(Ola a ToOdos, Graxiias Por sus Comentariios, Son muy Liindos, y Graxiias por apoyar este fic, Sorry x no subiir cap ayer, he estado un poco nfermiita, Pero akii le queda este delicioso capitulo jeje, Dejen sus comentariios y Votitos,  xoxo: LiiBiiThaA!"!)

Desperté ante un hechizo del dia anterior, no sabía que tanto era real o que tanto había soñado, pero al abrir los ojos la realidad se apodero de la fantasía.

Me levante de la cama y justo alado encontré un camino con pétalos blancos, el camino llegaba hasta la puerta, alcance a visualizar una tarjeta pegada en la puerta de mi habitación; emocionada, camine por el pequeño camino y tome la tarjeta:

Te ves más hermosa mientras duermes,

Aunque parezca imposible,

Perdón por no dejarte cenar bien anoche,

Pero déjame decir, que fue la mejor cena de mi vida,

Cualquier momento es mas especial, cuando tu estas presente;

Déjame compensarte,

Una pequeña sorpresa y yo esperamos en la cocina por ti,

No tardes, espero ansioso.

Edward Cullen

Estaba otra vez paralizada, como era posible que un hombre fuera tan maravilloso como lo era Edward,  sobre todo, que estuviera interesado en mi.

No Podía hacer esperar a Edward, ya quería tenerlo cerca; pase junto al espejo y me percate de que aun tenia puesta la misma ropa de ayer, me había quedado dormida y no me había cambiado, Salí corriendo hacia el baño. Tomaría una ducha rápida, para mi mala suerte el agua estaba muy tibia y me quede unos minutos más en ella, me estaba relajando un poco, ya era demasiado estrés imaginar a Edward esperándome en la cocina.

Salí del baño y me pare frente a mi closet, tome lo primero que vi; unos vaqueros desgastados artísticamente y una polera roja, tome mis sandalias y me mire al espejo; tenía que maquillarme un poco, debía lucir mui linda para el; coloque un poco de rímel, delineador y polvo, rubor no porque mi cara me lo brindaba naturalmente cada vez que me avergonzaba, muy seguido cuando estoy con Edward debo admitir.

Me mire de nuevo, y parecía linda, así que camine rápidamente hasta la cocina.

La pequeña mesa estaba adornada con flores y servilletas con muchas formas, habían muchas clases de comidas, pan cakes, fruta, waffles, huevos; como había Edward preparado tanta comida – me pregunte – todo lucia muy lindo, pero donde estaba Edward?, gire la vista hacia la tabla de la cocina y allí se encontraba mi Ángel, estaba sentado en la tabla y tenía su cabeza recargada sobre la pared, estaba dormido?, si al parecer lo estaba, es que tanto había tardado en arreglarme?.

Camine lentamente hacia la barra, el lucia tan hermoso dormido, que sería un pecado despertarlo, sus lindos ojos estaban cerrados y respiraba muy tranquilamente, algunos mechones de su dorado cabello caían sobre su cara, parecía una visión; deje vagar un rato mi mirada sobre su cuerpo, sus jeans eran oscuros y cubriendo su torso una playera blanca sin mangas, dije cubrir?, me equivoque, esa diminuta prenda me daba una vista completa de su marcado pecho y dejaba desnudos sus fuertes brazos; deseaba tanto tocarlo, pero no me atrevía.

Puedes tocar si quieres – esa voz, Dios mío.

Levante mi mirada y Edward a estaba despierto, me miraba fijamente con sus hermosos orbes, que lucían encendidos y brillantes.

Yo… perdón no… - bajo de la barra y puso un dedo en mis labios.

Shhhhh.. – me silencio, tomo una de mis manos y la coloco sobre su pecho. – Siente por favor – su mirada era hipnotizante  y su sonrisa también.

Con su mano me ayudo a deslizar la mía por todo su pecho, era un sueño, tan suave y marcado, la llevo mas abajo hasta su abdomen trazando círculos sobre el; no podía imaginar mi cara en ese momento, solo sentía que estaba ardiendo, Me miraba fijamente, evitando que yo bajara la mirada, acerco mi mano hacia su fuerte brazo derecho y me hizo acarícialo todo; mi respiración era agitada y mi corazón estaba incontrolable.

Para mi suerte aparto mi mano de su cuerpo sin soltarla.

Eso se sintió demasiado bien – susurro y me tomo por la cintura, se acerco a mi oído – buenos días mi bella señorita – dijo y deposito un beso allí.

Temblé ante su contacto – buenos días – fue lo único que pude decir.

Como amaneciste? – me pregunto, y se separo un poco para poder mirarme.

Muy bien, gracias por la sorpresa – sonreí.

No es nada, no has probado nada aun – su mirada era picara, me sonroje un poco.

Mm si… luce delicioso – señale la comida que estaba sobre la mesa.

Su mirada se torno triste – la comida… creí que hablabas de algo mas – tonto engreído, sabía lo que tenia y lo usaba en mi contra.

Puedo probarla? – pregunte cambiando el tema.

Sonrió – claro, la hice solo para ti – tomo mi mano y me condujo hacia la mesa, jalo la silla y me ayudo a sentarme; el se quedo parado junto a mi.

No te vas a sentar? – le pregunte, el solo negó.

No, hoy voy a ser tu mesero – se coloco muy recto y coloco su mano detrás de su espalda, no pude evitar reírme.

