Ola A todos, Lamento No aber Acualizado Recientemente, he Tendo Serio problemas de Salud, que me Han impedido estar ki con ustedes, pero aki estoi fiel como siempre, dejandoles todo mi cariño.

Gracias por su apoyo incondicional, sabes es es mi fundamente para continuar...

Estoi aki con una nueva propuesta, mi nuevo fic, esta aqui en sala cullen y es muy especia para mi poder publicarlo.

ustedes han sido mas que maravillosos con este fic, y espero su apoyo con el otro tambien.

se llama: BODAS POR ENCARGO(+18)

SINOPSIS: Todas las mujeres sueñan con el día de su boda, todas menos Isabella Swan; después de tantas bodas un sentimiento de vacío se ha plantado en su corazón, aunque nunca se abia casado, para ella dejo de ser un sueño, se convirtió solo en un trabajo, ¿Quien es ella?... La organizadora de bodas más prestigiada de la ciudad.

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=268&id_capitulo=0

eS UNA HISTORIIA PRA LA QUE TENGO GRANDES IDEAS, espero apoyen este nuevo proyecto y que sea de su agrado.

niñas... votos y comentarios me estimulan a segiir adelante, aki nos falta mucho todaviia, muchas situaciones les esperan a edward y a bella en el futuro, pronto estare aqui de nuevo con ustede. los adoro: LiiBiiThaA!

Te amo – contesto.

Tocaron a la puerta cuando estábamos apunto de besarnos, sacándonos completamente de nuestras burbuja, nos separamos un poco sobresaltados, odie al interruptor en ese momento.

Edward me miro tiernamente, aun así parecía molesto – solo será un momento – murmuro – no pude evitar sonreír.

Adelante – grito mientras me tomaba las manos.

Abrieron la puerta y casi me voy de espaldas.

Isabella… digo bella, tenemos que discutir esto no es…. – Mike entro ablando rápidamente, hasta que se percato de la presencia de Edward en el lugar.

Edward se puso de pie inmediatamente, interponiéndose entre Mike y yo, la mirada que le dedico fue mas que de odio.

Que hace el aquí? – pregunto Mike molesto.

Bella, no tiene que darte explicaciones, la pregunta aquí es… que haces tu aquí – contesto Edward molesto.

Sentí temor en ese momento, aun recordaba el enfrentamiento que habían tenido hacia apenas unos meses, tendría que ser yo siempre la manzana de la discordia?.

Yo he venido a hablar con ella – me miro – tenemos asuntos pendientes – dijo burlonamente.

Edward dio un paso y lo jale inmediatamente del brazo – Mike tu y yo no tenemos nada de que halar, no se por que nos has seguido hasta aquí, pero lo mejor es que te vayas – dije seriamente.

Que pasa, el perro fiel te defenderá otra ves – contesto Mike.

Todo paso demasiado rápido, antes de que pudiera notarlo siquiera Mike ya estaba en el suelo, y Edward tenia su puño extendido.

Jamás!, escúchalo, JAMAS, te vuelvas a acercar a mi mujer – grito Edward exasperado.

Mike se levanto como pudo, sentí terror, no quería que mi ángel sufriera ni un rasguño.

Tu mujer? – la cara de Mike no tenia precio, lucia totalmente desenfocado – de que hablas? – grito.

Lo que estas escuchando – intervine por primera vez, ya era tiempo de terminar con esto – Edward y yo nos amamos, estamos juntos y quiero que me dejes en paz – grite.

Se quedo unos momentos en silencio, esperaba pudiese entender que nada pasara jamás entre nosotros.

Ya veo bella, no eres nada tonta – rió – sabes exactamente las cifras de la fortuna de los Cullen, aunque me decepcionas, yo te pude ofrecer mas – sentí una llamarada de odio, pero Edward respondió antes que yo.

Retráctate basura – Edward lo tomo por el cuello – no te atrevas a hablar mal de ella – le grito.

Continúa Edward, la demanda cada vez tiene mas cabos – dijo Mike burlonamente.

Eres un cobarde – grito Edward apretando su agarre.

Edward, por favor no – solloce mientras tomaba su brazo – no vale la pena – el me miro fijamente.

Mike aprovecho la distracción de Edward y le propino un golpe en la mejilla, liberándose de su agarre.

Camine inmediatamente junto a mi ángel, tenia la mejilla roja, y estaba apunto de contraatacar.

