(Ola niñas Diisculpen por no subiir capitulos en estos dia, pero he seguido un poquito enferma y muy ocupada en la scuela, espero puedan entenderme, pero como las quiero mucho, aqui les dejo algo un poquito diferente que me nacio escribir, fue muy espontaneo, espero que les guste, esta largo asi que disfrutenlo, espero mañana poder subir otro, sabes que se le quiere mucho, votos y comentarios biien recibidos, gracias por dejarlos, xoxo: LiiBiiThaA!)
Edward pov.
Hoy era un dia igual que todos, a diferencia de que estaba en Londres y no en Miami donde vivía, bueno… donde estaba mi casa, porque vivía en todos lados, cuando se tiene un trabajo como el mio, casi nunca se tiene una residencia fija, se va a donde tus jefes quieran y necesiten ir, a veces es un poco agobiante, pero, me hacía muy feliz.
Había asistido a una de las cedes de la agencia para la que trabajaba en Miami, había decidido buscar una nueva persona a quien proteger, no es que no me agradaran mis antiguos jefes, pero ellos ya tenían demasiados elementos y sentía que no podía ayudar demasiado, por eso renuncie.
Yo no necesitaba trabajar, mi familia contaba con una gran fortuna que había acumulado mi padre a lo largo de sus años como médico, pero prefería trabajar por mi mismo y ganar mis propias cosas, al principio me deje llevar un poco por el plan de seguir con la clínica de mi papa, y por eso estudie medicina, aunque después de ejercer algunos años me di cuenta que no era lo mio; por esa razón ahora me dedicaba a esto, dar protección a ciertas personas, ser su “guardaespaldas”.
Esta noche saldría a cenar con mi papa, que estaba en la ciudad por un congreso en este hotel, por lo que estábamos hospedados aquí, saldríamos a cenar juntos para platicar un poco.
Me quite la ropa que traída puesta y entre a la ducha, el agua estaba tibia por lo que me ayudo a relajarme, Salí de la ducha y me seque, aun no sabia que me pondría por eso solo me amarre una toalla de la cintura y Sali a la habitación; escuche la puerta abrirse y al instante cerrarse de golpe, corri a ver quién era y vi a una mujer dándome la espalda, recostando su frente en la puerta, quien era?, seguro su intención era entrar a robar, si claro eso era, nadie entraba asi a una habitación ajena.
Quien eres tu? – pregunte al instante, ella pareció saltar del susto, pero no me contesto.
He dicho que si quien eres tu, y por que entras de esa manera a mi cuarto? – pregunte con voz un poco fuerte, ella pareció dudar un poco, pero al fin volteo a verme.
La mujer que se encontraba frente a mis ojos era como una alucinación, lo primero que mis ojos pudieron captar fueron unos hermosos ojos color chocolate que parecían temerosos, sus facciones eran delicadas y finas, cada parte de aquel rostro parecía haber sido diseñado para lucir hermoso, llevaba un largo y ondulado cabello castaño que le caia sobre sus hombros, lo único que me permito alejar mi vista de aquel rostro fue su cuerpo, era muy delgada y pequeñas curvas adornaban todo su cuerpo, era mejor que si fuera voluptuoso, estaba perfectamente distribuido en pequeñas proporciones, que lo hacían aun mas deseable; su piel era pálida y me podía imaginar lo tersa que se sentiría al tacto; estaba perdido en aquella belleza tan diferente; ella me miro de arriba abajo, diablos! Estaba medio desnudo, como podía haberlo olvidado, aunque claro era su culpa por ser tan hermosa.
Oh discúlpeme por favor, yo no quería entrar asi como si nada a su habitación, de ver..dad yo.. lo.. siento.. demasiado – dijo ella tartamudeando un poco, tenía una voz muy dulce y lucia hermosa nerviosa, pero ni siquiera la conocía y si era una ladrona como lo había pensado?, la mire con desconfianza y enojo.
Dime quien eres – pedí, mi voz sonó mas acida de lo que imagine.
Mmm deberías saberlo – dijo muy segura. Eso me confundió demasiado, como debería yo de saberlo, nunca la había visto, y no creo haber podido olvidar a una mujer asi, sonreí un poco ante lo dicho.
No se a que se refiere con que debería de saberlo, nunca la había visto en mi vida, lo único que se de usted es que le gusta irrumpir en las habitaciones de los demás. – conteste un poco grosero.
No me conoce? – pregunto sorprendida.
No! – mi voz sonó muy segura.
Mmm Bueno eso no importa, de verdad le pido mil disculpas, y no piense que me dedico a hacer esto, es que tuve un serio problema y me vi obligada a… - decía muy torpemente, no se que me sucedió y la interrumpí.
