Era la 1 y media del mediodía cuando sonó el timbre. Era mi padre, ya había llegado.
-Hola papá- le abrí la puerta y le di un fuerte abrazo. Edward estaba detrás de mí.
-Hola Bella. Hola Edward… ¡FELICIDADES!- se dieron un abrazo y entonces sonó otra vez el timbre.
-¡Hola Bella!- eran Jasper y Alice, quien esta última me dio un fuerte abrazo.- ¿Dónde está mi hermano¿- dijo buscándole
-Ahí- le señalé y Edward la dio un fuerte abrazo hasta levantarla del suelo.
-Sentaos chicos- les dije a todos mientras cerraba la puerta con una enorme sonrisa. Todos se sentaron y yo me puse a servir la comida. Estuvimos toda la comida hablando y riendo. A Edward le dimos los regalos y le encantaron todos. Yo le regalé una camisa y un pantalón, Alice y Jasper le regalaron un par de juegos para la PSP y mi padre le regaló unas “Raiban”. Edward y yo caímos en que había que contarles la sorpresa que le había dado yo a él esa misma mañana.
-Bueno- dije mientras respiraba a hondo.- Edward y yo tenemos algo que deciros- Edward me cogió de la mano y me sonrió. Todos estaban esperando a que dijese algo, pero no me salían las palabras, así que ya lo hizo Edward por mí.
-Vamos a ser padres. Bella está embarazada- Edward esbozó una gran sonrisa y me miró orgulloso de que iba a ser padre. Mi reacción fue mirar a Charlie, quien estaba totalmente paralizado.
-¡Enhorabuena Bella!- Alice se levantó y primero me abrazó a mí y luego a su querido hermano.- ¡Vas a ser papá!- dijo Alice en tono gracioso mientras le daba un fuerte abrazo a Edward.
-¿Voy a ser abuelo?- Charlie comenzó a esbozar una pequeña sonrisa, la cual fue aumentando de tamaño hasta convertirse en una enorme sonrisa. Se levantó de la silla y vino corriendo a abrazarme.-Enhorabuena cariño- me dijo Charlie abrazándome y dándome besos en la mejilla derecha.
-Gracias papá- le dije.
-Hola chiquitín- Charlie se agachó y me acarició suavemente la tripa. Edward y yo nos reímos a la vez.
-Enhorabuena guapa- me dijo Jasper abrazándome.
-Gracias- le eché una enorme sonrisa.
-¿De cuánto estás?- me dijo Alice acercándose a mí y sonriéndome con esa dulce sonrisa suya.
-De 18 días, los que llevo saliendo con Edward- le miré y ambos nos reímos
-Joder “Edwardcito” –dijo Alice riéndose y mirando a Edward- Voy a ser tía- dijo con cara de alegría y acariciándome la tripa.
-Alice, ¿tú de cuanto estás?- preguntó mi padre
-De un mes y 25 días- respondió Alice.
Pasamos toda la tarde allí en mi casa. Alice me estuvo hablando sobre el embarazo y ambas hablamos de la casualidad de estar ambas embarazadas. A Charlie le hacía mucha ilusión ser abuelo, más de la que me hubiera podido imaginar nunca. A todos les sorprendió un poco porque Edward y yo no llevábamos ni un mes juntos y ya estaba embarazada, pero para mí era como si llevase toda la vida con él.
|