Mi amor – acaricie su mejilla – por favor – dije entre sollozos.

La mirada de Edward se aclaro un poco, respiro profundamente.

Es mejor que te largues – le grito a Mike.

Tienes razón, quédate con ella, hay mejores – dijo mientras salía.

Edward se quedo estático con los puños cerrados, me acerque lentamente a el, lo tome de las manos y poco a poco fue aflojando la presión de sus puños, me miro fijamente, sentí un apretón en el corazón cuando lo mire, se veía tan lindo y a la vez indefenso, su mejilla tenia una marca roja, seguramente se convertiría en un moretón.

Bella… lamento lo que dijo de ti yo… - puse un dedo en sus labios.

No digas nada Edward, gracias por defenderme – acaricie su mejilla, roja.

Nadie volverá a decir nada malo de ti amor, yo estoy aquí para protegerte siempre mi niña – quería llorar, Edward era tierno y maravilloso, yo lo amaba demasiado.

Rodee su cintura con mis brazos, el me atrajo a su pecho, me abraso fuerte y besaba mis cabellos.

Ya no quiero que hablemos de el, ni de nadie amor – lo mire fijamente – solo quiero pensar en ti y en mi, en que estamos juntos – sonreí.

Me regaño una hermosa sonrisa y acerco sus dulces labios a los míos.

Sus manos recorrían suavemente mi espalda, mientras sus labios se adueñaban de los míos, eran dulces, suaves y delicioso, un estremecimiento me recorrió todo el cuerpo y desee mas en ese momento; enrede mis manos en su cuello jalándolo mas cerca de mi, esta necesidad terminaría por matarme si no no tenia mas cerca a Edward.

Nos movimos inconcientemente cayendo al sillón, Edward quedo encima mío y se separo levemente de mi, el deseo permanecía impregnado en sus ojos, se me hizo un nudo en el estomago solo de verlo.

Bella, aquí no – susurro.

Pero Edward… yo – lo necesitaba demasiado.

Ven – se levanto y me tomo de la mano – vamos a otro lugar – bufe, pero tome su mano.

Salimos caminando de la habitación, nos condujo entre un sinfín de personas, hacia un área mas alejada del club, nos mirábamos de ves en cuanto y sonreíamos, era demasiado feliz en este momento, nada podría opacar este momento.

Llegamos a un área, la parte mas alejada de todas, había una especie de cabañas, me emocione solo de pensar en la idea.

Edward saco una llave de su bolsa y abrió, dentro era todo un sueño, habían flores por todos lados y globos con letreros lindos como, “te amo”, “te extraño” y otras cosas, la cama estaba llena de pétalos de rosas, una lagrima se me escapo inconcientemente, todo era tan hermoso.

Que pasa amor, por que lloras – pregunto preocupado.

Estoy feliz, todo es hermoso – sonreí – desde cuando tenias planeado esto – enarque una ceja – tan seguro estaba de que volveríamos? – bromee.

Me tomo por la cintura – cruce el mundo para venir hasta ti, no aceptaría una negativa de tu parte – contesto – te robaría si fuese necesario – susurro en mi oído.

Edward, dime que es real, que esto es real – me abrace a su pecho.

Te lo demostrare – dijo seductoramente.

Sus ojos me recorrieron con deseo, ese deseo que me hacia temblar y anhelarlo mas, nunca tendría suficiente de mi ángel, era mi droga y a la vez la cura de cualquier dolor.

Sus manos recorrieron mi rostro, dejando suaves caricias por todas partes, solo cerré los ojos disfrutando cada rose, cada sensación; bajaron codiciosas por mi cuerpo, buscando el cierre de mi vestido, el cual encontró fácilmente, solo sentí la tela deslizarse por mi cuerpo y caer al piso.

Eres tan hermosa, perfecta – sus labios están en mi cuello, dejando besos y mordiendo levemente la piel sensible, intentaba reprimir los gemidos que escapaban de mi boca, pero quería sentir completamente, dejarme llevar.

Tome su rostro entre mis manos, devorando sus labios impacientemente, necesitaba sus besos, su aliento; metió su lengua en mi boca rozando ferozmente la mía, mientras sus manos, mas suaves que la ceda acariciaban mi cintura, y subían hasta la orilla de mi sostén.

Metí mis manos debajo de su camisa y comencé a acariciar su marcado y perfecto abdomen, lo sentía temblar ante mis caricias, me separe levemente de el.