No me importan sus excusas – dije en tono acido – estoy casi seguro que pretendía entrar a robar. – estaba actuando muy impulsivamente.
Que? – dijo y una enorme “o” se formo en su pequeña boca, una arruga se formo en su frente.
Conozco a las de su tipo, mujeres hermosas y con caras inocentes, pero que no son mas que ladronas o arribistas – no pensé en lo que decía, estaba siendo un total patán.
Quien se cree usted que es? – dijo muy enojada acercándose a mi, la vi levantar su pequeña mano dispuesta a propiciarme una cachetada, rápidamente tome su brazo y maniobre de manera que ella quedo pegada a mi espalda y mis brazos estaban alrededor de su cuerpo.
Suélteme!!- grito, pero no desistí en mi agarre, se sentía muy bien tenerla entre mis brazos- LE digo que me suelte en este instante no sabe con quién esta tratando – dijo histérica.
SUELTEME!!- esta vez la libere, al instante sentí un gran vacío al no poder tocarla.
Se volteo y me miro con un gran odio, dos podíamos jugar ese juego asi que yo también la mire muy iracundo.
Es usted un patán – dijo mirándome fijamente, y tenia toda la razón.
No hay por que ser un caballero- dije en tono de burla – no veo ninguna dama presente.
En ese instante me arrepentí totalmente de lo dicho, yo no podía estarle hablando asi a una mujer, mis padres no me habían educado para comportarme de esa manera, en ese momento me dispuse a pedirle disculpas, pero ella pareció perder los estribos después de escucharme y se abalanzo sobre mi, en otra rápida maniobra logre que ella quedara encerrada en mis brazos pero esta vez tenia su rostro demasiado cerca
SUELTEME, es usted un imbécil! Grito ella, y yo la apreté aun mas contra mi, no podía evitar sentir cada parte de su pequeño cuerpo presionado contra el mio, sus pechos estaban presionados contra el mio, era demasiado calido y su piel muy tersa, estaba perdido en su belleza, solte un poco el agarre y deposite mis manos en su espalda, esos ojos cafes me miraban fijamente y me hipnotizaban, acerque mi rostro y estábamos solo a unos centímetros, ella podía sentir mi aliento en su rostro y mi nariz rosar levemente la suya, mire fijamente sus ojos y no pude contenerme mas, pegue mis labios a los suyos, su sabor era increíble y sus labios eran suaves y delicados, comencé a mover mis labios sobre los suyos saboreando su dulce aliento, y perdiéndome la calides de su cuerpo, quería mas de ella, no podía detenerme, con mi lengua recorrí su labio inferior pidiendo permiso para entrar, me sorprendió y regocijo que ella me lo permitiera al instante, introduje mi lengua en su boca y recorri cada centímetro con ella, sabia aun mejor, deje caer mis manos sobre su pequeña cintura y la rodee con mis brasos, podía quedarme aqui feliz con aquella extraña entre mis brazos, pero en ese instante sus labios se paralizaron y se alujo de mi – lo que me puso casi histérico, la quería cerca otra vez, quería seguirla besando – su mano deposito una cachetada en mi mejilla, me dejo estatico, pensaba que el beso le había gutado, ella me había correspondido; me miro anonadada, seguro yo estaba igual, se giro y salió corriendo de me habitación, yo no podía dejar ir solamente asi.
Espera – grite y Sali corriendo tras ella.
Por favor espera – dije en el pasillo, mientras ella se dirigía hacia el elevador, corrí con todas mis fuerzas pero cuando llegue al elevador la puerta se cerró frente a mis narices, no pude evitar golpear la pared de impotencia, regrese enojado a mi habitación cuando me percate de que seguía en toalla.
Me tire sobre la cama y me puse a recordarla, su cuerpo, su diferente y sencilla belleza, su piel y sus suaves y deliciosos labios, nunca ningún beso me había prendido tanto, mire hacia abajo y me percate de que necesitaba otro baño frio, ella me provoco demasiadas sensaciones en menos de un minuto, ese beso había sido perfecto sin mencionar las circunstancias, y ahora estaba perdido por qué no sabía su nombre, ni quién era, ni mucho menos la volvería a tener entre mis brazos.
Tome el teléfono y le marque a mi padre, le dije que no saldría con el porque estaba muy cansado, el entendió perfectamente, pensé en contarle lo de mi desconocida pero no imagine lo que me contestaría, además era algo demasiado mio, quería guardarla en mi mente solo para mi; después de mucho pensar y recordar nuestro beso, me quede completamente dormido.
Desperté en la mañana con su rostro en mi mente, esta mujer me estaba afectando, intente calmarme y no pensar en ella por lo menos por ahora, en una hora vería a mi padre en el restaurante para desayunar, me vestí con una camisa blanca y un pantalón de vestir, deje mi cabello un poco despeinado y Sali de mi habitación.
