Niiñas Aki El segundo Capiitulo, fue tan lindo escribirlo, sin duda uno de mis capitulos favoritos, espero que de igual modo a ustedes les encante, por favor si les gusta, demuestrenmelo con sus votos y comentarios, saben que son el motor que me inspira a seguir!!

kienes leen mi Otro Fiic, tambiien dejen su apoyo por ahi, la historia se pondra mejor, se los aseguro!! y kienes no se han pasado por ahi se lo recomiendo tambien! bodas por encargo!

  Ariadna estaba sentada en el porche, me agache y me senté junto a ella.

Hola bonita – susurre.

Hola – sonrío.

Edward… tu me dirás que sucede? – pregunto.

Eso depende de lo que quieras saber – respondí.

Mm...… que hacen realmente a qui? – dijo curiosa.

Bueno, tu mami y bella tienen algunas cosas de que hablar – intente sonar convincente.

Si, eso ya lo se pero… de donde se conocen – insistió.

Pronto lo sabrás, no te desesperes, veras que todo es por algo y se que te ara muy feliz – la anime.

Eso espero, es irreal que bella este aquí – sonrío – uno no espera todos los días, que tu cantante favorita toque a tu puerta – tomo su rostro entre sus manos.

Que es lo que mas admiras de bella? – pregunte.

Todo, ella es tan talentosa y hermosa, además siempre luce contenta y amable con los medios, tiene una manera muy peculiar de ver la vida y ayuda a quienes menos tienen – hablaba ilusionada.

Lo se – dije distraído – bella es… perfecta, no hay una persona mas maravillosa que ella – suspire.

Comenzó a reírse – estas muy enamorado de ella verdad? – pregunto.

Si, la amo muchísimo – no era ningún secreto.

Y ella también te ama muchísimo, se nota en sus ojos, ella te mira de una manera especial – sonreí ampliamente.

Lo se, y tu, debes de tener a muchos jovencitos detrás de ti – la moleste.

Yo, no – se sonrojo – mi amigo Alec dice que me quiere, pero… - la mire fijamente.

El… no te gusta? – pregunte.

No lo se – dijo contrariada.

Que sientes cuando el esta cerca? – pregunte.

Pues… cuando me toma la mano me pongo nerviosa y me sudan las manos, y cuando se acerca a mi me alejo asustada, el es muy guapo, tiene 18 años es mayor que yo, no imagino como se puede fijar en una niña como yo – agacho la mirada.

OH, ya veo, el te gusta mucho, pero eres muy insegura – le dije -  vaya que te pareces a bella – susurre.

Que? – negué.

No debes tener miedo, eres muy hermosa y tienes un gran corazón, Alec seria un tonto si no te pretendiera – le guiñe un ojo.

Es que, tengo miedo de no ser lo que el espera – dijo insegura.

En las relaciones a veces ahí diferencias, pero cuando dos personas se quieren todo se puede superar, solo debes ser sincera con el – ella sonrío.

Gracias Edward, pero mi padre no me dejaría salir con el, dice que es un don nadie, que cuando me fije en alguien debe tener que ofrecerme – frunció el ceño.

Tu padre tiene una manera de pensar muy peculiar, pero no creo que este bien, de nada sirve estar con una persona a la que no se quiere  - dije sinceramente.

Me alegra que bella te tenga a ti, eres un buen hombre – palmeo mi hombro.

Su padre puso una silla en el patio y comenzó a fumar un puro y beber una cerveza, este tipo no me daba buena espina, me sentía responsable de cuidar a Ariadna y a la señora Renne, hablaría con eso de bella, solo esperaba que todo saliera bien.

La noche fue cayendo, Ariadna y yo seguíamos platicando de trivialidades, le conté un poco sobre mi historia con bella y mi familia, ella me platico sobre sus gusto y sus amigos de la escuela, era una jovencita muy dulce, me recordaba mucho a bella.

Se abrió la puerta y bella salio tomada de la mano de su madre, respire tranquilamente, todo había salido bien, la mire fijamente y sonreí con verdadera felicidad, ella correspondió con una hermosa sonrisa y caminaron hacia nosotros, soltó la mano de su madre y me abraso, rodee su cintura con mis brazos fuertemente.

Que hermosa imagen – susurre en su oído.