Que pasa? – susurre contra sus labios.

Es que… me vuelves loco, no dejes de acariciarme – dijo mientras volvía a besarme apasionadamente.

Desabotone su camisa mientras seguía dejando suaves caricias sobre su pecho, lo mire y fue la escena mas hermosa del mundo, mi ángel cerraba sus ojos, mientras gemía bajito, el pacer que denotaba su rostro, era suficiente para llevarme al cielo.

Quite su cinturón y desabotone su pantalón; cuando estaba bajando su cierre, roce su marcada erección, Edward emitió un gruñido, me encantaba sentirlo reaccionar ante nuestras caricias, saber que yo era la única mujer que provocaba que este ángel gimiera y temblara ante mis caricias, casi podía sentir la sonrisa plasmada en mi rostro.

Disfrutas haciéndome sufrir? – pregunto.

Puse cara de inocente – no se de que hablas – conteste.

Enarco una ceja – ahora veras – me jalo contra su cuerpo.

Me beso apasionadamente, mientras caminábamos hacia la gran cama blanca, me recostó sobre la cama y el se quedo parado frente a mi, mirándome fijamente.

Ven  - extendí mi mano.

No, ahora es mi turno – dijo malévolamente, me estremecí ante sus palabras.

Se quito el pantalón, llevándose de paso su boxer, no podía despegar mi vista de su cuerpo celestial, era tan perfecto, hermoso y era mío, solo mío...

Ves algo que te guste? – pregunto, tonto sexy

Todo – admití

Rió orgulloso – es solo tuyo – concluyo.

Se acero a mi y comenzó a besarme tiernamente, enseguida enrede mis manos en su cabello, sentía un calor insoportable, necesitaba liberarlo pronto; fue bajando poco a poco por mi cuello, besando, acariciando y mordiendo; mis gemidos eran cada vez mas audibles, arquee mi cuerpo cuando sentí sus dientes morder mis pecho por encima de el sostén, haciéndome temblar de placer.

Edward.. – susurre.

Me senté levemente mientras desabrochaba mi sostén, su dientes mordían el lóbulo de mi oreja – eres tan Sueve, calida  - retiro rápidamente mi sostén.

Sus ojos se clavaron en mis pechos desnudos, no dudo ni un segundo antes de acariciarlos suavemente, me aferre a sus hombros, mitigando el placer que me proporcionaba.

Acerco sus labios y comenzó a morderlos, casi pierdo la cabeza, cuando sentí sus besos, y su erección rosar mi pierna – Edward, por favor… - susurre.

Me miro fijamente, sus ojos eran el cielo y el infierno, me beso suavemente, mientras bajaba mi bikini la única prenda que nos separaba, aferre mis manos en su espalda, acariciándolo, sintiendo su piel.

Te amo – susurro en mi oído.

Te amo – respondí.

Se coloco la protección y entro lentamente en mi, era única, perfecta, la sensación de tenerlo dentro de mi, que nuestros cuerpos fuesen uno mismo, calor con calor, piel contra piel.

Be…lla – gruño en mi oído – Dios, eres tan suave, tan calida – temblé cuando entro completamente en mi.

Se adueño de mis labios, mientras se movía lentamente dentro de mi, el pacer era inimaginable, como lo Abia extrañado, mi ángel, el único hombre que me hacia sentir mujer, el único al que me podría entregar el resto de mi vida.

Enrolle mis piernas en su cintura y comencé a mover mis caderas, la fricción, la unión, el roce, nuestro gemidos, sus besos y caricias, hacían de este el momento mas defecto.

Sentía en calor de mi cuerpo inundar cada partícula de mi ser, estaba cerca de llegar, y quería que el viniera al cielo junto a mi, lo empuje quedando sentada encima suyo y comencé a moverme incontroladamente, disfrutando el placer denotado en sus facciones.

Bella…. –grito y me deje arrastrar, junto a el.

Llegamos juntos al paraíso, ala cima del placer, el que solo conocía en sus brazos.

Respirábamos frenéticamente, deje caer mi cabeza en su hombro, aun seguíamos unidos, juntos como uno solo; acariciaba mi cuerpo mientras besaba mis labios dulcemente.

Te amo – susurre contra sus labios.

Yo también te amo – se separo y me miro fijamente,.

Podía quedarme ahí para siempre, clavada en sus hermosos ojos verdes, observando su cabello dorado despeinado, sus mejillas sonrosadas, el sudor en su frente.

