(Ola A ToOdos GraciiAs x Sus VoOtos Y sus ComentariioOs UsTedes Acen PoOsiiBle Ke Esta iiStoRiia Contiinue, Se Abeciina Un Cambiio, Pero x lo ProOnto Akii Les DejoO Ste CapiituloO un poco Sentiimental. Saben Que Los KiieroO mucho Y siigoO esperando su aPoOyo.

Graciela Micuzzi ]Graxiias X el CoOrreo, Las iiMagenes Son HermoOsas, dsculpa x noO cnteZTar antes, Pero Casii NoO ReviiSoO mi BanDeja De CoOrreo, Graciias x Tu apoYo!

PakiiToO AloOnzoO TaraCena, Mii MejoOr AmiigoO Fan DeL MundiiSiimoO, Sabes QuE Te AdoORoO MuChiiSiimoO, Para Tii DediiCaDiiSiimO Este CapiituLoO enoOjon.)

Que fue lo que paso mi amor – pregunto Edward mientras trazaba círculos con sus manos en mi espalda, el solo intentaba tranquilizarme.

Deje derramar mas lagrimas por mis mejillas, si no fuera por el apoyo de Edward ya estaría en el suelo.

Edward… - lo mire fijamente – al parecer un… un hombre ebrio lo embistió con un camión – dije como pude.

Tranquila, tranquila – me abraso mas fuerte – ven vamos a tu habitación, tienes que vestirte – comenzamos a caminar hacia mi habitación y Edward limpiaba mis lagrimas con sus labios.

Respire profundamente y me libere de su agarre, el me miro confundido – gracias amor – le dije – estoy tranquila, no te preocupes – tome una de sus manos y la bese – ve a vestirte mientras yo hago lo mismo, no hay tiempo que perder – se acerco a mi y me abraso.

Te amo, no te preocupes, yo arreglare lo de los pasajes – susurro en mi oído.

Gracias – intente sonreír – te amo – me beso en la frente y se dio la vuelta.

Entre en a mi habitación y seguí respirando profundamente – se fuerte bella – me repetí una y mil veces, tenia que serlo por mi padre.

Me vestí rápidamente con lo primero que vi., unos jeans y una blusa azul, recordé el frío que hacia en forks y me puse una chamarra y botas, tome una maleta y metí todo sin fijarme si quiera, Salí casi corriendo al pasillo y ahí me esperaba Edward con una maleta en la mano.

Al verme inmediatamente me tendió sus brazos y yo los tome sin pensar – Edward, tienes que llevar un suéter, en forks hace mucho frío – dije al notar su delgada playera.

Lo se, me lo pondré en el avión – contesto.

Conseguiste algún vuelo? – pregunte ansiosa.

Si un avión sale en dos horas a Portland – me informo – es un vuelo largo y además tendremos que conducir de ahí hasta forks, no pude conseguir ninguna avioneta – dijo apenado.

Tome su rostro entre mis manos y lo mire fijamente – gracias, no se que haría sin ti – dije con el corazón.

No tienes nada que agradecer – si mirada era tierna – estoy aquí, siempre estaré aquí  - prometió.

Lo mire fijamente, como era posible que el simple hecho saber que Edward estaría aquí junto a mi, me daba esperanzas y hacia que el dolor que inundaba mi alma fuese llevadero.

Tenemos que irnos bella – dijo sacándome de mis pensamientos.

Vamos – tome su mano y camine hacia la cocina.

Tome una tarjeta de la barra y comencé a escribir.

Sue, tuve que salir de la ciudad por un problema familiar,

No se cuando vuelva, me voy con Edward, todo esta bien hasta ahora,

Si Ángela llama dile que me localice en mi celular.

Te quiere bella.

Ahora si vamos – le dije a Edward y el solo asintió.

Salimos de casa en su auto, durante el camino al aeropuerto no podía dejar de pensar en como estaría Charlie, Billy hacia dicho que muy mal, pero seria tan mal como para perderlo?, no eso no podía ser posible, silenciosamente las lagrimas caían por mis ojos, tendría que ser fuerte cuando estuviera frente a Charlie, pero ahora no podía contener mi dolor.