Papa estaba sentado en una mesa en el restaurante, llegue y lo salude.
Hola hijo – me contesto con una sonrisa – listo para nuestros planes de hoy? – pregunto.
Claro, pero que aremos – pregunte.
Iremos a una gran librería, es de un viejo amigo y aunque al parecer hoy estará cerrada por no se que causa, me dijo que podríamos ir – comento papa.
Vaya genial – dije, me encantaban los libros, mas las novelas, - a que hora iremos?.
Despues del desayuno – dijo papa, solo asentí.
Desayunamos tranquilamente y conversamos un poco, cuando íbamos saliendo hacia mi auto papa recibió una llamada.
Que sucede? – pregunte cuando colgó.
Lo siento hijo, era de el gerente del hotel, rogándome que cubra hoy el consultorio del hotel, porque su doctor de turno tuvo un accidente – contesto con la frente arrugada.
No te preocupes – conteste – quédate, yo puedo ir solo, sabes cómo me absorben los libros – sonreí.
Seguro, no te molesta? – me miro.
Claro que no papa – palmeo mi hombro.
Está bien, espero te diviertas mucho – me abrazo y nos despedimos.
Subí a mi auto y conduje hacia la librería, las calles de Londres eran hermosas, había estado cientos de veces aquí, pero a causa de mi trabajo nunca podía tomarme una tarde para ir a caminar y conocer los lugares hermosos de la ciudad, esperaba tener la oportunidad de conocerla algún día.
Llegue a la librería y me estacione enfrente, detrás de una limosina negra, ya me imaginaba por que habían cerrado la librería, camine dentro y no había ningún empleado, asi que observe todos y cada uno de los detalles, era muy hermosa y antigua, albergaba miles de libros, en innumerables estantes, este lugar me producía mucha paz, seguí caminando hasta que visualice una persona, mujer pude distinguir, estaba dándome la espalda, me recordó a mi desconocida, es su mano tenía un libro de jane austen, “orgullo y prejuicio”, era mi obra favorita, asi que camine un poco mas para preguntarle donde la había encontrado.
Disculpe, me podría decir en que estante encontró ese libro? – pregunte, pero ella no volteo a verme, tal vez no me había escuchado.
Disculpe? – repetí.
Pereció dudar un poco, pero por fin volteo.
Mi vista se perdió en unos hermosos ojos cafés que lucían desenfocados, era una alucinación seguramente, no era posible tenerla frente a mi otra vez, su fina y banca piel, su cabello castaño, esos pequeños y dulces labios que me moría por probar otra vez, estaba embobado con su belleza, lucia mas sensual que anoche que la tuve entre mis brazos, tenia puestos unos jeans oscuros y muy pegados y una blusa estraple amarilla, su cuerpo era digno de dejar vagar mi vista durante horas; me seguía mirando muy confusa, tenía que decir algo.
Tu? – que tonta pregunta, ella agacho su mirada muy apenada, que estúpido era.
Que haces aquí? – mi voz sonó confusa, a ella pareció molestarle mi comentario.
Este es un lugar público – contesto ácidamente, no pude evitar reírme, se veía demasiado linda enojada.
Si, es que pensé que solo te gustaba irrumpir en lugares privados – dije sonriendo, no podía evitarlo, me gustaba cada vez mas verla enojada.
Pues ya ves que no – estaba furiosa – eso fue un accidente el cual no prefiero recordad – me dolió demasiado escuchar eso, no podía creerlo, ese beso había sido maravilloso, ella me había correspondido muy bien, no podía creer eso.
De verdad? – pregunte y comencé a acercarme a ella, retrocedió un poco, pero para mi suerte detrás de ella había u estante que no le permitía retroceder mas.
Claro que si – dijo muy segura – y aléjese de mi – no me gustaba que me hablara así, podía imaginar palabras dulces salir de su boca, pero era mi culpa por haber sido un tonto desde el principio.
Pero no pude alejarme estaba hipnotizado por mi desconocida, era demasiada la atracción que ejercía sobre mi, coloque mis brazos a los lados de su cuerpo, quedando muy cerca de ella, me miraba fijamente, me regocije cuando la descubrí mirando mi cuerpo, estaba seguro que le gustaba o esperaba que eso fuera cierto, la tenía demasiado cerca, podía sentir su calor y su delicioso aliento sobre mi rostro, necesitaba tenerla entre mis brazos otra vez.
De verdad no quieres recordarlo?- pregunte y me acerque un poco mas, ella estaba estática y temblaba un poco, quería abrasarla.