No te basta con ser mu guarda espaldas? – le dije, y el sonrió.

Creí que su guarda espaldas llegaba en una semana? – me corrigió.

Oh, tienes razón, pero sabes, nunca me han gustado los meseros – frunció el ceño – Así que ven y siéntate a desayunar con migo – le indique con el dedo la silla junto a la mía.

No bella, déjame hacer algo por ti- hacer algo por mi?, pero que mas podía darme el, era lo mejor que me había pasado – déjame demostrarte lo mucho que me importas – susurro.

Me levante de mi silla y lo abrace – Edward, tu has hecho demasiado por mi, estas aquí con migo, que es lo mas importante – le dije.

Edward no contesto, solo me miraba fijamente; no soportaba el silencio, así que hable nuevamente.

Podemos desayunar – hice que mi voz sonara como de niña, Edward sonrió y me ayudo a sentarme, el se sentó alado mio.

Me serví un poco de todo y comencé a comer, Edward me miraba a la expectativa.

Vaya, eso si que esta rico – dije con la boca llena – Edward donde aprendiste a cocinar asi – el parecía feliz de que me hubiera gustado.

Bueno, en una ocasión tome un curso en Italia, al parecer sirvió de algo – me guiño un ojo.

Sirvió mucho – dije si parar de comer, el se rio, por mi hambre.

Me alegra mucho que te haya gustado – acerco su mano y acaricio mi mejilla, trague de golpe cuando lo hizo. – bella, tienes planes para hoy? – me pregunto.

No – conteste confusa; una gran sonrisa apareció en su divino rostro.

Bella, aceptarías salir de paseo con migo?- me miro expectante.

Salir de paseo?, Con mi angel?, Definitivamente si.

Le regale una enorme sonrisa – Claro que si Edward, a donde iremos? – yo y mi curiosidad.

Mmm es una sorpresa, Pero solo te diré que es un lugar muy especial para mi, y hay algunas personas que quiero que conozcas – me informo.

Edward, no! Odio las sorpresas, dime por favor! – me estaba portando como una niñita.

Edward se acerco demasiado a mi, me miraba tiernamente, coloco su mano en mi barbilla y me acerco un poco; nuestros labios se rosaban levemente, se sentía realmente bien tenerlo tan cerca otra vez; sus labios lentamente se abrieron paso entre los míos dejando pequeños besos sobre mis labios, coloco un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y dejo caer sus manos alrededor de mi cintura, yo enrolle mis brazos alrededor de su cuello atrayéndolo mas cerca; nunca tendría demasiado de Edward; el beso era tranquilo, despacio; como si no tuviera ninguna prisa, lo cual era genial por que podía disfrutar mas de su roce y de su delicioso aliento; lentamente introdujo su lengua en mi boca, yo le di la bienvenida gustosamente, nuestras lenguas se rosaban intensamente disfrutando de la sensación.

Edward se separo un poco de mis labios y me miro.

Bella, que tal si primero desayunas? – me miro con picardía.

Agache mi mirada, me sentía muy apenada, pero logre asentir; nos sentamos en la mesa nuevamente; Edward me daba de comer en la boca, me sentía como una niña pequeña de nuevo; yo también le di de comer y el sonreía mucho, estos momentos eran muy hermosos, cuando estaba con Edward cualquier momento lo era.

Terminamos de desayunar, justo a tiempo de que comenzaran a llegar mis empleados, Sue me saludo y también a Edward, el se separo de mi lado al tiempo que ella entraba en la cocina; no me gustaba esto, el no tenia por que alejarse de mi cada vez que alguien nos veía, no era justo, el era lo mejor de mi vida en este momento y quería demostrárselo.

Sue – la llame, ella me miro.

Si señorita, dígame – respondió al instante.

Voy a Salir con Edward en la tarde – le informe, Edward me miro muy sorprendido- así que si Ángela llama o alguien me busca, les digas que estaré con el y no llevare mi celular – le guiñe un ojo a Edward sin que Sue lo notara; Edward tenía una enorme sonrisa en su precioso rostro, había logrado mi cometido.

Claro señorita, yo les diré – Sue sonrió y salió de la cocina; al parecer había entendido.

Mire a Edward, y al instante se abalanzo sobre mi y me tomo en brazos.

Bella, Gracias, pero tu no tenias que… - Lo interrumpí.

Edward, yo se que no tenía que hacerlo, yo quería hacerlo! – Le dije muy segura – Edward, tu eres muy especial para mi – Su mirada parecía derretida, el parecía irreal, asi que acerque mi mano y acaricie su frente, su nariz, sus pómulos; cualquier parte que mis manos alcanzaran.

Gracias – dijo de nuevo y me abrazo.

Nos quedamos un largo rato ahí abrasados, el tiempo perdía significado al estar juntos.

Edward – el me miro – tengo que ir a arreglarme, no creas que me he olvidado de mi sorpresa – fruncí el ceno y el sonrió.

Creí que odiabas las sorpresas? – me persuadió.

Claro que las odio, pero hasta ahora todas tus sorpresas han sido muy agradables – conteste sinceramente.

Bueno, entonces ve, aquí te espero – dijo y me dio un leve beso en los labios.

No te muevas – di la vuelta hacia mi habitación, gire para ver a Edward y el fingía ser una estatua, muy hermosa diría yo; sonreí; cual sería la sorpresa de Edward? – Me pregunte- bueno, fuera lo que fuera, no importaba con tal de poder salir con él.