Sentí como la mano de Edward apretaba mas fuerte la mía y lo mire.

Tranquila, si tu padre y tu se parecen por lo menos un poco, el debe ser un hombre muy fuerte – intento animarme.

De hecho, el jefe de la policía de forks – sonreí un poco – el es muy valiente – los ojos de Edward se iluminaron.

Ya ves – beso mi mano – no tienes por que preocuparte amor, todo saldrá bien – concluyo.

Lo se Edward, se que el es valiente – conteste – pero aun así tengo mucho miedo de perderlo… - mi voz se quebró – perderlo sin volverlo a ver, por haber sido tan egoísta – sentí un nudo en la garganta al admitir eso.

Amor, tu no eres egoísta – dijo muy seguro.

Claro que si, lo abandone, después de todo lo que el hizo por mi – comencé a llorar sin cesar.

Edward no respondió nada, solo me atrajo a su pecho y me dejo desahogarme; Daria lo que fuera por que este viaje se diera en otras circunstancias, poder llegar con Edward a casa de Charlie y presentarle al hombre que amaba, comeríamos juntos y aunque mi viejo se pondría un poco celoso, seguramente aceptaría mi relación con Edward al verme tan feliz; pero ahora, lo único que podía desear era que Charlie estuviera bien.

Llegamos al aeropuerto y Edward se estaciono, bajamos y el cargo las maletas con una mano y con la otra tomo mi mano.

Dejaras tu auto aquí? – pregunte, mi voz sonaba un tanto ronca por tanto llorar.

Si, Alice vendrá a recogerlo  - contesto – desea de todo corazón que tu padre se mejore – concluyo.

Agradécele, por favor cuando hables con ella – le pedí, el mensaje de Alice me reconforto un poco.

Caminamos por el aeropuerto internacional de Miami, esperaba que nadie me reconociera, era un inconveniente que Ángela se hubiese llevado mi avión para resolver los asuntos que tenia respecto a la gira.

Es isabella Swan – escuche una voz murmurar y entre en pánico.

Gire para ver de quien se trataba y era mi peor pesadilla Erick.

Isabella, sales de viaje?, quien es este joven que te acompaña?, tienen una relación? – me empezó a bombardear con preguntas, Erick era un reportero de chismes y se la Vivia siguiéndome y acosándome para después sacar alguna nota amarillista sobre mi.

Edward giro y se puso delante de mi – ella no va a responder nada por ahora, así que por favor déjenos seguir nuestro camino – Edward lo enfrento con voz muy segura.

Vaya, vaya, pero si es Edward Cullen – respondió Erick, mientras un camarógrafo nos grababa – Edward, tienes una relación con isabella?, aunque ella sea tu jefa? – pregunto sonriendo.

Ya te dije que no responderemos nada – contesto molesto.

Isabella, no te preocupa salir con Edward?, por su fama de conquistador? – dijo muy seguro, yo solo estaba ahí parada sin decir nada.

Ya basta – dijo Edward acercándose a el, sentí terror cuando lo tomo por la camisa.

Hazlo Edward – dijo Erick en tono burlón. – será ella la que pierda.

Edward – lo llame, podía sentir los ojos llorosos – Por favor… no – le suplique.

Edward cerro los ojos y lo soltó – perdóname – susurro en mi oído.

Vamos por favor – el solo asintió y seguimos caminando.

Esto no termina aquí – grito Erick.

Tome a Edward de la mano y seguimos caminando, llegamos hasta la sala de abordaje, entramos por el pasillo de primera clase y abordamos el avión, la aeromoza nos indico nuestros asientos.

Mire a Edward y me abrace a su pecho, el rodeo mi cintura con sus manos, me alegraba estar asi tranquila junto a el.

Bella – discúlpame por lo de… - lo interrumpí.

Tranquilo, se que Erick puede llegar a ser muy molesto – conteste.

Lo se – respondió.

Ya lo conocías? – Edward se tenso un poco.