Porque… podría recordártelo en este mismo momento – dije y mi nariz comenzó a rosar lentamente su mejilla, era demasiado suave.
La mire fijamente a los ojos, esperando ver algo en ellos, y como lo pensé allí estaba ella mirándome deseosa al igual que yo, era lo único que yo necesitaba, me acerque a ella dispuesto a probar otra vez la miel de sus labios.
Señorita se encuentra usted bien – dijo una molesta voz, interrumpiendo nuestro beso.
Mire a mi desconocida y la libere de mi presión, dispuesto a encarar con todo el odio del mundo al interruptor de mi necesidad por ella.
Un hombre no tan alto y rubio se encontraba frente a nosotros, me miraba fijamente con odio, y yo le correspondí de la misma manera.
Si estoy bien – contesto ella con voz baja.
Es que me pareció que este caballero la estaba molestando – me miro fijamente, quería estrangularlo ahí mismo, pero alii estaba ella y no podía.
No, he… yo solo lo estaba ayudando con un libro que buscaba – le contesto mi desconocida, eso me gusto mucho, ella no me delato, lo que me dejaba con la esperanza de que no le había molestado mi acercamiento.
Si – le dije al hombre – ya que ningún empleado podía ayudarme, decidí pedirle ayuda a esta hermosa señorita – continúe, el estúpido me miro con furia como si el tuviera algún derecho sobre mi desconocida, esperaba de todo corazón que no fuera así, solo de imaginarla con algún hombre me llenaba de ira.
Claro que no caballero, porque la librería está cerrada- contesto molesto - fue cerrada exclusivamente para ella – dijo señalándola, ella era alguien importante o influyente seguramente, no cerraban este tipo de establecimientos por cualquiera – así la señorita be…
No importa – interrumpió ella antes de que el hombre dijera su nombre - porque no ayudas al caballero Mike, de todas formas, yo ya me tengo que ir.
Cuando dijo eso la mire, no pude contener la tristeza que sentí, había sido demasiado poco tiempo sin ella, necesitaba mas, mas de sus labios, mas de su presencia.
No señorita – escuche decirle el tal Mike – todavía no ha visto nada de la librería – el se entristeció también ante su partida, podía notar el interés de el por mi desconocida.
Lo siento, tengo compromisos – dijo y me miro fijamente.
No tienes porque irte – susurre muy bajo – si te molesta mi presencia, seré yo el que me vaya en este momento – concluí, era yo el que estaba irrumpiendo su espacio, no quería molestarla.
No, no me molesta en lo absoluto – dijo altanera, se veía tan linda demostrando desinterés, no pude evitar sonreír ante su contestación.
No se tu nombre desconocida - le dije, ella se quedo estática, no imagine a que se debió eso.
No veo el motivo por el que debería de saberlo – se volteo dándome la espalda, no pude evitarlo y mi mano sujeto su brazo, no se ponía ir asi solamente, su contacto me dio una descarga eléctrica – no quieres saber el mío? – pregunte acercándome a su oído.
NO°- dijo y se libero de mi agarre, eso me dolió un poco, pero lo disimule muy bien.
Donde puedo pagar esto? – le pregunto al tal Mike
No se preocupe – contesto Mike –el dueño me ha dicho que usted podría llevarse lo que quisiera, que era un regalo suyo. – regalarle una obra tan valiosa?, definitivamente ella era importante.
No, preferiría pagarlo – al parecer no le gustaba recibir nada regalado.
Por favor señorita, el se molestara con migo, si usted no acepta el regalo – el tipo agacho su cabeza fingiendo temor, al parecer a ella le dio lastima y accedió.
Está bien, has sido muy amable Mike – dijo palmeando su hombro, casi pierdo los estribos cuando lo toco.
No ha sido nada, es lo menos que merece una belleza como usted – dijo y casi me le lanzo encima, solo yo quería hacerle cumplidos.
Aclare mi garganta interrumpiendo su “escena romántica”, los mire con odio, mi mano estaba en un puño, para desquitar mi coraje, no podía soportar eso.
Hasta luego – dijo y comenzó a salir, estuve a punto de salir corriendo detrás de ella, pero me contuve, además el estúpido del tal Mike se paro frente a mi.
Adios - dijimos los dos al mismo tiempo.
Como entro usted? – pregunto molesto.
El dueño me invito – conteste y comencé a caminar a la salida ignorándolo, dijo algo mas pero no me percate de eso.
Mire hacia la banqueta, pero ya no había rastro de ella, ni de la limusina que imagino era suya.
Subí a mi auto dirigiéndome al hotel, no podía evitar pensar en lo sucedido, el destino estaba jugando conmigo, poniéndola en mi camino, solamente esperaba que continuara con el juego y pudiera tenerla frente a mi otra vez.
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