Soy tan feliz – contesto.

Yo también – bese su mejilla.

Se separo de mi y miro a su madre que sonreía – el es Edward – me presento.

Ella me abraso dulcemente - es un placer joven – dijo con voz suave.

El placer es todo mío, quería conocerla -  conteste.

Ya me dirán de donde se conocen – pregunto Ariadna.

Te lo explicare mas tarde hija, ahora bella ya se va – ella frunció el ceño.

Volverás – le pregunto rápidamente.

Claro que si, tu y yo tenemos mucho que platicar – acaricio su mejilla.

Renne quiero cenar – grito el imbesil de su esposo entrando a su casa.

Adiós – bella abrasó  su madre y le susurro algo que no alcance a escuchar.

Ella le respondió en susurro también, me despedí de ambas y subimos a mi auto, una lagrima rodó por su mejilla cuando se despedía de su madre y su hermana através del cristal.

Conduje sin dirección solo estaba pendiente de bella, ella no hablaba, no decía nada, me estaba volviendo loco, detuve el auto en una acotación a las afueras de la ciudad, me miro fijamente, seguramente notaba mi ansiedad.

Bella, por favor cuéntame que paso, casi me quedo sin uñas amor – señale mis manos, ella comenzó a reírse.

Ven aquí – me llamo.

Me acerque a ella y rodeo mi cuello con sus manos – me has dado el regalo mas importante que he recibido en mi vida – comenzó a acariciar mi cuello, sus dedos dejaban toque eléctricos en mi piel.

Tu me regalaste tu amor, no hay manera de corresponder a eso – susurre cerca de sus labios, la deseaba demasiado.

Si lo hay – dijo seductoramente.

Jalo de mi cuello y estampo sus labios contra los míos, la había añorado toda la tarde entre tantas emociones, su aliento dulce y calido, que me perforaba los sentidos, abrace su cintura pegándola mas a mi, sintiendo su pecho pegado al mío, el calor comenzó a invadirme de una manera casi insoportable, ella movió sus manos hacia mi espalda y comenzó a acariciarme encima de la camisa, aun así temblaba bajo sus caricias.

Baje mis labios hacia su cuello, lamiendo y probando su suave y tersa piel, la sentí estremecerse ante mis besos y recorrí su espalda con mis manos, no podía dejar de probarla, su olor me estaba embriagando hasta la locura.

Edward – susurro.

Amor, te deseo, mucho – murmure contra su cuello.

Yo también te deseo, te necesito – gimió.

La bese desesperadamente, el deseo que sentía por ella era mas fuerte que cualquier pensamiento coherente, con dificultad llevo sus manos a los botones de mi camisa, un interruptor en mi cabeza sonó, esto era especial, habían muchos sentimientos encontrados, quería hacer sentir bien a mi diosa, quería disfrutarla y hacerla disfrutar de cada segundo, y en mi auto no podría hacerlo.

Bella – me separe de ella, nuestras respiraciones eran irregulares – aquí no mi amor – susurre.

Edward, por favor, yo… - puse un dedo sobre sus labios.

Quiero amarte toda la noche, quiero disfrutarte – susurre muy cerca de su rostro.

Sonrío de esa manera tan seductora que me enloquecía – eso ya lo veremos – se acerco hasta que sus labios atraparon el lóbulo de mi oreja, no pude evitar gruñir – esta noche es tuya amor – susurro en mi oído.

Trague en seco, bella quería volverme loco definitivamente y lo lograría fácilmente, la mire embodado con su belleza, no podría ser mas perfecta.

La bese suavemente y arranque como un loco hasta mi departamento al que nunca habíamos ido juntos, durante el camino bella no dejaba de besar mi cuello y acariciar mis brazos y mi pecho, no media en el peligro que nos ponía, casi no tenia cordura para conducir, solo pensaba en sus manos sobre mi cuerpo.

Llegamos y entre al estacionamiento, la atraje a mis brazos besándola suavemente, acariciando su espalda y su cadera, ella gemía en mi boca, y metía sus manos debajo de mi camisa, su urgencia me volvía loca.

Me separe de ella a la fuerza y baje casi corriendo, abrí su puerta y la saque en brazos.

Donde estamos? – pregunto emocionada.