Se recostó en la cama y me atrajo a su pacho, lo abrace, no quería separarme de el jamás.

Mi bella, eres maravillosa – acariciaba mi cabello – solo contigo puedo hacer el amor – bese su pecho.

Quiero que sea así para siempre, te quiero mi en cama cada noche, despertar entre tus brazos – murmure.

Estaré ahí, nadie podría alejarme de ti – contesto.

Nunca lo permitiré –dije segura.

Nadie se volverá a acercar a ti con intenciones de conquistarte, quiero que todo mundo sepa que eres mía – dijo dulcemente.

Solo soy tuya – bostece.

Descansa amor – beso mis labios.

Te amo – susurre mientra me quedaba dormida.

Yo más – escuche que respondió, antes de caer en la inconciencia, tranquila entre sus brazos.

Desperté y note que Edward no estaba en la cama junto a mi, recorrí la habitación con la vista, la puerta se abrió y Edward entro con una charola, sonrío cuando se percato de mi mirada, llevaba puestos unos jeans y una playera negra.

Buenas noches dormilona – se acerco con la bandeja.

Me beso dulcemente en lo labios – como estas amor – pregunto.

Feliz – conteste.

Lo se, tenemos muchas razones para estarlo – sonrío.

Ya empiezas a alimentarme – señale la bandeja de comida.

Claro que si, has bajado mucho de peso en estos meses – dijo preocupado.

Sonreí – no te preocupes, así es cuando se esta de gira, no da tiempo ni de comer – bromee.

Eso ya termino, yo me encargare de que recuperes fuerzas – beso mi frente.

Cenamos todo lo que había llevado, nos dábamos de comer en la boca y jugábamos mientras comíamos, con mi ángel, todo era perfecto.

Bella, regresaras a Miami? – pregunto de la nada.

Claro, regresaremos – sonrío al notar el plural.

Bella, quiero hacer las cosas bien – me miro dulcemente – quiero conocer a tu padre y quiero que seamos novios, que salgamos a cenar o al parque – reí tontamente – quiero conquistarte cada día – susurro.

Edward, tu me conquistaste desde el primer día que te vi – admití.

Bella, conseguiré un nuevo empleo, lo he pensado seriamente – lo mire confundida.

A que te refieres? – pregunte.

Volveré a ejercer como medico – contesto.

Edward, pero pensé que no te gustaba? – encogió los hombros.

Quiero que estés orgullosa de mi, ofrecerte algo, por mis propios medios – susurro.

Tome su rostro entre mis manos, como podía pensar eso – amor, te amo así, tal y como eres, un hermoso y sexy guardaespaldas – acaricie su mejilla – el hombre mas bueno y valiente que he conocido – concluí.

Mi bella, eres tan buena – beso mi frente.

Te amo y quiero que seas feliz, haciendo lo que te gusta – su hermoso rostro se ilumino.

Gracias – susurro.

Lo atraje y lo bese dulcemente, saboreando su aliento y disfrutando la suavidad de sus labios, acariciando su cabello, rozando su deliciosa lengua contra la mía.

Tendría que decirle a Ángela que… un momento, Ángela!! Me Abia olvidado completamente de ella, me separe de Edward.

Que pasa? – hizo un puchero.

Edward, Ángela, la deje en el restaurante – dije poniéndome de pie.

Comenzó a reírse – no te preocupes, he hablado con ella, esta muy feliz por nosotros – lo mire.

Esta aquí? – pregunte.

Si rento una suite, no te preocupes, la veremos mañana temprano – me abraso.

Ahora solo déjate llevar – dijo tentadoramente contra mis labios.

Nos fundimos de nuevo en un apasionado beso, su ropa salio volando mas rápido de lo que hubiésemos pensado; besos, caricias, palabras de amor, el mínimo contacto entre nosotros creaba una chispa que nos incendiaba internamente, dejando a su paso, necesidad de seguirnos amando.

Tenerlo dentro de mi era mi delirio personal, jamás experimentaría una sensación tan placentera, sus gemidos, sus gestos, sus reacciones y ese gruñido cada ves que llegábamos al cielo, amaba todo de el, estaba locamente enamorada de mi ángel, hasta el mínimo de sus defectos, seria perfección ante mis ojos.

Nos fuimos quedando dormidos después de la agotadora noche, hasta el ultimo minuto de conciencia, podía sentir sus besos y sus caricias.