Si, el fue quien propago el rumor de lo mío con Catherine – dijo molesto.

Mmm, entiendo  - conteste seria.

Bella, por favor – levando mi mentón y me miro fijamente.

Lo se, no es momento para escenas de celos – intente sonreír.

Me encanta que te pongas celosa – admitió – pero ahora quiero que estés tranquila – fruncí un poco el seño, pero solo asentí y me recosté de nuevo sobre su pecho.

El camino fue largo, en momentos las lagrimas no podían dejar de caer por mis ojos y en otros estaba mas tranquila, Edward no dejaba de decirme que todo estaría bien y que no me preocupara, pero yo conocía a Billy y si el decía que Charlie estaba mal, era cierto, no quería ni pensar en que aria si el se llegara a… - no – me negaba a pensar en eso, tenia que ser positiva.

Entre las caricias y palabras de Edward, no me di cuenta cuando me quede dormida.

Sentí un fuerte movimiento y me levante de golpe, fije mi vista en el avion.

Llegamos amor – me informo Edward – ven, es hora de irnos – me abraso por la cintura.

Caminamos por todas las salas del aeropuerto de Portland, yo estaba mas dormida que despierta, Edward sostenía casi todo mi peso mientras caminábamos, y seguía dándome todo su apoyo, solo junto a el podría sobrellevar la realidad que me esperaba en forks, lo incierto sobre la salud de Charlie.

En el estacionamiento nos esperaba un mercedes negro, me sorprendí al verlo.

Edward de donde salio este auto? – le pregunte.

Me soltó un momento y metió las maletas en la cajuela – es de mi padre – contesto.

Su respuesta me confundió mucho – pero como… - me interrumpió y se acerco a mí.

Luego te lo explicare todo, ahora necesitas descansar – se acerco mas y me beso suavemente enlos labios.

Te amo – susurre contra sus labios.

Yo mas – contesto.

Mis ojos se cerraban inconcientemente, Edward me recostó en el asiento trasero y luego comenzó a conducir.

Desasna amor – fue lo ultimo que escuche antes de quedarme dormida.

Estaba en algún lugar extraño parecía un hospital, en el fondo había una cama pero estaba vacía, por algún extraño motivo me sentía desesperada.

Bella – me llamo una voz a mis espaldas.

Gire y se trababa de Billy – donde esta Charlie – preguntaba yo histérica.

Bella – agacho la cabeza – Charlie a muerto.

Al escuchar esas palabras mis piernas no pudieron sostenerme más y caí al suelo.

Nooooo!! – grite mientras lloraba sin cesar.

Bella…

Bella…

Amor…

Salte un poco y desperté.

Gracias al cielo, todo había sido un sueño, mi respiración era totalmente inestable.

Bella, amor que tienes – gire y me encontré con el rostro de Edward desfigurado por la preocupación.

Fue solo… un sueño – dije como pude.

Tranquila – tomo fuertemente mi mano.

Mire por la ventana y todo parecía tan familiar, las calles inundadas por la neblina, los árboles llenos de vida, el frío que te taladraba lo huesos, el olor a madera y pino; todo estaba igual que hacia mas de 5 años, como era posible que un lugar mantuviera su esencia intacta, pero así era forks; habíamos llegado.

Bella – me llamo Edward – hacia donde es tu casa? Pregunto.

Reconocí la avenida principal – sigue derecho – le indique.

Después de unos minutos por fin pude visualizar mi casa, todo parecía igual, papa no había cambiado nada.

Es aquí Edward – el solo asintió y se estaciono.

Mire por la ventana el viejo porche y la ventana de la que había sido mi habitación, las lágrimas amenazaban por salir de mis ojos pero las contuve como pude.

Edward me abrió la puerta y me ayudo a salir – todo estará bien – dijo mientras me abrasaba y cerraba la puerta del auto.

BELLA!! – grito una voz masculina demasiado familiar.

Gire para confrontarlo y me encontré con aquel rostro desigual, denotaba la mas grande de las preocupaciones y yo solo pude sentir que el mundo se me venia encima.