Bese su cuello – este es mi departamento – susurre contra su piel, mientras comenzaba a caminar hacia los elevadores.

Por que nunca me habías traído a qui? – hizo un puchero de lo mas hermoso.

Perdón mi amor, pero quería traerte en una ocasión muy especial – mordí su labio inferior.

Mmm… especial – murmuro contra mis labios.

Pulse el botón del elevador y nos seguimos besando suave e intensamente, mi lengua no dudo en acariciar la suya ni por un momento, mis manos quemaban por su piel y el calor que se centraba en mi miembro era casi insoportable.

Bella comenzó a liberar los botones de mi camisa, mientras metía una de mis manos debajo de su delgada blusa, su plano y suave abdomen tembló ante mis caricias, recorrí cada centímetro de el hasta que llegue a sus pechos, gimió de manera audible cuando sintió mis manos acariciarla por encima de su sostén.

Shhu, te van a escuchar los vecinos – bromee.

Es… tu culpa – intento decirme.

Yo no estoy asiendo nada – apreté suavemente su pecho.

Engreído - gimió

La bese nuevamente esta vez de manera mas fiera, cada segundo me sentía mas desesperado, mas hambriento de ella, de su calor, el elevador se abrió y la saque en mis brazos, mi camisa estaba completamente desabotonada y su blusa solo cubría sus pechos, tome mis llaves y abrí la puerta como pude, bella maniobro de tal modo que sus piernas rodearon mi cintura, la pegue contra la pared presionándome contra su cuerpo, quería que sintiera mi marcada erección, como mi cuerpo reaccionaba ante ella, la fricción era deliciosa sentía mi cuerpo en llamas.

Edward, por favor… - cerro los ojos, el placer que denotaba su rostro me hizo estremecerme.

La lleve cargada hasta la habitación, me quede con ella al pie de la cama, acaricio mi pecho con sus manos, delineando mi abdomen, tiro de mi camisa y la lanzo al piso, me encantaba esa parte de ella, esa seguridad que desprendía, se sostuvo de mis hombros y saque su blusa encima de sus brazos, la imagen se sus pechos con ese sostén negro, solo se veía opacada por sus pechos desnudos.

Bese su cuello desesperadamente y mi nariz acaricio sus pechos, sus jadeos eran cada vez mas audibles, bella se restregó contra mi, tuve que cerrar los ojos para contenerme, era demasiado placer para ser cierto.

La mire fijamente, sus mejillas estaban sonrosadas – estas siendo muy traviesa – la acuse.

Te molesta – dijo dulcemente.

Me encanta – respondí – pero ahora es mi turno – sonreí malévolamente.

Hizo una cara fingida de miedo y sonreí, la tome por la cintura y la arroje sobre la cama, ella intento incorporarse jadeante, sorprendida, me acerque a ella como un león que acecha a su presa, una presa demasiado apetecible, comencé a acariciar sus piernas por encima de sus jeans, ella cerro los ojos disfrutando mis caricias, subí hasta llegar al botón de sus jeans, lo desabroche, bese su abdomen y jugué con su ombligo, bella se reía tontamente.

La mire fijamente – esto debería provocarte, no hacerte reír – fingí indignación.

Mmm… lo excitante debería ser divertido – susurro.

Continúe besándola, mientras bajaba sus jeans, acariciando sus largas y perfectas piernas, dejándola solo con esa diminuta ropa interior, me atrajo a sus brazos y me beso intensamente, acariciando mi lengua, sus manos acariciaban mi espalda, desabroche la parte trasera de su sostén y se lo quite, dejando sus hermosos pechos desnudos ante mis ojos, los acaricie con mis manos y después los saboree con mis labios, bella se retorcía ansiosa entre mis bracos, bajo su mano hasta mi pantalón y lo desabrocho rápidamente, mi niña no estaba para juegos, me lo decían la urgencia de sus manos, bajo mi cierre rozándome intencionalmente.

Bellaa.. – gemí fuerte.

Beso mi cuello y el lóbulo de mi oreja mientras metía su mano en mi pantalones, la mire fijamente, sonrío maliciosamente, su suave mano me estaba tocando, algo que nunca había hecho, se sentía tan bien, las caricias que me daba me llevaban cada ves mas cerca del borde, ya no era calor lo que sentía, era un infierno, subía y bajaba su mano sobre mi erección, yo solo podía gemir y disfrutar de las sensaciones que me invadían, habían sido tantos los momento en lo que había soñado que bella me tocara y ahora estaba perdido.

