóbulo de la oreja haciéndome sentir mucho placer. Le desabroché el pantalón y se lo quité, quedando sólo con sus boxers de color blanco encima de mí.
-Edward, hazme tuya- le dije con la voz entrecortada. Por fin me quitó el tanga y me quedé desnuda debajo de él.
-Perfecta- me dijo mirándome de arriba abajo y volviéndome a besar desesperadamente. Al fin, él se quitó su boxer quedando completamente desnudo ante mis ojos.
-Bella- me dijo gimiendo. Noté su erección, lo cual nos produjo mucho placer a ambos.- Te voy a hacer el amor como nadie te lo ha hecho hasta ahora- me dijo susurrándome al oído. Yo abrí mis piernas. Necesitaba sentirle dentro de mí. Él cogió su miembro y me lo penetró, haciéndome gemir muy alto. Comenzó a moverse dentro de mí mientras gritaba mi nombre en mi oreja, lo que me excitó mucho más.
-BELLA- gimió- BELLA- volvió a gemir, produciéndome un gran escalofrío por todo mi cuerpo.
-EDWARD- grité. Se movía dentro de mí, cada vez más rápido- EDWARD, EDWARD- no podía parar de gritar su nombre, lo cual a él le excitaba mucho.
-Eres mía- me decía con la respiración entrecortada besándome el cuello. Ambos nos seguimos moviendo hasta alcanzar el orgasmo. Nos quedamos tumbados intentando recobrar la respiración, y caí en un profundo sueño abrazada a él.
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