Bella, por favor, ya no… puedo – gemí sobre su hombro.

Detuvo sus caricias y me miro apasionadamente, la bese sin piedad, probándola, disfrutándola a cada segundo, tragándome su aliento y sus gemidos, baje mi pantalón junto con mis boxer, se sentía tan bien liberar mi excitación, mis manos recorrieron cada centímetro de su cuerpo, deleitándome con su suave piel.

Le quite su ropa interior, dejándola desnuda frente a mis ojos, retorciéndome de placer ante su imagen, nunca me acostumbraría a tal perfección, sus ojos chocolate me miraban con intensidad, suplicantes.

Te amo bella, te amo tanto – la bese suavemente y sin poder soportarlo mas me hundí en ella.

Un gruñido casi animal salio de mi pecho acompañado del gemido mas sensual que había escuchado, su calor me invadió de una manera abrasadora, el placer fue tanto que sentí mi piernas fallar, amaba a esta creatura divina, la adoraba.

Comencé a moverme dentro de ella sin dejar de besarla, era la sensación mas exquisita que existía en el mundo, tapar sus gemidos con mis labios, mientras nos volvíamos uno solo.

Be…lla, dios, eres tan perfecta – dije como pude.

Sus manos se enterraban en mi espalda – Edward, te amo – dijo jadeante.

Dime, que quiere mi amor – necesitaba escucharlo.

Edward…Mas por…favor – suplico.

Lo que desees mi diosa – murmure contra su hombro.

Me moví de forma desenfrenada, ya no podía evitar gemir intensamente, bella cerro sus ojos, su rostro me decía cuanto lo disfrutaba, que ella también estaba cerca de llegar al cielo conmigo, atrae sus labios entre los míos, en un beso sensual y salvaje, nuestras lenguas tenían una batalla campal dentro de su boca.

Un par de movimientos mas y llegamos juntos al cielo, libere todo mi placer dentro de su cuerpo, su cuerpo convulsiono entre mis brazos y la sostuve firmemente, no dejando ni un centímetro de distancia entre nosotros.

Caí sobre su cuerpo perfecto, nuestras reparaciones eran frenéticas, sus suaves brazos enrollaron mi cintura evitando que me alejara, algo que desde luego no tenia pensado hacer, nos gire, dejándola encima de mi pecho, la abrace por la cintura mientras nos calmábamos un poco, bese su cabello delicadamente, mi amor estaba entre mis brazos, habíamos hecho el amor de la manera mas perfecta.

Edward, este día fue muy difícil, pero nunca imagine una manera más perfecta de terminarlo – dejo leves besos sobre mi pecho.

Lo se, aunque si por las noches te tendré así – apreté su cintura - enfrentaría cualquier dificultad – dije casi hipnotizado mirándola.

Te amo, no sabes cuantas cosas quiero contarte – se removió intranquila -  pero ahora no quiero arruinar este momento – se acurrucó en mi pecho.

Te amo – dije con el alma - puedes contarme lo que quieras mañana, o pasado, recuerda que tenemos toda la vida – dije ilusionado.

Toda la vida – una sonrisa hermosa se plasmo en sus labios.

Tenia antas ganas de atraerla hacia mi y hacerla mía de nuevo, mi cuerpo aun la deseaba, estaba reaccionando de nuevo al tenerla tan cerca de mi, pero sus ojos se cerraban inconcientemente y sus labios formaban es hermoso pucherito que reconocía tanto.

Descansa mi amor – tome una manta y nos cubrí con ella, apreté mas a bella contra mi cuerpo.

Sus ojos se cerraron y poco a poco su respiración se fue haciendo mas acompasada, me deleite con su belleza, el cansancio me invadía después de esta apasionada noche, cerré los ojos y hasta mi ultimo segundo de conciencia sabia que estaba realmente seguro de tres cosas.

La primera, Amaba a bella, mas que a nada y mas que a nadie.

La segunda, Ella me amaba de la misma manera, incondicionalmente,

Y la tercera, quería pasar el resto de mi vida junto a ella y la haría mi esposa al precio que fuera.